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    Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP)

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    Mensaje por gatopardo2015 Sáb Ago 01, 2015 2:51 pm

    Tripero escribió:Ya que gato lo tiene todo tan claro con migo le voy a responder..

    no entiendo sus internas personales.... él se pone un nombre y le molesta despues su utilización... en este foro  (y en cualquier cosa donde puedan elegir su seudonimo uno elige como se quiere hacer ver...  yo no me voy a ofender si se me relaciona con los Swift, Berisso, el barrio el mondogo o con Gimansia. por que es lo que soy y por lo que decidì ponerme el "nombre", asi como otros decidieron ponerse otro.... vos, vos, sos un gato  Laughing y ahí te pusiste vos.

    Vamos, no hay nada personal, hagamos las paces.

    Vos me seguís llamando gato, yo te empiezo a llamar tripa, nos divertimos todos y la cortamos con el offtopic.

    Chau.
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    Mensaje por Razion Sáb Ago 01, 2015 3:25 pm

    gatopardo2015 escribió:
    Razion escribió:
    gatopardo2015 escribió:
    Razion escribió:(...)

    ¿Esta la tenías?, está en el debate que cita SKOLL.


    ¿Lo de Villa Martelli?

    No, lo del documento que le adjudican a Santucho y De Santis dice que le chorearon la firma.
    Está en la captura de pantalla que subí ¿no se ve?

    Pero acá el debate de fondo es otro y después de 40 años está más manoseado que pasamanos de escalera mecánica: las dos posiciones que había en la izquierda en esos momentos.

    Ah, si, lo ví, pero interpreté por tu referencia al debate del PTS (que arranca con lo de Villa Martelli) que te referías a eso.
    Igualmente, si la autoría no fuera de Santucho -cosa que dudo, por la importancia del documento-, es innegable que fue asumido por el PRT y no una acción individual de un cuadro. Se le puede tomar cierto valor a lo que dice De Santis debido a que él recopiló todos los documentos del PRT desde antes de serlo -es decir desde el FRIP en adelante-.
    Los pocos documentos que tengo entendido que generaron la oposición de Santucho en el PRT, constan de ataques que se realizaron a otras organizaciones cuando los principales dirigentes estaban en cana. Después, si hubo discrepancias por parte de las bases, pero más hacia el final de la existencia del PRT -aunque esto es una simplificación-, por ejemplo con "Argentinos ¡A las Armas!".
    La ruptura con la IV, y la incorporación de elementos de otras corrientes de la izquierda revolucionaria, no implica que se abandonaran todos los conceptos trotkistas -por ejemplo el de revolución permanente-. Creo que tiene más que ver con una cuestión de estrategia y táctica en la construcción revolucionaria (en el documento "Poder Burgués y Poder Revolucionario", se sintetizan algunos de estos puntos), tan bien ésto influye en una cuestión de consignas, de búsqueda de alianzas, etc. En varios trabajos, como en el de Pozzi, se habla de una fusión de trotkismo y maoísmo. Si mal no recuerdo vos considerabas que el PRT comienza a "pifiarla" desde ahí.
    El PTS en otro debate, creo que había indicado que el PRT pasa del "trotkismo al stalinismo", pero creo que eso implica una chicana o una herida mal cerrada por parte de los morenistas. Si bien es cierto que hay menciones a que se comienza a ver con mejores ojos a Stalin, no menos cierto es que eso lo leí de Mattini en una crítica a Gorriarán Merlo -debería repasar los trabajos, porque hace mucho que los leí y puedo estar perdiendo rigurosidad-, aunque me parece haberlo visto en otros análisis. Igualmente todo ésto lo hemos mencionado a lo largo de los debates sobre el PRT.
    A mi lo que me importa realmente, es el papel que jugó el Partido en aquellos días. La revisión histórica de las reivindicaciones de figuras o no, realizada desde la actualidad, me parece algo bastante secundario. Tampoco reivindicar un Partido implica repetir sus análisis -aunque se tomen muchos de los mismos como herramientas para la formación y construcción militante-, por obvias razones, como puede ser el contexto histórico diferente, la existencia -o no- de análisis superadores, mayor disponibilidad bibliográfica, entre otras. En ese sentido, me parece que el guevarismo tiene a su disposición mayor y mejor material de estudio, con las publicaciones que se han ido realizando de los escritos y análisis -sobre todo económicos- de Guevara. A la práctica dudo que hubieran implicado una política o construcción diferente en las organizaciones sesenta/setentistas que reivindicaban al Che, pero hubiera enriquecido a su militancia -y tal vez tendríamos aportes teóricos en éste sentido por parte de la misma-.

    Volviendo al tema del PTS, y la ruptura de los "morenistas y santuchistas" mi pregunta es ¿que aportó el morenismo a la Argentina pre-dictadura del 76, a diferencia del santuchismo? Concrétamente ¿el PST (Partido Socialista de los Trabajadores) que proponía en aquellos días?

    Saludos
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    Mensaje por gatopardo2015 Sáb Ago 01, 2015 5:20 pm

    Razion escribió:(...)Volviendo al tema del PTS, y la ruptura de los "morenistas y santuchistas" mi pregunta es ¿que aportó el morenismo a la Argentina pre-dictadura del 76, a diferencia del santuchismo? Concrétamente ¿el PST (Partido Socialista de los Trabajadores) que proponía en aquellos días?
    Saludos

    Moreno se beneficia con el entrismo que hace en el Peronismo, un giro más de su política errática, vía el PSRN que arma perón en 1952 con el socialista Enrique Dickman y Abelardo Ramos.

    Ahí, recién, comienza su crecimiento partidariode ese crecimiento se banefician después los más chicos que se fueron acercando a Moreno.
    El morenismo, por eso, se posiciona como sección argentina de la podrida IV Internacional pablista dentro del secretariado de la misma.
    Moreno, va y viene, no hace falta que lo diga la Juventud Guevarista; ya lo venía diciendo Política Obrera desde principios de los 60.
    Politica Obrera se identifica, al principio después rompe, con un tipo llamado Lambert opuesto al secretariado de la Cuarta donde estaba Moreno como dirigente.

    La Cuarta, en general, siempre fue y vino com o Moreno: obvio.
    Pero el PRT de Moreno, objetivamente, tenía el aparato nacional y los cuadros que Santucho no tenía.
    Y, no recuerdo bien, pero me parece que el dirigente de la FOTIA respondía al morenismo y Santucho comienza a tomar relación con Moreno por ese lado.

    Y acá pongo yo una opinión general sobre el supuesto tamaño de la fracción PRT/El Combatiente cuando rompe con Moreno.
    La ruptura importante fue en la Capital Federal y la Pcia de Bs. As. y , objetivamente, hay que decir que el PRT/El Combatiente ARRASTRA a la mayoría los cuadros formados por Moreno y no por Santucho.
    La acumulación primitiva del aparato la logran gracias a Moreno y al congreso de ruptura en las islas del Delta bastante cuestinonado por la forma en que actuó Santucho de otra fracción que también rompe con Moreno y su centrismo pero no abandona al trotskismo; si bien nunca prosperó en las acciones armadas.

    Las causas se pueden buscar en la tendencia mayoritaria de toda la izquierda, incluído el secretariado de la Cuarta pablista/mandelista de apoyar el foquismo como táctica.
    Ahí Moreno pasa a integrar la minoría de la Cuarta y pasa a oponerse al Secretariado.

    El PRT/La Verdad, coincide con el gobierno de Lanusse, comienza su contacto frentista con un sector del socialismo y aparece el PST.
    El PST, hasta ese momento, levanta el gobierno de los trabajadores dentro de la estructura marxista-leninista insurrecccional de cuadros con inserción en fábricas y forma el pelotón de orgas que discutieron la estrategia insurreccional más "tradicional" frente a esa nueva izaquierda que, como un vendaval adheria al foquismo después del triunfo de la revolución Cubana.

    El PST tenía muy buena presencia, doy un ejemplo que conozco bien, en el cinturón industrial de zona norte de bs. as. y agitación díaria en fábricas adentro y en puerta de fábrica.
    La posición de Moreno, frente al golpe, similar a la del PCA aún después del golpe es vergonzosa, tampoco hace falta que nadie nos anoticie de eso.

    Fue un debate muy intenso entre orgas, nacional e internacional.
    Altamira mismo en marzo de 1964, 1964 que quede claro no hoy revisionando la historia; escribe un artículo llamado "Foco o Partido".
    Al que no le guste lo siento, pero nadie puede acusarlo de oportunista y rersiste los archivos que Moreno no puede.

    Básicamente, como actor, siento un detractor de la "Teoría de los dos Demonios" alfonsinista y conociendo a un Moreno después (que antes por pendejo ignorante no conocía) pienso que la dirigencia foquista de esa genración, incluído Santucho, fue apresurada e inmadura.

    Los milicos liquidaron físicamente a una generación entera, pero los dirigentes inexpertos liquidaron politicamente a una generación, liquidando politicante las organizaciones que dirigían por apurados.

    Es mi opinión personal, cortita y al pie.
    Lo lamento.

    De cualquier manera, una vez más repito: "que los muertos entierren a sus muertos", yo los tuve y muy cercanos a mis afectos.
    Me interesa la militancia de hoy, lo otro ya no puede remediarse.

    Si querés saber algo más me preguntás, pero ahora me ocupan otros proyectos con mi partido y la gente de todos los días.

    Saludos.

    PD: Un muy buen libro sobre la militancia de la izquierda no foquista en Argentina por esos tiempos es "La Guerrilla Fabril" de Héctor Löbbe (Ediciones R&R), te lo recomiendo especialmente.
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    Mensaje por Razion Miér Ago 05, 2015 1:58 am

    gatopardo2015 escribió:

    PD: Un muy buen libro sobre la militancia de la izquierda no foquista en Argentina por esos tiempos es "La Guerrilla Fabril" de Héctor Löbbe (Ediciones R&R), te lo recomiendo especialmente.

    Lo había visto, intentaré conseguirlo. Gracias por la recomendación.
    Con tiempo continúo con el debate.
    Saludos
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    Mensaje por Razion Vie Ago 14, 2015 5:45 pm

    Del facebook de Marcela Santucho.

    1ra parte de entrevista grabada al "Negro Oropel" a 6 meses de su fallecimiento es importante recordarlo, ya que como al Vasco durante el exilio del PRT se buscaban culpables o infiltrados y fue sospechoso de trabajar para el enemigo, pero no creemos en esa teoria, por eso la desdije en Revista Sudestada julio agosto 2015.
    tengo el honor de publicar las palabras del Negro, obrero cordobes;

    Marcela Santucho: bueno compañero en todas las entrevistas que hago no publico los nombres, nada. Yo guardo las voces nomas.
    Negro: Pon lo que quieras, no te preocupes. Yo no tengo ningún problema.
    Yo en la década del 60 había sido un activista. Entré a trabajar en la FIAT en el año 1965. Había en ese tiempo la burocracia de Lozano en el Sindicato de SITRAC, muy ligados a la patronal. Yo era obrero de FIAT Concord. Esta burocracia se fue ganando el odio de todos los trabajadores hasta que llegó un momento que se tomó la fábrica y se los expulsó.
    M: ¿A quiénes?
    N: A la burocracia de Lozano. A todos los sindicalistas que había en ése tiempo. Y como consecuencia de esa lucha se formó un gran activismo. Dentro de esos activistas, surjo yo como activista sindical. Los sindicatos esos eran sindicatos empresa que los habían dividido en aquel tiempo porque pertenecían a la UOM, Unión Obrera Metalúrgica. Los dividieron justamente para separar a los obreros, que no sean todos juntos de un mismo gremio porque tenían mucha más fuerza. Vino el gobierno de Illía y los dividió.
    Hay un activismo muy grande en ese sindicato y como consecuencia de eso surge SITRAC- SITRAM como dos sindicatos clasistas que pelean duramente en Córdoba y crean toda una aureola de luchas y de enfrentamientos contra la burocracia, contra las patronales.
    M: ¿Por qué se nombran distintos?
    N: Porque uno es Sindicato de Trabajadores MaterFer que pertenecía a FIAT y el otro era el Sindicato de Trabajadores Concord que es donde se fabricaban los autos pero son de la misma empresa. Lo que pasa es que los dividían en tres gremios: MaterFer por un lado, Concord por otro, y Grandes Motores que es de la misma empresa se lo mandan al SMATA. Osea, es una división de obreros que hacen los patrones, que hace el gobierno – en ese tiempo estaba Illía- para que no se enfrenten con ellos y tenerlos divididos. Se forma entonces una lucha de todos los trabajadores de Córdoba.
    M: Que culmina en el Cordobazo…
    N: Claro. Que viene tomando cuerpo hasta que llega el Cordobazo y ahí ya participamos de lleno en el año 1969. 29 de mayo de 1969. Eso llevó a que después, cuando termina el Cordobazo, la gente se organiza más todavía. En todas las fábricas, en todos los sindicatos, en todos los barrios, en todos lados.
    M: Y es ahí que vas conociendo gente del Partido (PRT-ERP)?
    N: Y ahí ya empieza a aparecer la gente de las organizaciones revolucionarias ya mucho más ligada a la fábrica, a los barrios…
    M: Mediante la propaganda de La Estrella Roja y El Combatiente ¿no?
    N: Sí. El Combatiente es el que principalmente yo alcanzo a conocer cuando conocí a la gente del PRT… En realidad no era tanto, era el ERP el que se conocía. Inclusive, hace algunas operaciones. Se conocía por las operaciones que se hacían de propaganda armada.
    M: ¿Asaltos a batallones para la recuperación de armas en manos del enemigo para la lucha?
    N: Sí, recuperación de armas también y repartos en la gente de leche, de carne, de todo lo que se podía en ese momento…
    M: Eso es lo que se denomina propaganda armada. Esos repartos.
    N: Claro. Está bien. Y bueno, hay mucho también volanteadas, tomas de fábricas… Yo inclusive participé en varias tomas de fábricas donde propagandizamos al PRT y al ERP.
    M: Y en que año ingresas?
    N: Y en el 71 ingreso. Yo tomó contacto en el 70 con la organización. Nosotros habíamos llevado el Sindicato al centro de Córdoba y ahí iba todo el mundo. Nosotros tomábamos contacto con todas las organizaciones. Estaban los Monto, las FAL, todo el mundo.
    M: ¿Por qué te decidis por el PRT?
    N: Y al PRT yo lo elijo porque al principio era el que más operaciones militantes hacía y fue con el que se llegó más rápidamente a nosotros. Y porque había también gente conocida, que eran del PRT. El Negro Mauro, por ejemplo, que había sido un obrero del PC, que era del PRT.
    M: ¿Y que trabajaba con vos o donde?
    N: No sé. Trabajaba creo que en un taller. Había trabajado en la FIAT y lo habían echado. Como consecuencia de que había trabajado iba siempre a la FIAT y él nos conoció a nosotros. Entre ellos, otro muchacho que le decía “El Beto”, unas compañeras que hoy ya están desaparecidas, tomamos contacto y en el 71, estaba ya Lanusse como Presidente del país, otro hombre de la Dictadura. Nos toma el Sindicato. Entra a la fábrica con los tanques, con todo. Algunos alcanzamos a irnos, otros los metieron presos, los mandaron al Sur, a Rawson y echaron a 1200 obreros. Toda la vanguardia que teníamos en todos los sindicatos (Motores, MaterFer y Concord) los echaron a todos. 1200. Y por supuesto, todos nosotros. Me alcance a salvar “así” de que no me agarraran adentro de la fábrica porque de ahí no salía. Como a los cinco días de que pasó todo esto, empezamos a juntarnos todos los despedidos, a protestar a trabajar para que nos volvieran a incorporar.
    Es entonces que el ERP lo secuestra a Salustro, dentro de esa reivindicación pide la reincorporación nuestra y otras cosas más. Más vale eso fracasó. Algunas cosas no las querían… por ejemplo, la reincorporación nuestra. No la querían aceptar. Tampoco lo que se pedía que liberen a algunos presos, como al Roby y no se aceptó.
    Nosotros quedamos en la calle sin trabajo y ahí es cuando yo me incorporo al PRT. Lo primero que hice fue un estudio de cuadros y seguí trabajando en el partido.
    M: ¿En qué acción participaste?
    N: En varias. Estuve en varias.
    M: ¿En Villa María…?
    N: Sí, estuve en Villa María y en el 141 también.
    M: ¿El 141 dónde queda?
    N: En Córdoba. Fue el primer cuartel que se ocupa en la Provincia de Córdoba en el 72. No me acuerdo el mes vos sabes… pero sé que era verano.
    M: ¿Y salió bien ese?
    N: Re bien porque llevamos muchísimas armas. Era la primera vez que el ERP se arma. Aparte estaba López Aufranc como responsable del Ejército Argentino y lo tuvieron que sacar. El ERP toma un prestigio muy grande.
    M: ¿Quién organizó la acción? La logística? Pedro Ledesma?
    N: Ledesma estaba. Pero el responsable de la operación fue el Negro Mauro, el Negro German.
    M: Me podes contar cómo hicieron, cómo entraron, cómo toman las armas y salen?
    N: Estaba el Roby trabajando en la operación. Vino a Córdoba, se instaló ahí. Tal es así que es él el que me dice “vamos a hacer esta operación”. Era una operación grandísima. Yo había hecho entrega de leche y esas cosas pero nunca algo de esta envergadura.
    M: ¿Cuántos combatientes tenían que entrar ahí?
    N: Y creo que habremos sido unos quince. Catorce o quince.
    2da parte:
    Negro: no éramos muchos… pero sí teníamos un compañero que era soldado, que estaba haciendo el servicio militar allí. Él nos dio toda la información y nos ayudó a entrar también.
    M: ¿Cómo entran?
    N: Entramos por atrás del cuartel. Había una villa miseria. Y cuando íbamos a hacerlo una noche no recuerdo bien qué pasó que no lo pudimos hacer, nos tuvimos que volver. La gente como hacía calor estaba sentada afuera, nosotros pasábamos por ahí. Había una cañada, la subíamos y nos metíamos. Toda la gente nos vio la primera noche. Llevamos camillas hechas para sacar las armas ahí y traerlas al camión que estaba afuera para que se cargaran.
    Íbamos todos juntos a entrar por atrás. No se pudo y nos tuvimos que volver con todo. Como a la semana, volvimos y la gente nos miró y nos dijo “¿Otra vez estos? ¿Acá qué pasa? jaja”. Y fuimos y entramos. Claro, uno de los compañeros que estaba adentro nos ayudó en la apretada a los primeros soldados que estaban en sus lugares. Y una vez que se apretó…
    M: ¿Era de día?
    N: De noche. Sería la una de la mañana por ahí… o más. Creo que las dos y algo. Entonces venía el relevo que se hace por dentro. Cada dos horas relevan a los que están haciendo guardia. Entonces nosotros después de apretar el primer soldado teníamos que esperar que pase el relevo, lo apretamos y le sacamos todas las armas. Entonces, a uno medio que no se refugió sino que se asustó (un soldado)… Se le escapó un tiro. Nada más que eso. Entonces nos fuimos a seguir apretando a los otros puestos y la guardia central que era ahí que estaba todo…
    M: El armamento…
    N: Sí, el armamento estaba en los cuarteles pero la Guardia Central era la guardia del cuartel. Todos los oficiales y los suboficiales estaban ahí. Entonces teníamos que apretar eso para recién poder entrar a trabajar. Cuando fuimos, nos damos cuenta que el oficial de servicio no estaba en el cuartel. Ya habíamos apretado todo eso. El Flaco Santiago iba ahí. Hugo Irurzun estaba en esa operación. Y nos fuimos a apretar a la Guardia Central y medio que unos tipos se retobaron. El Flaco pegó un tiro al aire, pegó un grito, no se movió ni el alma y los trajo de vuelta y los amarró con un alambre, ahí adentro de la guardia y siguió la operación.
    Yo tenía que apretar al oficial de servicio pero no estaba. El tipo tenía que salir supuestamente de una pieza que tenía que estaba separada de la guardia. Normalmente estaba durmiendo, porque en esos años no pasaba un carajo con ellos. Yo lo esperaba pero el tipo no salía, no salía, no salía… y yo tenía que esperar que salga. Por ahí siento un auto que viene y entra al cuartel, va hasta el fondo, da la vuelta y se va para allá.
    M: ¿No se da cuenta de nada?
    N: Na, no se da cuenta de lo que pasaba. El soldado que estaba allá haciendo guardia y que lo dejó entrar ya no era un soldado, era un compañero nuestro. Lo habíamos cambiado. Le abre la puerta, el tipo entra. Y hay otro compañero nuestro que cuando el auto iba andando iba corriendo por atrás a toda vela. Cuando el tipo sacó la cabeza del auto lo apretó. Yo iba por el otro lado, me ganó aquel que estaba cerca. Y me dice “éste es el oficial. Tomá”. Me dio la pistola de él y yo tenía la mía. Vino el Negro Mauro y me dice: “Lo llevemos para la guardia”. El tipo dice “Qué pasa? Quién mierda son ustedes? Qué hacen acá?”. Entonces, el Negro le ató las manos para atrás con un alambre, lo ató mal por supuesto. Y cuando el tipo iba pasando por donde estaban las cuadras, donde dormían los soldados. En cada cuadra había una sala de armas. Entonces cuando nosotros íbamos pasando los compañeros ya habían sacado las armas y las habían puesto afuera, y el milico mirando… se ponía loco. Nosotros lo llevábamos bien apretadito. Gritaba y puteaba “Quién mierda son ustedes?”. El caminaba e iba para la Guardia. Entonces dice “en la guardia deben estar los otros… Los suboficiales que están de guardia. Cuando fue a la guardia y vio que estaban todos apretados, pegó un salto y se desató. Había una puerta como esa de cowboys, esa que vos las empujas y después se cierran solas y lo empujamos para el otro lado y era medio oscuro adentro. Y nos agarramos a pelear. El tipo era grandote, inmenso y lo que quería era agarrarnos. Éramos dos. El Negro Mauro no sé adonde fue y me pelee solo con el tipo. Para colmo yo tenía dos pistolas, una medio inútil pero tampoco la quería tirar al suelo porque si me la agarraba el tipo. Ahí peleamos como por quince minutos, ya me tenía cansado y el tipo me pedía que lo mate. Me pedía que lo matara porque él se veía perdido. Estos han apretado el cuartel, se volvió loco, más vale… Yo ya había sacado la pistola y le iba a pegar un tiro, porque no lo podía dominar. En una, no sé qué hizo, se agachó y le pegué con la pistola en la cabeza, y como ya no se levantó, pegué un tiro. Pero entre el golpe y el tiró el tipo cayó al suelo pero no le pegué el tiro. Se escapó al pedal el tipo.
    M: O sea que cayó desmayado…
    N: Si, porque le pegué con la pistola en la cabeza y lo seguí remachando con la pistola hasta que cayó. Entonces ya se calmó, volvió en sí y dice “Quiénes son ustedes?” “Nosotros somos de Lanusse boludo, nos han mandado a reventarlos a ustedes porque están con López Aufranc”, jajaja hijo de puta.
    Cargamos todas las armas. La gente de la villa miseria nos ayudaba a cargar las armas. A cargar los fierros y llevarlos a los camiones… Mirá vos. Cargamos todos y al último en el cuartel estamos yo, Pedro, Ledesma, Mauro, y la compañera de Pedro. Somos los últimos.
    M: ¿Quién era la compañera de Pedro?
    N: La Gringa. Era una chica de Villa María. De apellido Fransuceti. Quedamos ahí pero ya teníamos que estar… porque ya venía la gente. Tenía un plazo la operación y no la podíamos cumplir. Se nos extendió la operación. Ya estaba amaneciendo y venían los familiares a visitar a los soldados y estaba todo pintado “ERP” el cuartel, nos tuvimos que poner a cubrir para que la gente no nos vea y apurar que saliéramos. Y salieron todos, el último salió un camión cargado con armas del ejército.
    M: ¿Cuántos vehículos salieron cargados con armas?
    N: De ahí, uno solo de adentro pero después sacaron cuatro. No te quiero decir la cantidad porque ahora no me acuerdo pero llevamos hasta dos antiaéreas que había.
    M: Se instalan en el camión… Salen todos ustedes en el camión.
    N: No. El camión salió. Nosotros quedamos al último a esperar que entrara gente. Los últimos cuatro… Ah el Flaco Santiago también estaba. Estaba Santiago, Pedro, el Mauro, la Gringa y yo. Cinco quedamos. Yo vivía cerca de aquel cuartel. Éstos me tiraron más para el lado del centro y me tomé un ómnibus y el ómnibus pasó como a dos cuadras del cuartel. Cuando ya iba de vuelva, sentí un tiroteo en el cuartel y una bocina. Pensé qué mierda será, qué pasó, tenía miedo de que se nos haya quedado un compañero adentro y que lo hayan encontrado. Entonces fui al control, que lo hacía el Mauro, para ver quiénes estábamos y quiénes no. Fui y le dije al Mauro, salieron todos. Viste un compañero que estaba al último, lo sacaste? Todos, todos. No quedó ninguno pero no sé qué pasó. Entonces llegaron todos, no pasó nada. Resulta que cuando nosotros nos fuimos, llegó la policía en autos de civil. Qué mierda, los milicos cuando vieron que se arrimaron los cagaron a tiros a los canas. Los reventaron. Y eso fue la bocina que se sintió, la alarma ésta porque los canas decían “somos nosotros, la policía”.
    M: ¿Hubo muertos ahí?
    N: No sé, creo que sí.
    M: Y les echaron la culpa a ustedes en los diarios…
    N: No. Ellos relataron después realmente cómo había sido porque en ése tiempo, no te olvides que estaba Dictadura y todo el mundo estaba en contra. Todo el mundo. En Córdoba, en Buenos Aires y en la Quiaca también. Estaba todo el mundo contento con lo que había pasado. No podías hablar en contra de la operación porque la gente no estaba en contra de la operación, estaba a favor. Estaba en contra del Ejército. Yo te digo, esa operación salió muy bien y fue un espaldarazo terrible para el ERP, como una de las organizaciones más importantes. Eso fue en el 72. Pronto llegaron las elecciones en el año 73, y ahí el ERP era una organización importantísima, nacional. Así se llegó a las elecciones.
    M: Y Villa María cuándo fue?
    N: No, eso fue en el 74. Me parece que en Julio.
    N: ahi tuvimos compañeros muertos. Los objetivos cumplidos pero nos mataron dos compañeros.
    N: Los compañeros los matan… Uno entra al cuartel y muere. Y el otro muere, le pegan un tiro en un mueble que habíamos copado. Nosotros habíamos copado eso. Dejamos todos los autos, todo ahí. Nos cambiamos de ropa, cruzábamos los campos, nos metíamos por atrás y llegamos a la guardia central.
    .
    M: cuando publique esta entrevista sera por los relatos, las acciones con los sobrevivientes igual las Estrellas Rojas las relatan… Mi objetivo es dar a conocer a los jóvenes cómo se hacían las acciones. Hoy la pregunta no es qué pasaba en los 70, sino cómo funcionaba el Ejército Revolucionario del Pueblo, porque ese ejemplo no puede quedar así tapado. Hoy en día la pregunta ya no es qué, sino cómo se hacían las cosas…
    N: Bueno, la de Villa María si querés te la cuento.
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    Mensaje por Razion Miér Nov 04, 2015 12:24 am

    Junta de Coordinación Revolucionaria

    A LOS PUEBLOS DE AMÉRICA LATINA
    (Comunicado JCR, Noviembre de 1974)
    "Es el camino de Vietnam es el camino que deben seguir los pueblos; es el camino que seguirá América con la característica especial de que los grupos en armas pudieran formar algo así como Juntas de Coordinación para hacer más difícil la tarea represiva del imperialismo yanqui y facilitar la propia causa."
    Che Guevara "Mensaje a la tricontinental"
    El Movimiento de Liberación Nacional (Tuparnaros) de Uruguay, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) de Chile, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Bolivia y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) de Argentina, firman la presente declaración para hacer conocer a los obreros, a los campesinos pobres, a los pobres de la ciudad, a los estudiantes e intelectuales, a los aborígenes, a los millones de trabajadores explotados de nuestra sufrida patria latinoamericana, su decisión de unirse en una Junta de Coordinación Revolucionaria.
    Este importante paso es producto de una sentida necesidad, de la necesidad de cohesionar a nuestros pueblos en el terreno de la organización, de unificar las fuerzas revolucionarias frente al enemigo imperialista, de librar con mayor eficacia la lucha política e ideológica contra el nacionalismo burgués y el reformismo.
    Este importante paso es la concreción de una de las principales ideas estratégicas del comandante Che Guevara, héroe, símbolo y precursor de la revolución socialista continental. Es también significativo paso que tiende a retomar la tradición fraternal de nuestro pueblos que supieron hermanarse y luchar como un solo hombre contra los opresores del siglo pasado, los coloniales españoles.
    NUESTRA LUCHA ES ANTIIMPERIALISTA
    Los pueblos del mundo viven la amenaza permanente del imperialismo más agresivo y rapaz que jamás haya existido antes. Han presenciado, no con indiferencia, el genocidio organizado dirigido por el imperialismo yanqui contra el heroico pueblo vietnamita. En esta guerra desigual, cuyas llamas aún no se extinguen, se ha mostrado de cuerpo entero el carácter guerrerista y alevoso del imperialismo del norte. Pero, en esta guerra, una vez más y por contrapartida, se ha demostrado la debilidad de su sistema y aun todo su poderío militar frente a un pueblo dispuesto a luchar y decidido a ser libre a cualquier precio.
    Los pueblos latinoamericanos, desde el siglo pasado hasta nuestros días, soportan el pesado yugo colonial o neocolonial de los imperialistas, han sufrido consecutivamente intervenciones militares y guerras injustas ejecutadas o fomentadas, bien por el ejército norteamericano, bien por los monopolios supranacionales.
    Y ahí está el despojo de México, la ocupación de Puerto Rico, la intervención de Santo Domingo, y está Playa Girón y muchos hechos bélicos que nuestra América no olvida y no perdonará jamás.
    Y está la Shell, la Esso o la Standard Oil, la United Fruit, la ITT, los dineros de Mr. Rockefeller y Mr. Ford. Y está la CIA, que con Papy Shelton,Mitrione, Siracusa, dejó huellas indelebles de la política avasalladora y prepotente de los EE.UU. contra el Movimiento Popular en Latinoamérica.
    LATINOAMÉRICA MARCHA HACIA EL SOCIALISMO
    El 1º de enero de 1959, con el triunfo de la revolución cubana, se inicia la marcha final de los pueblos latinoamericanos hacia el socialismo, hacia la verdadera independencia nacional, hacia la felicidad colectiva de los pueblos.
    Es la justa y abierta rebelión de los explotados de América Latina contra un bárbaro sistema neocolonial capitalista impuesto desde fines de siglo pasado por el imperialismo yanqui y europeo, que con la fuerza, el engaño y la corrupción se adueñaron de nuestro continente. Las cobardes burguesías criollas y sus ejércitos, no supieron hacer honor al legado revolucionario liberacionista de la gloriosa lucha anticolonial de nuestros pueblos, que conducidos por héroes como Bolívar, San Martín, Artigas y tantos otros, conquistaron la independencia, la igualdad y la libertad.
    Las clases dirigentes, defendiendo mezquinos intereses de grupo, se unieron a los imperialistas, colaborando con ellos, facilitaron su penetración económica, entregando progresivamente el control de nuestra economía a la voracidad Insaciable del capitalismo extranjero. La dominación económica engendró el control y la subordinación política y cultural. Así se fundó el sistema capitalista neocolonial que viene explotando, oprimiendo y deformando desde hace cien años a las clases trabajadoras de nuestro continente.
    Desde principios del siglo la clase obrera comenzó a alzarse contra ese sistema, desplegando la entonces poco conocida bandera del socialismo, unida indisolublemente a la bandera de la independencia nacional, promoviendo el despertar de los campesinos, de los estudiantes, de todo lo sano y revolucionario de nuestros pueblos. El Anarquismo, el Socialismo y el Comunismo como movimientos organizados de la clase obrera vanguardizaron con energía y heroísmo la movilización de amplias, masas, jalones imborrables de lucha revolucionaria. El legendario líder nicaragüense Augusto César Sandino, obrero metalúrgico, dirigió en su pequeño país una de las más heroicas de esas batallas, cuando su ejército guerrillero tuvo en jaque y derrotó a las tropas intervencionistas norteamericanas en 1932. Fue en esa década del '30 cuando nuestros pueblos desarrollaron en todo el continente un formidable auge de masas que puso en jaque la dominación neocolonial homogeneizada por el imperialismo yanqui. enemigo número uno de todos los pueblos del mundo.
    Pero esa formidable movilización revolucionaria de masas no fue coronada por la victoria. La activa intervención contrarrevolucionaria política y militar, directa e indirecta del imperialismo yanqui, unida a las deficiencias del anarquismo, de las corrientes socialistas Y los Partidos Comunistas, fueron las causas de una derrota temporaria. La mayoría de los Partidos Comunistas, los más conscientes, consecuentes y organizados de ese período, cayeron en el reformismo. Algunos de ellos como el heroico y aguerrido Partido Comunista salvadoreño sufrieron crueles derrotas con decenas y miles de mártires. Por ello, el impetuoso auge de las masas se desvió de su camino revolucionario y cayó bajo la Influencia y dirección del nacionalismo burgués, vía muerta de la revolución, recurso inteligente y demagógico, que encontraran las clases dirigentes para prolongar con el engaño la vigencia del sistema capitalista neocolonial.
    A partir del formidable triunfo del pueblo cubano, que bajo la hábil y clarividente conducción de Fidel Castro y un grupo de dirigentes marxista-leninistas logró derrotar al ejército batistiano y establecer en la isla de Cuba, en las mismas barbas del imperialismo, el Primer Estado Socialista Latinoamericano, los pueblos del continente vieron fortalecida su fe revolucionaria e iniciaron una nueva y profunda movilización de conjunto.
    Con aciertos y errores nuestros pueblos y sus vanguardias se lanzaron con decisión a la lucha antiimperialista por el socialismo. La década del '60 vio sucederse en forma ininterrumpida grandes luchas populares, violentos combates guerrilleros, poderosas insurrecciones de masas. La guerra de Abril, insurrección general del pueblo dominicano, obligó a la intervención directa del imperialismo yanqui que debió enviar 30.000 soldados para sofocar con la masacre ese magnífico levantamiento.
    La legendaria figura del Comandante Ernesto Guevara personificó, simbolizó todo ese período de luchas y su muerte heroica, así como su vida ejemplar y su clara concepción estratégica marxista-leninista, abre e ilumina el nuevo auge revolucionario de nuestros pueblos que crece día a día en poderío y consistencia, parte de las fábricas, de los pueblos, del campo y de las ciudades y se despliega incontenible por todo el continente.
    Es el definitivo despertar de nuestros pueblos que pone en pie millones y millones de trabajadores y que se encamina inexorablemente hacia la segunda independencia, hacia la definitiva liberación nacional y social, hacia la definitiva eliminación del injusto sistema capitalista y el establecimiento del socialismo revolucionario.
    LA LUCHA POR LA DIRECCIÓN DEL MOVIMIENTO DE MASAS
    Pero el camino revolucionario no es fácil ni sencillo. No solamente debemos enfrentar la bárbara fuerza económica y militar del imperialismo. Enemigos y peligros más sutiles acechan a cada momento a las fuerzas revolucionarias, a sus esfuerzos por librar con efectividad, victoriosamente, la lucha antiimperialista.
    Hoy día, dada la particular situación del proceso revolucionario continental, debemos referirnos específicamente a dos corrientes de pensamiento y acción, que conspiran poderosamente contra los esfuerzos revolucionarios de los latinoamericanos. Ellos son, un enemigo: el nacionalismo burgués y una concepción errónea en el campo popular: el reformismo.
    Ambos, a veces estrechamente unidos, intentan encaramarse en el auge revolucionario de nuestros pueblos; lograr su dirección e imponer sus concepciones erróneas e interesadas, que indefectiblemente terminarán por detener y castrar el impulso revolucionario. Por ello adquiere una dimensión estratégica la intransigente lucha ideológica y política que los revolucionarios debemos librar contra esas corrientes, imponernos a ellas, ganar así la dirección de las mas amplias masas, para dotar a nuestros pueblos de una consecuente dirección revolucionaria que nos conduzca con constancia, inteligencia y efectividad hacia la victoria final.
    El nacionalismo burgués es una corriente apadrinada por el imperialismo que se apoya en ella como variante demagógica para distraer y desviar la lucha de los pueblos cuando la violencia contrarrevolucionaria pierde eficacia. Su núcleo social está constituido por la burguesía pro-imperialista o un embrión de ella, que pretende enriquecerse sin medida, disputando con la oligarquía y burguesía tradicional los favores del imperialismo mediante el truco de presentarse como bomberos del incendio revolucionario, con influencia popular y capacidad de negociación ante la movilización de las masas. En su política del engaño esgrimen un antiimperialismo verbal e intentan confundir a las masas con su tesis nacionalista preferida: la tercera posición. Pero en realidad no son antiimperialistas sino que se allanan incluso a nuevas y más sutiles formas de penetración económica extranjera.
    El reformismo es en cambio una corriente que anida en el propio seno del pueblo trabajador, reflejando el temor al enfrentamiento de sectores pequeño burgueses y de la aristocracia obrera. Se caracteriza por rechazar cerradamente en los hechos la justa y necesaria violencia revolucionarla como método fundamental de lucha por el poder, abandonando así la concepción marxista de la lucha de clases. El reformismo difunde entre las masas nocivas ideas pacifistas y liberales, embellece a la burguesía nacional y a los ejércitos contrarrevolucionarios, con quienes constantemente buscan aliarse, exageran la importancia de la legalidad y el parlamentarismo. Uno de sus argumentos preferidos, de que es necesario evitar la violencia y relacionarse con la burguesía y los militares patriotas" en busca de una vía pacífica que ahorre derramamientos de sangre a las masas en su camino hacia el socialismo, es rotunda y dolorosamente refutada por los hechos. Allí donde el reformismo impuso su política conciliadora y pacifista las clases enemigas y sus ejércitos ejecutaron las más grandes masacres contra el pueblo. La cercanía de la experiencia chilena con más de 20.000 hombres y mujeres trabajadores asesinados nos exime de mayores comentarios.
    Frente al nacionalismo burgués, el reformismo y otras corrientes de menor importancia, en constante lucha ideológica y política con ellas, se alza el polo armado, el polo revolucionario que día a día se consolida en el seno de las masas, aumentando su influencia, mejorando su capacidad política y militar, convirtiéndose cada vez más en tina opción real hacia la independencia nacional y el socialismo.
    Precisamente para contribuir al fortalecimiento de ese polo revolucionario a escala continental, las cuatro organizaciones firmantes de esta declaración, hemos decidido constituir la presente Junta de Coordinación Revolucionaria en torno a la cual y a cada una de sus organizaciones nacionales, llamamos a organizarse y a combatir juntos, a toda la vanguardia revolucionaria obrera y popular de Latinoamérica. Esto significa naturalmente que las puertas de esta Junta de Coordinación están abiertas para las organizaciones revolucionarias en los distintos países latinoamericanos.
    LA EXPERIENCIA DE NUESTRAS ORGANIZACIONES
    El MLN Tupamaros, el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), el Ejército de Liberación Nacional (ELN), el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), en el curso de su lucha patriótica y revolucionaria, han ido comprendiendo la necesidad de unirse, han ido afirmando por propia experiencia su concepción internacionalista, comprendiendo que al enemigo imperialista y capitalista que está unido y organizado debemos oponerle la más férrea y estrecha unidad de nuestros pueblos,
    Vinculados por la similitud de nuestras luchas y nuestras líneas, las cuatro organizaciones hemos establecido primero vínculos fraternales, y en un proceso hemos pasado a un intercambio de experiencias, a la mutua colaboración cada vez más activa, hasta dar hoy este paso decisivo que acelera la coordinación y colaboración que sin ninguna duda redundará en tina mayor efectividad práctica en la encarnizada lucha que nuestros pueblos libran contra el feroz enemigo común.
    El mayor desarrollo de nuestras organizaciones, el fortalecimiento de su concepción y práctica internacionalistas, permitirá un mayor aprovechamiento de las potencialidades de nuestros pueblos hasta erigir una poderosa fuerza revolucionaria capaz de derrotar definitivamente a la reacción imperialistacapitalista, aniquilar a los ejércitos contrarrevolucionarios, expulsar al imperialismo yanqui y europeo del suelo latinoamericano, país por país, e iniciar la construcción del socialismo en cada uno de nuestros países, para llegar día de mañana a la más completa unidad latinoamericana.
    Lograr ese sagrado objetivo no será fácil, la crueldad y fuerza del imperialismo hará necesario, como lo vislumbrara el Comandante Guevara, desarrollar una cruenta y prolongada guerra revolucionaria que hará del continente latinoamericano el segundo o tercer Vietnam del mundo.
    Mas, siguiendo el glorioso ejemplo del heroico pueblo vietnamita y los trabajadores latinoamericanos sabremos combatir sin desmayos, con creciente eficacia, desplegando en toda su intensidad las imbatibles energías de las masas, y aplastar al imperialismo yanqui y sus agentes conquistando así nuestra felicidad y contribuyendo poderosamente a la destrucción definitiva del enemigo principal de la clase obrera internacional, del socialismo, de todos los pueblos del mundo.
    NUESTRO PROGRAMA
    Nos une la comprensión de que no hay otra estrategia viable en América Latina que la estrategia de guerra revolucionaria. Que esa guerra revolucionaria es un complejo proceso de lucha de masas, armado y no armado, pacífico y violento, donde todas las formas de lucha se desarrollan armónicamente convergiendo en torno al eje de la lucha armada. Que para el desarrollo victorioso de todo el proceso de guerra revolucionaria es necesario movilizar a todo el pueblo bajo la dirección del proletariado revolucionario. Que la dirección proletaria de la guerra se ejercita por un partido de combate marxista-leninista, de carácter proletario, capaz de centralizar y dirigir, uniendo en un solo, potente haz, todos los aspectos de la lucha popular, garantizando tina dirección estratégica justa. Que bajo la dirección del Partido Proletario es necesario estructurar un poderoso ejército popular, núcleo de acero de las fuerzas revolucionarias, que desarrollándose de lo pequeño a lo grande, íntimamente unido a las masas y alimentado por ellas, se erija en impenetrable muro donde se estrellen todos los intentos militares de los reaccionarios, N, esté en condiciones materiales de asegurar el aniquilamiento total de los ejércitos contrarrevolucionarios Que es necesario construir asimismo un amplio frente obrero y popular de masas que movilice a todo el pueblo progresista y revolucionario, a los distintos partidos populares, a los sindicatos y demás organizaciones similares, en una palabra, a las más amplias masas cuya lucha corre paralela, convergiendo a cada momento y estratégicamente con el accionar militar del ejército popular y el accionar político clandestino del partido proletario.
    La respuesta debe ser clara, y no otra que la lucha armada como el principal factor de polarización, agitación y, en fin, de la derrota del enemigo, la única posibilidad de triunfo. Esto no quiere decir que no se utilicen todas las formas de organización y lucha posibles: la legal y la clandestina, la pacífica y violenta, económica y política, convergiendo todas ellas con mayor eficacia en la lucha armada, de acuerdo a las particularidades de cada región y país.
    El carácter continental de la lucha está signado, en lo fundamental por la presencia de un enemigo común. El imperialismo norteamericano desarrolla una estrategia internacional para detener la Revolución Socialista en Latinoamérica. No es casual la imposición de regímenes fascistas en los países donde el movimiento de masas en ascenso amenaza la estabilidad del poder de las oligarquías. A la estrategia internacional del imperialismo corresponde la estrategia continental de los revolucionarios.
    El camino por transitar en esta lucha no es corto. La burguesía internacional está dispuesta a impedir, por cualquier medio, la Revolución, así se planteara en un solo país. Ella posee todos los medios oficiales y oficiosos, bélicos o de difusión, para utilizarlos contra el pueblo. Por eso nuestra guerra revolucionaria es de desgaste del enemigo en sus primeras fases, hasta formar un ejército popular que supere en fuerza a los del enemigo. Este proceso es paulatino, pero es, paradójicamente, la senda más corta y menos costosa para alcanzar los objetivos estratégicos de las clases postergadas.
    PUEBLO LATINOAMERICANO: A LAS ARMAS
    Vivimos momentos decisivos de nuestra historia. En esa conciencia, el MLN Tupamaros, el Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), llaman a los trabajadores explotados latinoamericanos, a la clase obrera, a los campesinos pobres, a los pobres de la ciudad, los estudiantes intelectuales, los cristianos revolucionarios y a todos aquellos elementos provenientes de las clases explotadoras, dispuestos a colaborar con la justa causa popular, a tomar con decisión las armas, a incorporarse activamente a la lucha revolucionaria antiimperialista y por el socialismo que ya se está librando en nuestro continente bajo la bandera y el ejemplo del Comandante Guevara.
    JCR - JUNTA DE COORDINACIÓN REVOLUCIONARIA
    VICTORlA O MUERTE - ELN
    PATRIA O MUERTE VENCEREMOS - MIR
    A VENCER 0 MORIR POR LA ARGENTINA - ERP
    LIBERTAD O MUERTE - TUPAMAROS
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    Mensaje por juan.ujs Lun Dic 21, 2015 9:32 pm

    No habían condiciones para una lucha armada.
    Eso destruyó a miles de militantes valiosos, la inserción en fábricas, agitaciónes públicas, la praxis diaria era lo oportuno y no el extremo.
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    Mensaje por Razion Vie Jun 03, 2016 2:24 am

    Lo acabo de ver en internet. Creo que sintetiza parte de la línea del PRT -si bien la excede en período histórico-:


    EL GUEVARISMO HOY

    El Che sigue estando presente. Cada generación lo referencia e interpela desde su propia situación histórica. Desde sus propias dudas, preguntas y proyectos. En el 60 conocimos un Che que, siendo dirigente de una revolución triunfante, dejaba todos sus cargos para volver al combate en El Congo y en Bolivia. Y que entregaba su vida por la liberación de los pueblos. Y nos dimos cuenta que en él se había construido ese “hombre nuevo” de la Revolución Cubana, decidido a luchar contra la injusticia donde quiera que se diera, porque “lo más importante es la conciencia y la moral”. Nos ganó su coherencia entre el decir y el hacer. Y nos hicimos Guevaristas como proyecto o camino, como plan para cada día, de seguir el ejemplo del Che. Pero en la Argentina de los 60 y 70 optar por el Guevarismo, no era una decisión neutral a la política. Significaba romper con una izquierda que desde la década del 30 subordinaba las luchas del movimiento obrero a una alianza liderada por la burguesía nacional con sus líderes “progresistas” para realizar por etapas reformistas, una revolución parlamentarista y democrática, totalmente inviable. Y significó también que, a partir del Cordobazo, debíamos abocarnos, con todas nuestra fuerzas, a la construcción de una alternativa de pensamiento y acción clasista y socialista, antiimperialista y latinoamericana. Nuestro enfrentamiento al “Pacto Social” de Cámpora, Perón y Gelbard nos distanció de sectores combatientes, pero confundidos y falsamente ilusionados en el progresismo de militares y empresarios. Eran como las ilusiones actuales en el “capitalismo con rostro humano” de los Kirchner, la Cámpora y los Scioli. No pudimos ó no supimos convencer a miles de heroicos combatientes, hermanos en el sacrificio de la sangre, de aquello que nos decía el Che “las burguesías autóctonas han perdido toda su capacidad de oposición al imperialismo – si alguna vez la tuvieron- y sólo forman su furgón de cola”. Y estos fracasos y equívocos facilitaron la tragedia del 76. Y nos convencieron aún más de lo que también había afirmado el Che: “o revolución socialista o caricatura de revolución”. En el 70, Mario Roberto Santucho, Miguel Enríquez y las organizaciones de la Junta de Coordinación Revolucionaria actualizan a Mariátegui y el Che, en el combate contra el reformismo y el populismo. En su “Mensaje a los pueblos del Mundo a través de la Tricontinental” el Che decía: “Es el camino de Vietnam, es el camino que deben seguir los pueblos, es el camino que seguirá América, con la característica especial de que los grupos en armas pudieran formar algo así como Juntas de Coordinación, para hacer más difícil la tarea represiva del imperialismo yanqui y facilitar la propia causa”. Siguiendo esta orientación el PRT de Argentina, el MIR de Chile, el ELN de Bolivia y el MLN Tupamaros de Uruguay constituyen en 1973 la Junta de Coordinación Revolucionaria (JCR) que se propone luchar por la Revolución Socialista en América Latina. En sus documentos constitutivos la Junta de Coordinación Revolucionaria (J.C.R.) se manifestaba continuadora del proyecto de emancipación latinoamericano iniciado por Bolívar y San Martín. De la posta tomada por José Martí. Y desde principios del siglo XX, de la revolución Mexicana, la de Sandino en Nicaragua, la insurrección del Partido Comunista de El Salvador, más las luchas de anarquistas, socialistas y comunistas en toda nuestra América, alentados y fogoneados por la revolución de los bolcheviques en Rusia. Y continuaba afirmando la JCR que a partir del 30, la política de Frentes Populares con la burguesía, de los Partidos Comunistas, había desviado y diluído las energías emancipadoras, pero que la Revolución Cubana en 1959 retomaba el impulso revolucionario. La ola revolucionaria latinoamericana del 60 y 70 se cerró con la Revolución Sandinista en 1979. La insurrección nicaraguense fue la de un pueblo en masa, que en los combates vivaba a Sandino y al Che. Un grupo de internacionalistas argentinos, militantes del PRT, participaron activamente como combatientes del Ejército Sandinista en el derrocamiento de la sanguinaria dictadura de Somoza. Y después, en Paraguay, fueron autores del ajusticiamiento al Dictador. Muchas escuelas de Nicaragua llevan el nombre de Hugo Irurzum, nuestro querido capitán Santiago, caído en la acción. Luego vendrá el repliegue del movimiento revolucionario y la tarea de la burguesía para que el Che quede aislado en las remeras y posters, casi como un ícono marmolado. Pretendían que se mantuviera totalmente alejado de la lucha por el Poder. Y se cae el Muro de Berlín con la implosión del “socialismo realmente existente”. Y la igual suerte del socialismo Chino. Pero con el Santiagueñazo de 1993 y la rebeldía del pueblo argentino al neo liberalismo menemista que fueron simultáneos a la insurgencia zapatista en México, se inicia un nuevo ciclo de lucha. Fue una nueva llamarada de luchas continentales por el agua y nuestros recursos naturales y contra el extractivismo que nos recordaron 500 años de invasión, colonialismo y opresión. Y surge nuevamente en las banderas de lucha y en los gritos de barricada la figura del Che. Que nuevamente nos conduce apuntando al Poder. Pasaron varias décadas desde la muerte del Che. Las actuales generaciones tienen la posibilidad de conocer muchas más facetas del Che que las que conocíamos en el 60 y 70. Gracias a escritos de su autoría, que últimamente se han recuperado, y a estudios muy completos de su ideario, como el que hace el escritor y militante guevarista Nestor Kohan, hoy ya sabemos que El Che no es solamente un “combatiente heroico”. Además de eso, es un estudioso de la realidad social e histórica del capitalismo. Es un marxista frecuentador de los grandes temas de la teoría social. Cultor de aquel apotegma de Lenin: “Sin teoría revolucionaria no hay movimiento revolucionario”, el Che nos enseña que toda formulación política debe estar seriamente asentada e interpretada por una reflexión teórica. Que las dudas y las preguntas son insustituibles en la tradición marxista donde el más mínimo movimiento está relacionado a la totalidad, como filosofía de la praxis, de actividad objetiva y subjetiva íntimamente relacionadas, de unidad de teoría y práctica, por la cual el ser humano transforma el mundo y se transforma a sí mismo y donde la teoría sirve para resolver las cuestiones prácticas. La crisis mundial desatada desde el 2007 que hoy repercute y se extiende a la periferia capitalista, plantea a las nuevas generaciones, seguidoras del Che, igual desafío que el que se nos presentó en el 60 y 70 : Construir un programa socialista, trazar una estrategia de toma del Poder para América Latina y Argentina y construir una dirección revolucionaria. Sin estos tres elementos la barbarie capitalista se profundizará sin límites. La nueva situación que se abre pondrá en pié un gigantesco proceso de lucha de masas, que deberá utilizar todas las formas de lucha, combinando lo armado y no armado, lo pacífico y lo violento, lo legal con lo ilegal. Para las nuevas tareas aprender de la gesta del Che es imprescindible.

    2015. “Vasco”. (miembro del Comité Central del PRT en los 70. Actualmente es militante de Izquierda Revolucionaria)
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    Mensaje por surfas Vie Jun 03, 2016 2:54 am

    Significaba romper con una izquierda que desde la década del 30 subordinaba las luchas del movimiento obrero a una alianza liderada por la burguesía nacional con sus líderes “progresistas” para realizar por etapas reformistas, una revolución parlamentarista y democrática, totalmente inviable.


    ¿Quiere referirse a posterior a 1945 en realidad, no?
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    Mensaje por Razion Lun Jun 20, 2016 5:31 pm

    Manuel Belgrano y la celeste y blanca
    El 20 de Junio de 1820 fallecía en Buenos Aires a la edad de 50 años el General Manuel Belgrano. Todos los trabajos históricos que se han hecho sobre su vida acuerdan en resaltar la generosa dedicación y entrega de su vida a la gesta independentista. Desde un pensamiento guevarista nos interesa rescatar esa característica de su vida pero también su destacado protagonismo y alineación en el intenso proceso de lucha de clases que se dio en esos años sobre los alcances de la Independencia y los proyectos institucionales y sociales de gobierno. Y esto como parte de un debate historiográfico y político de directa incidencia en la actualidad.
    Establecida la Primera Junta de Gobierno, a partir de Mayo de 1810, la política que se da en las relaciones con España se la llamó “La Máscara de Fernando VII”. Consistía en avanzar hacia la Independencia pero, aprovechando la acefalía por prisión del rey de España en una cárcel dorada de la Francia Bonapartista, se mantendría la fórmula de Gobierno: “en nombre de Fernando VII”. Moreno en el “Plan de Operaciones” recomendaba que fuera sólo por un corto tiempo esta fórmula de gobierno porque de prolongarse facilitarían los planes restauracionistas del colonialismo español y las vacilaciones de sectores ahora independentistas pero que no estaban decididos a la ruptura total con España. En el Primer Triunvirato, dirigido por Rivadavia, se hizo un acuerdo con los realistas asentados en Montevideo reconociendo “que las Provincias Unidas del Río de La Plata no tienen otro soberano que el Señor Don Fernando VII”. Esta posición era rechazada por Artigas y los patriotas orientales que para la Asamblea del año XIII mandaron sus diputados con mandato para que se declarara en forma inmediata la Independencia del Río de la Plata, de España y de toda otra potencia extranjera. Y la Asamblea, rechazando este mandato, no los incorpora. Fue también el Primer Triunvirato el que desautorizó la Proclama de Castelli en Tiahuanaco del Alto Perú donde manifestó que quedaban derogados la mita y el Yanaconazgo proclamando que “todos los hombres eran iguales y con los mismos derechos” ganándose la adhesión del Pueblo Aimará. El Triunvirato le reprochó haberse enemistado con la Iglesia y las clases cultas del Alto Perú.
    La escuadra española con asiento en Montevideo hacía insistentes incursiones de desembarco por el litoral del Paraná para aprovisionarse de alimentos. Belgrano fue designado por el Triunvirato para montar dos baterías de combate en las proximidades de Rosario para impedir estas incursiones. Hasta ese momento las tropas patriotas combatían llevando la insignia española, pues aún no se había declarado la Independencia. Belgrano propuso primero la escarapela que llevaría cada combatiente lo que fue aceptado por el Triunvirato. Y a los pocos días y con los mismos colores, celeste y blanco, enarboló por decisión propia la bandera que hizo jurar a la tropa: “Soldados de la Patria…Juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores, y la América del Sur será el templo de la Independencia y de la Libertad. En fe de que así lo juráis, decid conmigo: ¡Viva la Patria!”. El Triunvirato desaprobó la bandera y el Juramento y reprendió severamente a Belgrano. No obstante Belgrano que había sido designado Jefe del Ejército del Norte, que venía derrotado de Huaqui en el Alto Perú, marchó a su encuentro con refuerzos y enarbolando la bandera. El 26 de marzo de 1812, en Yatasto, se hizo cargo del Ejército del Norte. Marchando hacia Jujuy, llegan en Mayo y se aprestan a celebrar el segundo aniversario de la gesta de Mayo. Frente a todo el pueblo jujeño reunido y la formación del Ejército del Norte se bendice y pasea la bandera nacional que fue jurada por la tropa. Enterado el Triunvirato de este “segundo desacato” Belgrano es severamente amonestado. Belgrano obedeció esta vez las instrucciones del Gobierno y guardó la bandera. Pero después de la victoria de Tucumán y marchando hacia Salta enarboló nuevamente la bandera que desde ese momento acompañó todas las luchas independentistas.
    Cuando todas estas definiciones transcurrían en los campos de batalla, la diplomacia del gobierno se desplazaba por otros andariveles. Liberado y vuelto a España Fernando VII, derrotado Napoleón y constituída en Europa la conservadora y monástica Santa Alianza los gobernantes porteños buscaban atajos negociadores. Manuel de Sarratea, que integró varios gobiernos, escribía a Fernando VII: “…si el cielo no hubiera permitido la ausencia de su majestad jamás se hubiera oído ni el eco de la insubordinación…”. Carlos María de Alvear representaba a los que querían un cambio de amo: “Estas Provincias desean pertenecer a la Gran Bretaña, recibir sus leyes, obedecer a su gobierno y vivir bajo su influjo poderoso…”. Y es que los terratenientes y grandes comerciantes del Puerto pensaban sólo en cómo conservar y agrandar sus negocios. Que los cueros y las carnes llegaran al mercado de Londres era su mayor y única ambición. Y todo este conflicto se agudiza cuando la convocatoria al Congreso de Tucumán.
    Con San Martín la celeste y blanca fue enarbolada por el Ejército de los Andes. Eran bandera y Ejército de la Patria Grande. Allí se unieron en los combates, en los sueños y proyectos, en la sangre derramada hermanos uruguayos, argentinos, chilenos, peruanos y colombianos.
    Los revolucionarios guevaristas del 70 tuvieron una celeste y blanca con una estrella roja de cinco puntas entre franja y franja. Significaba el objetivo internacionalista de la emancipación de los cinco continentes. En cada formación militante, en el juramento de cada incorporación, al inicio de cada día en las escuelas del PRT, en la despedida a nuestros hermanos caídos en combate, en los miles de enfrentamientos con el ejército enemigo, en las barricadas humeantes del Vivorazo, flameó nuestra celeste y blanca con la estrella roja de cinco puntas del internacionalismo proletario. La prensa del ERP se llamó Estrella Roja.
    Por todo esto nuestro reconocimiento a Belgrano. Porque su persistencia en enarbolar la celeste y blanca tenía que ver con su decisión inquebrantable de Independencia de España y de toda otra Potencia extranjera. Y esa decisión era sostenida por la fuerza de los pueblos que habían unido a la independencia la emancipación de toda esclavitud y servidumbre.
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    Mensaje por Blood Mar Jun 21, 2016 6:09 am

    Razion escribió:
    Manuel Belgrano y la celeste y blanca
    El 20 de Junio de 1820 fallecía en Buenos Aires a la edad de 50 años el General Manuel Belgrano. Todos los trabajos históricos que se han hecho sobre su vida acuerdan en resaltar la generosa dedicación y entrega de su vida a la gesta independentista. Desde un pensamiento guevarista nos interesa rescatar esa característica de su vida pero también su destacado protagonismo y alineación en el intenso proceso de lucha de clases que se dio en esos años sobre los alcances de la Independencia y los proyectos institucionales y sociales de gobierno. Y esto como parte de un debate historiográfico y político de directa incidencia en la actualidad.
    Establecida la Primera Junta de Gobierno, a partir de Mayo de 1810, la política que se da en las relaciones con España se la llamó “La Máscara de Fernando VII”. Consistía en avanzar hacia la Independencia pero, aprovechando la acefalía por prisión del rey de España en una cárcel dorada de la Francia Bonapartista, se mantendría la fórmula de Gobierno: “en nombre de Fernando VII”. Moreno en el “Plan de Operaciones” recomendaba que fuera sólo por un corto tiempo esta fórmula de gobierno porque de prolongarse facilitarían los planes restauracionistas del colonialismo español y las vacilaciones de sectores ahora independentistas pero que no estaban decididos a la ruptura total con España. En el Primer Triunvirato, dirigido por Rivadavia, se hizo un acuerdo con los realistas asentados en Montevideo reconociendo “que las Provincias Unidas del Río de La Plata no tienen otro soberano que el Señor Don Fernando VII”. Esta posición era rechazada por Artigas y los patriotas orientales que para la Asamblea del año XIII mandaron sus diputados con mandato para que se declarara en forma inmediata la Independencia del Río de la Plata, de España y de toda otra potencia extranjera. Y la Asamblea, rechazando este mandato, no los incorpora. Fue también el Primer Triunvirato el que desautorizó la Proclama de Castelli en Tiahuanaco del Alto Perú donde manifestó que quedaban derogados la mita y el Yanaconazgo proclamando que “todos los hombres eran iguales y con los mismos derechos” ganándose la adhesión del Pueblo Aimará. El Triunvirato le reprochó haberse enemistado con la Iglesia y las clases cultas del Alto Perú.
    La escuadra española con asiento en Montevideo hacía insistentes incursiones de desembarco por el litoral del Paraná para aprovisionarse de alimentos. Belgrano fue designado por el Triunvirato para montar dos baterías de combate en las proximidades de Rosario para impedir estas incursiones. Hasta ese momento las tropas patriotas combatían llevando la insignia española, pues aún no se había declarado la Independencia. Belgrano propuso primero la escarapela que llevaría cada combatiente lo que fue aceptado por el Triunvirato. Y a los pocos días y con los mismos colores, celeste y blanco, enarboló por decisión propia la bandera que hizo jurar a la tropa: “Soldados de la Patria…Juremos vencer a nuestros enemigos interiores y exteriores, y la América del Sur será el templo de la Independencia y de la Libertad. En fe de que así lo juráis, decid conmigo: ¡Viva la Patria!”. El Triunvirato desaprobó la bandera y el Juramento y reprendió severamente a Belgrano. No obstante Belgrano que había sido designado Jefe del Ejército del Norte, que venía derrotado de Huaqui en el Alto Perú, marchó a su encuentro con refuerzos y enarbolando la bandera. El 26 de marzo de 1812, en Yatasto, se hizo cargo del Ejército del Norte. Marchando hacia Jujuy, llegan en Mayo y se aprestan a celebrar el segundo aniversario de la gesta de Mayo. Frente a todo el pueblo jujeño reunido y la formación del Ejército del Norte se bendice y pasea la bandera nacional que fue jurada por la tropa. Enterado el Triunvirato de este “segundo desacato” Belgrano es severamente amonestado. Belgrano obedeció esta vez las instrucciones del Gobierno y guardó la bandera. Pero después de la victoria de Tucumán y marchando hacia Salta enarboló nuevamente la bandera que desde ese momento acompañó todas las luchas independentistas.
    Cuando todas estas definiciones transcurrían en los campos de batalla, la diplomacia del gobierno se desplazaba por otros andariveles. Liberado y vuelto a España Fernando VII, derrotado Napoleón y constituída en Europa la conservadora y monástica Santa Alianza los gobernantes porteños buscaban atajos negociadores. Manuel de Sarratea, que integró varios gobiernos, escribía a Fernando VII: “…si el cielo no hubiera permitido la ausencia de su majestad jamás se hubiera oído ni el eco de la insubordinación…”. Carlos María de Alvear representaba a los que querían un cambio de amo: “Estas Provincias desean pertenecer a la Gran Bretaña, recibir sus leyes, obedecer a su gobierno y vivir bajo su influjo poderoso…”. Y es que los terratenientes y grandes comerciantes del Puerto pensaban sólo en cómo conservar y agrandar sus negocios. Que los cueros y las carnes llegaran al mercado de Londres era su mayor y única ambición. Y todo este conflicto se agudiza cuando la convocatoria al Congreso de Tucumán.
    Con San Martín la celeste y blanca fue enarbolada por el Ejército de los Andes. Eran bandera y Ejército de la Patria Grande. Allí se unieron en los combates, en los sueños y proyectos, en la sangre derramada hermanos uruguayos, argentinos, chilenos, peruanos y colombianos.
    Los revolucionarios guevaristas del 70 tuvieron una celeste y blanca con una estrella roja de cinco puntas entre franja y franja. Significaba el objetivo internacionalista de la emancipación de los cinco continentes. En cada formación militante, en el juramento de cada incorporación, al inicio de cada día en las escuelas del PRT, en la despedida a nuestros hermanos caídos en combate, en los miles de enfrentamientos con el ejército enemigo, en las barricadas humeantes del Vivorazo, flameó nuestra celeste y blanca con la estrella roja de cinco puntas del internacionalismo proletario. La prensa del ERP se llamó Estrella Roja.
    Por todo esto nuestro reconocimiento a Belgrano. Porque su persistencia en enarbolar la celeste y blanca tenía que ver con su decisión inquebrantable de Independencia de España y de toda otra Potencia extranjera. Y esa decisión era sostenida por la fuerza de los pueblos que habían unido a la independencia la emancipación de toda esclavitud y servidumbre.
    5 de Junio. Carlos Vasco
    ERP

    Manuel Belgrano expresó las tendencias thermidorianas de la burguesía nacional, que asfixiaron al proceso revolucionario de Mayo por temor al movimiento autónomo de las masas, como lo hizo el arbitraje dictatorial de Simón Bolivar. Las limitaciones políticas de esta burguesía porteña ya se habían expresado en la lucha contra las invasiones inglesas, donde Belgrano, como Cromwell, estuvo en contra de la discusión popular en las milicas.

    La orientación más radical, coherentemente emancipadora, e incluso, en cierto sentido, popular, estuvo encarnada en el centralismo de Mariano Moreno y en el federalismo -ubicado ya en otro momento de la lucha de clases revolucionaria- de Artigas. Pero este sector, claro está, tuvo que combatir también contra la represión del gobierno thermidoriano de Buenos Aires. Belgrano jugó un rol represivo frente a los disidentes revolucionarios que se alzaban contra el Directorio de Pueyrredón, así como en las negociaciones diplomáticas donde se planteaba ponerle un alto a la emancipación nacional antes que dejar que se desarrolle una guerra de colores (para usar un término bolivariano). La única bandera nacional que declaró su independencia absoluta y jamás fue arriada fue la de Artigas y la Liga de los Pueblos Libres.

    “La bandera la he recogido y la desharé para que no haya ni memoria de ella (…) si acaso me preguntaren por ella, responderé que se reserva para el día de una gran victoria por el ejército, y como éste está lejos; todos la habrán olvidado y se contentarán con la que les presenten (…)”
    Carta de Belgrano al Gobierno desde Jujuy, 18 de julio de 1812.


    “Permítame V. que le diga que no soy de opinión de convidar a semejantes inicuos son la paz, sino de tomar medidas activas y eficaces para acabarlos, así lo he ejecutado con los de Santiago (…) y el cabeza Borges se pilló, quien tal vez, a esta fecha habrá dado cuentas a Dios de sus iniquidades (…) Si Yo me hubiese anclado con parlamentos, estaríamos ahora sin entendernos y acaso los buenos que no quisieron entrar en la convulsión, hubieran tomado parte (…) es indispensable hacer uso de la cuchilla porque la gangrena no concluya con lo bueno”
    Carta de Belgrano a Güemes, 10 de julio de 1817

    “Caiga el anatema del cielo sobre los malditos anarquistas que su furia ha conducido hasta promover la ruina de estas provincias con los malditos indios (…) Los enemigos exteriores son nada, compañero, los interiores, los interiores, sí son los terribles.”
    Carta de Manuel Belgrano a Martín Güemes, 26 de diciembre de 1817

    Epistolario Belgraniano, Taurus, 2001.

    Frente al impasse de una burguesía "nacional" incapaz de desenvolver hasta el fondo sus tareas de liberación nacional, la clase obrera no tiene más alternativas que tomar en sus propias manos la lucha contra el imperialismo. No es una consigna abstracta y vacía, porque es lo que vemos en la entrega nacional a los Barrick Gold o a los Chevron y British Petroleum: ¿Qué clase social tiene un interés antagónico contra esta penetración del capital extranjero, y cuál se ha entrelazado fuertemente? ¿Qué clase social puede romper el orden jurídico de la propiedad privada, y cuál lo necesita para su propia reproducción? ¿Quiénes se organizaron protestando por la firma del contrato secreto con Chevron, y quiénes estaban adentro del edificio firmándolo?

    Por un lado, la Izquierda y los que luchan. Por el otro, el kirchnerismo, quienes trataron de "construir un capitalismo nacional". La reconstrucción de la burguesía nacional falló, terminó en los López, los Lázaro Báez y la Masacre de Once.

    Los que vivimos de nuestro trabajo somos los únicos que podemos imprimirle una salida progresiva a esta crisis. Y para hacerlo debemos plantear una salida de poder: una salida política. Nuestra tarea hoy es organizarnos en un partido (obrero y revolucionario), y luchar para que la crisis la paguen los capitalistas. Sólo podemos hacerlo con la independencia política de la clase obrera.

    Los trabajadores no necesitan un 'foco' revolucionario como factor externo para ponerse en movimiento. Y el propio contexto de correlación de fuerzas que había hecho nacer a las agrupaciones guerrilleras desmiente la teoría del foco guerrillero.

    El gobierno de Onganía parecía imponente y avasallador, la clase obrera parecía absolutamente desatada y freezada. Una intervención armada externa parecía ser la única forma en que se podría calentar a la clase. Pero si algo demostró el Cordobazo es la fuerza de las contradicciones sociales inherentes a toda sociedad de clases, donde la lucha entre estas clases nunca queda congelada. Un proceso revolucionario no se desata (ni vence) por el desarrollo aislado de una vanguardia, sino porque esta vanguardia política supo fundirse con el movimiento obrero, convertirse en su dirección política.

    Las conclusiones revolucionarias que podemos sacar de todo este derrotero histórico pueden ser el gobierno de los trabajadores como consigna estratégica irrenunciable y la construcción de un partido político revolucionario de la clase obrera como nuestro método, junto a la independencia política de la clase obrera. Hay que salir a disputarle la dirección de los sindicatos a la burocracia, recuperarlos para que sean una herramienta de lucha de los trabajadores. Hay que salir a disputar los centros de estudiantes y las comisiones gremiales, con una orientación estratégica, delimitándonos del nacionalismo burgués en franca decadencia para construir un frente único de los luchadores sobre la base de un programa revolucionario.

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