Sr. proleint., aunque tarde, le explico en parte por qué me “pasé de largo” algunos de sus argumentos, particularmente su cita de la carta de Engels a von Boenigk del 21 de agosto de 1890. A continuación reproduzco la misma cita en tres idiomas: dos lenguas germánicas (inglés y alemán) y una lengua romance (español). La busqué en ruso (esta vez sólo en la sección correspondiente del MIA), en francés, italiano y portugués, y no la he encontrado. Así que comparo lo que tengo:
En inglés:
Ad. 1. To my mind, the so-called “socialist society” is not anything immutable. Like all other social formations, it should be conceived in a state of constant flux and change. Its crucial difference from the present order consists naturally in production organized on the basis of common ownership by the nation of all means of production
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]En español (versión “oficial” de Editorial Progreso):
1. La llamada «sociedad socialista», según creo yo, no es una cosa hecha de una vez y para siempre, sino que cabe considerarla, como todos los demás regímenes históricos, una sociedad en constante cambio y transformación. Su diferencia crítica respecto del régimen actual consiste, naturalmente, en la organización de la producción sobre la base de la propiedad común, inicialmente por una sola nación, de todos los medios de producción.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]En alemán:
Ad I. Die sogenannte "sozialistische Gesellschaft" ist nach meiner Ansicht nicht ein ein für allemal fertiges Ding, sondern, wie alle andern Gesellschaftszustände, als in fortwährender Verändrung und Umbildung begriffen zu fassen. Kritischer Unterschied vom jetzigen Zustand besteht natürlich in Organisation der Produktion auf Grundlage des Gemeineigentums zunächst der Nation an allen Produktionsmitteln.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]La versión en inglés dice: “...producción organizada sobre la base de la propiedad común de todos los medios de producción por la nación”, donde en español dice: “organización de la producción sobre la base de la propiedad común, inicialmente por una sola nación, de todos los medios de producción”.
Mi traducción de la versión en alemán –que es el idioma original de la carta– dice: “...organización de la producción sobre la base de la propiedad común, inicialmente por la nación, de todos los medios de producción...”, donde la traducción al español de Editorial Progreso dice: “organización de la producción sobre la base de la propiedad común, inicialmente por una sola nación, de todos los medios de producción”. Los traductores al español, en mi opinión, se tomaron la licencia de añadir el adjetivo “
sola” a una frase que no la requería. Más aún cuando el uso de ese adjetivo tiene una connotación política de gran trascendencia que todos conocemos. Para derrotar al trotskismo en ese punto, el marxismo-leninismo no necesita la ayuda de los traductores. Si traducimos el fragmento utilizando google, el resultado sería parecido a la versión en inglés.
Hasta donde yo sé, Lenin no utilizó esta cita de Engels en alguno de sus escritos en relación con el socialismo en un solo país. Tampoco lo hicieron Stalin, Zinoviev y Bujarin en sus escritos más importantes. A estos les hubiera venido bien hacerlo en su polémica con Trotsky. No tengo conocimiento de cuándo fue publicada esta carta como para determinar si alguno de ellos pudo conocerla o no. El Instituto marxista ruso estuvo adquiriendo manuscritos de Marx y Engels en todo momento de su historia por lo que bien puede ser que ninguno la conociera en vida. Lenin, Zinoviev, Bujarin y Trotsky sabían alemán, y no hubieran tenido problemas para leer la versión original y saber su real significado. Stalin por su parte, aunque no hablaba, leía en alemán ayudándose con un diccionario.
La carta de Engels a von Boenigk es citada frecuentemente más como una muestra de la opinión de Engels sobre el socialismo “en constante cambio y transformación” y por su crítica a los intelectuales que menosprecian a las masas, que para otro propósito.
En conclusión, la cita en español que usted utiliza para respaldar sus argumentos, en mi opinión, es cuestionable.
La carta de Engels a von Boenigk, por el contrario, está en conformidad con mi mensaje nº 179, que dice que los fundadores del marxismo sostenían que la revolución proletaria en los países europeos debía ser simultánea (es mejor decir,
casi simultánea), iniciándose por supuesto en una nación, para continuar casi
inmediatamente en el resto de países, configurando la revolución “mundial” (por supuesto, principalmente europea, en ese momento). De este modo, respondo a mi propia pregunta: ¿Engels contra Engels? No, Engels es coherente. Usted está equivocado.
Otro día seguiré con la otra cita de Engels (en carta a Kautsky en 1882) que usted menciona y que Lenin utiliza en algunos artículos para apoyar su posición sobre la guerra revolucionaria que no contradice lo que sostengo desde mi mensaje 179 en adelante.
(En realidad creo que estos temas corresponden más al tema del socialismo en un solo país que al que da título al presente hilo)
PS1: La versión en danés (otra lengua germánica) dice: “a escala nacional” donde la versión en español dice: “por una sola nación”.
PS2: Sobre su cita de Zinoviev: En ese momento, lo que hace Zinoviev es reproducir el pensamiento de Lenin. Esto se puede deducir de la correspondencia entre Lenin y Zinoviev, y de la historia del debate en el seno del bolchevismo en aquella época. ¡Por favor!, busque otro marxista. El propio Zinoviev en su libro “El Leninismo”
me da la razón: “Recordemos cómo se representaban, los mejores de esos líderes [los líderes de la II Internacional -Thiago], la lucha revolucionaria mundial por ejemplo en caso de guerra. Su axioma implícito era: sólo puede actuar todo un conjunto de países simultáneamente...” (Stalin vs. Zinoviev. El Gran Debate, Editorial Siglo XXI, p. 16). Esto confirma que la teoría de la simultaneidad de la revolución era una tesis en boga en el movimiento marxista, aunque fue utilizada de forma oportunista por los líderes de los principales partidos socialdemócratas de Europa, durante la primera guerra mundial, para justificar la inacción y la supeditación del movimiento revolucionario a sus propias burguesías.