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En la sociedad socialista la tarea principal de la labor ideológica es homogeneizarla enteramente con las ideas socialistas. El proceso del desarrollo y perfeccionamiento de la sociedad socialista es el de transformación de todas las esferas de la vida social a tenor de las exigencias de la ideología socialista, y lo más importante en él es dotar con ésta a todos sus miembros,logrando de esta manera la homogeneización ideológica de la sociedad. La labor ideológica debe servir a esta tarea. En cualquier sociedad la clase gobernante trata de lograr la preponderancia de su ideología. En la capitalista que está dividida en clases y donde los intereses de sus integrantes están en conflicto, no puede predominar una sola ideología y es inevitable su diversidad. Los imperialistas y sus portavoces califican este fenómeno de “libertad” ideológica y lo pregonan como un orgullo del “mundo libre”. Sin embargo, en la sociedad capitalista donde los monopolistas y los gobernantes reaccionarios se apoderan de las publicaciones, de la prensa oral y escrita y otros medios de difusión y los de educación, es imposible el desarrollo libre de las ideas progresistas. Para cubrir la sociedad capitalista con la careta democrática, los gobernantes burgueses reaccionarios las toleran en cierta medida, mas, cuando les parece que ellas, por poco que sea, pueden amenazar su sistema de gobernación, las reprimen sin miramientos. En apariencia, se admiten diversas corrientes ideológicas, pero en su
totalidad son variantes y expresiones de la ideología burguesa. La “libertad” ideológica a la que dan tanta publicidad los imperialistas es una engañosa consigna destinada a adornar con esa etiqueta sus conjuras que por todos los métodos y medios posibles realizan para reprimir las ideas progresistas y difundir las burguesas reaccionarias, y a justificar su penetración ideológica y cultural en otros países.
Unicamente en la sociedad socialista donde no existen la explotación ni la opresión y se ha puesto fin al conflicto entre las clases, todos sus miembros pueden armarse e identificarse con una sola ideología por la comunidad de sus objetivos, aspiraciones e intereses. La ideología socialista es científica, que refleja la naturaleza independiente del hombre e ilumina el camino para realizar la independencia de las masas populares,y es natural que éstas la acepten como suya. Cuando están plenamente pertrechadas con ella, pueden forjar sus destinos de manera independiente y creadora y dar cima a la causa del socialismo. Los imperialistas y los renegados del socialismo calumnian la labor de educación ideológica en la sociedad socialista llamándola “uniformación” o “inyección de ideas”. Es una absurda tergiversación para difamar al socialismo, un sofisma para justificar el carácter falaz y reaccionario de la propaganda burguesa. La ideología socialista forma a las masas populares como ente independiente dotado con la conciencia ideológica de independencia y la facultad creadora, mientras las ideas burguesas reaccionarias las convierten en esclavas dóciles al dominio del capital, en desvalidas ideo-espirituales. En la sociedad capitalista, donde reinan la gobernación reaccionaria de los burgueses, la explotación y opresión del capital, es reprimida la conciencia de independencia de las masas populares, pisoteadas sin piedad sus aspiraciones y exigencias, refrenados y deformados su talento e inteligencia creadores. Los imperialistas y demás reaccionarios paralizan la sana mentalidad de las masas populares con todo tipo de mentiras y fraudes y difunden entre ellas ideas reaccionarias y corruptas costumbres burguesas. Esto es precisamente la represión ideológica que impide el desarrollo de la conciencia de independencia, y la criminal conjura encaminada a inyectar ideas reaccionarias a los pueblos. En el régimen socialista, sólo si se pertrechan sólidamente con la ideología socialista, las masas populares pueden liberarse definitivamente de la influencia y las restricciones de todo tipo de ideas viejas y realizar su exigencia de independencia, así como desarrollar plenamente la personalidad, la aspiración,la inteligencia y el talento de cada hombre. La ideología socialista, como la más revolucionaria destinada a defender y realizar la independencia de las masas populares, es un arma para la auténtica liberación ideológica,liberación del hombre, pues le indica el camino para su ilimitado desarrollo ideológico y espiritual. Es la síntesis del desarrollo ideológico de la humanidad,ya que ha tomado sobre sí y abarca todas las ideas progresistas que se avienen a la exigencia de las masas populares por la independencia; y siendo su cúspide, es la más avanzada, la de mayor magnitud. La labor de educación llamada a dotar a las masas populares con las ideas socialistas es para hacer realidad su aspiración y exigencia de independencia, de llevar una sana y abundante vida ideológica y cultural, liberadas de las trabas de todo tipo de ideas viejas. El partido de la clase obrera educa al pueblo en las ideas socialistas en bien de éste mismo, y esto es una manifestación de su gran afecto y solicitud hacia él.
Las actividades ideológicas y culturales de nuestro pueblo bajo el régimen socialista centrado en él y sus nobles rasgos ideológicos y espirituales atestiguan con nitidez la superioridad y el poderío de este régimen, de la ideología socialista y de la educación ideológica de nuestro Partido. En nuestro país, aun en medio de difíciles y complejas circunstancias, todo el pueblo está unido monolíticamente en torno al Partido y a su Líder,toda la sociedad se ha integrado en una gran familia armoniosa,y las personas, llenas de convicción y optimismo, viven y trabajan ayudándose y guiándose unas a otras como seres consanguíneos. Todos, según sus deseos y vocaciones, estudian a sus anchas, disfrutan de ricas actividades culturales y espirituales y exhiben su inteligencia y talento. Este es el auténtico aspecto de nuestra sociedad que va homogeneizándose con una sola idea, la socialista, gracias a la intensificación de la labor ideológica, bajo la dirección del Partido. Nos compete combatir de modo consecuente la ofensiva ideológica reaccionaria de los imperialistas y los renegados del socialismo y reforzar la educación en las ideas socialistas, de modo que el pueblo se convenza firmemente de lo científico,
verídico e invencible que es el socialismo. La idea revolucionaria, la socialista, que debe poseer nuestro pueblo es la doctrina Juche
y la educación con ella constituye lo fundamental en la labor ideológica de nuestro Partido. Con la creación de la idea Juche, el gran Líder, camarada Kim Il Sung, dilucidó los principios socio-históricos centrados en el hombre y colocó sobre un nuevo cimiento científico la
ideología socialista. Al superar las limitaciones históricas de las anteriores doctrinas socialistas y todas las tergiversaciones oportunistas del socialismo y reflejar fielmente las exigencias de la nueva época histórica, la de la independencia, en la que las masas populares se han presentado como dueñas de sus destinos, la idea Juche imprimió un nuevo desarrollo a la ideología y a las teorías socialistas y las erfeccionó. Sólo tomándola como guía directriz y aplicándola al pie de la letra, es posible impulsar con éxito y culminar la causa de las masas populares por la independencia, la causa socialista. Si nuestro Partido y pueblo han edificado con éxito el socialismo centrado en
las masas populares aun en condiciones tan difíciles, y ahora lo defienden y lo hacen avanzar triunfalmente pese al brusco cambio de la situación internacional y a las severas circunstancias, es que han tomado como guía rectora la idea Juche y la han materializado de manera consecuente. La vida prueba que es la más científica ideología socialista que corresponde a la exigencia de la época actual.
También en el futuro debemos marchar con la bandera de la idea Juche en alto y aplicarla cabalmente en todas las esferas de la revolución y la construcción. Intensificando la educación de los militantes del Partido y otro s trabajadores en esta doctrina haremos que tengan una firme cosmovisión revolucionaria basada en ella y vivan y trabajen de acuerdo con sus exigencias.
El colectivismo constituye el fundamento de la sociedad socialista y la ideología socialista es, en esencia, la colectivista. La exigencia del hombre, un ser social, por la independencia, puede realizarse con éxito sólo mediante el colectivismo y éste está encarnado en la sociedad socialista. La lucha de tú a tú entre el socialismo y el capitalismo es precisamente entre el colectivismo y el individualismo, y la superioridad del socialismo sobre el capitalismo es del colectivismo sobre el individualismo. Se podría decir que el triunfo o el fracaso del socialismo depende de cómo se plasma el colectivismo. Armar firmemente con él a todos los miembros de la sociedad y aplicar de manera consecuente sus principios en todas las esferas de las relaciones, administración y vida sociales, constituye la garantía fundamental para desarrollar y perfeccionar el socialismo. El hombre debe poseer la concepción de vida colectivista que exige apreciar más los intereses colectivos que los personales, abnegarse para la colectividad y buscar la felicidad y dignidad de la existencia en su confianza y amor, pues así puede cultivar las nobles cualidades ideológicas y espirituales correspondientes a su naturaleza como ser social y a los requeri-
mientos de la sociedad socialista, y forjarse como genuino luchador por el socialismo. Aflojar la educación en el colectivismo y menoscabar sus principios en la sociedad socialista significa, precisamente, abandonar el socialismo y resucitar el capitalismo cimentado en el individualismo. Nuestro Partido ha educado sin descanso a sus militantes y otros trabajadores en el colectivismo, y aplicado estrictamente sus principios en todos los campos de la construcción socialista.
Hoy, entre nuestro pueblo se pone de pleno manifiesto el noble espíritu colectivista de consagrar todo lo suyo a la lucha por el Partido y el Líder, por la Patria y la nación, y por la sociedad y el colectivo. Intensificando de continuo la formación en el colectivismo, debemos lograr que en toda la sociedad se establezca de lleno el ambiente de vivir y trabajar uno para todos y todos para uno. La fidelidad al Partido es la suprema expresión del colectivismo y la principal cualidad que deben poseer los revolucionarios comunistas. El partido de la clase obrera es el protector de la vida politica de las masas populares y el orientador político que lleva a la victoria su causa por la independencia. Sólo bajo su dirección ellas pueden tener una inapreciable vida política y disfrutar de una auténtica existencia y felicidad como ente social. Les toca guardar como su credo y deber moral revolucionarios ser fieles al partido que les ha dado la vida política y atiende sus destinos. El amor y la atención del partido engendran en el pueblo la fidelidad hacia él. Pero, no todas las personas de por sí sienten con profundidad este amor y solicitud y llegan a tener alta conciencia para corresponderles con lealtad. Si no se efectúa de
manera sustancial la educación en la fidelidad, es probable que surjan ingratos también entre los que han crecido bajo la atención del partido. El partido de la clase obrera, a la vez que ejerce una correcta política en favor del pueblo, debe educarlo bien para que le sea fiel.
Nuestro Partido, fundado por el gran Líder, camarada Kim Il Sung, es un probado y experto partido que lleva adelante con brillantez la causa revolucionaria del Juche, y un auténtico partido madre que protege la vida política de todos los miembros de la sociedad y los atiende cordialmente. Tenemos que educar de modo constante a los militantes y otros trabajadores para que tengan profunda confianza en nuestro Partido,lo apoyen y defiendan con firmeza, depositen en él su destino y sigan con lealtad su dirección. La manera de aceptar y ejecutar la línea y la política del partido constituye el cartabón principal que mide la fidelidad hacia éste. Le es fiel verdaderamente quien las acepta como las más justas y con ilimitada abnegación las ejecuta hasta sus últimas consecuencias.
Los lineamientos y la política de nuestro Partido son estrategia y tácticas correctas de nuestra revolución, que encarnan la idea Juche y reflejan las exigencias e intereses de las masas populares y les sirven de guía en la lucha y vida. Nuestro Partido siempre se ha compenetrado con ellas para trazar la política en reflejo de sus demandas e intereses y la ha materializado con la movilización de su fuerza e inteligencia. Toda política de nuestro Partido recibe apoyo absoluto de las masas y éstas se esfuerzan con tesón para llevarla a la práctica porque ella refleja de manera correcta su voluntad. Que los militantes de nuestro Partido y otros trabajadores la conozcan a fondo y la ejecuten puntualmente, viene a ser el camino para defender y hacer brillar nuestro socialismo y ofrecer una vida digna y feliz a
todo el pueblo. Intensificando la educación en la política del Partido los orientaremos a todos a conocer a las claras su esencia y justeza, a que hagan de ella su credo invariable y la ejecuten de manera consecuente, sobre la base del principio de considerarlo definitivo e incondicional. Para dar cima a la causa del socialismo es indispensable pertrechar sólidamente a todos los miembros de la sociedad con
las tradiciones revolucionarias y llevarlas adelante y desarrollarlas con pureza. Las tradiciones revolucionarias constituyen la raíz histórica del socialismo y el recurso ideológico y espiritual que asegura la continuidad de la revolución. El proceso de defender,llevar adelante y desarrollar la idea del líder que inicia el camino hacia el socialismo y las proezas que bajo su dirección las generaciones antecesoras de la revolución acumularon en la lucha sangrienta, es, precisamente,el proceso de culminar la causa socialista. La actitud y posición hacia las tradiciones revolucionarias devienen la piedra de toque que distingue la fidelidad de la traición a la causa de las masas populares por la independencia,la socialista, y la revolución de la contrarrevolución. Los genuinos revolucionarios y comunistas las defienden, llevan adelante y desarrollan, mientras que los oportunistas y los renegados de la revolución maniobran de modo avieso para suprimirlas. Los revisionistas contemporáneos y los traidores al socialismo, al desacreditar la posición y autoridad rectoras del líder y dar sepultura a las hazañas de las generaciones antecesoras de la revolución hicieron degenerar y derrumbaron el socialismo y mancharon gravemente su imagen. Cortar la raíz principal del socialismo, difamar a su líder y precursores que allanaron el camino de la revolución y suprimir los méritos históricos del socialismo, son los más viles e infames actos de traición e intrigas contrarrevolucionarias. La experiencia histórica testimonia que si se niegan y suprimen las tradiciones de la revolución,se interrumpe su continuidad y se pierden las conquistas del
socialismo alcanzadas a costa de sangre.
Las tradiciones revolucionarias que nuestro Partido y pueblo deben heredar son las del Juche que el gran Líder, camarada Kim Il Sung, estableció mientras iniciaba y conducía a la victoria la revolución coreana sin precedentes en arduidad. Estas gloriosas tradiciones de nuestro Partido, cuyo contenido principal es el sistema de ideología del Juche y el espíritu revolucionario comunista, los inapreciables méritos revolucionarios, y las profundas y ricas experiencias de lucha, el método revolucionario y el estilo popular de trabajo, constituyen la eterna piedra angular de nuestra revolución. Nuestro Partido ha prestado siempre atención profunda a defenderlas de modo resuelto,
mantener su pureza y educar en ellas a todos sus militantes y demás trabajadores. Hoy en día,en nuestro país dichas tradiciones se materializan brillantemente en todas las esferas de la edificación socialista y la vida social. Nos incumbe intensificar la educación en ellas de manera que todos los militantes del Partido y otros trabajadores las conozcan perfectamente, las lleven adelante y desarrollen para así dar cima a la causa socialista del Juche.La conciencia de la clase obrera constituye el núcleo de la ideología socialista y refleja la exigencia de las masas populares por la independencia y sus intereses fundamentales. Es,pues, una conciencia ideológica de independencia. La clase obrera tiene más fuerte espíritu revolucionario y de independencia y más propensión a la unidad que otras clases
de la sociedad. Justamente es ella la que representa la demanda y aspiración de las masas populares a vivir y progresar de modo independiente, y se pone al frente de la lucha para hacerlas realidad. La sociedad socialista es la encarnación de la exigencia de la clase obrera. En la lucha por el socialismo siempre deben mantenerse con firmeza su punto de vista y posición. La desviación de éstos trae enseguida la alteración del socialismo,que implica la degeneración clasista. Los renegados del socialismo, bajo consignas engañosas como “nueva mentalidad”,“valor para el género humano”, etc., paralizaron la conciencia clasista, hicieron degenerar el socialismo en el plano clasista.
La “nueva mentalidad” y el “valor para el género humano”,alejados del punto de vista y actitud de la clase obrera, son precisamente el modo de pensar y concepción de valor burgueses. Defender el punto de vista y la posición de la clase obrera y pertrechar a la gente con su conciencia se presenta como una importante tarea en todo el curso del cumplimiento de la causa socialista. Desde luego, con el avance de la revolución y la construcción, el contenido concreto de la educación clasista puede variar en cierta medida, pero no se debe descuidar en ningún momento. Hay que intensificarla sin interrupción aun después de implantado el régimen socialista, para no hablar ya
del período de la lucha por esta blecerlo. Si se descuida en las condiciones en que siguen las conjuras de los imperialistas y sus cómplices, los elementos hostiles, para destruir el socialismo, se puede quedar desarmado en lo ideológico ante los enemigos. Por eso, incluso después de implantado el régimen socialista, no debe debilitarse en lo más mínimo la educación de la gente en la conciencia de la clase obrera. Ya hace mucho tiempo nuestro Partido aclaró que esta tarea constituye lo principal en la educación comunista y ha venido realizando incansables esfuerzos para la educación clasista. Intensificándola en consonancia con las condiciones reales de hoy, debemos lograr que los militantes del Partido y demás trabajadores se imbuyan plenamente de la conciencia de la clase obrera, mantengan siempre su punto de vista y posición,odien y combatan de modo resuelto al régimen explotador y al imperialismo. Sobre todo, hay que prestar profunda atención a cultivar dicha conciencia en los integrantes de la nueva generación que no experimentaron la explotación y opresión, ni las duras pruebas de la revolución. La ideología socialista es un arma para la emancipación clasista y, al mismo tiempo, lo es para la liberación nacional; es una auténtica idea patriótica. El país, la nación, es la comunidad de personas que comparten un mismo destino, y formada a lo largo de la historia, y la causa del socialismo se realiza por país y nación. Los imperialistas pisotean la independencia de otros y azuzan a las naciones a enemistarse y enfrentarse. El camino del capitalismo conduce a la explotación y la opresión, a la desigualdad y subyugación nacionales. De ello son pruebas elocuentes la historia de las naciones oprimidas, que, privadas de la independencia por los imperialistas, se vieron obligadas a sufrir la esclavitud colonial, y la realidad de los países donde los renegados derrumbaron el socialismo y restablecieron el capitalismo. El socialismo se opone a toda clase de conjuras de agresión e intervención de los imperialistas y asegura la auténtica soberanía,independencia y prosperidad a los países y naciones. Llevar a buen término la revolución en cada país es el deber nacional que el partido de su clase obrera y su pueblo asumen ante la revolución mundial. Si uno quiere hacerla bien,debe amar a su patria, a su nación, y defender su independencia. A menos que se asegure ésta, no puede realizar la de las masas
populares. Sólo de poseer el espíritu de amar a la patria, la nación, puede asumir la actitud de dueño ante su revolución y luchar con abnegación por la causa socialista. Quien ama a su patria, su nación, y es fiel a su revolución, respeta la soberanía de otros y lucha resueltamente contra su violación. Los deberes nacional e internacional de la revolución están unidos en uno; y los comunistas fieles sin límites a la causa de independencia de las masas populares son genuinos patriotas y, a la vez, auténticos internacionalistas.
A fin de lograr que el pueblo sea leal a la causa socialista,es indispensable intensificar su educación en el patriotismo socialista. Hasta ahora, nuestro Partido la ha presentado como una importante tarea de la formación ideológica, e impulsado con dinamismo entre sus militantes y demás trabajadores. Hoy,nuestro pueblo está lleno de alto orgullo y dignidad por vivir y hacer la revolución en el régimen socialista humanocéntrico bajo la dirección del Partido, ama ardientemente a la Patria socialista del Juche y defiende a pie firme las conquistas del socialismo, dando al traste con las conjuras antisocialistas y contra nuestra República que perpetran los imperialistas y otros reaccionarios. Con la intensificación de la educación en el patriotismo socialista debemos lograr que el pueblo, bien consciente de su misión como un pueblo revolucionario que defiende el baluarte del socialismo, combata con abnegación por el fortalecimiento y desarrollo de nuestra Patria socialista.
Hacer que todos los integrantes de la sociedad tengan nobles rasgos morales constituye un requisito importante para la consolidación y desarrollo del socialismo. La moral es un reglamento de acción social que se observa voluntariamente por la conciencia. En la sociedad de clases reviste un carácter clasista. En ella, la explotadora, predomina la moral de la clase de explotadores y sirve para defender sus
intereses y oprimir y explotar a las masas populares trabajadoras. La corrupción moral es un mal incurable de esta sociedad y llega a su punto álgido en la sociedad capitalista donde el dinero lo domina todo. La sociedad socialista, en que el fundamento de las relaciones sociales lo constituyen la unidad y cooperación camaraderiles entre las personas, requiere establecer plenamente una nueva moral correspondiente a su naturaleza y, a medida que se acelera la edificación socialista,se incrementa más su función y papel social. No obstante, en el pasado algunos países que construían el socialismo no le prestaron atención merecida a este asunto, e incluso, se manifestó la desviación de considerar que si se subraya la moral se debilita el espíritu revolucionario. La moral no contradice el espíritu revolucionario, sino, más bien, lo consolida. Cuando el socialismo implanta una moral conveniente a su naturaleza y se levanta sobre su firme base, se fortalecen la unidad y cohesión político-ideológica de las masas populares, se establece un ambiente de vida sana y revolucionaria en toda la sociedad y se impulsa con energía su construcción. La moral socialista es colectivista y se basa en la noble
camaradería y la obligación moral revolucionaria. Es de nivel superior puesto que ha heredado los mejores y bellos rasgos que vinieron acerándose entre las masas del pueblo trabajador a lo largo de la historia y los ha desarrollado en nueva forma conforme a la exigencia intrínseca de la sociedad socialista. El parámetro del carácter progresista de la moral lo constituyen la exigencia de independencia de las masas populares y sus intereses. Estos, además de ser el cartabón político que distingue el progreso de la reacción, sirven de criterio moral que diferencia el bien del mal. Un acto, si se adapta a la demanda de independencia de las masas populares y a sus intereses, es moralmente noble, y si no, es inmoral. La concepción de la moral colectivista socialista es, precisamente,considerar incomparablemente
más digno y feliz vivir en bien de la sociedad y la colectividad,ayudándose y guiándose sobre la base de la camaradería y la obligación moral revolucionarias, que perseguir sólo comodidades personales sin importar lo que pase a otros. Hoy día en nuestro país la moral socialista se ha asentado en el corazón de las personas y se ha hecho parte de su vida, y por dondequiera se manifiestan a plenitud los nobles y bellos rasgos comunistas. Nuestro pueblo considera como su sublime deber moral apreciar como vida, defender y hacer prosperar el socialismo de nuestro país, centrado en las masas populares,que resalta la dignidad y la existencia del hombre, y toma por su obligación moral revolucionaria corresponder con fidelidad a la confianza y la atención del Partido y el Líder que le han dado la preciosa vida política y le profesan el afecto paternal.
Las hermosas conductas que se manifiestan en amar sin límites a los camaradas y no vacilar en consagrar todo lo suyo en bien de éstos se han hecho hoy fenómeno corriente en nuestra sociedad. Nuestra unidad con una sola voluntad es la más sólida,por ser la aglutinación monolítica del Líder, el Partido y las masas tanto desde el punto de vista de lo ideo-volitivo como desde el de la moral y del sentido de obligación ética, y nuestro socialismo es invencible porque se fundamenta en una sola ideología y convicción y en las relaciones de amor y confianza. La experiencia muestra que sólo cuando el socialismo arraiga profundamente en el corazón y la vida de las personas, implantando el ambiente de respetar la moral socialista en toda la sociedad es posible defender con firmeza su causa y llevarla a la victoria cualesquiera que sean las pruebas. Intensificando de continuo la educación en la moral socialista, debemos lograr que todos los miembros de la sociedad consideren como su sublime deber moral salvaguardar y hacer brillar el socialismo y lo hagan parte de su vida y su concepto de la existencia humana. La educación de las personas en las ideas socialistas se acompaña de la lucha contra toda
clase de factores ideológicos ajenos a lo socialista. El proceso de imbuirles las ideas socialistas y erradicar de su mente las caducas deviene una seria lucha ideológica para acabar definitivamente con el capitalismo en su mentalidad y conciencia. Su objetivo no es el hombre mismo, sino los vestigios de las viejas ideas que perduran en su mente y las ideologías reaccionarias que se infiltran desde afuera.
Debemos dar rienda suelta a la educación y la lucha ideológicas entre los militantes del Partido y otros trabajadores,para erradicarles de cuajo el individualismo, el egoísmo y otros remanentes de ideas trasnochadas. Sobre todo, debemos arreciar entre los cuadros la lucha
contra el abuso de autoridad, el burocratismo y los actos injustos y depravados, que son productos de la sociedad explotadora y que brotan del individualismo y el egoísmo. Estos son intolerables en la sociedad socialista . Aquí los cuadros no son burócratas que se enseñorean por encima del pueblo sino sus servidores. Si se fomentan entre ellos tales actos, se agrietan la unidad y cohesión entre el partido y las masas populares y el socialismo no puede mostrar su vitalidad. El desmoronamiento del socialismo en varios países también está relacionado con el fomento de esos fenómenos. Con miras a defender el socialismo y hacerlo avanzar, hay que librar una lucha intransigente contra las mínimas expresiones de abuso de autoridad, burocratismo y actos injustos y corruptos, hasta arrancarlos por completo. Las ideas y el modo de vida burgueses son veneno que convierte a las personas en desvalidas espirituales. Con la penetración ideológico-cultural en otras naciones, los imperialistas maniobran sin interrupción para contagiarlas con males de índole ideológica y someterlas a su dominación y control mediante su descomposición desde adentro. Ese es un medio de agresión e intervención que perpetran bajo el rótulo de “colaboración” e “intercambio”, y un avieso método de desintegración encaminado a paralizar la sana conciencia ideológica de las personas y corromperlas y depravarlas con el veneno de la ideología burguesa reaccionaria. Con vistas a defender y salvaguardar el socialismo y asegurar el desarrollo independiente de la nación es indispensable combatir la penetración ideológico-cultural imperialista. Hoy, los imperialistas y los demás reaccionarios actúan con obstinación para insuflar en nuestro seno
el viento de liberalización burguesa. Nos corresponde impedir la penetración desde afuera de las ideas burguesas y todas otras reaccionarias y el modo de vida burgués.
El revisionismo es una corriente ideológica del oportunismo contrarrevolucionario que esteriliza los principios revolucionarios del socialismo. Su mayor cualidad nociva consiste en negar la posición y el papel del partido y el líder en la revolución y la construcción, debilitar la función del poder socialista,crear la ilusión hacia el capitalismo y desarmar a los pueblos en el plano ideológico. A fin de cuentas, conduce a renunciar al socialismo y pasar al capitalismo. Hay que conocer a ciencia cierta su esencia reaccionaria y peligrosidad y oponerse y rechazar de manera tajante a todo género de sus corrientes ideológicas. Una garantía importante para dar al traste con las conjuras
antisocialistas de los enemigos de clase y culminar la causa socialista reside en pertrechar firmemente a las personas con las ideas socialistas. En el futu ro, al igual que hasta ahora, impulsaremos con energía la educación de los miembros del Partido y otros trabajadores en estas ideas.