Les dejo un articulo que realice tratando este tema.
Saludos
LA NUEVA ESTRATEGIA DE EXPLOTACIÓN Y DOMINACIÓN EN ARGENTINA Y LA NECESIDAD DE PRESERVAR LAS MEJORES CONDICIONES PARA LA ORGANIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES
Los trabajadores concientes de Argentina no nos oponemos a la investigación y los juicios a los criminales de la ultima dictadura, de hecho, que muchos de los legisladores que aprobaron las leyes de impunidad fueran los mismos legisladores que las derogaron es por la lucha tenaz y abnegada de los organismos de derechos humanos y la denuncia continua de los que marchábamos todos los 24 de marzo desde mucho antes de que a los actos se sumara el PJ y el sindicato de camioneros.
Obviamente preferimos que lo que nos descuentan para el sistema previsional se destine al ANSES y que al menos una parte de eso llegue a los pibes y los viejos que están en la miseria.
Es más que obvio que se debe apoyar toda ley que limite a los monopolios de los medios de comunicación, aunque sea causa de una lucha facciosa entre grupos empresarios.
También sabemos que aunque los empresarios culpables de vaciamientos y quiebras no sean juzgados y las empresas estatizadas se conviertan en un escándalo de corrupción y dilapidación del dinero público, al menos se mantienen los puestos de trabajo.
Por supuesto preferimos un modelo económico orientado a la “economía real” y no a la especulación financiera, ya que el desempleo es el mejor disciplinador de la clase obrera, y sabemos que es preferible ser explotado a no tener trabajo.
Y sin duda sabemos que es mejor la democracia -aunque sea formal- a la dictadura.
Pero ¿podemos apoyar ingenuamente y sin preguntarnos nada a un gobierno formado por los mismos que años antes fueron parte del modelo económico que dejo al país con más de un 40% de pobreza, con cerca de un 30% de desempleados? ¿Que reprimió de punta a punta del país a los trabajadores y desempleados que se alzaron contra el neoliberalismo dejando decenas de muertos?
¿No hay al menos algo para sospechar en el nuevo progresismo de una parte del PJ?
¿No es llamativo que este nuevo progresismo surja luego de las insurrecciones de diciembre de 2001? ¿Luego del apurado llamado a elecciones después de las masivas protestas contra la masacre del Puente Pueyrredón?
¿Que la “redistribución” de la riqueza se de en un contexto de crisis donde la caída de la demanda trajo la mayor deflación de la historia Argentina, arruinando las ganancias hasta de las grandes empresas?
¿Podemos sacrificar la independencia y bajar la guardia de las organizaciones populares?
Algunas de las respuestas a estas preguntas las encontraremos si prestamos atención a las palabras de presidenta de la Nación.
Con respecto a lo grave de la situación ante las consecuencias del neoliberalismo en la región, es decir, la amenaza que significaban las insurrecciones populares, el movimiento de desempleados y las ocupaciones de empresas C. Fernández dice:
“en la reunión del G-20, donde debo confesarles además que tuvimos que dar una dura batalla junto al presidente Lula para que las palabras "flexibilización laboral" fueran borradas del documento, cosa que nos costó mucho pero lo logramos. Les puedo decir que costó todo el día de liberaciones y algunos tonos elevados de voz, pero creo que valió la pena porque cuando explicamos lo que significaban las palabras "flexibilización laboral" en la región, en América latina a partir del Consenso de Washington, cuando explicamos que en realidad ninguno podía volver a nuestros países si se firmaba esto de "flexibilización laboral", luego de insistir, fue entendido.” (1)
Mientras desde los organismos internacionales como el G20, el FMI, y el BM se insistía en mayor liberalización y flexibilización para lograr la supuesta “estabilización de los mercados”. A los socios locales de los monopolos, es decir: los empresarios nacionales que tienen la tarea de lidiar con los trabajadores, los desempleados y todos los sectores populares, se les hacia cada vez más difícil mantener la gobernabilidad.
Pero no se trataba solo de las insurrecciones populares, al fin y al cabo el problema social es para muchos un problema de la policía ó en el peor de los casos de la gendarmería y el ejército, así había sido desde la dictadura y durante toda la década de 1990. La cuestión implicaba, además, que la misma tasa de ganancia de los empresarios estaba siendo afectada. Esto, por la quizás mayor deflación que haya padecido el mercado argentino. Al mismo tiempo que los titulares de los diarios publicaban continuamente la caída de las ventas, los niveles de indigencia y pobreza alcanzaban límites nunca vistos.
Este problema propios de la economía capitalista que pretende que los asalariados generen riqueza por 100, pagarles 10 y que consuman por 100, y que es la verdadera causa de las crisis periódicas, no es ajeno a nuestro políticos y empresarios.
En reiteradas ocasiones C. Fernández se ha referido a esta situación, reconociendo, no solo quien es el que genera la riqueza, sino cual es el principio rector de la economía capitalista, por ejemplo ante la OIT:
“Planteábamos y seguimos planteando que el verdadero crecimiento económico es aquel que se genera con el empleo, porque sostenemos, sostuvimos y sostendremos que no es la riqueza la que genera trabajo, sino el trabajo el que genera riqueza. Y fíjense que no estoy hablando de plusvalía (…)” (2)
Y auque no quiere hablar de plusvalía, de explotación, en su discurso ante los socios de la Bolsa de Comercio de Bs. As. reconoce:
“Ustedes sabe mejor que nadie que la economía, además de generación de riqueza, también implica transferencias de un sector hacia el otro.” (3)
Y va más allá, advirtiendo que no es un problema que se solucione con “tarjetas de crédito”, ya que toda ampliación del consumo inmediato, gracias al crédito, no es otra cosa que la reducción del consumo futuro a la hora que los bancos se cobren los intereses y usa como ejemplo ni más ni menos que a las economías donde los trabajadores tienen los mayores ingresos y e mejor acceso al crédito:
“El nivel de endeudamiento que tienen hoy las grandes sociedades de los países desarrollados, supera más del 100 por ciento. No es solamente que hayan tenido un problema de consumismo, no. Cuando uno observa la variación del poder adquisitivo de los salarios y la variación de los costos de los servicios que demanda cualquier trabajador o cualquier familia, advierte el por qué del endeudamiento.” (4)
Se imponía entonces la necesidad de implementar una nueva estrategia de acumulación de capital que recuperara la tasa de ganancia de las empresas y por sobre todo que sea compatible con una forma de dominación que restableciera la gobernabilidad.
¿Cómo conseguir esto?
No hay mucho que pensar, si la caída de la demanda es la causa principal de la crisis, si por un lado faltan consumidores y por el otro hay casi un 30% de desempleados, un 20% de indigentes y mas de un 60% de pobres, -lo que esta tornando ingobernable el país- está claro que la generación de empleo y el aumento de los ingresos de los trabajadores es la clave. En fin, si los empresarios no quieren eliminar la pobreza por piedad, lo tiene que hacer porque les conviene para recuperar la demanda ó simplemente por miedo.
Sin embargo, ante la caída de las ventas y las perspectivas de crisis, los empresarios actúan penando solo en sus beneficios individuales y el árbol no les deja ver el bosque.
Ante la disminución de los precios, los empresarios buscaban bajar los costos para ser más competitivos y disputar el mercado. Para esto, intensificaban la explotación de los trabajadores: “flexibilizan”, reducen salarios, aumentaban la jornada de trabajo, contratan trabajadores sin registrar pagando salarios muy por debajo del salario mínimo vital y móvil, “terciarizan”, forman pseudo cooperativas para evadir cargas patronales, niegan vacaciones, no retribuyen horas extras y todas las practicas que se convirtieron en masivas y habituales en los años 90. Esta táctica individual de cada empresa no hace más que profundizarse la caída de la demanda y con ella la de los precios y por consecuencia la producción, para no crear stocks imposibles de colocar en el mercado. En fin apagan en incendio con nafta. En esta situación las perspectivas a futuro empeoran, todos los indicadores que estiman la “confianza de los inversionistas” se desploman, con esto, las acciones de las empresas y lo que comenzó por una crisis de incapacidad de la demanda -producto de la miseria y la explotación- lo terminamos llamando “crisis financiera” ó “crisis de las hipotecas” cuando tendríamos que preguntarnos ¿por que las familias norteamericanas no pudieron pagar sus casas?
Así que la tarea de disciplinar a los empresarios detrás de una estrategia más adecuada para salvar la citación, que priorice el funcionamiento mismo del sistema capitalista, antes que los beneficios individuales de tal o cual sector empresario, se convierte en un trabajo difícil.
A esto se ha dedicado brillantemente la presidenta C. Fernández.
Por ejemplo en su discurso a los socios de la Bolsa de Bs. As.
“Combatir hoy la pobreza para lograr más y mejores usuarios y consumidores, es la mejor inversión que se pueda hacer (…)” (5)
Ante los representantes de la UIA:
"yo pregunto a algunos, no son muchos pero con mucho poder de despliegue económico, que nos criticaban desde los intereses de los importadores, si los argentinos no tienen trabajo de qué les va a servir importar, quién les va a comprar las cosas que importan. Ya nos pasó durante la convertibilidad, donde se importaba todo y hubo un momento que el 25 por ciento de los argentinos no tenía trabajo y ni siquiera ellos podían hacer buenos negocios." (6)
y más claro imposible:
“Yo no quiero Empresarios buenos y sensibles, quiero Empresarios inteligentes y que sepan contar (que sea en ese orden), primero inteligentes porque algunos solamente saben contar y entonces se aferran a Proyectos o Economías casino y burbujas, que tienen poca sustentabilidad en el tiempo y que finalmente hacen que el conjunto se desplome.” (7)
Y también en el exterior en el G20:
"(...) quiero contarles una anécdota que me pasó en la primera reunión del G-20, la que se hizo en Washington, cuando todavía Bush era presidente de los Estados Unidos. Uno escuchaba las discusiones y los planteos y era como que parecía que todo seguía igual y se proponían las mismas formas como si nada hubiera sucedido. Y entonces, cuando me tocó a mí la intervención empecé recordando a Albert Einstein que decía que es un signo de locura pensar que haciendo las mismas cosas se pueden llegar a resultados diferentes. Y yo lo que estaba viendo en esas discusiones era que precisamente no había cambiado la lógica de pensamiento en cuanto a cuál había sido el verdadero problema. No era solamente un problema de falta de control o de desregulación, era además de la falta de control y la desregulación, haber creído que el dinero se reproducía a sí mismo sin pasar por el circuito de la producción de bienes y servicios.
En realidad eran malos capitalistas los que estaban planteando eso, porque se desconocían científicamente las bases de qué es lo que realmente genera riqueza y acumulación y que es precisamente el trabajo. Cuando nosotros decimos esto no lo decimos desde un lugar discursivo o retórico; lo hacemos desde un lugar absolutamente serio y científico, planteando que es precisamente el trabajo lo que genera riqueza." (8 )
"Esto se lo expliqué claramente al principio de la crisis fundamentalmente a los empresarios. Ustedes no tienen que ver a ese trabajador que tienen en la empresa únicamente como un sueldo a pagar a fin de mes, lo tienen que ver como un consumidor, porque ese trabajador a lo mejor no consume el producto de esa empresa, pero sí consume el de otra empresa que al mismo tiempo se nutre del insumo o de lo que yo produzco. Por lo tanto, la lógica del ajuste y de las economías de ajuste, que fue típico del Consenso de Washington y que en nuestro país se aplicó a rajatabla era profundamente anticapitalista en el fondo, porque en definitiva era abruptamente incomprensible lo que se planteaba como una política permanente del Consenso de Washington que era el ajuste. Lo que sucedía que en realidad los períodos de ajuste, por lo menos los que se vivió en la Argentina, se daba a partir de que la Argentina fue durante los años de la convertibilidad, una excelente plaza financiera donde uno podía colocar un dólar y llevarse tres en un año con tasas impensables en ninguna parte del mundo. Para hacer eso había que ajustar a la sociedad que era la que finalmente terminaba financiando esa renta extraordinaria que devino en una deuda externa absolutamente inmanejable." (9)
Los Kirchner y todos su funcionarios que en su mayoría lo eran también en los años 90, son la fación más lucida del gran extrajeron asociado a los empresarios locales, que supieron darse cuenta que después de las insurrecciones del año 2001 y sobre todo luego de las protestas por la muerte de Kostequi y Santillan no se podía seguir gobernando con represión masiva y que había que recuperar el empleo para recuperar la gobernabilidad. Eso lo lograron con un modelo evaluatorio que mejoro las ventajas competitivas de Argentina, reactivo las exportaciones y arrastro al mercado interno. Como varias veces se ha hecho en Argentina.
Si entregamos la independencia de las organizaciones, si bajamos la guardia y estos nuevos y astutos gerentes de la gran burguesía Argentina asociada al capital extranjero se sienten seguros de haber recuperado la gobernabilidad, hasta el mínimo ciclo de concesiones que se ha abierto en argentina se cerrará, y las concesiones logradas desaparecerán, junto con el discurso democrático y de no represión. El pueblo argentino y en particular los trabajadores han tenido muchas nefastas experiencias por confiar en populistas que rápidamente huyen o directamente se convierten en cómplices de la represión.
¿Le hacemos el juego a la derecha y somos golpistas por preguntar por que solo hay que grabar solo los beneficios de los agroexportadores y no los de las petroleras, las mineras, la pesca etc.? O quizás por denunciar que mientras se estatiza una aerolínea que no tiene aviones y sin enjuiciar a el grupo Marsanz, o se estatiza una empresa de potabilización y distribución de agua que estaba colapsada por la falta de inversión, sin enjuiciar a la empresa francesa que no cumplió ni con los favorables contratos de las privatizaciones, se renueva la concesión privada del yacimiento petrolero Cerro Dragón (el más grande de la argentina) o se entrega la cordillera de Los Andes al emprendimiento minero más grande del mundo, con una legislación casi de país autónomo, a las mineras canadienses. Para no dar lugar a la “derecha” ¿Debemos aceptar que el Estado solo puede hacer “salvatajes” y nos tenemos que conformar con que no se pierdan puestos de trabajo, mientras los principales negocios del momento se siguen entregando a los monopolios?
Es sabotear al gobierno popular preguntar por qué con la ley de blanqueo de capitales se "perdonaron" las deudas impositivas y la evasión por 144.691 millones de dólares que los empresarios locales (muchos de ellos agrosojeros) tienen fuera del país, ó sin declarar, dando argumentos para que caigan las causa judiciales contra empresas multinacionales que están investigadas por evasión como Pérez Companc, REPSOL, SHELL y ESSO por más de 4.000 millones de dólares.
O acaso por hacer notar que si al gobierno le preocupaba tanto el monopolio de los medios de comunicación es contradictorio que antes de pelearse con el grupo Clarin por no querer hacer lobby en la compra de Telecom y si hacerlo a favor de Telefónica, haya permitido la fusión de las empresas Multicanal y Clabevisión bajo el directorio del Grupo Clarín y que sin duda el Grupo Clarín es un monopolio, pero también lo es Telefónica a la cual se le permitió asociarse con DirecTV y adquirir las acciones de Telecom Italia, solo pagando una multa.
¿Es acaso reaccionario rechazar la asistencia financiera a empresas multinacionales como Generals Motors?
Defender la libertades democráticas y la envestidura presidencial no implica ser ganado por el posibilismo y el quietismo para no “hacerle el juego a la derecha” Para no hacerle el juego a ninguna facción hay que demostrar la vitalidad y la independencia de las organizaciones obreras y sociales. Mantener en la duda y temerosos a todos los grupos empresarios y a sus políticos y sindicalistas a sueldo, es la mejor garantía de que se preservarán y lograran mas concesiones, y no se animaran a jugar con las libertades democráticas en sus luchas facciosas.
(1)Cristina Fernández en el cierre del Seminario de la OIT. Martes, 21 de abril de 2009
(2)Cristina Fernández en el cierre del Seminario de la OIT. Martes, 21 de abril de 2009
(3)Cristina Fernández en el 155° aniversarios de la Bolsa de Comercio. Jueves, 27 de agosto de 2009
(4)Cristina Fernández en el cierre del Seminario de la OIT. Martes, 21 de abril de 2009
(5)Cristina Fernández en el 155° aniversarios de la Bolsa de Comercio. Jueves, 27 de agosto de 2009
(6)Cristina Fernández en el Acto Día de la Industria. Martes, 01 de septiembre de 2009
(7)Discurso de Cristina Fernández en el Teatro Argentino de La Plata 19 de julio de 2007
(8)Cristina Fernández en el Encuentro Mundial de Sindicalistas en Ginebra-Suiza. Lunes, 15 de junio de 2009
(9)Idem.