[...] El dominio en la producción de los medicamentos en el mundo globalizado actual y la concepción que sustenta el destino final de los mismos presenta una situación de desigualdad radical entre países y personas en la que están en juego aspectos fundamentales de la vida o la vida misma; es una situación de injusticia que no sólo no se aminora, sino que puede, incluso, agravarse.
El 74% de la producción de medicamentos en el año 1997 estuvo destinada a la población de 7 países (EEUU, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y España), que en conjunto no representan ni el 15% de la población mundial (11). La razón de esta desproporción no está en que estos países cuenten con una mayor carga de enfermedades que el resto del mundo, ni cuantitativa ni cualitativamente. Todo lo contrario. Realmente son las grandes potencias que dominan al planeta y donde vive la población de mayor poder adquisitivo, por lo que son los que imponen las reglas para el resto del mundo. Asia y África juntas representan el 75% de la población mundial, sin embargo, a ellas fue destinado un 7 u 8% anual, sin que se apreciaran incrementos en un período de tiempo de diez años, aunque su población no ha dejado de crecer en ese tiempo; en cambio
los Estados Unidos han doblado el valor de su mercado farmacéutico en los diez últimos años sin que se haya producido un incremento significativo de su población (12).
[...] Estos han sido los acontecimientos fundamentales que han dado origen al auge de la biotecnología a partir de los años ochenta del pasado siglo XX cuando el creciente interés que ha despertado, tanto en los medios académicos como en la actividad económica e industrial, se ha traducido en
una proliferación de intereses económicos, políticos e inclusive militares que promueven el desarrollo científico tecnológico usando a las transnacionales como avanzada global.
[...] Las condiciones de mercado, las expectativas de beneficios, aspectos organizativos y de gestión, entre otros, favorecen la rápida puesta en marcha y difusión de algunas de estas tecnologías, relegando a otras, y contribuyendo a la rápida difusión y desarrollo de las transnacionales biofarmacéuticas.
De esta forma a fines de la década del 70 del pasado siglo se funda la primera compañía de la biotecnología: Genentech con capital inversionista norteamericano y que aún en la actualidad es una de las mas poderosas y lucrativas. Basta con mencionar que en el primer día de hacerse pública su precio en la bolsa aumentó en un 30% (15).
Desde los años 70 hasta la actualidad, la lista de compañías biotecnológicas y farmacéuticas ha aumentado y ha tenido importantes logros en desarrollar nuevas drogas utilizables como medicamentos. En la actualidad existen más de 4.000 compañías que se concentran en Europa, Norteamérica y Asia-Pacífico (16). La desigual distribución geográfica de las 165 más poderosas es apreciable [...] Se reflejan las 10 principales compañías biofarmacéuticas del mundo, así como la cantidad de ingresos correspondientes al año 2004 y lo invertido en materia de investigación y desarrollo. Es apreciable cómo el monopolio de esta rama de la ciencia se encuentra controlada, como ya se mencionara, por compañías estadounidenses y europeas (17).
En el caso del mercado global de vacunas humanas, de acuerdo con un informe de Global Industry Analysts Inc. de EE.UU, está previsto que alcance los 19.200 millones de dólares hacia el 2010, lo cual resulta posible si contamos con el hecho de que en el 2007 se generaron, según el mencionado informe refleja, 11.600 millones de dólares solo en vacunas profilácticas (18).
Tanto EE.UU. como Europa son regiones que han ganado grandes dividendos ya que las grandes compañías hacen fila para lanzar un rango de primera calidad de vacunas terapéuticas una vez que se obtengan las aprobaciones reguladoras. Se prevé que las vacunas pediátricas de combinación, otro nuevo participante en el mercado, impulsen el crecimiento en los próximos años. Se espera que el mercado sea testigo de nuevos niveles con la adopción de nuevos mecanismos de presentación, tales como comestible, oral y mucosal. También es crítico para el éxito del mercado la necesidad de utilizar adyuvantes en vacunas para lograr una inmunidad óptima. Las vacunas terapéuticas están actualmente en varias etapas de desarrollo y se prevé crezcan rápidamente una vez que sean introducidas al mercado.
Las compañías, tanto las ya establecidas como las venideras, están abriendo una cantidad considerable de recursos de investigación en el desarrollo de vacunas terapéuticas capaces de combatir enfermedades tales como el cáncer, SIDA y otros (19). La terapéutica de combinación está ganando importancia y se espera resulte en varias joint ventures (20). El mercado se espera vea más de 18 nuevos productos para el tratamiento de cáncer, SIDA, enfermedades neurológicas, auto-inmunes y cardiovasculares (21).
[...] Nuestro objetivo real, como se ha mencionado, es mostrar el verdadero papel hegemónico y monopolizador que ejercen estas entidades en la actualidad. En otras palabras responder a preguntas como las siguientes:
¿Se ocupan las transnacionales de la biotecnología farmacéutica, un ente que solo en el 2004 alcanzó beneficios y ganancias por valor de más de 600.000 millones de dólares (22), de las necesidades de los países con menos recursos?
¿A quienes va dirigida principalmente sus planes y proyectos de investigación, desarrollo y producción de nuevos productos?
¿Que medidas toman para garantizar su poder político y económico?
Comencemos a responder estas preguntas en orden inverso a como han sido planteadas, abordando un tema que es utilizado como espada de Damocles: nos referimos a
las patentes.
Un nada despreciable cuarenta por ciento de la economía mundial hoy en día está basada en productos y procesos biológicos (23). Por otra parte, la posibilidad de utilizar seres vivos manipulados genéticamente en la producción industrial ha despertado unas enormes expectativas comerciales. Y la materia prima de este apetecible mercado biotecnológico es precisamente la extraordinaria variedad de formas de vida que todavía pueblan nuestro planeta verde. Sin embargo una singular característica de los seres vivos, la de reproducirse y dispersarse a su total antojo, resulta problemática si a lo que se aspira es a controlar y a monopolizar su utilización y disfrute. Por ello la industria biotecnológica ha buscado una fórmula que resulta muy eficaz para adueñarse de esta materia prima y asegurarse el monopolio de su utilización futura: las patentes biotecnológicas (24).
El sistema de patentes es una norma para la protección de la propiedad intelectual, que concede derechos exclusivos sobre una invención al autor de la misma. Dado que, lógicamente, está prohibido conceder patentes sobre descubrimientos, y que es innegable que los genes y la materia biológica no son una invención humana, sino un mero hallazgo de la ciencia, parecería que no es posible aplicar la normativa de patentes a los seres vivos.
Sin embargo la industria biotecnológica se ha valido de un truco que le permite reclamar patentes sobre genes, sobre material biológico, y sobre los propios seres vivos y su descendencia. Se trata de afirmar que el hecho de aislar de su entorno natural o de reproducir la materia biológica constituye un paso inventivo, que automáticamente convierte en inventor a quien cuente con los medios adecuados para secuenciar y reproducir en el laboratorio fragmentos de ADN, o hacer un cultivo de células (25).
En el mismísimo seno de la Organización Mundial de Comercio fue aceptada esta herramienta luego de un inconmensurable trabajo de “lobby” por parte de políticos muy cercanos a la industria biofarmacéutica (26). Sólo en 2004, esta industria gastó 1000 millones de dólares en “lobbying” en los Estados Unidos (27).
Un año antes en 2003, altos representantes de Pfizer, directivos de la empresa farmacéutica más grande del mundo, negociaron directamente, con el director general de la OMC y con funcionarios de estados miembros de la OMC, el bloqueo de una propuesta de los países en desarrollo que les hubiera permitido importar copias más baratas de medicamentos patentados en caso de emergencias, incluidos el HIV y la pandemia del SIDA (28).
Aunque el acuerdo alcanzado permite en teoría que países importen copias de medicamentos en épocas de crisis, el “lobby” implacable y algunas veces agresivo de las multinacionales farmacéuticas hicieron que el procedimiento –conocido como ‘licencia obligatoria’- fuera tan restrictivo y complejo que hasta la fecha ningún país en desarrollo lo ha utilizado.
Y es que en una época que pregona el liberalismo económico, las patentes se han convertido en una fórmula extraordinariamente provechosa de proteccionismo legal, a la que las grandes compañías recurren para afianzar su primacía y asegurarse el monopolio de determinados sectores de la producción.
Según un reciente informe de Oxfam (organización internacional de promoción del desarrollo y lucha contra la hambruna), once millones de personas mueren anualmente de enfermedades infecciosas por falta de acceso a medicamentos adecuados (29).
A pesar de ello, los gigantes del sector biofarmacéutico presionan desde el 2004 al gobierno de EE.UU., argumentando cuantiosas pérdidas, para que sancione a países como Brasil, Argentina, Egipto y la India, que han promovido la fabricación local de genéricos, para poder suministrar medicamentos básicos a un precio asequible para la población.
En el 2004, solo por citar un caso, 42 grandes compañías farmacéuticas llegaron a demandar al Gobierno de Nelson Mandela ante los tribunales de Sudáfrica por pretender bloquear la producción local y la importación de medicamentos baratos procedentes de países que, según las compañías, se saltan la normativa de patentes, y que pueden salvar millones de vidas en Sudáfrica (30). En el inicio de este proceso,
los grupos industriales farmacéuticos contaban con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos de América y de la Unión Europea y tenían como único argumento la defensa, a cualquier precio, de los derechos de patente como parte esencial de lo que llaman libre comercio (31).
Este caso, que puso al descubierto el total desinterés de las farmacéuticas por la salud humana, y la protección prestada a ellas por el gobierno de EEUU, desató una campaña mundial que obligó a las transnacionales a abandonar el caso y a EEUU a asumir ciertos compromisos de no interferir en iniciativas nacionales contra el VIH/SIDA. Cinco grandes transnacionales, preocupadas por un debilitamiento de las normas de propiedad intelectual, ofrecieron a Sudáfrica una reducción del 60-85% en los precios de sus antiretrovirales, pero de todas maneras este país terminó pagando precios 10 veces más altos que las alternativas genéricas.
Al mismo tiempo, un verdadero ejército de
expertos en etnobotánica al servicio de las compañías prospectan las selvas y los humedales africanos y exploran extensos territorios en México, en Brasil, en la India o en otras regiones igualmente ricas en diversidad biológica, a la búsqueda de especies silvestres cuyas propiedades curativas pueden servir para el desarrollo de nuevos medicamentos, y del conocimiento que las poblaciones indígenas tienen sobre su empleo. O, incluso, de características de posible interés farmacológico en las propias poblaciones humanas (32).
Se calcula que un 40% de las ventas mundiales de productos farmacéuticos corresponden a medicamentos derivados de extractos vegetales o productos biológicos. Se conocen unas 35.000 especies vegetales con valor medicinal, y muchas de las características de interés de estas plantas están siendo patentadas por las compañías farmacéuticas.
Sin embargo, a pesar de que la riqueza biológica utilizada procede de regiones del Tercer Mundo, que albergan un 90% de los recursos genéticos del mundo, la práctica totalidad de los titulares de patentes farmacéuticas son empresas y un cada vez más reducido número de universidades e instituciones públicas de investigación del Norte. Las 5 compañías biotecnológicas mayores del mundo controlan más del 95% de las patentes biológicas (33). Y aunque la industria farmacéutica es enormemente rentable, y se beneficia de cuantiosas ayudas públicas directas e indirectas, el afán de hacerse con el monopolio de los recursos básicos para futuras aplicaciones de la biotecnología en el campo de la salud está llevando a una verdadera carrera por patentar genes, extractos, y material biológico, tanto vegetal como humano.
Como se puede apreciar las consecuencias de estas patentes biotecnológicas ya resultan dramáticas para buena parte de la población.
Otro aspecto característico de este sistema es que el formidable poder de las empresas biofarmaceuticas socava la efectividad de los gobiernos nacionales. Ejemplos de esta afirmación podemos mencionar varios.
En Ecuador durante el gobierno del derrocado Lucio Gutiérrez, empresas como la Glaxo SmithKline con coautoría de elementos de la embajada Norteamericana en Quito lograron con su injerencia que fuera aprobado un decreto ley que buscaba proteger a las transnacionales farmacéuticas a expensas del derecho de la población a acceder a medicamentos genéricos, sin patentes, y más baratos.
Otro caso dramático fue el de Ghana donde en julio del 2000 un distribuidor local intentó introducir el antiretroviral Duovir. Ghana no estaba obligada a reconocer patentes sobre los fármacos. Sin embargo, el gobierno de este país africano bajo presiones de Glaxo-Smith-Kline prohibió la entrada del genérico. La GSK amenazó a CIPLA, la productora india del genérico, con tomar acciones legales en su contra. CIPLA ni siquiera logró donar el medicamento al gobierno de Ghana.
En El Salvador durante el pasado año 2007, las multinacionales radicadas en este pequeño país aplicaron una actitud abusiva al establecer nuevas barreras comerciales en el campo de los biofármacos utilizando como escudo el Tratado de Libre Comercio y obligando de manera unilateral a los gobernantes sumisos de ese país centroamericano, a que la protección de los productos que da el registro de patentes y marcas (con una duración de 20 años) se ampliara cinco más con lo cual la exigua producción nacional recibía un tiro de gracia prácticamente.
Otro ejemplo más reciente ocurrió cuando las grandes transnacionales se negaron a continuar produciendo una vacuna muy necesaria en el África para combatir las epidemias de enfermedades meningocócicas por el simple hecho de ser vacunas de muy bajo precio en el mercado mundial que de continuar produciéndolas no generarían ganancias. Decidieron entonces de manera unilateral producir vacunas que por su nivel tecnológico son mucho más caras, a precios que solo pueden ser compradas por países del primer mundo donde prácticamente no existen este tipo de enfermedades. Como resultado de esta decisión más de 400 millones de personas se han encontrado desde el 2007 con el peligro de no tener protección para enfrentar severas epidemias que en la actualidad campean en el África Subsahariana.
Esta situación entra en completa concordancia al conocer que un tercio de la población mundial y más de la mitad de las partes más pobres de África y Asia no tienen acceso a medicamentos esenciales y vacunas (34). Además, en ocasiones, los medicamentos de que disponen han dejado ya de ser útiles por los cambios que se producen en las patologías. Para ilustrar la situación actual diremos que cada día mueren 30.000 personas por enfermedades infecciosas que pueden ser calificadas en buena parte, como solventes (35). Varios millones de niños menores de 5 años mueren cada año en los países pobres debido a enfermedades infecciosas para las que hay tratamientos disponibles y eficaces. Las enfermedades transmisibles siguen siendo la primera causa de muerte (17 millones de personas al año) en los países pobres, por carecer del acceso a los tratamientos adecuados.
Además,
los sistemas actuales de investigación y desarrollo de nuevos medicamentos no tienen un compromiso con el interés público, con objetivos de salud pública. Por otra parte, en los países "en desarrollo" estos sistemas han sido siempre insuficientes, permaneciendo estancados o en regresión desde finales de los años 70. Es por ello que, en los últimos 20 años, de las 1200 entidades farmacéuticas registradas, tan solo 11 lo eran para enfermedades tropicales y apenas cuatro de ellas habían sido desarrolladas por las grandes transnacionales del sector (36).
Estos y otros ejemplos han generado mundialmente diversas teorías y afirmaciones por parte de diversos especialistas como el doctor alemán
Matías Rath, quien expresara que “son las transnacionales farmacéuticas las que controlan el mundo de la salud humana” (37) e inclusive la expresada por el periodista y empresario alemán
Ray Moynihan quien ha llegado a publicar en importantes revistas del mundo su teoría relacionada con la existencia de un poderoso esfuerzo impulsado por las compañías biofarmacéuticas, con la colaboración de las agencias de comunicación, de publicidad, de medios de masas e inclusive y de médicos, cuyo principal objetivo es convencer al máximo de personas posible de que están enfermos con el deseo de incrementar los niveles de venta de determinados productos (38, 39, 40).
Realmente no contamos con la base científica para poder constatar la certeza de estas dos teorías, pero si podemos afirmar a la luz de los hechos comentados en esta ponencia los siguientes aspectos relacionados con el papel de las transnacionales de la biofarmacia:
- Cada vez con mayor frecuencia estas entidades dejan de considerar las reales necesidades de los países y los pueblos, principalmente aquellos con menos posibilidades económicas
- Sin embargo sí utilizan de manera coercitiva y en ocasiones mediante chantaje político los recursos y la población procedentes de países pobres para utilizarlos como campo de experimentación.
- El financiamiento de “think-tanks” (gabinetes de expertos en ideas y estrategias) y grupos de presión que abogan por políticas comerciales dañinas para las comunidades pobres, son mecanismos cada vez más utilizados.
- La influencia excesiva generada en organismos internacionales como la OMC y en gobiernos locales demuestran que existe un marcado interés en convertir lo que pudiera ser una industria por la salud humana en una industria por el enriquecimiento de una minoría.
- El grado de monopolización de la tecnología, el capital y el mercado por parte de estas entidades se incrementa anualmente.
Pero paralelo a este proceso de concentración y acaparamiento del mercado mundial, en algunos países del Sur se ha desarrollado una incipiente industria farmacéutica que, teniendo inicialmente como objetivo la población de sus propios países, ha sido capaz de producir medicamentos, sobre todo genéricos, a precios irrisorios en comparación con el de los grandes grupos industriales transnacionales.41 Esta producción llega a realizar un volumen importante de exportaciones a otros países del sur y puede llegar en la actualidad a plantearse la posibilidad de invertir en investigaciones, incluso, para desarrollar nuevas moléculas (42).
La existencia de estos ejemplos constituye una esperanza para miles de millones de personas, pero al mismo tiempo, su número limitado nos habla de las dificultades extraordinarias a las que iniciativas de este tipo se han visto y se ven enfrentadas en la actualidad.
Cuando se caracterizan los medicamentos, ante todo, como una mercancía más, cuando los derechos comerciales pasan por encima de cualquier referencia al derecho a la salud de las personas, cuando se deja que sea el mercado el que actúe y distribuya "racionalmente" los recursos, en fin, cuando la desigualdad entre los actores que acuden a ese mercado es tan evidente, es esperable que los grandes grupos maniobren y presionen directamente con actuaciones judiciales contra legislaciones nacionales, como en Sudáfrica, a través de las instituciones internacionales como la OMC o a por medio de "sus" gobiernos, es interesante ver la relación política y financiera de la industria farmacéutica norteamericana y el actual gobierno del presidente Bush que para obtener ventajas para sus intereses que conllevan, en casi todas las ocasiones, a desventajas para otros y consecuencias fatales, como en este caso, para una parte importante de la población que se ve privada del derecho fundamental de acceso a la salud.
Hay dos caras del mismo fenómeno que van a ser determinantes de las condiciones actuales de crisis de acceso a los medicamentos que afecta sobre todo a las poblaciones de los países del sur.
De un lado, la situación económica general y la imposición de políticas de ajuste, con apertura sin límite de sus mercados a los productos más competitivos procedentes del norte, el abandono de posibles inversiones dirigidas a cubrir necesidades de sus poblaciones, la huída de capitales al exterior hacia los mercados más rentables y seguros de los países desarrollados, la privatización de sectores productivos y de servicios para pagar los servicios de la deuda, etc. Por otro lado, el proceso de concentración de la industria farmacéutica que va dando lugar a la formación de los grandes grupos que se ven confrontados, entre ellos, a una competencia por los mercados pero que, al mismo tiempo, tienen intereses comunes entre sí, por lo que presionan para intentar abolir cualquier legislación que intente poner límites a la ampliación de beneficios y a su peso hegemónico en el mercado de medicamentos. En este sentido, la industria farmacéutica se comporta como cualquier empresa privada capitalista, buscando la mayor protección para sus inversiones y persiguiendo la máxima rentabilidad en la venta de sus productos.
Cuba es un ejemplo contrario a esta filosofía neoliberal. En el caso de la mayor de las Antillas el desarrollo alcanzado desde el punto de vista científico tecnológico y la posibilidad de contar con un sólido bloque de recursos humanos, así como la capital importancia que le da el gobierno revolucionario a la investigación y producción de nuevos productos biotecnológicos y farmacéuticos para el mejoramiento de la salud humana han generado la posibilidad de contar con el reconocimiento mundial ante los resultados alcanzados.
El hecho de contar con nuevas vacunas, y productos biotecnológicos y farmacéuticos desarrollados a escala nacional, comercializados en gran parte del mundo y sin interés de lucro alguno, forma parte de la filosofía de solidaridad e internacionalismo que se ha forjado en la Isla.
Ejemplos de ello pudieran citarse varios pero quizás con uno bastaría. Ante la carencia, anteriormente mencionada en esta ponencia, existente en los países de África subsahariana de una vacuna eficaz y segura para enfrentar las epidemias de meningitis, y generada por la negativa de las transnacionales de producirla, Cuba, en colaboración con Brasil, tomaron una solución SUR-SUR: producir en conjunto la vacuna, en el caso de Cuba el ingrediente farmacéutico activo y en el caso de Brasil en el proceso de envase para, a través de la OMS, hacerle llegar millones de dosis a los países africanos a un precio que no es lucrativo para las poderosas transnacionales.
Las grandes empresas del sector no darán jamás solución a estos problemas ya que sus objetivos son exclusivamente económicos, de obtención de beneficios pues se trata de uno de los sectores económicos más rentables y no de salud pública, que es desde donde debe plantearse la crisis actual de acceso a las tecnologías médicas.
Las soluciones son, desde luego, complejas y deben apuntar contra un orden económico injusto, contra un sistema de relaciones internacionales basado en la fuerza, las amenazas y el chantaje, contra un sistema cuyas decisiones son tomadas por poderosos sobre los que no hay posibilidad de control por parte de los ciudadanos, etc. En definitiva, soluciones que deben apuntar contra este orden global neoliberal.
Notas:
(11) Pignarre P: El Gran Secreto de La Industria Farmacéutica. Gedisa Editorial, 2005.
(12) Pignarre P: El Gran Secreto de La Industria Farmacéutica. Gedisa Editorial, 2005.
(15) Collazo FG. Las corporaciones transnacionales: Una visión contemporánea. Accesible online en
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Revisado en abril del 2008
(16) Pignarre P: El Gran Secreto de La Industria Farmacéutica. Gedisa Editorial, 2005. ISBN 8497840216
(17) “Vacunas Humanas: Un Informe Comercial Global Estratégico”. Editado por la Global Indutry Analysts Inc. de EE.UU. Diciembre del 2007. Accesible online en
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo](18) “Vacunas Humanas: Un Informe Comercial Global Estratégico”. Editado por la Global Indutry Analysts Inc. de EE.UU. Diciembre del 2007. Accesible online en
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo](19) Bezruchka S. Is Globalization Dangerous to our Health? Western Journal of Medicine 2000
(20) Collazo FG. Las corporaciones transnacionales: Una visión contemporánea. Accesible online en
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Revisado en abril del 2008
(21) “Vacunas Humanas: Un Informe Comercial Global Estratégico”. Editado por la Global Indutry Analysts Inc. de EE.UU. Diciembre del 2007. Accesible online en
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo](22) Lopez Arnal S. Entrevista con Enrique Costas Lombardía, donde desenmascara las mentiras de la industria farmacéutica. Publicado en el Boletín electrónico latinoamericano para fomentar el uso adecuado de medicamentos. Sept. 2007
(23) “Vacunas Humanas: Un Informe Comercial Global Estratégico”. Editado por la Global Indutry Analysts Inc. de EE.UU. Diciembre del 2007. Accesible online en
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo](24) Bermejo I. Patentes biotecnológicas. La OMC al servicio de las transnacionales. Articulo publicado online en el sitio web:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo](25) Bezruchka S. Is Globalization Dangerous to our Health? Western Journal of Medicine 2000
(26) Bermejo I. Patentes biotecnológicas. La OMC al servicio de las transnacionales. Articulo publicado online en el sitio web:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo](27) Resumen Ejecutivo del Informe publicado por ‘Ayuda en Acción. Internacional’, titulado “Bajo el valimiento. Descubriendo injerencia empresarial indebida en la elaboración de las políticas de la O.M.C.” 2006
(28) Lopez Arnal S. Entrevista con Enrique Costas Lombardía, donde desenmascara las mentiras de la industria farmacéutica. Publicado en el Boletín electrónico latinoamericano para fomentar el uso adecuado de medicamentos. Sept. 2007
(29) Resumen Ejecutivo del Informe publicado por ‘Ayuda en Acción. Internacional’, titulado “Bajo el valimiento. Descubriendo injerencia empresarial indebida en la elaboración de las políticas de la O.M.C.” 2006
(30) Bermejo I. Patentes biotecnológicas. La OMC al servicio de las transnacionales. Articulo publicado online en el sitio web:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo](31) Idem
(32) Idem
(33) Bermejo I. Patentes biotecnológicas. La OMC al servicio de las transnacionales. Articulo publicado online en el sitio web:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo](34) “Vacunas Humanas: Un Informe Comercial Global Estratégico”. Editado por la Global Indutry Analysts Inc. de EE.UU. Diciembre del 2007. Accesible online en
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo](35) Idem
(36) Rodriguez Vargas JJ. La Nueva Fase de Desarrollo Económico y Social del Capitalismo Mundial. Tesis Doctoral accesible a texto completo en
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo](37) Rath, M; Muro A. Son las transnacionales farmaceuticas las que controlan el mundo. Entrevista online publicada en el sitio web
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Fecha de acceso febrero de 2008.
(38) Moynihan R; Cassels A. Comerciantes de Enfermedades. Articulo online publicado en
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] en mayo del 2006. Fecha de acceso, abril del 2007
(39) ¿Inventa enfermedades la industria farmacéutica? Articulo online publicado en el sitio web
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Fecha de acceso enero del 2008.
(40) Moynihan R. Medicamentos que nos enferman y e industrias farmacéuticas que nos convierten en pacientes (El gran engaño) Editorial Terapias verdes, Barcelona, 2006.
(41) Bezruchka S. Is Globalization Dangerous to our Health? Western Journal of Medicine 2000
(42) Bond P. Globalization, Pharmaceutical Pricing and South African Health Policy: Managing Confrontation with US Firms and Politicians. International Journal of Health Services 1999.
Las transnacionales de la biotecnología farmacéutica:
su influencia en el mundo globalizado del siglo XXI
Danev Ricardo Pérez Valerino (extracto)[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]