ndk escribió:¿Que opinais de esto?
El plan seudofilosófico de Kohan para dinamitar al marxismo-leninismo desde dentro(1ªparte)
Por Demofilo
Nada menos que tres meses estuvo “Rebelión”(y tambien Boltxe kolektiboa todavia nos da el palique,http://boltxe.info/?p=28483) recomendando en su portada la lectura de uno de los últimos subproductos intelectuales de Néstor Kohan, titulado “Nuestro Marx”, en el que retorcía la filosofía marxista hasta asfixiarla por completo dentro de un pozo séptico. Desde luego “su” Marx no es el de nadie que trate de cambiar la sociedad; “su” Marx no es tal porque lo ha prostituido como al más vulgar chapero de burdel portuario, arrastrando en su torpe desvarío a cuantos se le han cruzado en el camino (Engels, Kautski, Plejanov, Lenin, Stalin). El empacho es de tal calibre que aquí me limitaré a dos cuestiones que aclaran hacia dónde dirige Kohan sus ataques, que es el mismo de todos los oportunistas: se trata de dinamitar el armazón del marxismo desde dentro.
Para desempeñar cabalmente su repugnante labor, primero Kohan aparenta estar dentro del marxismo. Se apropia del lenguaje marxista y lo utiliza a su manera, es decir, lo retuerce y manipula. Eso es lo que le permite luego introducir su basura en un medio permisivo como “Rebelión” para llegar a un determinado público, a ciertos lectores de ideas progresistas que frecuentan ese medio digital. Naturalmente “Rebelión” se prestó a ello y puso la basura en su cabecera durante semanas para que se ventilara adecuadamente. La existencia de medios como “Rebelión” es lo que alimenta la subsistencia de oportunistas como Kohan.
Engels contra Marx
El primero de los ataques de Kohan va enfilado contra Engels y demuestra que la tarea que Kohan se ha impuesto consiste exactamente en torpedear al marxismo al más puro estilo burgués, es decir, divide y vencerás. Se trata de enfrentar a unos contra otros, en este caso a Engels contra Marx, como si ambos fueran no ya dos revolucionarios distintos sino enfrentados entre sí. Marx y Engels lucharon en bandos opuestos. Hay que tener mucho cuidado con Engels porque a partir de su pensamiento (que es diferente del de Marx) surgió la cadena argumental que nos conduce al gulag: Engels -> Kautski -> Plejanov -> Stalin. Si no quieres acabar en Stalin, ten cuidado con Engels porque el gulag empezó ahí.
Sin embargo, como se ve, no aparece Lenin, pero es cuestión de tener un poco de paciencia, porque es el segundo capítulo de las burdas chapuzas manipuladoras de Kohan. La introducción de Lenin en esa cadena exige una de esas rocambolescas elucubraciones con que Kohan obsequia a sus lectores.
Trabando esa cadena (Engels -> Kautski -> Plejanov -> Stalin) Kohan busca separar al marxismo de la práctica revolucionaria, especialmente de la Revolución de Octubre, reducir a Marx a otro pensador de gabinete más. En Kohan como en tantos oportunistas de salón, separar a Engels de Marx supone separar a la práctica de la teoría y es bien sabido que ni la teoría se puede separar de la práctica ni Engels estuvo nunca separado de Marx en ningún sentido. Es algo que conoce cualquier militante revolucionario: dentro del reparto de tareas que ambos se impusieron de mutuo acuerdo, a Engels le correspondió mantener el contacto con las organizaciones del proletariado, especialmente la socialdemocracia alemana y que, por lo tanto, muchos de sus sus escritos están enfocados en esa línea y proporcionan las claves revolucionarias del marxismo.
Luego llega la famosa ontología de Engels, que es el punto de reunión de todos los charlatanes de feria como Kohan. El materialismo dialéctico que Kohan critica no es “principalmente” una construcción ontológica de la cual se derivan, en un segundo momento, consecuencias gnoseológicas. Se construye, por el contrario, sobre el conjunto de los conocimientos científicos y sobre la evolución de los mismos a lo largo de la historia; no hay una construcción “ontológica” y en un segundo momento unas consecuencias “gnoseológicas”. Eso significa que, por su carácter científico, el materialismo dialéctico está simultáneamente en la evolución de la naturaleza, de la sociedad y del pensamiento. Justo al revés de lo que Kohan pretende.
La dialéctica de la naturaleza
Según Kohan “una de las principales características de la filosofía engelsiana ha sido la postulación de una necesaria dependencia y subordinación de la filosofía con relación a las ciencias naturales y la reducción de las tareas filosóficas al estrecho horizonte de generalización de los resultados de aquellas” (pg.93). Aquí Kohan demuestra su manipulación del pensamiento de Engels porque:
1) no hay una filosofía engelsiana, ni “notables diferencias” entre Marx y Engels; los escritos filosóficos de Engels son parte integrante de la filosofía del marxismo
2) la filosofía marxista ni depende ni se subordina a las ciencias naturales sino que se forja con el propio conocimiento científico y, por consiguiente, con cualquier clase de ciencia, natural o social
3) eso no es “reducir” las tareas filosóficas a ningún horizonte, y menos estrecho, sino todo lo contrario: amplía extraordinariamente los horizontes gnoseológicos
La tesis de Kohan según la cual Engels (y luego Lenin) atribuyen al conocimiento la propiedad de ser una imagen exacta de la realidad (pg.93), es otro invento suyo al que recurre porque lo necesita para llevar adelante sus juegos malabares. Kohan tiene que ocultar, entre otras muchas cosas, la genialidad con la que Engels estudia en el “Anti-Dühring” la dialéctica de la verdad absoluta y la verdad relativa: hay una contradicción (y una unidad) entre la verdad absoluta y la relativa precisamente porque el conocimiento no es ninguna “imagen exacta” de la realidad.
La teoría leninista del reflejo
En todos los oportunistas la chapuza de la “imagen exacta” sirve para criticar luego la teoría leninista del reflejo, en donde lo más frecuente es que traten de hacer pasar el concepto científico de “reflejo” por el de “espejo”. ¿De dónde ha extraído Engels su teoría del reflejo? Según Kohan nada menos que de la doctrina de la esencia de Hegel, con lo cual nos demuestra que la manipulación tiene que remontarse hasta allá para demostrar que, en última instancia, Engels era un vulgar “traductor” de Hegel y, además muy limitadito el pobre porque no logró superar a su maestro: se le “escapó” la unidad sujeto-objeto.
Las tergiversaciones de Kohan se desvanecen con sólo recordar lo que en la “Dialéctica de la naturaleza” escribió Engels con bastante claridad: “Sólo podemos conocer en las condiciones de nuestra época y hasta donde éstas lo permiten” (pg.192). Por su carácter relativo, el conocimiento es limitado, histórico, subjetivo y socialmente condicionado. Lo dijo Engels y lo repitió luego Lenin.
El cúmulo de falsedades que Kohan tiene que lanzar alcanza un grado de repugnancia bastante grande cuando imputa a Engels la tesis según la cual lo que es válido para lo universal (el cosmos) también válido para lo particular (la sociedad) y que lo particular (la sociedad) surge en el interior mismo de lo universal, fruto de su evolución (pg.94). Según Kohan Engels convirtió la filosofía de Marx en un “esquema lógico” que va de lo general a lo particular, de la naturaleza a lo social, el materialismo cosmológico se deduce y aplica a la historia (pg.94). Pero cualquier lector mínimamente serio puede comprobar que Engels no sólo no dijo eso sino que dijo todo lo contrario y luchó contra eso que Kohan precisamente le imputa. Es una tergiversación sencillamente repugnante.
Para cometer tamaño fraude Kohan tiene que recurrir al materialismo de Feuerbach y al evolucionismo de Darwin (pg.94). Nos quiere hacer creer que Engels construyó su materialismo dialéctico sobre esos materiales ideológicos. Pero Kohan no sabe lo que es el materialismo de Feuerbach, como tampoco sabe lo que es el evolucionismo de Darwin. El materialismo de Marx y Engels avanzó sobre ambos criticándolos y superándolos. Sólo a un charlatán de feria se le ocurre escribir lo que Kohan escribe respecto a la relación de Engels con Feuerbach y Darwin.
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