[...] La prensa ni por las moscas menciona los muchos años de bombardeos e invasiones que desató Estados Unidos para derrotar las fuerzas antiimperialistas, destruir totalmente la economía y castigar al pueblo camboyano. Dada esta sangrienta historia, los imperialistas yanquis no tienen derecho de hablar sobre lo que le conviene a Camboya ni de juzgar a quienes lucharon en su contra.
En las manos de la prensa occidental, la historia de Camboya ha llegado a ser un burdo cuento anticomunista. La corresponsal Elizabeth Becker del New York Times volvió a salir por TV hace poco como "experta" oficial para remachar que Camboya ilustra que todo conato de concretar "ideales de apariencia maravillosa" sobre la igualdad por medio de la ingeniería social lleva al desastre para el pueblo. Pinta a Camboya como una tierra campesina amable y humilde destruida por una revolución comunista. Pero, todo análisis serio de los acontecimientos en Camboya tiene que partir de la invasión imperialista de Indochina que Estados Unidos lanzó en 1965 y de la naturaleza de clase de la sociedad camboyana.
La Camboya "tradicional" era una brutal sociedad feudal que necesitaba una revolución. Cerca del 80% de la población eran campesinos, la mayoría extremadamente pobres y explotados por una clase de funcionarios gubernamentales desde las plazafuertes urbanas. La monarquía absoluta del país se sostenía con unas fuerzas armadas que aplastaban todas las sublevaciones campesinas. A fines del siglo 19, Francia colonizó el territorio. En un famoso incidente, 900 obreros murieron durante nueve meses de trabajos forzados en la construcción de un centro de veraneo en Bokor.
Después de que los imperialistas franceses recibieron una tunda en Indochina, los imperialistas yanquis corrieron a buscar influencia y control. En Camboya, los yanquis maniobraron por medio de armas y ayuda al gobierno del príncipe Sihanouk; a la vez, respaldaban a las fuerzas armadas reaccionarias de oposición a Sihanouk.
En los años 60, el Khmer Rojo, encabezado por Angkar (que quiere decir "la Organización" en el idioma khmer), lanzó una justa lucha armada revolucionaria estableciendo bases de apoyo rurales entre el campesinado. (Luego, Angkar se declaró públicamente el Partido Comunista de Kampuchea, o PCK.) Sus metas: derrocar al imperialismo, desarrollar una nueva economía independiente y expulsar del país a todas las fuerzas dominantes extranjeras.
Con el avance de las fuerzas revolucionarias en Indochina, las fuerzas yanquis invadieron en 1965. En pocos años, tenían 500.000 soldados en Vietnam.
Un hecho desconocido en la mayor parte del mundo es que los yanquis también lanzaron una "guerra secreta" de bombardeos de saturación a los vecinos países de Camboya y Laos, en particular a las bases de apoyo rurales de las fuerzas guerrilleras. Estados Unidos aumentó su agresión contra Camboya. En 1969, un golpe de estado instigado por Estados Unidos tumbó a Sihanouk y puso en el poder al derechista general Lon Nol. En 1970, el presidente Nixon ordenó una invasión terrestre al este de Camboya, donde tenían bases fuerzas de liberación vietnamitas. Los yanquis perdieron y tuvieron que retirarse. El Khmer Rojo hizo grandes avances.
Estados Unidos respondió con una de las guerras aéreas más intensas y prolongadas de la historia: soltó más de 500.000 toneladas de bombas sobre Camboya entre 1970 y 1973 (tres veces la cantidad que soltó sobre Japón en la II Guerra Mundial). En 1973, en 160 días de "bombardeos de saturación", cayeron más de 240.000 toneladas de bombas, en especial sobre las principales zonas agrícolas del río Mekong.
Ese fue el verdadero crimen genocida en Camboya y marcó todos los acontecimientos posteriores.
En abril del 75, cuando las tropas del Khmer Rojo tomaron la capital de Pnom Penh, Angkar y las masas vivían condiciones sumamente difíciles. Como no pudo ganar la guerra, Estados Unidos se puso a destruir y castigar al país. El sector agrícola estaba en ruinas. Al menos 500.000 personas murieron durante la guerra, en gran parte debido a los bombardeos yanquis. Unos dos millones de personas, un tercio de la población, huyeron del campo a Pnom Penh, donde había una horrible escasez de comida.
Al comienzo de lo que Angkar llamó el "Año Cero", se presentaron gigantescos retos: construir un nuevo sistema de estado, y nuevos sectores agrícola e industrial, casi desde la nada, en una de las naciones más pobres del mundo, con la constante amenaza de una invasión.
En mayo del 75, el presidente Gerald Ford inventó el llamado incidente Mayagüez, lanzó nuevos ataques aéreos y destruyó la única refinería de petróleo de Camboya.
En estas condiciones, cualquier gobierno de Camboya hubiera tenido que tomar medidas de emergencia para que no murieran las masas. Además, el Khmer Rojo trataba de reemplazar la antigua sociedad semifeudal y semicolonial con su visión de una nueva Kampuchea Democrática independiente.
Todo análisis serio del Khmer Rojo tiene que partir de un conocimiento de estas condiciones, que es precisamente lo que ocultan los cuentos sobre el "genocidio del Khmer Rojo".
Tergiversaciones deshonestas
La prensa occidental repite el estribillo: "murieron al menos un millón de personas bajo el gobierno de Pol Pot". Eso debe hacer pensar que Pol Pot mató a un millón de personas.
Pero esa cifra incluye a todas las personas que murieron de hambre, enfermedades y ejecuciones políticas en los años 1975-1979, entre las guerras, cuya culpa se le echa al nuevo gobierno de Kampuchea Democrática del Khmer Rojo.
En el libro "After the Cataclysm: Postwar Indochina & the Reconstruction of Imperial Ideology", Noam Chomsky y Edward S. Herman dedican un útil capítulo a documentar la sistemática fabricación del mito oficial del "genocidio del Khmer Rojo" con información falsa y tergiversaciones.
Después de 10 años de guerra, revolución, invasión, bombardeos, hambruna y grandes trastornos, el territorio de Camboya estaba salpicado de fosas comunes. Efectivamente, centenares de miles murieron en los años del gobierno del Khmer Rojo. Nos presentan sus cráneos y huesos como prueba de las "atrocidades del Khmer Rojo". Pero la gran mayoría de los muertos de esos años fueron víctimas de guerra, bombardeos, hambre y enfermedad.
En su libro Cambodia 1975-82, Michael Vickery explica por qué nadie sabe cuántos camboyanos murieron en las guerras y trastornos de los años 70. No había datos demográficos fiables antes de la guerra. Noam Chomsky y Edward Herman (The Nation, 25 de junio de 1977) señalan que John Barron y Anthony Paul (quienes escribieron el primer libro de amplia circulación que acusara de genocidio al Khmer Rojo) estimaron que en el primer difícil año de 1976 solo un 10% de las muertes se debieron a ejecuciones políticas. El análisis de Vickery abarca los años 1975-79 y estima que un número superior murió a causa de ejecuciones, pero subraya la falta de precisión de todos los datos y estimaciones de ese período.
David Chandler, diplomático de Estados Unidos en Pnom Penh, informó que Washington calculó que iban a morir de hambre un millón de camboyanos tras sus bombardeos del país. Pero cuando centenares de miles efectivamente murieron de hambre, el aparato de propaganda estadounidense declaró que fue un "autogenocidio" de quienes se oponían a la agresión yanqui.
Todo tribunal internacional serio sobre genocidio en Camboya debería juzgar a los señores de guerra yanquis Richard Nixon, Henry Kissinger, el general Westmoreland, el secretario de Defensa Melvin Laird, Gerald Ford y demás.
Criterios para un análisis serio
Los defensores de la sociedad capitalista/imperialista estudian la experiencia de Camboya desde su perspectiva: defender y justificar la sociedad capitalista. En sus análisis, para empezar es un crimen trastornar la antigua sociedad. Describen como atrocidades el hecho de que el Khmer Rojo puso a la élite de las clases altas a hacer trabajos manuales, que animó a los jóvenes y las mujeres a romper con el tradicional control familiar, o que destituyó y a veces castigó a los funcionarios públicos de la antigua sociedad.
Los análisis que parten de esa posición de clase burguesa no pueden servir a nuestra lucha de liberación. Para los oprimidos, un análisis serio tiene que abordar estas experiencias desde una perspectiva completamente distinta, con criterios completamente diferentes: hacer rupturas radicales con ideas tradicionales y con relaciones de propiedad tradicionales [...]
Evaluar la experiencia del Khmer Rojo es muy complejo y difícil. Es difícil conseguir información y análisis fiables, y son muy fragmentarios. Pero hay varios importantes puntos iniciales que hay que considerar para evaluar seriamente la experiencia de Camboya y la posición del Partido Comunista de Kampuchea.
La reubicación de la población y la reconstrucción de la agricultura
La prensa burguesa a menudo acusa de atrocidades al Khmer Rojo porque evacuó a Pnom Penh inmediatamente después de tomarla en abril de 1975. La evacuación se presenta como una "marcha de muerte" cruel e irracional.
El Khmer Rojo temía, por razones concretas, que Estados Unidos bombardeara la capital. Así lo hizo en la ofensiva de Tet de 1968, cuando los luchadores vietnamitas se tomaron partes de Hue y Cholon.
Los enormes campamentos de refugiados en las afueras de Pnom Penh tenían solo pocos días de comida. Ocho mil personas murieron de hambre en el mes antes de la liberación. Los hospitales estaban sobresaturados y más de la mitad de los médicos estaban exilados. Para evaluar la decisión de evacuar a Pnom Penh, hay que tomar en cuenta esta situación objetiva. El nuevo gobierno de Kampuchea Democrática puso a todo el país en pie de guerra, y trasladó a la población a pueblos campesinos o zonas boscosas deshabitadas para sembrar arroz, crear nuevos sistemas de riego, restaurar la agricultura y reconstruir los caminos. Según Vickery, después de tumbar a Lon Nol, el Khmer Rojo reubicó al campo rápidamente a más de 2.5 millones de personas.
Indudablemente, este fue un proceso desgarrador. En muchas zonas, había que comer raíces y plantas silvestres mientras maduraba la primera cosecha. Había pocas herramientas y muchos de los reubicados sabían muy poco de los métodos de cultivo. Muchos murieron de hambre y enfermedad.
Pero también fue un proceso político desgarrador: llegaron grandes cantidades de foráneos a pueblos remotos y aislados, con pocos recursos. Inevitablemente, se gestaron fuertes conflictos sobre quién gobernaría, controlaría la tierra, y cómo distribuir los alimentos, herramientas y semillas.
Vickery describe un nuevo modelo político en que la población estaba dividida en tres categorías: Plenos derechos, Candidato y Depositario. "Las personas de Plenos derechos eran los campesinos pobres, la capa medio inferior de los campesinos medios y los obreros. Los Candidatos eran los campesinos medio superiores, los campesinos ricos y la pequeña burguesía. Los Depositarios eran las minorías capitalistas y extranjeras". Los que tenían lazos con los oficiales y policía de Lon Nol se consideraban Depositarios.
Según Vickery, a menudo en la práctica estas categorías se aplicaron de modo que "la verdadera división de importancia era entre la gente 'nueva' (evacuados) y la gente 'vieja' o 'de base'... que llevaban desde antes de abril de 1975 en las zonas revolucionarias. Tal división tuvo implicaciones: hasta los campesinos de las zonas no revolucionarias se clasificaban como Depositarios y, en algunos casos, había una diferencia entre los Depositarios de las bases de apoyo (ex capitalistas o no Khmer) y los 'nuevos' Depositarios de la ciudad". Ciertos escritores afirman que a los refugiados campesinos que huyeron a las ciudades a veces se les acusó de haber pasado al bando de Lon Nol y no se les tenía confianza. Es necesario analizar más estos informes.
Sería importante conocer más la línea y los programas del Khmer Rojo en la construcción del nuevo poder revolucionario. ¿Estaban construyendo una dictadura revolucionaria de los obreros y campesinos, y qué clases iban a ser sus aliados? ¿Cómo pensaban aplicar la "tierra para quienes la trabajan" y la colectivización de las tierras? ¿Proponían un frente único dirigido por el proletariado?
Vickery y otros escritores señalan que la línea y los programas que guiaron la reconstrucción variaban muchísimo de una región a otra y hasta entre pueblos vecinos. También sería importante conocer mejor las raíces de las diferencias de línea.
En muchos casos, el nuevo modelo se tuvo que organizar casi de la noche a la mañana, con poca o ninguna participación de cuadros políticos preparados. ¿En qué medida estas prácticas se basaron en las acciones y opiniones espontáneas de los campesinos "de base"? Los aldeanos tradicionalmente desconfiaban de la gente de las ciudades. Puede que algunos se opusieran a unirse con las grandes cantidades de fuereños que llegaban a sus aldeas.
¿En qué medida llevaron las debilidades organizativas y políticas de Angkar a aplicar políticas incorrectas y disparejas? Vickery y otros analistas dicen que las conexiones centralizadas entre las diferentes regiones del Khmer Rojo eran muy débiles, y que sus políticas eran muy distintas en las siete regiones principales del Khmer Rojo. Todo eso indica que tal vez la falta de una fuerte organización partidaria fuera un problema serio.
Para conocer qué pasó en Camboya sería importante evaluar la línea asociada con Pol Pot que surgió a la larga de las intensas luchas internas en Angkar/PCK después de la toma del Poder. Después de consolidar un comando unificado, Angkar/PCK se propuso abolir rápidamente la moneda, los sistemas salariales, los mercados, la religión y la propiedad particular de tierras y fuerzas productivas [...]
Vickery sostiene que la aplicación de las nuevas políticas consolidadas coincidió con un cambio en las ejecuciones políticas. Según Vickery, antes de 1977 se aplicaban castigos extremos principalmente a los oficiales y funcionarios relacionados con los crímenes del antiguo régimen. Después de 1977, el número de ejecuciones aumentó y abarcó tanto a gente "nueva" como a gente "de base" que se desviaran de las nuevas campañas y nuevas autoridades. Para repetir, es necesario investigar más y validar tales informes y para evaluar la medida en que se aplicaron métodos incorrectos para imponer las políticas del nuevo poder.
El problema del nacionalismo
Es sabido que las posiciones del Khmer Rojo se caracterizaban por un intenso nacionalismo khmer. Al parecer, hubo campañas para suprimir a la fuerza el idioma, la religión y la cultura de nacionalidades minoritarias, como los musulmanes cham. Los vietnamitas residentes en Camboya recibieron un tratamiento duro. La observación de Vickery de que a las nacionalidades minoritarias en su conjunto las clasificaron como "depositarios" indica que tales políticas no fueron meramente errores aislados.
Puede que tal estrecho nacionalismo también jugara un papel en la alianza entre el Khmer Rojo y los seguidores chinos del camino capitalista. En los años de su guerra de guerrillas, el movimiento Khmer Rojo forjó lazos estrechos con la China maoísta. Pero en septiembre de 1976, un año después del ascenso al poder del PCK, Mao Tsetung murió y sus íntimos colaboradores fueron arrestados en un golpe de estado contrarrevolucionario. Pol Pot fue a China en septiembre de 1977, su primera aparición pública, y a nombre del gobierno de KD y del PCK abrazó a los nuevos líderes reaccionarios de China.
La prensa burguesa vincula a Pol Pot con la Gran Revolución Cultural Proletaria que Mao dirigió en China, pero en los hechos, Pol Pot se inclinó hacia las fuerzas (como Deng Xiao-ping) que derrocaron a las fuerzas maoístas y revocaron la Revolución Cultural.
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Pol Pot y el movimiento del Khmer Rojo detentaron el poder nacional solo tres años. Las luchas internas entre Pol Pot y las fuerzas del PCK del este de Camboya llevaron a abiertos combates militares, que Vietnam aprovechó para invadir a Camboya y instaurar un nuevo gobierno. El Khmer Rojo tuvo que retroceder a las bases de apoyo rurales en el oeste de Camboya, donde todavía existe como fuerza militar. Un sector de la población luchó por defender el gobierno de Kampuchea Democrática, y por años un sector considerable de la población apoyó a Pol Pot a causa de su reputación intachable, su identificación con los campesinos y su implacable lucha contra la dominación extranjera.
Toda crítica revolucionaria a Pol Pot precisa una investigación mucho más profunda de los acontecimientos y políticas de esta compleja experiencia. Por lo pronto, parece que el reciente juicio de Pol Pot en la selva es una maniobra de ciertas fuerzas del Khmer Rojo para hacerse aceptar por facciones del gobierno camboyano y las potencias imperialistas.
Pol Pot expulsó de Camboya a los imperialistas yanquis y por eso es que lo odian. Al vilipendiar a Pol Pot, Estados Unidos avanza con su campaña de negar todo sueño de cambio social, y declara que hay que rechazar y condenar a la revolución comunista y hasta la independencia nacional de los países oprimidos. Eso no se les puede permitir.
Obrero Revolucionario, núm. 919, 17 de agosto de 1997
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