El curriculum de Francisco
Grandes esfuerzos mediáticos hoy tratan de presentar al nuevo Papa como un individuo capaz de traer aires de renovación y cambio a la ICAR, pero al igual que JPII sólo es un conservador imbuido de doctrina eclesiástica medieval, con todos los mismos defectos de sus sucesores, pero que sabe como manejar estratégicamente su imagen pública.
Sin duda Francisco I es un hábil y fiel dirigente de la iglesia, pero de ninguna manera un humanista comprometido con los más desprotegidos.
Con gran astucia y ambición, dentro del clero, ascendió rápidamente llegando a ser provincial, la máxima autoridad de los jesuitas, en la Argentina en 1973 a la edad de 37 años, permaneció en el cargo hasta 1979.
En ese periodo realizó el traspaso de la Universidad del Salvador (USAL), propiedad de la compañía de Jesús, a una organización de laicos que militaron junto a él en la Guardia de Hierro, facción del peronismo ultracatólica nacionalista de derecha que en algunos momentos se camuflaban de izquierda, según su conveniencia. Tenían contactos fluidos con sectores militares en actividad que estaban preparando el golpe de Estado de 1976, fundamentalmente con el genocida Almirante Emilio Eduardo Massera. Con la junta militar instalada ilegalmente en el gobierno, el 25 de noviembre de 1977, la USAL clausuró el ciclo académico anual entregando el título “Honoris Causa” al dictador Massera, Bergoglio no fue ajeno al acto, pero prefirió no estar presente y envió a un subordinado. Dada la estructura vertical casi militar de los jesuitas, con certeza el viceprovincial participó del homenaje con la venia de su superior.
La declaración de principios de la USAL fue redactada por Bergoglio en 1974, el documento se titula “Historia y Cambio”, el texto enumera cuales son los tres pivotes que orientarán la espiritualidad y la misión de la Universidad del Salvador, el primero de ellos es “Lucha contra el ateísmo”, estableciendo claramente al ateo como el sujeto a combatir. En el año 2009 denuncié a la USAL por discriminación obteniendo un dictamen favorable del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Según el INADI el texto redactado por Francisco “atribuye al ateísmo una valoración negativa, prejuzgando despectivamente su ideología y asociándola a doctrinas y regímenes que han trazado una historia nefasta para la humanidad”. Ese documento fue ratificado por su autor en varias ocasiones hasta la actualidad, mostrando su desprecio por quienes no comparten la visión trascendente del catolicismo.
Bergoglio ocupa el cargo de arzobispo de Buenos Aires el 28 de febrero de 1998 y como consecuencia de ello el título de primado de la Argentina. Ser arzobispo de Buenos Aires lo convirtió en miembro de la Conferencia Episcopal Argentina, de la que fue presidente en dos períodos consecutivos, desde 2005 hasta noviembre de 2011, no pudiendo ser reelecto una vez más por que el reglamento lo prohibía por cuestiones de edad.
En diciembre de 2004 uno de los artistas más reconocido de la Argentina y con una destacada trayectoria internacional, León Ferrari realizó una muestra retrospectiva de 50 años de trabajo. Parte de la obra es crítica de los aspectos más cruentos del cristianismo desde sus inicios hasta la actualidad, pasando por las dictaduras argentinas.
Bergoglio fue la cabeza de lo que se transformo en una cacería de brujas, condenado a la obra de blasfema en una carta pastoral ampliamente difundida, el esfuerzo de la iglesia por cerrar la muestra fue inmenso, pero la participación de destacadas figuras de la sociedad más público general comprometido, lograron impedir la censura de la inquisición católica. La carta firmada por el primado entre otras cosas expresaba: "Hoy me dirijo a ustedes muy dolido por la blasfemia que es perpetrada en el Centro Cultural Recoleta con motivo de una exposición plástica. También me apena que este evento sea realizado en un Centro Cultural que se sostiene con el dinero que el pueblo cristiano y personas de buena voluntad aportan con sus impuestos", su hipocresía queda manifiesta ya que gracias a la dictadura de la década del 70 los obispos, incluyéndolo, cobran enormes sueldos pagados por el Estado argentino.
El 8 de noviembre de 2002, fue nombrado obispo castrense Antonio Baseotto, cargo que, por el acuerdo existente entre la Santa Sede y la República Argentina firmado durante la dictadura de 1957, concede la posición salarial oficial de "subsecretario de Estado". EL obispo Castrense es nombrado por la Santa Sede previo acuerdo con el Presidente de la República Argentina, su función es la dirección del servicio religioso de las respectivas Fuerzas Armadas de Tierra, Mar y Aire.
El 18 de febrero de 2005, Baseotto atacó públicamente la posición del gobierno del Presidente Néstor Kirchner a favor de la despenalización del aborto y el reparto de preservativos a jóvenes, envió una amenazante carta a su Ministro de Salud Ginés González García, que decía: "quienes escandalizan a los pequeños merecen que le cuelguen una piedra de molino al cuello y lo tiren al mar" esta cita de origen bíblico trajo a la memoria los llamados “vuelos de la muerte”, recordemos que los militares golpistas asesinaban a los militantes de pensamiento de izquierda arrojándolos desde un avión al mar.
El gobierno decidió removerlo del cargo en marzo de 2005. Bergoglio expresó: “El único que designa a los obispos en la Iglesia es el Papa” dejando en claro que Baseotto no puede ser echado por el Gobierno y se niega a nombrar un reemplazante. Nuevamente quedó al descubierto su fidelidad incondicional a la iglesia, su adhesión a las expresiones genocidas y el desconocimiento del gobierno democrático.
El 9 de octubre de 2007 el sacerdote católico Christian Federico von Wernich fue hallado culpable de 34 casos de privación ilegitima de la libertad, 31 casos de tortura y 7 homicidios calificados, crímenes perpetrados durante la última dictadura de la Argentina. Fue condenado a reclusión perpetua e inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos, dado que era capellán de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.
La Conferencia Episcopal, bajo la presidencia del arzobispo de Buenos Aires, Beroglio, queriendo desligar de responsabilidad a la iglesia sólo remarcó la "conmoción" de la Iglesia Católica por la "participación de un sacerdote en delitos gravísimos, según la sentencia de la Justicia". Con el silencio y la inacción cómplice del actual Papa, que nuevamente se lavó las manos, von Wernich sigue perteneciendo a las filas de la iglesia católica y dando misa en la cárcel sin haber recibido ningún tipo de sansión por parte del clero.
El 10 de junio de 2009 Julio César Grassi, sacerdote católico argentino paradojicamente fundador de la Fundación Felices los Niños es declarado culpable de dos hechos de abuso sexual y corrupción agravada de menores, y se lo condenó a prisión por 15 años. Durante el proceso Grassi a través de un medio público expresó: “Yo hablé con el cardenal Bergoglio y me dijo, primero, que no me soltó la mano, como algún medio había dicho, que está a mi lado como siempre…” Posteriormente la defensa, la fiscalía y las partes querellantes apelaron el fallo y el 14 de septiembre de 2010, la Cámara de Casación Penal bonaerense rechazó los recursos presentados, dejando al cura sólo con la posibilidad de presentar recursos extraordinarios. Hasta el año pasado gracias al lobby católico Grassi permanecía en libertad. Pero por incumplir las restricciones impuestas por el tribunal, es decir, asistir a la fundación Felices los niños, ahora debe cumplir arresto domiciliario. Nuevamente el máximo representante de la iglesia católica en Argentina mantuvo las políticas tradicionales de la iglesia de silencio y respaldo a los violadores y abusadores de menores.
En diciembre de 2009, monseñor Edgardo Storni fue condenado a ocho años de prisión por abuso sexual agravado a un ex seminarista, por su edad avanzada cumplió arresto domiciliario. En abril de 2011, la Cámara Penal de los Tribunales santafesinos anuló la sentencia por un tecnicismo administrativo y ordenó que se dicte un nuevo veredicto, pero en el 2012 Storni fallece en la impunidad.
En octubre de 2002 el prelado debió renunciar a su cargo de obispo por los escándalos, debidos a las denuncias de abusos sexuales y acoso a 47 seminaristas. Durante el proceso la iglesia se pronunció "Hay una causa en la Justicia y eso sigue su curso", esas fueron las palabras del vicepresidente segundo del Episcopado, el cardenal Jorge Bergoglio. Eso fue todo lo que se escuchó oficialmente por parte del clero, hasta el día de hoy, incluso después de la sentencia. Como siempre silencio, complicidad y apoyo legal y económico al ex obispo desde la oscuridad clerical.
Durante el año 2010 Bergoglio fue citado a declarar en tres ocasiones, y como siempre se negó a hacerlo, en el pasado su negativa fue por cuestiones de salud durante el juicio a las Juntas militares. Finalmente accedió a hacerlo como testigo en el juicio por el Plan Sistemático de apropiación de bebes y en la megacausa ESMA ante un tribunal oral en su propia oficina de cardenal primado, privilegio que la dictadura le dio a la curia en el artículo 250 del Código Procesal Penal. (Testimonio: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
El interrogatorio se centró en dos causas, la primera en los testimonios que aseguran que Bergoglio entregó a los sacerdotes jesuitas Orlando Yorio y Francisco Jalics, quienes hacían trabajo social en un sector muy pobre del barrio de Flores de la ciudad de Buenos Aires y fueron secuestrados en mayo de 1976, al inicio de la dictadura. Cinco meses después recobraron la libertad, luego de sufrir la tortura de los interrogatorios en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA). La segunda respecto a su conocimiento sobre la apropiación de bebes de los secuestrados y asesinados por parte de los genocidas. En ambos casos el Cardenal brindó muy pocos datos, alegando que no recordaba nombres y tampoco conocía la existencia de documentación en los archivos de la iglesia. Existe clara evidencia que lo compromete y desmiente sus dichos, prueba de ello es que cuando dejo su cargo aparecieron documentos que él ocultó a la justicia y que estaban en dependencias de la Conferencia Episcopal Argentina que presidió durante seis años.
En el 2010 se intensificó el debate sobre la legislación para autorizar el matrimonio entre personas del mismo sexo, Bergoglio fue un férreo opositor llevando su causa al extremo de guerra santa y desparramando una abundante verborragia discriminadora, esto queda en evidencia en sus propias palabras: "No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios"
"No se trata de un mero proyecto legislativo (éste es sólo el instrumento) sino de una "movida" del padre de la mentira que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios"
“El proyecto de ley se tratará en el Senado después del 13 de julio. Miremos a San José, a María, al Niño y pidamos con fervor que ellos defiendan a la familia argentina en este momento. Recordémosle lo que Dios mismo dijo a su pueblo en un momento de mucha angustia: ‘esta guerra no es vuestra sino de Dios’. Que ellos nos socorran, defiendan y acompañen en esta guerra de Dios”
Algunos pocos sacerdotes que se animaron contradecir al cardenal Bergoglio y a apoyar el matrimonio igualitario. Uno de ellos fue el sacerdote Nicolás Alessio, que rápidamente fue expulsado de la curia, con motivo de ello el cura dijo: “Me han condenado y expulsado por opinar distinto. Y tenga en cuenta usted que esa misma Iglesia ni siquiera le ha puesto una sola amonestación a sacerdotes pederastas como el Obispo (Edgardo Gabriel) Storni, que vive cómodamente aquí en La Falda, en las sierras de Córdoba; o a (Julio César) Grassi: ambos con condenas judiciales por abusar de menores. Tampoco hubo sanción para (Christian) von Wernich, condenado por delitos de lesa humanidad. Da la impresión entonces que esta iglesia tolera a torturadores y violadores en sus filas; pero no a quien piense diferente y se anime a decirlo en público. “
A pesar del embate clerical y el lobby en el Congreso de la Nación el día el 15 de julio de 2010 el país se convirtió en el primero de América Latina en reconocer este derecho en todo su territorio nacional.
Bergoglio siempre se manifestó como un duro opositor a la despenalización voluntaria del embarazo, en todos los casos, incluyendo los que la legislación argentina considera no punibles, por ejemplo en caso de que el embarazo sea producto de una violación, llegó a decir que su instrumentalización era algo “lamentable”. En la Argentina por abortos clandestinos son gravemente perjudicadas incluso mueren cientos de mujeres, pero el nuevo Papa llama “cultura de la muerte” a quienes defienden el derecho a decidir de la mujer y poder decidir sobre su propio cuerpo.
En el 2010, desde el lujoso Alvear Palace Hotel de la ciudad de Buenos el reciente pontífice de la iglesia católica intervino en un seminario sobre Políticas Públicas, organizado por la Escuela de Posgrado Ciudad Argentina (Epoca), la Universidad del Salvador y la Carlos III de Madrid, es decir por instituciones privadas y elitistas. El cardenal rodeado de los máximos exponentes del neoliberalismo de la década de los ´90 que llevaron a la Argentina a su peor crisis disertó y firmó un documento de clara oposición al gobierno, dejando en claro su postura política. Hizo sonar con fuerza una frase sobre la pobreza, dijo que es "inmoral, injusta e ilegitima". Recordemos que el Estado argentino gasta cada año 7,2 millones de dólares en sueldos y viáticos de Obispos, sacerdotes y seminaristas. En el caso de los obispos son 96 los que cobran 4400 dólares mensuales libres de impuestos, gracias a decretos ley de la última dictadura.
Se habla de que Bergoglio es un promotor del diálogo interreligioso, pero lo hace con los sectores más reaccionarios de otros cultos, como el caso del evangelismo representado por la ex diputada Cinthia Hotton, que fue una furiosa opositora a la ley de matrimonio igualitario. La legisladora con el aval público de Francisco presentó un Proyecto de ley de “libertad religiosa”, que violaba todo concepto de Estado Laico, gracias a la militancia de agrupaciones de creyentes y no creyentes se logró que no prospere.
Un día después de la designación de Bergoglio como Papa de la iglesia católica apostólica romana, los represores que actualmente están siendo juzgados por los crímenes de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar, en el centro clandestino de detención "La Perla", lucieron en la audiencia judicial distintivos con los colores de la bandera del Vaticano. Recordemos que durante los festejos del bicentenario de la patria la jerarquía católica, con Francisco como máxima autoridad, pidió informalmente una amnistía para los genocidas, pero el gobierno dejó sin tratamiento debido a que la iglesia finalmente no asumió la responsabilidad del pedido.
Para los argentinos y latinoamericanos comprometidos con los DDHH, la designación de Bergoglio no es una buena noticia, conocemos su trayectoria y de lo que es capaz. Con seguridad que la lucha por una Latinoamérica completamente secular será una ardua batalla contra las huestes clericales.
Ing. Fernando Esteban Lozada
Portavoz para Latinoamérica de la Asociación Internacional del Libre Pensamiento (AILP)
Miembro de la Coalición Argentina por un Estado Laico (CAEL).
Presidente del Congreso Nacional de Ateísmo en Argentina.
Ex presidente y titular de relaciones interinstitucionales de la Asociación Civil Ateos Mar del Plata.
Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
Razion- Moderador/a
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- Mensaje n°76
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
Sigo agregando info para combatir el exitismo sensacionalista y el bombardeo que se hace desde los medios respecto a este personaje (por lo menos en Argentina, por obvias razones).
UyL- Gran camarada
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- Mensaje n°77
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
Permiso, me parece que están meando afuera del tarro. Aunque la teoría de que la elección de Bergoglio se le ocurrió a Ratzinger cuando se enteró que Chávez pasaba para el otro lado da para un tomo de Dan Brown.
Yo no tengo, y por lo que leí acá ustedes tampoco tienen ninguna información confiable para afirmar con seguridad que Bergoglio colaboró con la dictadura. Y entiendo que afirmar semejante cosa necesitamos tener información confiable, pero acá se encolumnan ciegamente atrás de personajes como Verbitsky, que sí colaboró con la dictadura.
Otra cosa que quiero decir es que me parece un gran error poner este tema en Ateísmo, es el hecho que más repercusiones políticas va a tener en mucho tiempo, y no da para ponerse a discutir la no existencia de Dios.
Saludos a todos, y recen por mí.
Yo no tengo, y por lo que leí acá ustedes tampoco tienen ninguna información confiable para afirmar con seguridad que Bergoglio colaboró con la dictadura. Y entiendo que afirmar semejante cosa necesitamos tener información confiable, pero acá se encolumnan ciegamente atrás de personajes como Verbitsky, que sí colaboró con la dictadura.
Otra cosa que quiero decir es que me parece un gran error poner este tema en Ateísmo, es el hecho que más repercusiones políticas va a tener en mucho tiempo, y no da para ponerse a discutir la no existencia de Dios.
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PequeñoBurgués- Colaborador estrella
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- Mensaje n°78
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
UyL escribió:Permiso, me parece que están meando afuera del tarro. Aunque la teoría de que la elección de Bergoglio se le ocurrió a Ratzinger cuando se enteró que Chávez pasaba para el otro lado da para un tomo de Dan Brown.
Yo no tengo, y por lo que leí acá ustedes tampoco tienen ninguna información confiable para afirmar con seguridad que Bergoglio colaboró con la dictadura. Y entiendo que afirmar semejante cosa necesitamos tener información confiable, pero acá se encolumnan ciegamente atrás de personajes como Verbitsky, que sí colaboró con la dictadura.
Otra cosa que quiero decir es que me parece un gran error poner este tema en Ateísmo, es el hecho que más repercusiones políticas va a tener en mucho tiempo, y no da para ponerse a discutir la no existencia de Dios.
Saludos a todos, y recen por mí.
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Razion- Moderador/a
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- Mensaje n°79
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
UyL escribió:Permiso, me parece que están meando afuera del tarro. Aunque la teoría de que la elección de Bergoglio se le ocurrió a Ratzinger cuando se enteró que Chávez pasaba para el otro lado da para un tomo de Dan Brown.
Yo no tengo, y por lo que leí acá ustedes tampoco tienen ninguna información confiable para afirmar con seguridad que Bergoglio colaboró con la dictadura. Y entiendo que afirmar semejante cosa necesitamos tener información confiable, pero acá se encolumnan ciegamente atrás de personajes como Verbitsky, que sí colaboró con la dictadura.
Otra cosa que quiero decir es que me parece un gran error poner este tema en Ateísmo, es el hecho que más repercusiones políticas va a tener en mucho tiempo, y no da para ponerse a discutir la no existencia de Dios.
Saludos a todos, y recen por mí.
El tema del Papa se debe abordar desde lo político.
Entiendo UyL que te hacés eco de las declaraciones de tu partido que ven como positiva la designación de Bergoglio, ya que "Tuvimos coincidencias, con el cardenal Bergoglio, en temas como la pobreza, la trata, la droga, el trabajo esclavo, por Malvinas, Cromañón, la masacre de Once, etc. Y tenemos desacuerdos profundos en temas como los que hacen a la concepción de la iglesia sobre la mujer y la familia, y sobre la necesidad de la lucha de clases para acabar con toda forma de opresión y explotación.
La enorme mayoría de nuestra población es católica. Sin el apoyo de una gran parte de ellos jamás triunfará la revolución democrática popular, agraria y antiimperialista, ni será posible su paso ininterrumpido al socialismo. No somos católicos. Somos comunistas. Ateos. Pero respetamos, y respetaremos siempre, los sentimientos religiosos del pueblo, así como los respetaron las revoluciones socialistas triunfantes en China y otras naciones. Hemos sido testigos de ello."
No se desde cuando, un tipo de derecha, miembro de la Guardia de Hierro, de lo peor del peronismo (aunque supongo que también desconocerán quienes lo defienden esta militancia), y denunciado por colaboración con la dictadura (denuncia con más pruebas que las que presentan los que lo defienden desligándolo de la misma), necesita tanta prueba judicial para ser catalogado o no de cómplice de la dictadura. Muchos dirigentes de la burocracia sindical, son conocidos miembros de organizaciones parapoliciales y entregadores de dirigentes clasistas y combativos, y no esperamos a que la justicia los designe como tales para juzgarlos. Si aqui hubiera existido la denominada "reconciliación nacional" y Videla y cia, hubieran sido liberados de culpa y cargo por la justicia, no hubieran dejado de ser los vendepatrias y asesinos que fueron -ni hubieran aparecido los 30000, ni los bebés expropiados-, ni se hubiera esfumado la condena popular contra los genocidas.
Verbitsky, seguro que será muchas cosas, pero también conoce bien a los que militaban en aquella época y su relación con los milicos. Prefiero leer sus denuncias (aunque fuera de alguien que proviene del palo, o acaso no es válido cuando tipos como Videla -que no lo comparo con Verbitsky- denuncian quienes fueron sus cómplices) antes que comerme que el Papa es un verdadero hijo del Pueblo, Nacional, popular, latinoamericano, y revolucionario.
Saludos
Platon- Miembro del Soviet
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- Mensaje n°80
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
¿Algún sacerdote acaso no se posiciona de palabra en contra de la pobreza, de la trata, etc.?, ¿existe acaso algún sacerdote que no pertenezca a un país imperialista que se posicione en contra de que las Malvinas sean argentinas? Si vamos a emitir un juicio de valor porque alguien de palabra está en contra de la pobreza, etc., a favor de que las Malvinas sean argentinas y que no colaboró con la dictadura (o no tenemos pruebas de ello) entonces deberíamos acercarnos al hijo inútil de Francisco Macri.como la pobreza, la trata, la droga, el trabajo esclavo, por Malvinas, Cromañón, la masacre de Once, etc.
UyL- Gran camarada
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- Mensaje n°81
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
Entendés mal, Razion, no me hacía eco de nada ni tampoco estaba haciendo ninguna valoración. Planteé que para afirmar que Bergoglio colaboró con la dictadura habría que tener información confiable, y que yo no tenía esa información. También me parece que ustedes tampoco tienen esa información. Eso es lo que yo dije, sencillo.
A mí no me importan las pruebas judiciales, yo hablo de información confiable, para empezar que no venga de Verbitsky porque a un tipo que colaboró con la dictadura yo no le creo nada.
El problema es que parece que necesitan que Bergoglio haya colaborado con la dictadura para que no sea “un verdadero hijo del Pueblo, Nacional, popular, latinoamericano y revolucionario”. Y no es así, haya colaborado con la dictadura o no, Bergoglio no es eso.
Podríamos hacer una recopilación de gente respetable afirmando que Bergoglio no colaboró con la dictadura, y del otro lado lo único que hay es una operación de sectores muy oscuros. También desde ya, las voces a favor Bergoglio pueden responder a una operación de otros sectores. Si no les da para dudar, los Papas deberían ser ustedes.
No voy a intentar demostrar que no colaboró, cosa que tampoco puedo afirmar, pero no es mejor equivocarse para un lado que equivocarse para el otro.
Otro tema es que acá se dicen muchas barbaridades ¿Cómo pueden igualar a Guardia de Hierro con la Triple A? No sé si es desconocimiento o si realmente no ven las enormes diferencias entre una y otra organización. Con cualquier opción, ya tienen un problema para entender de qué se está hablando.
A mí no me importan las pruebas judiciales, yo hablo de información confiable, para empezar que no venga de Verbitsky porque a un tipo que colaboró con la dictadura yo no le creo nada.
El problema es que parece que necesitan que Bergoglio haya colaborado con la dictadura para que no sea “un verdadero hijo del Pueblo, Nacional, popular, latinoamericano y revolucionario”. Y no es así, haya colaborado con la dictadura o no, Bergoglio no es eso.
Podríamos hacer una recopilación de gente respetable afirmando que Bergoglio no colaboró con la dictadura, y del otro lado lo único que hay es una operación de sectores muy oscuros. También desde ya, las voces a favor Bergoglio pueden responder a una operación de otros sectores. Si no les da para dudar, los Papas deberían ser ustedes.
No voy a intentar demostrar que no colaboró, cosa que tampoco puedo afirmar, pero no es mejor equivocarse para un lado que equivocarse para el otro.
Otro tema es que acá se dicen muchas barbaridades ¿Cómo pueden igualar a Guardia de Hierro con la Triple A? No sé si es desconocimiento o si realmente no ven las enormes diferencias entre una y otra organización. Con cualquier opción, ya tienen un problema para entender de qué se está hablando.
No estás entendiendo nada y el tema es demasiado grande para vos.Platon escribió:¿Algún sacerdote acaso no se posiciona de palabra en contra de la pobreza, de la trata, etc.?, ¿existe acaso algún sacerdote que no pertenezca a un país imperialista que se posicione en contra de que las Malvinas sean argentinas? Si vamos a emitir un juicio de valor porque alguien de palabra está en contra de la pobreza, etc., a favor de que las Malvinas sean argentinas y que no colaboró con la dictadura (o no tenemos pruebas de ello) entonces deberíamos acercarnos al hijo inútil de Francisco Macri.como la pobreza, la trata, la droga, el trabajo esclavo, por Malvinas, Cromañón, la masacre de Once, etc.
surfas- Colaborador estrella
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- Mensaje n°82
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
A mí no me importan las pruebas judiciales, yo hablo de información confiable, para empezar que no venga de Verbitsky porque a un tipo que colaboró con la dictadura yo no le creo nada.
De acuerdo.
Ya lo dije varias paginas atras, Bergoglio tiene cosas nefastas para criticarle, pero al perro no le creo un carajo y en este thread todo viene del peyito.
IonaYakir- Moderador/a
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- Mensaje n°83
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
UyL se queja de que hay pocas pruebas para acusar al fascista Bergoglio (ahora deidad de la institución mas retorcida y retrograda que conoció alguna vez la humanidad), pero habla de la "ya conocida" complicidad de Verbitsky con la dictadura... Jaja, será el camarada creyente? La mayoría de los kirchneristas catolicos que hasta hace poco si les hablabas de bergoglio te escupían un ojo, ahora derraparon y entran en alabanzas con el nuevo papa, como Mariotto.
Los únicos argumentos con los cuales se cuelgan los que acusan a Verbitsky de transar con los milicos, son porque la gente con la cual éste se vinculaba fueron chupados, no es por defender al peronista éste, pero es absurdo. Muchos perdieron gente durante los 70 y hoy siguen vivos, y no por eso traicionaron a su gente...
Los únicos argumentos con los cuales se cuelgan los que acusan a Verbitsky de transar con los milicos, son porque la gente con la cual éste se vinculaba fueron chupados, no es por defender al peronista éste, pero es absurdo. Muchos perdieron gente durante los 70 y hoy siguen vivos, y no por eso traicionaron a su gente...
Razion- Moderador/a
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- Mensaje n°84
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
Comparto esta nota incluso antes de leerla. Su autor no puede ser acusado de cómplice de la dictadura, ni negada su militancia combativa, por más que hoy sea funcionario del kirchnerismo. Dicho sea de paso, es una de las principales figuras que invita la izquierda en muchos de sus debates.
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Martes, 19 de marzo de 2013
¡Dios mío! > Opinión
¿Un Vaticano peronista?
Por Horacio González
Como en el Medioevo, se ha desparramado por el mundo una profusa gestualidad que convierte la política en una nueva hermenéutica, una ciencia de los signos con interpretaciones que se sitúan entre lo cabalístico y las más diversas hechicerías. Nunca como hoy, en plena era de los medios, la política de gestos se establece como arte interpretativo, ya no de la manera en que los viejos cultores de la razón económica analizan la curva de precios, sino el orden simbólico que se puede analizar por el misterioso significado de la curva de desgaste de los sencillos zapatos del Papa, sin hablar de los sillones despojados en que se sienta, del tamaño y la materia de su cruz pectoral y del tiempo que insume viajando en ómnibus para abonar de su propia faltriquera una cuenta impaga de hotel.
Entre las tantas reflexiones surgidas de un arsenal siempre disponible de reacomodamientos humanos, leemos en paredes y escuchamos en comentarios diversos la expresión “el papa peronista”. Por muchas razones está equivocada, pero es tan dificultoso descubrir la raíz del error como perentorio hacerlo. Bergoglio, sin duda, es un habiloso tejedor de lenguajes, donde entre sus glosas sobre las escrituras, siempre un tanto marciales, como corresponde a los hijos del santo capitán Ignacio de Loyola, suelen colarse expresiones barriales. Ya en el Vaticano dijo que si no se camina hacia Jesucristo, abandonando un estado de “ONG piadosa, la religión o el propio Vaticano pierden el rumbo”. Y remató: “Así la cosa no va”. Es el idioma de los argentinos, seguramente con un lejano aire tomado de las jergas del idioma italiano. De algún modo, “así no va la cosa”, parece un latinazgo, pero del barrio de Balvanera, Boedo o de las esquinas de Buenos Aires en donde, según piadosos testigos, se ve a Bergoglio ir a comprar remedios a la farmacia “a sus pobres curitas”.
Vaya, que sea “así la cosa”, o “così la cosa”, puede permitir a muchos interpretar que ahora cambiaría todo, que expiraría el largo período de pobreza en el mundo y las grandes casamatas eclesiásticas comenzarían a pensar en su propia conciencia agrietada y a exonerarse a través de una nueva conciencia social. Y hasta en los ensueños más audaces, en un llamado contra el colonialismo. He aquí el Papa que emerge de conglomerados humanos que viven en el barro, que toma mate en los balcones del Vaticano y hará asaditos en parrilladas argentinas cerca de los frescos de Miguel Angel, lo que nadie se animará a criticarle. Algún que otro gol de un equipo argentino, podrá verse inspirado, en la voz de relatores imaginativos, en la vida de este hombre austero. Vaya, vaya, quizá sea così la cosa. Los jesuitas son pintados en Rojo y Negro, de Stendhal, como personajes cuyo pensamiento yacía bajo rostros inescrutables, siendo los proveedores de la máxima condición conspirativa en la Europa moderna, por la necesidad de actuar bajo diversas formas de clandestinidad frente a las acciones que les dirigen las monarquías del siglo XVIII, considerándolos “un Estado dentro del Estado”. Un escrito apócrifo tuvo cierta circulación entre los siglos XVII y XIX, la Monita secreta societatis Jesé, considerado el vademécum de la “conspiración jesuítica” que se abatiría sobre el mundo y que podía ser colocada sobre el bastidor del naciente marxismo. En efecto, los jesuitas fueron tan conspiradores como a otros se les atribuyen feroces conspiraciones contra ellos. Y desde luego fueron víctimas de muchas de ellas. Soldados y clérigos a un tiempo, no se privaban de amenazar a las instituciones monarquistas, imperiales o republicanas durante diversos períodos históricos. A los influjos de estos relatos conspirativos, no siempre injustos contra la Orden más conservadora, pero modernamente militante, no eran ajenos ni Stendhal, ni Eugenio Sue ni Michelet.
No olvidemos que es una orden de cuño militar y que actúa en destacamentos de frontera. Conocemos las famosas “Misiones”, raro y complejo experimento tomado como ejemplo de comunidad utópica por muchos, y por eso mismo condenado por Sarmiento, que tiene a los jesuitas como obsesión permanente, al punto de que una de las consignas de Loyola (“perinde ac cadáver”: disciplinado como un cadáver) es motivo de ridiculización en sus más diversos escritos, y se la dedica polémicamente al pobre Alberdi, que de jesuita no tenía nada. Pero en el índex sarmientino, el poverello Alberdi figura con ese pesaroso mote. Las fronteras del jesuitismo incluyen los confines ideológicos del marxismo. En el siglo XX, es el jesuita Calvet el que escribe un gran libro sobre Marx, también un trabajo, en este caso de calidad, en las fronteras de la ideología. Lo cierto es que la Compañía es una majestuosa interpretación del barroco político, como forma moderna de sujeción de lo popular dentro de grandes intuiciones místicas. Los jesuitas se destacaron con sus traducciones de los idiomas de los pueblos sujetados: son autores de los más importantes diccionarios de traducciones del guaraní al español. Enemigos de los Borbones de España, incluso llegaron a malquistarse con un papa que admitió sus sucesivas expulsiones de sus propias provincias, entidades territoriales diseñadas por ellos según su propia geopolítica universal, lo que les daba un gran poder frente al Vaticano. Aunque en nombre de él se expresaban, sin dejar también de disputarle posiciones.
Leopoldo Lugones, mucho antes de su incursión en un ultramontanismo, igual al que muchos jesuitas compartieron y toleraron luego, escribe en El imperio jesuítico una crítica monumental repleta de grandes análisis de signos y símbolos de la Compañía de Jesús, desde el punto de vista de la autonomía de la república liberal, que no podía permitirse, como tantos ya lo habían dicho, “un Estado dentro del Estado”. Este libro es un antecedente de dos grandes trabajos posteriores, El mito de la nación católica, de Loris Zanatta, y la gran investigación de Horacio Verbitsky sobre la historia política de la Iglesia argentina, cada uno con sus profundas características.
Volvamos a la improvisada noción de “papa peronista”. Además de su equivocada inconsistencia histórica, se priva de considerar las hondas implicancias del nombramiento de Bergoglio y su trabajo sobre los nombres, que no incluyen sólo a Loyola sino al poverello Francisco, que intentó cristianizar a los musulmanes –misión que como se sabe estaba muy lejos de poder ser exitosa incluso para alguien tan pobre y tan hábil–, pero se conservan sus parábolas de Gubbio, donde cristianizó a un viejo lobo y después de otros milagros que sin duda son ajenos a la tradición jesuítica, murió con las señales de las heridas místicas provocadas por el mismo Jesús reaparecido, como signos de su propia crucifixión doliente. La vida de Francisco de Asís, en el santoral, replica la de Jesús. El tema de fondo es la identificación mística con la vida popular, entendida como entramado de leyendas, ante cierta incomprensión de las jerarquías religiosas o políticas.
La mezcla de jesuitismo y franciscanismo que imaginó Bergoglio con sus primeras exhibiciones de “estigmas vivientes” –en este caso no clavos ardientes sino zapatos de uso común, sentarse fuera del trono, no usar mitra– deriva en un debate profundo para nuestro país. Decir “el papa peronista” es una figura alegórica de engañosos resultados en cuanto a esta polémica. Bergoglio, en realidad, viene a cerrar de un modo oscuro los grandes debates de los años ’70, que implicaban distintas interpretaciones sociales, políticas y teológicas. Viene a cerrarlo con rostro conservador y astuto (recordemos que la astucia era la principal virtud que Julien Sorel, el personaje de Stendhal, les atribuía a los jesuitas, con perdón de los otros grandes representantes de la orden intelectual de la Iglesia, que cuenta con insignes escritores e investigadores). Lo cierto es que estaba aún en tensión en estos años de historia nacional la antigua querella entre los sacerdotes tercermundistas que hacían “la opción por los pobres” y la idea de controlar la pobreza con el ingenio militante propio del jesuitismo conservador. Se habría impuesto al fin éste, con rara facilidad, aunque en el misterio, mayor que el de una misa, de la reciente votación vaticana.
Tenemos ahora un papa que bendice a todos “urbi et orbi”, según la ironía del propio Perón, que habría sido superado en estos días por la propia Iglesia, ya en condiciones de bendecir realmente a todo el mundo, desde Lilita Carrió hasta Binner, desde al jugador de fútbol que pone en su camiseta el rostro papal hasta los devotos del “papa peronista”. La broma “todos son peronistas” se convertiría en política real por primera vez en la historia argentina: todos son papistas. Lo que ningún papa del pasado habría logrado con la totalidad de los duques y emperadores del Medioevo. Por el momento, esta fruición incluye a los condenados por crímenes contra la humanidad, y es deseable que por fin Bergoglio, con su nombre o con el otro manto lingüístico casi milenario que se puso, pueda decir qué significan su nombre terrenal y su nombre celestial, haciendo lo que hasta ahora no hizo. Sabemos que no quiere ser una ONG misericordiosa. No sabemos aún si quiere esclarecer el pasado o desea astutamente saldar el conflicto de las décadas pasadas en medio de vaporosas tinieblas, enfundando a las clases populares en un orden místico conservador populista, desviándolas de un destino latinoamericano más justo. En este otro destino, debemos ser insistentes en esto, una latencia cristiana social conviviría dignamente con todas las vetas emancipadoras, con las que también podría redimirse un cristianismo enmohecido, no sólo porque no usó sandalias de pescador.
Ahora, cuando decimos el nombre, como si fuera un pigmento secreto, de Guardia de Hierro, no es ni para distraernos con juicios diferidos hacia una “Orden laica” interna del peronismo, ni usar el fácil exorcismo de los que dicen no olvidar, pero su renuencia a olvidar la ejercen mal. Esta es una cuestión presente y de la que es menester hablar con circunspección. Disuelta esa Orden interna del peronismo, que era un acto de paciente espera mimético en el seno de un orden popular e institucional mayor, quedó como espectro errante su espíritu de centinelas de las “misiones” disciplinadoras. La otra versión evangélica, asociada a diversas insurgencias y a hombres armados, y que supo invocar a la “teología de la liberación”, parecía ser la que se había transfigurado, luego de cuatro décadas, hacia zonas de cambio social más reposadas y viables, como las que en parte proponía el kirchnerismo. Este movimiento acude a nombres como el de Cámpora, cercano a esas teologías de emancipación (entre laicas y místicas) y desconocedor de las teologías políticas más fuertes, muy decisionistas y a la vez poseedoras de nociones más estatistas. Recordemos la idea de “organizaciones libres del pueblo”, de tintes neoderechistas, que moran en los recuerdos de la lengua de Guardia de Hierro y no dejan de evocarse en las homilías de Bergoglio. Son más popularistas que estatistas.
Este debate es como si viniera a cerrarse muchas décadas después, no en la Argentina, sino en el Vaticano. Bergoglio, más allá que haya tenido contactos con aquella disuelta organización y de su dudoso comportamiento en aquellos años, pertenece a esta saga política del “encuadramiento de lo popular” actuando en el “interior” de esquemas estatales o militares, para realizar un nuevo activismo que en este caso, como “organización popular libre”, disputará la dirección de los pueblos que se rigen por un noción no empaquetada de emancipación social. Pueblo organizado libremente, en esta versión, tiene aires de provincia jesuítica y ahora será enigma para vaticanistas. “Caminar hacia Jesucristo, si no la cosa no va”, dijo Bergoglio en su lengua laminada por lo popularesco. Ratzinger era un intelectual más conservador aún, también de dudoso pasado, y que había dicho en su debate con Habermas que “Cristo es la estructura del mundo”. Noción demasiado spinoziana y clausurada, para poder actuar en ese “caminar”, que en Francisco (“llámenme padre Bergoglio”, dice, como podría decir “llámenme Ismael”) se resuelve en un llamado a la militancia más conservadora. Llamarlo “papa peronista” se revela entonces, si no fuera una astucia menor, como un lamentable traspié. No quiere este escrito ser anticlerical, como fácilmente imaginan los vertiginosos publicistas vaticanos, que mal copian a las grandes agencias publicitarias de la globalización, sino desentrañar en la fe de los pueblos y en nuestras propias “creencia en las creencias”, el destino no sólo de la democracia profunda en un país, sino también del alma de las religiones mundiales, que deben despojarse de sus préstamos teológicos a los peores cerrojos políticos que sufren los pueblos del mundo.
* Director de la Biblioteca Nacional, profesor de la UBA.
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Última edición por Razion el Miér Mar 20, 2013 3:27 am, editado 1 vez
Camarada Carlos León- Novato/a rojo/a
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- Mensaje n°85
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
desde mi opinion este papa ha sido colocado por un objetivo muy claro de frenar y de poner fin a los procesos de enmancipacion y de revolucion que se esta dando en america latina solo basta ver las declaraciones de una de las archienemigas de la revolucion venezolana como lo es la nitu perez osuna donde dijo en su cuenta de twitter que "antes con juan pablo II acabo con el comunismo en la europa del este ahora con el papa francisco se acabaran todos los males en america latina" como vemos los poderes mundiales lo han elegido papa con el claro objetivo de destruir los procesos de enmancipacion en america latina sobretodo en los paises donde se estan dando revoluciones verdaderas como las de cuba venezuela ecuador bolivia y nicaragua por eso se acordaran de mi cuando este papa hable pestes en contra de venezuela ecuador bolivia cuba y nicaragua
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- Mensaje n°86
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
Yo sí hice el sacrificio de leer lo que escribe González y no dice que Bergoglio haya colaborado con la dictadura.
Edito y agrego, porque encontré esto que dijo González: "Más allá de la posición de Bergoglio en la dictadura, que no desprecio analizarla como hizo Horacio Verbitzky, de ninguna manera, pero no pondría el énfasis sólo en eso". Por lo tanto, lo único que tenemos es la operación de siempre, y para colmo Verbitsky se escribe con z.
¿Nadie se animó a escuchar otras voces? ¿O eso es de la "corpo"?
Edito y agrego, porque encontré esto que dijo González: "Más allá de la posición de Bergoglio en la dictadura, que no desprecio analizarla como hizo Horacio Verbitzky, de ninguna manera, pero no pondría el énfasis sólo en eso". Por lo tanto, lo único que tenemos es la operación de siempre, y para colmo Verbitsky se escribe con z.
¿Nadie se animó a escuchar otras voces? ¿O eso es de la "corpo"?
Razion- Moderador/a
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- Mensaje n°87
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
UyL escribió:Yo sí hice el sacrificio de leer lo que escribe González y no dice que Bergoglio haya colaborado con la dictadura.
Edito y agrego, porque encontré esto que dijo González: "Más allá de la posición de Bergoglio en la dictadura, que no desprecio analizarla como hizo Horacio Verbitzky, de ninguna manera, pero no pondría el énfasis sólo en eso". Por lo tanto, lo único que tenemos es la operación de siempre, y para colmo Verbitsky se escribe con z.
¿Nadie se animó a escuchar otras voces? ¿O eso es de la "corpo"?
Al momento de publicar no había leído lo de González (no implica que no lo hiciera luego de publicarlo), debido a que recién llegaba y me pasaron la noticia, que me parece importante compartir, lo hago como regla general, incluso de aquellas que refuten mis posiciones. Recomiendo dejar las chicanas aparte, otras veces lo he mencionado con vos, ensucian las discusiones al pedo. Si uno es capaz de leer libros -y como no subestimo a las personas, sobre todo militantes, es una capacidad que hago extensiva a todos los que participan de un debate o foro de discusión- supongo que un par de párrafos no hacen la diferencia en lo que se refiere al "sacrificio" que mencionás. ¿De verdad subestimás de tal forma con quienes debatís?¿O simplemente es chicana pura?
Respecto a la nota en sí, como mencioné anteriormente, el nombramiento del Papa, debe verse desde lo político. Colaborador o no de la dictadura (esta "operación" y denuncias no son actuales por otro lado), no representa a mi entender, un avance progresista sobre la cúpula eclesiástica, no es una persona con tradición militante popular, y sigue siendo un reaccionario disfrazado de popular debido a que la situación actual lo requiere.
UyL- Gran camarada
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- Mensaje n°88
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
Te aclaro que lo del sacrificio en todo caso era una chicana para González, que me parece ilegible y no entendí nada de lo quiso decir. No fue por lo tanto ni chicana ni subestimación.
PequeñoBurgués- Colaborador estrella
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- Mensaje n°89
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
Un artículo con un punto de vista distinto:
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Francisco, un Papa para la crisis
No sonaba nada en absoluto, si lo hizo en el Cónclave del 2005, pero finalmente el elegido como Papa ha sido el Cardenal Bergoglio. Es de la orden de los jesuitas, muy querida por el administrador de este blog, que tiene en su historial un indudable compromiso con los pobres y con el desarrollo democrático de los pueblos desde el Concilio Vaticano II y la XXXIII Congregación General. Dentro de dicha orden religiosa, Jorge Mario Bergoglio representa una postura más moderada que la de los exponentes de la Teología de la Liberación pero sin introducirse dentro del rancio tradicionalismo católico que profesaba su antecesor.
La Iglesia, en plena crisis, opta por Bergoglio como sucesor del dimisionado Ratzinger. El primer Papa jesuita y el primero de América Latina, también el primero que toma como nombre de Papa el de Francisco y el primero que no lleva el nombre numerado. También fue el primero en pedir la bendición al pueblo antes de bendecirlo él y el primero en presentarse sin los bastos atuendos papales, saliendo únicamente con su hábito de Papa. Sin duda, desde el principio, Bergoglio supone ya un cambio con respecto a lo vivido anteriormente en la Iglesia Católica. Supone el fin de un programa eclesiástico que viene dominando desde el pontificado de Juan Pablo II.
Para el progresismo católico supone una alegría, una entre tantas penas vividas, que espera de él un Papa reformista en la línea de Juan XXIII. Siento gran estima por el Papa Bueno, pero no creo que Bergoglio llegue a semejante nivel. Hay similitudes entre ambos pontífices, por ejemplo su procedencia del mundo pobre, pero creo que ambos representan cosas distintas. Juan XXIII revolucionó la Iglesia con su aptitud, sus encíclicas, sus reformas y con la convocatoria del Concilio Vaticano II (que no vio clausurar). No creo que el Papa Francisco esté en ese nivel. Si creo, en cambio, que puede ser un papado más o menos renovador, de altibajos, que intente afrontar con mejor o peor fortuna los retos lanzados por un mundo cambiante, por eso la comparación con Pablo VI es más justa que la que se le pueda hacer con Juan XXIII.
La elección de Bergoglio nos trae muchas cosas a la cabeza. La primera es la enorme crisis que vive la Iglesia, sobre todo la Iglesia en Europa y en especial la Iglesia más vinculada a la curia del Vaticano. El Papa Francisco viene de América Latina, los cardenales se fueron casi al fin del mundo para elegir al sucesor de Ratzinger, una tierra que merecía desde hacía mucha tiempo un reconocimiento por parte de la Iglesia Universal. Hace más de 500 años los europeos fueron a América para evangelizar a sus gentes, ahora será un Papa de América Latina el que asuma la difícil misión de reevangelizar Europa enseñándoles a redescubrir un cristianismo que en este continente, en especial en el Vaticano, estaba completamente olvidado.
También el hecho de que haya sido elegido como Papa un jesuita supone un reconocimiento a la Compañía de Jesús después de muchos años con una situación incómoda dentro de la Iglesia, con conflictos que ponían en duda el compromiso de dicha orden religiosa con el voto de obediencia al Papa. Sin duda los jesuitas y otras muchas órdenes religiosas han sufrido el excesivo apoyo del papado de Juan Pablo II en el Opus Dei, Kikos, Legionarios de Cristo y Comunión y Liberación. Ahora es el turno de los religiosos, posicionados en las fronteras, en permanente diálogo con las ciencias, con otras religiones y con las diversas realidades sociales. Es posible construir un Iglesia abierta, no una Iglesia cerrada, que dialogue con el mundo sin pensar que ello supone una traición a su identidad. Sin duda en ese trabajo los jesuitas tienen bastante que aportar.
Es un Papa que ha elegido como nombre Francisco y lo hace por Francisco de Asís. Elige el nombre de un santo de los pobres porque entiende que la Iglesia tiene que ser para los pobres. La humildad será una de sus señas de identidad y así ha sido desde el momento en el que se presentó como Papa. Y como cardenal se le conoce dicha humildad, siendo una persona que vive en su apartamento porque renuncia a su palacio arzobispal, siendo un cardenal que viaja en transporte público y que se prepara la comida. Sin duda supone un cambio con respecto a Ratzinger, que no perdía oportunidad para hacer gala de su dignidad como Sumo Pontífice. También me llama la atención muy positivamente que hable de sí mismo como Obispo de Roma y no como Papa. Bergoglio no es solo un obispo, un cardenal, un teólogo o un político (que también) sino que es un pastor sensible a los problemas de la pobreza.
Como notas negativas o preocupaciones sobre este Papa. En primer lugar, aunque venga de América Latina no es un profeta comparable a Monseñor Romero o a su compatriota Angelelli, prueba de ello fue su contradictorio papel durante la dictadura, de la cual no fue en absoluto colaborador pero sí se vio claramente superado por una situación que hizo sufrir bastante a la Iglesia de los pobres y en especial a los jesuitas comprometidos con la lucha contra la tiranía bajo su mandato cuando era Provincial en Buenos Aires. Pese a ello, no se puede decir en absoluto que fuera un colaborador con la dictadura Argentina y se sabe que Bergoglio salvó vidas durante la dictadura, no entregó en absoluto a los jesuitas bajo su responsabilidad a la dictadura e intentó protegerles (su postura conservadora en ese aspecto también venía motivada por el temor por la integridad física de los jesuitas que estaban bajo su responsabilidad como provincial). De todas maneras la cuestión de Bergoglio y los jesuitas durante la tiranía, según me consta, fue zanjada en una reunión en el año 2000 entre el cardenal y uno de los jesuitas torturados por la dictadura, una emotiva reunión que representó su reconciliación después de tantos malos entendidos y tanto dolor compartido.
En segundo lugar, doctrinalmente es un Papa conservador, un hombre de Juan Pablo II. Habrá que ver cómo se puede compaginar el progresismo social con el conservadurismo doctrinal, una misión bastante difícil que puede hacer que las reformas en la Iglesia sufran muchos altibajos. También me levanta cierta preocupación el hecho de que Bergoglio tenga un significado político en Argentina, me preocupa que el pontificado pueda estar marcado por una politización al nivel de Juan Pablo II. El Papa no debe olvidar que aunque sea Jefe del Estado Vaticano, él es ante todo un pastor y que su voluntad de poder (que en Bergoglio es un elemento importante) no debe sobrepasar los muros del Vaticano y debe verse saciada con su entronización como Papa. Las diferencias con Kirchner deben quedarse aparcadas o situadas en su justo nivel, el Papa tiene un origen Argentino pero es la cabeza de la Iglesia Universal. Pese a ello no parece que su pasado como rival de Kirchner en Argentina vaya a marcar su papado, a juzgar por el reciente encuentro que tuvo con la presidenta en el Vaticano.
A pesar de estas notas más o menos negativas, en las que dejo ver mis preocupaciones (que no son para nada premonitorias) sobre el papado de Francisco, quiero remarcar que ante todo tengo bastante optimismo ante el proceso que pueda iniciar la Iglesia a partir de ahora. Con la curia totalmente desprestigiada y con un Papa que viene del mundo de los pobres, la Iglesia tiene una oportunidad de cambio a la que no puede renunciar. Creo que Bergoglio es bastante más progresista de lo que le parece a la izquierda aunque no sea tan aperturista como creen los cristianos progresistas, conociendo esto se podrán encontrar las claves de lo que será el próximo papado. Un papado para la crisis, una crisis económica abismal y una crisis eclesiástica no menor. Será difícil para el Papa gobernar la Iglesia en este momento en el que está completamente desprestigiada, en el que sectores ultraconservadores están espantados del mundo moderno y en el que la Iglesia tendrá que hacer un esfuerzo titánico por recuperar toda la confianza perdida durante estos papados conservadores, el invierno eclesial, en el que se ha cultivado una corrupción que ha explotado de la manera más sangrante con la cuestión grave de la pederastia.
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Francisco, un Papa para la crisis
No sonaba nada en absoluto, si lo hizo en el Cónclave del 2005, pero finalmente el elegido como Papa ha sido el Cardenal Bergoglio. Es de la orden de los jesuitas, muy querida por el administrador de este blog, que tiene en su historial un indudable compromiso con los pobres y con el desarrollo democrático de los pueblos desde el Concilio Vaticano II y la XXXIII Congregación General. Dentro de dicha orden religiosa, Jorge Mario Bergoglio representa una postura más moderada que la de los exponentes de la Teología de la Liberación pero sin introducirse dentro del rancio tradicionalismo católico que profesaba su antecesor.
La Iglesia, en plena crisis, opta por Bergoglio como sucesor del dimisionado Ratzinger. El primer Papa jesuita y el primero de América Latina, también el primero que toma como nombre de Papa el de Francisco y el primero que no lleva el nombre numerado. También fue el primero en pedir la bendición al pueblo antes de bendecirlo él y el primero en presentarse sin los bastos atuendos papales, saliendo únicamente con su hábito de Papa. Sin duda, desde el principio, Bergoglio supone ya un cambio con respecto a lo vivido anteriormente en la Iglesia Católica. Supone el fin de un programa eclesiástico que viene dominando desde el pontificado de Juan Pablo II.
Para el progresismo católico supone una alegría, una entre tantas penas vividas, que espera de él un Papa reformista en la línea de Juan XXIII. Siento gran estima por el Papa Bueno, pero no creo que Bergoglio llegue a semejante nivel. Hay similitudes entre ambos pontífices, por ejemplo su procedencia del mundo pobre, pero creo que ambos representan cosas distintas. Juan XXIII revolucionó la Iglesia con su aptitud, sus encíclicas, sus reformas y con la convocatoria del Concilio Vaticano II (que no vio clausurar). No creo que el Papa Francisco esté en ese nivel. Si creo, en cambio, que puede ser un papado más o menos renovador, de altibajos, que intente afrontar con mejor o peor fortuna los retos lanzados por un mundo cambiante, por eso la comparación con Pablo VI es más justa que la que se le pueda hacer con Juan XXIII.
La elección de Bergoglio nos trae muchas cosas a la cabeza. La primera es la enorme crisis que vive la Iglesia, sobre todo la Iglesia en Europa y en especial la Iglesia más vinculada a la curia del Vaticano. El Papa Francisco viene de América Latina, los cardenales se fueron casi al fin del mundo para elegir al sucesor de Ratzinger, una tierra que merecía desde hacía mucha tiempo un reconocimiento por parte de la Iglesia Universal. Hace más de 500 años los europeos fueron a América para evangelizar a sus gentes, ahora será un Papa de América Latina el que asuma la difícil misión de reevangelizar Europa enseñándoles a redescubrir un cristianismo que en este continente, en especial en el Vaticano, estaba completamente olvidado.
También el hecho de que haya sido elegido como Papa un jesuita supone un reconocimiento a la Compañía de Jesús después de muchos años con una situación incómoda dentro de la Iglesia, con conflictos que ponían en duda el compromiso de dicha orden religiosa con el voto de obediencia al Papa. Sin duda los jesuitas y otras muchas órdenes religiosas han sufrido el excesivo apoyo del papado de Juan Pablo II en el Opus Dei, Kikos, Legionarios de Cristo y Comunión y Liberación. Ahora es el turno de los religiosos, posicionados en las fronteras, en permanente diálogo con las ciencias, con otras religiones y con las diversas realidades sociales. Es posible construir un Iglesia abierta, no una Iglesia cerrada, que dialogue con el mundo sin pensar que ello supone una traición a su identidad. Sin duda en ese trabajo los jesuitas tienen bastante que aportar.
Es un Papa que ha elegido como nombre Francisco y lo hace por Francisco de Asís. Elige el nombre de un santo de los pobres porque entiende que la Iglesia tiene que ser para los pobres. La humildad será una de sus señas de identidad y así ha sido desde el momento en el que se presentó como Papa. Y como cardenal se le conoce dicha humildad, siendo una persona que vive en su apartamento porque renuncia a su palacio arzobispal, siendo un cardenal que viaja en transporte público y que se prepara la comida. Sin duda supone un cambio con respecto a Ratzinger, que no perdía oportunidad para hacer gala de su dignidad como Sumo Pontífice. También me llama la atención muy positivamente que hable de sí mismo como Obispo de Roma y no como Papa. Bergoglio no es solo un obispo, un cardenal, un teólogo o un político (que también) sino que es un pastor sensible a los problemas de la pobreza.
Como notas negativas o preocupaciones sobre este Papa. En primer lugar, aunque venga de América Latina no es un profeta comparable a Monseñor Romero o a su compatriota Angelelli, prueba de ello fue su contradictorio papel durante la dictadura, de la cual no fue en absoluto colaborador pero sí se vio claramente superado por una situación que hizo sufrir bastante a la Iglesia de los pobres y en especial a los jesuitas comprometidos con la lucha contra la tiranía bajo su mandato cuando era Provincial en Buenos Aires. Pese a ello, no se puede decir en absoluto que fuera un colaborador con la dictadura Argentina y se sabe que Bergoglio salvó vidas durante la dictadura, no entregó en absoluto a los jesuitas bajo su responsabilidad a la dictadura e intentó protegerles (su postura conservadora en ese aspecto también venía motivada por el temor por la integridad física de los jesuitas que estaban bajo su responsabilidad como provincial). De todas maneras la cuestión de Bergoglio y los jesuitas durante la tiranía, según me consta, fue zanjada en una reunión en el año 2000 entre el cardenal y uno de los jesuitas torturados por la dictadura, una emotiva reunión que representó su reconciliación después de tantos malos entendidos y tanto dolor compartido.
En segundo lugar, doctrinalmente es un Papa conservador, un hombre de Juan Pablo II. Habrá que ver cómo se puede compaginar el progresismo social con el conservadurismo doctrinal, una misión bastante difícil que puede hacer que las reformas en la Iglesia sufran muchos altibajos. También me levanta cierta preocupación el hecho de que Bergoglio tenga un significado político en Argentina, me preocupa que el pontificado pueda estar marcado por una politización al nivel de Juan Pablo II. El Papa no debe olvidar que aunque sea Jefe del Estado Vaticano, él es ante todo un pastor y que su voluntad de poder (que en Bergoglio es un elemento importante) no debe sobrepasar los muros del Vaticano y debe verse saciada con su entronización como Papa. Las diferencias con Kirchner deben quedarse aparcadas o situadas en su justo nivel, el Papa tiene un origen Argentino pero es la cabeza de la Iglesia Universal. Pese a ello no parece que su pasado como rival de Kirchner en Argentina vaya a marcar su papado, a juzgar por el reciente encuentro que tuvo con la presidenta en el Vaticano.
A pesar de estas notas más o menos negativas, en las que dejo ver mis preocupaciones (que no son para nada premonitorias) sobre el papado de Francisco, quiero remarcar que ante todo tengo bastante optimismo ante el proceso que pueda iniciar la Iglesia a partir de ahora. Con la curia totalmente desprestigiada y con un Papa que viene del mundo de los pobres, la Iglesia tiene una oportunidad de cambio a la que no puede renunciar. Creo que Bergoglio es bastante más progresista de lo que le parece a la izquierda aunque no sea tan aperturista como creen los cristianos progresistas, conociendo esto se podrán encontrar las claves de lo que será el próximo papado. Un papado para la crisis, una crisis económica abismal y una crisis eclesiástica no menor. Será difícil para el Papa gobernar la Iglesia en este momento en el que está completamente desprestigiada, en el que sectores ultraconservadores están espantados del mundo moderno y en el que la Iglesia tendrá que hacer un esfuerzo titánico por recuperar toda la confianza perdida durante estos papados conservadores, el invierno eclesial, en el que se ha cultivado una corrupción que ha explotado de la manera más sangrante con la cuestión grave de la pederastia.
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- Mensaje n°90
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
UyL escribió:Te aclaro que lo del sacrificio en todo caso era una chicana para González, que me parece ilegible y no entendí nada de lo quiso decir. No fue por lo tanto ni chicana ni subestimación.
Ok, disculpá la mala interpretación entonces.
Saludos
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- Mensaje n°91
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
Bueno "ultimo momento" ahora Begoglio es un pan de dios (valga la redundancia)
Jalics: "Bergoglio no nos denunció a Yorio y a mí" en la dictadura
tiempoargentino
Jalics: "Bergoglio no nos denunció a Yorio y a mí" en la dictadura
Francisco Jalics, uno de los dos jesuitas secuestrados durante la última dictadura militar, aseguró hoy que el papa Francisco, el argentino Jorge Bergoglio, no lo denunció ante la junta militar.
"Estos son los hechos: Orlando Yorio y yo no fuimos denunciados por Bergoglio", afirmó Jalics en un comunicado publicado en la página web de los jesuitas en Alemania.
Poco después de la elección de Bergoglio como papa surgieron informaciones que apuntaban a que éste no ayudó lo suficiente a Jalics y Yorio, que formaban parte de su congregación y que fueron secuestrados y torturados en 1976.
En 1976, Bergoglio era el superior provincial de los jesuitas en la Argentina y los curas secuestrados -que fueron liberados meses
después- pertenecían a su orden.
Según Jalics, que actualmente vive en una casa espiritual en Alta Franconia, en Baviera, es falso suponer que su secuestro y el de
Yorio "se produjeron por iniciativa del padre Bergoglio".
"Antes me inclinaba por la idea de que habíamos sido víctimas de una denuncia. Pero a fines de los 90, después de numerosas
conversaciones, me quedó claro que esa suposición era infundada", añadió el jesuita.
Jalics aclaró ahora además que Yorio y él fueron secuestrados por su conexión con una catequista que primero trabajó junto a ellos y "luego ingresó en la guerrilla". "Durante nueve meses no la vimos más, pero dos o tres días después de su detención también fuimos detenidos. El oficial que me interrogó me pidió los documentos. Cuando vio que había nacido en Budapest creyó que era un espía ruso", indicó.
"En la congregación jesuita argentina y en círculos católicos se extendieron en los años previos informaciones falsas que indicaban que nos habíamos mudado a los barrios carenciados porque pertenecíamos a la guerrilla. Pero ese no era el caso. Supongo que estos rumores fueron motivados por el hecho de que no fuimos liberados inmediatamente", añadió.
Tras el cónclave en el que Bergoglio resultó electo, Jalics había publicado un comunicado que tuvo diversas interpretaciones. "No puedo juzgar el papel de Bergoglio en estos sucesos", escribió en ese texto.
El Vaticano rechazó las acusaciones respecto al comportamiento del Papa Francisco durante la última dictadura y las calificó de una campaña de difamación.
En sus primeras declaraciones, Jalics reconoció que no fue hasta años después de su liberación y de haber dejado Argentina cuando habló sobre lo sucedido con el arzobispo de Buenos Aires.
"Después celebramos juntos una misa y nos abrazamos solemnemente. Yo me he reconciliado con lo sucedido y considero, por lo menos por mi parte, el asunto cerrado", aseguró sobre su secuestro durante la dictadura militar en 1976.
Los cuestionamientos al nuevo papa se centraron en la acusación de no haber ayudado a los dos jesuitas. El propio Bergoglio declaró haberles advertido de los peligros y haber intentado interceder por ellos ante la junta militar, pero sin éxito.
Yorio murió hace unos años, mientras que Jalics vive en una casa espiritual en Alta Franconia. Según su orden, actualmente se encuentra en Hungría.
tiempoargentino
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Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
"Mi hermano fue un canje entre la Iglesia y la dictadura"
Rodolfo Yorio, hermano de uno de los dos jesuítas capturados y torturados por la Junta Militar de Videla cuando el hoy papa Francisco era el superior de la Compañía de Jesús, denuncia que en aquella época Jorge Mario Bergoglio "desarmó las pastorales en las villas miseria" de los sacerdotes que atendían a los pobres en esas chabolas
Rodolfo Yorio es hermano de uno de los dos curas capturados y torturados durante la dictadura argentina (1976-1983) cuando estaban bajo la orden del jesuita Jorge Bergoglio, que este martes asume el pontificado como Francisco. El secuestro de los sacerdotes, que fueron liberados a los cinco meses, ha sido la baza principal que se ha agitado para vincular al nuevo Papa con el régimen militar. En esta entrevista, Yorio analiza la actuación del Sumo Pontífice y el papel de la Iglesia católica en aquellos años.
P.- ¿Qué responsabilidad tiene Bergoglio en el cautiverio que sufrieron su hermano Orlando y Francisco Jalics?
Los dos quedaron desprotegidos de la autoridad provincial, que era Bergoglio, antes de ser secuestrados durante cinco meses. A Orlando le aplicaron una inyección como droga de la verdad en el único interrogatorio que tuvo, y ahí le dijeron: "Hemos ido a su casa porque nos dijeron que había armas, material subversivo, mujeres y municiones. No encontramos nada, pero va a permanecer sin libertad algún tiempo" También añadieron: "Usted tiene una desviación teológica porque cuando el Evangelio habla de los pobres, se refiere a los pobres de espíritu. Y usted se ocupa de los pobres materiales, y los organiza. Eso no es subversivo todavía, pero puede llegar a serlo".
P.- ¿Cree que Bergoglio es responsable por colaboración o por omisión?
Por omisión. Dejó correr versiones e injurias sobre ellos. Los puso en situación de riesgo y no trató de evitarlo.
P.- ¿Tiene alguna sospecha de quién calumnió a su hermano?
Fue un sector de la Iglesia, no sólo una persona.
P.- Bergoglio ha explicado que no tenía contactos para ayudar a su hermano y a Jalics una vez fueron capturados.
Él dijo que había hablado dos veces con [el ex dictador Jorge] Videla y con [el ex jefe de la Armada Emilio] Massera. Yo no creo que sea cierto. Quien salvó a mi hermano fue la Nunciatura.
P.- ¿Cómo lo sabe?
Mi hermano estuvo cautivo cinco meses encapuchado en una casa, con una cadena entre los pies y las manos que estaba soldada a una bala de cañón. En esos ciento y pico de días de cautiverio, nunca supo si cada día era el último. Antes de su libertad, les pusieron tanto a Jalics como a mi hermano una inyección para dormirlos, y los abandonaron en un descampado. Antes de eso, la guardia que los cuidaba les dijo: "Hoy tienen una visita importante". Les permitieron bañarse, los cambiaron de ropa, los volvieron a poner en la habitación encapuchados y ahí entró alguien para verlos, que estuvo dos minutos, y se fue. El domingo 23 de octubre fueron liberados.
P.- ¿Quién cree que los visitó?
El Nuncio Pío Laghi, el embajador del Vaticano en Argentina en ese momento.
P.- ¿Qué hizo Orlando apenas reapareció?
Lo primero que hizo fue llamar a su jefe, Bergoglio, quien le dijo: "No te puedo ayudar". Una persona que estaba con él fue testigo de esa conversación cuando lo llamó mi hermano, y nos contó su inmediata reacción. ¿"Y quién era"?, le preguntó esta persona. "Yorio, que lo soltaron", respondió Bergoglio. "¿De dónde?" "Estaba secuestrado". "¿Y cómo es que aquí no sabíamos nada?". "Nada, que se joda". Hasta ahí, Bergoglio no sabía que la Nunciatura había intervenido.
P.- ¿Qué pasó después?
Llegó la Policía a casa buscando a mi hermano porque había orden presidencial de que fuera a hacer la denuncia de privación ilegítima de libertad. Nosotros nos lo habíamos llevado a a otro lado.
P.- Pero al final su hermano fue a la Policía un día después de ser liberado.
Cuando Orlando fue a presentar la denuncia, lo hizo acompañado de gente de la Nunciatura. Es decir, que ya estaba bajo protección diplomática. Aclaro que el oficial que tomó la denuncia puso "no se acuerda" en todas las respuestas. En el mismo momento de hacer la denuncia, la Policía ya tenía listo su pasaporte y su DNI.
P.- ¿Y cómo reaccionó Bergoglio ante esto?
Se asustó. Tenga en cuenta que el almirante Massera jugaba una vez por semana al tenis con el nuncio apostólico. Entonces Bergoglio cambió y facilitó todo. Llamó al obispo de Quilmes, Jorge Novak , habló maravillas de mi hermano para que lo aceptara, le compró el pasaje para Italia, y ahí Orlando fue enviado a Roma a estudiar derecho canónico.
Bajo la orden jesuita
P.- ¿Su hermano llegó a ser expulsado de la orden?
Mi hermano quedó fuera de la orden jesuita cuando ya estaba en Roma. Cuando fue secuestrado era todavía parte.
P.- ¿No le habían quitado la protección institucional?
No, eso no se puede retirar. Sí le quitaron las licencias para dar misa, y no Bergoglio, sino [el entonces arzobispo de Buenos Aires Juan Carlos] Aramburu, titular de la Iglesia argentina.
P.- ¿Y a Jalics tampoco lo expulsaron?
Mo hubieran podido hacerlo jamás, porque tenía votos perpetuos.
P.- O sea que los dos pertenecían a la orden cuando fueron secuestrados.
Sí, estando bajo la responsabilidad de Jorge Bergoglio. Él no quería encargarse de las labores pastorales que hacían en la villa. Pero todo sacerdote debe estar encardinado bajo una autoridad. Es cuando Bergoglio les dijo: "Bueno, si se quieren quedarse en las villas, los voy a ayudar, pero necesitan otra autoridad, un obispo". Y los mandó a ver algunos, pero todos se negaban: "No, Bergoglio nos dio malos informes de ustedes", decían. En ese interín fueron secuestrados. Bergoglio no los quería, así de simple.
P.- ¿Por qué no los quería?
Decía que estaba muy presionado, pero nunca se supo por quién.
P.- ¿Cuál creía su hermano que fue el papel de Bergoglio en su secuestro?
Él presentó un recurso de amparo al padre Moura, que era el secretario general de la orden jesuita a nivel mundial, donde relató toda la historia.
P.- ¿Y cita expresamente a Bergoglio?
Sí. Orlando era vicedecano de Teología en la Universidad de San Salvador. Le habían sacado la cátedra sin explicación, y luego comenzaron las calumnias. Y Bergoglio nunca se ocupó de desmentirlas, aunque era su obligación por ser su superior.
P.- ¿Orlando pensaba que Bergoglio estaba detrás de su secuestro?
No sé si tanto. Sí creía que estaba detrás de separarlo de la orden.
Bergoglio, "argentino y peronista"
P.- ¿Qué relación tuvo Bergoglio con la organización de la derecha peronista Guardia de Hierro?
Bergoglio simpatizó toda su vida con esa organización, que [en 1973]se hizo cargo de la Universidad de San Salvador . En 1976 nombraron a Massera "honoris causa".
P.- ¿Bergoglio tuvo contacto directo con Guardia de Hierro una vez pasó a ser superior provincial de los jesuitas en 1973?
La Universidad de San Salvador, que es una de las más importantes de Buenos Aires, está en manos de los jesuitas. La Iglesia fue derivando a laicos a determinadas administraciones, y una de ellas fue esta universidad. Bergoglio no era el rector, pero en términos generales tenía alguna responsabilidad sobre los laicos que puso y que echaron a mi hermano de la cátedra de Teología.
El papel de Bergoglio durante la dictadura
P.- ¿Sabe de acciones directas de Bergoglio para rescatar a gente secuestrada?
No. Pero sí rescató, protegió y escondió a gente que podía ser secuestrada.
P.- ¿Quiénes son?
No se lo puedo decir, los perjudicaría. Pero no le demos tanto palo a Bergoglio. La cantidad de gente, del periodismo y de la sociedad civil que tuvo relaciones con la dictadura es muy grande. Como dice San Agustín: "Primero la verdad". A Orlando le ofrecieron volver a la orden después de su estancia en Roma, y Orlando puso la condición de que se aclarara todo el tema de calumnias que nadie avalaba.
P.- Usted ha dicho que su hermano y Jalics eran un escollo para que Bergoglio alcanzara lo que quería conseguir.
No entiendo por qué Bergoglio desarmó las pastorales en las villas, y ahora se presenta como el Papa villero.
P.- Pero ¿adónde quería llegar Bergoglio?
Y... ahora es el Papa. Y un político muy fuerte, una persona con mucha tenacidad y talento. Es muy hábil para ascender al poder.
P.- ¿Y por qué Jalics y Orlando eran en eso un problema?
Aunque ya los han sacado de circulación, Jalics tenía libros de Teología que se usaban en las cátedras. Y posiblemente Bergoglio no estaba conforme con esa Teología, que es algo que escriben los hombres, no Dios. Y mi hermano, como titular de Teología, posiblemente daba una interpretación de lo teológico más popular.
P.- ¿Cree que Bergoglio sabía del peligro que corría su hermano al retirarle su apoyo?
Sí, era una obviedad. Además se lo dijeron. "Nos estás poniendo en riesgo, nos van a matar".
P.- En el operativo en el que fueron secuestrados su hermano y Jalics también estaban cuatro catequistas y dos de sus esposos, que continúan desaparecidos. ¿Sabe si Bergoglio tiene sobre esto alguna relación?
Es difícil que Bergoglio haya actuado de manera directa o pedido el secuestro y muerte de alguien, pero sí podría haber mirado para otro lado. En la Iglesia argentina, no obstante, hay gente mucho peor que él, incluso curas que participaron en torturas. Hay prelados mucho más peligrosos y crueles que Bergoglio.
P.- ¿Por qué cree que Bergoglio dejó de ser jesuita en 1979, cuando todavía estaba vigente la dictadura?
Es un misterio, un agujero negro. Nadie sabe ni dice nada. La orden le sacó el cargo de superior provincial y lo envió a un convento en Córdoba (centro de Argentina). Estando en ese convento, de repente lo llamó el jefe de la Iglesia argentino, el monseñor Antonio Quarracino, y le firmó el decreto que lo convirtió en obispo. Y ahí empezó una carrera meteórica.
P.- ¿Qué cree que pasó?
Creo que Quarracino necesitaba un heredero. Y ahí Bergoglio se olvidó de los jesuitas. ¿Qué le importaba, si ya era obispo, y luego sería cardenal?
Informes inexistentes
P.- ¿Usted habló con Bergoglio alguna vez cuando su hermano estaba en cautiverio?
Sí, más de una vez.
P.- ¿Qué le dijo?
Que iba a ver qué podía hacer. Nunca pretendimos que armara una fuerza de tareas para rescatar a Orlando. Sólo le pedimos que nos mostrara cuáles eran esos informes que lo calumniaban. Pero jamás los exhibió.
P.- ¿Usted ha visto algún documento en el que se hablara mal de su hermano o Jalics?
No, ni yo, ni nadie. Hay un solo informe que rescató [el periodista argentino Horacio] Verbitsky de la Cancillería. Cuando Jalics volvió a la Argentina, Bergoglio firmó una nota en la que dijo que Jalics era una persona disociadora de la comunidad cristiana.
P.- ¿Y cree que hay por escrito acusaciones contra su hermano?
No, nadie puede haber firmado esos informes, porque para eso hay que tener pruebas. Pero sí que se harían comentarios. La Iglesia es como el Vaticano, un lugar de chismes, de intrigas y de muerte. Nosotros tenemos un reclamo con la Iglesia: queremos que se nos diga qué actos administrativos determinaron que mi hermano debía irse de la orden. Y si no hay, que lo reconozcan.
P.- ¿Han hecho un reclamo formal?
No, porque necesitamos un canonista -un abogado de la Iglesia- y todavía no lo hemos conseguido. Hace dos años mi hermana fue a ver a uno en la Universidad Católica Argentina, pero la atendió en la vereda [acera], y ni siquiera la hizo pasar.
P.- ¿Y bajo qué justificación se negó a ayudarles?
Dijo que eso era cosa del pasado.
Psicópata cruel
P.- ¿Cuándo fue la última vez que usted habló con Bergoglio?
Cuando vino a casa de mi madre y dijo que de Jalics todavía se hablaba, pero que de Orlando ya no. Nos dio la idea de que mi hermano estaba muerto.
P.- Dijo que lo habían fusilado.
Sí, se lo dijo a mi madre, además.
P.- ¿Qué sentido tenía afirmar algo así?
Porque tiene una personalidad disociada. Ahora es un santo. Pero una persona puede ser dos cosas al mismo tiempo.
P.- Y si ahora es un santo, ¿qué era antes?
Un psicópata cruel. Comenzó con un marketing directo de pobre después de volver del ostracismo del monasterio. Ahí comenzó a ser otra persona, hasta físicamente. Antes era alto y corpulento, de mucha presencia. Cuando volvió, su aspecto físico daba pena. Así empezó con su campaña de austeridad y pobreza.
P.- ¿Por qué lo considera un psicópata cruel?
Por testimonios de quienes lo han conocido internamente, y de cosas que ha hecho.
P.- ¿Qué cosas ha hecho?
Olvídelo. Me van a acusar de injurias, y yo estoy hablando ahora de un jefe de Estado. Eso no lo pierdo de vista. Sólo tenemos un reclamo: primero, la verdad. Que alguien en la Iglesia se haga cargo de esos supuestos informes contra mi hermano.
P.- ¿Pero usted cree que era un psicópata cruel?
No lo creo, lo sé. Bergoglio funciona en base a objetivos. Si usted le sirve, no corre peligro. Si se convierte en un inconveniente, se ocupa de destruirlo.
P.- Una injuria es un agravio difamatorio. Pero usted dice tener base para llamarlo así.
Que lo digan los que lo han sufrido.
Cuestión de negocios
P.- Sin embargo, el Premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel ha desvinculado a Bergoglio de la dictadura.
Me consta que Bergoglio protegió a gente, y no pudo haberlo hecho de no tener un vínculo que se lo permitiera. A lo mejor la mayoría de esas relaciones fueron para bien, pero otras no lo fueron tanto. Quien tiene la capacidad de proteger, tiene también la facultad de desproteger.
P.- El primero que vinculó a Bergoglio con el régimen militar fue el defensor de los derechos humanos Emilio Mignone. ¿De qué lo acusaba?
De entregar sacerdotes, monjas, catequistas. Yo así lo pensaba por entonces. Ahora creo que Bergoglio hizo sólo pecado de omisión.
P.- ¿Por qué cambió de opinión?
Por la reconstrucción de los hechos. ¿Qué sentido tenía tener guardados a dos curas cinco meses cuando los militares eran dueños de la vida y de la muerte? Le puedo contar para qué.
P.- ¿Para qué?
La dictadura buscaba una base en la sociedad civil y religiosa. Había un vínculo importante entre el nuncio y Massera, y Videla quería que el Episcopado recibiera a su ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz. Supongo que el nuncio convenció a los obispos. Orlando fue liberado un domingo. A las 48 horas el Episcopado estaba recibiendo al ministro de Economía. Así se explica que hubiera una visita importante, como dijo la guardia, al lugar del cautiverio de Orlando y Jalics cuando estaban secuestrados.
P.- Cree entonces que la liberación de los dos curas está relacionada con el encuentro de Martínez de Hoz y los obispos.
Tal cual. Fue un canje. Su libertad salió en los diarios inmediatamente, y cuando mi hermano y Jalics fueron liberados, se despertaron del sueño inducido en medio del campo y descubrieron que tenían dinero en los bolsillos. Así que la dictadura hizo sus negocios. ¿Por qué no los mataron y los tuvieron encerrados tanto tiempos? Eran una pieza de la negociación. Si la Armada hubiera estado segura de las acusaciones que recaían sobre ellos, los habrían matado en 24 horas.
El nuevo Papa
P.- ¿Siente rencor hacia Bergoglio?
Sí. Pero yo no puedo ser autorreferencial. A nosotros nos pasó algo malo con él. A otra gente no. Ahora, puedo estar en desacuerdo de que quiera una Iglesia pobre. Para mí, esto es una gilada. La opción por los pobres es también que la Iglesia comprenda cuál es el origen de la pobreza, que es la acumulación de riqueza por un sector muy reducido dentro de una lógica capitalista terrible. Acá crece la villa 31 y crece Puerto Madero [el barrio más rico de Buenos Aires], ¿cómo puede ser? Cuando Juan Pablo II donó su anillo a la gente de Brasil, ¿qué resolvió?
P.- Bergoglio ha dicho ahora que la Iglesia debe ser para los pobres.
En buena hora, pero lo que se precisa es una Iglesia que actúe sobre las causas de la pobreza. Habla del sufrimiento de los pobres pero no de la usura internacional que deja a la gente sin casa y sin comida. Yo espero una actitud más firme, y ojalá la tenga.
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Rodolfo Yorio, hermano de uno de los dos jesuítas capturados y torturados por la Junta Militar de Videla cuando el hoy papa Francisco era el superior de la Compañía de Jesús, denuncia que en aquella época Jorge Mario Bergoglio "desarmó las pastorales en las villas miseria" de los sacerdotes que atendían a los pobres en esas chabolas
Rodolfo Yorio es hermano de uno de los dos curas capturados y torturados durante la dictadura argentina (1976-1983) cuando estaban bajo la orden del jesuita Jorge Bergoglio, que este martes asume el pontificado como Francisco. El secuestro de los sacerdotes, que fueron liberados a los cinco meses, ha sido la baza principal que se ha agitado para vincular al nuevo Papa con el régimen militar. En esta entrevista, Yorio analiza la actuación del Sumo Pontífice y el papel de la Iglesia católica en aquellos años.
P.- ¿Qué responsabilidad tiene Bergoglio en el cautiverio que sufrieron su hermano Orlando y Francisco Jalics?
Los dos quedaron desprotegidos de la autoridad provincial, que era Bergoglio, antes de ser secuestrados durante cinco meses. A Orlando le aplicaron una inyección como droga de la verdad en el único interrogatorio que tuvo, y ahí le dijeron: "Hemos ido a su casa porque nos dijeron que había armas, material subversivo, mujeres y municiones. No encontramos nada, pero va a permanecer sin libertad algún tiempo" También añadieron: "Usted tiene una desviación teológica porque cuando el Evangelio habla de los pobres, se refiere a los pobres de espíritu. Y usted se ocupa de los pobres materiales, y los organiza. Eso no es subversivo todavía, pero puede llegar a serlo".
P.- ¿Cree que Bergoglio es responsable por colaboración o por omisión?
Por omisión. Dejó correr versiones e injurias sobre ellos. Los puso en situación de riesgo y no trató de evitarlo.
P.- ¿Tiene alguna sospecha de quién calumnió a su hermano?
Fue un sector de la Iglesia, no sólo una persona.
P.- Bergoglio ha explicado que no tenía contactos para ayudar a su hermano y a Jalics una vez fueron capturados.
Él dijo que había hablado dos veces con [el ex dictador Jorge] Videla y con [el ex jefe de la Armada Emilio] Massera. Yo no creo que sea cierto. Quien salvó a mi hermano fue la Nunciatura.
P.- ¿Cómo lo sabe?
Mi hermano estuvo cautivo cinco meses encapuchado en una casa, con una cadena entre los pies y las manos que estaba soldada a una bala de cañón. En esos ciento y pico de días de cautiverio, nunca supo si cada día era el último. Antes de su libertad, les pusieron tanto a Jalics como a mi hermano una inyección para dormirlos, y los abandonaron en un descampado. Antes de eso, la guardia que los cuidaba les dijo: "Hoy tienen una visita importante". Les permitieron bañarse, los cambiaron de ropa, los volvieron a poner en la habitación encapuchados y ahí entró alguien para verlos, que estuvo dos minutos, y se fue. El domingo 23 de octubre fueron liberados.
P.- ¿Quién cree que los visitó?
El Nuncio Pío Laghi, el embajador del Vaticano en Argentina en ese momento.
P.- ¿Qué hizo Orlando apenas reapareció?
Lo primero que hizo fue llamar a su jefe, Bergoglio, quien le dijo: "No te puedo ayudar". Una persona que estaba con él fue testigo de esa conversación cuando lo llamó mi hermano, y nos contó su inmediata reacción. ¿"Y quién era"?, le preguntó esta persona. "Yorio, que lo soltaron", respondió Bergoglio. "¿De dónde?" "Estaba secuestrado". "¿Y cómo es que aquí no sabíamos nada?". "Nada, que se joda". Hasta ahí, Bergoglio no sabía que la Nunciatura había intervenido.
P.- ¿Qué pasó después?
Llegó la Policía a casa buscando a mi hermano porque había orden presidencial de que fuera a hacer la denuncia de privación ilegítima de libertad. Nosotros nos lo habíamos llevado a a otro lado.
P.- Pero al final su hermano fue a la Policía un día después de ser liberado.
Cuando Orlando fue a presentar la denuncia, lo hizo acompañado de gente de la Nunciatura. Es decir, que ya estaba bajo protección diplomática. Aclaro que el oficial que tomó la denuncia puso "no se acuerda" en todas las respuestas. En el mismo momento de hacer la denuncia, la Policía ya tenía listo su pasaporte y su DNI.
P.- ¿Y cómo reaccionó Bergoglio ante esto?
Se asustó. Tenga en cuenta que el almirante Massera jugaba una vez por semana al tenis con el nuncio apostólico. Entonces Bergoglio cambió y facilitó todo. Llamó al obispo de Quilmes, Jorge Novak , habló maravillas de mi hermano para que lo aceptara, le compró el pasaje para Italia, y ahí Orlando fue enviado a Roma a estudiar derecho canónico.
Bajo la orden jesuita
P.- ¿Su hermano llegó a ser expulsado de la orden?
Mi hermano quedó fuera de la orden jesuita cuando ya estaba en Roma. Cuando fue secuestrado era todavía parte.
P.- ¿No le habían quitado la protección institucional?
No, eso no se puede retirar. Sí le quitaron las licencias para dar misa, y no Bergoglio, sino [el entonces arzobispo de Buenos Aires Juan Carlos] Aramburu, titular de la Iglesia argentina.
P.- ¿Y a Jalics tampoco lo expulsaron?
Mo hubieran podido hacerlo jamás, porque tenía votos perpetuos.
P.- O sea que los dos pertenecían a la orden cuando fueron secuestrados.
Sí, estando bajo la responsabilidad de Jorge Bergoglio. Él no quería encargarse de las labores pastorales que hacían en la villa. Pero todo sacerdote debe estar encardinado bajo una autoridad. Es cuando Bergoglio les dijo: "Bueno, si se quieren quedarse en las villas, los voy a ayudar, pero necesitan otra autoridad, un obispo". Y los mandó a ver algunos, pero todos se negaban: "No, Bergoglio nos dio malos informes de ustedes", decían. En ese interín fueron secuestrados. Bergoglio no los quería, así de simple.
P.- ¿Por qué no los quería?
Decía que estaba muy presionado, pero nunca se supo por quién.
P.- ¿Cuál creía su hermano que fue el papel de Bergoglio en su secuestro?
Él presentó un recurso de amparo al padre Moura, que era el secretario general de la orden jesuita a nivel mundial, donde relató toda la historia.
P.- ¿Y cita expresamente a Bergoglio?
Sí. Orlando era vicedecano de Teología en la Universidad de San Salvador. Le habían sacado la cátedra sin explicación, y luego comenzaron las calumnias. Y Bergoglio nunca se ocupó de desmentirlas, aunque era su obligación por ser su superior.
P.- ¿Orlando pensaba que Bergoglio estaba detrás de su secuestro?
No sé si tanto. Sí creía que estaba detrás de separarlo de la orden.
Bergoglio, "argentino y peronista"
P.- ¿Qué relación tuvo Bergoglio con la organización de la derecha peronista Guardia de Hierro?
Bergoglio simpatizó toda su vida con esa organización, que [en 1973]se hizo cargo de la Universidad de San Salvador . En 1976 nombraron a Massera "honoris causa".
P.- ¿Bergoglio tuvo contacto directo con Guardia de Hierro una vez pasó a ser superior provincial de los jesuitas en 1973?
La Universidad de San Salvador, que es una de las más importantes de Buenos Aires, está en manos de los jesuitas. La Iglesia fue derivando a laicos a determinadas administraciones, y una de ellas fue esta universidad. Bergoglio no era el rector, pero en términos generales tenía alguna responsabilidad sobre los laicos que puso y que echaron a mi hermano de la cátedra de Teología.
El papel de Bergoglio durante la dictadura
P.- ¿Sabe de acciones directas de Bergoglio para rescatar a gente secuestrada?
No. Pero sí rescató, protegió y escondió a gente que podía ser secuestrada.
P.- ¿Quiénes son?
No se lo puedo decir, los perjudicaría. Pero no le demos tanto palo a Bergoglio. La cantidad de gente, del periodismo y de la sociedad civil que tuvo relaciones con la dictadura es muy grande. Como dice San Agustín: "Primero la verdad". A Orlando le ofrecieron volver a la orden después de su estancia en Roma, y Orlando puso la condición de que se aclarara todo el tema de calumnias que nadie avalaba.
P.- Usted ha dicho que su hermano y Jalics eran un escollo para que Bergoglio alcanzara lo que quería conseguir.
No entiendo por qué Bergoglio desarmó las pastorales en las villas, y ahora se presenta como el Papa villero.
P.- Pero ¿adónde quería llegar Bergoglio?
Y... ahora es el Papa. Y un político muy fuerte, una persona con mucha tenacidad y talento. Es muy hábil para ascender al poder.
P.- ¿Y por qué Jalics y Orlando eran en eso un problema?
Aunque ya los han sacado de circulación, Jalics tenía libros de Teología que se usaban en las cátedras. Y posiblemente Bergoglio no estaba conforme con esa Teología, que es algo que escriben los hombres, no Dios. Y mi hermano, como titular de Teología, posiblemente daba una interpretación de lo teológico más popular.
P.- ¿Cree que Bergoglio sabía del peligro que corría su hermano al retirarle su apoyo?
Sí, era una obviedad. Además se lo dijeron. "Nos estás poniendo en riesgo, nos van a matar".
P.- En el operativo en el que fueron secuestrados su hermano y Jalics también estaban cuatro catequistas y dos de sus esposos, que continúan desaparecidos. ¿Sabe si Bergoglio tiene sobre esto alguna relación?
Es difícil que Bergoglio haya actuado de manera directa o pedido el secuestro y muerte de alguien, pero sí podría haber mirado para otro lado. En la Iglesia argentina, no obstante, hay gente mucho peor que él, incluso curas que participaron en torturas. Hay prelados mucho más peligrosos y crueles que Bergoglio.
P.- ¿Por qué cree que Bergoglio dejó de ser jesuita en 1979, cuando todavía estaba vigente la dictadura?
Es un misterio, un agujero negro. Nadie sabe ni dice nada. La orden le sacó el cargo de superior provincial y lo envió a un convento en Córdoba (centro de Argentina). Estando en ese convento, de repente lo llamó el jefe de la Iglesia argentino, el monseñor Antonio Quarracino, y le firmó el decreto que lo convirtió en obispo. Y ahí empezó una carrera meteórica.
P.- ¿Qué cree que pasó?
Creo que Quarracino necesitaba un heredero. Y ahí Bergoglio se olvidó de los jesuitas. ¿Qué le importaba, si ya era obispo, y luego sería cardenal?
Informes inexistentes
P.- ¿Usted habló con Bergoglio alguna vez cuando su hermano estaba en cautiverio?
Sí, más de una vez.
P.- ¿Qué le dijo?
Que iba a ver qué podía hacer. Nunca pretendimos que armara una fuerza de tareas para rescatar a Orlando. Sólo le pedimos que nos mostrara cuáles eran esos informes que lo calumniaban. Pero jamás los exhibió.
P.- ¿Usted ha visto algún documento en el que se hablara mal de su hermano o Jalics?
No, ni yo, ni nadie. Hay un solo informe que rescató [el periodista argentino Horacio] Verbitsky de la Cancillería. Cuando Jalics volvió a la Argentina, Bergoglio firmó una nota en la que dijo que Jalics era una persona disociadora de la comunidad cristiana.
P.- ¿Y cree que hay por escrito acusaciones contra su hermano?
No, nadie puede haber firmado esos informes, porque para eso hay que tener pruebas. Pero sí que se harían comentarios. La Iglesia es como el Vaticano, un lugar de chismes, de intrigas y de muerte. Nosotros tenemos un reclamo con la Iglesia: queremos que se nos diga qué actos administrativos determinaron que mi hermano debía irse de la orden. Y si no hay, que lo reconozcan.
P.- ¿Han hecho un reclamo formal?
No, porque necesitamos un canonista -un abogado de la Iglesia- y todavía no lo hemos conseguido. Hace dos años mi hermana fue a ver a uno en la Universidad Católica Argentina, pero la atendió en la vereda [acera], y ni siquiera la hizo pasar.
P.- ¿Y bajo qué justificación se negó a ayudarles?
Dijo que eso era cosa del pasado.
Psicópata cruel
P.- ¿Cuándo fue la última vez que usted habló con Bergoglio?
Cuando vino a casa de mi madre y dijo que de Jalics todavía se hablaba, pero que de Orlando ya no. Nos dio la idea de que mi hermano estaba muerto.
P.- Dijo que lo habían fusilado.
Sí, se lo dijo a mi madre, además.
P.- ¿Qué sentido tenía afirmar algo así?
Porque tiene una personalidad disociada. Ahora es un santo. Pero una persona puede ser dos cosas al mismo tiempo.
P.- Y si ahora es un santo, ¿qué era antes?
Un psicópata cruel. Comenzó con un marketing directo de pobre después de volver del ostracismo del monasterio. Ahí comenzó a ser otra persona, hasta físicamente. Antes era alto y corpulento, de mucha presencia. Cuando volvió, su aspecto físico daba pena. Así empezó con su campaña de austeridad y pobreza.
P.- ¿Por qué lo considera un psicópata cruel?
Por testimonios de quienes lo han conocido internamente, y de cosas que ha hecho.
P.- ¿Qué cosas ha hecho?
Olvídelo. Me van a acusar de injurias, y yo estoy hablando ahora de un jefe de Estado. Eso no lo pierdo de vista. Sólo tenemos un reclamo: primero, la verdad. Que alguien en la Iglesia se haga cargo de esos supuestos informes contra mi hermano.
P.- ¿Pero usted cree que era un psicópata cruel?
No lo creo, lo sé. Bergoglio funciona en base a objetivos. Si usted le sirve, no corre peligro. Si se convierte en un inconveniente, se ocupa de destruirlo.
P.- Una injuria es un agravio difamatorio. Pero usted dice tener base para llamarlo así.
Que lo digan los que lo han sufrido.
Cuestión de negocios
P.- Sin embargo, el Premio Nobel de la Paz argentino Adolfo Pérez Esquivel ha desvinculado a Bergoglio de la dictadura.
Me consta que Bergoglio protegió a gente, y no pudo haberlo hecho de no tener un vínculo que se lo permitiera. A lo mejor la mayoría de esas relaciones fueron para bien, pero otras no lo fueron tanto. Quien tiene la capacidad de proteger, tiene también la facultad de desproteger.
P.- El primero que vinculó a Bergoglio con el régimen militar fue el defensor de los derechos humanos Emilio Mignone. ¿De qué lo acusaba?
De entregar sacerdotes, monjas, catequistas. Yo así lo pensaba por entonces. Ahora creo que Bergoglio hizo sólo pecado de omisión.
P.- ¿Por qué cambió de opinión?
Por la reconstrucción de los hechos. ¿Qué sentido tenía tener guardados a dos curas cinco meses cuando los militares eran dueños de la vida y de la muerte? Le puedo contar para qué.
P.- ¿Para qué?
La dictadura buscaba una base en la sociedad civil y religiosa. Había un vínculo importante entre el nuncio y Massera, y Videla quería que el Episcopado recibiera a su ministro de Economía José Alfredo Martínez de Hoz. Supongo que el nuncio convenció a los obispos. Orlando fue liberado un domingo. A las 48 horas el Episcopado estaba recibiendo al ministro de Economía. Así se explica que hubiera una visita importante, como dijo la guardia, al lugar del cautiverio de Orlando y Jalics cuando estaban secuestrados.
P.- Cree entonces que la liberación de los dos curas está relacionada con el encuentro de Martínez de Hoz y los obispos.
Tal cual. Fue un canje. Su libertad salió en los diarios inmediatamente, y cuando mi hermano y Jalics fueron liberados, se despertaron del sueño inducido en medio del campo y descubrieron que tenían dinero en los bolsillos. Así que la dictadura hizo sus negocios. ¿Por qué no los mataron y los tuvieron encerrados tanto tiempos? Eran una pieza de la negociación. Si la Armada hubiera estado segura de las acusaciones que recaían sobre ellos, los habrían matado en 24 horas.
El nuevo Papa
P.- ¿Siente rencor hacia Bergoglio?
Sí. Pero yo no puedo ser autorreferencial. A nosotros nos pasó algo malo con él. A otra gente no. Ahora, puedo estar en desacuerdo de que quiera una Iglesia pobre. Para mí, esto es una gilada. La opción por los pobres es también que la Iglesia comprenda cuál es el origen de la pobreza, que es la acumulación de riqueza por un sector muy reducido dentro de una lógica capitalista terrible. Acá crece la villa 31 y crece Puerto Madero [el barrio más rico de Buenos Aires], ¿cómo puede ser? Cuando Juan Pablo II donó su anillo a la gente de Brasil, ¿qué resolvió?
P.- Bergoglio ha dicho ahora que la Iglesia debe ser para los pobres.
En buena hora, pero lo que se precisa es una Iglesia que actúe sobre las causas de la pobreza. Habla del sufrimiento de los pobres pero no de la usura internacional que deja a la gente sin casa y sin comida. Yo espero una actitud más firme, y ojalá la tenga.
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stygma- Gran camarada
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- Mensaje n°93
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
Creo que no lo han puesto antes:
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- Mensaje n°94
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
le dan demasiada importancia al papa
Razion- Moderador/a
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- Mensaje n°95
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
День Победы escribió:le dan demasiada importancia al papa
No se de donde sos camarada, pero si vieras las tv argentina, verías el tremendo bombardeo exitista debido a este Papa. Sin embargo, es también una noticia política para debatir sobre todo por la posición tomada por diferentes sectores políticos al respecto.
No podría hablar de proyecciones, ya que no considero que haya nada que esperar de este personaje.
День Победы- Camarada
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- Mensaje n°96
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
Yo no veo la TV y mucho menos la argentina
Saludos.
Saludos.
Chapaev- Miembro del Soviet
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- Mensaje n°97
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
День Победы escribió:le dan demasiada importancia al papa
Creo que eres un elemento peligroso.
Actuas como los traidores que ocultan sus intenciones y conducen al pueblo al matadero.
Igual que los falangistas que engañaron a los campesinos que huian de malaga entregandoles al ejercito nazi-moro de los sublevados facciosos.
Quizá no conocimos a Leon XIII o a Pio XII, pero hemos conocido a HJP II y fue de todo menos un elemento "poco importante"
Asi que espero que desarrolles tu idea en lugar de lanzarla como una bomba de mano ideologica...
please...
Razion- Moderador/a
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- Mensaje n°98
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
En realidad no te estaba preguntando sobre tu método de información preferencial o algo por el estilo. De hecho podría haberme referido a los mass media en general con el tema del Papa. Lo cierto es que poco importa de la forma que nos informamos sino que es una realidad que se bombardea desde los mass media con las noticias que convienen para alienar a la población.Yo no veo la TV y mucho menos la argentina
Respecto al tipo de intervenciones que tuviste en este hilo, deberías hacerlas más extensas demostrando claramente tu postura y argumentos (como dijera Chapaev), debido a que si no parecen intentos de ensuciar el debate o de provocación.
Comparto otra nota de Horacio Verbitsky, un poco dura.
Domingo, 24 de marzo de 2013
EN 2005 PEREZ ESQUIVEL PEDIA AL ESPIRITU SANTO QUE BERGOGLIO NO FUERA PAPA
Se equivocó la paloma
En 2005, Pérez Esquivel dijo que el “ambiguo” Bergoglio creía que el trabajo con los pobres era cosa de “comunistas, subversivos, terroristas” y rogó al Espíritu Santo que estuviera bien despierto en el cónclave y no se equivocara. Esta semana, alguien muy parecido a él se abrazó con el papa Francisco y consideró erróneas mis afirmaciones sobre Bergoglio. Un rapto de unanimidad sin espacio para argumentos o disidencias, como en el Mundial o Malvinas. La prensa mundial divulga lo que aquí es tabú.
Por Horacio Verbitsky
Adolfo Pérez Esquivel en 2005: Para Bergoglio “aquellos que trabajaban socialmente con los sectores más pobres, más necesitados, eran comunistas, subversivos, terroristas”.
El 15 de abril de 2005, los cardenales llegaban desde todo el mundo a Roma, convocados para elegir al sucesor de Juan Pablo II como obispo de Roma. En el canal América, los periodistas Rolando Graña, Román Lejtman y Facundo Pastor citaron para su programa, Informe central, a la Madre de Plaza de Mayo Marta Ocampo de Vázquez, al Premio Nobel de la Paz de 1980, Adolfo Pérez Esquivel, y a mí. Las imágenes son acompañadas por la leyenda “El Papable. El oscuro pasado de Jorge Bergoglio”. Aparecen los documentos de mi investigación, con la firma y el sello de Bergoglio, mientras yo explico lo mismo que vengo repitiendo desde entonces. Pérez Esquivel recuerda que muchos obispos tenían un doble discurso, que cuando estaba detenido los obispos le decían a su esposa que intercederían por él “y después hacían todo lo contrario”. La pregunta concreta es sobre el desempeño del cardenal argentino. Sin dudar, Pérez Esquivel responde que “la actitud de Bergoglio se inscribe dentro de todas estas políticas de pensar que todos aquellos que trabajaban socialmente con los sectores más pobres, más necesitados, eran comunistas, subversivos, terroristas”. Marta Vázquez niega que Bergoglio haya hecho algo por la libertad de los sacerdotes Orlando Yorio y Franz Jalics. “El quería que desaparecieran totalmente.” Los periodistas piden opiniones sobre la posible elección del ex jefe jesuita. Pérez Esquivel responde con seguridad: “Un papa tiene que tener definiciones muy claras, muy concretas. Bergoglio es un hombre inteligente, es un hombre capaz, pero es una persona ambigua. Espero que el Espíritu Santo ese día esté despierto, y no se equivoque”.
El 18 de abril, los 115 cardenales se encierran en la Capilla Sixtina. Los temores de Pérez Esquivel están cerca de concretarse. Según su autobiografía, El Jesuita, Bergoglio fue el principal competidor de Joseph Ratzinger, quien resultó electo cuando el argentino decidió “dar un paso al costado” y pedir a todos que votaran por el alemán. Pérez Esquivel puede respirar tranquilo. El Espíritu Santo se mantuvo despierto, y el cardenal ambiguo que consideraba comunistas, subversivos, terroristas a quienes hacían trabajo social, vuelve a Buenos Aires como Arzobispo y presidente de la Conferencia Episcopal, mientras Ratzinger comienza su pontificado como Benedicto XVI.
Ocho años no es nada
En 2010, la revista alemana Der Spiegel proclama “el papado fallido” de Benedicto XVI y anticipa su posible alejamiento y retiro a un monasterio, para hacer penitencia por su fracaso. Al mismo tiempo, en Buenos Aires, Bergoglio publica su libro de autoalabanzas, en respuesta a las acusaciones que yo documenté y que Pérez Esquivel le formuló en aquel programa. El 11 de febrero de este año, el anticipo se concreta. Ratzinger anuncia en latín desde San Pedro que carece de vigor tanto del cuerpo como del espíritu para ejercer su ministerio y que lo abandonará a partir del 28. El 12 de marzo los cardenales se encierran bajo los frescos bíblicos de Miguel Angel y al día siguiente la chimenea arroja el esperado humo blanco. Bergoglio se asoma a la ventana histórica y anuncia en un italiano campechano que ha elegido el nombre de Francisco, porque un cardenal amigo le pidió que no se olvidara de los pobres. Ahora que el Espíritu Santo se distrajo como él temía, ¿qué dirá Pérez Esquivel? Su primera declaración afirma que otros obispos colaboraron con la dictadura, pero no Bergoglio, que a lo sumo no fue demasiado enérgico en la defensa de los derechos humanos. El Papa lo invita a visitarlo. Alguien muy parecido a Pérez Esquivel se reúne con Francisco en el Vaticano, el jueves 21. Hablan de la pobreza y de los derechos humanos, que no se agotan en los juicios por los crímenes dictatoriales, y se despiden con un porteño abrazo. Al salir, con la cúpula de San Pedro a sus espaldas, el visitante recibe a los periodistas. Está radiante de satisfacción. “Quizá Bergoglio no acompañó en la lucha, pero sí hizo una diplomacia silenciosa. Creo que Verbitsky comete muchos errores con acusaciones de ese tipo”, dice. ¿Qué ha ocurrido? ¿Es posible que un impostor se haya hecho pasar por el Premio Nobel de la Paz y haya engañado a la seguridad vaticana, al Papa y a los periodistas y que imite tan bien la voz característica del fundador del Serpaj? Mientras se esclarece si era él o no, son útiles algunas precisiones. Los cargos los formularon las víctimas de los secuestros de mayo de 1976. Yo me limité a reproducir lo que los tres escribieron (Yorio en una carta dirigida en 1977 al superior general de la Compañía de Jesús a través de su asistente; Mignone en su libro Iglesia y dictadura, de 1986, y Jalics en su obra de 1994, Ejercicios de Contemplación. Introducción a la forma de vida contemplativa y a la invocación a Jesús). También publiqué la versión autoindulgente de Bergoglio y entrevisté a Yorio, a Jalics y a la viuda de Mignone, Angélica Sosa, de modo que mi presunto error no estaría en los hechos, sino en haberlos publicado. Entramos en el terreno del delito de opinión. Distinto es el caso de Alicia Oliveira, que siempre ha dicho lo mismo de su amigo, padrino de bautismo de uno de sus hijos, porque vio a Bergoglio ayudando a sacerdotes en riesgo, está convencida de que en todos los casos actuó del mismo modo y considera infame cualquier demostración en contrario. Para estar a tono con el momento, perdono todo lo que ha dicho, pero no puedo tomarlo como un aporte al debate. Ella ya sostuvo la misma polémica con Mignone y cuando escribí sobre el tema consigné con todo detalle la posición de cada uno, con el respeto que ambos me merecen, igual que Pérez Esquivel. Para salir de dudas, se incluye aquí el link a la entrevista de 2005 en la que Pérez Esquivel reza para que no sea electo ese hombre ambiguo que denuncia el trabajo social como subversivo y terrorista (https://youtu.be/Qu2iET8fc5s). No hay mucho más que decir.
Tras un manto de neblina
De tanto en tanto, la sociedad argentina es atacada por raptos de euforia en los que un tema central reclama la unanimidad de las voluntades y la exclusión de los disidentes, como si su mera existencia ofendiera la exaltada sensibilidad colectiva. Ese poder hipnótico parece capaz de abolir diferencias, historias personales e intereses sociales. El que no salta es un inglés, o un holandés, o un cuerpo extraño a la Nación y enemigo del pueblo.
Los hijos de dos queridos compañeros pasaron en mi casa la tarde del invierno de 1978 en que terminó el campeonato mundial de fútbol. Una oleada humana con banderas bloqueaba las calles y en gran parte de la ciudad no circulaba el transporte. El nene, de cuatro años, caminaba aferrado a mi mano. Desde abajo miraba con recelo ese espectáculo desconocido. La nena, de un año y medio, pidió una banderita, con la que montada sobre mis hombros se sumó a la algarabía. Cuando llegamos caminando a la casa donde vivían, estaba el televisor prendido y la abuela repetía pasos de comparsa con una vincha y una bandera.
–Ahora que llegaron voy a salir yo a festejar, para que en Europa vean que aquí no corren ríos de sangre –dijo.
Sólo atiné a responder:
–¿No corren?
El hechizo se disipó y reaparecieron los contornos de la realidad brutal: el altar en la ventana, consagrado al padre de los chicos, asesinado nueve meses antes por el Ejército, velas encendidas y la carta de la madre, con el cuento infantil que le permitieron dibujar en el campo de concentración del que jamás regresó.
El obispo José Miguel Medina defendió los miles de millones de dólares que costó organizar el torneo, por “haber reflotado la argentinidad”. Sobre todo le entusiasmaba el uso de los colores de la bandera, que hizo “brillar por su ausencia los símbolos extraños de cierto rojo y de ciertas estrellas”.(1) Los católicos liberales de la revista Criterio (que dirigía el sacerdote Rafael Braun Cantilo, amigo de la familia Zorreguieta y confesor de la princesa Máxima, y en cuyo consejo asesor participaban el crítico de arte de Clarín, Fermín Fèvre, y el ahora columnista de La Nación Natalio Botana) objetaron que las denuncias sobre los campos clandestinos de concentración eran parte “de una batalla sobre la opinión pública”. (2) Interpretaron los festejos como “una opinión colectiva respecto de la forma en que era tratada, y maltratada, la patria en el extranjero. Una suerte de razón pública expresó su hartazgo por la crítica grosera, interesada o de mala fe”.(3) El ex decano de la Facultad de Teología de Buenos Aires y luego obispo Carmelo Giaquinta reflexionó en forma implacable sobre su conducta de aquel día, cuando festejó en la calle con sus alumnos al grito de El que no salta es un holandés. “¿Posible? Yo, que en mi vida fui sólo dos veces a la cancha, que apenas entiendo una pizca de fútbol, gritando como un estúpido, haciéndome cómplice del silencio que con ese triunfo se tendía sobre todos los crímenes de lesa humanidad. Merecería un tribunal como el de Nüremberg. [...] La misma Comisión episcopal de Migraciones y Turismo, ¿cómo no fue más crítica de la situación y sacó, en cambio, una declaración de apoyo al Mundial? [...] No tuvo que haber olvidado jamás que el escenario del Mundial era esta Argentina que tenía la obligación de estar de luto”. (4)
No sólo en las calles se gozó la fiesta de todos. El 29 de junio, el nuncio apostólico Pio Laghi reunió al Episcopado con la Junta Militar, algunos generales de la represión y dirigentes políticos. –Es la resurrección de la clase media –comentó el cardenal Raúl Primatesta.
–Es que antes la calle era de otros –completó Videla. (5) Varias veces, Laghi usó esos contactos para interceder por algunos casos especiales, como el licenciado en Letras Carlos Grosso, profesor en la Universidad jesuita de El Salvador. Grosso fue secuestrado durante el campeonato mundial y su empleador, Franco Macrì, intercedió por él ante el nuncio. Luego de una consulta, Laghi respondió que Grosso sería liberado en cuanto se borraran las huellas de las torturas que había padecido. Así fue. (6)
Aquella locura colectiva se repitió en 1982 con el desembarco en las islas Malvinas, apenas dos días después del salvaje castigo a una manifestación por pan, paz y trabajo. Hasta los perseguidos por la dictadura festejaron y ofrecieron su colaboración para la empresa patriótica, sin importar que el Comandante-Presidente fuera el ex jefe del campo de concentración rosarino de la Quinta de Funes y que los oficiales jefes que condujeron a las tropas hubieran participado en la represión clandestina, entre ellos Alfredo Ignacio Astiz y Mohamed Alí Seineldín, sobre quienes los apologistas inventaron historias conmovedoras, como la resistencia clandestina de los inexistentes Lagartos o los rezos que detuvieron la tempestad y llevaron a bautizar el operativo bélico como Virgen del Rosario. Mientras aquí se celebraba un ficticio reencuentro de pueblo y Fuerzas Armadas, desde su exilio europeo Raimundo Ongaro hacía llegar advertencias sobre lo que estaba por ocurrir, que nadie tenía interés en escuchar. Quienes sentían en forma más aguda ese extravío eran los soldados que fueron expedidos a las Malvinas sin vestimenta ni equipamiento adecuados, cuando escuchaban por la radio las versiones triunfalistas sobre lo que estaban padeciendo e incluso el entusiasmo que se extendía a los partidos del nuevo campeonato mundial, que se jugó en los días de la batalla. Pero llegó la resaca, como llegará ahora, y lo que quedó de aquellas jornadas fue la foto de una solitaria Madre de Plaza de Mayo en medio de la muchedumbre con un cartel que decía: “Las Malvinas son argentinas. Los desaparecidos también”.
(1) AICA, Boletín 1128, 3 de agosto de 1978, p. 10.
(2) “Vivir el Mundial”, Criterio, N 1789, 8 de junio de 1978.
(3) “Un triunfo para la paz”, Criterio, N 1791, 13 de julio de 1978.
(4) Carmelo Giaquinta, “Un obispo se confiesa”, revista Umbrales, editada por los padres dahonianos, Nº 62, mayo de 1996.
(5) “La calle era de otros”, Extra, Nº 157, julio de 1978.
(6) Luis Majul, Los dueños de la Argentina, Sudamericana, Buenos Aires, 1992, p. 139.
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- Mensaje n°99
Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
Dejo una canción que está haciendo furor en la tv argentina y en internet, para que de paso vea y aprenda el compañero День Победы lo que es la tv argentina y su grado de seriedad.
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Re: Jorge Mario Bergoglio : Francisco I
[quote="ajuan"]
Jalics: "Bergoglio no nos denunció a Yorio y a mí" en la dictadura
Parece que todos estan cambiando sus declaraciones, incluso el Premio nobel de la Paz Perez Esquivel.
menos mal que existen los archivos...
Jalics: "Bergoglio no nos denunció a Yorio y a mí" en la dictadura
Francisco Jalics, uno de los dos jesuitas secuestrados durante la última dictadura militar, aseguró hoy que el papa Francisco, el argentino Jorge Bergoglio, no lo denunció ante la junta militar.
"Estos son los hechos: Orlando Yorio y yo no fuimos denunciados por Bergoglio", afirmó Jalics en un comunicado publicado en la página web de los jesuitas en Alemania.
Poco después de la elección de Bergoglio como papa surgieron informaciones que apuntaban a que éste no ayudó lo suficiente a Jalics y Yorio, que formaban parte de su congregación y que fueron secuestrados y torturados en 1976.
En 1976, Bergoglio era el superior provincial de los jesuitas en la Argentina y los curas secuestrados -que fueron liberados meses después- pertenecían a su orden.
Según Jalics, que actualmente vive en una casa espiritual en Alta Franconia, en Baviera, es falso suponer que su secuestro y el de Yorio "se produjeron por iniciativa del padre Bergoglio".
"Antes me inclinaba por la idea de que habíamos sido víctimas de una denuncia. Pero a fines de los 90, después de numerosas conversaciones, me quedó claro que esa suposición era infundada", añadió el jesuita.
Jalics aclaró ahora además que Yorio y él fueron secuestrados por su conexión con una catequista que primero trabajó junto a ellos y "luego ingresó en la guerrilla". "Durante nueve meses no la vimos más, pero dos o tres días después de su detención también fuimos detenidos. El oficial que me interrogó me pidió los documentos. Cuando vio que había nacido en Budapest creyó que era un espía ruso", indicó.
"En la congregación jesuita argentina y en círculos católicos se extendieron en los años previos informaciones falsas que indicaban que nos habíamos mudado a los barrios carenciados porque pertenecíamos a la guerrilla. Pero ese no era el caso. Supongo que estos rumores fueron motivados por el hecho de que no fuimos liberados inmediatamente", añadió.
Tras el cónclave en el que Bergoglio resultó electo, Jalics había publicado un comunicado que tuvo diversas interpretaciones. "No puedo juzgar el papel de Bergoglio en estos sucesos", escribió en ese texto.
El Vaticano rechazó las acusaciones respecto al comportamiento del Papa Francisco durante la última dictadura y las calificó de una campaña de difamación.
En sus primeras declaraciones, Jalics reconoció que no fue hasta años después de su liberación y de haber dejado Argentina cuando habló sobre lo sucedido con el arzobispo de Buenos Aires.
"Después celebramos juntos una misa y nos abrazamos solemnemente. Yo me he reconciliado con lo sucedido y considero, por lo menos por mi parte, el asunto cerrado", aseguró sobre su secuestro durante la dictadura militar en 1976.
Los cuestionamientos al nuevo papa se centraron en la acusación de no haber ayudado a los dos jesuitas. El propio Bergoglio declaró haberles advertido de los peligros y haber intentado interceder por ellos ante la junta militar, pero sin éxito.
Yorio murió hace unos años, mientras que Jalics vive en una casa espiritual en Alta Franconia. Según su orden, actualmente se encuentra en Hungría.
Parece que todos estan cambiando sus declaraciones, incluso el Premio nobel de la Paz Perez Esquivel.
Se equivocó la paloma - Por Horacio Verbitsky
En 2005, Pérez Esquivel dijo que el “ambiguo” Bergoglio creía que el trabajo con los pobres era cosa de “comunistas, subversivos, terroristas” y rogó al Espíritu Santo que estuviera bien despierto en el cónclave y no se equivocara. Esta semana, alguien muy parecido a él se abrazó con el papa Francisco y consideró erróneas mis afirmaciones sobre Bergoglio. Un rapto de unanimidad sin espacio para argumentos o disidencias, como en el Mundial o Malvinas. La prensa mundial divulga lo que aquí es tabú.
El 15 de abril de 2005, los cardenales llegaban desde todo el mundo a Roma, convocados para elegir al sucesor de Juan Pablo II como obispo de Roma. En el canal América, los periodistas Rolando Graña, Román Lejtman y Facundo Pastor citaron para su programa, Informe central, a la Madre de Plaza de Mayo Marta Ocampo de Vázquez, al Premio Nobel de la Paz de 1980, Adolfo Pérez Esquivel, y a mí. Las imágenes son acompañadas por la leyenda “El Papable. El oscuro pasado de Jorge Bergoglio”. Aparecen los documentos de mi investigación, con la firma y el sello de Bergoglio, mientras yo explico lo mismo que vengo repitiendo desde entonces. Pérez Esquivel recuerda que muchos obispos tenían un doble discurso, que cuando estaba detenido los obispos le decían a su esposa que intercederían por él “y después hacían todo lo contrario”. La pregunta concreta es sobre el desempeño del cardenal argentino. Sin dudar, Pérez Esquivel responde que “la actitud de Bergoglio se inscribe dentro de todas estas políticas de pensar que todos aquellos que trabajaban socialmente con los sectores más pobres, más necesitados, eran comunistas, subversivos, terroristas”. Marta Vázquez niega que Bergoglio haya hecho algo por la libertad de los sacerdotes Orlando Yorio y Franz Jalics. “El quería que desaparecieran totalmente.” Los periodistas piden opiniones sobre la posible elección del ex jefe jesuita. Pérez Esquivel responde con seguridad: “Un papa tiene que tener definiciones muy claras, muy concretas. Bergoglio es un hombre inteligente, es un hombre capaz, pero es una persona ambigua. Espero que el Espíritu Santo ese día esté despierto, y no se equivoque”.
El 18 de abril, los 115 cardenales se encierran en la Capilla Sixtina. Los temores de Pérez Esquivel están cerca de concretarse. Según su autobiografía, El Jesuita, Bergoglio fue el principal competidor de Joseph Ratzinger, quien resultó electo cuando el argentino decidió “dar un paso al costado” y pedir a todos que votaran por el alemán. Pérez Esquivel puede respirar tranquilo. El Espíritu Santo se mantuvo despierto, y el cardenal ambiguo que consideraba comunistas, subversivos, terroristas a quienes hacían trabajo social, vuelve a Buenos Aires como Arzobispo y presidente de la Conferencia Episcopal, mientras Ratzinger comienza su pontificado como Benedicto XVI.
menos mal que existen los archivos...
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