Ataque a Irán: ¿Órdago a la grande?EEUU e Israel amenazan a Irán con un ataque irrealizable.
Javier de Iriarte
A últimas horas de ayer saltaba la noticia: el régimen sionista israelí, con la previsible colaboración de los palmeros de costumbre, USA y Reino Unido, estaría ultimando los detalles de un inminente ataque contra Irán. El objetivo, por supuesto, sería destruir o retrasar ese supuesto programa nuclear de carácter militar, jamás demostrado, según el cual la República de Irán llevaría algo así como década y media "a meses" de obtener la bomba atómica.
Podría denunciar la repugnante hipocresía de las potencias Occidentales (todas ellas potencias nucleares), que han tolerado, cuando no alentado, que Israel se dote con cerca de dos centenares de cabezas atómicas mientras se permiten el lujo de chantajear o amenazar a naciones como Irán por hacer lo propio, pero no es ese el objetivo de estas líneas. Lo que aquí se mostrará es que semejante amenaza
es pura propaganda: una treta destinada a tratar de forzar a Irán a volver a la mesa de negociaciones que ni por asomo están en condiciones de cumplir. En otras palabras: juegan de farol.Y es que un análisis mínimamente serio de las dificultades tácticas, estratégicas y geopolíticas que presentaría materializar semejante amenaza lleva a la inevitable conclusión de que la operación en cuestión es poco menos que un suicidio en el que el Estado de Israel se jugaría su propia supervivencia y EEUU los últimos restos de su poder imperial.
El mito de OsirakEl 7 de Junio de 1981 la fuerza aérea israelí atacó por sorpresa el reactor nuclear de Osirak, reduciéndolo a cenizas y abortando de raíz las aspiraciones nucleares de Saddan Hussein: este es el obvio modelo que, supuestamente, seguiría un eventual ataque a Irán. Se trataría, básicamente, de repetir aquella operación a mayor escala. En teoría, una incursión aérea masiva por parte de Israel, EEUU y UK, realizada desde el propio territorio israelí y el océano indico, destruiría en pocos minutos las principales instalaciones nucleares iraníes. Todo, sobre el papel, acabaría en pocas horas.
Lamentablemente (para los imperialistas), semejante operación es completamente imposible. Y es que éxito del antecedente de Osirak se basó exclusivamente en el factor sorpresa: de haber estado prevenidos los iraquíes del ataque, este, claro está, hubiera sido poco menos que imposible.
Pues bien, en este caso, los iraníes, lejos de estar desprevenidos, llevan preparándose para un supuesto ataque israelí más de ocho años, lo que, como se supondrá, complica muy mucho la operación. Incluso, aunque aceptemos que la defensa antiaérea iraní no es rival para la tecnología yanqui, es absolutamente evidente que los iraníes han tomado precauciones para minimizar los daños: con seguridad (así lo indican algunos informes),
las instalaciones nucleares más importantes se encuentran bajo tierra, a salvo de cualquier ataque convencional; se sospecha que bajo núcleos urbanos densamente poblados. Por lo tanto, un ataque como el descrito no dañaría seriamente la capacidad nuclear iraní: se limitaría a destruir unas cuantas instalaciones menores y ya conocidas. Y todo ello, al coste de perder un buen número de aparatos.
El supuesto ataque, para ser mínimamente efectivo y serio, debería prolongarse por semanas o meses y recurrir incluso al uso de armas nucleares tácticas a fin de destruir las instalaciones subterráneas. No se trataría, por tanto de una simple incursión, de algo "limpio": se trataría de una guerra total en la que Irán se jugaría su supervivencia y pondría toda la carne en el asador. Y no son pocas las armas de las que Irán dispone:
El PetróleoConviene tener en cuenta dos hechos:
-El 40% de la producción petrolífera mundial debe pasar necesariamente por el estrecho de Ormuz, de apenas 80 Km de ancho.
-Irán, gracias a su enorme arsenal de misiles y proyectiles de todo pelaje, está en condiciones de bloquear completamente el tráfico marítimo en el estrecho. Esta situación podría mantenerse por semanas, meses o incluso años: recordemos que Hezbollah, infinitamente más débil que el estado persa, fue capaz de mantener un lanzamiento sistemático y continuo de proyectiles aún bajo los salvajes bombardeos israelíes por más de un mes.
En otras palabras:
Irán está en condiciones de reducir a la mitad el suministro petrolífero mundial, lo que provocaría subidas jamás vistas de su precio (entre 200$ y 300$ el barril). Ni que decir tiene que unas pocas semanas en esta situación, y más en este contexto, arrastrarían a la economía mundial a una monumental recesión.
¿Está dispuesto EEUU a pagar semejante precio? ¿Se lo permitirían la UE y China?
Lo dudo.
Irak y AfganistánSin duda, en el supuesto de que tenga dos dedos de frente, nadie tiene más interés en que este ataque no llegue a buen puerto que Obama, que, debería estar haciendo todo lo posible para convencer a Netanyahu que se deje de gilipolleces. Y es que una intervención en Irán se traduciría en una auténtica pesadilla para los yanquis en Irak y Afganistán de resultados potencialmente catastróficos.
Recordemos que EEUU mantiene en Irak unos 100.000 soldados en calidad de tropas de ocupación, una cantidad claramente insuficiente hasta para mantener el orden. Recordemos, además, que Irak está ahora mismo gobernado por el partido chiita, que mantiene excelentes relaciones con Teherán, y que, no en vano, gran parte de la población iraquí ve a los iraníes como sus hermanos de sangre.
Con todo esto presente, no es descabellado imaginar a decenas de divisiones del ejército iraní entrando por sorpresa en Irak y procediendo a barrer sin contemplaciones a las relativamente débiles fuerzas de ocupación americanas. Y todo ello entre los aplausos de los iraquíes, que sin duda los verían como fuerzas de liberación. El resultado bien podría ser, mucho antes de que americanos o británicos pudiesen reaccionar, decenas de miles de prisioneros aliados y un desastre militar sin precedentes.
Cosa parecida podría pasar en Afganistán, dónde los iraníes procederían a armar y financiar masivamente a los Talibanes, lo que haría irrespirable (más si cabe) la situación para las tropas americanas.
Una pesadilla estratégica para IsraelPero sin duda, nadie se arrepentiría más sinceramente de haber iniciado esta tormenta de que Israel, que se vería sitiada por sus cuatro costados por enemigos determinados a su aniquilación. Es fácil visualizar lo que ocurriría en caso de ataque:
-Probablemente, decenas de misiles de medio y largo alcance caerían sobre las principales ciudades israelíes, sembrando el pánico y produciendo un efecto devastados sobre la opinión pública.
- Paralelamente, los proiraníes de Hezbollah, que ya demostraron el 2006 su capacidad operativa, y que se ha fortalecido significativamente, procederían a inundar el norte y centro de Israel con proyectiles y misiles de corto alcance. Es posible, incluso, que tomasen al asalto algunas localidades del Norte de Israel, sembrando más caos.
-Para más inri, y con la colaboración más o menos directa de Egipto, Hamás lanzaría una ofensiva desde Gaza, contribuyendo a generar aún más desconcierto y descomponiendo rápidamente la economía israelí.
Todo ello sin perder de vista la clara hostilidad de Siria, Egipto y Turquía (siempre me ha asombrado la capacidad de Israel de hacerse enemigos), que, dependiendo de cómo evolucionen los acontecimientos, podrían incluso involucrarse directamente contra Israel. Esto sólo podría concluir con la completa derrota militar de Israel, capaz de mantener una guerra en tan cantidad de frentes, o, todavía peor, en una escalada que llevase a involucrarse a potencias nucleares como China y Pakistán en el conflicto con resultados imprevisibles.
La imposibilidad de ocupar Irán militarmenteUn dato: Irán tiene tres veces más población de Irak y cuatro veces más superficie. Otro más: Irak es, en sus tres cuartas partes, una planicie desértica; Irán es, en sus tres cuartas partes, alta montaña. Dicho esto, y recordando el completo fracaso americano en Irak y los miles de muertos que se han dejado en el camino, no hace falta explicar hasta qué punto un intento de invadir Irán se traducirá para los yanquis en el más completo desastre militar y económico.
ConclusiónPor todo lo dicho, un hipotético ataque a Irán sólo pude interpretarse como una escenificación vacía. Dado el contexto geoestratégico y económico, y aun asumiendo las terribles pérdidas que supondría para Irán y su pueblo una guerra abierta contra EEUU e Israel, los más perjudicados serían, precisamente, aquellos que la promueven.
Nadie teme al lobo feroz.
http://www.kaosenlared.net/noticia/ataque-iran-ordago-la-grande