Unión soviética y capitalismo. ¿Era capitalista la URSS?
publicado por el blog Cáncer Capitalista
Robert Kurz: "Como burocracias estatales, los partidos obreros marxistas no sólo tuvieron que asumir las tareas burguesas de una forma mucho más enfática de lo que sucediera antes en Occidente; en verdad, paradójicamente, tuvieron que engendrar la clase obrera, como material humano del propio proceso de explotación, por primera vez a gran escala social."...." Se trataba de conquistar el poder estatal, con el fin de instalar una máquina estatal moderna responsable de la industrialización capitalista de Estado, ...; el "comunismo" funcionaba simplemente como rótulo del nuevo impulso modernizador del capitalismo de Estado".
Unión soviética y capitalismo. ¿Era capitalista la URSS?
Ni “soviético”, ni “comunista”, ni “socialista”, ni “democracias”, ni “populares”: capitalismo.
Transición al capitalismo dirigida por el partido
Si la revolución rusa significó inicialmente una inspiración para los trabajadores de todo el mundo, su impacto posterior es más ambiguo. El concepto “comunismo” se acabó asociando a un ineficiente sistema de control estatal de los medios de producción y a una severa represión totalitaria de toda oposición. Los movimientos obreros de todo el mundo fueron dominados por partidos afines a este modelo de “socialismo realmente existente” que resultó letalmente contrarrevolucionario.
En Rusia hubo una revolución socialista y democrática en 1917. Tras tres años de guerra imperialista, tras los que el estado y la economía quedaron desarbolados, soldados, obreros y campesinos se apoderaron del aparato militar, tomaron el control de las fábricas, se repartieron las tierras de los terratenientes, y crearon soviets como forma de organización socialista democrática.
La Revolución Rusa y la creación del primer estado obrero produjeron un profundo impacto en el mundo. El aparente éxito de la revolución rusa renovaba la esperanza de que era posible una alternativa real al capitalismo. Quedaba demostrado que el capitalismo podía ser derrocado y que una sociedad socialista, si no comunista, se podía construir sobre sus ruinas. Como tal, inspiró a generaciones de socialistas y trabajadores, influyendo determinantemente tanto en sus objetivos como en sus métodos.
Los bolcheviques se pusieron a la cabeza de la revolución presentándose como el partido más revolucionario y más radical. En realidad, sus intenciones no eran “socialistas” de inmediato. Según ellos, las condiciones para el socialismo aún no eran las adecuadas. Rusia aún no estaba madura para el socialismo. Hacía falta modernizarla, hacerla competitiva, desarrollar las fuerzas productivas hasta un nivel semejante al de las grandes potencias imperialistas de la época. Lenin pretendía instaurar un régimen capaz de promover el desarrollo industrial y la modernización del país, manteniendo a raya al colonialismo y la dominación imperialista. Un régimen de transición al capitalismo, “dirigido por socialistas”, puesto que la burguesía rusa no estaba aún suficientemente desarrollada.
En la práctica, sin embargo, el ideario “socialista” se utilizó para ponerse a la cabeza del movimiento revolucionario, desviarlo del socialismo, vencer y aniquilar a los verdaderos revolucionarios, y, finalmente, justificar la apropiación “colectiva” de los medios de producción por parte de una burguesía nacionalista capitalista de nuevo cuño, disfrazada de “burocracia” y de “socialista”. El sistema de planificación centralizada, se copió del capitalismo de guerra alemán de la primera guerra mundial.
El “despegue” de la URSS (despegue y defensa de la industria naciente)
El objetivo de la nueva burguesía capitalista “soviética” era el mismo que sus competidores europeos. Acumular capital lo más rápidamente posible, explotando sus recursos y su mano de obra. Pero como partían de una base más atrasada, para “despegar”, para evitar quedar relegados a la periferia semicolonial sometida a las potencias imperialistas, necesitaban quemar etapas intermedias.
El proteccionismo y el intervencionismo estatal para favorecer el despegue y defensa de la industria naciente no es algo propio de la URSS. Japoneses, surcoreanos, argentinos, brasileños, españoles, …, experimentaron con el sistema de cambios múltiples, el control del comercio exterior, el control estatal de las divisas, el control estatal de la banca, la nacionalización de los sectores estratégicos, los planes de desarrollo, etc.
La particularidad de la URSS fue que para quemar etapas lo más rápidamente posible, era preciso, además de la estatalización de la economía, someter a la población a un régimen inhumano de explotación totalitaria bajo la divisa del socialismo/comunismo marxista. La planificación centralizada y la “ausencia” formal de propiedad “privada”, permitieron a la nueva burguesía seguir utilizando la verborrea “socialista” para justificar el terror y la explotación a la clase obrera durante décadas.
Se ha dicho que la URSS era un socialismo deformado o una sociedad en transición del capitalismo al socialismo. En realidad era una variante capitalista totalitaria (camuflada como “socialista”) de carácter defensivo. Si era una “sociedad en transición”, transitaba en una única dirección hacia el capitalismo.
Variantes capitalistas
El capitalismo constituye una forma histórica de regulación social y, como tal, susceptible de adaptaciones múltiples y a menudo sorprendentes. En el sur de los EEUU funcionó durante décadas una variante “esclavista” de capitalismo en la que los esclavos figuraban como una partida más del activo en los modernos libros de contabilidad. Se trataba de partidas amortizables que precisaban biocombustible para funcionar a pleno rendimiento. En la variante nazi las SS proporcionaban prisioneros a los grandes grupos industriales en régimen de “renting”. Si se estropeaba el trabajador era substituido inmediatamente, sin recargo alguno, por el eficiente oficial de las SS. En la variante sudafricana, el aparheit convertía a la fuerza de trabajo en sub-humanos susceptibles de tasas de explotación acordes con su naturaleza. En la variante “soviética” los capitalistas (burócratas) competían entre ellos por las participaciones en la explotación de los trabajadores rusos a los que se aterrorizaba y adoctrinaba con el gran hermano estalinista.
Los obstáculos para el despegue
Tras la toma del poder los bolcheviques tuvieron que superar los enormes problemas del subdesarrollo y demás obstáculos internos a la modernización y la industrialización de Rusia. Los dos obstáculos internos más acuciantes para el desarrollo de un capital industrial nacional fueron el "atraso" en la agricultura y la falta de financiación.
La agricultura rusa se basaba principalmente en la subsistencia a pequeña escala o la pequeña explotación para la producción mercantil. Esto implicaba dos importantes obstáculos para la industrialización. En primer lugar, bloqueaba la formación de un proletariado industrial, ya que la mayor parte de la población todavía estaba atada a la tierra. En segundo lugar la agricultura rusa era incapaz de producir un excedente apropiado para alimentar a un proletariado industrial en expansión y menos aún suministrar un excedente exportable para financiar las importaciones estratégicas necesarias para el despegue del sector industrial.
El segundo obstáculo importante para la industrialización era el financiero. El carácter atrasado del capitalismo ruso significaba que se había acumulado poco capital interno. La industrialización durante la etapa zarista había sido promovida por el Estado y se había financiado a través de inversiones extranjeras. Pero los revolucionarios habían repudiado todos los préstamos externos contratados bajo el régimen zarista y se había expropiado capital de propiedad extranjera en Rusia, con lo cual no podía esperarse que la banca internacional confiara en los bolcheviques.
Evidentemente, el obstáculo principal eran las maquinaciones de todo tipo del capital imperialista para el que el basto y rico territorio ruso tenía un atractivo especial y que, como mucho, precisaba de una débil burguesía compradora subordinada (como en China) para explotar y esquilmar a placer el territorio.
La justificación teórica
El marxismo tradicional de la Segunda Internacional consideraba el capitalismo de Estado como la etapa superior del capitalismo. El capital monopolista, en simbiosis con el capital financiero, reforzaban la palanca del estado para sus proyectos de expansión imperialista. Kautsky y Lenin, a pesar de sus diferencias, consideraban que esta estatalización del capitalismo lo hacía más susceptible a una toma del poder por parte de las fuerzas socialistas. Teorizaban que el capitalismo de Estado era la fase más avanzada del capitalismo y preparaba (y en cierto modo facilitaba) la fase ulterior socialista; por lo tanto, el capitalismo de Estado podía ser visto como un primer paso necesario en la transición al socialismo.
Consecuentemente, Lenin podría argumentar, con cierta consistencia, que la imposición de la dirección unipersonal de las empresas (antiguos managers y CEOs burgueses) y el desmantelamiento de los consejos obreros, la reintroducción del taylorismo y la Nueva Política Económica (NEP), eran la tarea inmediata del Gobierno Revolucionario, dadas las condiciones de atraso en Rusia. Lo mismo podía argumentar Stalin respecto a su “inesperado?” giro “izquierdista” (haciendo suyas las tesis de Trotsky), con la colectivización forzada del campo, los campos de trabajos forzados del GULAG, o la creación del complejo militar-industrial.
Capitalismo en el Este y capitalismo en el Oeste
Al igual que los obreros en el oeste, los obreros rusos estaban subordinados a un proceso de producción diseñado y desarrollado para maximizar la producción, con escasa consideración a sus necesidades reales. Como tal, el trabajador quedó reducido a un mero instrumento de producción y, al igual que sus homólogos en Occidente, explotado, trabajando más tiempo del necesario para reproducir el equivalente de su fuerza de trabajo, y sin ningún control sobre el fruto de sus esfuerzos.
El régimen de propiedad “colectiva” de la burguesía “soviética” se correspondía con el sistema de grandes monopolios, proteccionismo, control de cambios, y planificación central. La propiedad colectiva se manifestaba en los privilegios de todo tipo que se reservaban y disfrutaban los propietarios “soviéticos”, equivalentes a los de sus homólogos occidentales, pero sin el temor a ser desalojados por la competencia.
Como en el caso de la variante nazi, en el estalinismo, más que la figura de un dictador omnipotente, lo que proliferaba era el arbitrio de cientos de miles de pequeños dictadores compitiendo entre ellos por el control de los explotados.
Capitalismo defensivo y capitalismo agresivo
El nazi-fascismo, representó otra variante capitalista totalitaria, pero de carácter netamente ofensivo. Una variante “nacionalista” y agresiva del sistema. En este caso, el proteccionismo, la planificación centralizada, la promoción de los monopolios y la restricción del mercado, se organizaron para reforzar a una burguesía ya consolidada, con el objetivo, más que de despegar y defenderse, de agredir y expandirse. La ideología cohesiva ario-nazi venía a ser el equivalente de la ideología socialista-comunista de la variante soviética.
Por el contrario, el capitalismo totalitario “soviético” tuvo un carácter fundamentalmente defensivo. Se trataba de sociedades atrasadas que precisaban de una incubadora proteccionista para desarrollarse sin caer en las redes imperialistas. De ahí que el modelo “soviético” de incubadora resultara muy atractivo para otros países subdesarrollados que intentaban sacudirse el yugo colonialista o imperialista.
¿Socialistas tutelando el desarrollo capitalista?
Al contrario de las tesis de Kautsky, Lenin y Trotsky, el capitalismo de Estado no era la fase más desarrollada del capitalismo sino una variante secundaria que se manifestaba en zonas periféricas al núcleo central del sistema. No era un síntoma moderno sino, todo lo contrario, un síntoma de atraso capitalista. El capitalismo de estado alemán no representaba la cumbre en la evolución capitalista sino la manifestación de su debilidad frente a la competencia del capitalismo anglosajón.
Para el capitalismo, el Estado es una costosa herramienta que evoluciona con él de forma contradictoria y con la globalización y la transnacionalización del capital, se ha convertido en una herramienta de usar y tirar. Cada vez es mayor el agujero negro de los “estados fallidos” del planeta.
Las tesis de Lenin y Trotsky les llevaron a la más contradictoria de las incongruencias. Los revolucionarios debían hacer avanzar al capitalismo para que alcanzara la madurez necesaria para finalmente reconvertirlo en “socialismo”. Socialistas “tutelando” el desarrollo del capitalismo.
El capitalismo es malo, siempre ha sido malo, y cada día que pasa es peor. Aumenta la productividad y la eficiencia, pero se trata de una micro-eficiencia al servicio de una absoluta macro-ineficiencia. Este notable atributo productivista deslumbró a muchos marxistas que lo antepusieron como una fase necesaria, aunque dolorosa, previa al socialismo, sucumbiendo a la alienación y constituyendo, quizás, el peor caso de fetichismo y alienación de la historia.
Las crisis y el socialismo
Cuanto más poderoso, desarrollado y globalizado, el capitalismo es más difícil de resistir y, por supuesto, mucho más difícil de derrocar. Hasta hace unos años, el capitalismo había “triunfado” definitiva y globalmente y era inconcebible ningún futuro fuera del sistema.
Cuando inicié este blog, en 2008, casi nadie hubiera elegido como url del sitio “crisiscapitalista.blogspot” porque ya no parecía posible que el sistema volviera a caer en otra crisis. Esta falsa percepción generalizada era la manifestación más palpable del poderío alcanzado por el moderno capitalismo monopolista globalizado. Sin embargo, las orejas del lobo ya eran visibles, la crisis estaba ahí, de nuevo, pertinaz.
El capitalismo manifiesta con crudeza su carácter criminal y cancerígeno durante las crisis. Es un sistema de organización social a-social, cuya trayectoria significará la aniquilación de la sociedad human del planeta. Las crisis del sistema no son leves resfriados de un organismo fundamentalmente sano, sino la manifestación de una enfermedad progresiva y terminal, los últimos ataques contra un organismo moribundo.
Durante las crisis periódicas aparece el verdadero Mr. Hide capitalista y resulta difícil esconder o camuflar la absoluta macro-ineficiencia social, económica y medioambiental del sistema. Las bases ideológicas que lo sustentan se desmoronan. La alienación social se resquebraja. Los fetiches se funden. Es durante las crisis cuando es más fácil la revolución socialista. Es entonces cuando el sistema es más débil y ofrece flancos desprotegidos por donde atacarlo y la crisis del bloque soviético era uno de ellos.
Lucha de clases en el bloque soviético: La verdadera caída de la URSS
La característica fundamental del capitalismo “soviético” era la substitución de los mecanismos de mercado por los mecanismos de la exaltación revolucionaria y el subsiguiente “terror rojo” (justificado por la guerra civil) para el encuadramiento y explotación de la clase obrera.
El estalinismo significó el recambio de lo que quedaba de mistificación revolucionaria, como justificación de la explotación capitalista, por el puro y simple terrorismo homicida (que acabó liquidando a todos los revolucionarios y/o mistificadores de la fase anterior) más o menos justificado por la amenaza nazi, el estallido de la 2ª GM y el comienzo de la guerra fría.
Tras la muerte de Stalin la resistencia antiterrorista se generalizó y la burguesía “soviética” tuvo que ir cediendo, un y otra vez, a la presión popular (estado del bienestar soviético) a pesar de sus últimos zarpazos (Hungría 1956, Checoslovaquia 1968). Sin el encuadramiento terrorista de la clase trabajadora, el sistema “soviético” de explotación capitalista de la población empezó a perder fuelle y a entrar en crisis.Mientras en el Oeste se imponían la flexiexplotación y la precarización cada vez con más saña, para aumentar la productividad capitalista, en el Este la clase obrera mantenía a raya a los explotadores resistiendo las intentonas burocráticas de "flexi-reformas" y precariedad en el empleo. Mientras en el Oeste la socialdemocracia desmontaba una tras otra las conquistas laborales de décadas de lucha, en el Este los trabajadores se negaban a la introducción de "prácticas de control" y, por el contrario, exigían menos rigidez en las normas, mayores pagas y menor diferenciación salarial (los salarios de los mineros y trabajadores del metal se mantenían al mismo nivel que los de los ingenieros y mánagers de 2ª fila).
Este debilitamiento interno se tradujo en debilitamiento externo frente al capitalismo de vanguardia, cada vez más globalizado, que percibió en el ambiente las nuevas oportunidades de negocio que se le abrían (el FMI prestando a las economías del COMECON). La crisis económica del capitalismo “soviético” se hizo endémica y la burguesía “soviética” empezó a buscar alternativas “de mercado” a un sistema de explotación caduco que defraudaba sus expectativas.
Un capitalismo defensivo, deformado, atrasado, localista y en quiebra (con un discurso "socialista" trasnochado y contraproducente y sin claras opciones de vuelta al terrorismo estalinista), es más débil y más fácil de resistir, incluso es más fácil de derrocar que el capitalismo globalizado. Las posibilidades que tenían de resistir o sobrevivir al capitalismo los habitantes de la URSS y los países del Este, o China, eran mucho mayores que las que tienen ahora, tras la agresiva penetración del capitalismo monopolista transnacional. La “transición” fue una oportunidad perdida.
El problema fue que los obreros polacos, húngaros, checos, rusos, lituanos, …, que se enfrentaban y levantaban contra la burguesía capitalista “soviética”, no entendieron que era esta misma “nomenklatura” la que estaba decidida a “reformar” o simplemente liquidar el experimento, en pro de “modernización” del sistema de explotación (terapias de choque) aunque ello implicara el reto de su peligrosa reintegración en el concierto capitalista internacional. Muchos pensaban que su enemigo era el socialismo y su amigo, el capitalismo. Craso error, el capital es un tipo de pocos, muy pocos amigos.
A pesar de las deslumbrantes estanterías capitalistas de Carrefour y Tesko, la mayoría de los polacos, húngaros, checos, rusos, lituanos, …, obreros y burgueses, han acabado pagando su ilusión con la más horrenda explotación, miseria y exclusión.
Lo que cayó no fue el “socialismo” realmente existente en la URSS, sino la oportunidad perdida por los obreros polacos, húngaros, checos, rusos, lituanos, …, de aprovechar la crisis del flanco más débil del capitalismo, el capitalismo “soviético”, para iniciar una revolución verdaderamente socialista.
Elementos básicos de la estructura y del funcionamiento de la economía "soviética"
Aunque a los administradores directos de los medios de producción - los directores de las empresas industriales y los presidentes de las granjas colectivas - se les permitía cierto margen de maniobra, tenían que obedecer órdenes "desde arriba". Para los directivos industriales los comandos procedían de los órganos del Estado en tres niveles - jefes de administraciones responsables de los sectores de las industrias, los ministerios responsables de industrias enteras, y las agencias centrales responsables de toda la economía (el Consejo de Ministros) o de una agencia especializada (el Comisión Estatal de Planificación, Comisión Suministros del Estado, etc.). En la agricultura los niveles inferiores de la jerarquía se organizaron sobre una base territorial (municipio, provincia, etc.)
Al menos en términos formales, se trataba de una "economía planificada". Los planes anuales de producción se desglosaban por meses. A parte de los objetivos de producción, el plan especificaba las fuentes de suministro de insumos (materias primas, repuestos, etc.) para cada empresa en particular y los lugares de destino de su producción. Formalmente, las empresas "soviéticas" no tenían autonomía para “competir”, pero en la práctica competían y la excepción de un "mercado gris" para obtener los inputs necesarios acababa siendo más bien la norma.
El dinero como medio universal de intercambio y acumulación capitalista no existía teóricamente en la economía “soviética”. Había dos tipos de dinero no intercambiables, cada uno sirviendo a un propósito distinto - (1) el dinero en efectivo, distribuido como salarios para gastar en bienes de consumo, (2) el dinero “no en efectivo” (unidad de cuenta) utilizado para ayudar a supervisar las transacciones no salariales de las empresas. Ninguna de estas figuras monetarias revestía formalmente la función central que el dinero posee en el capitalismo de mercado (los salarios y los precios eran establecidos por el Estado).
Los gerentes veían evaluado su desempeño y obtenían los bonos correspondientes sobre la base de los resultados de producción. Estos resultados se medían mediante varios indicadores, que podían ser físicos (por ejemplo, el peso total de la producción, el número de artículos) o de carácter financiero (costes de producción, el beneficio). Pero incluso cuando el indicador clave era la ganancia, el objetivo de la producción no era para “maximizar el beneficio”, sino para cumplir con el “beneficio” fijado en el plan por el planificador.
Los mánagers de las empresas soviéticas intentaban lograr un compromiso con los díscolos obreros que subvertía las intenciones del plan y al mismo tiempo aparecer como que se cumplían sus especificaciones. Para conseguirlo, el mánager intentaba conseguir los aspectos “cuantificables” y ceder respecto a los aspectos cualitativos menos verificables. Los mánagers, sistemáticamente desinformaban a las autoridades centrales respecto a las condiciones actuales de producción. Además, atesoraban trabajadores y recursos escasos. La burocracia “soviética” era un aparato competitivo en el que los explotadores luchaban entre sí y a todos los niveles, para aumentar su parte en la explotación de la clase trabajadora.
Así pues, el comportamiento “competitivo” no era un accidente circunstancial sino que era una característica inmanente del funcionamiento del sistema. Los controladores y los controladores de los controladores, cada uno poseía una porción del sistema de explotación que tenía de defender o ampliar. Ni siquiera un ministro podía conseguir ser autosuficiente.
La desorganización era más bien la norma en el proceso de aprovisionamiento. Los “planes”, desde el momento de su aprobación entraban en un proceso de revisión permanente. La tardanza de la comunicación de información y registro de datos así como en la transmisión de instrucciones relevantes, implicaba que a lo largo del año los organismos relacionados con el aprovisionamiento tenían que luchar con desequilibrios endémicos recurriendo al pragmatismo, a la experiencia, y a los imprescindibles “procuradores” (tolkachi), personajes con “contactos”, contratados por los mánagers para que les procuraran los materiales, piezas y equipo que precisaban, por cualquiera que fuera el canal utilizado. En realidad, era imposible trazar una línea entre la economía “oficial” y la economía “no oficial”.
El comercio exterior se limitó a una función auxiliar al servicio del plan. Los productos requeridos por el plan, que no se podían producir en el país, debían ser importados. Las exportaciones iban dirigidas a obtener divisas pagar las importaciones previstas (control de divisas). El comercio exterior jugó un papel fundamental en la rápida industrialización de la década de 1930 (la famosa “acumulación primitiva socialista”), con importaciones de maquinaria occidental pagadas con exportaciones de granos y materias primas, mientras la gente se moría de hambre.
Tras el estalinismo, el comercio exterior empezó a registrar, además, importaciones de tecnología y bienes de consumo destinados al conjunto de la población. El desequilibrio comercial y el consiguiente endeudamiento exterior (los mercados financieros comprendían mejor que nadie la verdadera naturaleza del régimen de la Unión Soviética) evidenciaron la creciente profundidad de la crisis económica que acabaría con el sistema.
¿Un sistema sin crisis?
Mientras la crisis de los años 1930s se expandía y afectaba a la mayoría de las economías del planeta, la URSS registraba los índices de crecimiento económico mayores de su historia. ¿Había superado el sistema capitalista “soviético” la lacra que ha acompañado al capitalismo desde sus inicios?
Se ha aducido que el sistema "soviético" no estaba libre de patrones cíclicos, pero los patrones cíclicos eran de un tipo diferente, asociados con el ciclo de planificación. Un ejemplo era, por un lado, la intensa actividad económica ('asalto') hacia el final de un período del plan, cuando todo el mundo estaba trabajando duro para cumplir con el plan a tiempo y obtener sus bonos por cumplimiento del plan, seguida de la calma en el período al comienzo del próximo plan, cuando todo el mundo se recuperaba de 'asalto' anterior, a la espera de la llegada de nuevos suministros. También hubo ciclos más largos asociados con la planificación de inversiones.
El carácter regional y autárquico permitió una cierta independencia respecto a la periodicidad cíclica de la expansión del sistema capitalista global, pero la crisis capitalista no iba a dejar al margen a uno de los eslabones más débiles del sistema. Desde la muerte de Stalin, la economía de la URSS se había ido integrando en los circuitos comerciales y financieros del sistema global. Cada vez dependía más de las divisas por exportación de productos energéticos y materias primas, y bancos capitalistas y agencias internacionales no veían inconvenientes en prestar a la URSS y a las demás “democracias populares”. A finales de la década de los 1970s el sistema “soviético” empezó a manifestar síntomas inequívocos de crisis económica creciente cuyos parámetros tenían que ver más con esta integración que con la antigua autarquía.
Teorías
Ha habido bastantes teorías sobre el carácter capitalista del sistema “soviético”.
A. Ciliga (1938), revolucionario croata, tuvo que huir de su país y se incorporó a la revolución rusa a mediados de los años 1920s. Fue sucesivamente bolchevique, leninista, trotskista, extrotskista, y, finalmente, exleninista. Encarcelado por la checa en Siberia, salvó la vida de milagro y pudo salir de la URSS. Fue de los primeros en considerar que el sistema ya no tenía nada de “soviético” sino que se trataba de una variante capitalista, desde buen principio.
Los trotskistas se aferraron a la teoría de que se trataba de un sistema de transición entre el capitalismo y el socialismo (una fase inferior previa, a la sociedad post-capitalista comunista). Trotsky planteó que se trataba de un “estado obrero degenerado” e inestable que, o bien se decantaría rápidamente hacia el socialismo o bien hacia el capitalismo (Trotsky pensaba que esta situación se resolvería en uno u otro sentido tras la 2ª GM).
Tony Cliff (1948), trotskista inglés, ante la longevidad del estalinismo tras la 2ª GM, planteó que existió un estado obrero socialista hasta 1928. A partir de entonces, el estalinismo contrarrevolucionario se consolidaría definitivamente. La burocracia se convirtió en clase capitalista y el sistema dejó de ser un estado obrero para convertirse en una variante particular del capitalismo de estado.
Hillel Ticktin (1970s), trotskista inglés, desmontaría la tesis de Cliff con argumentos marxistas (teoría del valor) para volver a la idea original de Trotsky de un estado obrero degenerado. Pero su análisis de la URSS era más profundo. Advirtió el mal funcionamiento del sistema hasta el punto de calificarlo de un “no modo de producción” en crisis. La élite era incapaz de controlar el proceso de trabajo. Argumentó que el “mal funcionamiento” y por tanto, la crisis del sistema, era algo intrínseco al modelo y no el resultado de la resistencia obrera, es decir, de la lucha de clases (para él, la URSS era un “estado obrero” sin lucha de clases)
En realidad, lo que Ticktin estaba analizando y estudiando no era el “funcionamiento normal del sistema” sino la crisis del sistema. Una crisis que estimulaba la lucha de clases y en la que los obreros estaban ganando posiciones que contribuían al “mal funcionamiento” del sistema.
El alemán Paul Mattick, consideraba que con la toma de los medios de producción en manos del Estado, los bolcheviques no habían conseguido su “socialización” sino la nacionalización del capital. La propiedad capitalista había cambiado de manos, desde los propietarios particulares, al estado, pero seguía siendo “propiedad capitalista” puesto que los medios de producción no eran controlados por el conjunto social sino que seguían siendo capital alienado respecto a los trabajadores. La Unión Soviética no había abolido la relación de explotación capital/trabajo fundamental del capitalismo.
Mattick planteó que se trataba de una forma avanzada de capitalismo en la medida que había superado algunos de los principales problemas del capitalismo basado en la propiedad privada tales como la competencia y las crisis de sobreproducción, consiguiendo más estabilidad y, en cierta forma, una disminución de los antagonismos de clase.
Amadeo Bordiga, fundador del Partido Comunista Italiano en 1921 (una escisión de un PSI incapaz de organizar una revolución durante el “bienio rosso” – 1919-1920 - ) también consideraba que la URSS era capitalista.
Para Bordiga la Unión Soviética era una sociedad en transición hacia el capitalismo. Lo que distinguía al régimen capitalista “soviético” no era su carácter avanzado (Mattick) sino, por el contrario, su retraso, su subdesarrollo. Rusia era un estado periférico atrasado susceptible de caer en manos del capitalismo imperialista desarrollado y quedar relegado para siempre en el subdesarrollo. Los bolcheviques intentaron impedir este destino con métodos intervencionistas y proteccionistas extremos. Fue por esto que la Unión Soviética se convirtió en modelo para la lucha contra el colonialismo.
Para Bordiga, el giro “a la izquierda” de Stalin en 1928, con la colectivización forzada y los planes quinquenales, no fue una “acumulación primitiva socialista” (según las tesis de Preobrazhensky) sino una salvaje acumulación primitiva capitalista. Los excesos estalinistas de los años 1930s – “un infierno para el obrero y una carnicería de energía humana” – no fueron otra cosa que la expresión de “la generación de las condiciones universales para la génesis de todos los capitalismos”. En 1953 afirmaba que “ El proceso económico en desarrollo en los territorios de la unión rusa pueden definirse esencialmente como la implantación del modo de producción capitalista, en su forma más moderna, y con los últimos medios tecnológicos, en países atrasados, rurales y asiático-orientales”.
Para Bordiga, la obsesión en encontrar capitalistas individuales o sustitutos de aquellos, en orden a caracterizar o etiquetar el sistema, era absurda. “el determinismo sin personas es incongruente, pero los hombres constituyen el instrumento del sistema capitalista, pero no el motor”… “No se trata de una parcial subordinación del capital respecto al Estado, sino de una ulterior subordinación del Estado al capital”. El despotismo estatal en Rusia estaba al servicio del capitalismo impulsando el modo de producción en áreas que se resistían aún.
Neil C. Fernandez considera que todas las categorías y parámetros que definen el “capitalismo” estaban presentes en el sistema “soviético”. Competencia, competitividad, mercancía, dinero, capital, acumulación, plusvalía, acumulación, … En un extenso tratado analiza cada categoría y la forma que adoptó en el sistema “soviético”.
R. H. Tamás, filósofo, antiguo dirigente de la disidencia húngara, tras el desastre acontecido en Hungría y el resto de democracias populares y consciente de la mistificación del capitalismo, se ha convertido en uno de los más firmes defensores del carácter capitalista de sistema “soviético”. Los húngaros, polacos, checos, eslovacos, rumanos, rusos, lituanos, …, no dejaron atrás el “socialismo realmente existente”, sino una variante más del capitalismo realmente existente. [/left]
REPUESTA A:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] Estoy absolutamente en desacuerdo con este artículo.
1) Cierto lo del inicio de la revolución, la NEP y los primeros pasos donde se permitió la propiedad privada -que no la explotación- para que las personas pudieran COMER. Parece que el autor no sabe el tamaño de Rusia o como estaba divido demográficamente. Eso lo dijo Lenin, lo dijo el partido y lo sabían los rusos. Caso aparte son los problemas que eso generó a la larga con las sublevaciones de los kulaks. No se puede pretender que la realidad de un país enorme cambie mágicamente, la gente tienen necesidades y hay que avanzar con criterio (por ejemplo, el golpe capitalista, en su avaricia, no lo hizo así). En cualquier caso esa situación se solventó pasados los primeros años (con los koljos y sovjos).
2) Hablas de un sistema de "explotación". Eso es mentira. Simple y llanamente. En la URSS las horas semanales de trabajo desde los 70 eran de 35h en la industria y 40h en la agricultura. Antes, no tengo datos, se que en los periodos de guerra fueron mucho más altas -lógico- pero jamás existió esa imagen esclavista que tratas de dibujar (después hablo de propiedad).
Los ahorros privados de las personas aumentaron enormemente en la historia de la URSS (aumentaron en 300 veces desde 1940) y los salarios eran absolutamente suficientes para cubrir todas las necesidades básicas y privadas de las personas con creces.
Y por no hablar de la seguridad social (vivienda, sanidad, educación, etc) o las enormes inversiones culturales o de ocio. ¿Donde está la explotación?. Los propios ex-soviéticos lo saben y lo dicen: claro que había problemas, pero la vida NI DE COÑA era una situación de explotación si no más bien al contrario. ¿Acaso alguien no se podía tener una vida plena y formarse y dedicarse con absoluta liberal a lo que quisiera?.
No creo que dudes tampoco de la evolución cultural de la URSS o tal vez no sepas que era uno de los países donde más desarrollado estaba el ocio (lectura, teatro, cine, etc).
Había control de las condiciones laborales por los sindicatos y existían vacaciones, bajas y de hecho la prevención de riesgos laborales era ejemplar. Repito, NO VEO la explotación en el termino laboral de la palabra (ahora hablo en el termino marxista).
Claro, las viviendas no eran privadas de 180m2 para 2 personas o en lugar de tener dos teles por casa tenían una en los 80, está claro, pero no había privaciones ni esa especie de "esclavismo" que tratas de mostrar.
No eran millonarios pero no tenían privaciones de ningún tipo: no existía el paro (dato confirmado por USA), ni la pobreza (por el BM). La UNESCO consideraba en sus estadísticas a la URSS como IDH alto. Datos no "pro estalinistas" claro está.
3) Hablas de una "acumulación de capital lo más rápido posible". ¿Acumulación por quién? Es que hablas de que la URSS era capitalista cuando los medios de producción ERAN de los trabajadores. Lo dices como si los políticos ELEGIDOS por los soviéticos tuvieran la titularidad o propiedad de algo. No, justamente eso fue lo que ocurrió con el capitalismo. No había capitalistas propietarios y el plusvalor (esa acumulación) se hacía a través de un estado SOCIALISTA que reinvertía los beneficios en mejoras para la población. Cómo crees, por ejemplo, que se pagaban becas a TODOS los estudiantes, mantenían las enormes inversiones en industria, la sanidad o vivienda totalmente gratuita o las pensiones (que NO salían de los salarios si no de los presupuestos del estado) ¿del aire? ¿se lo inventaban? ¿salía de los bolsillos imaginarios de unos burócratas que guardaban en una hucha mogollón de rublos? ...
4) Los sindicatos de trabajadores tenían poder EFECTIVO en las fabricas, etc. De hecho, se encargaban del control de la situación laboral de manera permanente y tenían control real de la dirección de las empresas. Los directivos, que eran elegidos por los soviets como bien dices claro que existían pero en ningún momento eran propietarios de nada, no veo el "capitalismo" por ninguna parte, pues ningún privado se apropia del trabajo de nadie.
Ese plusvalor generado revertía en la empresa, trabajadores y el estado OBRERO. Mención aparte los koljos más independientes todavía (su relación con el estado era venderle productos -precios pactados y fijos- y pagar impuestos) y por supuesto que existían pequeñas cooperativas, pero era directiva legal de la constitución que NO se permitiera la explotación, esto es, la apropiación del trabajo de alguien por otra persona.
Claro que existía una coordinación nacional de la economía, para eso están los soviets elegidos (de manera directa por cierto) y no creo que una economía puede orientarse de manera social sin ese control de órganos políticos.
5) Hablas de "una severa represión totalitaria de toda oposición". ¿Y quien era la oposición? Porque hubo una guerra civil con 9 millones de muertos. O a ver si es que esa oposición no van a ser justamente los zaristas, imperialistas, terratenientes y capitalistas. Te pones la camiseta del enemigo. Aparte, ignoras absolutamente la lucha de clases. Si el estado está controlado por la clase obrera, la clase burguesa es la oposición. ¿O es que propugnas una especie de tercera-vía falangista? Cualquiera podía participar en política, los soviets eran abiertos y no había limitación para presentarse. Pero claro, si un "opositor" lo que quería era obtener el control privado para sí de una industria (como pasó en la caída), calumniar -como este artículo- provocando un gravísimo daño al país o que dejara de ofrecerse seguridad social pública y que pasara el beneficio privado pues me parece más que correcto que el estado y por ende la clase obrera, se nutra de herramientas legales para que no ocurra. No voy a entrar en si las sentencias de muerte pre-50's estaban bien o mal, pero también se descontextualiza mucho en ese punto.
6) Hablas de un comportamiento "competitivo" como si fuera un mercado capitalista. Esto es rotundamente falso pues normalmente las industrias de cada sector eran únicas y no tenían porqué competir con nadie porque se destinaban a la producción interna o al comercio -justo, en mi opinión- con la COMECON. Y en cualquier caso, que raro, te quejas de una centralización y luego dices que compiten. Sí, no es ningún secreto que los soviets hacían encargos a empresas pero entonces ¿con quien compite si es una directiva única para una empresa?.
7) Hablas de crisis soviética y de "desequilibrio comercial". Eso es absolutamente falso. La balanza comercial de la URSS fue positiva históricamente salvo en contados años puntuales (y nunca muy grande). No existió esa "crisis" que dices. Se generó con la perestroika. Ahí fue donde, por introducir elementos liberales, comenzó a tener problemas la economía, que aún así distan enormemente de los problemas que vemos hoy. Los problemas de deuda no eran nada graves (repito: comenzaron con la perestroika, nada que no se pudiera arreglar con el Gosbank) y por ejemplo, tenían una deuda 20 veces menor que EEUU.
8 ) No digo que hubiera problemas con la "burocracia" pero NUNCA tan exagerados como tratas de poner en el artículo. Estoy totalmente de acuerdo en demasiado inmovilísmo en las altas esferas (que elegían los representantes que elegía el pueblo) y es evidente que ciertos sectores adolecieron de una bajeza moral terrible que les hizo pensar... si nos apropiamos de todas estas industrias que SON del pueblo... seríamos ricos. Y para eso, junto con sectores reaccionarios, mentiras al pueblo y golpes de estados PASARON al capitalismo. Da para mucho más este tema, claro.
Tampoco me olvido de el cambio moral de parte (y parte PEQUEÑA según un referéndum del 90) de la población que sí quería un sistema capitalista (hoy tienen los resultados de pobreza, etc) y de las mentiras, el auge del nacionalismo falaz y la injerencia (ilegal por cierto) con la que se propició la caída.
Esa imagen de la burocracia (siempre sin datos) no es cierta. El diario Pravda publicó un artículo hace un par de años con datos de lo que cobraba un alto burócrata y las "ventajas" que tenía sobre la población. Conclusión: ni cobraba en exceso ni tenía ventanas que no tuvieran otros trabajadores. Simplemente las responsabilidad legales de su cargo -insisto una vez más- electo en comicios.
Bueno, aunque me lo he imaginado mientras leía el artículo, llegado al final ya he visto claro todo.
PD: Gustoso te ofreceré las fuentes si tienes interés alguno.