Como ya expresé muchos mensajes atrás, veo que este debate está más que agotado, siendo circular y volviendo a los mismos argumentos, ya debatidos, aclarados y rebatidos numerosas veces y bajo formas diferentes de ser expresados; cosa me temo está volviendo a suceder ahora contigo. Ignoro el motivo de que esto suceda, y me gustaría no sospechar que sea por falta de ganas o de atención al leer el hilo entero. Pero dado que ha vuelto a suceder y, en este caso, yo he contribuído a ello al dirigirme a tus argumentos, volveré a intervenir una vez más para reaclarar lo que está aclarado anteriormente en el desarrollo del hilo. Ahora que, eso sí, lo haré con un solo escrito y sin intención alguna de retomar el debate, que considero ya circular y muy gastado y agotado y sólo para tratar este malentendido contigo.
La verdad es que, tal como redactaste tu anterior mensaje, justo a continuación del mío y que en sus puntos 1) y 2) usas para comenzar el posesivo "Su", me pareció muy claro que te estabas dirigiendo a mis posiciones, aunque ni me citaras ni usaras mi nombre. En todo caso, usas argumentos en en ese mensaje y en este último que considero errados y que comentaré de nuevo brevemente.
Cierto que el tema del Derecho de las Naciones a la Autodeterminación es uno que, cuando se plantea de forma tan combativa y masivo como se ha planteado, por ejemplo, recientemente en Cataluña, es algo que no se puede ignorar y que afecta de manera clara e inevitable a las tareas que los comunistas hemos de abordar de cara al avance presente o futuro del movimiento revolucionario. Todos los motivos por que ello es así están bastante bien expuestos en diversos escritos de Lenin y de Stalin, si bien yo considero, como marxista-leninista que piensa por sí mismo sin dejar por eso de ser marxista-leninista, que en algunos aspectos concretos sus tesis y posicionamientos han quedado desactualizados o se han revelado errados a la larga; pero ojo, no sólo en el tema del Derecho de las naciones a la Autodeterminación, si no en diversos otros temas referentes al Comunismo, algunos de ellos de capital importancia para la praxis revolucionaria. Por eso y por otros motivos, considero más acertados y ajustados a la realidad actual los de la Línea de Reconstitución, a la que con frecuencia termino remitiéndome en este y otros debates e intervenciones.
Para empezar, creo que cuando (guste o no, sea o no "oportuno" para las intenciones y los fines de los comunistas) estalla un conflicto de carácter nacional, aunque sea dentro de un Estado capitalista desarrollado y sin (aparentemente) tareas democrático-burguesas pendientes de resolver (cosa que, bien pensado, creo no existe, pues la Burguesía no es democrática consecuente jamás) que afecta a las masas, en que de hecho éstas intervienen de forma activa, consciente, voluntaria y directa, es porque hay bases reales, sociales, económicas e históricas para ello, y no el siemple capricho o tejemaneje de fracciones enfrentadas de la Burguesía en su pugna por sus cotas de dominio del mercado y del poder, si no que, existiendo éstos, dichas fracciones de la Burguesía, así como las de las masas populares que se implican en el conflicto, se apoyan en bases reales, que son ajenas a su voluntad y que tratan de aprovechar, unas para sus chalaneos y las otras para hacer avanzar lo que consideran sus derechos democráticos entendidos a la manera burguesa (pues burguesa es la cosmovisión, la ideología dominante entre las masas, por ser la Burguesía la dominadora absoluta de la sociedad mundial actual; y así será mientras no avancemos los revolucionarios en el proceso revolucionario incorporando a más y más masas a la construcción del Nuevo Poder). Pero, de fondo, el problema real existe y está sin resolver.
Puedo estar equivocado, pero así lo veo con plena convicción hasta el día de hoy.
Planteado el conflicto en estas condiciones, sólo hay dos maneras de resolverlo desde la sociedad burguesa, ahora mismo insuperada e insuperable en España y en todo el mundo que conozco: o democráticamente, por medio de la ampliación de los derechos democráticos del pueblo a decidir sobre su propio futuro y forma de existir como nación, o por vías represivas imponiendo por la fuerza las tesis y los intereses nacionales del Estado nacional existente sobre los de la nación que aspira a tener un Estado del que carece, incluso apelando a la “Democracia” entendida, por ejemplo, como “el imperio de la ley” o “el bien común”, o “el evitar que las empresas, en uso de sus libertades democráticas, se vayan del territorio” o tantos otros argumentos que, admitámoslo, tienen muy poquito de democráticos (y mira que yo no soy “demócrata”, pero no desprecio en absoluto la Democracia, si no que deseo que se desarrolle hasta sus últimas consecuencias -cosa de la que la Burguesía siempre ha sido incapaz y ha estado de hecho en contra- pues eso favorece la lucha revolucionaria extraordinariamente). O hasta apelando, muy "comunistamente", en vez de "democráticamente", al mejor desarrollo de un "Socialismo" que no está ni a la vista de lejos, ya que ni existe sujeto revolucionario, ni movimiento revolucionario alguno en algún futuro previsible. Pero, a diferencia de ese "Socilaismo futuro" que nadie sabe cuándo "llegará", el conflicto nacional sí está aquí, calentito y sin resolver, afectando a las masas populares y a las burguesías del Estado español y, como poco, de la Unión Europea.
Además de esto, el reconocer el derecho a decidir, lo que implica aceptar incluso el de la separación y el nacimiento de dos Estados donde antes había sólo uno, no supone necesariamente, en mi opinión, apoyar “nacionalismo” alguno, al menos entendido éste como el “derecho” a aceptar privilegios de ninguna nación sobre otra. De hecho, bien podría ser la única forma posible, dentro de la sociedad burguesa y de unas condiciones muy determinadas (como creo se han dado recientemente en el caso de España y Cataluña), de solucionar el conflicto sin dar posibilidad de privilegios nacionales para ninguna de las naciones en disputa.
Y, por último (hay más motivos, pero por abreviar y porque estos sean quizás los principales a tener en cuenta, según lo entiendo yo) también habría que tener en cuenta las necesidades del sujeto revolucionario para avanzar como tal sujeto.
Sé que tú y otros aquí no véis el CxR como embrión alguno del sujeto revolucionario aún por nacer; pero es que yo y otros muchos más sí lo vemos así; y es partiendo de esa base subjetiva (que no subjetivista ni solipsista) es como nos hemos posicionado en este asunto de la manera que lo hemos hecho en su momento: reconociendo y apoyando, de forma condicional y muy matizada, por las razones ampliamente explicadas en los documentos del CxR, el derecho a la separación estatal de Cataluña, siguiendo hasta sus últimas consecuencias la voluntad popular que se expresó en su día, tanto con el “Estatut” tumbado con malas artes por el gobierno del PP, como en las elecciones autonómicas, como el 9-N de 2014 y, muy recientemente, con una movilización política de masas, activa y masiva como muy pocas veces se ha vivido en el Estado español en toda su historia.
¿Cuál es la posición correcta revolucionariamente hablando? Ésa cuestión le corresponde decidirla a cada uno de acuerdo a su visión del mundo y a su concepción del Marxismo-leninismo. Lo que sí deseo es que la que he defendido en este largo, apasionado y ejemplar debate, quede lo más clara posible y no se distorsione por nadie, sea o no intencionadamente (y para eso hay que leer enteritos y con atención este hilo y los documentos aportados por cada interviniente, aunque joda hacerlo), así como aprender gracias al debate mismo (para lo cual, la receta es la misma).
Un saludo, compañero Claudio y demás compañeros y lectores del foro.