LOS CAMPESINOS DE LA U.G.T. EMITEN SU OPINION SOBRE LAS COLECTIVIDADES AGRÍCOLAS (Solidaridad Obrera, 19 de junio de 1937)
Como ya era de suponer, el señor ministro de Agricultura, "el primer campesino de España", según se lee en "Mundo Obrero" del pasado lunes, se despachó a su gusto en el mitin de Madrid. Con su verbo de Júpiter tonante, quedó hecha añicos la reputación, el valor moral que alguien podía adjudicar a otros sectores, aparte del Partido Comunista.
Por si no lo sabían, ya pueden ir percatándose los campesinos de que sin el Partido Comunista, y sobre todo, sin las actividades ministeriales de don Vicente Uribe, nada, absolutamente nada de revolucionario se hubiera hecho en el campo. A lo menos, esto pudo deducirse de su "magnífica" peroración. Las circunstancias no son propicias para podernos expresar en tono muy distinto al que hemos usado al emplear estas líneas.
Sin demagogias, sin emplear conceptos [...] y palabras groseras, sin verter la hiel de la aviesa intención, como se hizo en el mitin en cuestión, le diríamos a Uribe y a cuantos como él proceden, lo que han hecho y lo que hacen los auténticos revolucionarios del campo. Explicaríamos al propio tiempo lo que han venido realizando antes y lo que realizan ahora unos cuantos redentores de última hornada.
Afortunadamente, en el campo es bien conocida la actuación de unos y de otros. La mayor parte de los campesinos revolucionarios no le han pedido consejo a don Vicente ni a su partido, para emanciparse y escoger un nuevo régimen de vida. Esto es lo que explica el tono del discurso pronunciado en Madrid por quien en el seno del Gobierno ostenta la cartera de Agricultura.
Y como botón de muestra que evidencia lo que tienen que agradecerle los campesinos al Partido Comunista, ofrecemos al lector, trascritas del diario "Adelante", de Valencia, unas contestaciones hechas al periódico por unos cuantos delegados de varias organizaciones provinciales de la Federación Nacional de Trabajadores de la Tierra.
Dado que de por si son lo bastante elocuentes para que quien lea sepa a qué atenerse, consideramos ocioso el comentario en torno a las mismas.
Contestaciones de Benigno Cardeñoso, secretario del Secretariado Provincial de Ciudad Libre
—¿Cuál es el ambiente que has recogido en tu provincia respecto a las Colectividades?
—Eminentemente colectivista entre la gran masa de braceros quienes fueron los eternamente condenados a las torturas del hambre y de la miseria y, asimismo, entre aquellos pequeños propietarios que tenían adquirida ya una conciencia de clase, por pertenecer a nuestras organizaciones, del año 1931 por lo menos.
—¿Quiénes .se oponen, sistemáticamente más, obedeciendo una orden que acatando la realidad, a este movimiento colectivista?
—El Partido Comunista, pues lo hace acusando una ambición de proselitismo que ridiculizan extraordinariamente sus supuestos anhelos de unidad.
—¿Qué opinas tú, camarada, de la ayuda que se presta, por los organismos oficiales, a los que ayer eran ayudados por los caciques, siempre —entonces y ahora— para esclavizar más al bracero?
—Que resulta eminentemente catastrófico, al menos para esta provincia, la que se les presta, amparados en el decreto del 7 de octubre de 1936, sobre todo en cuanto respecta a los pequeños propietarios que explotan obreros y que desarrollaron una labor eminentemente reaccionaria.
—La labor agraria que realiza el Partido Comunista, ¿ha venido a desunir, o a apretar más las filas de la U. G. T.?
—La labor realizada por este partido es divisionaria en grado sumo; pues, al menos en nuestra provincia, apenas captan para su partido un afiliado de la U. G. T., le aconsejan que deje de cotizar a ésta.
—¿Crees, entonces, que seria un bien para ese partido —u otro que no fuera organismo sindical— cesara en sus campañas?
—Cree esta representación que se le debe invitar a que imite la conducta que observa el Partido Socialista en los problemas de la tierra, puesto que para el desarrollo de estas actividades profesionales, disponen de los organismos de la U. G. T., si es que, en realidad, rinden honor a la unidad sindical.
Contestaciones de Franisco Vayo Pérez, secretario del Secretariado Provincial de Teruel
—¿Cuál es el ambiente que has recogido en tu provincia respecto a las Colectividades?
—De desconfianza y temor ante los ensayos desgraciados de los primeros momentos. Hoy el ambiente va cambiando, y los campesinos van formando otro concepto de las Colectividades, esperando que en plazo breve y ante los ejemplos de las que tenemos ya formadas por nosotros, el ambiente sea de cariño hacia ellas.
—¿Quiénes se oponen, sistemáticamente, más obedeciendo una orden que acatando la realidad, a este movimiento colectivista?
—Para contestar a esa pregunta sólo dos palabras son suficientes: los comunistas.
—¿Qué opinas tú camarada, de la ayuda que se presta, por los organismos oficiales a los que ayer eran ayudados por los caciques, siempre —entonces y ahora— para esclavizar más al bracero?
—Que si por los organismos oficiales no se mira por el interés nacional de todos los productores y sólo se trata de halagar y defender a un sector determinado, esa ayuda oficial serviría únicamente para fomentar el odio.
—La labor agraria que realiza el Partido Comunista, ¿ha venido a desunir o a apretar más las filas de la U. G. T.?
—Mientras siga actuando como hasta hoy, su labor sólo sirve para desunir. Hablamos así, concretamente, con la sinceridad de nuestro temperamento aragonés, porque no se puede ocultar la realidad y porque tenemos pruebas de cuanto decimos.
—¿Crees, entonces, que sería un bien que ese partido —u otro que no fuera organismo sindical - cesara en sus campañas?
—Esa campaña debe cesar; los Partidos Comunista, Socialista y U. G. T. deben procurar evitar esa campaña que se está haciendo en el campo, pues, de no evitarlo a tiempo, los resultados para todos serán catastróficos.
Contestaciones de Antonio Valdevia, secretario de Propaganda Provincial de Cuenca
—¿Cuál es el ambiente que has recogido en tu provincia respecto a las Colectividades?
—En una minoría de auténticos trabajadores bueno, y en la mayoría, por ser pequeños arrendatarios y propietarios, inclusive nuestras Directivas, malo, puesto que el ataque es sistemático y dirigido.
—¿Quiénes se oponen, sistemáticamente, más obedeciendo una orden que acatando la realidad, a este movimiento colectivista?
-Por regla general, los pequeños propietarios y arrendatarios, que eran, antes del 18 de julio, aliados de Gil Robles y Fanjul y hoy de los llamados comunistas.
—¿Qué opinas tú, camarada, de la ayuda que se presta, a los que ayer eran ayudados por los caciques, siempre —entonces y ahora— para esclavizar más al bracero?
-Que acabarán desplazando a estos organismos de la representación obrera, teniendo, por tanto, las mismas consecuencias que los radicales, por haber sido absorbidos por la influencia en el interior de la reacción.
—La labor agraria que realiza el Partido Comunista, ¿ha venido a desunir, o a apretar más las filas de la U. G. T.?
—A apretarlas, puesto que, si huye alguien, son los que nunca fueron luchadores en el campo revolucionario.
—¿Crees, entonces, que sería un bien que este partido —u otro que no fuera organismo sindical— cesara en sus campañas?
—Mientras más pronto mejor: harán un bien para todos y para ellos, dejando a los campesinos que por sus organizaciones sindicales, sigan sus propios destinos.
Contestaciones de Baltasar Vargas, secretario Provincial de Albacete
Contesta Baltasar Vargas.
Provincia, Albacete.
Cargo: Secretaría del Secretariado.
—¿Cuál es el ambiente que has recogido en tu provincia respecto a las Colectividades?
—Relativamente pésimo, dado el desconocimiento de este sistema en una inmensa mayoría de los campesinos de esta provincia; sin embargo, se espera que en la mayoría de los pueblos haya, por lo menos, dos o tres grupos de colectivistas, y especialmente en los que existían organizaciones veteranas antes del movimiento de octubre y tenían algún arraigo, es seguro que opten por el sistema colectivista, como lo demuestra el hecho de que hay pueblos como Tarazona, Villarrobledo. Almansa, La Roda, Tobarra y algunos más que todo lo llevan
en Colectividad, igualmente el pueblo de Madrigueras.
—¿Quiénes se oponen sistemáticamente, más obedeciendo una orden que acatando la realidad, a este movimiento colectivista?
—Por regla general, los pequeñas arrendatarios, que odian este sistema, de una forma velada varios elementos del Partido Comunista, que, con el fin de hacer grande su Partido, no reparan en medios para crear adeptos. Que, de una forma no muy clara, hay elementos en los organismos del Estado que tratan de favorecer a los individuales, en perjuicio de los que nunca poseyeron nada, y creo, sin temor a equivocarme, que es obedeciendo a unas consignas del Partido Comunista; se pueden citar casos: Liétor, pongo por ejemplo.
—¿Qué opinas tú, camarada, de la ayuda que se presta, por los organismos oficiales, a los que ayer eran ayudados por los caciques, siempre —entonces y ahora— para esclavizar más al bracero?
—Que en este sentido se sigue, una política insana y torpe, guiada únicamente por un afán de proselitismo, el cual traerá por consecuencia funestos resultados para la tan cacareada unidad proletaria y por consiguiente, para los intereses de éstos en general, así oomo para la terminación de la guerra que padece nuestro país.
—La labor agraria que realiza el Partido Comunista, ¿ha venido a desunir, o a apretar más las filas de la U. G. T.?
—Yo creo que lo que ha hecho es crear un mal de fondo tan grande en el seno de nuestra central sindical, que, si bien puede haber más número, también han aumentado las discordias, de forma tal, que no tardaremos en ver sus peligrosas consecuencias para nuestra gloriosa organización, si no se pone remedio eficaz antes de que ocurra.
—¿Crees, entonces, que sería un bien que ese Partido —u otro que no fuera organismo sindical- cesara en sus campañas?
—Indiscutiblemente, debe cesar en su actitud, si no queremos ver comprometida la paz de los pueblos en general y muy principalmente la del glorioso movimiento revolucionarlo que nuestro país lleva a cabo actualmente a costa de ríos de sangre proletaria.
Contestaciones de Ramón Arcos Arnau, secretario provincial de Madrid
—¿Cuál es el ambiente que has recogido en tu provincia respecto a las Colectividades?
-Como fruta nueva traída al campo en todo su sabor, como nuestra Federación Española de Trabajadores de la Tierra tiene para los campesinos, temo que éstos se den tan gran atracón de colectivismo, que, a resultas de ello, les proporcione malestar, y, aun peor, si, donde esto ocurra, los dolores del paciente son atendidos por esos misteriosos "curanderos" que aprovechan la candidez de los campesinos
para sus brebajes anticolectivistas.
Conviene racionar los apetitos individuales en el ánimo de nuestros camaradas, para no incurrir en tal fracaso.
—¿Quiénes se oponen, sistemáticamente, más obedeciendo una orden que acatando la realidad, a este movimiento colectivista?
—En este caso hay dos factores: uno, el que siempre fué el protegido por los señoritos de la ciudad; otro, el que nada tuvo. El primero, porque trata y tratará de mantener su caciciquismo, al margen de la guerra. El segundo, por su desconocimiento con el deber que tiene para combatir el fascismo, cree que la Revolución le autoriza para convertirse, de la noche a la mañana, en el señorito que antes repugnaba.
—¿Qué opinas tu, camarada, de la ayuda que se presta por los organismos oficiales, a los que ayer eran ayudados por los caciques, siempre —entonces y ahora— para esclavizar más al bracero?
-Esto, aunque doloroso, tengo que reconocer, sin que por ello sea un ataque contra el Gobierno de la República— muy lejos de mi ánimo está el hacerlo—, por virtud del decreto del 7 de octubre, protegiendo aquellos que fueron los esclavizadores de los campesinos, ya que deja en inferioridad a los braceros del campo, ya que éstos no tenían tierras en arriendo.
—La labor agraria que realiza el Partido Comunista, ¿ha venido a desunir o a apretar más las filas de la U. G. T. ?
—Francamente, a desunir a la U. G. T. en el Partido Comunista, no por culpa de este partido político, que nos merece los máximos respetos, sino por los elementos que han invadido nuestro campo, con un desconocimiento tal del problema del agro, que deja mucho que desear.
—¿Crees, entonces, que sería un bien que ese partido —u otro que no fuera organismo sindical— cesara en sus campañas?
-Efectivamente; tengo que manifestar nuevamente, como ya lo hice por mediación de nuestro órgano "El Obrero de la Tierra", que los políticos, en su política; las sindicales, a su misión sacrosanta de la obra constructiva. Ocupándose cada uno de lo que sus directrices marcan.
Contesta Ignacio Murcia
Provincia, Murcia.
Cargo: secretario del Secretariado Provincial.
—¿Cuál es el ambiente que has recogido en tu provincia respecto a las Colectividades?
—Las Colectividades, en esta provincia, no tienen el éxito que nosotros deseamos, por estar las tierras divididas en pequeñas parcelas, por lo menos en el término municipal. En la provincia tenemos unas doce, que funcionan muy bien, teniendo en cuenta que algunos son pobres por ser del campo.
—¿Quiénes se oponen, sistemáticamente, más obedeciendo una orden que acatando la realidad, a este movimiento colectivista?
—Hemos podido apreciar que quien se opone a nuestra Colectividad, son los pequeños propietarios y arrendatarios, que propagan individualmente, al amparo de determinados partidos políticos.
—¿Qué opinas tu, camarada, de la ayuda que se presta por los organismos oficiales, a los que ayer eran ayudados por los caciques, siempre —entonces y ahora— para esclavizar más al bracero?
—Yo protesto enérgicamente, de que se les siga prestando ayuda a los nuevos burgueses, creados dentro de la Revolución y al amparo de un decreto del 7 de octubre, cuando no son merecedores de tales privilegios, por considerárseles desafectos.
—¿La labor agraria que realiza el Partido Comunista, ha venido a desunir, o a apretar más las filas de la U. G .T.?
—La labor de determinado partido está desmoralizando a nuestras organizaciones de la U.G.T., haciendo propaganda en contra de nuestra Federación y de las provinciales de una manera descarada. Pues lo que protesto de dicho partido, es que se les prohíba en tal actitud dentro de la organización sindical.
—¿Crees, entonces, que sería un bien que ese partido —u otro que no fuera organismo sindical— cesara en sus campañas?
-Los partidos políticos sólo deben propagar la política de su propio partido y nada tienen que ocuparse de la cuestión sindical puesto que no está dentro de sus obligaciones. Entre todos los partidos políticos he de hacer constar que el que más obstrucción nos está haciendo es el Partido Comunista.