Razion escribió:(...) Entiendo la diferencia que se hace con la cúpula Montonera, pero la crítica a mi entender termina pegándoles a todos -ya que muchos no eran "cúpula", pero si dirigentes de relevancia-.
En mi caso no comparto el eje dirigencia/bases como dos elementos de una contradicción insuperable.
Ese es un defecto, a mi entender, del análisis político del "campo popular" argentino y tiene su origen en el Movimientismo.
Ya el Perón setentista negaba el partido y era el líder de Movimiento Nacional Justicialista.
Las orgas tienen estructura corporativa con una línea politica determinada, con mayor o menor grado grado de conciencia están todos en el mismo barco.
Si vamos al reduccionismo de "la sangre derramada", la hubo de dirigentes de la primera línea y en las bases.
El Pibe Nuevo Encuentro, precisamente, está usando este mismo eje.
Entonces hay que discutir programas políticos, tácticas y cuestión estratégica.
Los que estaban arriba del palco, en Ezeiza, y los que estaban abajo tenían el mismo programa político.
El programa de la Doctrina Social de la Iglesia: ni liberales, ni marxistas, peronistas (capitalistas).
Por eso terminan todos en esto del siglo XXI, donde la línea capitalista la sigue bajando el Vaticano.
El nudo está en las tácticas, estoy hablando de esa época.
Y las bases, concientes de ese programa, militaban para una u otra táctica.
Ya sea dentro de la Juventud Sindical o dentro de la JTP sus bases, jamás hubieran logrado una organización de desarrollo superior dentro de la estructura peronista y su programa clerical.
Para eso hay que estar en otra estructura.
La JTP frenó cuanto conflicto hubo desde que Cámpora asume, cuando piden a "Perón Ya" y hasta que los llaman a Gaspar Campos y Perón en persona los bardea.
Después giran 180º, mandan el satélite del Partido Peronista Auténtico y comienza la lucha faccional interna.
Al que se quedaba le ponían toda la torta y la cobertura clandestina; al que se iba "ni te conocemos".
No salieron jamás de abajo del paraguas peronista.
La película que decís, con la salvedad el enfoque alfonsinista de los dos demonios, pinta la situación tal cual fue.
Tumini, no interesa donde estuvo; hoy sabemos para quien opera.