por kenneichdich Lun Ago 30, 2010 4:06 pm
Primero, decir que no estoy por principio de acuerdo en que se expulse a nadie de los foros. Los administradores tendrán sus razones, que quizá sean buenas, pero la libre expresión de opiniones debería estar asegurada, a no ser que la expresión de unos impida la expresión de otros (y quizá éster era el caso).
Segundo, el libro del que se trata me está pareciendo muy interesante. Muy interesante por lo malo que es, pero al mismo tiempo refleja miles de prejuicios y malinterpretaciones que puede ser muy útil debatir y aclarar. Y eso porque precisamente da la impresión de que el autor del libro no ha leído a Marx y usa citas extraídas de fuentes secundarias, cuando no directamente tópicos escolares. Pero es una buena muestra de qué piensa mucha gente que es el marxismo y el comunismo.
Para empezar, es contradictorio reconocer que es un error de Marx usar argumentos ad hominen (insultos, mayormente) para deslegitimar las teorías de sus adversarios, y luego hacer lo mismo con Marx. Error sobre error no elimina sino suma errores. Por no mencionar que los insultos de Marx son por lo general bastante genéricos mientras que los del autor pretenden ser vinculantes. Y en todo esta parte es más un desfogue del autor que otra cosa: nada aporta al fondo del asunto. Una serie de datos biográficos, que como todo dato biográfico es discutible, no son relevantes para aquello que de verdad importa: la teoría marxista. Puede ser que Marx fuese egoista, faltón, racista o manirroto, pero ¿es algo de esto su filosofía? Yo diría que no.
El defecto más evidente del libro ya lo ha puesto de manifiesto NSV Liit: el autor trata el marxismo-comunismo como si fuera un conjunto monolítico donde todo lo que dijo o hizo cualquier denominado comunista de cualquier época es imputable a cualquier otro. Pero si algo sabemos los que estamos dentro del comunismo es que aquí dentro lo que más hay es diversidad de concepciones sobre qué es el comunismo.
Y ahora, voy sobre el texto mismo: "Es evidente que la sociedad se halla dividida entre explotados y explotadores." Es la primera frase de la primera parte. Pues la primera en la frente. Será evidente para ti, chato. Pero si fuera tan evidente para todos, entonces no habría tal división. Precisamente de lo que se ocupan los libros de Marx y el movimiento comunista que él impulsó es de despertar dicha conciencia de estar explotados dentro del proletariado... y ello justamente porque para el proletariado (pero tampoco para la burguesía) tal cosa no es evidente.
Luego dice: "El marxismo se ha caracterizado durante mucho tiempo por desconocer o hacer caso omiso a esto, por empeñarse en sostener las equivocaciones de Marx que la historia ha demostrado." ¿Y cuál es esta equivocación de Marx? Pues "que los señores marxistas, intenten “abolir” las clases sociales al mismo tiempo que se empeñan en mantener al Estado, que es quien sostiene precisamente aquello que se quiere abolir", y justo un poco antes nos dice que "los marxistas teorizan acerca de la disolución de las clases sociales, lo hacen diciendo que pasado un periodo transitorio de dictadura por parte del proletariado se disolverán las clases sociales y el Estado morirá de muerte natural." O sea, los marxistas decimos o no que hay que mantener el Estado. Esta aparente contradicción se explica en que los marxistas "creen que tomando la maquinaria del Estado, conseguirán eliminar las clases sociales, pero todo, por medio y obra del poder estatal." Pero claro, "Nosotros sabemos que cuando existe el Estado, aun el Estado “obrero” que proponen ellos, existen necesariamente clases sociales diversas." Bueno, esto lo saben ellos y también lo sabe Marx: por eso esa fase es transitoria. Y ahora viene la justificación de tanta afirmación: "Quien conoce medianamente el poder, sabe que quien se asienta en él, lejos de querer abandonarlo, se esforzará por hacer de su poder un todopoderoso, un todo. Quien conoce aunque sea a simple vista el gobierno, sabe que es imposible que haya gobierno sin gobernados, vale más decir, sin esclavos." Toma ya, la machada. O sea que todo se fundamenta sobre una constatación psicológica: la erótica del poder. Y encima todo gobernado es directamente un esclavo. Supongo que ambas cosas también deben ser de ese tipo de evidencias que sólo el autor encuentra evidentes.
Tras una argumentación al estilo platónico de lo más cutre (donde nos demuestra que le es imposible comprender que no se puede pasar de un Estado burgués a una sociedad sin Estado en la medida en que se quieran conservar las fuerzas productivas; si lo que se quiere es meramente acabar con el Estado y que después pase lo que sea, para eso basta con que nos caiga un meteorito, no hacen falta luchas obreras), nos sale con los seis puntos reivindicados en el Manifiesto Comunista, de los cuales el sexto parece ser el siguiente: "6. Obligación de trabajar para todos (claro, con excepción de los jefes del partido que estarán en el poder)." Lamentablemente en mi copia del Manifiesto la parte entre paréntesis no está, qué raro. Pero luego remacha: "En todo caso, como declararía Marx, el Estado obrero, sería compuesto por los socialistas dedicados y cultos, como suele decirse en sus escritos (tontería Saint-Simoniana). Es decir, el populacho, el pueblo, sería gobernado por una nueva aristocracia de científicos." Ambas oraciones están conectadas por un "es decir" que indica que la segunda explica la primera. Debe tratarse de otra de esas mágicas evidencias que al autor le pueblan las mientes. Lo que yo no entiendo es cómo es posible que si el Estado obrero está compuesto por socialistas cultos haya populacho ignorante, siendo que el Estado somos todos. A no ser que el autor entienda por Estado otra cosa que lo que usualmente se entiende por tal. Porque precisamente de lo que se trata para Marx es de que el Estado sea un Estado de verdad, no de que sea un Estado proletario (porque para Marx el Estado proletario no es más que el Estado a secas, que cumple así todas sus potencialidades). Precisamente es el Estado burgués, el que hay, el que no es verdadero Estado porque no cumple sus propios principios. El Estado se basa en la igualdad entre todos sus miembros, pero en el Estado burgués tal igualdad es imposible de facto en la medida en que las relaciones de producción colocan a unos como explotadores y a otros como explotados. Esta contradicción entre fundamento y realidad es interna al mismo concepto de Estado moderno, por eso la realización de tal ideal (por medio de la revolución proletaria), que se sustancia en lo que Marx llama dictadura del proletariado, tiene como consecuencia espontánea la extinción de toda forma de Estado... y por tanto el fin de la igualdad (y así el inicio de la justicia: de cada uno según sus capacidades y a cada uno según sus necesidades).
Que el autor tergiverse hechos histórico es pecata minuta comparado con su inepcia hermenéutica e incomprensión conceptual. Hay centenares de estas inexactitudes.
Además, pasa continuamente de lo teórico a lo empírico como si esto refutase aquello. Y esto es así porque supone que toda realización histórica, sólo por el hecho de autodenominarse comunista ya es realmente comunista. Cuando precisamente de lo que se trata es de demostrar que tales hechos históricos son efectivamente hechos comunistas. Y esto es lo que el autor no hace.