Pedros escribió:bueno los marxistas dicen que el precio de algo se calcula por la cantidad de tiempo o cantidad de trabajo que invierten en producir algo
1) No es el precio, sino el valor de cambio. Y no de cualquier cosa, sino de mercancías que se pueden producir en escala industrial. Por eso las obras de arte (que no son replicables) no cuentan.
2) Luego ya el precio, es decir, la cantidad de valor de cambio que es transformada en dinero, se forma a través de la relación de fuerzas entre la oferta y la demanda.
3) La teoría del valor de Marx no dice cómo se calculan los precios, sino cómo se forman a escala agregada de una determinada sociedad o economía. Si no hay monopolios/oligopolios, los precios oscilan en torno al valor, según se van alternando y compensando los periodos de escasez y abundancia. Si hay estas distorsiones, manteniendo el precio por encima o por debajo del valor de manera más permanente, entonces se produce un drenaje de valor de unas empresas a otras o de unos sectores a otros.
Pedros escribió:por eso economistas como mises decían que el socialismo es imposible por que en socialismo es imposible calcular el precio de nada segun marx, por lo que es imposible planificar realizar gasto, no puede funcionar una economía cuando no puede hacer algo tan simple como calcular el precio
4) Nuevamente, Marx no plantea una teoría sobre cómo calcular precios, sino sobre cómo éstos se forman en economías mercantiles y capitalistas. Los Estados socialistas, cuya economía era realmente un capitalismo de Estado, no recurrían a la teoría del valor de Marx para calcular precios ni tampoco lo pretendieron en ningún momento. De hecho, lo habitual en los Estados socialistas era la distorsión consciente de los precios con respecto al valor de cambio de tal manera que, por ejemplo, se producía una transferencia de recursos de la agricultura a la industria, con el fin de acelerar el desarrollo de esta última.
5) Además, el problema que tiene la crítica de Mises es que es pre informática. Hoy en día existen compañías transnacionales capaces de planificar ventas a diez años, el doble que los planes quinquenales soviéticos, y estimar con bastante precisión las preferencias de los consumidores a través de algoritmos informáticos. De hecho, en torno a un tercio del comercio mundial es intrafirma a través de precios de transferencia, es decir, fijados administrativamente en los intercambios entre empresas de un mismo grupo. Esto último es similar, por cierto, al funcionamiento de las economías de los Estados socialistas.
Saludos.