Comunicado de Unión Proletaria ante la muerte del camarada Kim Jong-il
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Con profunda conmoción hemos recibido en Unión Proletaria la noticia del fallecimiento, el pasado 17 de Diciembre, del camarada Kim Jong-il, Secretario General del Partido de los Trabajadores de Corea, Presidente de la Comisión Nacional de Defensa de la República Popular Democrática de Corea, Comandante Supremo del Ejército Popular de Corea. El camarada Kim Jong-il ha sido una de las más grandes figuras del movimiento obrero en estas últimas décadas, un gran amigo del movimiento comunista internacional y de la causa de los pueblos que ansían liberarse de la opresión y la dominación imperialistas, y sobre todo había sido, desde 1994, el líder la República Popular Democrática de Corea (también conocida como Corea del Norte) un país que hoy en día aparece ante el resto del mundo como un referente del socialismo como alternativa a la sociedad burguesa. El camarada Kim Jong-il murió de la misma forma que vivió –trabajando febrilmente para el pueblo coreano, mientras viajaba en un tren, en un enésimo viaje de visita a granjas colectivas y unidades militares del país-, víctima del cansancio físico y mental. Unión Proletaria quiere expresar sus condolencias al Partido de los Trabajadores de Corea y al pueblo de la RPDC por la muerte de este gran líder.
Nacido en 1942 bajo el fuego de la guerra de liberación anti-japonesa que lideraba su padre, Kim il-Sung, el camarada Kim Jong-il había sido, desde su más temprana juventud, un cuadro fogueado en la lucha por el avance del socialismo coreano, desde las filas del PTC, en el cual entró a militar en 1961, accediendo al Comité Central en 1972. En 1994, tras la muerte de su predecesor, el camarada Kim il-Sung, Kim Jong-il fue elegido de forma legítima Secretario General del PTC y presidente de la Comisión Nacional de Defensa, cargos que ostentaría hasta su muerte, gozando del respeto y el amor sinceros del Partido y del pueblo coreano.
Kim Jong-il será recordado por haber asumido la inmensa responsabilidad de suceder al anterior presidente de la RPDC, el camarada Kim il-Sung, en la labor de dirección de la construcción del socialismo en Corea, en las durísimas circunstancias de los años 90, época en la que la RPDC fue privada de sus mayores socios económicos y comerciales tras la caída de la Unión Soviética, situación profundamente agravada por la serie de inundaciones que sufrió el país, de por sí ya perjudicado por su escasa superficie cultivable, y por el endurecimiento del bloqueo comercial y el acoso de un imperialismo estadounidense exultante por la caída del campo socialista en el Este de Europa y la Unión Soviética tras la llamada Guerra Fría.
En una situación en que otros muchos estadistas podrían haber (como de hecho lo hicieron) renunciado a sus principios ideológicos y rendirse ante la aparente abrumadora superioridad del capitalismo internacional, en una situación en que otros habrían escogido el camino fácil, optando por una vida cómoda y opulenta a costa de vender el país a la contrarrevolución capitalista, el camarada Kim Jong-il optó por el camino de la fidelidad a la obra de su predecesor, el presidente Kim il-Sung, la fidelidad y la entrega a su pueblo, la fidelidad a los principios más elementales del socialismo. En una época en que lo que quedaba de la desaparecida Unión Soviética disfrutaba de los amargos sabores de la “economía de mercado”, el camarada Kim Jong-il se mantuvo fiel al modelo económico construido hasta entonces en la RPDC, mostrando su inquebrantable confianza en la propiedad socialista y cooperativa, en la planificación económica, y sobre todo en el esfuerzo y el sacrificio del pueblo coreano por la construcción de una nueva sociedad que sienta las bases del comunismo, y todo ello pese a las limitaciones objetivas y las tremendas dificultades que conoció el país durante la llama “ardua marcha” (un equivalente de los que fue el “periodo especial” para el pueblo cubano). De hecho, son ya famosas las lapidarias palabras del camarada Kim Jong-il a sus compañeros del Partido en la primera sesión plenaria del Comité Central tras su elección como Secretario General: “Por mi parte, no esperéis ningún cambio”.
En una época en que, cuando tras la caída de la Unión Soviética, la tormenta anticomunista arreciaba con fuerzas, muchos comunistas del mundo estaban desorientados y estaban dudando sobre la justeza de lo que defendían. Y en aquel momento, el camarada Kim Jong-il defendió con firmeza los principios del marxismo-leninismo y la necesidad del socialismo-comunismo como forma superior de sociedad, alternativa a la barbarie y la opresión que supone el capitalismo para los pueblos del mundo. De alguna forma, queremos rendir homenaje a este gran líder comunista por el papel desempeñado por él en la defensa del socialismo en los momentos más difíciles para el movimiento comunista. Con estas breves palabras pronunciadas en 1993 por el camarada Kim Jong-il, ofrecemos al lector una oportunidad para conocerle más en profundidad y honrar su memoria:
“En el momento actual, los renegados están más activos que nunca para denigrar el socialismo. Incluso hoy, cuando el socialismo ha dejado lugar al capitalismo en varios países, siguen invocando los mismos argumentos para atacar el socialismo, lo que desvela por completo su rostro repugnante como lacayos del imperialismo que son.”
“…el socialismo representa la ideología más avanzada que existe, conforme a las aspiraciones intrínsecas del hombre, mientras que el socialismo es el orden social más avanzado, porque asegura plenamente a las masas populares una vida independiente y creado. No es el régimen socialista sino el régimen capitalista el que oprime la independencia y la creatividad de las masas populares. En la sociedad capitalista las masas laboriosas no son más que esclavas del capital y no pueden de ninguna manera gozar de una vida satisfactoria, independiente y creativa. Tratar de desacreditar el socialismo etiquetándolo de “cuartel militar” viene, a fin de cuentas, a querer invertir las cosas del mundo y a presentar el negro en lugar del blanco.”
“Los renegados del socialismo han atacado fervorosamente al centralismo democrático dirigiendo la punta de lanza de sus ataques bajo pretexto de combatir el ‘sistema de mando administrativo’. Sin embargo, el centralismo democrático es un principio importante que hay que respetar en las actividades del Estado socialista en el cual la democracia y el socialismo se asocian mutuamente, lo que constituye rasgo representativo de sus actividades. Aquellos que bajo la consigna de ‘democracia, han desechado el centralismo democrático y han provocado la anarquía, optan abiertamente, ahora que han destruido el socialismo en sus países, por la dictadura burguesa.”
“Para defender y apuntalar la causa del socialismo, hay que desarrollar y perfeccionar sin cesar las ideas socialistas e impregnar de ellas a las masas populares de manera que mantengan una fe inquebrantable en el socialismo. Y esta fe proviene de la convicción que uno tiene de la justeza de la obra del socialismo […] Si encontramos renegados de la revolución en el camino de la edificación del socialismo, ello se debe a que no están hechos a la medida del socialismo al punto de inspirar de él su fe y considerarlo como una obligación moral. La causa del socialismo es la del pueblo. Traicionarlo equivale a traicionar al pueblo, lo que es sinónimo de cometer un acto de la peor inmoralidad […] Aquellos que traicionan la confianza que han tenido en ellos los miembros del Partido y el pueblo, y gracias a la cual han llegado a ocupar puestos importantes en la dirección del partido y del Estado, cometen un acto de lo más vil y abyecto.”
“Estar al servicio del pueblo, he aquí donde reside la naturaleza y el valor del partido y del poder estatal de la clase obrera, que difieren radicalmente de aquellos de la clase explotadora. El menor privilegio es intolerable en sus actividades de servidores del pueblo. De por su naturaleza, el socialismo excluye todo privilegio. El abuso de autoridad y la burocracia en la práctica socialista en el pasado se deben a que el partido y el poder estatal no fueron edificados en función de su misión de servidores del pueblo.”
“…en algunos países, el debilitamiento de la confianza del pueblo proporcionó la ocasión para librarse a actos de traición; se lanzaron críticas absurdas contra el socialismo al calificarlo de ‘totalitarismo’, y se han vertido palabras melosas sobre la instauración de un ‘socialismo humanitario y democrático’, para inducir al pueblo en error y levantarlo contra el partido en el poder y el gobierno del socialismo. El desmantelamiento del socialismo no ha traído el ‘socialismo humanitario y democrático’ al pueblo, sino el capitalismo con todos sus males […] En aquellos países en los que se derrumbó el socialismo, y el capitalismo fue restaurado, el abuso de poder y la burocracia, lejos de desaparecer, fueron reglamentados, legalizados, generalizados.”
“El socialismo garantiza una vida cómoda y altamente civilizada a las masas populares. La aspiración histórica de las masas populares a una vida exenta de toda preocupación y toda inquietud no se puede realizar más que en la sociedad socialista donde el partido y el Estado responden a las condiciones de vida del pueblo. Esto es impensable en una sociedad capitalista.”
“Si los renegados del socialismo siguen con la misma cantinela sobre la ‘vida en un cuartel militar, cuya falsedad ha sido desvelada por completo, es porque tratan de disimular de manera estúpida los actos de traición que cometieron librando al pueblo trabajador al paro, la miseria y los males sociales […] Todas las campañas de propaganda antisocialistas, que tildan al socialismo de ‘totalitarismo’, de ‘cuartel militar’ o de ‘sistema de mando administrativo’ apuntan realmente a denigrar el colectivismo socialista para glorificar el individualismo burgués. Esto implica que la lucha entre los socialistas y los renegados del socialismo es una lucha entre el socialismo basado en el colectivismo y el capitalismo que reposa en el individualismo.”
“La realidad confirma siempre, de manera clara, que aquellos que defienden el regreso a las cosas antiguas no tienen de ninguna manera una forma novedosa de pensar. Es ridículo hablar de alguna forma novedosa de pensamiento sin saber distinguir el colectivismo del totalitarismo. Es una mascarada pura y simple el falsificar, para restaurar el capitalismo, las realidades socialistas mediante una forma de pensar y un criterio que ya han pasado a la historia.”
“El colectivismo ha conocido un desarrollo continuo en tanto que ideología socialista. La aparición del marxismo reviste una importancia histórica en el desarrollo de la ideología colectivista. El marxismo ha desvelado la verdad de que uno no puede realizar sólo su liberación, sino que es la fuerza unida de la clase obrera la que puede eliminar la explotación del hombre por el hombre y traer la libertad y la igualdad auténtica al hombre.”
“Como guía político de la sociedad, nuestro partido, partido revolucionario de tipo jucheano, se responsabiliza del destino del pueblo, lo conduce y cuida de todos los aspectos de su vida […] El partido está al servicio de las masas populares, quienes, a su vez, obedecen sus directrices, compartiendo todo el mundo la misma suerte, tanto en lo bueno como en lo malo, he aquí de donde proviene la dignidad irrestricta de nuestro pueblo y donde está la fuente de su invencibilidad.”
“Debemos sacar lecciones como conviene del fracaso del socialismo en algunos países, hacer prueba de bastante inteligencia y valentía para cambiar en nuestro favor una coyuntura desfavorable, rechazando de forma categórica todas las calumnias contra el socialismo de un puñado de individuos y redoblar nuestras energías en nuestro camino hacia el futuro radioso de la humanidad.”
Es inútil decir, por todo lo expuesto arriba, que el camarada Kim Jong-il estaba lejos de responder al estereotipo de estadista “hijo predilecto” de su antecesor en el cargo, como nos quieren hacer creer desde los medios de persuasión de masas de la burguesía. No obstante, hay que apuntar que es perfectamente normal que desde países imperialistas donde existen instituciones feudales que ocupan la jefatura del Estado, siendo ésta heredada de padre a hijo, como es el caso de España, la burguesía imperialista trate de desviar la atención de las masas, anatemizando a países como la RPDC, que representan una alternativa a la dominación de la burguesía, calificándola con el mayor de los cinismos de “dinastía comunista”, sobre todo en un momento en que la monarquía borbónica en España está envuelta en un escándalo de corrupción que pone seriamente en entredicho su legitimidad.
El camarada Kim Jong-il fue un líder cercano al pueblo coreano, al que como líder de la RPDC estuvo dedicado en cuerpo y alma para proveerle el máximo bienestar y felicidad posibles, manteniendo el tipo de liderazgo norcoreano iniciado por Kim il-Sung durante la etapa del “movimiento Chollima”. El camarada Kim Jong-il solía decir que el pueblo era su mejor maestro. Siempre estaba en contacto con la realidad cotidiana de las masas laboriosas de Corea, en las fábricas, en las granjas colectivas, en las unidades militares… preocupándose siempre de sus problemas y trabajando para tratar de resolverlos. Sirva de ilustración de estos hechos, la nada despreciable marca realizada por el camarada Kim Jong-il en 2009, año en que hizo más de 100 visitas a fábricas y centros de trabajo a lo largo y ancho del país. Los trabajadores de España aún están esperando, sin embargo, que un Zapatero, un Rajoy o un Juan Carlos de Borbón acudan a un centro de trabajo a preguntar sobre las condiciones de vida de los obreros.
Esta incesante labor de servir al pueblo, y la heroica tarea de mantener el legado socialista de Kim il-Sung, son los verdaderos motivos, y no otros, por los que el camarada Kim Jong-il era tan amado por su pueblo y recibía el apelativo de “Querido líder”, cosa que despierta tanta suspicacia y condena dentro del mundo capitalista occidental. Sin embargo, hay que apuntar que es lógico que los políticos burgueses de las sociedades capitalistas no puedan, sencillamente, comprender o tolerar que un pueblo ame a su líder, cuando ellos se dedican continuamente a explotar y a robar al pueblo.
El camarada Kim Jong-il también será recordado por haber gestionado los gigantescos pasos dados en materia de diplomacia con la República de Corea del Sur, mediante la histórica declaración conjunta del 15 de junio del año 2000, cuando Corea del Sur estuvo gobernada por el gobierno socialdemócrata (el primero en toda la historia de Corea del Sur) de Kim Dae Jung. Con aquella histórica declaración, se materializaron algunas de las líneas establecidas por el camarada Kim il-Sung para iniciar el proceso de reunificar las dos Coreas, aspiración histórica y legítima del pueblo coreano de ambas partes de la península, separados injustamente y de forma arbitraria por el imperialismo estadounidense, quien no puede tolerar que un pequeño pueblo como el norcoreano, que le infligió la primera derrota militar de su historia, se reunifique libre de las tutelas y la dominación extranjeras. Afortunadamente para el imperialismo estadounidense, la democracia burguesa permite engañar al pueblo cada pocos años gracias a las urnas, colocando a la administración que responda mejor a de los intereses del capital financiero internacional. Gracias a la democracia al estilo occidental, la llegada del ultraderechista Lee Myung-Bak a la presidencia de Corea del Sur echó por tierra los pasos dados entre ambos Estados de la península y elevó a niveles superiores la escalada militar agresiva contra la RPDC por parte de EEUU y de Corea del Sur. Sin embargo, pese a las provocaciones militares, los chantajes, las amenazas y la guerra psicológica librada contra la RPDC, la predisposición al diálogo por parte del camarada Kim Jong-il y el gobierno de la RPDC no menguaron. Esto lo atestigua el hecho de que la RPDC haya permitido la entrada por tierra o avión a su territorio a todos aquellos surcoreanos que deseen presentar sus condolencias por la muerte de Kim Jong-il. Huelga decir que el gobierno de Corea del Sur ha prohibido este tipo de viajes.
Junto con la defensa de los principios enunciados por Marx, Engels, Lenin y Stalin, el camarada Kim Jong-il desarrolló y profundizó, por una parte, el pensamiento filosófico Juche formulado por Kim il-Sung. Se trata de una concepción de raíces orientales que parece confrontar con el marxismo-leninismo en algunos aspectos, pero que tiene, al mismo tiempo, la virtud de destacar la relevancia del factor subjetivo, subrayando que son las masas populares, y no los individuos, quienes crean la historia. Por otra parte, el camarada Kim Jong-il tuvo un papel destacado en la enunciación y aplicación del principio del Songun, que da prioridad y concentra los esfuerzos en el ejército como sector social que juega un rol decisivo para llevar adelante la revolución y la construcción del socialismo. Ambos principios, el Juche, desarrollado para impulsar la capacidad del pueblo coreano de depender de sus propias fuerzas (particularmente frente a la tendencia contrarrevolucionaria que ha recorrido el mundo en las últimas décadas), y el Songun, que surgió en un momento en que el imperialismo se volvía cada vez más agresivo, y la amenaza de sufrir una segunda agresión imperialista por parte de los Estados Unidos se hacía cada vez más real, el camarada Kim Jong-il los sistematizó en un programa científico para el avance revolucionario del pueblo coreano. Así, el camarada Kim Jong-il ha dejado tras de sí a un país soberano, libre, independiente, con un alto estatus político en la arena internacional, con capacidad para responder a las agresiones militares del imperialismo. Ha convertido a la RPD de Corea en una potencia nuclear, ya que el arma atómica parece ser el único lenguaje que los Estados Unidos comprenden en asuntos de diplomacia. Gracias a la labor de dirección del camarada Kim Jong-il, la RPDC confirma aquello de que un pueblo armado será un pueblo respetado.
El otro gran mérito del camarada Kim Jong-il es haber llevado las riendas del país tras la “ardua marcha” y conseguir restablecer niveles económicos de bienestar para el pueblo, sacando al país de la grave situación económica en la que se encontraba. Así, bajo la dirección del camarada Kim Jong-il, la RPDC afrontó en 2008 su tercer plan quinquenal, con el que pretende para el año 2012 convertirse en una gran potencia industrial próspera, priorizando el desarrollo tecnológico y científico y homologando la producción industrial norcoreana al nivel técnico de los países más avanzados. La producción de una tecnología estatal propia de telefonía móvil 3G, la obtención de la ya citada energía nuclear, tanto en asuntos civiles como militares, así como el lanzamiento al espacio del segundo satélite norcoreano Kwangmyongsong-2, confirman los gigantescos progresos logrados por la RPDC, pese a las dificultades, bajo la dirección del camarada Kim Jong-il.
Mediante el restablecimiento de los niveles de crecimiento económico previos a la caída de la Unión Soviética, el pueblo coreano ha conseguido asegurar unos niveles de bienestar, que, siendo ciertamente humildes, sin conocer el consumismo propio del mundo capitalista ni los lujos personales, aseguran a cada ciudadano de la RPDC una vida segura, digna, y feliz, con empleo y vivienda asegurados, y educación y medicina gratuitos e universales. Esa felicidad del pueblo de la RPDC, el camarada Kim Jong-il dedicó toda su vida a cuidar de ella, y sólo es una realidad gracias a que Corea Democrática se mantuvo y se mantiene socialista, sin capitalismo, sin burguesía que domine el país, sin explotación del hombre por el hombre, pudiendo afirmarse sin ningún tipo de dudas que la RPDC es una prueba viviente de que existe solución para un mundo abocado al cataclismo al que nos conduce la crisis estructural capitalista. Un socialismo con características coreanas donde, en la medida de sus posibilidades, el pueblo coreano está sentando las bases para conseguir una futura sociedad comunista como parte de la revolución mundial.
Por todo ello, gracias a la labor del camarada Kim Jong-il, los comunistas del mundo entero, así como el pueblo norcoreano, no olvidarán nunca que la RPDC ha podido mantenerse como un faro de esperanza para todos los parias, los miserables, los pueblos empobrecidos y oprimidos del mundo, demostrando día tras días, a través de éxitos impresionantes, la superioridad del sistema socialista sobre el capitalista. Gracias a la labor del camarada Kim Jong-il, el legado dejado por el Kim il-Sung se ha podido continuar, permitiendo a la RPDC mantenerse como país soberano en lo político y en lo económico, y plantándole cara al imperialismo. Gracias a la labor del camarada Kim Jong-il, el pueblo norcoreano puede seguir gozando de las ventajas y del bienestar que ofrece el socialismo. Estos son algunos de los logros (bastante notables para un país del llamado tercer mundo, antigua colonia del Japón, semi-feudal y atrasadísimo en 1948, año del inicio de la Revolución) que la RPDC ha mantenido en la actualidad, y que puede exhibir con orgullo ante el mundo entero:
La esperanza de vida en la RPDC es de 68,4 años, frente a los 38,4 años en 1940 (en 1995 era de 74,5 años)
La tasa de mortalidad infantil es del 33 por mil, frente al 204 por mil en 1940.
En un momento en que en la UE la inversión en medicina y sanidad públicas está siendo seriamente restringida y se está privatizando la sanidad a marchas forzadas, la RPDC posee un sistema sanitario universal y totalmente gratuito, a que la Directora General de la OMC, Margaret Chan, definió como “la envidia de muchos países en desarrollo”. Antes de la revolución coreana, la RPDC contaba tan sólo con 15 hospitales. Hoy, ya son más de 500 por todo el país. En la RPDC hay más de 29 médicos para cada 10 000 habitantes (una marca solamente superada por países como Cuba) frente al 0,5 de los días previos a la Revolución. Corea del Norte es, además, el único rincón del mundo donde no se ha registrado ningún caso de SIDA.
Mientras que en España el desempleo llega a los 5 millones de personas, en la RPDC, gracias a su economía de planificación socialista, donde la producción se rige en función de las necesidades objetivas del país, y no de la valorización del capital, la tasa de desempleo es del 0,1%. En la RPDC el trabajo es un derecho garantizado a cada ciudadano desde el nacimiento, con una jornada estable de 8 horas, y jubilación a los 60 años (55 años en el caso de las mujeres).
Gracias al socialismo, la RPDC es un territorio libre de analfabetismo (frente a los 2,3 millones de analfabetos de los días previos a la Revolución). Los hijos del pueblo coreano pueden seguir teniendo la oportunidad de disfrutar de un sistema educativo de 11 años de educación obligatoria, gratuita e universal, jardines de infancia y casas cuna, totalmente gratuitas. Más de 2 millones de personas se han licenciado en las distintas universidades del país, que son más de 280 en todo el país (en contraste con la época de la dominación colonial japonesa, cuando no había ninguna universidad en todo el país, y sólo un 4,6% de la población estaba escolarizada).
Desde Unión Proletaria queremos dar nuestro pésame a los familiares del difunto camarada Kim Jong-il y al conjunto del pueblo coreano, tanto el del Norte como el del Sur, al que acompañamos en su dolor por esta pérdida irremplazable y que sentimos como demasiado prematura. Saludamos y deseamos éxitos a sus sucesores en las tareas de dirección de la RPDC, a los cuales queremos expresar nuestro apoyo incondicional a su labor en favor del socialismo. No obstante, estamos convencidos de que, aún en la ausencia del camarada Kim Jong-il, el pueblo coreano seguirá caminando por la senda del progreso y del desarrollo económico, social y político, pues precisamente si algo le ha enseñado Kim Jong-il al pueblo coreano es a saber tomar las riendas de su destino. Estamos convencidos de que, decepcionando las expectativas de la burguesía imperialista, la RPDC seguirá por la vía del socialismo, el cual irá mejorando más y más, y seguirá entusiasmando a la humanidad progresista con los éxitos que está proporcionando a la RPDC, que seguirá siendo un faro que le indica al mundo el futuro que le espera a toda la humanidad, en su inexorable marcha hacia la liquidación del imperialismo y la construcción de una humanidad comunista; y estamos convencidos de que el pueblo coreano sabrá responder ante cualquier eventual agresión del imperialismo, en especial el estadounidense, defendiendo a su patria y a su sistema hasta las últimas consecuencias, en un momento en que el imperialismo, como animal agonizante, está dando sus últimos coletazos, está buscando guerras de agresión contra los pueblos soberanos de aquí y allá como salida a su crisis estructural. Afirmamos que ni las armas atómicas, ni los chantajes, ni las sanciones económicas o políticas, ni los planes de invasión militar por parte del imperialismo yanqui, podrán impedir la reunificación de la península coreana, cosa que será una realidad tan inevitable como la de un futuro mundo comunista libre de imperialismo; una reunificación de las dos Coreas, y un debilitamiento moral, político y militar del imperialismo y de las ases que lo sustentan a la que habrá contribuido de forma valiosísima el camarada Kim Jong-il.
¡GLORIA ETERNA AL CAMARADA KIM JONG-IL!