Saludos.
Continúo con los mensajes que adelanté iría publicando, unos que simplemente se limitan a definir o exponer mis posiciones respecto a los temas derivados de la apertura de este hilo, y otros que lo hacen a través de respuestas a intervenciones de otros foreros,
no sin antes volver a declarar que cuanto expongo aquí lo hago a título personal, como comunista veterano y que simpatiza con la Línea y el Movimiento de Reconstitución. No hablo nunca en nombre de organización alguna, si no como comunista “de a pie” y de muchos años de trayectoria que simpatiza con dicho Movimiento.Mis opiniones y mensajes sólo reflejan mis posiciones, desde las cuales entiendo yo, como persona comunista y a título individual, a día de hoy, la Línea y el Movimiento de Reconstitución Política e Ideológica del Comunismo.
Representantes o militantes activos de dicho Movimiento, no tengo duda alguna que seguirán participando del debate si lo consideran útil y pertinente para los fines de dicho Movimiento, independientemente de lo que deseen o esperen otros foreros, o de los reclamos, epítetos o críticas que les dirijan.
Yo hago exactamente lo mismo en este foro y allá donde surgen temas de debate o decisiones a tomar referentes al MC: intervenir cómo, cuándo y con las posiciones que considero oportunas según mi propia valoración, en vez de siguiendo valoraciones ajenas, las que siempre respeto el derecho de realizar, pero por las que no me siento obligado en lo más mínimo.
No obstante, como es bien sabido, me gusta debatir de forma respetuosa y limpia con otros que se consideran comunistas y debaten a su vez de forma respetuosa y limpia, siempre y cuando lo percibo como enriquecedor y clarificador para ambas partes y para el desarrollo sano y fructífero de la Lucha de Dos Líneas. Las fanfarronadas, las faltas de respeto y el “ir de sobrao” son caracterísitcas al debatir que me resbalan por completo, y cuando percibo esos elementos, corto todo debate con quien los manifiesta, dándome igual qué piensen los demás al respecto de mi retirada del debate con dicha persona. Cada persona y cada línea ideológica se reflejan por sí mismas muy bien en cada detalle del debate, como de las demás áreas de su actuar en la realidad.
PequeñoBurgués escribió:No, no me he leído las 28 páginas al completo. Puse ese mensajito para hacer más vivo el debate ya que el temilla de que el proletariado catalán se "despista" por temas nacionalistas no me queda del todo claro.
En unobde los mensajes de Jordi este afirma que al contrario que son españoles y mucho españoles en general. Y lo demuestran saliendo a votar en momentos críticos donde la españolidad catalana queda en disputa. Por lo que pude entender.
Este punto creo que es fundamental pues la independencia ayuda a que se dejen de tonterías y se centren en lo que importa... pero el argumento se invalida cuando resulta que al proletariado catalán se la trae al pairo el asunto. Por eso digo que esto requiere de estudios estadísticos para al menos tratar de entender la realidad del proletariado catalán.
Saludos.
Lo cierto,
PequeñoBurgués, es que las posiciones del Movimiento de Reconstitución no suelen estar basadas en análisis simplistas, si no muy profundos y cuidados, con un desarrollo de la Dialéctica Materialista, en mi opinión, muy bien realizado, por lo que si se quiere comprender su línea y su praxis, es conveniente leer sus textos completos. Estamos demasiado acostumbrados en la era del Twitter y de las mensajerías instantáneas, del Fast-food (y del fast-thinking, me temo) a creer que los mensajitos y escritos cortos son “mejores”, cuando a menudo sólo son más superficiales.
Pero bueno, eso de leer y escuchar a fondo, con un empeño tenaz en comprender a quien se lee o escucha (leer debería ser escuchar con los ojos), es algo que corresponde decidir a cada uno. Lo que gane y lo que pierda con su decisión, sólo lo ganará o perderá él mismo y nadie más.
Respecto a la pregunta que planteas, a mí me también me gustaría mucho si algún representante del M. de R. la respondiera. Personalmente tengo mi opinión al respecto, e intuyo que será muy parecida a la suya, pero en este caso, prefiero reservármela y dejar que contesten desde el MdR, si desearan hacerlo.
En líneas generales considero que la forma leninista, marxista y revolucionaria de plantear las cuestiones no se basa en “lo que hay” patente en un momento dado, si no también en cada elemento con potencialidad de actuar o de desarrollarse en un momento determinado y cuando las circunstancias se le vuelvan favorables, y ha de hacerlo además con la intencionalidad consciente de dirigirlo o encauzarlo, con la mayor antelación posible, en la dirección revolucionariamente más favorable.
La Dialéctica, a diferencia del Positivismo, no se basa sólo en lo patente y presente, si no también en lo potencial, en lo que “duerme” en forma de semilla o potencialidad dentro de un proceso en marcha, y en cómo “manejarlo” para que o sea favorable, o no interfiera al Movimiento Revolucionario, que nunca es seguidista, si no que dirije incluso de antemano (cuando es posible), anticipándose a los factores potenciales, para activarlos o desactivarlos según convenga al avance del proceso, del movimiento o devenir revolucionario, que siempre ha de ser consciente, alumbrado con la Dialéctica Materialista, además de con el bagaje de la experiencia revolucionaria. Todo un Arte y una Ciencia, como muy bien dijo Lenin.
El Marxismo, el Comunismo, no es una mera “ideología política”, si no un nuevo paradigma, una forma nueva y totalmente revolucionaria de ver, estar y actuar en la realidad, con el único fin de transformarla conscientemente en Comunismo, en bien de los seres humanos. No es “juego político”, ni siquiera es “obrerismo”, si no algo cualitativamente muy diferente, muy superior. Yo diría incluso que es la superación dialéctica de la “política”, si se me permite la expresión. Así al menos lo entiendo yo.
Respecto al tema nacional, lo cierto es que a mí me cuesta mucho menos identificar y “situar”, concretar, la Nación Catalana, o la Gallega o la Vasca, por ejemplo, que la Nación Española. Siempre teniendo en cuenta que una Nación es una realidad sociohistórica, es devenir, no es algo estático que existe de una vez y para siempre. Nada en absoluto es así en la Realidad. Y no por que me resulte difícil concretar la Nación Española, considero que no exista; simplemente me parece que es una Nación aún en desarrollo, aún no plenamente formada, definida y concretada en forma suficiente para situarla de forma clara en un territorio determinado.
Creo que ese proceso de concebir una España como Nación, como identidad sociológica e histórica común y unificadora comenzó más o menos con los Reyes Católicos, se consolidó o tomó mayor forma durante la época del Absolutismo y a partir de ella, pero con numerosos altibajos, pero que aún así ha ido dejando muchos “flecos” durante su proceso de conformación a lo largo de la Historia, proceso aún en marcha. Y algunos de esos “flecos” han resultado más pertinaces y reacios al proceso de lo que los defensores de construir la “Nación Española” hubieran sospechado o deseado.
En definitiva y en resumen, en mi opinón España ha existido mucho más como Estado unificado que como Nación unificada, convirtiéndose de hecho en un Estado plurinacional, a pesar de quienes deseaban y desean que España sea UNA Nación y no sólo UN Estado. Y esa situación de base guarda en su seno contradicciones y conflictos nacionales, porque hay naciones bajo el dominio del Estado Español que, periódicamente, se rebelan contra esa situación y reclaman su Derecho a la Independencia política respecto del Estado Español.
Los partidarios de la génesis y desarrollo de España como Nación, han sabido históricamente dotarse de un Estado propio, cosa que no han querido o sabido hacer las demás naciones que ahora están dominadas por el Estado español.
Con ello, el Estado español pudo constituirse, no sin resistencias periódicas, aunque nunca insuperables, pero a veces muy exarcebadas, como Estado dominante en las otras naciones sin Estado propio que cohabitan en esta extraña Península Ibérica e, incluso, más allá de ésta.
En mi opinión, es a esa realidad plurinacional y en devenir, en movimiento constante a la que los nacionaistas españoles, incluso con la mejor de sus intenciones, voluntades y entendimientos, llaman España e identifican con la “Nación Española”, como si Estado español y Nación española fueran una misma “cosa” o una misma realidad, cuando lo cierto es que los hechos les contradicen de tanto en tanto a lo largo de la historia, a veces de forma muy “molesta” e “irritante” para ellos.
El conflicto nacional está larvado, por irresuelto, en España. Punto. Las burguesías dominantes no han sido capaces de resolverlo hasta el día de hoy, en que les está “tocando las pelotas” desde la Nación sin estado propio de Cataluña. Para mí es evidente que negar esto es tratar de hacer comulgar con ruedas de molino, negar la mayor. Ante esto sólo hay dos alternativas:
la negación de las contradicciones por su superación dialéctica revolucionaria en el transcurso de la construcción comunista, que nos queda aún “un pelín” lejos, o
su negación por la opresión, más o menos cruenta, hasta aplastar o desactivar definitivamente cualquier manifestación de contradicciones nacionales, sellando así el problema con una unidad nacional forzosa o “negociada” bajo el ala de la alianza de clase “españolista”.
Y esta segunda se lleva intentando,
por burgueses y por proletarios, ya demasiado tiempo sin éxito.
O una u otra. Pero mientras triunfa una u otra, algo habrá que hacer con el “problema catalán” que está presente y activo aquí y ahora.
Lo que definirá, en mi humilde opinión, a cada comunista, su línea, si internacionalista o chovinista, será la postura que adopte ante ello, porque eso abstracto de “caminar juntos hacia el Comunismo”, en eso estamos de acuerdo; pero es a día de hoy aún una quimera; no es el problema real, inmediato, ante el que tomar posiciones. Porque, seamos realistas, camaradas, hoy no hay un solo comunista, individual o colectivo, que pueda hacer otra cosa al respecto que posicionarse política e ideológicamente; pero de ese posicionamiento dependerá en buena medida cómo se desarrollará el Movimiento Revolucionario cuando por fin tenga capacidad real de transformación social en esta “España” que todos queremos que algún día deje de ser lo que es, para ser simplemente un hermoso paraje de la Comuna Mundial, en vez de una Nación, una Federación o una Confederación de Naciones.
Así, posicionémonos, con honestidad y valentía, y que salga el sol por donde deba salir. Que luego, cada proletario y cada persona a secas, ya es mayorcita para saber qué hacer y con quién combatir llegado el momento; porque sólo una de las dos líneas ganará la lucha en el seno del MC: o la revisionista o la revolucionaria. Puede dar miedo equivocarse al tomar partido; pero antes o despés, habrá que hacerlo. Y para minimizar el riesgo de equivocarse, hay que preprarse y formarse como comunistas muy seria y honestamente.
Lo demás, es palabraría vana, que se la lleva el viento o se la comen los ratones de biblioteca... o los virtuales que se comen los bits y los Bytes.
Saludos... y no sé si se me queda algo en el tintero por ahora. Si así fuera, lo colgaré aquí, para que lo lea quien tenga paciencia para ello.