Cuando Christine Maggiore dió positivo en los tests de VIH en 1992, su doctor le dijo que se prepara para morir. Pero ella no tenía ningun interés en morirse. A Maggiore le dijeron que los antiretrovirales la enfermarían, así que ella no los tomó y, en cambio, utilizó métodos naturales para mantenerse sana. Un año y medio más tarde, estaba tan sana que su médico le dijo que podía haber un error en los resultados de los tests y que debería repetirlos. Así lo hizo ella, varias veces. Los tests fueron negativo, indeterminado y positivo. Maggiore investigó en la literatura médica y descubrió que los test de VIH son altamente inexactos. También descubrió profundos fallos en la teoría misma del VIH.
En la creencia de que esta clase de cosas deberían ser conocidas por la gente, fundó
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] well.org/ un recurso para la gente que, como ella misma, requieren información completa para tomar sus decisiones sobre salud.
Desde que resultó positiva en los tests de VIH, Maggiore tuvo dos niños, ahora de dos y cuatro años. Sus hijos nunca se hicieron el test VIH. Han crecido con alimentación orgánica y en un entorno donde se entiende la salud dentro de la naturopatía. Ambos niños son inteligentes y activos. No toman antiretrovirales. Nunca han estado enfermos. Acuden regularmente al pediatra, que no tiene ninguna queja de su salud.
La hija de Maggiore, Elisabeth Jane, murió dos años después de la redacción de este artículo a la edad de cuatro años
debido a una mala reacción de un antibiótico: amoxicilina. La madre, a pesar de su desconfianza de los antibióticos, creyó mejor dárselos ante el empeoramiento de su hija que padecía una fuerte infección de oído. Las autoridades médicas alegaron que la causa de la muerte de la niña fue neumonía por infección de VIH. La segunda autopsia demostró que la causa de la muerte fue por intoxicación, una mala reacción a los antibióticos. No están solos. Hay miles de seropositivos sanos que no toman los antiretrovirales y que se sirven de la medicina natural para mantener su función inmune.
Fué a través de Maggiore que conocí a Mona, cuyos hijos, Sean y Dana son seropositivos. Según la definición oficial, no son realmente sus hijos; Mona es su tía abuela y tiene la custodia legal. Su sobrina, drogadicta de larga duración, no fue capáz de actuar como madre responsable, así que Sean y Dana acabaron en un hospicio estatal. Mona los sacó para cuidarlos por sí misma.
La primera vez que hablé con Mona estaba estresada y nerviosa. Sean había sido ingresado, por segunda vez, en el Centro de Niños Incarnation, Incarnation Children's Center (ICC), un hogar para niños seropositivos localizado en Washington Heights (Nueva York). Primero, lo ingresaron siendo un bebé y, de nuevo, hace cuatro años. Y Dana estuvo alli hasta junio de 2003.
"¿Por qué se la llevaron?", pregunté.
"Dijeron que yo era una tutora negligente porque no quería darles los antiretrovirales".
Mona llevaba a Sean y Dana a un naturópata. No importaba que los niños tuvieran buena salud. Cuando las agencias municipales descubrieron que los niños no tomaban fármacos antiretrovirales, se los llevaron para darles el tratamiento
obligado en una clínica y después los transfirieron a ICC. Allí,
los recluyeron bajo llave y los atiborraron de fármacos, día y noche.
"¿Qué farmacos les daban?"
"AZT, Nevirapina, Epivir, Zerit. Toda clase de fármacos".
Si leemos la lista de ensayos farmacológicos que actualmente tienen lugar y que han concluído en ICC, observamos docenas de estudios patrocinados por agencias gubernamentales como NIAID o NICHD y las más importantes compañías farmaceúticas como Glaxo, Pfizer, Squibb, Genentech y Biocene. Es hacer
un viaje por el mundo terrorífico de la investigación de fármacos para niños.
Por ejemplo, el estudio llamado "Efectos de los antiretrovirales en las características corporales de niños seropositivos" busca las causas de consunción y lipodistrofia (redistribución de la grasa corporal) por el efecto de fármacos que, como se sabe, provocan consunción y lipodistrofia.
O considerar la seguridad y efectividad de los tratamientos en pacientes con SIDA avanzado con edades entre 4 y 22 con 7 fármacos, algunos en dosis más altas de las habituales. Los 7 fármacos del estudio son bien conocidos por causar debilidad y, potencialmente, efectos secundarios con resultado de muerte y, aún así, los administran a niños de cuatro años en dosis más altas de las habituales.
Entonces, apareció un estudio con estavudina en monoterapia o en combinación con didanosina. La estavudina más didanosina ha matado a mujeres embarazadas.
O el ensayo de una vacuna administrada a niños de 12 meses a 8 años usando cultivos vivos del virus aviar de la viruela, aunque las consecuencias de vacunar con un virus vivo puede ser el desarrollo de la enfermedad.
Otras medidas como la determinación de niveles de fluido cerebroespinal. El fluido cerebroespinal sólo puede ser observado por punción espinal, un procedimiento invasivo y peligroso.
Existe, incluso, un estudio realizado en niños seronegativos nacidos de madres seropositivas con el fin de experimentar una vacuna contra el VIH.
Mona nunca fue informada de que Sean participó en ensayos clínicos en ICC. "Pero ellos siempre estaban cambiando la medicación de los niños", dice. Pregunté a Mona cómo los niños de ICC toleraban tanta medicación. "Muchos de ellos no lo toleran, y a los que no toleran, les insertan un tubo".
"¿Les insertan un tubo?", pregunto.
"Sí, en realidad se los ponen en el quirófano".
"¿Un cirujano les abre un agujero?, ¿dónde?"
"En sus estómagos", dice. "Si un niño rehúsa tomar los fármacos demasiadas veces, entonces se los llevan para operarlos. He visto eso en niños que rechazan los medicamentos".
El Incarnation Childrens Center es un orfanato administrado por la Oficina del Hogar Católico (Catholic Home Bureau) dependiente de la Archidiócesis de Nueva York. Según la página web de ICC, el hospicio fue fundado en 1987 para hospedar bebés con problemas. Los "bebés problemáticos" son niños abandonados en el hospital. En 1992 se convirtió en una clínica ambulatoria para niños seropositivos y, la clínica es, desde entonces una clínica subsidiaria de la Unidad de Ensayos de Sida pediátrico de la Universidad de Columbia que, a su vez, depende del Instituto Nacional de la Salud (NIH). Es entonces cuando
el ICC empezó a hospedar niños de madres drogadictas y pobres para recibir las subvenciones que permiten al NIH utilizar a estos huérfanos seropositivos como objeto de sus ensayos.
La página web del ICC presenta un listado de docenas de ensayos con AZT y Nevirapina que tuvieron lugar a finales de los 90. El NIH, recientemente, publicó una lista de cinco estudios en marcha, reclutando personal para ensayos clínicos y 27 estudios en marcha o recientemente cerrados -todos en niños del ICC- así como más de 200 puestos en marcha por la Universidad Prebisteriana de Columbia en el ICC.
Los ensayos están financiados por subdivisiones del NIH; muchos están cofinanciados por las compañías farmaceúticas que fabrican los fármacos ensayados. Los estudios utilizan los antiretrovirales estándar en el tratamiento del VIH: nucleósidos análogos, inhibidores de la proteasa así como Nevirapina.
Los nucleósidos análogos, como el AZT, funcionan por impedir la división celular. Detienen la formación de sangre nueva en la médula ósea, en algunos casos produce anemia y el colapso de la médula osea. Son la causa de muerte de mujeres embarazadas, abortos espontáneos, defectos de nacimiento, colapso del hígado, del páncreas, desgaste muscular y otros daños que provocan la muerte, tanto de niños como adultos. También pueden causar cáncer. Casi todo esto lo puedes encontrar en las etiquetas de los medicamentos prescritos.
El primer fármaco contra el SIDA,
el AZT, fue diseñado en los años 60 como quimioterapia para pacientes con cáncer, pero nunca fue aprobado.
Los expertos lo consideraban demasiado tóxico incluso en períodos cortos de suministro. Aún así, en 1987 fue designado como tratamiento de por vida de seropositivos. Aunque los ensayos después se mostraron como fraudulentos, AZT se mantiene en el mercado.
Finalmente, tenemos la Nevirapina, que también interfiere en el funcionamiento normal de las células. En los ensayos, la Nevirapina causó la muerte a docenas de pacientes por fallo hepático. La mayoría murieron por fallo orgánico causado por la toxicidad de la Nevirapina. Este medicamento también puede provocar un desorden muy virulento de la piel, llamado
síndrome de Steven-Johnsons, una condición horrorífica en la que la piel se agrieta y se rompe en largos trozos, dejándo la carne ensangrentada al descubierto. La Nevirapina es el principal fármaco que se utiliza en África en mujeres embarazadas y neonatos VIH+. Un estudio europeo llegó a las siguiente conclusiones:
"1) En los países europeos el riesgo de contraer el síndrome de Steven-Johnsons en el contexto de la aparición del VIH, parece estar asociado a la administración de nevirapina. Debido a la severidad de estas reacciones y a la larga vida media del producto en el organismo, aconsejamos la interrupción del tratamiento a los primeros síntomas.
"2) Para asegurarnos del riesgo de síndrome de Steven-Johnsons en pacientes seropositivos, realizamos un estudio, desde mayo 1997 de control de casos en Austria, Francia, Alemania, Holanda, Italia e Israel (Estudio EuroSCAR). Se han evaluado los riesgos comparando las cifras de exposición al fármaco entre casos clínicos y de control. Presentamos aqui los datos recogidos entre los pacientes infectados que enrolamos en el estudio desde noviembre de 1999.
"Estudios europeos relacionados con la nevirapina:
"1) Nevirapine and the risk of Stevens-Johnson syndrome ortoxic epidermal necrolysis
"2) Nevirapine-associat to Stevens-Johnson syndrome
"A pesar de causar tantos y tan serios problemas médicos, los antiretrovirales ni siquiera presumen de ser efectivos. Todo fármaco antisida presenta la advertencia de que: 'Este fármaco no cura la infección por VIH. Los pacientes que reciben tratamiento con antiretrovirales pueden seguir experimentando infecciones oportunistas y otras complicaciones propias de la enfermedad. Se debe advertir a los pacientes de que no se conocen los efectos a largo plazo del tratamiento'".
Entonces ¿por qué la gente toma estos medicamentos? Porque dieron positivo en un test del VIH. Pero como Christine Maggiore descubrió, los tests del VIH son altamente ineficaces. La mayoría de los tests de VIH son tests de anticuerpos, lo que significa que pueden reaccionar positivo al cruzarse con otras proteínas de la sangre humana. Existen cerca de 70 condiciones -tal y como se registra en la literatura médica- que se conocen como causa de que los tests resulten positivos. Se incluyen infecciones fúngicas, resfriado, gripe, artritis, hepatitis, herpes, inoculación reciente, abuso de drogas y embarazo, entre otros.
Los tests actuales de VIH, incluídos los tests de carga viral, pueden producir docenas de resultados dudosos, incluso a partir de la misma muestra de sangre. Los tests de VIH son tan poco fiables que todos presentan objecciones:
- 'Por el momento, no existe un estandard reconocido que establezca la presencia o ausencia de anticuerpos del VIH-1 en la sangre humana' o...
- 'El test de VIH (AMPLICOR HIV-1 MONITOR) no se debe utilizar como un test de VIH o para diagnosticar la infección por VIH' o...
- 'No usar este kit como la única base para diagnosticar infección por VIH-1 (Abbott Laboratories HIV Test, Roche Viral Load Test y Epitop (Abbott Laboratories HIV Test, Roche Viral Load Test and Epitope, Inc. Western Blot Test, respectivamente).
- y el más gracioso: 'Los tests pueden resultar positivos debido a un embarazo anterior, transfusiones de sangre y..., potencialmente, otras reacciones no específicas' (Vironostika HIV Test, 2003)
Brevemente: En los 90, los laboratorios farmacéuticos como Glaxo Wellcome y Abbot empezaron a reciclar medicamentos de quimioterapia para el nuevo mercado de fármacos anti-SIDA. Este mercado consiste principalmente en homosexuales a los que nadie había dicho que los tests VIH son test de anticuerpos inespecíficos. En cambio, les dijeron que al dar positivo en el test, desarrollarían SIDA inevitablemente y que el VIH es una condición fatal. Si observas la literatura médica, descubrirás que ninguna de estas condiciones son ciertas.
El hijo de Mona, Sean,
ha vivido su vida entera en un coma virtual. En la infancia recibió tratamiento con AZT. El medicamento lo afectó tanto que no podía tragar comida solida y, como resultado, se alimentaba a través de un tubo hasta los tres años. No tenía energía. Estaba enfermo constantement. No podía jugar ni siquiera caminar sin agotarse. Sean empeoraba cada vez que Mona le daba las medicinas, así que bajó las dosis. Entonces, empezó a mejorar su nivel de energía. Poco a poco, Mona fue dejando de darle los antiretrovirales y empezó a llevarlo a un naturópata.
"Por primera vez en su vida", me dice, "se convirtió en un chico normal. Podía jugar con otros niños, podía andar y correr. Sonreía y reía. Era normal".
Esto hubieran sido buenas noticias, excepto que Sean nació de una madre que una vez resultó VIH-positiva. Sean, como receptor de los anticuerpos de su madre, también resultó positivo. Los Servicios Sociales -The Administration for Children's Services (ACS)- acosó a Mona por no medicarlo. Enviaron a Mona y Sean a un nuevo doctor, especialista en SIDA quien introdujo un nuevo "tratamiento milagroso", Nevirapina. A los seis meses, estaba con respiración asistida, entre la vida y la muerte, debido a un fallo orgánico. Fue entonces cuando los servicios sociales decidieron ingresarlo en ICC. Dijeron que estaría allí por cuatro meses.
Estuvo alli más de un año. Mona tuvo que contratar a un abogado para sacarlo de allí.
Mona me enseñó los informes médicos de Sean. Los informes me contaron la misma historia: AZT, Nevirapina y todo tipo de antiretrovirales. Me presentó a Sean en una cancha de baloncesto próxima a su domicilio. Era un niño guapo. Su cazadora era demasiado grande para él y caminaba un poco arrastrando los pies, con cautela. Era pequeño. Tengo un foto de mi mismo a los 4 años, vistiendo una chaqueta demasiado grande, balanceando las piernas al caminar y era más o menos del mismo tamaño que Sean. Excepto que Sean tenía 13 años. Pesaba 50 libras y medía 4 pies de altitud, aproximadamente. Un niño del AZT. Impedido, sus células dañadas desde la cabeza a los pies.
Los niños cobayas del SIDA
entrevista al periodista Liam Scheff
Discovery Salud, núm. 133, diciembre, 2010
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]Un orfanato neoyorkino fundado para hospedar a neonatos con problemas se ha convertido en una clínica subsidiaria de la Unidad Pediátrica de Ensayos de SIDA de la Universidad de Columbia al empezar a hospedar preferentemente a niños de madres drogadictas y pobres con los que se decidió experimentar nuevos tratamientos o hasta qué límite se podía aumentar las dosis de antiguos fármacos. Cientos de niños sufrieron tan horrible experiencia que llevó a muchos de ellos a agonías atroces y finalmente a la muerte.