JoseKRK escribió:Claudio Forján escribió:He estado desconectado del foro estas últimas semanas. No he tenido tiempo de leer los comentarios posteriores a los míos más que por encima. En cualquier caso, expongo un par de ideas breves porque no me quiero repetir demasiado.
1) El "procès" no es un movimiento de liberación nacional real. Es un farol con el que una parte de la burguesía catalana pretendía retener una serie de componendas que recibió durante la Transición.
2) El derecho de autodeterminación se aplica a movimientos de liberación nacional reales, no a las farsas. Se podría aplicar en el caso de que los dirigentes nacionalistas catalanes se hubieran propuesto de verdad tomar el control del territorio catalán. Pero no ha sido así ni se espera que lo sea próximamente, pues han agachado la cabeza y acatado todo por imperativo legal. En estas condiciones, en las que el independentismo no tiene ni fuerza ni voluntad para hacer de sus palabras hechos, la plasmación práctica del derecho de autodeterminación no va más allá de lo que proponen los podemitas: acuerdo democrático para un nuevo encaje territorial de Cataluña, bla, bla bla.
3) El papel de los comunistas ante un conflicto nacionalista como el catalán, que no es de carácter colonial, es el de llamar a la paz nacional y desenmascarar a los nacionalismos burgueses en lucha, no apoyar que este conflicto se agudice.Una muy breve respuesta a vuelapluma en un ratito libre que he podido aprovechar para visitar el foro:
Pues tal como lo veo yo y como lo ha planteado tradicionalmente el Proletariado Revolucionario en su historia de praxis revolucionaria, la tarea de los comunistas en un caso como el conflicto catalán, al menos como ha ido desarrollándose hasta hace pocas semanas, es apostar por atenuar el conflicto nacional por medios democráticos (que para los comunistas ni se resumen ni se reducen a las urnas ni a la legitimidad o legalidad burguesas, si no ante todo a la movilización política popular consecuente, por todos los medios a su alcance y hasta sus últimas consecuencias, por el avance de los derechos y el poder populares que las burguesías se niegan a reconocer y a conceder por ir en detrimento de sus intereses clasistas) y el reforzar los lazos internacionalistas en torno al Marxismo-leninismo o en objetivos afines al mismo, de las vanguardias proletarias de las naciones en conflicto. Y por eso mismo apostó y se posicionó, a mi entender, el Movimiento por la Reconstitución de la única manera que a día de hoy puede hacerlo: con un posicionamiento político sobre el papel, extensamente desarrollado y fundamentado, y dirigido a las vanguardias de todos los pueblos y naciones del Estado español. Todo ello con excelentes resultados para el avance de su proyecto, dicho sea de paso.
Evidentemente, nuestras posiciones no son coincidentes, ni son reductibles a un acuerdo de compromiso. Responden a líneas divergentes. Siempre sucede lo mismo en el Marxismo: aparecen en lucha dos líneas opuestas, la proletaria y la oportunista (burguesa), no esperemos que sea de otra manera hasta el triunfo de la edificación de la Sociedad Comunista Mundial. Aún así, a veces caben alianzas temporales tácticas en aspectos muy concretos.
A eso me refiero cuando digo que este debate está agotado, sobre todo ideológicamente, que es algo muy diferente de zanjado o concluido o solucionado. Agotado está algo cuando ya no puede dar más de sí bajo su forma o por su ruta actuales. Zanjado es terminado, acabado, concluido o resuelto.
Más allá de lo que ha hecho y planteado históricamente el movimiento revolucionario (que no es para nada homogéneo, sino que cambia mucho según las condiciones concretas de cada Estado y país), hay que tener en cuenta los hechos concretos que jalonan el conflicto catalán actual. Yendo al análisis concreto de las movilizaciones que han existido respecto a él es necesario tener en cuenta lo siguiente:
1) La única movilización popular (eso sí, de carácter democrático-pacifista y pequeñoburgués) que ha dado pie a promover un mensaje de internacionalismo y de pacificación democrática del conflicto nacionalista ha sido la de "hablemos/parlem", que llamaba al diálogo entre el Estado español y la Generalitat. De hecho, la vanguardia práctica del movimiento obrero se ha mostrado más favorable a esto que a las otras dos movilizaciones.
2) La movilización del "procès" (promovida desde la Generalitat, no desde abajo) al final reclamaba lo mismo (es decir, una negociación entre el Estado español y la Generalitat), lo que le impedía usar "todos los medios a su alcance y hasta sus últimas consecuencias". Esta inconsecuencia no ha sido ni está siendo desbordada desde abajo, sino más bien al contrario, pues ha sido reforzada mediante un cierre de filas en torno a sus principales dirigentes, pese a que están echando el freno al movimiento. Además, su contenido nacionalista burgués impide que pueda ser utilizada para promover el internacionalismo.
3) La movilización españolista (reaccionaria, pero con gran apoyo popular) era de legitimación del Estado español y su política. Además ésta sí que se plantea usar "todos los medios a su alcance y hasta sus últimas consecuencias".
Es muy pronto todavía para asegurar quién está llevando a cabo su labor de manera exitosa. El comunismo en España está todavía en una fase de círculos. Sólo cuando uno de esos círculos o grupo de círculos se destaque y comience a ser un movimiento o partido político con relevancia de masas podremos hacer una valoración en condiciones.