Saludos.
Soy venezolano, de Caracas, nacido en el 23 de Enero el 4 de Agosto de 1958. Tuve una corta militancia en el Movimiento Político Ruptura y en PRV-FALN entre los años 1974 y 1978. En algún momento explicaré porque dejé de participar en el movimiento revolucionario. Pese a esto, siempre me procure una modesta formación marxista-leninista que reforcé, también de manera modesta, en los momentos de la oscurana filosófica-político-ideológica que rodeo la caída de la URSS. De hecho, se pudiera decir que el marxismo-leninismo había entrado en eclosión aquí en Venezuela tiempo antes de que sucumbiera el llamado socialismo real.
El tema en cuestión me parece complejo de tratar y considero, con mucho respeto, que pudiera estarse tratando de manera ligera.
Para poner la cuestión en cierta perspectiva, voy a pegar algo a continuación que divulgué como 2 meses antes de que Chávez anunciara, en Agosto de 2005, el giro de su proyecto hacia el llamado Socialismo del Siglo XXI. En esto creíao bien exponer, de manera jocosa y para producir polémica, la visión que tenía de Hugo Chávez para aquel entonces.
Juan Bodino
Jurista, humanista y filósofo francés. Nació en 1530 y murió en 1596. El libro Historia de la Teoría Política, de George H Sabine, dice acerca de Bodino lo siguiente: “La filosofía política de Bodino era una mezcla singular de cosas viejas y nuevas, del mismo modo que lo fue todo el pensamiento filosófico del siglo XVI. Su autor había dejado de ser medieval sin llegar a ser moderno. Jurista de profesión se ganó la enemistad de sus colegas al propugnar un estudio histórico y comparativo del derecho, en vez de dedicar una devoción exclusiva a los textos de derecho romano. Tanto el derecho como la política debían estudiarse, a su juicio no sólo a la luz de la historia sino también a la del medio físico del hombre, del clima, la topografía y la raza. Y sin embargo, mezclada con esta sugestión de tono muy moderno, se daba la firme creencia en que el medio comprende la influencia de las estrellas y puede ser entendido en su relación con la historia de los estados mediante el estudio de la astrología. Defensor decidido de la tolerancia religiosa y de la administración liberal e ilustrada, Bodino fue igualmente autor de un manual sobre hechicería destinado a ser utilizado por los magistrados en el descubrimiento y condena de las brujas. Crítico e incrédulo con frecuencia en su análisis de las fuentes históricas, Bodino estaba dispuesto a aceptar cualquier leyenda acerca de los planes diabólicos de quienes se habían vendido al demonio. Defensor de políticas encaminadas al bienestar material y económico de la nación y autor de un libro al que se ha calificado de primer tratado de economía política, podía también poblar el mundo físico de espíritus y demonios de cuyos actos dependían en todo momento las vidas de los hombres. Crítico de todas las sectas religiosas y tan equilibrado que nadie sabía si era protestante o católico y algunos sospechaban que era judío o infiel, era, sin embargo, profundamente religioso por temperamento y convicción. El pensamiento de Bodino era una amalgama de superstición, racionalismo, misticismo, utilitarismo y tradicionalismo. Una confusión semejante presenta su filosofía política. Parece claro que Bodino creía seguir un nuevo método, el secreto del cual consistía en combinar la filosofía con la historia. "La filosofía -dice- muere de inanición en medio de sus preceptos si no está vivificada por la historia." Criticaba a Maquiavelo por haber prescindido de la filosofía y atribuía a esto la tendencia inmoral de sus escritos. Por otra parte, Bodino no resiste el tipo de política utópica que encuentra en Tomás Moro y en Platón. Su ideal era estudiar un tema empírico, enmarcado dentro de unos principios generales; los hechos le darían solidez y la razón sentido. Había tomado de Aristóteles esta concepción de la filosofía política y hay que admitir que Bodino concibió la tarea con mayor amplitud que ningún otro escritor de su época. Desgraciadamente, los resultados logrados no corresponden a los propósitos del autor. Carecía de un sistema claramente concebido que le permitiera ordenar su material histórico. La República y, en general, todos sus libros están mal organizados y dispuestos, llenos de repeticiones y son inconexos, aunque en algunas de sus partes resultan claros e interesantes. Además, Bodino abruma al lector con ejemplos históricos, estadísticas, citas y exposiciones del derecho y las instituciones derivadas de una erudición asombrosa. El olvido en que cayeron sus libros antes de transcurrir un siglo después de su muerte se debió sobre todo a que eran intolerablemente informes y tediosos. Bodino carecía prácticamente de aptitud literaria. Su capacidad sistemática era más bien una cierta facilidad para hacer definiciones formales que una auténtica facultad de construcción filosófica; y pese a una real penetración en la historia y el modo de funcionar de las instituciones, era más bien un anticuario que un historiador filosófico.”
Son asombrosas algunas semejanzas de Juan Bodino con
Hugo Rafael Chávez Frías
Cuando Chávez anuncia su giro hacia el Socialismo de Siglo XXI divulgué lo siguiente, citándolo:
¿Chávez: Ingenuo o Incoherente?
En una época llegué a pensar en la tercera vía. Andaba en problemas para interpretar el mundo. Estaba confundido, hacía lecturas equivocadas, tenía unos asesores que me confundían todavía más. Llegué a proponer un foro en Venezuela sobre la tercera vía de Tony Blair. Hablé y escribí mucho sobre un 'capitalismo humano'. Hoy estoy convencido que es imposible. Pero esto ha sido producto de seis años de dura brega y de aprender de mucha gente. Me convencí el de que el socialismo es el camino. He invitado al país a un debate. Creo que debe ser un socialismo nuevo, con planteamientos frescos, acoplado con una nueva era que apenas está comenzando. Por eso me atreví a llamarlo 'socialismo del siglo XXI'. Creo que es un reto, un desafío. Ya han aparecido hasta libros sobre el tema. Hay un debate que va extendiéndose. Por ejemplo, yo quiero aportar algunas ideas. Una es afirmar que el primer socialista de nuestra era fue Cristo. Esta dirección está mucho más clara en Venezuela. Si hace cuatro años me hubieras preguntado: ¿Chávez, hacia dónde vamos?, quizás mi respuesta no habría sido tan precisa, aun cuando a la que estoy dándote todavía le falta muchísima precisión. Te habría dicho, corno tantas veces lo dije: aquí está la Constitución Bolivariana, este es el proyecto. Ahora creo que vamos rumbo al socialismo... antes, si te declarabas socialista, te decían trasnochado, troglodita, dinosaurio. Ahora no, el socialismo anda en la calle y hasta algunos empresarios declaran que no les asusta. ¡Magnífico!. Habrá que oír sus razones, respetarlas y discutirlas. Los militares hablan de revolución y socialismo, y discuten esos temas. Creo que es muy positivo. En lo social, el socialismo debe conjugar igualdad con libertad. Una sociedad de incluidos, de iguales, sin privilegios, sin esta abismal diferencia entre extrema riqueza y extrema pobreza. En lo económico: un cambio del sistema de funcionamiento metabólico del capital. Este es un tema complejo de tratar. Aquí hemos iniciado experimentos como el impulso al cooperativisrno y al asociativismo, a la propiedad colectiva, a la banca popular y núcleos de desarrollo endógeno, etc.
Hugo Rafael Chávez Frías
¡Seis años dando tumbos! ¡Una pérdida irreparable!
¡Un proyecto que le falta mucha precisión! ¡Un futuro incierto!
El socialismo anda en la calle y hasta algunos empresarios declaran que no les asusta.
¡Ingenuo! ¡Incoherente! ¡Falso!
¡El socialismo, si es verdadero, es la negación del capitalismo!
¡Sin Coherencia Ideológica ni Lucidez Política,
no hay Proceso Revolucionario!
Ahora bien, de lo anterior a la fecha ha corrido mucha agua bajo el molino, incluyendo el fallecimiento de quien, sin duda, debe ser valorado como un revolucionario contemporáneo de mucha importancia para los pueblos, valoración que se debe separar de cualquier intento marxista de calificarlo como tal.
Diré unas pocas cosas muy simples para hacerme composición de lugar.
La Revolución Chavista no se corresponde con un asalto del poder por parte de un proletariado revolucionario tal y como está más o menos concebido en el Manifiesto Comunista. Aquí no hay abolición de la propiedad privada, ni dictadura del proletariado. Un capitalismo rentista, dependiente y atrofiado campea casi a sus anchas al calor de un estado benefactor muy penetrado por la corrupción.
Creo que esto podría ser calificado como una revolución popular (o populesca) en el marco de una democracia burguesa algo avanzada.
El Marxismo es una doctrina que se fundamenta en el Materialismo Dialéctico, desarrollo avanzado del materialismo filosófico, que es, obviamente, ateo en cuanto a la existencia de divinidades de cualquier tipo. Considero un desmesurado contrasentido pretender ser marxista y abrigar cualquier tipo de creencia mágico-religiosa. Lo anterior no implica, también obviamente, que no se pueda ser un creyente religioso y un formidable revolucionario bien aterrizado; con los pies bien puestos en la tierra, quiero decir.
Chávez declaró en una oportunidad, recién anunciado su giro hacia el Socialismo del Siglo XXI, que su propuesta no estaba referida a un socialismo utópico sino a un socialismo científico. No concibo posible el socialismo científico fuera del marco del Materialismo Histórico, extensión en lo social del Materialismo Dialéctico.
Chávez empatucó al socialismo con el cuento de Jesucristo como el primer socialista de nuestra era. No encuentro nada, por ejemplo, en el Sermón de la Montaña que pregone una mejor vida en el reino terrenal. Todo lo planteado allí gira en torno a una vida devota para obtener la salvación del alma y el acceso al reino de los cielos.
Por el momento, allá Chávez y los chavistas con sus eclécticas ideologías y discursos; esto no los hace menos revolucionarios, por el momento. Esperemos que la dialéctica del desarrollo social haga lo demás. Te lo pedimos, Señor.
Por último, y por el momento, cito:
Se nos dirá que las ideas religiosas, morales, filosóficas, políticas, jurídicas, etc., aunque sufran alteraciones a lo largo de la historia, llevan siempre un fondo de perennidad, y que por debajo de esos cambios siempre ha habido una religión, una moral, una filosofía, una política, un derecho.
Hasta hoy, toda la historia de la sociedad ha sido una constante sucesión de antagonismos de clases, que revisten diversas modalidades, según las épocas. Mas, cualquiera que sea la forma que en cada caso adopte, la explotación de una parte de la sociedad por la otra es un hecho común a todas las épocas del pasado. Nada tiene, pues, de extraño que la conciencia social de todas las épocas se atenga, a despecho de toda la variedad y de todas las divergencias, a ciertas formas comunes, formas de conciencia hasta que el antagonismo de clases que las informa no desaparezca radicalmente.
La revolución comunista viene a romper de la manera más radical con el régimen tradicional de la propiedad; nada tiene, pues, de extraño que se vea obligada a romper, en su desarrollo, de la manera también más radical, con las ideas tradicionales.
Finalmente, los comunistas laboran por llegar a la unión y la inteligencia de los partidos democráticos de todos los países.
Los comunistas no tienen por qué guardar encubiertas sus ideas e intenciones. Abiertamente declaran que sus objetivos sólo pueden alcanzarse derrocando por la violencia todo el orden social existente. Tiemblen, si quieren, las clases gobernantes, ante la perspectiva de una revolución comunista. Los proletarios, con ella, no tienen nada que perder, como no sean sus cadenas. Tienen, en cambio, un mundo entero que ganar.
¡Proletarios de todos los Países, uníos!.
Carlos Marx - Federico Engels
Quedo de Ustedes,
Orlando Arrechedera García.