Pregunto, porque llevamos unos cuantos dias y todavia no os habeis dignado a contestar ni un trozico de lo que os ha puesto NG,
tampoco habeis respondido las citas del mismo mao, donde se delata el solito...
javicho II escribió:En mi opinión, en lo que ustedes han posteado, no hay nada que refutar lo que en esencia ya está refutado por la teoría y sobre todo por la práctica.
Ustedes pueden seguir posteando todas sus tesis antimaoistas y si valen la pena responderlas de seguro alguien les reponderá.
Y por favor no siga diciendo que NG es el autor absoluto de los textos, y lo cual, la ayuda no tiene nada de malo, lo digo por si a caso.
Admin escribió:Último aviso Carlos3. A la siguiente vuelves a la calle por actividad troll. ¡¡DEMASIADA PACIENCIA TENEMOS!!
Euskal Gorriak escribió:refutado que???
Euskal Gorriak escribió:vaya, vuelven los maoistas maleducados y groseros.
más le vale contestar a los certeros documentos que ha traducido NG para ustedes, igual así aprenden algo de marxismo-leninismo y abandonan la senda traidora del antistalinismo.
Euskal Gorriak escribió:vaya, vuelven los maoistas maleducados y groseros.
más le vale contestar a los certeros documentos que ha traducido NG para ustedes, igual así aprenden algo de marxismo-leninismo y abandonan la senda traidora del antistalinismo.
Kremlin escribió:Euskal Gorriak escribió:vaya, vuelven los maoistas maleducados y groseros.
más le vale contestar a los certeros documentos que ha traducido NG para ustedes, igual así aprenden algo de marxismo-leninismo y abandonan la senda traidora del antistalinismo.
Camarada "Euskal Gorriak" no te molestes en responder los insultos del personaje este, que por lo que se ve es muy valiente insultando desde una pantalla.
Són un caso perdido ya, es mejor no contestarles, se delatan ellos mismos haciendo oidos sordos.
Pero solo una duda "kantaria" ¿¿a que te refieres con "maoismo"?? ¿¿¿es una nueva y/o tercera etapa del marxismo??? ¿una aplicación historica? o ¿de que estas hablando? ¿¿¿Mao desarrolló una tercera etapa del marxismo??? ¿¿donde?? ¿en china? ¿¿en tus sueños??
¿de que estas hablando abuelito? o ¿solo fue uno de tus lapsus? :O
Hablando a Kremlimcarlos3 escribió:acà lo ùnico revisionista peor que lo de sotomayor, es el enlace de servicios policiales puesto por ti, y que la administraciòn no dio respuesta
Hablando a Kremlimcarlos3 escribió:no tengo tiempo para responder las misma estupideces troskistas de siempre
pero solo para formular una tergiversaciòn de la dialèctica , por qque es claro que en estos textos la dialectica se la meten en el culo...
carlos3 escribió:correctamente en lo que "ustedes han posteado" muy buena forma de definir los textos, ya que al parecer algunos tienen doble personalidad en el foro, por no decir que es el mismo
Admin escribió:Último aviso Carlos3. A la siguiente vuelves a la calle por actividad troll. ¡¡DEMASIADA PACIENCIA TENEMOS!!
carlos3 escribió:colocas enlaces de la policia , y sigues hablando estupideces
carlos3 escribió:pregunta a la guerras populares de la india, filipinas, perú, turkia, bangladesh, que es el maoismo,, seguramente no hna leído tus "valiosos aportes como moderador y trollero"
Estaís quedando bajo un nivel ridículo cuando justificais evadir el debate diciendo que si son fuentes de páginas policiacas (SS-18 dijo claramente que demostrarais esa aberración), que si soy multicuenta (ofrezco a SS-18 que registre mis mensajes y los de Kremlim y lo postee publicamente para que quedes tú y los demás) como los excuseros que sois (eso si, como no tengáis razón te merecerías una pequeña sanción creo yo por difamador gratuito) o que si las citas de Mao estan descontextualizadas cuando precisamente, PRECISAMENTE en mi último posteo o de los últimos AVISE a los despistados como tú que pondría cada link del libro de Mao correspondiente a cada cita:leooonidas escribió:Ya se les dijo a esos amigos de NG que cuando traigan algo que se considere suceptible de debatir lo haremos pero deformaciones si no vamos debatir y menos con la sacada de contexto de todos los textos del Presidente Mao.
Lo de Carlos3 solo fue una respuesta a lo que es evidente ya que pareciera que NG y Kremlin fueran hermanos porque casi tienen la misma forma de posteo y eso solo a meritaba aclaración y no la sanción que arbitrariamente sigue cometiendo NG.
Sobre Mao, su sobrevaloración de la juventud, y subestimación del proletariado
Pero lo que más llamó la atención de nuestro Partido fue la Revolución Cultural, sobre la cual se nos presentaron varios grandes interrogantes. A lo largo de la Revolución Cultural, que desencadenó, en la actividad del Partido Comunista de China y del Estado chino se observaron ideas y hechos políticos, ideológicos y organizativos extraños que no estaban fundados en las enseñanzas de Marx, Engels, Lenin y Stalin.
La apreciación de los actos dudosos habidos anteriormente, así como de los que se constataron durante la Revolución Cultural, pero sobre todo de los acontecimientos registrados después de esta revolución hasta el presente, los cambios en la dirección, la subida y la bajada de uno y otro grupo, hoy del grupo de Lin Piao, mañana del de Teng Siao-ping, o de un Jua Kuo-feng, etc., cada uno con su propia plataforma opuesta a la del otro, la apreciación de todo esto indujo a nuestro Partido a profundizar todavía más en las concepciones y la práctica de Mao Tse-tung y del Partido Comunista de China, a adquirir un conocimiento más completo del "pensamiento Mao Tse-tung".
No nos parecía una conducta revolucionaria el que esta Revolución Cultural no estuviese dirigida por el partido, sino que fuese una explosión caótica tras un llamamiento que hizo Mao Tsetung. La autoridad de Mao en China hizo que se levantasen millones de jóvenes no organizados, estudiantes y escolares, que marchaban hacia Pekín, hacia los comités del partido y del poder, disolviéndolos.
Se decía que estos jóvenes representaban en aquel entonces en China la "ideología proletaria" y que ¡enseñarían al partido y a los proletarios el "verdadero" camino! Una revolución de este tipo, de acentuado carácter político, fue llamada cultural. Para nuestro Partido esta denominación era inexacta, porque en realidad en China se había desatado un movimiento político y no cultural. Pero lo principal era que esta "gran revolución proletaria" no estaba dirigida ni por el partido, ni por el proletariado.
Esta grave situación tenía su origen en los viejos conceptos antimarxistas de Mao Tse-tung que subestiman el papel dirigente del proletariado y sobreestiman a la juventud en la revolución. Mao había escrito:
"¿Qué papel ha desempeñado la juventud china a partir del "movimiento del 4 de mayo"? En cierta medida, un papel de vanguardia que, salvo los ultrarreaccionarios, todo nuestro país lo reconoce. ¿En qué consiste este papel de vanguardia? En jugar el papel dirigente"
(Mao Tse-tung, Obras Escogidas, ed. albanesa, t. 3, pág. 19).
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Así la clase obrera fue dejada de lado y hubo numerosos casos en que se opuso a los guardias rojos, e incluso se enfrentó con ellos. Nuestros camaradas, que en aquel entonces se encontraban en China, han visto con sus propios ojos a los obreros de las fábricas luchar contra los jóvenes. El partido fue disuelto, fue liquidado, y los comunistas y el proletariado no eran tenidos en cuenta. Esta situación era muy grave.
Nuestro Partido apoyó la Revolución Cultural, porque en China estaban en peligro las conquistas de la revolución. Personalmente Mao Tse-tung nos dijo que allí el partido y el Estado habían sido usurpados por el grupo renegado de Liu Shao-chi y Teng Siao-ping y que las victorias de la revolución china corrían peligro. En estas condiciones, independientemente de quién era el responsable de que las cosas hubiesen ido tan lejos, nuestro Partido apoyó la Revolución Cultural. Nuestro Partido defendió al hermano pueblo chino, la causa de la revolución y del socialismo en China y no la lucha fraccionalista de los grupos antimarxistas que chocaban entre sí y que llegaban incluso a enfrentamientos armados para tomar el poder.
El curso de los acontecimientos demostró que la Gran Revolución Cultural Proletaria no era ni revolución, ni grande, ni cultural y, sobre todo, que no era en absoluto proletaria. Era una revolución de palacio a nivel panchino para liquidar a un puñado de reaccionarios que habían tomado el poder.
Naturalmente, dicha Revolución Cultural era una mistificación. Liquidó al mismo Partido Comunista de China e incluso a las organizaciones de masas, y hundió a China en un nuevo caos. Esta revolución fue dirigida por elementos no marxistas, que a su vez fueron liquidados por medio de un putsch militar por otros elementos antimarxistas y fascistas.
Sobre el liberalismo y fraccionalismo existente en el PCCh promovido por Mao
El que la actividad del partido se basara no en los principios y las normas del marxismo-leninismo, sino en el pensamiento Mao Tse-tung", abrió aún más las puertas al oportunismo y a la lucha fraccionalista en las filas del Partido Comunista de China. El "pensamiento Mao Tse-tung" es una amalgama de concepciones que mezcla ideas y tesis tomadas de prestado del marxismo con otros principios filosóficos, idealistas, pragmáticos y revisionistas. Sus raíces se remontan a la antigua filosofía china y al pasado político e ideológico de China, a su práctica estatal y militarista. Todos los dirigentes chinos, tanto los que actualmente han tomado el poder, como aquellos que han estado en él y han sido derrocados, pero que han maniobrado para materializar sus planes contrarrevolucionarios, han tenido y tienen por base ideológica el “pensamiento Mao Tse-tung".
El propio Mao Tse-tung ha admitido que su pensamiento puede ser aprovechado por todos, tanto por los de izquierda como por los de derecha, como él llama a los diversos grupos que constituyen la dirección china. En la carta dirigida a Chiang Ching el 8 julio de 1966, Mao Tse-tung admite que:
"la derecha en el poder puede utilizar mis palabras para hacerse fuerte durante un cierto tiempo, pero la izquierda puede utilizar otras palabras mías y organizarse para derrocar a los de derecha".
("Le Monde"', 2 de diciembre de 1972).
Esto demuestra que Mao Tse-tung no ha sido un marxista-leninista, que sus puntos de vista son eclécticos.
En el Partido Comunista de China no ha existido ni existe la verdadera unidad marxista-leninista de
pensamiento y de acción. La lucha entre las fracciones, que ha existido desde la fundación del Partido Comunista de China, ha hecho que en este partido no se instaurara una correcta línea marxistaleninista, que no se guiara por el pensamiento marxista-leninista. Las diversas tendencias que se manifestaban en los principales dirigentes del partido, unas veces eran de izquierda, otras oportunistas de derecha, algunas veces centristas e incluso llegaban a ser puntos de vista abiertamente anarquistas, chovinistas y racistas.
Mientras Mao Tse-tung y su grupo estuvieron a la cabeza del partido, estas tendencias fueron una de las características distintivas del Partido Comunista de China. El propio Mao Tse-tung ha predicado la necesidad de la existencia de las "dos líneas" en el partido. Según él, la existencia de ambas líneas y la lucha entre ellas es algo natural, es una expresión de la unidad de los contrarios, es una política elástica que conjuga en sí misma el espíritu de principios y el compromiso.
"Así”, escribe él, “con un camarada que se equivoca pueden utilizarse las dos manos: con una será combatido, con la otra se hará la unidad con él. El propósito de esta lucha es preservar los principios del marxismo, lo cual supone perseverar en los principios; éste es un aspecto del problema. El otro aspecto es unirnos a él. La unión tiene por objetivo ofrecerle una salida, concertar un compromiso con él".
(Mao Tse-tung, Obras Escogidas, ed. francesa, Pekín, 19ií, t. 5, pág. 560. Los chinos editaron este
tomo por primera vez en este año).
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Estos puntos de vista son diametralmente opuestos a las enseñanzas leninistas sobre el partido comunista como destacamento organizado y de vanguardia, que debe tener una sola línea y una férrea unidad de pensamiento y de acción.
Estos puntos de vista son diametralmente opuestos a las enseñanzas leninistas sobre el partido comunista como destacamento organizado y de vanguardia, que debe tener una sola línea y una férrea unidad de pensamiento y de acción.
La lucha de clases en el seno del partido, como reflejo de la lucha de clases que se desarrolla fuera del mismo, no tiene nada en común con las concepciones de Mao Tse-tung sobre las "dos líneas en el partido". El partido no es arena de las diversas clases y de la lucha de las clases antagónicas, no es una reunión de personas con objetivos opuestos. El verdadero partido marxista-leninista es únicamente partido de la clase obrera y se basa en los intereses de esta clase. Este es el factor decisivo para el triunfo de la revolución y la edificación del socialismo. J. V. Stalin, defendiendo los principios leninistas acerca del partido, que no permiten la existencia de muchas líneas, de corrientes opuestas en el seno del partido comunista, señalaba que:
"...el partido comunista es el partido monolítico del proletariado y no partido de un bloque de elementos de las diversas clases",
(J. V. Stalin, Obras, ed. albanesa, t. 11, pág. 280).
En tanto que Mao Tse-tung concibe el partido como una unión de clases con intereses opuestos, como una organización en que están enfrentadas y luchan dos fuerzas, el proletariado y la burguesía, el "cuartel general proletario" y el "cuartel general burgués", los cuales deben tener sus representantes en todo el partido, desde la base hasta los órganos dirigentes más altos, Así, en 1956 exigía que fueran elegidos al Comité Central los dirigentes de las fracciones de izquierda y de derecha, presentando a este efecto argumentos tan ingenuos como ridículos:
"Todo el país, el mundo entero, dice él, saben bien que ellos han cometido errores de línea. La razón por la que los elegimos estriba precisamente en que ellos son famosos. ¡Qué otro remedio hay si gozan de fama y la fama de los que no han cometido errores o sólo han cometido pequeños errores no puede compararse con la suya! En nuestro país, que tiene una gran masa de pequeño-burgueses; ellos son dos banderas.".
Mao Tse-tung, Obras Escogidas, oo. francesa, Pekín, 1977, t. 5, pág. 348.
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Renunciando a la lucha de principios en las filas del partido, Mao Tse-tung hacía el juego a las fracciones, buscaba concertar compromisos con algunas de ellas para oponerse a otras y reforzar así sus posiciones. Con tal plataforma organizativa, el Partido Comunista de China nunca ha sido ni podía ser un partido marxista-leninista. En él no se respetaban los principios y las normas leninistas.
El congreso del partido, en tanto que órgano supremo de dirección colectiva del mismo, no ha sido convocado regularmente. Así, por ejemplo, entre el VII congreso y el VIII trascurrieron 11 años, y 13 años desde el VIII al IX, realizados después de la guerra. Además, los congresos desarrollados han sido, a su vez, formales, más bien reuniones de exhibición que de trabajo.
Sobre la democracia interna del PCCh
Resulta que desde el año 1953 Mao Tse-tung había dado la siguiente orden categórica:
"De hoy en adelante, cualquier documento o telegrama que se haya de expedir en nombre del Comité Central, sólo podrá ser despachado después que yo lo haya leído; de otra manera, no tendrá validez “.
(Mao Tse-tung, Obras Escogidas, ed. francesa, Pekín, 1977, t. 5, pág. 96.)
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En estas condiciones no se puede hablar de dirección colectiva, ni de democracia interna en el partido, ni de normas leninistas. El poder ilimitado de Mao Tse-tung llegaba al extremo de que designaba a sus herederos. En un tiempo nombró a Liu Shao-chi como sustituto suyo.
Más tarde proclamó que el heredero del poder y del partido, tras su muerte, sería Lin Piao. Esto, que era algo sin precedentes en la práctica de los partidos marxista-leninistas, fue sancionado incluso en los estatutos de partido. También fue Mao Tse-tung quien designó a Jua Kuo-feng para presidente del partido,
después de su muerte. El propio Mao, teniendo en sus manos los resortes del poder, criticaba,
juzgaba, castigaba y después rehabilitaba altos dirigentes del partido y del Estado.
Así ocurrió con Teng Siao-ping, que, en su llamada autocrítica del 23 de octubre de 1966, ha afirmado:
"Yo y Liu Shao-chi somos auténticos monárquicos. La esencia de mis errores radica en que no confío en las masas, no apoyo a las masas revolucionarias, sino que estoy en contra de ellas, he seguido una línea reaccionaria para aplastar la revolución, en la lucha de clases no he permanecido al lado del proletariado, sino de la burguesía... Todo esto demuestra que... no soy apto para ocupar puestos de responsabilidad.” (Extracto de la autocrítica de Teng Siao-ping. ACP)
Y a pesar de todos estos crímenes, este revisionista de marca mayor volvió a la poltrona en que estaba.
Sobre el pluripartidismo, y la supervisión y control entre estos, teoría anti-leninista
El "pensamiento Mao Tse-tung" al preconizar la necesidad de que existan muchos partidos en la dirección del país, de que exista el llamado pluralismo político, está en oposición total a la doctrina marxista-leninista sobre el papel incompartible del partido comunista en la revolución y en la edificación socialista. El que un país estuviese dirigido por varios partidos políticos, según el modelo norteamericano, era calificado por Mao Tse-tung, como ha declarado a E. Snow, como la forma más democrática de gobierno:
“En último término ¿qué es mejor?”, preguntaba Mao Tse-tung, “¿que haya uno o muchos partidos?" y respondía:
“Hoy, por lo que parece, es preferible que haya muchos. Así ha sido en el pasado, y así podrá ser en el futuro. Esto significa coexistencia duradera y control recíproco.".
(Mao Tse-tung, Obras Escogidas, ed. francesa, Pekín, 1977, t. 5, pág. 319.).
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Mao ha considerado indispensable la participación de los partidos burgueses en el poder y en el gobierno del
país con los mismos derechos y prerrogativas que el Partido Comunista de China. Y no sólo esto, sino que estos partidos de la burguesía, según él "históricos", no pueden desaparecer hasta que no desaparezca el Partido Comunista de China, es decir, coexistirán hasta el comunismo. Según el "pensamiento Mao Tse-tung" un régimen democrático nuevo sólo puede existir sobre la base de la colaboración de todas las clases y de todos los partidos, y sólo así se puede construir el socialismo.
Este concepto de la democracia socialista, del sistema político socialista, concepto que está fundado en "la coexistencia duradera y el control recíproco" de todos los partidos y que es muy parecido a lo que pregonan actualmente los revisionistas italianos, franceses, españoles, etc., es una negación abierta del papel dirigente y exclusivo del partido marxista-leninista en la revolución y la construcción socialistas. La experiencia histórica ya ha confirmado que sin el papel dirigente e incompartible del partido marxista-leninista no puede existir la dictadura del proletariado, es imposible la construcción y la defensa del socialismo:
“La dictadura del proletariado”, decía Stalin, “únicamente puede ser completa cuando está dirigida por un partido, el partido de los comunistas, el cual no comparte y no debe compartir la dirección con otros partidos".
(J. V. Stalin, Obras, ed. albanesa, t. 10, pág. 97.)
Sobre la pasividad ante las ideas burguesas anti-marxistas o los posibles disturbios
Las concepciones revisionistas de Mao Tse-tung tienen su base en la política de colaboración y de alianza con la burguesía, que ha aplicado constantemente el Partido Comunista de China. También la línea antimarxista y antileninista de que "se abran 100 flores y compitan 100 escuelas” tiene su origen en esta política y es manifestación directa de la coexistencia de ideologías opuestas.
Según Mao Tse-tung, en la sociedad socialista, paralelamente a la ideología proletaria, al materialismo y al ateísmo, hay que permitir la existencia de la ideología burguesa, el idealismo y la religión, hay que permitir que crezcan las "hierbas venenosas a la par de las "flores fragantes , etc.
Esta línea, según él, es indispensable para el desarrollo del marxismo, para abrir camino a los debates,
a la libertad de opinión, pero en realidad, por medio de ella, él trata de echar los cimientos teóricos de
la política de colaborar con la burguesía y de la coexistencia con su ideología. Mao Tse-tung dice:
"...impedir que la gente entre en contactos con lo falso, con lo pernicioso o con lo que nos es hostil, con el idealismo y la metafísica, impedir que conozca las ideas de Confucio, Lao Tsé y Chiang Kaishek, sería una política peligrosa. Conduciría a la regresión del pensamiento, a la unilateralidad y haría a la persona incapaz de enfrentar las pruebas de la vida...".( Mao Tse-tung, Obras Escogidas,
OO. francesa, Pekín, 1977, t. 5, pág. 397)
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Es así como Mao Tse-tung concluye que el idealismo, la metafísica y la ideología burguesa existirán eternamente, y por tanto, no sólo no hay que impedidos, sino que se les debe dar la posibilidad de brotar, salir a la superficie y competir. Esta actitud conciliadora con todo lo reaccionario va tan lejos, que considera irremediables los desórdenes en la sociedad socialista y errónea la prohibición de la actividad de los enemigos:
“En mi opinión”, dice él, “cualquiera que desee provocar disturbios puede hacerla durante el tiempo que le dé la gana: si no le basta con un mes, nosotros le damos dos; en otras palabras, no declararemos zanjado el asunto hasta que esté harto de disturbios. Si ustedes se apresuran a poner fin a los desórdenes, tarde o temprano surgirán de nuevo". (Ibidem, págs. 405-406.)
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Aquí no estamos ante discusiones académicas, "científicas", sino ante una línea política oportunista
contrarrevolucionaria que se ha opuesto al marxismo-leninismo, que ha desorientado al Partido Comunista de China, en cuyo seno han circulado ciento y pico puntos de vista e ideas y hoy existen en verdad 100 escuelas compitiendo. Esto ha hecho que las avispas burguesas revoloteen libremente por el jardín de las 100 flores y viertan su veneno.
Tal actitud oportunista en lo tocante a los problemas ideológicos tiene sus raíces, aparte de otras cosas, en que el Partido Comunista de China, a lo largo de todo el período que va desde su fundación hasta la liberación del país y de ahí en adelante, no se ha esforzado por consolidarse ideológicamente, no ha trabajado por inculcar la teoría de Marx, Engels, Lenin y Stalin en la mente y en el corazón de sus miembros, no ha luchado por asimilar las cuestiones fundamentales de la ideología marxistaleninista y aplicadas consecuentemente, paso a paso, a las condiciones concretas de China
Mao y sus mecanismos filosóficos
Al tratar las contradicciones no parte de las tesis marxistas, sino de las tesis de los antiguos filósofos chinos, considerando los contrarios de manera mecánica como fenómenos externos e imaginando la transformación de los mismos como una simple inversión de los dos términos.
Operando con algunos de esos contrarios eternos que coge de la filosofía antigua como arriba-abajo, detrás-delante, derecha-izquierda, fácil-difícil, etc., etc., Mao Tse-tung, en el fondo, niega las contradicciones internas en los mismos objetos y fenómenos, y trata el desarrollo como una mera repetición, como una sucesión de estados intangibles donde se observan los mismos contrarios y la misma correlación entre ellos.
Mao Tse-tung interpreta la transformación de cada uno de los dos términos de una contradicción en su contrario como un esquema formal al cual todo debe estar subordinado, como una simple inversión y no como la solución de la contradicción ni como un cambio cualitativo del propio fenómeno que comporta estos contrarios. Partiendo de este esquema Mao llega a declarar:
“Cuando el dogmatismo se transforma en su contrario, se convierte o bien en marxismo o bien en
revisionismo", (Mao Tse.-tung, Obras Escogidas, ed. francesa, Pekín, 1977, t. 5, pág. 479),
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"la metafísica se transforma en dialéctica y la dialéctica en metafísica", etc.
Detrás de estas afirmaciones absurdas y tras el juego sofisticado de los contrarios se ocultan los conceptos oportunistas y antirrevolucionarios de Mao Tse-tung. Así, la revolución socialista no es vista por él como un cambio cualitativo de la sociedad, donde desaparecen las clases antagónicas y la opresión y la explotación del hombre por el hombre, sino que es imaginada como una simple inversión de papeles entre la burguesía y el proletariado. Para probar este “descubrimiento", Mao escribe:
"Si la burguesía y el proletariado no pudieran transformarse el uno en el otro, ¿cómo se explicaría que el proletariado se convierta por medio de la revolución en clase dominante y la burguesía en una clase dominada?.. Nosotros y el Kuomintang de Chiang Kai-shek en lo fundamental estamos en posiciones diametralmente opuestas. Como resultado de la lucha y de la exclusión recíproca de los dos aspectos contradictorios, nosotros y el Kuomintang cambiamos los lugares...".
(Mao Tse-tung, Obras Escogidas, oo. francesa, Pekín, 1977, t. 5, págs. 399-400)
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Esta misma lógica ha conducido a Mao Tse-tung también a revisar la teoría marxista-leninista sobre las dos fases de la sociedad comunista.
"La dialéctica nos enseña que el régimen socialista, como fenómeno histórico, desaparecerá un día, del mismo modo que muere la persona, y que el régimen comunista será la negación del socialista. ¿Cómo puede considerarse marxista la aserción según la cual el régimen socialista y también las relaciones de producción y la superestructura del socialismo no desaparecerán? ¿No sería esto un dogma religioso, la teología que predica la eternidad de Dios?"
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De este modo Mao Tse-tung, al revisar abiertamente la concepción marxista-leninista sobre el socialismo y el comunismo, que en el fondo son dos fases de un mismo tipo, de un mismo orden económico-social, y que se diferencian únicamente por su grado de desarrollo y madurez, presenta el socialismo como algo diametralmente opuesto al comunismo.
De tales conceptos metafísicos y antimarxistas parte Mao Tse-tung cuando trata en general la cuestión de la revolución, que contempla como un proceso sin fin que se repetirá periódicamente mientras exista el ser humano sobre la tierra, como un proceso que pasa de la derrota a la victoria, de la victoria a la derrota y así sucesivamente. Las concepciones antimarxistas, unas veces evolucionistas y otras anarquistas de Mao sobre la revolución, aparecen con mayor claridad cuando habla de los problemas de la revolución en China.
Influencia de estos errores filosóficos en las etapas de la revolución
Mao Tse-tung nunca ha podido comprender y explicar correctamente los estrechos vínculos que existen entre la revolución democrático-burguesa y la revolución proletaria. En oposición a la teoría marxista-leninista, que ha argumentado científicamente que entre la revolución democrático-burguesa y la revolución socialista no se levanta una muralla china, que ambas revoluciones no deben estar separadas por un largo período de tiempo, Mao Tse-tung afirmaba:
“La transformación de nuestra revolución en revolución socialista es una cuestión que pertenece al futuro. Que cuando se haga esta transición…puede necesitarse un período bastante largo. Dado que para tal paso no se dan todas las condiciones políticas y económicas necesarias, dado que esta transición no puede aportar beneficias, sino perjuicios, a la mayaría aplastante de nuestra pueblo, no debe hablarse de ella". (Mao Tse-tung, Obras Escogidas, oo. albanesa,.t. 1, .pág. 210. )
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A esta concepción antimarxista, que no está por la transformación de la revolución democráticaburguesa en revolución socialista, se ha atenido Mao Tse-tung a la largo de toda la revolución, inclusive después de la liberación. Así, en 1940 Mao Tse-tung dice:
"La revolución china debe atravesar necesariamente la fase de la nueva democracia y solamente después, la fase del socialismo. De estas dos fases, la primera será relativamente larga…"
(Mao Tse-tung, Obras Escogidas, oo. albanesa, t. 3, pág. 169.)
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En marzo de 1949, en el pleno del Comité Central del Partida, en el que Mao Tse-tung presentó el programa para el desarrollo de China después de la liberación, dice:
"A lo largo de este período habrá que permitir todas las elementos del capitalismo, tanto de la ciudad como del campo"
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Estos puntos de vista y “teorías" han hecha que el Partida Comunista de China y Mao Tse-tung no luchen par elevar la revolución china a revolución socialista, que dejen el campo libre al desarrollo de la burguesía y a las relaciones sociales capitalistas.
En la cuestión de la correlación entre la revolución democrática y la socialista, Mao Tse-tung se
mantiene en las posiciones de las cabecillas de la II Internacional, que fueron los primeros que atacaron y tergiversaron la teoría marxista-leninista sobre el ascenso de la revolución y aparecieron con la tesis de que entre la revolución democrático-burguesa y la revolución socialista media un período largo, durante el cual la burguesía desarrolla el capitalismo y crea condiciones para pasar a la revolución proletaria. La transformación de la revolución democrático-burguesa en revolución socialista, sin dar al capitalismo la posibilidad de desarrollarse ulteriormente, lo consideraban como algo imposible, como quemar etapas.
Sobre la hegemonía de clase en la revolución
Por eso, el problema del papel hegemónico en la revolución reviste una gran importancia de principios, porque de la cuestión de saber quién la dirige dependen la dirección y el desarrollo que va a tomar.
"La renuncia a la idea de la hegemonía -puntualizaba Lenin- es la variedad más burda del
reformismo." (V. I. Lenin, Obras, ed. albanesa, t. 17, pág. 252).
Precisamente la negación por parte del “pensamiento Mao Tse-tung" del papel hegemónico del proletariado, fue una de las causas de que la revolución china no pasase de ser una revolución democrático-burguesa y no llegase a revolución socialista. Mao Tse-tung en su escrito "Sobre la nueva democracia" preconizaba que, después del triunfo de la revolución en China, debía instaurarse un régimen que se asentase en la alianza de las "clases democráticas", donde incluía, además del campesinado y el proletariado, a la pequeña burguesía urbana y a la burguesía nacional:
"Si es justo”, escribe él, que “deben comer todos", entonces el poder no debe ser usurpado sólo por un partido, un grupo, una clase".
(Mao Tse-tung, Obras Escogidas, ed. albanesa, t. 3, pág. 235)
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Esto mismo ha sido reflejado en la bandera nacional de la República Popular China con las cuatro estrellas, que representan cuatro clases: la clase obrera, el campesinado, la pequeña burguesía de la ciudad y la
burguesía nacional.
Sobre la posición del PCCh hacía la burguesía nacional
Después de la liberación, como consecuencia de los puntos de vista y de las posiciones de Mao Tsetung, Chou En-lai, etc., en la línea política del partido se advirtieron numerosas vacilaciones en todas las direcciones. En China se conservó viva la tendencia predicada por el "pensamiento Mao Tse-tung" de que la etapa de la revolución democrático-burguesa debía proseguir por largo tiempo. Mao Tsetung insistía en que en esta etapa, a la par del desarrollo del capitalismo, al cual daba prioridad, se crearían igualmente las premisas del socialismo. A esto está ligada también su tesis sobre la convivencia del socialismo con la burguesía durante un período de tiempo muy largo, considerando esto como algo útil tanto para el socialismo como para la burguesía. Respondiendo a los que se oponían a tal política y que presentaban como argumento la experiencia de la Revolución Socialista de Octubre, Mao Tse-tung dice:
"La burguesía rusa era una clase contrarrevolucionaria: rechazó por aquel entonces las medidas del capitalismo de Estado, boicoteó la producción, hizo sabotajes y llegó a recurrir a las armas.
Así las cosas, el proletariado ruso no tuvo más remedio que liquidada. Exasperada por esto, la burguesía de
los demás países vomitó injurias. Aquí en China damos un tratamiento más o menos suave a la burguesía nacional, y ésta se siente un poco a gusto al ver que todavía puede obtener algún provecho"
(Mao Tse-tung, Obras Escogidas, ed. francesa, Pekín, 197r,t. 5, pág. 338)
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Tal política, según Mao Tse-tung, ha aportado a China un supuesto prestigio a los ojos de la burguesía internacional, cuando en realidad ha ocasionado un gran perjuicio al socialismo en China.
Mao Tse-tung ha presentado esta actitud oportunista hacia la burguesía como una aplicación creadora
de las enseñanzas de Lenin sobre la NPE (Nueva Política Económica), Pero entre las enseñanzas de Lenin y la concepción de Mao Tse-tung sobre la ausencia de toda restricción a la producción capitalista y la conservación de las relaciones burguesas en el socialismo, existe una diferencia radical, Lenin reconoce que la NPE era un retroceso que permitía el desarrollo de los elementos del capitalismo, durante un cierto tiempo, pero, subraya:
“para el poder proletario no hay en ello nada terrible, mientras el proletariado sostenga firmemente el poder en sus manos, mientras mantenga firmemente en sus manos los medios de transporte y la gran industria" (V. I. Lenin, Obras, ed. albanesa, t. 32, pág. 434)
En China, en 1949 y en 1956, fechas en que Mao Tse-tung hacía estas prédicas, de hecho el proletariado no mantenía en sus manos ni el poder ni la gran industria. Además Lenin consideraba la NPE como algo provisional que venía impuesto por las condiciones concretas de la Rusia de entonces arruinada por la larga guerra civil, pero no como una ley general de la construcción socialista. De hecho, un año después de la proclamación de la NPE, Lenin puntualizaba que la retirada ya había terminado y lanzó la consigna de preparar la ofensiva contra el capital privado en la economía.
Mientras que en China se preveía que el período de la preservación de la producción capitalista se
prolongase durante casi toda la vida. Según el punto de vista de Mao Tse-tung el régimen implantado
en China después de la liberación debía ser un régimen democrático-burgués, mientras, aparentemente, debía estar en el poder el Partido Comunista de China.
Así es el “pensamiento Mao Tse-tung".
La transición de la revolución democrático-burguesa a la revolución socialista puede realizarse siempre y cuando el proletariado aparta del poder de manera resuelta a la burguesía y la expropia. En China mientras la clase obrera compartió el poder con la burguesía, mientras la burguesía conservó sus privilegios, el poder instaurado en ese país no podía ser poder del proletariado, y por consiguiente la revolución china no podía elevarse a revolución socialista.
El Partido Comunista de China ha mantenido una actitud benevolente, oportunista hacia las clases explotadoras y Mao Tse-tung ha predicado abiertamente la integración pacífica de los elementos capitalistas en el socialismo. Mao Tse-tung decía:
"Aunque hoy todos los ultrarreaccionarios del mundo son ultrarreaccionarios y lo serán mañana y pasado mañana, no pueden serlo eternamente; al final cambiarán... Los ultrarreaccionaríos, en esencia, son testarudos, pero no inmutables. Ocurre que los ultrarreaccionarios cambian para bien... reconocen sus errores y se ponen en el camino justo. En una palabra, los ultrarreaccionarios cambian".
(Mao Tse-tung, Obras Escogidas, ed. albanesa, t. 3. pág. 139.)
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Queriendo poner una base teórica a este concepto oportunista y jugando con la "transformación de los
contrarios", Mao Tse-tung decía que, a través del debate, la crítica y la transformación, las
contradicciones antagónicas se convierten en no antagónicas, que las clases explotadoras y la intelectualidad burguesa pueden volverse en su contrario, es decir, hacerse revolucionarias.
“Pero en las condiciones de nuestro país”, escribía Mao Tse-tung en 1956:
“la mayor parte de los contrarrevolucionarios se transformarán en diversos grados. Gracias a que hemos adoptado una política correcta respecto a los contrarrevolucionarios, muchos de ellos han cambiado y no se oponen a la revolución. Incluso, algunos han hecho cosas útiles.".
(Mao Tse-tung, Obras Escogidas, ed. francesa, Pekín, 1977, t. 5, pág. 321)
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Partiendo de tales concepciones antimarxistas, según las cuales los enemigos de clase con el paso del
tiempo se enmiendan, ha predicado la conciliación de clase con ellos, y ha permitido que continúen enriqueciéndose, explotando, expresándose y actuando libremente en contra de la revolución. Para
justificar esta actitud capitulacionista hacia los enemigos de clase Mao Tse-tung escribía:
"Ahora estamos muy atareados. Atacarlos todos los días durante cincuenta años, es imposible. Al que rehúse corregirse, podemos dejarle así y que, llevando sus errores al ataúd, se presente ante los soberanos del infierno" (Ibídem, pág. 512).
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Actuando en la práctica de acuerdo con estas consideraciones conciliadoras con los enemigos, la administración estatal en China permaneció en manos de los viejos funcionarios.
En China se han mantenido actitudes que no huelen a lucha de clases también hacia los feudales y los
capitalistas, que han cometido innumerables crímenes contra el pueblo chino. Elevando a teoría tales
actitudes y defendiendo abiertamente a los contrarrevolucionarios, Mao Tse-tung declaraba:
"no debemos ejecutar a nadie y tenemos que detener a muy pocos. Los departamentos de la seguridad pública no deben arrestados, el ministerio público no debe perseguidos ni dar inicio a procesos de instrucción contra ellos, y los tribunales no deben juzgar a nadie. Precisamente así tenemos que actuar con más del 90 por ciento de los contrarrevolucionarios". (Mao Tse-tung, Obras Escogidas, ed.
francesa, Pekín, 1977, t. 5, pág. 323).
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Mao Tse-tung, razonando como un sofista, indica que la ejecución de los contrarrevolucionarios no reporta ningún beneficio, que esto obstaculiza la producción y el nivel científico del país, acarrea una
mala fama en el mundo, etc., porque si se elimina a un contrarrevolucionario:
"nos veríamos obligados a comparar con él a un segundo, a un tercero y así sucesivamente, de modo que rodarían muchas cabezas... y si cae una cabeza, no puede ser puesta en su lugar, no es como una cebolla que vuelve a crecer después de ser cortada".
(Mao Tse-tung, Obras Escogidas, ed. francesa, Pekín, 1977, t. 5, pág. 323).
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Como resultado de estas concepciones antimarxistas sobre las contradicciones, sobre las clases y sobre su papel en la revolución, preconizadas por el "pensamiento Mao Tse-tung", China jamás marchó por el justo camino de la construcción socialista. En la sociedad china han existido y continúan existiendo no ya remanentes económicos, políticos, ideológicos y sociales del pasado, sino también las clases explotadoras en tanto que clases, las cuales han estado y siguen en el poder. La burguesía no sólo no ha dejado de existir, sino que además continúa beneficiándose de las rentas de sus antiguos bienes. Legalmente en China no ha desaparecido la renta capitalista, porque la dirección china se ha atenido a la estrategia de la revolución democrático-burguesa formulada por. Mao Tsetung en 1935, que en aquel entonces decía:
"La legislación laboral de la república popular, no está dirigida contra el enriquecimiento de la burguesía nacional"
(Mao Tse-tung. Obras Escogidas, ed. albanesa, t. 1, pág. 209)
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