por IberSoviet Mar Jun 18, 2013 9:36 am
Una revolución socialista no tiene porqué llevarte irremisiblemente a la tolerancia sexual. En los países occidentales hoy en día sí lo haría pues la tolerancia sexual es una parte muy importante de las reivindicaciones de la izquierda, de hecho se ha convertido en uno de los temas centrales obsesivos de la izquierda reformista y es que en algo tienen que ocupar el tiempo PSOE e Izquierda Unida para poder cumplir su papel de "enemigos de la derecha" pero sin tocarle un pelo a la economía.
La homosexualidad no es ni una enfermedad ni una moda ni una degeneración ni nada por el estilo. Todos coincidimos en eso...hoy. Y digo hoy porque hasta hace más o menos poco no se sabía que, efectivamente, no era nada de lo dicho anteriormente. A veces creo que pecamos de tener demasiadas esperanzas en el socialismo, sin embargo ni la economía planificada ni la toma del poder de la clase obrera son una solución infalible para todos los males. Del mismo modo os digo que todos los males que atraviesan hoy muchos países ex-socialistas no los inventó ni generó necesariamente el capitalismo.
Estamos hablando, por tanto, de que la comunidad científica mundial no tenía muy claro lo que era la homosexualidad y solo hasta hace poco se determinó que no era nada nocivo. Y esto no necesariamente lo tiene porqué solucionar el socialismo, de hecho las mayores y más importantes investigaciones hechas sobre este asunto creo que vienen de países occidentales mientras en muchos países ex-socialistas aún se respira una homofobia atávica ancestral que tira para atrás.
Muchos comunistas, en un acto de falta de autocrítica total, toman lo que les gusta de cada país socialista para atribuirle todo lo bueno del mundo a su ideología. Toman la tolerancia sexual de la RDA, el multiculturalismo de Yugoslavia, la apertura cultural hacia EEUU de Cuba, la apertura de fronteras de los últimos años del socialismo húngaro, la construcción frenética de viviendas de la URSS de los 60 y así al final acaban creando un concepto del socialismo tan ultraperfecto e infalible que parece creado por un dios. Y de este modo olvidan que pese a tener el mismo sistema, cada país es una realidad política, geopolítica, cultural y hasta ideológica distinta. ¿Acaso es igual España que Canadá? ¿Acaso es igual EEUU que Suecia? Pues lo mismo ocurre con el socialismo. Esta perspectiva tan errada es un peligro pues nos hace obviar problemas reales que puede atravesar el socialismo, que por creerlo tan perfecto, puede parecernos que cada uno de estos problemas es, inevitablemente, un efecto de la injerencia exterior.
Otro apunte.... el socialismo tampoco es remedio mágico para otros males como pudiera ser, por ejemplo, la tauromaquia.... aunque hoy creo que la evolución cultural de la izquierda sociológica ayudará a que así sea. Sin embargo en el pasado hasta José Díaz se declaraba ferviente taurino.