camaradavorodin escribió:DZERJIINSKII, Engels sabía mucho de materialismo histórico, el que no tiene ni idea eres tú. ¿ me puedes explicar como en España y por la vía armada, por una guerra, vamos a alcanzar el socialismo ?.¿ quien va a a dirigir los batallones rojos, tú ?.
“Para el señor Dühring, la violencia es lo absolutamente malo, el primer acto de poder es el pecado original, y toda su exposición es una jeremíada sobre la inoculación de pecado original que aquel acto fue para macula que ha sido toda la historia, sobre el innoble falseamiento de todas las leyes naturales y sociales por aquel poder diabólico que es la fuerza. El señor Dühring no sabe una palabra de que la violencia desempeña también otro papel en la historia, un papel revolucionario; de que, según la palabra de Marx, es la comadrona de toda vieja sociedad que lleva en sus entrañas otra nueva; de que es el instrumento con el cual el movimiento social se impone y rompe formas políticas fosilizadas y muertas. Sólo con suspiros y, gemidos admite la posibilidad de que tal vez sea necesaria la violencia para derribar la economía de la explotación del hombre: por desgracia, pues toda aplicación de la violencia desmoraliza al que la aplica. Esto hay que oír, cuando toda revolución victoriosa ha tenido como consecuencia un gran salto moral y espiritual. Y hay que oírlo en Alemania, donde un choque violento —que puede imponerse inevitablemente al pueblo— tendría por lo menos la ventaja de extirpar el servilismo que ha penetrado en la consciencia nacional como secuela de la humillación sufrida en la guerra de los Treinta Años. ¿Y esa mentalidad de predicador, pálida, sin savia y sin fuerza, pretende imponerse al partido más revolucionario que conoce la historia?”
F. Engles ANTI-DÜHRING
CAP. IV LA TEORÍA DE LA VIOLENCIA Y EL PODER (CONCLUSIÓN)
“Es admirable la rapidez con que los obreros comprendieron el plan de operaciones, la regularidad con que apoyaban sus acciones unos con otros y la habilidad con que supieron utilizar los accidentes del terreno. Esto seria de todo punto de vista incomprensible si los obreros no hubieran estado organizados, casi en pie de guerra, en los talleres nacionales y no se hubiesen encuadrado en compañías, de manera que solo les quedara adaptar la organización existente a las acciones militares, que ya habían comenzado, para formar un ejercito organizado con el mayor acierto”
F. Engels La revolución de 1848-1849 “La marcha de los acontecimientos en Paris”
“si los obreros hubieran empleado los mismos métodos que los burgueses y sus soldados, mandados por Cavaignac, Paris abría quedado en ruinas, pero el triunfo habría sido suyo”
F. Engels La revolución de 1848-1849 “El 25 de julio”
“en la revolución, lo mismo que en la guerra, es siempre necesario librar una lucha enérgica contra el enemigo, y el que ataca es el que siempre lleva la ventaja. En la revolución, como en la guerra, es de la mayor necesidad jugarce el todo por el todo en el momento decisivo, cualquiera que sean las probabilidades. No hay una sola revolución triunfante en la historia que no corrobore la exactitud de estas verdades”
“una derrota después de una obstinada batalla es un hecho de no menor importancia revolucionaria que una victoria fácilmente alcanzada”
F. Engels, Artículos de la serie: Revolución y contrarrevolución en Alemania
Cap. XIII La asamblea constituyente Prusiana
“La insurrección es un arte, lo mismo que la guerra o que cualquier otro arte. Está sometida a ciertas reglas que, si no se observan, dan al traste con el partido que las desdeña. Estas reglas, lógica deducción de la naturaleza de los partidos y de las circunstancias con que uno ha de tratar en cada caso, son tan claras y simples que la breve experiencia de 1848 las ha dado a conocer de sobra a los alemanes. La primera es que jamás se debe jugar a la insurrección a menos se esté completamente preparada para afrontar las consecuencias del juego. La insurrección es una ecuación con magnitudes muy indeterminadas cuyo valor puede cambiar cada día; las fuerzas opuestas tienen todas las ventajas de organización, disciplina y autoridad habitual; si no se les puede oponer fuerzas superiores, uno será derrotado y aniquilado. La segunda es que, una vez comenzada la insurrección, hay que obrar con la mayor decisión y pasar a la ofensiva. La defensiva es la muerte de todo alzamiento armado, que está perdido antes aún de medir las fuerzas con el enemigo. Hay que atacar por sorpresa al enemigo mientras sus fuerzas aún están dispersas y preparar nuevos éxitos, aunque pequeños, pero diarios; mantener en alto la moral que el primer éxito proporcione; atraer a los elementos vacilantes que siempre se ponen del lado que ofrece más seguridad; obligar al enemigo a retroceder antes de que pueda reunir fuerzas; en suma, hay que obrar según las palabras de Danton, el maestro más grande de la política revolucionaria que se ha conocido: de l'audace, de l'audace, encore de l'audace!”
F. Engels, Artículos de la serie: Revolución y contrarrevolución en Alemania
“La insurrección”
“Si vis pacem, para bellum”[i]