gatopardo escribió:
Gracias, Dzerjinskii, el capítulo 5 es mi preferido.
Saludos.
De nada, igual tambien es interezante leer a Trostky ya que gracias a sus vacaciones en Mexico pudo estudiar de cerca el bonapartismo latinoamericano:
Sobre la liberación nacional, León Trotski (1938)“...El régimen interno de los países coloniales y semicoloniales tiene un carácter predominantemente burgués. Pero la presión del imperialismo extranjero altera y distorsiona tanto la estructura económica y política de esos países que la burguesía nacional (aun en los países políticamente independientes de Sudamérica) no alcanza más que parcialmente el nivel de clase dominante. La presión del imperialismo en los países atrasados no cambia, es verdad, su carácter social básico, ya que opresor y oprimido no representan más que diferentes grados de desarrollo de una misma sociedad burguesa. Sin embargo, la diferencia entre Inglaterra y la India, Japón y China, los Estados Unidos y Méjico es tan grande que tenemos que diferenciar estrictamente entre países burgueses opresores y oprimidos, y consideramos que es nuestro deber apoyar a los segundos contra los primeros. La burguesía de los países coloniales y semicoloniales es una clase semioprimida, semidominante. ..”
(Páginas 43 y44)
“En los países industrialmente atrasados, el capital extranjero juega un rol decisivo. De aquí la debilidad relativa de la burguesía "nacional" respecto del proletariado "nacional". Esto da origen a condiciones especiales de poder estatal. El gobierno oscila entre el capital extranjero y el doméstico, entre la débil burguesía nacional y el proletariado relativamente poderoso. Esto confiere al gobierno un carácter bonapartista "sui generis", un carácter distintivo. Se eleva, por así decir, por encima de las clases. En realidad, puede gobernar ya convirtiéndose en instrumento del capital extranjero y aherrojándo al proletariado con las cadenas de una dictadura policial o bien maniobrando con el proletariado y hasta llegando a hacerle concesiones, obteniendo así la posibilidad de cierta independencia respecto de los capitalistas extranjeros. La política actual está en la segunda etapa; sus más grandes conquistas son las expropiaciones de los ferrocarriles y de las industrias petroleras.
(…)Estas medidas permanecen enteramente dentro del dominio del capitalismo de Estado. Sin embargo, en un país semicolonial, el capitalismo de Estado se halla bajo la fuerte presión del capital extranjero privado y de sus gobiernos y no puede mantenerse sin el apoyo activo de los obreros. Por esto intenta, sin dejar que el poder real escape de sus manos, colocar sobre la organización obrera a una parte considerable de la responsabilidad por la marcha de la producción en las ramas nacionalizadas de la industria”
(Páginas 61 y 62)
Combatir al imperialismo para combatir al fascismo, León Trotski (1938)“El Méjico semicolonial lucha por su independencia nacional política y económica. Tal es, en su estado “actual”, el contenido fundamental de la revolución mejicana (...) En estas condiciones, la expropiación es el único medio serio de salvaguardar la independencia nacional y las condiciones elementales de democracia.
“El general Cárdenas pertenece a la serie de hombres de Estado de su país que han cumplido y cumplen la obra de Washington, de Jefferson, de Abraham Lincoln y del General Grant”
“(...) yo consideraría como un honor el tener aunque no fuera más que una parte de responsabilidad por la medida osada y progresista del gobierno mejicano. Pero no tengo la menor razón para hacerlo. Fue en los diarios que leí por primera vez el decreto.”
“La expropiación del petróleo no es ni comunismo ni socialismo: es una medida profundamente progresista de autodefensa nacional”.
“Marx no consideraba en modo alguno comunista a Abraham Lincoln. Esto no impidió a Marx, sin embargo, manifestar su profunda simpatía por la lucha que Lincoln dirigía. La Primera Internacional envió al presidente de la guerra civil una nota de salutación y Lincoln, en su respuesta, aprecia calurosamente este sostén moral”
“ (...) toda organización obrera del mundo entero, y ante todo de Gran Bretaña, tiene la obligación de atacar implacablemente a los bandidos imperialistas, su diplomacia, su prensa y sus lacayos fascistas. La causa de Méjico, es la causa de toda la clase obrera del mundo”.
(Páginas 55 a 60).
“Lo más importante y lo más difícil en política es, en mi opinión, por una parte definir las leyes generales que determinan la lucha de vida o muerte de todos los países del mundo moderno; por otra descubrir las especial combinación de esas leyes que se da en cada país. La humanidad moderna, sin excepciones vive bajo el yugo del imperialismo. No hay que olvidarlo ni por un instante. Pero esto no significa para nada que el imperialismo se manifiesta del mismo modo en todos los países. No. Algunos países son los que dirigen el imperialismo, otros sus víctimas. Esta es la principal línea divisoria entre los Estados y naciones modernos. El urgente problema del fascismo y la democracia debe encararse únicamente desde este punto de vista”
“Para Méjico, por ejemplo, democracia significa el deseo de un país semicolonial de escapar a los lazos de la dependencia, de dar la tierra a los campesinos, de elevar el nivel cultural de los indios y demás. En otras palabras, los problemas democráticos de Méjico tienen un carácter progresista y revolucionario”
“Los países coloniales y semicoloniales deben combatir en primer lugar al país imperialista que los oprime directamente, sin tener en cuenta si usa la máscara del fascismo o de la democracia”
(Página 67)
es más, ahora que lo pienso los trotskistas deberían hacer menos escándalos con respecto al “etapismo” y los frentes populares…