Suetonio menciona a Cristo a propósito de un edicto del emperador Claudio expulsando a todos los judíos de Roma, por los desórdenes que había promovido el barrio judío a propósito de Cristo. “Claudio expulsó de Roma a los judíos convertidos en una causa permanente de desórdenes a impulsos de un tal Crestos!"
Tácito habla también de los cristianos a propósito del incendio de Roma. Los menciona relacionándolos con Cristo afirmando que éste fue ejecutado en Judea bajo Tiberio, por orden del procurador Poncio Pilato: “Este nombre les viene de Cristo a quien, bajo el principado de Tiberio, Poncio Pilato entregó al suplicio; esta detestable superstición, reprimida por el momento, se manifestó de nuevo, no sólo en Judea, donde había nacido el mal, sino también en Roma, a donde afluye y encuentra numerosa clientela todo lo que hay de horrible y vergonzoso en el mundo”.
Plinio el Joven, gobernador de Bitnia, en una carta al emperador Trajano le pregunta qué conducta ha de seguir respecto a los cristianos de su provincia. A este propósito, indica el resultado de la encuesta que ha hecho como consecuencia de numerosas denuncias: “Afirmaba tener costumbre de reunirse en días fijos, antes de salir el sol, para cantar a Cristo, considerado como Dios. Un cántico alternado, y comprometerse por juramento a no cometer crimen ninguno sino abstenerse del robo, asesinato, adulterio, infidelidad… Después de esto se separaban para volver a tomar un alimento común e inocente”
El Talmud de Babilonia (Sanedrín 43ª.) confirma la crucifixión de Jesús en la tarde de Pascua, y las acusaciones contra Cristo de practicar la brujería y fomentar la apostasía judía.
Flavio Josefo, (Jerusalén, 37 d.C? h. 100) es el más famoso historiador judío. En sus “Antigüedades Judaicas” él se refiere a Santiago como, “el hermano de Jesús, a quien llamaban el Cristo.” Hay un verso controversial (18:3) que dice, ““Ahora, había alrededor de este tiempo un hombre sabio, Jesús, si es que es lícito llamarlo un hombre, pues era un hacedor de maravillas, un maestro tal que los hombres recibían con agrado la verdad que les enseñaba. Atrajo a sí a muchos de los judíos y de los gentiles. Él era el Cristo, y cuando Pilato, a sugerencia de los principales entre nosotros, le condenó a ser crucificado, aquellos que le amaban desde un principio no le olvidaron, pues se volvió a aparecer vivo ante ellos al tercer día; exactamente como los profetas lo habían anticipado y cumpliendo otras diez mil cosas maravillosas respecto de su persona que también habían sido preanunciadas. Y la tribu de cristianos, llamados de este modo por causa de él, no ha sido extinguida hasta el presente.” (Antigüedades. XVIII.33. (Comienzos del segundo siglo)
Luciano de Samosata, fue un filósofo y escritor griego del siglo dos, quien admite que Jesús fue adorado por cristianos, introduciendo nuevas enseñanzas y que fue crucificado por ellos. Él dijo que las enseñanzas de Jesús incluían la hermandad entre los creyentes, la importancia de la conversión y la importancia de negar a otros dioses.
Las fuentes que hablan de la EXISTENCIA FÍSICA de Jesucristo (No de su existencia ESPIRITUAL) son tanto bíblicas como seculares
Tácito habla también de los cristianos a propósito del incendio de Roma. Los menciona relacionándolos con Cristo afirmando que éste fue ejecutado en Judea bajo Tiberio, por orden del procurador Poncio Pilato: “Este nombre les viene de Cristo a quien, bajo el principado de Tiberio, Poncio Pilato entregó al suplicio; esta detestable superstición, reprimida por el momento, se manifestó de nuevo, no sólo en Judea, donde había nacido el mal, sino también en Roma, a donde afluye y encuentra numerosa clientela todo lo que hay de horrible y vergonzoso en el mundo”.
Plinio el Joven, gobernador de Bitnia, en una carta al emperador Trajano le pregunta qué conducta ha de seguir respecto a los cristianos de su provincia. A este propósito, indica el resultado de la encuesta que ha hecho como consecuencia de numerosas denuncias: “Afirmaba tener costumbre de reunirse en días fijos, antes de salir el sol, para cantar a Cristo, considerado como Dios. Un cántico alternado, y comprometerse por juramento a no cometer crimen ninguno sino abstenerse del robo, asesinato, adulterio, infidelidad… Después de esto se separaban para volver a tomar un alimento común e inocente”
El Talmud de Babilonia (Sanedrín 43ª.) confirma la crucifixión de Jesús en la tarde de Pascua, y las acusaciones contra Cristo de practicar la brujería y fomentar la apostasía judía.
Flavio Josefo, (Jerusalén, 37 d.C? h. 100) es el más famoso historiador judío. En sus “Antigüedades Judaicas” él se refiere a Santiago como, “el hermano de Jesús, a quien llamaban el Cristo.” Hay un verso controversial (18:3) que dice, ““Ahora, había alrededor de este tiempo un hombre sabio, Jesús, si es que es lícito llamarlo un hombre, pues era un hacedor de maravillas, un maestro tal que los hombres recibían con agrado la verdad que les enseñaba. Atrajo a sí a muchos de los judíos y de los gentiles. Él era el Cristo, y cuando Pilato, a sugerencia de los principales entre nosotros, le condenó a ser crucificado, aquellos que le amaban desde un principio no le olvidaron, pues se volvió a aparecer vivo ante ellos al tercer día; exactamente como los profetas lo habían anticipado y cumpliendo otras diez mil cosas maravillosas respecto de su persona que también habían sido preanunciadas. Y la tribu de cristianos, llamados de este modo por causa de él, no ha sido extinguida hasta el presente.” (Antigüedades. XVIII.33. (Comienzos del segundo siglo)
Luciano de Samosata, fue un filósofo y escritor griego del siglo dos, quien admite que Jesús fue adorado por cristianos, introduciendo nuevas enseñanzas y que fue crucificado por ellos. Él dijo que las enseñanzas de Jesús incluían la hermandad entre los creyentes, la importancia de la conversión y la importancia de negar a otros dioses.
Las fuentes que hablan de la EXISTENCIA FÍSICA de Jesucristo (No de su existencia ESPIRITUAL) son tanto bíblicas como seculares