Aclaraciones pertinentes sobre el atentado terrorista en Barcelona y sobre el rol del islam [Recopilación documental]; Equipo de Bitácora (M-L), 2017
«El bombardeo de mentiras y ocultamiento de la prensa al respecto de las causas del atentado en Barcelona y del rol de la religión musulmana, tienen como objetivo la manipulación. Veamos punto por punto lo más importante a clarificar.
1) Tras los atentados del 17 de agosto de 2017 ha sido realmente bochornoso ver cómo los medios de comunicación burgueses hablan de este fenómeno. No buscan entender cuáles pueden ser los motivos que llevan a jóvenes menores de 25 años a radicalizarse y cometer un acto así, pasan de lejos por cuestiones elementales tales como: la inadaptación, el desempleo, la frustración, la discriminación, la falta de oportunidades, y un largo etc. que resultan de las relaciones capitalistas de producción que imperan y dan lugar a la exclusión, y que por lo demás redunda en el autoaislamiento subjetivo y cultural que se condensa en un proceso de «guetificación» que sufre buena parte de la inmigración y población musulmana, algo que se expresa en el sentimiento de «ellos y nosotros» en uno y otro lado.
Tampoco se analiza qué argumentos pueden vender los imanes «salafistas» para convencer a estos jóvenes para que desarrollen una ideología antioccidental que muchas veces se solapa al «takfirismo» –es una corriente fundamentalista del islam que acusa a otros musulmanes de herejía al no tener una lectura fundamental y por tanto de enemigos de Alá y el islam–; que los lleva en definitiva a perpetrar atentados contra objetivos civiles. También pasa desapercibido para esos medios la colaboración de España en las aventuras de Irak o libia, o los vínculos con Israel y EE.UU.; los dos países que más daño causan a los pueblos musulmanes hoy en día, y que de hecho están en el punto de origen del «yihadismo moderno», cuestión que si analizamos concluiremos que da argumentos de sobra a los fundamentalistas para nutrir su propaganda de un «islam sitiado» y a la defensiva ante la embestida del «cruzado occidental».
La hipocresía de la prensa occidental llega al punto de que los atentados de París, por ejemplo, fueron publicitados a todas horas, mientras atentados de mucha mayor magnitud ocurren cada poco tiempo en otros países menos «populares» sin que tengan cobertura alguna, y de hecho la mayoría de ellos se dan en países de población musulmana. Así el yihadismo lejos de lo que se cree, ha atentado desde 2000 al 2014 en un 87% de países de mayoría musulmana, no de mayoría cristiana ni judía; de hecho sépase como punto interesante no ha habido un solo atentado de ISIS contra Israel lo cual no puede ser una mera casualidad ya que ambos mantienen cordiales relaciones. Estos atentados han causado nada más y nada menos que más de 72.000 víctimas mortales, 63.000 de ellos en países donde el islam es la religión mayoritaria como decíamos: Irak han tenido un 7% de los atentados con 16.000 muertos aproximadamente; Afganistán un 4% con 14.000 muertos; Argelia un 2% con 2.300 muertos, Somalia un 1,5% con 3.600 muertos; Pakistán 1,4% con 7.2000 muertos; Nigeria un 1,2% con 10.000 muertos, etc. Datos irrefutables que desmontan la propaganda fascista de grupos como Hogar Social sobre el origen y el fin de estos atentados, pues los ocurridos en los países de Europa Occidental sólo constituyen un 0,1% de los 15. 818 atentados desde entonces. Durante la última década no hay por tanto un acoso a Europa como se dicen desde los medios fascistas. Ni siquiera con el recrudecimiento de los atentados en Europa con los sucesos de Berlín, Bruselas, Niza, París, y demás mofifica el hecho de que se está muy lejos de igualar lo que sufren los países africanos o asiáticos con el yihadismo. Otro dato: en 2017 de las 10.000 víctimas en los 939 atentados, un 95% se produjeron en países de mayoría musulmana. ISIS pretende atentar en esas zonas musulmanas porque a sus ojos son gobiernos traidores de la doctrina del Islam.
España y la doble moral de su gobierno es tal que es uno de los mayores exportadores de armas del mundo –la séptima potencia mundial–, y lo hace tanto a países de los que se queja de «falta de libertades democráticas» –Egipto o Venezuela– como de otros de los cuales ni se molesta en denunciar esa falta de derechos mientras simplemente se llenan los bolsillos con los negocios y beneficios de la industria armamentística –Turquía, Marruecos o Arabia Saudí–.
Como anotación los métodos del yihadismo en Europa han evolucionado desde un uso de arma blanca, pasando por explosivos hasta el uso de vehículos, lo que indica que para perpetrar un atentado masivo no hace falta métodos sofisticados ni conocimientos especiales, y que como otros terrorismos de la historia es muy fácil de sembrar el pánico si se desea, más cuando por cuestiones de fanatismo religioso y la idea de una vida llena de lujos y placeres en el paraíso, los yihadistas a diferencia de anteriores terroristas, no están dispuestos a ser hechos presos sino a dar la vida en el sentido literal, incluso con atentados suicidas. Véase este caso donde los terroristas después de los atentados portaban chalecos-bomba falsos con el objetivo de ser abatidos tras cometer la masacre. Según dicen los analistas en próximos años los ataques yihadisas se podrían centrar en ataques informáticos y a recintos como centrales nucleares.
Vale decir que los partidos revisionistas como siempre han hecho seguidismo sin hacer un análisis propio de la cuestión aprovechando la ocasión para rascar algo de simpatía publicando breves artículos que no ahondan en nada como han hecho el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) o su mutación Reconstrucción Comunista (RC). No se puede esperar otra cosa diferente de este tipo de escoria.
2) Otra cuestión a considerar es que si bien la célula que atentó en Barcelona está compuesta por elementos que proceden de familias de inmigrantes, pero no es menos importante que estos llegaron a España siendo niños. Es decir estamos ante el hecho de que esos jóvenes fueron íntegramente educados en suelo europeo, con el añadido, y al juzgar por las declaraciones de sus entornos, la radicalización se ha dado en un tiempo relativamente corto sin que nadie sospechase nada. Esto nos lleva de nuevo a las causas económicas-políticas ya expuestas. Y de hecho desmonta otro de los argumento de los medios de ultraderecha: «que la causa de estos atentados estaría en la acogida de refugiados».
3) Casi ninguna gran cadena de noticias ha hecho mención a la vinculación de Arabia Saudí con el Estado Islámico, Daesh o también denominado ISIS. Siendo que Arabia Saudí figura entre los mayores financistas de esta agrupación terrorista que se calcula en unos 2.000 millones de dólares anuales para infraestructuras, armas, mezquitas e imanes radicalizados en gran parte de países europeos y no europeos. Tampoco se ha relacionado los buenos tratos de Trump o del Rey Felipe VI de España –y su padre el Rey emérito Juan Carlos I–. De hecho España vende armas a Arabia Saudí para reprimir a su pueblo pero también para revenderlas o regalarlas a los terroristas yihadistas. Ni se ha hecho la debida mención a la autofinanciación del Estado islámico a través de países como Turquía o Israel que compran el gas y el petróleo de ISIS, pero no solo ellos, sino de países de la UE o Estados Unidos. Los comentarios en los medios sobre la financiación del yihadismo ha sido surrealista, achacando todo más a botines de guerra de ISIS que a financiación externa, directa y manifiesta. Lo mismo podríamos decir de las relaciones entre Qatar e ISIS, siendo la burguesía europea una de las mayores beneficiadas de las relaciones con las marcas de Qatar; y España es uno de los destinos favoritos de los inversores cataríes con 6.000 millones desde el año 2011. Incluso Hilary Clinton ha sido ejecutiva de la empresa Lafarge implicada en el escándalo de compra y venta de cemento y petróleo al Daesh.
4) No hay que engañar a la gente con el tema religioso. Los medios liberales no han criticado la religión musulmana básicamente porque la burguesía tiene un pacto de no agresión con las religiones consolidadas en España, la burguesía sabe por experiencia que la religión es su mejor aliada, en el caso de la burguesía imperialista española además es consciente de que el islam es inherente a gran parte de los inmigrantes asentados y nacionalizados españoles, así como para otro nutrido número en «situación de ilegalidad» pero que aún así forman parte del tejido productivo y de la actividad social. Por tanto para combatir el yihadismo saben que a estas alturas no se puede recurrir a contraponerlo con una vuelta al cristianismo católico más rancio e intransigente, porque la mayoría de la población indígena de España ya ha mostrado su indiferencia hacia la religión –siendo en muchos casos más una cuestión de «postureo» que de creencia, no cumpliendo ni de lejos con sus dogmas–, pero tampoco cabe para la burguesía la opción de una educación basada en el ateísmo científico para combatir el yihadismo a nivel nacional e internacional, porque básicamente estaría trabajando en contra de sus intereses de clase, ya que eso supondría barrer con todas las religiones y hacer a los trabajadores partícipes de una conciencia real del mundo que les rodea, avanzar en su formación ideológica y por tanto, empezar a plantearse que otros dogmas deben ser derribados como es el caso de la propiedad privada, creencias como la de que «el empresario es el que crea y da trabajo», etc. Un lujo que la burguesía no se puede permitir sin poner en riesgo sus intereses de clase.
5) Estos atentados llevan consigo una nueva oleada de intolerancia hacia los extranjeros y en especial a los individuos de aquellas poblaciones que profesan comúnmente el islam: como ya hemos visto este acto ha servido de punto de apoyo a grupos fascistas y reaccionarios de todo tipo que están gestionando el atentado para azuzar la agudización del racismo y la xenofobia que tendrá como víctima en general a la inmigración y en particular a los musulmanes, de hecho ya se han visto las primeras manifestaciones de grupos como Hogar Social amenazando a extranjeros con pintadas o manifestaciones del mismo estilo. Hay que recordar lo que significa el racismo y el nacionalismo, y sus usos históricamente:
«El nacionalismo tiene su origen en la premisa falsa y reaccionaria de que los pueblos están divididos en razas superiores e inferiores, «perfectas» e «imperfectas», y que las razas «superiores» deben dominar a las otras.
Una forma especialmente detestable y odiosa de nacionalismo burgués es el racismo, que divide a los pueblos en gobernantes «natos» y esclavos. Todos saben que el racismo fue la ideología oficial de los fascistas alemanes e italianos y de los militaristas japoneses. Los bandidos fascistas proclamaron abiertamente el derecho de la raza «superior» a esclavizar y exterminar a otros pueblos.
El racismo sirvió a los hitleristas como justificación de sus planes salvajes para conseguir la dominación del mundo. Es característico, sin embargo, que mientras de palabra declaraban al pueblo alemán como la raza «superior», de hecho, lo consideraban simplemente como carne de cañón para lograr los objetivos de rapiña de los monopolistas alemanes.
La ideología del racismo ahora ha sido inscrita en la bandera de los nuevos contendientes por la supremacía mundial: los imperialistas anglo-estadounidenses. La banda corrupta de políticos y científicos al servicio de los jefes de Wall Street y la City exaltan la superioridad imaginaria de la raza anglosajona sobre los demás pueblos.
Bajo la bandera del nacionalismo, los imperialistas traman conspiraciones contra la libertad y la independencia de los pueblos, organizan guerras de rapiña, inflaman conflictos nacionales entre los trabajadores, y saquean y oprimen a los pueblos coloniales. El nacionalismo es al arma viciada que utiliza la burguesía en su aplicación del viejo principio de los esclavistas «divide y vencerás». (S. Titarenko; Patriotismo e internacionalismo, 1950)
Las personas de mente aguda verán que el fascismo y el yihadismo van de la mano; nacionalismo, religiosidad a ultranza, modo de pensar patriarcal, belicosidad, y lo más importante para el tema que hablamos: uno suele crecer exponencialmente junto al otro ya se dan motivos recíprocos para la desconfianza y así como para retroalimentar sus mentiras y engaños. Así mismo el yihadismo va de la mano del aumento de los beneficios para la industria armamentística y el establecimiento de nuevas leyes de seguridad. ¿Es evidente como de beneficioso vuelve a ser para la burguesía un fenómeno que en principio no lo parece a simple vista? Algunos ven el yihadismo solamente como un peligro y problema para los gobiernos occidentales, pero si se analiza se ve que la burguesía puede aprovecharse de él y que incluso le conviene darle cierta manga ancha siempre que no se descontrole demasiado. El crear el ideario de un pequeño grupo de terroristas amorales que lucha llevándose de forma indiscriminadas víctimas inocentes contra un gran gobierno unitario y preservador de los «valores culturales de la nación como la libertad» es un esquema muy bonito e idealista en el que la burguesía se siente a gusto, refuerza su autoridad frente a sus séquitos y sirvientes, y de paso cumple el rol de dispersor de los temas centrales de la lucha de clases.
No se puede reducir todo atentado existente como hacen algunos a un «ataque de bandera falsa» autoperpetrado por la burguesía en el poder porque sería algo irreal. El terrorismo bien sea provocado de forma directa o indirectamente también acarrea a su vez problemas para la misma burguesía en el gobierno, ya que desde grupos rivales políticos se le reclama por no saber atajar la oleada de ataques terroristas y no «saber defender a la ciudadanía», se crea un desconecto entre las masas trabajadoras por el estado constante de inseguridad en las calles, y por último económicamente supone un freno en sectores como el turismo que afectará a la burguesía y pequeña burguesía. Por ello la burguesía en el poder no puede hacer uso exclusivo del fenómeno del terrorismo para mantenerse y reforzar su posición de poder, más bien puede aprovecharse del fenómeno una vez acaecido o fomentarlo en diversos momentos para fines muy concretos, pero sin pasarse, ya que las consecuencias pueden suponer su caída política en favor de otras agrupaciones. Por ello en cada atentado terrorista debemos analizas todo sin apresurarnos a simplemente calificar sin pruebas concluyentes que los atentados terroristas siempre son autoataques, sino nos acercaríamos más a charlatanes de la «conspiranoia» que a analistas marxistas.
Como ya expresamos sobre el idilio del terrorismo y la burguesía en cualquier época, hay que saber que:
«La cuestión del terrorismo es para la burguesía un juego permanente de equilibrismo». (Equipo de Bitácora (M-L); Estudio histórico sobre los bandazos oportunistas del PCE(r) y las prácticas terroristas de los GRAPO, 30 de junio de 2017)
6) En esa encrucijada en que se ve la burguesía española con el tema de la cuestión yihadista y la cuestión religiosa se puede notar que si lo maneja bien puede aprovecharse del fenómeno yihadista para azuzar las medidas de seguridad y de tipo «antiterrorista», medidas que debido a su ambigüedad se usan no solo para la teórica «lucha contra el yihadismo» sino también para resguardarse las espaldas en las venideras luchas de los trabajadores contra la patronal. En ese sentido, y no podía ser de otro modo, el terrorismo yihadista opera en contra de los intereses de las clases trabajadoras y en beneficio de la burguesía gubernamental. Ya hemos explicado en otras ocasiones la relación histórica que guardan las leyes antiterroristas con las bandas terroristas de los 60 y 70 en Europa y su evolución para adaptarlas al fenómeno del nuevo terrorismo yihadista. En los países que no tienen legislación antiterrorista se legisla como delitos comunes, a excepción de países donde generalmente han existido varias bandas armadas y que a su desaparición simplemente se ha adaptado el viejo código o se ha creado uno nuevo partiendo del anterior actualizándolo para aplicarlo para el yihadismo:
«Aquí se comprueba que estas leyes antiterroristas son realmente ambiguas, se pueden aplicar a cualquier mando que subjetivamente crea que hay sospecha de actividades terroristas y al activarse se tiene derecho a propasarse con la intimidad del investigado y hasta quedarse con los bienes del mismo y su organización si es declarado culpable. ¿Significa que todos estos países son fascistas o que es un reglamento jurídico clásico de las democracias burguesas para aprovecharse del fenómeno del terrorismo? En realidad estas leyes son visibles en la mayoría de países europeos que tuvieron en su seno bandas terroristas durante los años 70:
Pero no olvidemos para que se implantaron en su momento:
«En los años 70 era muy común la denominación de terrorista a cualquier grupo que usara la violencia como método de autodefensa, en forma guerrillera, insurreccional, en forma de terrorismo individual sin conexión con las masas, etc., con ello los gobiernos buscaban que su población relacionasen a los partidos marxista-leninistas con los grupos de bandidos, anarquistas y terroristas». (Equipo de Bitácora (M-L); Las primeras polémicas decisiones gubernamentales de Trump [Recopilación Documental], 2 de febrero de 2017)
Como dijimos pues:
«Las leyes antiterroristas han sido actualizadas desde entonces, ahora bajo la excusa del yihadismo, un nuevo fenómeno terrorista que la burguesía explota en sus medios de comunicación amplificando la histeria. Una vez más insistimos en que el terrorismo es uno de los juguetes preferidos de la burguesía para amedrentar y distraer a las masas trabajadoras de los problemas sociales candentes mientras se llena los bolsillos en materia de equipos de seguridad o vendiendo las armas a los mismos que dicen son el peligro». (Equipo de Bitácora (M-L); Estudio histórico sobre los bandazos oportunistas del PCE(r) y las prácticas terroristas de los GRAPO, 30 de junio de 2017)
Por ello el problema del yihaidismo una vez planteado para la burguesía española, lo intentará desviar hacia los cauces requeridos por ella: intentando obtener un número bajo de atentados para no dañar demasiado la imagen de sus cuerpos de seguridad ni perder crédito político ante sus votantes, intentando impulsar y aprovecharse de sus leyes antiterroristas para aplicarlas a otros ámbitos como por ejemplo huelgas.
7) El atentado también ha revelado a cabalidad otros problemas: la «gentrificación» que está sufriendo Barcelona, la expulsión de los barceloneses a causa del turismo, la especulación con la vivienda y la precariedad laboral, solo hay que ver la proporción de extranjeros víctimas del atentado. En el mismo sentido y sin menospreciar a ninguna víctima mortal, a los medios de comunicación les interesa el suceso, instigar el adormecimiento de las masas, por eso resulta más importante un atentado que los 300 trabajadores –uno menos que en el 2016– muertos en accidentes laborales en el primer semestre del año en curso. Así mismo el atentado ha servido a los nacionalista-chovinistas españoles y catalanes para intentar reforzar sus posturas respecto a la cuestión de la independencia siendo el atentado el arma arrojadiza.
Además, a quedado en evidencia que la «Policía de la Generalitat - Mossos d'Esquadra» en particular, y española en general, no han actuado para prevenir los atentados a pesar de la advertencia de instituciones belgas al respecto de la actividad del imán de Ripoll, ni tampoco después del aviso el 25 de mayo del CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado) de EE.UU. a los Mossos d'Esquadra sobre un posible atentado en verano en Barcelona, en concreto en las Ramblas, como ha salido a la luz en varios medios –tras semanas donde los Mossos y el Govern lo negaban–. Estos hechos destapan que ha habido una completa negligencia como mínimo y que han osado mentir al público negando la advertencia que tenían sobre este tipo de atentados. Y algo que está pasando inadvertido: ¿Cómo es posible también que la policía sea incapaz de emplear formas no letales y abata a los terroristas sin más?
Tampoco podemos dejar pasar que se haya convertido a en una suerte de héroe a Josep Lluís Trapero –Mayor de los Mossos d'Esquadra– por la supuesta entereza en su trabajo. Algo absurdo cuando el fin de semana del atentado se fue tranquilamente a ver el partido Barça-Betis mientras otros hacían el trabajo antiterrorista, un tipo elevado a la celebridad por un incidente ligado a la lengua por el tema del catalán y el castellano, típica cuestión de polémica para nacionalistas de uno y otro lado. Este «héroe», como decimos, es el mismo que negó el día del atentado haber sido informado de que las Ramblas era un objetivo de los yihadistas, y el mismo que ha criticado a la prensa por dar luz a los hechos, posteriormente junto al conseller de Interior del gobierno de Cataluña Joaquim Forn reconoció haber recibido un «aviso poco creíble» de la posibilidad del atentado en las Ramblas.
El terrorismo, en este caso el yihadista, ha sido una oportunidad más para la burguesía –en especial catalana– para sacar brillo y lavar la cara a sus medios de represión presentarlos como «héroes sin el reconocimiento debido por su lucha contra la delincuencia y el terrorismo», en este caso la campaña de marketing favorable ha ido hacia los Mossos d'Esquadra, la policía autonómica de Cataluña, quienes últimamente se habían ganado una muy mala fama siendo más conocidos por las denuncias y sentencias judiciales por maltratar a los detenidos –algunos de ellos acusados por delitos menores–, o su último escándalo: la brutalidad contra los manteros en el Metro de estación de Catalunya, así que a los que pretenden magnificar a los cuerpos de seguridad de la burguesía catalana, les decimos que buen intento pero no pueden tapar el sol con un dedo:
«Observamos además como sectores que se pretenden de «izquierda» e incluso marxistas, sin ninguna idea clara de lo que estas fuerzas nacionalistas persiguen, apuestan por mostrarse como aliados y defensores de un proyecto burgués capitaneado por la burguesía catalana –Junts pel Sí– y la pequeña burguesía catalana –la CUP– que anhelan un Estado igual o más capitalista y represivo que el español, algo que se puede identificar en los actuales rasgos de la Generalitat en: 1) la brutalidad represiva de la policía autonómica –«Mossos d'Esquadra»–, y la protección de esos cuerpos por la justicia; 2) los muertos sistemáticos en los Centro de Internamiento de Extranjeros en los últimos años; 3) los centros de vigilancia electrónica y ciudadana; 4) los convenios firmados con el Estado de Israel, especialmente en materia de educación y militar; 5) el vaciamiento de contenido de la Seguridad Social; 6) la privatización de servicios públicos como el agua, así como de las redes viales; 7) los elevadísimos salarios de los funcionarios electos y camarilla cooptada, incluso superior a la del Estado español, etc». (Equipo de Bitácora (M-L); Estudio histórico sobre los bandazos oportunistas del PCE(r) y las prácticas terroristas de los GRAPO, 30 de junio de 2017)
He aquí una razón que explica porque para la burguesía el terrorismo es una escaparate para que se luzca la burguesía y crear en el colectivo mental que sus instituciones nos protegen, que están de nuestro lado. Lo peor es que como indicamos, hay muchos que les sigue el juego. La burguesía catalana independentista utiliza la supuesta buena actuación de los mossos para ejemplificar que sus cuerpos están preparados para asumir una independencia y desconexión total de España, –ya se habla de la creación de un ejército catalán–, mientras tanto dentro de la burguesía española, la «burguesía de izquierda» dice que la actuación ha sido genial y que tienen una gran policía autonómica, y la «burguesía más a la derecha» azuza a los mossos por las negligencias manifiestas en seguridad antiterrorista para ejemplificar que Cataluña no puede vivir sin la protección de España ni sin la colaboración entre la policía nacional española y la policía autonómica catalana para garantizar el bienestar de los ciudadanos catalanes. Cada burguesía juega su carta. La burguesía saca tajada de todo.
El yihadismo da la oportunidad perfecta a la burguesía de reforzar la idea de que la democracia burguesa ocupa un lugar intermedio entre los «extremismos» y «totalitarismos». Se nos ofrece como el baluarte del sistema político-económico más democrático de la humanidad, en el cual se promueve y financia –incluso con ayuda estatal– la religiosidad en la cultura sin complejo alguno bajo la excusa de la «diversidad cultural y de atender las necesidades de los creyentes» –como si la religión fuese una «necesidad» para una persona–, se expone y se anima la diversidad religiosa como un ejemplo de «progresismo» manifiesto de una sociedad. Una gran pantomima.
Estos días los medios de comunicación en España –salvo los más fascistoides como 13TV o Intereconomía– han dado voz a ideólogos liberales que defienden la religión musulmana y califican el yihadismo y el Daesh, como «una mala interpretación del islam». Estos comentarios ya han venido abundando y propagándose desde los primeros brotes de atentados yihadistas en Europa:
«Son los primeros que no siguen los preceptos; entre otras cosas, las muertes», reprocha Javier Rosón, analista del islam en Europa de Casa Árabe. Sin embargo, los terroristas del grupo «Estado Islámico» (EI) invocan el nombre de Dios al cometer atentados y pretenden erigirse como principales valedores del islam. Por culpa de ello, comunidades musulmanas de todo el mundo se ven obligadas a recordar que no los representan. Así, «el Corán tiene una ciencia aprobada mundialmente por todos los científicos. Lo que los terroristas hacen es un corta y pega al gusto», lamenta Abdelaziz Hammaoui, uno de los mayores estudiosos del islam en España: imán, teólogo musulmán, profesor de la Cátedra de las Tres Religiones en la Universidad de Valencia y presidente del Centro Cultural Islámico de Valencia... (...) «El islam es una religión de paz. Lo primero y principal es no matar a otro», subraya Javier Rosón. (...) Otro referente en España es Mounir Benjelloun, presidente de la Comisión Islámica de España y de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas: «Someter el islam a interpretaciones literales del Corán, sería injusto y equivocado». (...) Las excepciones en las que el Corán sí justifica matar a otra persona se resumen en una motivación por defensa propia. Se producen en el contexto histórico bélico en los inicios del islam y hoy sólo podrían ser aplicables si lo ordenase una autoridad estatal, coinciden todos los expertos consultados». (El español; Estado Islámico contra el Corán: las pruebas de que no tiene nada que ver con el islam, 14 de diciembre de 2015)
Aquí hay que hacer un alto. Primero cuando aquí se habla que hay individuos de la comunidad científica que aprueban el islam, entendemos que se refiere a los mismos teósofos, científicos y demás personalidades que a lo largo de la historia han intentado mezclar religión y ciencia, que son como el agua y el aceite. Un bluf a todas luces:
«Ese daño generalizado que causa la religión nace de ese «sentido común» que en gran medida está determinado por lo que la sociedad entiende como bueno o malo, es decir, del dualismo religioso que coloniza el pensamiento y que intoxica los procesos del razonamiento desde edades tempranas. De hecho, esta influencia es la que explica en última instancia el porqué sujetos con una gran preparación educativa, que les hace disponer de los elementos para cuestionar los dogmas religiosos, siguen atrapados por los mismos. (...) Las religiones se basan en la negación de la razón en favor de la supremacía de la fe –el dogma que todo lo explica sin explicar absolutamente nada–. Recordemos que las religiones en general, son formas de dominación cuya lógica discurre inversamente al materialismo histórico, o lo que es lo mismo, su «lógica» –por decirlo de alguna manera– es que la realidad material fluye desde el ideal –dios–; que al ser aceptada como una cuestión inobjetable se acepta implícitamente que somos esclavos de un orden superior que desconocemos y al que está subordinada la materia; entiéndase que «la relación con dios» fue determinada por sociedades esclavistas de la edad de piedra y esa es la razón última de que esa relación sea en condiciones de amo-siervo, amo-esclavo. Además, la forma en que entienden discurre la realidad hace que la misma no pueda ser estudiada, entendida, explicada, transformada o revolucionada; para esta lógica deísta la material es insustancial, carente de procesos activos y condicionales. He allí la gran utilidad de la fe para los poderosos». (Equipo de Bitácora (M-L); Materialismo dialéctico y religión; el conflicto permanente, 7 de diciembre de 2011)
No por casualidad en Europa de la Edad Media cuando los monjes cristianos monopolizaron la filosofía y otros campos se causó uno de los mayores atrasos en la historia del conocimiento y el saber científico, por todos es sabido que los dogmas de San Agustín y Tomás de Aquino que daban una explicación religiosa al mundo fueron tomados como interpretación oficial de la iglesia hasta hace bien poco, y de hecho hoy siguen utilizándolos a baja escala; este mismo retroceso fue causado por el islam a otros pueblos, adaptándose en sus zonas unos Estados teocráticos, adoptando algunos de los avances de otras culturas y difundiéndolas sin duda, pero a la vez inundando cada vez más del irracionalismo y el dogma religioso a las investigaciones científicas y a la filosofía en general:
«Este debate de la Europa del siglo XVII se había producido en el islamismo ya en el siglo XI. Lo resolvió al-Ghazali, pero a favor de la religión y no de la razón. A partir de este momento, las investigaciones filosóficas en el marco de la teología musulmana debían llevarse a cabo según el Corán, la ley del islam, que era considerada como «la ciencia de las ciencias» y todo debía relacionarse con ella y no con la razón y según la razón. La ley coránica no puede ser objeto de enmienda ni mejora alguna. Es la perfección misma, es la palabra de Alá. La religión, pues, asume la misión de perfeccionar la humanidad. Las tesis de Algazel son: «El Islam es lo absoluto, lo divino y lo racional». «Dios en su omnipotencia ha creado el mundo. Ser o no ser depende de su voluntad». (Enver Hoxha; El glorioso pasado de los pueblos no puede ser ignorado, 1983)
El segundo argumento es que por la situación del nacimiento del islam y el Corán se alojaron expresiones belicistas para defenderse del resto de religiones, lo que viene a reconocer que como otras religiones mundiales, se ha tenido que extender a base de guerrear y pasar por encima de otros. El islam como tal, no propaga la intolerancia y el belicismo religioso por cuestiones defensivas, sino con vocación ofensiva y por cuestiones de índole meramente religiosas, basando todo en cuestión de «creyentes versus infieles», como el cristianismo mismo ha hecho siempre. Una política de expansión:
«El musulmanismo como ideología de choque comenzó ya en vida de Mahoma, quién con algunas expediciones de escasa envergadura rebasó el marco del desierto de la Península Arábiga. Las verdaderas ofensivas y conquistas llegarían después de la muerte de Mahoma, de manos de los califas o vicarios suyos, los weqil, jefes o guías de las comunidades musulmanas. De modo que en el período de los califas Abú Bakr, Omar, Othman, Muawiyya y Walid fueron conquistados Irak, la Palestina Bizantina, Siria, Jerusalén, Mesopotamia, Egipto y Cirenaica, Chipre, Persia Oriental, la isla de Rodas y Esmirna, España, y se emprendió el ataque en dirección a la Galia, al Oriente Transoxiano, a la India, etc. Todo aquel espacio y los pueblos de los países que comprende fueron conquistados en el siglo siguiente a la muerte del Profeta». (Enver Hoxha; El glorioso pasado de los pueblos no puede ser ignorado, 1983)
Tercero. El Corán está repleto como la Biblia de frases contradictorias que por un lado muestran caridad, piedad, y pacifismo, y en otros párrafos dan muestras de lo contrario, siendo por tanto incoherentes:
«De ahí la «tolerancia», el relativo consentimiento del islamismo hacia las otras religiones. Pero esta «tolerancia» era solamente relativa, ya que por principio los suras del Corán hablan de la guerra (chihad) contra los infieles, se entiende contra aquellos que no admiten o rechazan la religión islámica». (Enver Hoxha; El glorioso pasado de los pueblos no puede ser ignorado, 1983)
¿Pero es cierto por tanto todo esto que se dice del islam en líneas generales estos días en la televisión, prensa y radio? Para nada, y es menester desglosarlo con los propios textos del Corán para abrir los ojos a la gente.
a) Dicen que «el islam es una religión de paz»:
«Cuando vuestro Señor inspiró a los ángeles: «Yo estoy con vosotros. ¡Confirmad, pues, a los que creen! Infundiré el terror en los corazones de quienes no crean. ¡Cortadles del cuello, pegadles en todos los dedos!». (Corán; 8:12)
Justifica precisamente las matanzas diciendo a sus feligreses que esas acciones en verdad no las cometen ellos sino que es obra y voluntad de Dios:
«No erais vosotros quienes les mataban, era Alá Quien les mataba. Cuando tirabas, no eras tú quien tiraba, era Alá Quien tiraba, para hacer experimentar a los creyentes un favor venido de Él. Alá todo lo oye, todo lo sabe». (El Corán; 8:17)
b) El islam promueve la tolerancia y el entendimiento entre diferentes pueblos y religiones:
«¡Creyentes! ¡No toméis como amigos a los judíos y a los cristianos! Son amigos unos de otros. Quien de vosotros trabe amistad con ellos, se hace uno de ellos. Alá no guía al pueblo impío». (Corán; 5:51)
Es más el Corán prohíbe tajantemente el entablar amistad con ellos so pena de castigo eterno:
«Los hijos de Israel que no creyeron fueron maldecidos por boca de David y de Jesús, hijo de María, por haber desobedecido y violado la ley... (...) Ves a muchos de ellos que traban amistad con los que no creen. Lo que han hecho antes está tan mal que Alá está irritado con ellos y tendrán un castigo eterno». (Corán: 5:78 y 80)
c) «El islam no busca el sometimiento por medio de la coacción»:
«A quienes no crean en Nuestros signos les arrojaremos a un Fuego. Siempre que se les consuma la piel, se la repondremos, para que gusten el castigo. Alá es poderoso, sabio». (Corán; 4:56)
d) «El islam no es misógino ni promueve el golpear a las mujeres»:
«Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Alá ha dado a unos más que a otros y de los bienes que gastan. Las mujeres virtuosas son devotas y cuidan, en ausencia de sus maridos, de lo que Alá manda que cuiden. ¡Amonestad a aquéllas de quienes temáis que se rebelen, dejadlas solas en el lecho, pegadles! Si os obedecen, no os metáis más con ellas. Alá es excelso, grande». (Corán; 4:34)
e) «El islam no promueve las guerras ni religiosas ni de ningún tipo»:
«¡Id a la guerra, tanto si os es fácil como si os es difícil! ¡Luchad por Alá con vuestra hacienda y vuestras personas! ». (Corán; 9:41)
f) «El islam respeta a los ateos o a elementos de otra religión»:
«¡Que no crean los infieles que van a escapar! ¡No podrán! ¡Preparad contra ellos toda la fuerza, toda la caballería que podáis para amedrentar al enemigo de Alá y vuestro y a otros fuera de ellos, que no conocéis pero que Alá conoce! Cualquier cosa que gastéis por la causa de Alá os será devuelta, sin que seáis tratados injustamente». (Corán; 8; 59 y 60)
g) «El islam no discrimina a nadie ni les impone medidas especiales»:
«¡Combatid contra quienes, habiendo recibido la escritura, no creen en Alá ni en el último Día, ni prohíben lo que Alá y su enviado han prohibido, ni practican la religión verdadera, hasta que, humillados, paguen el tributo directamente!». (Corán; 9:29)
h) «El islam no persigue a los que considera infieles»:
«Quien no cree en Alá y en su enviado. Hemos preparado para los infieles fuego de gehena». (Corán; 8;59 y 60)
Se llega al punto en que se afirma que Dios ha enviado a Mahoma para directamente hacer predominar el islam sobre las otras religiones:
«Él es quien ha mandado a su enviado con la dirección y con la religión verdadera para que, a despecho de los asociadores, prevalezca sobre toda otra religión». (Corán; 9:33)
Es más, el islam promueve el romper con tu familia como cualquier otra secta si tus familiares cercanos no son creyentes:
«¡Creyentes! No toméis como amigos a vuestros padres y a vuestros hermanos si prefieren la incredulidad a la fe. Quienes de vosotros les consideran amigos, ésos son los impíos». (Corán; 9:23)
Queda demostrado de sobra que quien afirma que el islam es paz, concordia, misericordia y tolerancia es el mayor de los mentirosos o el mayor de los ignorantes. Que un imán suelte estas necedades es normal, al igual que el párroco católico, tiene que lavarle la cara a su retardataria religión, y a sus párrafos reaccionarios, de otra forma su religión es indigerible para una persona progresista.
Como apunte decir que el Corán es el documento de las «religiones abrahámicas» que menos referencias hace al uso de la violencia, y aún así vemos como lleva al ejercicio primitivo de la misma, es además una expresión nacionalista-chovinista-patriarcal como todas las religiones abrahámicas. Además, debido a que su contenido no tiene orden cronológico, a que tampoco intenta explicar hechos históricos, sino que es más bien una suerte de monólogo, una suerte de «flujo de ideas» escritos en un estilo de tipo poético –de hecho Corán se traduce como recitación–: estos elementos complica la comprensión del creyente y se presta fácilmente a dar interpretaciones dispares tanto como se quiera, esto se agrava por el hecho de que hay un nutrido grupo de comunidades islámicas sumidas en el analfabetismo absoluto y relativo. En resumidas cuentas que se trata de un religión sustentada en el «idealismo filosófico» que tiene por objetivo, como toda religión, sujetar el pensamiento individual y colectivo, y mantenerlo sometido según los intereses de la clase dominante. El islam, hace parte pues de todas esas creencias que las masas trabajadoras necesitan vencer en el camino que va al socialismo. Tan simple como eso.
A ejemplo de lo que produce el islam, reproduzcamos lo que dentro de un intercambio de opiniones relataba uno de nuestros jóvenes lectores habituales sobre la influencia de la religión musulmana en su familia y el desarrollo de sus comportamientos y pensares:
«Camaradas pondré mismamente el ejemplo de mi madre, pues alguna que otra vez, ella me comenta a mí –o a ciertos miembros de mi familia que no solemos rezar debido a nuestro ateísmo algunos y, otros, por ser creyentes pero no practicantes– cosas similares como: «yo no debería comer junto a vosotros puesto que no rezáis». Pero aún así y con todo ello, se salta a la torera esa «regla», y de igual manera, acaba comiendo con nosotros con total regularidad.
Pero es curioso, porque luego se contradice a ella misma también de nuevo, cuando, últimamente, me dice tanto a mí como a mis hermanos –con cierta frecuencia– que deberíamos reunirnos o juntarnos todos los hermanos –o los miembros familiares que nos encontramos en la casa en ese momento– cuando llega la hora de la comida, cena, etc.
Así, pues hay muchos ejemplos y situaciones podría exponer acerca de las miles de contradicciones de detalles, tanto de menor o mayor peso, en las que mi madre y todo musulmán, llega a incurrir por la pesada carga religiosa que se les echa encima.
Por ello, se puede decir que mi madre, como musulmana super devota de «su» religión islámica –y al igual que el resto de musulmanes que sean más o menos devotos–, pues es un buen ejemplo de lo que comentas en tu publicación acerca de las mil y una contradicciones que presentan las religiones, así como los religiosos.
Pero todo ésto, ya no sólo lo es aplicable, claramente, al dogma del islam, así como a los musulmanes, sino también lo es extensivo a las demás dogmas mitológicas abrahámicas, etc., en general. (...) El islam al ser una religión tan apegada y penetrada increíblemente en las mentes de aquellos pueblos que la profesan, da como resultado que los hijos de esas familias por lo general que sean ateos o agnósticos, se ven presionados a no reconocer o manifestar abiertamente sus pensamientos a sus padres, o también ocurre que los hijos ocultan durante mucho sus inclinaciones hasta que pudiesen llegar a reconocer o compartir con su entorno tales posiciones –allegados familiares, amigos o conocidos mas cercanos–. De hecho salvo mis hermanos los casos de personas del Magreb de mi entorno que reconozcan su ateísmo o agnosticismo es escaso por el temor comentado». (Yusef, lector de Bitácora (M-L); Comentarios al respecto de un debate, 25 de agosto de 2017)
La importancia de la cuestión cultural y en ella la religión no solo debe ser denunciada porque los marxistas militen bajo la cosmovisión del ateísmo científico, sino para defender la situación de opresión diaria que sufren todas las personas progresistas por parte de la religión.
9) Los que afirman toda esta sarta de mentiras sobre el islam ya expuestas, tienen el mismo cariz farsante que los cristianos, e incluso que aquellos ridículos que se presentan como «socialistas»-cristianos que nos venden lo mismo sobre su religión diciéndonos que es una doctrina «pacífica», de «amor» y «tolerancia», negando en verdad la propia historia lejana y reciente que demuestra que ha sido y es una religión que se ha fundamentando e impuesto a sangre y fuego, que sus fieles y jefes siguen causando linchamientos y guerras por cuestiones religiosas en todo el mundo. Se ha propagado últimamente entre los cristianos la idea de que los cristianos no realizan esas masacres, que ya el cristianismo no usa la violencia, o que al menos no son tan intransigentes contra los musulmanes como estos últimos lo son con otras religiones. A algunos les valdría darse una que otra clase de historia, y ni siquiera nos tenemos que ir a la Edad Media sino a hechos recientes y mediáticos. Por citar un solo ejemplo, podríamos hablar de la Masacre de Sabra y Chatila de 1982, ocurrida en dos campamentos de refugiados palestinos en el Líbano que estaban bajo supervisión del Ejército de Israel, y en los cuales fueron masacrados con total permisividad israelí aproximadamente 2.400; estos asesinatos calificados por la ONU como genocidio fueron cometidos por la Falange Libanesa, una agrupación cristiana de origen libanés. Si miramos a otras religiones más exóticas, veremos como en Birmania –oficialmente llamada ahora República de la Unión de Myanmar–, los budistas en el poder siguen desatando la persecución étnico-religiosa, en especial contra los musulmanes conocidos como rohinyá, amparados entre otros por la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi que ahora es Consejera de Estado del país, en los últimos meses se ha causado un número abismal de muertos y desplazados que ha llamado la atención internacional. Recordemos que para el viejo militar de Birmania, su nacionalismo se basaba en presentar la identidad nacional bajo el manto del budismo frente a las minorías religiosas cristianas y musulmanas, negando además la ciudadanía a varios grupos étnicos, ahora la que se presenta internacionalmente como una ejemplar «democracia burguesa» birmana, sigue su herencia. Queda claro pues, que la religión en cualquier de sus expresiones es un foco de conflictos, guerra y muerte.
Es más, aunque una religión que se profese en su versión menos «radicalizada», violenta e intolerante, aún así la religión es como bien dijo Marx el «opio del pueblo», ya que induce al sujeto a un manejo de la vida y sus fenómenos totalmente ajenos a la realidad, les lleva a un modo de vida y pensar idealista en que achacan las cosas a voluntades divinas, ven en la naturaleza señales y presagios, creen en supersticiones y aguantan sacrificios en pro de una vida en el más allá, se trata pues de uno de los mejores dispersores de la lucha de clases y trae a las clases trabajadoras a una vuelta al misticismo y la ignorancia de la época de las cavernas.
Marx lo expresó así:
«La religión es la teoría universal de este mundo, su compendio enciclopédico, su lógica popularizada, su pundonor espiritualista, su entusiasmo, su sanción moral, su complemento de solemnidad, la razón general que la consuela y justifica. Es la realización fantástica del ser humano, puesto que el ser humano carece de verdadera realidad. Por tanto, la lucha contra la religión es indirectamente una lucha contra ese mundo al que le da su aroma espiritual. La miseria religiosa es a un tiempo expresión de la miseria real y protesta contra la miseria real. La religión es la queja de la criatura en pena, el sentimiento de un mundo sin corazón y el espíritu de un estado de cosas embrutecido. Es el opio del pueblo. La superación de la religión como felicidad ilusoria del pueblo es la exigencia de que éste sea realmente feliz. La exigencia de que el pueblo se deje de ilusiones es la exigencia de que abandone un estado de cosas que las necesita. La crítica de la religión es ya, por tanto, implícitamente la crítica del valle de lágrimas, santificado por la religión». (Karl Marx; Crítica de la filosofía del derecho de Hegel, 1844)
¿Significa eso que debamos tratar a los creyentes de forma brusca y con desdén, como gente irrecuperable? ¿O significa también que debemos relajar nuestra crítica a la religión porque nosotros estemos liberados de tal veneno ideológico?:
«La religión debe ser considerada como una cuestión privada»; tal es la posición corriente de los socialistas respecto a la religión. Pero es menester definir el significado de estas palabras precisamente para evitar todo equivoco. Nosotros exigimos que se considere a la religión como una cuestión privada en lo que concierne al Estado; pero de ninguna manera podemos considerarla como una cuestión privada en nuestro propio partido. (...) No obstante, para el Partido Socialista Proletario la religión no es una cuestión privada. Nuestro partido es una organización de luchadores conscientes y progresistas por la liberación de la clase obrera. Semejante organización no puede ni debe ser indiferente a la ignorancia y al oscurantismo bajo la forma de creencias religiosas. Nosotros exigimos la total separación de la Iglesia del Estado con objeto de disipar la neblina de la religión con armas pura y únicamente intelectuales, mediante nuestra prensa y la persuasión oral. Uno de los objetivos de nuestra organización, el Partido Obrero Socialdemócrata ruso [así se llamaban los marxistas revolucionarios, hasta que tras la Primera Guerra Mundial se autodenominaron comunistas, para diferenciarse de la socialdemocracia de la II Internacional - Anotación de Bitácora (M-L)], consiste precisamente en luchar contra todo engaño religioso entre los trabajadores. Para nosotros, la lucha ideológica no es una cuestión privada, sino una cuestión que interesa a todo el partido y a todo el proletariado. Si es así ¿por qué no declaramos en nuestro programa que somos ateos? ¿Por qué no impedimos a los cristianos y creyentes que vengan a nuestro partido? La respuesta a esta pregunta revela una diferencia muy esencial entre la actitud democrática burguesa y la democrática socialista frente a la religión. Nuestro programa está enteramente basado en la filosofía científica, para ser más exacto materialista. Por consiguiente, al explicar nuestro programa debemos necesariamente explicar las verdaderas raíces históricas y económicas de la religión. Así pues, nuestro programa incluye por fuerza la propaganda del ateísmo. (...) Probablemente tendremos que seguir el consejo que, en su tiempo, Engels diera a los socialistas alemanes: el de traducir y propagar entre las masas la ilustrativa literatura atea del siglo XVIII». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Socialismo y religión, 1905)
La cuestión religiosa no es cuestión baladí, sirve a uno u otro bando la situación del sujeto en torno a esta cuestión. No por casualidad hemos sido testigo como todos los revisionistas han hecho suyo en mayor o menor medida las religiones locales para afianzarse en el poder, o para intentar acceder a él, algo que hemos denunciado a cada paso de los revisionistas:
a) Los eurocomunistas de ayer y sus herederos de hoy intentan llegar al poder a través de una alianza con la iglesia. Véase: Equipo de Bitácora (M-L); Alianzas con organizaciones de todo color y pelaje de 2015.
b) Los Castro son los mayores publicistas del Vaticano y los párrocos de la isla discuten los programas del partido gobernante, pero también financian la santería o la iglesia ortodoxa. Véase: Equipo de Bitácora (M-L); Crítica a la última broma de Fidel Castro en el 70 aniversario de la victoria soviética sobre el fascismo de 2015.
c) En Corea del Norte también se promueve con orgullo las religiones indígenas. Véase: Equipo de Bitácora (M-L); La «orgullosa» promoción de la religión en Corea del Norte, 2015.
d) En Nicaragua se ha hecho del cristianismo una parte fundamental de su propaganda política, su alianza con la iglesia es visible sin disimulo, e incluso han modificando la constitución para dejar claro sus tintes cristianos. Véase: Equipo de Bitácora (M-L); El «neo-socialismo cristiano», 2013.
e) En Venezuela los dirigentes no solo proponen el cristianismo como parte de su ideología política, sino que hacen uso de un misticismo y mesianismo calcado al norcoreano para justificar su derecho a gobernar. Véase: Equipo de Bitácora (M-L); La propaganda mística-religiosa como medio para justificar el liderazgo de las figuras de 2015.
Hoy, cuando muchos de los revisionistas han lanzado loas a la religión y la hacen patrimonio de su política como han hecho históricamente desde los Castro, pasando por Chávez hasta llegar a Kim Jong-un, en realidad solo están mostrando su carácter explotador y estafador. Pero esto no acaba aquí, en otras partes de África y Asia también han abundado los intentos de mezclar la religión musulmana y el marxismo con denominaciones como «socialismo árabe» como se pudo ver en el Egipto de Nasser en Egipto o la Libia de Gadafi. Los marxista-leninistas de la época ya denunciaron estas ideas que existían por ejemplo entre los argelinos de Ben Bella:
«Argelia pretende presentarse como un desarrollo a la cubana, del «socialismo cubano». (...) Han hecho suyo el eclecticismo coránico, intentan mostrar que el islamismo coincide con el socialismo en numerosas cuestiones morales. Por su parte, Ben Bela y el grupo dirigente, deseando estar a bien con los revisionistas soviéticos, con los titoistas, los estadounidenses, los franceses, y recibir ayuda material de ellos, no olvidan decir que están por el «socialismo práctico» y no pueden estar por el científico, como si a ambos les separara una muralla china. Los revisionistas están plenamente de acuerdo con estos puntos de vista y apoyan toda demagogia, toda diversión, toda revisión del marxismo, están a favor de cualquier variante, de cualquier eclecticismo de que pueda ser objeto el marxismo-leninismo, basta con que se combata al marxismo-leninismo científico. Ahora con el ramadán, en Argelia se ejerce el terror religioso, apalean y encarcelan a los argelinos que no lo respetan, han prohibido que los restaurantes den de comer durante el día a los argelinos, obligan a éstos a ir a la mezquita o a rezar dondequiera que se encuentren. Y tienen el valor de llamarle a esto «socialismo». No hablemos del resto de las cuestiones que se derivan de la práctica religiosa». (Enver Hoxha; «Socialismo» que no tiene nada que ver con la concepción científica del socialismo; Reflexiones sobre Oriente Medio, 31 de enero de 1965)
Para el lector despistado que todavía no se crea del todo esta conexión, le recomendamos encarecidamente el documento de Albania Today; Alianza espiritual y colaboración práctica entre el vaticano y las camarillas revisionistas de 1975, ahí se puede ver como todo revisionismo histórico ha tenido en la religión su muleta para caminar.
«El bombardeo de mentiras y ocultamiento de la prensa al respecto de las causas del atentado en Barcelona y del rol de la religión musulmana, tienen como objetivo la manipulación. Veamos punto por punto lo más importante a clarificar.
1) Tras los atentados del 17 de agosto de 2017 ha sido realmente bochornoso ver cómo los medios de comunicación burgueses hablan de este fenómeno. No buscan entender cuáles pueden ser los motivos que llevan a jóvenes menores de 25 años a radicalizarse y cometer un acto así, pasan de lejos por cuestiones elementales tales como: la inadaptación, el desempleo, la frustración, la discriminación, la falta de oportunidades, y un largo etc. que resultan de las relaciones capitalistas de producción que imperan y dan lugar a la exclusión, y que por lo demás redunda en el autoaislamiento subjetivo y cultural que se condensa en un proceso de «guetificación» que sufre buena parte de la inmigración y población musulmana, algo que se expresa en el sentimiento de «ellos y nosotros» en uno y otro lado.
Tampoco se analiza qué argumentos pueden vender los imanes «salafistas» para convencer a estos jóvenes para que desarrollen una ideología antioccidental que muchas veces se solapa al «takfirismo» –es una corriente fundamentalista del islam que acusa a otros musulmanes de herejía al no tener una lectura fundamental y por tanto de enemigos de Alá y el islam–; que los lleva en definitiva a perpetrar atentados contra objetivos civiles. También pasa desapercibido para esos medios la colaboración de España en las aventuras de Irak o libia, o los vínculos con Israel y EE.UU.; los dos países que más daño causan a los pueblos musulmanes hoy en día, y que de hecho están en el punto de origen del «yihadismo moderno», cuestión que si analizamos concluiremos que da argumentos de sobra a los fundamentalistas para nutrir su propaganda de un «islam sitiado» y a la defensiva ante la embestida del «cruzado occidental».
La hipocresía de la prensa occidental llega al punto de que los atentados de París, por ejemplo, fueron publicitados a todas horas, mientras atentados de mucha mayor magnitud ocurren cada poco tiempo en otros países menos «populares» sin que tengan cobertura alguna, y de hecho la mayoría de ellos se dan en países de población musulmana. Así el yihadismo lejos de lo que se cree, ha atentado desde 2000 al 2014 en un 87% de países de mayoría musulmana, no de mayoría cristiana ni judía; de hecho sépase como punto interesante no ha habido un solo atentado de ISIS contra Israel lo cual no puede ser una mera casualidad ya que ambos mantienen cordiales relaciones. Estos atentados han causado nada más y nada menos que más de 72.000 víctimas mortales, 63.000 de ellos en países donde el islam es la religión mayoritaria como decíamos: Irak han tenido un 7% de los atentados con 16.000 muertos aproximadamente; Afganistán un 4% con 14.000 muertos; Argelia un 2% con 2.300 muertos, Somalia un 1,5% con 3.600 muertos; Pakistán 1,4% con 7.2000 muertos; Nigeria un 1,2% con 10.000 muertos, etc. Datos irrefutables que desmontan la propaganda fascista de grupos como Hogar Social sobre el origen y el fin de estos atentados, pues los ocurridos en los países de Europa Occidental sólo constituyen un 0,1% de los 15. 818 atentados desde entonces. Durante la última década no hay por tanto un acoso a Europa como se dicen desde los medios fascistas. Ni siquiera con el recrudecimiento de los atentados en Europa con los sucesos de Berlín, Bruselas, Niza, París, y demás mofifica el hecho de que se está muy lejos de igualar lo que sufren los países africanos o asiáticos con el yihadismo. Otro dato: en 2017 de las 10.000 víctimas en los 939 atentados, un 95% se produjeron en países de mayoría musulmana. ISIS pretende atentar en esas zonas musulmanas porque a sus ojos son gobiernos traidores de la doctrina del Islam.
España y la doble moral de su gobierno es tal que es uno de los mayores exportadores de armas del mundo –la séptima potencia mundial–, y lo hace tanto a países de los que se queja de «falta de libertades democráticas» –Egipto o Venezuela– como de otros de los cuales ni se molesta en denunciar esa falta de derechos mientras simplemente se llenan los bolsillos con los negocios y beneficios de la industria armamentística –Turquía, Marruecos o Arabia Saudí–.
Como anotación los métodos del yihadismo en Europa han evolucionado desde un uso de arma blanca, pasando por explosivos hasta el uso de vehículos, lo que indica que para perpetrar un atentado masivo no hace falta métodos sofisticados ni conocimientos especiales, y que como otros terrorismos de la historia es muy fácil de sembrar el pánico si se desea, más cuando por cuestiones de fanatismo religioso y la idea de una vida llena de lujos y placeres en el paraíso, los yihadistas a diferencia de anteriores terroristas, no están dispuestos a ser hechos presos sino a dar la vida en el sentido literal, incluso con atentados suicidas. Véase este caso donde los terroristas después de los atentados portaban chalecos-bomba falsos con el objetivo de ser abatidos tras cometer la masacre. Según dicen los analistas en próximos años los ataques yihadisas se podrían centrar en ataques informáticos y a recintos como centrales nucleares.
Vale decir que los partidos revisionistas como siempre han hecho seguidismo sin hacer un análisis propio de la cuestión aprovechando la ocasión para rascar algo de simpatía publicando breves artículos que no ahondan en nada como han hecho el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE) o su mutación Reconstrucción Comunista (RC). No se puede esperar otra cosa diferente de este tipo de escoria.
2) Otra cuestión a considerar es que si bien la célula que atentó en Barcelona está compuesta por elementos que proceden de familias de inmigrantes, pero no es menos importante que estos llegaron a España siendo niños. Es decir estamos ante el hecho de que esos jóvenes fueron íntegramente educados en suelo europeo, con el añadido, y al juzgar por las declaraciones de sus entornos, la radicalización se ha dado en un tiempo relativamente corto sin que nadie sospechase nada. Esto nos lleva de nuevo a las causas económicas-políticas ya expuestas. Y de hecho desmonta otro de los argumento de los medios de ultraderecha: «que la causa de estos atentados estaría en la acogida de refugiados».
3) Casi ninguna gran cadena de noticias ha hecho mención a la vinculación de Arabia Saudí con el Estado Islámico, Daesh o también denominado ISIS. Siendo que Arabia Saudí figura entre los mayores financistas de esta agrupación terrorista que se calcula en unos 2.000 millones de dólares anuales para infraestructuras, armas, mezquitas e imanes radicalizados en gran parte de países europeos y no europeos. Tampoco se ha relacionado los buenos tratos de Trump o del Rey Felipe VI de España –y su padre el Rey emérito Juan Carlos I–. De hecho España vende armas a Arabia Saudí para reprimir a su pueblo pero también para revenderlas o regalarlas a los terroristas yihadistas. Ni se ha hecho la debida mención a la autofinanciación del Estado islámico a través de países como Turquía o Israel que compran el gas y el petróleo de ISIS, pero no solo ellos, sino de países de la UE o Estados Unidos. Los comentarios en los medios sobre la financiación del yihadismo ha sido surrealista, achacando todo más a botines de guerra de ISIS que a financiación externa, directa y manifiesta. Lo mismo podríamos decir de las relaciones entre Qatar e ISIS, siendo la burguesía europea una de las mayores beneficiadas de las relaciones con las marcas de Qatar; y España es uno de los destinos favoritos de los inversores cataríes con 6.000 millones desde el año 2011. Incluso Hilary Clinton ha sido ejecutiva de la empresa Lafarge implicada en el escándalo de compra y venta de cemento y petróleo al Daesh.
4) No hay que engañar a la gente con el tema religioso. Los medios liberales no han criticado la religión musulmana básicamente porque la burguesía tiene un pacto de no agresión con las religiones consolidadas en España, la burguesía sabe por experiencia que la religión es su mejor aliada, en el caso de la burguesía imperialista española además es consciente de que el islam es inherente a gran parte de los inmigrantes asentados y nacionalizados españoles, así como para otro nutrido número en «situación de ilegalidad» pero que aún así forman parte del tejido productivo y de la actividad social. Por tanto para combatir el yihadismo saben que a estas alturas no se puede recurrir a contraponerlo con una vuelta al cristianismo católico más rancio e intransigente, porque la mayoría de la población indígena de España ya ha mostrado su indiferencia hacia la religión –siendo en muchos casos más una cuestión de «postureo» que de creencia, no cumpliendo ni de lejos con sus dogmas–, pero tampoco cabe para la burguesía la opción de una educación basada en el ateísmo científico para combatir el yihadismo a nivel nacional e internacional, porque básicamente estaría trabajando en contra de sus intereses de clase, ya que eso supondría barrer con todas las religiones y hacer a los trabajadores partícipes de una conciencia real del mundo que les rodea, avanzar en su formación ideológica y por tanto, empezar a plantearse que otros dogmas deben ser derribados como es el caso de la propiedad privada, creencias como la de que «el empresario es el que crea y da trabajo», etc. Un lujo que la burguesía no se puede permitir sin poner en riesgo sus intereses de clase.
5) Estos atentados llevan consigo una nueva oleada de intolerancia hacia los extranjeros y en especial a los individuos de aquellas poblaciones que profesan comúnmente el islam: como ya hemos visto este acto ha servido de punto de apoyo a grupos fascistas y reaccionarios de todo tipo que están gestionando el atentado para azuzar la agudización del racismo y la xenofobia que tendrá como víctima en general a la inmigración y en particular a los musulmanes, de hecho ya se han visto las primeras manifestaciones de grupos como Hogar Social amenazando a extranjeros con pintadas o manifestaciones del mismo estilo. Hay que recordar lo que significa el racismo y el nacionalismo, y sus usos históricamente:
«El nacionalismo tiene su origen en la premisa falsa y reaccionaria de que los pueblos están divididos en razas superiores e inferiores, «perfectas» e «imperfectas», y que las razas «superiores» deben dominar a las otras.
Una forma especialmente detestable y odiosa de nacionalismo burgués es el racismo, que divide a los pueblos en gobernantes «natos» y esclavos. Todos saben que el racismo fue la ideología oficial de los fascistas alemanes e italianos y de los militaristas japoneses. Los bandidos fascistas proclamaron abiertamente el derecho de la raza «superior» a esclavizar y exterminar a otros pueblos.
El racismo sirvió a los hitleristas como justificación de sus planes salvajes para conseguir la dominación del mundo. Es característico, sin embargo, que mientras de palabra declaraban al pueblo alemán como la raza «superior», de hecho, lo consideraban simplemente como carne de cañón para lograr los objetivos de rapiña de los monopolistas alemanes.
La ideología del racismo ahora ha sido inscrita en la bandera de los nuevos contendientes por la supremacía mundial: los imperialistas anglo-estadounidenses. La banda corrupta de políticos y científicos al servicio de los jefes de Wall Street y la City exaltan la superioridad imaginaria de la raza anglosajona sobre los demás pueblos.
Bajo la bandera del nacionalismo, los imperialistas traman conspiraciones contra la libertad y la independencia de los pueblos, organizan guerras de rapiña, inflaman conflictos nacionales entre los trabajadores, y saquean y oprimen a los pueblos coloniales. El nacionalismo es al arma viciada que utiliza la burguesía en su aplicación del viejo principio de los esclavistas «divide y vencerás». (S. Titarenko; Patriotismo e internacionalismo, 1950)
Las personas de mente aguda verán que el fascismo y el yihadismo van de la mano; nacionalismo, religiosidad a ultranza, modo de pensar patriarcal, belicosidad, y lo más importante para el tema que hablamos: uno suele crecer exponencialmente junto al otro ya se dan motivos recíprocos para la desconfianza y así como para retroalimentar sus mentiras y engaños. Así mismo el yihadismo va de la mano del aumento de los beneficios para la industria armamentística y el establecimiento de nuevas leyes de seguridad. ¿Es evidente como de beneficioso vuelve a ser para la burguesía un fenómeno que en principio no lo parece a simple vista? Algunos ven el yihadismo solamente como un peligro y problema para los gobiernos occidentales, pero si se analiza se ve que la burguesía puede aprovecharse de él y que incluso le conviene darle cierta manga ancha siempre que no se descontrole demasiado. El crear el ideario de un pequeño grupo de terroristas amorales que lucha llevándose de forma indiscriminadas víctimas inocentes contra un gran gobierno unitario y preservador de los «valores culturales de la nación como la libertad» es un esquema muy bonito e idealista en el que la burguesía se siente a gusto, refuerza su autoridad frente a sus séquitos y sirvientes, y de paso cumple el rol de dispersor de los temas centrales de la lucha de clases.
No se puede reducir todo atentado existente como hacen algunos a un «ataque de bandera falsa» autoperpetrado por la burguesía en el poder porque sería algo irreal. El terrorismo bien sea provocado de forma directa o indirectamente también acarrea a su vez problemas para la misma burguesía en el gobierno, ya que desde grupos rivales políticos se le reclama por no saber atajar la oleada de ataques terroristas y no «saber defender a la ciudadanía», se crea un desconecto entre las masas trabajadoras por el estado constante de inseguridad en las calles, y por último económicamente supone un freno en sectores como el turismo que afectará a la burguesía y pequeña burguesía. Por ello la burguesía en el poder no puede hacer uso exclusivo del fenómeno del terrorismo para mantenerse y reforzar su posición de poder, más bien puede aprovecharse del fenómeno una vez acaecido o fomentarlo en diversos momentos para fines muy concretos, pero sin pasarse, ya que las consecuencias pueden suponer su caída política en favor de otras agrupaciones. Por ello en cada atentado terrorista debemos analizas todo sin apresurarnos a simplemente calificar sin pruebas concluyentes que los atentados terroristas siempre son autoataques, sino nos acercaríamos más a charlatanes de la «conspiranoia» que a analistas marxistas.
Como ya expresamos sobre el idilio del terrorismo y la burguesía en cualquier época, hay que saber que:
«La cuestión del terrorismo es para la burguesía un juego permanente de equilibrismo». (Equipo de Bitácora (M-L); Estudio histórico sobre los bandazos oportunistas del PCE(r) y las prácticas terroristas de los GRAPO, 30 de junio de 2017)
6) En esa encrucijada en que se ve la burguesía española con el tema de la cuestión yihadista y la cuestión religiosa se puede notar que si lo maneja bien puede aprovecharse del fenómeno yihadista para azuzar las medidas de seguridad y de tipo «antiterrorista», medidas que debido a su ambigüedad se usan no solo para la teórica «lucha contra el yihadismo» sino también para resguardarse las espaldas en las venideras luchas de los trabajadores contra la patronal. En ese sentido, y no podía ser de otro modo, el terrorismo yihadista opera en contra de los intereses de las clases trabajadoras y en beneficio de la burguesía gubernamental. Ya hemos explicado en otras ocasiones la relación histórica que guardan las leyes antiterroristas con las bandas terroristas de los 60 y 70 en Europa y su evolución para adaptarlas al fenómeno del nuevo terrorismo yihadista. En los países que no tienen legislación antiterrorista se legisla como delitos comunes, a excepción de países donde generalmente han existido varias bandas armadas y que a su desaparición simplemente se ha adaptado el viejo código o se ha creado uno nuevo partiendo del anterior actualizándolo para aplicarlo para el yihadismo:
«Aquí se comprueba que estas leyes antiterroristas son realmente ambiguas, se pueden aplicar a cualquier mando que subjetivamente crea que hay sospecha de actividades terroristas y al activarse se tiene derecho a propasarse con la intimidad del investigado y hasta quedarse con los bienes del mismo y su organización si es declarado culpable. ¿Significa que todos estos países son fascistas o que es un reglamento jurídico clásico de las democracias burguesas para aprovecharse del fenómeno del terrorismo? En realidad estas leyes son visibles en la mayoría de países europeos que tuvieron en su seno bandas terroristas durante los años 70:
Pero no olvidemos para que se implantaron en su momento:
«En los años 70 era muy común la denominación de terrorista a cualquier grupo que usara la violencia como método de autodefensa, en forma guerrillera, insurreccional, en forma de terrorismo individual sin conexión con las masas, etc., con ello los gobiernos buscaban que su población relacionasen a los partidos marxista-leninistas con los grupos de bandidos, anarquistas y terroristas». (Equipo de Bitácora (M-L); Las primeras polémicas decisiones gubernamentales de Trump [Recopilación Documental], 2 de febrero de 2017)
Como dijimos pues:
«Las leyes antiterroristas han sido actualizadas desde entonces, ahora bajo la excusa del yihadismo, un nuevo fenómeno terrorista que la burguesía explota en sus medios de comunicación amplificando la histeria. Una vez más insistimos en que el terrorismo es uno de los juguetes preferidos de la burguesía para amedrentar y distraer a las masas trabajadoras de los problemas sociales candentes mientras se llena los bolsillos en materia de equipos de seguridad o vendiendo las armas a los mismos que dicen son el peligro». (Equipo de Bitácora (M-L); Estudio histórico sobre los bandazos oportunistas del PCE(r) y las prácticas terroristas de los GRAPO, 30 de junio de 2017)
Por ello el problema del yihaidismo una vez planteado para la burguesía española, lo intentará desviar hacia los cauces requeridos por ella: intentando obtener un número bajo de atentados para no dañar demasiado la imagen de sus cuerpos de seguridad ni perder crédito político ante sus votantes, intentando impulsar y aprovecharse de sus leyes antiterroristas para aplicarlas a otros ámbitos como por ejemplo huelgas.
7) El atentado también ha revelado a cabalidad otros problemas: la «gentrificación» que está sufriendo Barcelona, la expulsión de los barceloneses a causa del turismo, la especulación con la vivienda y la precariedad laboral, solo hay que ver la proporción de extranjeros víctimas del atentado. En el mismo sentido y sin menospreciar a ninguna víctima mortal, a los medios de comunicación les interesa el suceso, instigar el adormecimiento de las masas, por eso resulta más importante un atentado que los 300 trabajadores –uno menos que en el 2016– muertos en accidentes laborales en el primer semestre del año en curso. Así mismo el atentado ha servido a los nacionalista-chovinistas españoles y catalanes para intentar reforzar sus posturas respecto a la cuestión de la independencia siendo el atentado el arma arrojadiza.
Además, a quedado en evidencia que la «Policía de la Generalitat - Mossos d'Esquadra» en particular, y española en general, no han actuado para prevenir los atentados a pesar de la advertencia de instituciones belgas al respecto de la actividad del imán de Ripoll, ni tampoco después del aviso el 25 de mayo del CITCO (Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado) de EE.UU. a los Mossos d'Esquadra sobre un posible atentado en verano en Barcelona, en concreto en las Ramblas, como ha salido a la luz en varios medios –tras semanas donde los Mossos y el Govern lo negaban–. Estos hechos destapan que ha habido una completa negligencia como mínimo y que han osado mentir al público negando la advertencia que tenían sobre este tipo de atentados. Y algo que está pasando inadvertido: ¿Cómo es posible también que la policía sea incapaz de emplear formas no letales y abata a los terroristas sin más?
Tampoco podemos dejar pasar que se haya convertido a en una suerte de héroe a Josep Lluís Trapero –Mayor de los Mossos d'Esquadra– por la supuesta entereza en su trabajo. Algo absurdo cuando el fin de semana del atentado se fue tranquilamente a ver el partido Barça-Betis mientras otros hacían el trabajo antiterrorista, un tipo elevado a la celebridad por un incidente ligado a la lengua por el tema del catalán y el castellano, típica cuestión de polémica para nacionalistas de uno y otro lado. Este «héroe», como decimos, es el mismo que negó el día del atentado haber sido informado de que las Ramblas era un objetivo de los yihadistas, y el mismo que ha criticado a la prensa por dar luz a los hechos, posteriormente junto al conseller de Interior del gobierno de Cataluña Joaquim Forn reconoció haber recibido un «aviso poco creíble» de la posibilidad del atentado en las Ramblas.
El terrorismo, en este caso el yihadista, ha sido una oportunidad más para la burguesía –en especial catalana– para sacar brillo y lavar la cara a sus medios de represión presentarlos como «héroes sin el reconocimiento debido por su lucha contra la delincuencia y el terrorismo», en este caso la campaña de marketing favorable ha ido hacia los Mossos d'Esquadra, la policía autonómica de Cataluña, quienes últimamente se habían ganado una muy mala fama siendo más conocidos por las denuncias y sentencias judiciales por maltratar a los detenidos –algunos de ellos acusados por delitos menores–, o su último escándalo: la brutalidad contra los manteros en el Metro de estación de Catalunya, así que a los que pretenden magnificar a los cuerpos de seguridad de la burguesía catalana, les decimos que buen intento pero no pueden tapar el sol con un dedo:
«Observamos además como sectores que se pretenden de «izquierda» e incluso marxistas, sin ninguna idea clara de lo que estas fuerzas nacionalistas persiguen, apuestan por mostrarse como aliados y defensores de un proyecto burgués capitaneado por la burguesía catalana –Junts pel Sí– y la pequeña burguesía catalana –la CUP– que anhelan un Estado igual o más capitalista y represivo que el español, algo que se puede identificar en los actuales rasgos de la Generalitat en: 1) la brutalidad represiva de la policía autonómica –«Mossos d'Esquadra»–, y la protección de esos cuerpos por la justicia; 2) los muertos sistemáticos en los Centro de Internamiento de Extranjeros en los últimos años; 3) los centros de vigilancia electrónica y ciudadana; 4) los convenios firmados con el Estado de Israel, especialmente en materia de educación y militar; 5) el vaciamiento de contenido de la Seguridad Social; 6) la privatización de servicios públicos como el agua, así como de las redes viales; 7) los elevadísimos salarios de los funcionarios electos y camarilla cooptada, incluso superior a la del Estado español, etc». (Equipo de Bitácora (M-L); Estudio histórico sobre los bandazos oportunistas del PCE(r) y las prácticas terroristas de los GRAPO, 30 de junio de 2017)
He aquí una razón que explica porque para la burguesía el terrorismo es una escaparate para que se luzca la burguesía y crear en el colectivo mental que sus instituciones nos protegen, que están de nuestro lado. Lo peor es que como indicamos, hay muchos que les sigue el juego. La burguesía catalana independentista utiliza la supuesta buena actuación de los mossos para ejemplificar que sus cuerpos están preparados para asumir una independencia y desconexión total de España, –ya se habla de la creación de un ejército catalán–, mientras tanto dentro de la burguesía española, la «burguesía de izquierda» dice que la actuación ha sido genial y que tienen una gran policía autonómica, y la «burguesía más a la derecha» azuza a los mossos por las negligencias manifiestas en seguridad antiterrorista para ejemplificar que Cataluña no puede vivir sin la protección de España ni sin la colaboración entre la policía nacional española y la policía autonómica catalana para garantizar el bienestar de los ciudadanos catalanes. Cada burguesía juega su carta. La burguesía saca tajada de todo.
El yihadismo da la oportunidad perfecta a la burguesía de reforzar la idea de que la democracia burguesa ocupa un lugar intermedio entre los «extremismos» y «totalitarismos». Se nos ofrece como el baluarte del sistema político-económico más democrático de la humanidad, en el cual se promueve y financia –incluso con ayuda estatal– la religiosidad en la cultura sin complejo alguno bajo la excusa de la «diversidad cultural y de atender las necesidades de los creyentes» –como si la religión fuese una «necesidad» para una persona–, se expone y se anima la diversidad religiosa como un ejemplo de «progresismo» manifiesto de una sociedad. Una gran pantomima.
Estos días los medios de comunicación en España –salvo los más fascistoides como 13TV o Intereconomía– han dado voz a ideólogos liberales que defienden la religión musulmana y califican el yihadismo y el Daesh, como «una mala interpretación del islam». Estos comentarios ya han venido abundando y propagándose desde los primeros brotes de atentados yihadistas en Europa:
«Son los primeros que no siguen los preceptos; entre otras cosas, las muertes», reprocha Javier Rosón, analista del islam en Europa de Casa Árabe. Sin embargo, los terroristas del grupo «Estado Islámico» (EI) invocan el nombre de Dios al cometer atentados y pretenden erigirse como principales valedores del islam. Por culpa de ello, comunidades musulmanas de todo el mundo se ven obligadas a recordar que no los representan. Así, «el Corán tiene una ciencia aprobada mundialmente por todos los científicos. Lo que los terroristas hacen es un corta y pega al gusto», lamenta Abdelaziz Hammaoui, uno de los mayores estudiosos del islam en España: imán, teólogo musulmán, profesor de la Cátedra de las Tres Religiones en la Universidad de Valencia y presidente del Centro Cultural Islámico de Valencia... (...) «El islam es una religión de paz. Lo primero y principal es no matar a otro», subraya Javier Rosón. (...) Otro referente en España es Mounir Benjelloun, presidente de la Comisión Islámica de España y de la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas: «Someter el islam a interpretaciones literales del Corán, sería injusto y equivocado». (...) Las excepciones en las que el Corán sí justifica matar a otra persona se resumen en una motivación por defensa propia. Se producen en el contexto histórico bélico en los inicios del islam y hoy sólo podrían ser aplicables si lo ordenase una autoridad estatal, coinciden todos los expertos consultados». (El español; Estado Islámico contra el Corán: las pruebas de que no tiene nada que ver con el islam, 14 de diciembre de 2015)
Aquí hay que hacer un alto. Primero cuando aquí se habla que hay individuos de la comunidad científica que aprueban el islam, entendemos que se refiere a los mismos teósofos, científicos y demás personalidades que a lo largo de la historia han intentado mezclar religión y ciencia, que son como el agua y el aceite. Un bluf a todas luces:
«Ese daño generalizado que causa la religión nace de ese «sentido común» que en gran medida está determinado por lo que la sociedad entiende como bueno o malo, es decir, del dualismo religioso que coloniza el pensamiento y que intoxica los procesos del razonamiento desde edades tempranas. De hecho, esta influencia es la que explica en última instancia el porqué sujetos con una gran preparación educativa, que les hace disponer de los elementos para cuestionar los dogmas religiosos, siguen atrapados por los mismos. (...) Las religiones se basan en la negación de la razón en favor de la supremacía de la fe –el dogma que todo lo explica sin explicar absolutamente nada–. Recordemos que las religiones en general, son formas de dominación cuya lógica discurre inversamente al materialismo histórico, o lo que es lo mismo, su «lógica» –por decirlo de alguna manera– es que la realidad material fluye desde el ideal –dios–; que al ser aceptada como una cuestión inobjetable se acepta implícitamente que somos esclavos de un orden superior que desconocemos y al que está subordinada la materia; entiéndase que «la relación con dios» fue determinada por sociedades esclavistas de la edad de piedra y esa es la razón última de que esa relación sea en condiciones de amo-siervo, amo-esclavo. Además, la forma en que entienden discurre la realidad hace que la misma no pueda ser estudiada, entendida, explicada, transformada o revolucionada; para esta lógica deísta la material es insustancial, carente de procesos activos y condicionales. He allí la gran utilidad de la fe para los poderosos». (Equipo de Bitácora (M-L); Materialismo dialéctico y religión; el conflicto permanente, 7 de diciembre de 2011)
No por casualidad en Europa de la Edad Media cuando los monjes cristianos monopolizaron la filosofía y otros campos se causó uno de los mayores atrasos en la historia del conocimiento y el saber científico, por todos es sabido que los dogmas de San Agustín y Tomás de Aquino que daban una explicación religiosa al mundo fueron tomados como interpretación oficial de la iglesia hasta hace bien poco, y de hecho hoy siguen utilizándolos a baja escala; este mismo retroceso fue causado por el islam a otros pueblos, adaptándose en sus zonas unos Estados teocráticos, adoptando algunos de los avances de otras culturas y difundiéndolas sin duda, pero a la vez inundando cada vez más del irracionalismo y el dogma religioso a las investigaciones científicas y a la filosofía en general:
«Este debate de la Europa del siglo XVII se había producido en el islamismo ya en el siglo XI. Lo resolvió al-Ghazali, pero a favor de la religión y no de la razón. A partir de este momento, las investigaciones filosóficas en el marco de la teología musulmana debían llevarse a cabo según el Corán, la ley del islam, que era considerada como «la ciencia de las ciencias» y todo debía relacionarse con ella y no con la razón y según la razón. La ley coránica no puede ser objeto de enmienda ni mejora alguna. Es la perfección misma, es la palabra de Alá. La religión, pues, asume la misión de perfeccionar la humanidad. Las tesis de Algazel son: «El Islam es lo absoluto, lo divino y lo racional». «Dios en su omnipotencia ha creado el mundo. Ser o no ser depende de su voluntad». (Enver Hoxha; El glorioso pasado de los pueblos no puede ser ignorado, 1983)
El segundo argumento es que por la situación del nacimiento del islam y el Corán se alojaron expresiones belicistas para defenderse del resto de religiones, lo que viene a reconocer que como otras religiones mundiales, se ha tenido que extender a base de guerrear y pasar por encima de otros. El islam como tal, no propaga la intolerancia y el belicismo religioso por cuestiones defensivas, sino con vocación ofensiva y por cuestiones de índole meramente religiosas, basando todo en cuestión de «creyentes versus infieles», como el cristianismo mismo ha hecho siempre. Una política de expansión:
«El musulmanismo como ideología de choque comenzó ya en vida de Mahoma, quién con algunas expediciones de escasa envergadura rebasó el marco del desierto de la Península Arábiga. Las verdaderas ofensivas y conquistas llegarían después de la muerte de Mahoma, de manos de los califas o vicarios suyos, los weqil, jefes o guías de las comunidades musulmanas. De modo que en el período de los califas Abú Bakr, Omar, Othman, Muawiyya y Walid fueron conquistados Irak, la Palestina Bizantina, Siria, Jerusalén, Mesopotamia, Egipto y Cirenaica, Chipre, Persia Oriental, la isla de Rodas y Esmirna, España, y se emprendió el ataque en dirección a la Galia, al Oriente Transoxiano, a la India, etc. Todo aquel espacio y los pueblos de los países que comprende fueron conquistados en el siglo siguiente a la muerte del Profeta». (Enver Hoxha; El glorioso pasado de los pueblos no puede ser ignorado, 1983)
Tercero. El Corán está repleto como la Biblia de frases contradictorias que por un lado muestran caridad, piedad, y pacifismo, y en otros párrafos dan muestras de lo contrario, siendo por tanto incoherentes:
«De ahí la «tolerancia», el relativo consentimiento del islamismo hacia las otras religiones. Pero esta «tolerancia» era solamente relativa, ya que por principio los suras del Corán hablan de la guerra (chihad) contra los infieles, se entiende contra aquellos que no admiten o rechazan la religión islámica». (Enver Hoxha; El glorioso pasado de los pueblos no puede ser ignorado, 1983)
¿Pero es cierto por tanto todo esto que se dice del islam en líneas generales estos días en la televisión, prensa y radio? Para nada, y es menester desglosarlo con los propios textos del Corán para abrir los ojos a la gente.
a) Dicen que «el islam es una religión de paz»:
«Cuando vuestro Señor inspiró a los ángeles: «Yo estoy con vosotros. ¡Confirmad, pues, a los que creen! Infundiré el terror en los corazones de quienes no crean. ¡Cortadles del cuello, pegadles en todos los dedos!». (Corán; 8:12)
Justifica precisamente las matanzas diciendo a sus feligreses que esas acciones en verdad no las cometen ellos sino que es obra y voluntad de Dios:
«No erais vosotros quienes les mataban, era Alá Quien les mataba. Cuando tirabas, no eras tú quien tiraba, era Alá Quien tiraba, para hacer experimentar a los creyentes un favor venido de Él. Alá todo lo oye, todo lo sabe». (El Corán; 8:17)
b) El islam promueve la tolerancia y el entendimiento entre diferentes pueblos y religiones:
«¡Creyentes! ¡No toméis como amigos a los judíos y a los cristianos! Son amigos unos de otros. Quien de vosotros trabe amistad con ellos, se hace uno de ellos. Alá no guía al pueblo impío». (Corán; 5:51)
Es más el Corán prohíbe tajantemente el entablar amistad con ellos so pena de castigo eterno:
«Los hijos de Israel que no creyeron fueron maldecidos por boca de David y de Jesús, hijo de María, por haber desobedecido y violado la ley... (...) Ves a muchos de ellos que traban amistad con los que no creen. Lo que han hecho antes está tan mal que Alá está irritado con ellos y tendrán un castigo eterno». (Corán: 5:78 y 80)
c) «El islam no busca el sometimiento por medio de la coacción»:
«A quienes no crean en Nuestros signos les arrojaremos a un Fuego. Siempre que se les consuma la piel, se la repondremos, para que gusten el castigo. Alá es poderoso, sabio». (Corán; 4:56)
d) «El islam no es misógino ni promueve el golpear a las mujeres»:
«Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Alá ha dado a unos más que a otros y de los bienes que gastan. Las mujeres virtuosas son devotas y cuidan, en ausencia de sus maridos, de lo que Alá manda que cuiden. ¡Amonestad a aquéllas de quienes temáis que se rebelen, dejadlas solas en el lecho, pegadles! Si os obedecen, no os metáis más con ellas. Alá es excelso, grande». (Corán; 4:34)
e) «El islam no promueve las guerras ni religiosas ni de ningún tipo»:
«¡Id a la guerra, tanto si os es fácil como si os es difícil! ¡Luchad por Alá con vuestra hacienda y vuestras personas! ». (Corán; 9:41)
f) «El islam respeta a los ateos o a elementos de otra religión»:
«¡Que no crean los infieles que van a escapar! ¡No podrán! ¡Preparad contra ellos toda la fuerza, toda la caballería que podáis para amedrentar al enemigo de Alá y vuestro y a otros fuera de ellos, que no conocéis pero que Alá conoce! Cualquier cosa que gastéis por la causa de Alá os será devuelta, sin que seáis tratados injustamente». (Corán; 8; 59 y 60)
g) «El islam no discrimina a nadie ni les impone medidas especiales»:
«¡Combatid contra quienes, habiendo recibido la escritura, no creen en Alá ni en el último Día, ni prohíben lo que Alá y su enviado han prohibido, ni practican la religión verdadera, hasta que, humillados, paguen el tributo directamente!». (Corán; 9:29)
h) «El islam no persigue a los que considera infieles»:
«Quien no cree en Alá y en su enviado. Hemos preparado para los infieles fuego de gehena». (Corán; 8;59 y 60)
Se llega al punto en que se afirma que Dios ha enviado a Mahoma para directamente hacer predominar el islam sobre las otras religiones:
«Él es quien ha mandado a su enviado con la dirección y con la religión verdadera para que, a despecho de los asociadores, prevalezca sobre toda otra religión». (Corán; 9:33)
Es más, el islam promueve el romper con tu familia como cualquier otra secta si tus familiares cercanos no son creyentes:
«¡Creyentes! No toméis como amigos a vuestros padres y a vuestros hermanos si prefieren la incredulidad a la fe. Quienes de vosotros les consideran amigos, ésos son los impíos». (Corán; 9:23)
Queda demostrado de sobra que quien afirma que el islam es paz, concordia, misericordia y tolerancia es el mayor de los mentirosos o el mayor de los ignorantes. Que un imán suelte estas necedades es normal, al igual que el párroco católico, tiene que lavarle la cara a su retardataria religión, y a sus párrafos reaccionarios, de otra forma su religión es indigerible para una persona progresista.
Como apunte decir que el Corán es el documento de las «religiones abrahámicas» que menos referencias hace al uso de la violencia, y aún así vemos como lleva al ejercicio primitivo de la misma, es además una expresión nacionalista-chovinista-patriarcal como todas las religiones abrahámicas. Además, debido a que su contenido no tiene orden cronológico, a que tampoco intenta explicar hechos históricos, sino que es más bien una suerte de monólogo, una suerte de «flujo de ideas» escritos en un estilo de tipo poético –de hecho Corán se traduce como recitación–: estos elementos complica la comprensión del creyente y se presta fácilmente a dar interpretaciones dispares tanto como se quiera, esto se agrava por el hecho de que hay un nutrido grupo de comunidades islámicas sumidas en el analfabetismo absoluto y relativo. En resumidas cuentas que se trata de un religión sustentada en el «idealismo filosófico» que tiene por objetivo, como toda religión, sujetar el pensamiento individual y colectivo, y mantenerlo sometido según los intereses de la clase dominante. El islam, hace parte pues de todas esas creencias que las masas trabajadoras necesitan vencer en el camino que va al socialismo. Tan simple como eso.
A ejemplo de lo que produce el islam, reproduzcamos lo que dentro de un intercambio de opiniones relataba uno de nuestros jóvenes lectores habituales sobre la influencia de la religión musulmana en su familia y el desarrollo de sus comportamientos y pensares:
«Camaradas pondré mismamente el ejemplo de mi madre, pues alguna que otra vez, ella me comenta a mí –o a ciertos miembros de mi familia que no solemos rezar debido a nuestro ateísmo algunos y, otros, por ser creyentes pero no practicantes– cosas similares como: «yo no debería comer junto a vosotros puesto que no rezáis». Pero aún así y con todo ello, se salta a la torera esa «regla», y de igual manera, acaba comiendo con nosotros con total regularidad.
Pero es curioso, porque luego se contradice a ella misma también de nuevo, cuando, últimamente, me dice tanto a mí como a mis hermanos –con cierta frecuencia– que deberíamos reunirnos o juntarnos todos los hermanos –o los miembros familiares que nos encontramos en la casa en ese momento– cuando llega la hora de la comida, cena, etc.
Así, pues hay muchos ejemplos y situaciones podría exponer acerca de las miles de contradicciones de detalles, tanto de menor o mayor peso, en las que mi madre y todo musulmán, llega a incurrir por la pesada carga religiosa que se les echa encima.
Por ello, se puede decir que mi madre, como musulmana super devota de «su» religión islámica –y al igual que el resto de musulmanes que sean más o menos devotos–, pues es un buen ejemplo de lo que comentas en tu publicación acerca de las mil y una contradicciones que presentan las religiones, así como los religiosos.
Pero todo ésto, ya no sólo lo es aplicable, claramente, al dogma del islam, así como a los musulmanes, sino también lo es extensivo a las demás dogmas mitológicas abrahámicas, etc., en general. (...) El islam al ser una religión tan apegada y penetrada increíblemente en las mentes de aquellos pueblos que la profesan, da como resultado que los hijos de esas familias por lo general que sean ateos o agnósticos, se ven presionados a no reconocer o manifestar abiertamente sus pensamientos a sus padres, o también ocurre que los hijos ocultan durante mucho sus inclinaciones hasta que pudiesen llegar a reconocer o compartir con su entorno tales posiciones –allegados familiares, amigos o conocidos mas cercanos–. De hecho salvo mis hermanos los casos de personas del Magreb de mi entorno que reconozcan su ateísmo o agnosticismo es escaso por el temor comentado». (Yusef, lector de Bitácora (M-L); Comentarios al respecto de un debate, 25 de agosto de 2017)
La importancia de la cuestión cultural y en ella la religión no solo debe ser denunciada porque los marxistas militen bajo la cosmovisión del ateísmo científico, sino para defender la situación de opresión diaria que sufren todas las personas progresistas por parte de la religión.
9) Los que afirman toda esta sarta de mentiras sobre el islam ya expuestas, tienen el mismo cariz farsante que los cristianos, e incluso que aquellos ridículos que se presentan como «socialistas»-cristianos que nos venden lo mismo sobre su religión diciéndonos que es una doctrina «pacífica», de «amor» y «tolerancia», negando en verdad la propia historia lejana y reciente que demuestra que ha sido y es una religión que se ha fundamentando e impuesto a sangre y fuego, que sus fieles y jefes siguen causando linchamientos y guerras por cuestiones religiosas en todo el mundo. Se ha propagado últimamente entre los cristianos la idea de que los cristianos no realizan esas masacres, que ya el cristianismo no usa la violencia, o que al menos no son tan intransigentes contra los musulmanes como estos últimos lo son con otras religiones. A algunos les valdría darse una que otra clase de historia, y ni siquiera nos tenemos que ir a la Edad Media sino a hechos recientes y mediáticos. Por citar un solo ejemplo, podríamos hablar de la Masacre de Sabra y Chatila de 1982, ocurrida en dos campamentos de refugiados palestinos en el Líbano que estaban bajo supervisión del Ejército de Israel, y en los cuales fueron masacrados con total permisividad israelí aproximadamente 2.400; estos asesinatos calificados por la ONU como genocidio fueron cometidos por la Falange Libanesa, una agrupación cristiana de origen libanés. Si miramos a otras religiones más exóticas, veremos como en Birmania –oficialmente llamada ahora República de la Unión de Myanmar–, los budistas en el poder siguen desatando la persecución étnico-religiosa, en especial contra los musulmanes conocidos como rohinyá, amparados entre otros por la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi que ahora es Consejera de Estado del país, en los últimos meses se ha causado un número abismal de muertos y desplazados que ha llamado la atención internacional. Recordemos que para el viejo militar de Birmania, su nacionalismo se basaba en presentar la identidad nacional bajo el manto del budismo frente a las minorías religiosas cristianas y musulmanas, negando además la ciudadanía a varios grupos étnicos, ahora la que se presenta internacionalmente como una ejemplar «democracia burguesa» birmana, sigue su herencia. Queda claro pues, que la religión en cualquier de sus expresiones es un foco de conflictos, guerra y muerte.
Es más, aunque una religión que se profese en su versión menos «radicalizada», violenta e intolerante, aún así la religión es como bien dijo Marx el «opio del pueblo», ya que induce al sujeto a un manejo de la vida y sus fenómenos totalmente ajenos a la realidad, les lleva a un modo de vida y pensar idealista en que achacan las cosas a voluntades divinas, ven en la naturaleza señales y presagios, creen en supersticiones y aguantan sacrificios en pro de una vida en el más allá, se trata pues de uno de los mejores dispersores de la lucha de clases y trae a las clases trabajadoras a una vuelta al misticismo y la ignorancia de la época de las cavernas.
Marx lo expresó así:
«La religión es la teoría universal de este mundo, su compendio enciclopédico, su lógica popularizada, su pundonor espiritualista, su entusiasmo, su sanción moral, su complemento de solemnidad, la razón general que la consuela y justifica. Es la realización fantástica del ser humano, puesto que el ser humano carece de verdadera realidad. Por tanto, la lucha contra la religión es indirectamente una lucha contra ese mundo al que le da su aroma espiritual. La miseria religiosa es a un tiempo expresión de la miseria real y protesta contra la miseria real. La religión es la queja de la criatura en pena, el sentimiento de un mundo sin corazón y el espíritu de un estado de cosas embrutecido. Es el opio del pueblo. La superación de la religión como felicidad ilusoria del pueblo es la exigencia de que éste sea realmente feliz. La exigencia de que el pueblo se deje de ilusiones es la exigencia de que abandone un estado de cosas que las necesita. La crítica de la religión es ya, por tanto, implícitamente la crítica del valle de lágrimas, santificado por la religión». (Karl Marx; Crítica de la filosofía del derecho de Hegel, 1844)
¿Significa eso que debamos tratar a los creyentes de forma brusca y con desdén, como gente irrecuperable? ¿O significa también que debemos relajar nuestra crítica a la religión porque nosotros estemos liberados de tal veneno ideológico?:
«La religión debe ser considerada como una cuestión privada»; tal es la posición corriente de los socialistas respecto a la religión. Pero es menester definir el significado de estas palabras precisamente para evitar todo equivoco. Nosotros exigimos que se considere a la religión como una cuestión privada en lo que concierne al Estado; pero de ninguna manera podemos considerarla como una cuestión privada en nuestro propio partido. (...) No obstante, para el Partido Socialista Proletario la religión no es una cuestión privada. Nuestro partido es una organización de luchadores conscientes y progresistas por la liberación de la clase obrera. Semejante organización no puede ni debe ser indiferente a la ignorancia y al oscurantismo bajo la forma de creencias religiosas. Nosotros exigimos la total separación de la Iglesia del Estado con objeto de disipar la neblina de la religión con armas pura y únicamente intelectuales, mediante nuestra prensa y la persuasión oral. Uno de los objetivos de nuestra organización, el Partido Obrero Socialdemócrata ruso [así se llamaban los marxistas revolucionarios, hasta que tras la Primera Guerra Mundial se autodenominaron comunistas, para diferenciarse de la socialdemocracia de la II Internacional - Anotación de Bitácora (M-L)], consiste precisamente en luchar contra todo engaño religioso entre los trabajadores. Para nosotros, la lucha ideológica no es una cuestión privada, sino una cuestión que interesa a todo el partido y a todo el proletariado. Si es así ¿por qué no declaramos en nuestro programa que somos ateos? ¿Por qué no impedimos a los cristianos y creyentes que vengan a nuestro partido? La respuesta a esta pregunta revela una diferencia muy esencial entre la actitud democrática burguesa y la democrática socialista frente a la religión. Nuestro programa está enteramente basado en la filosofía científica, para ser más exacto materialista. Por consiguiente, al explicar nuestro programa debemos necesariamente explicar las verdaderas raíces históricas y económicas de la religión. Así pues, nuestro programa incluye por fuerza la propaganda del ateísmo. (...) Probablemente tendremos que seguir el consejo que, en su tiempo, Engels diera a los socialistas alemanes: el de traducir y propagar entre las masas la ilustrativa literatura atea del siglo XVIII». (Vladimir Ilich Uliánov, Lenin; Socialismo y religión, 1905)
La cuestión religiosa no es cuestión baladí, sirve a uno u otro bando la situación del sujeto en torno a esta cuestión. No por casualidad hemos sido testigo como todos los revisionistas han hecho suyo en mayor o menor medida las religiones locales para afianzarse en el poder, o para intentar acceder a él, algo que hemos denunciado a cada paso de los revisionistas:
a) Los eurocomunistas de ayer y sus herederos de hoy intentan llegar al poder a través de una alianza con la iglesia. Véase: Equipo de Bitácora (M-L); Alianzas con organizaciones de todo color y pelaje de 2015.
b) Los Castro son los mayores publicistas del Vaticano y los párrocos de la isla discuten los programas del partido gobernante, pero también financian la santería o la iglesia ortodoxa. Véase: Equipo de Bitácora (M-L); Crítica a la última broma de Fidel Castro en el 70 aniversario de la victoria soviética sobre el fascismo de 2015.
c) En Corea del Norte también se promueve con orgullo las religiones indígenas. Véase: Equipo de Bitácora (M-L); La «orgullosa» promoción de la religión en Corea del Norte, 2015.
d) En Nicaragua se ha hecho del cristianismo una parte fundamental de su propaganda política, su alianza con la iglesia es visible sin disimulo, e incluso han modificando la constitución para dejar claro sus tintes cristianos. Véase: Equipo de Bitácora (M-L); El «neo-socialismo cristiano», 2013.
e) En Venezuela los dirigentes no solo proponen el cristianismo como parte de su ideología política, sino que hacen uso de un misticismo y mesianismo calcado al norcoreano para justificar su derecho a gobernar. Véase: Equipo de Bitácora (M-L); La propaganda mística-religiosa como medio para justificar el liderazgo de las figuras de 2015.
Hoy, cuando muchos de los revisionistas han lanzado loas a la religión y la hacen patrimonio de su política como han hecho históricamente desde los Castro, pasando por Chávez hasta llegar a Kim Jong-un, en realidad solo están mostrando su carácter explotador y estafador. Pero esto no acaba aquí, en otras partes de África y Asia también han abundado los intentos de mezclar la religión musulmana y el marxismo con denominaciones como «socialismo árabe» como se pudo ver en el Egipto de Nasser en Egipto o la Libia de Gadafi. Los marxista-leninistas de la época ya denunciaron estas ideas que existían por ejemplo entre los argelinos de Ben Bella:
«Argelia pretende presentarse como un desarrollo a la cubana, del «socialismo cubano». (...) Han hecho suyo el eclecticismo coránico, intentan mostrar que el islamismo coincide con el socialismo en numerosas cuestiones morales. Por su parte, Ben Bela y el grupo dirigente, deseando estar a bien con los revisionistas soviéticos, con los titoistas, los estadounidenses, los franceses, y recibir ayuda material de ellos, no olvidan decir que están por el «socialismo práctico» y no pueden estar por el científico, como si a ambos les separara una muralla china. Los revisionistas están plenamente de acuerdo con estos puntos de vista y apoyan toda demagogia, toda diversión, toda revisión del marxismo, están a favor de cualquier variante, de cualquier eclecticismo de que pueda ser objeto el marxismo-leninismo, basta con que se combata al marxismo-leninismo científico. Ahora con el ramadán, en Argelia se ejerce el terror religioso, apalean y encarcelan a los argelinos que no lo respetan, han prohibido que los restaurantes den de comer durante el día a los argelinos, obligan a éstos a ir a la mezquita o a rezar dondequiera que se encuentren. Y tienen el valor de llamarle a esto «socialismo». No hablemos del resto de las cuestiones que se derivan de la práctica religiosa». (Enver Hoxha; «Socialismo» que no tiene nada que ver con la concepción científica del socialismo; Reflexiones sobre Oriente Medio, 31 de enero de 1965)
Para el lector despistado que todavía no se crea del todo esta conexión, le recomendamos encarecidamente el documento de Albania Today; Alianza espiritual y colaboración práctica entre el vaticano y las camarillas revisionistas de 1975, ahí se puede ver como todo revisionismo histórico ha tenido en la religión su muleta para caminar.