La fuerza de trabajo es una forma de energía Karl Marx en El Capital, tomo I, capítulo I escribió:Llamamos, sucintamente, trabajo útil al trabajo cuya utilidad se representa así en el valor de uso de su producto, o en que su producto sea un valor de uso. Desde este punto de vista, el trabajo siempre se considera con relación a su efecto útil. […]
Todo trabajo es, por un lado, gasto de fuerza humana de trabajo en un sentido fisiológico, y es en esta condición de trabajo humano igual, o de trabajo abstractamente humano, como constituye el valor de la mercancía. Todo trabajo, por otra parte, es gasto de fuerza humana de trabajo en una forma particular y orientada a un fin, y en esta condición de trabajo útil concreto produce valores de uso.
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La fuerza de trabajo transfiere energía a los objetos de producción modificando la masa, la cantidad de movimiento, la energía potencial o la forma de los objetos de producción. Esta modificación, junto con la planificación y coordinación de los procesos de producción es el trabajo, es decir, trabajo es la cantidad de energía fisiológica humana empleada en la transformación de recursos naturales, y/o ya producidos por la fuerza de trabajo, en un valor de uso. La fuerza de trabajo es una fuerza producto de cinco tipos de trabajo mecánico; levantar pesos, caminar, asir, golpear y la comunicación verbal, o escrita, trabajo realizado por los músculos y el cerebro de seres humanos. El trabajo también es producto del conocimiento y habilidad por parte de los trabajadores en el uso de los medios de trabajo. La fuerza de trabajo son unas determinadas aptitudes mentales y capacidades físicas, es la fuerza que transforma la energía fisiológica humana en bienes y servicios que satisfacen necesidades humanas, o que son convenientes y agradables para la vida, en definitiva, la fuerza de trabajo es energía humana cuyo consumo, como el de cualquier otra forma de transmisión energética, se puede medir en calorías (cal) o en julios (J) si se utiliza el sistema internacional de medidas, y la fuerza producida por esta fuente de energía, como todas las fuerzas, se mide en néwtones (N). Si por tradición se quiere mantener el tiempo en el cálculo para medir el gasto de energía de la fuerza de trabajo se puede usar el kilovatio hora (KW/h) como unidad de medida. Decir que se ha hecho un gasto de fuerza de trabajo de ocho horas es como decir que pesas setenta kilogramos, a nivel coloquial puede estar bien, pero en realidad el peso es una fuerza y se mide en néwtones (N) al igual que el uso de la fuerza de trabajo es una transferencia de energía y se debe medir en julios (J)
Trabajo simple y trabajo compuesto. División técnica y división social del trabajo David Ricardo en Principios de economía política y tributación, capítulo I, sección II escribió:Diferente remuneración para las diferentes calidades de trabajo. No puede ser causa de variación en el valor relativo de los bienes.
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La fuerza de trabajo humano tiene una doble naturaleza por una parte crea valores de uso que satisfacen necesidades humanas, crea bienes convenientes y agradables para la vida, desde este punto de vista los trabajos adoptan una forma concreta, se diferencian los unos de los otros, lo que importa de ellos es su naturaleza y calidad. Por otra parte el trabajo humano es un gasto de energía, es creador de valor de cambio, desde este punto de vista todos los trabajos son iguales, adoptan una forma abstracta, lo que importa de ellos es la cantidad de energía consumida. Atendiendo a su uso concreto el valor de la fuerza de trabajo es subjetivo, no se puede comparar, no existen criterios objetivos para establecer qué tipo de fuerza de trabajo es más valiosa, no se puede decir que el trabajo de un campesino o de un carpintero sea más valioso que el de un herrero, depende de las necesidades concretas en un momento dado, sin embargo si se puede medir con toda precisión la energía necesaria para producir cualquier bien, ya sea un Kg. de arroz, una mesa o una sartén. Hay quien piensa que unos trabajos son más valiosos que otros debido a un supuesto mayor uso del cerebro, son los llamados trabajos “intelectuales” frente a los trabajos “manuales” caracterizados por un mayor uso muscular. La realidad es que independientemente de la actividad física que se realice, el cerebro consume el 20 % del gasto energético total de un ser humano.
El consumo de energía (en forma de oxígeno y glucosa) del cerebro con relación al resto del cuerpo es aproximadamente del 20%, manteniéndose muy estable en torno a ese valor independientemente de la actividad corporal. Por esta razón hay actividades incompatibles entre sí, pues el cerebro varía la cantidad de energía consumida con referencia al sistema circulatorio, y por consecuencia a la del resto del cuerpo. Por ejemplo, si se hace deporte y se queman 1500 calorías, el cerebro habrá consumido el 20%, del cual ha invertido en activar la región cerebral que controla la parte corporal que a su vez ejecuta las órdenes en las partes físicas que han actuado con la actividad ordenada por el consciente. Si se trata de estudiar mientras se hace deporte (por ejemplo), la misma energía que el cerebro debería estar empleando para esa actividad, la deriva a otras funciones relacionadas con el aprendizaje, concentración y atención. Cuanto más se entrene en realizar varias actividades al mismo tiempo, menos energía empleará el cerebro en realizar esas mismas funciones en un futuro, pues no necesitará crear los enlaces sinápticos necesarios que le permiten ese tipo de "tarea múltiple". Diferentes regiones cerebrales entrando en juego con consumos paralelos mermaran la calidad de las actividades. El cerebro no puede ni debe consumir más del 20% de la energía general del cuerpo. Es la cantidad que soporta el ser humano, más energía posiblemente desemboque en patologías mentales; menos energía causaría una desconexión inmediata de las partes menos representativas a la hora de conservar el estado homeostático (análogamente a lo que supondría enchufar un electrodoméstico con un cortocircuito en su electrónica o sus componentes eléctricos, el cerebro que aumenta su consumo a más del 20% tiene algo roto y el que lo disminuye, es que no le llega el aporte suficiente, el cerebro tiene un consumo nominal dependiente del trabajo a realizar)
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Estos hechos biológicos ponen de manifiesto que, cualquier trabajo agrícola que cueste a un trabajador medio pongamos por caso 1.500 Kcal por día, supondrá un “gasto de energía muscular” de 1.200 Kcal y un “gasto de energía cerebral” de 300 Kcal, de igual forma un trabajo docente de nivel superior que suponga un gasto de 1.000 calorías diarias, equivaldrá a un gasto energético cerebral de 200 Kcal y uno muscular de 800 Kcal. Al producirse el descubrimiento de que el origen de la ganancia capitalista es la plusvalía y poder hacer mediciones precisas no ya en términos monetarios, sino cálculos científicos del costo energético real, la “ciencia” oficial abandona la teoría objetiva del valor-trabajo de la escuela económica clásica, e inventan las teorías subjetivistas de las distintas escuelas subjetivas de la utilidad marginal, corrientes filosóficas idealistas del último cuarto del siglo XIX, cuyos creadores son Jevons del subjetivismo marginal inglés, Menger de la escuela austríaca, Walras de la escuela de Lausana y posteriormente Keynes, aunque algunos consideran a J. B. Say como el inspirador; sin embargo el precursor del utilitarismo marginal hay que buscarlo en las categorías y concepciones del obispo inglés George Berkeley. Del precio de mercado, de la preferencia subjetiva del consumidor, hacen depender el valor de producción de las mercancías y por lo tanto de la fuerza de trabajo entre ellas. Desde este momento, la economía oficial se esfuerza por demostrar y convencer al público en general, del derecho subjetivo que tienen los capitalistas de establecer el precio de la fuerza de trabajo como demandantes y consumidores de dicha mercancía, y que 200 Kcal de un profesor universitario son más valiosas que 300 Kcal de un peón agrícola.
Todo trabajo es una transmisión de energía por parte del trabajador, mediante su fuerza de trabajo y medios de trabajo, al objeto de producción. Todo trabajo está compuesto por una serie de conocimientos y habilidades físicas características, que son propias de dicho trabajo concreto y que poseen los trabajadores. Debido al desarrollo de las fuerzas productivas los trabajadores asalariados aportan más energía al producto de su trabajo que la que reciben a cambio por éste.
Aunque a veces los ideólogos del utilitarismo marginal confiesan que es la propiedad sobre los medios de producción, y los recursos naturales, lo que divide a la sociedad en clases;
Ludwig von Mises en El socialismo, un análisis económico y sociológico escribió:En las sociedades basadas en la división del trabajo, la distribución de los derechos de propiedad da lugar a una especie de división intelectual o mental del trabajo, sin la cual no sería posible producción ni economía alguna.
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Lo cierto es que, los “economistas” modernos han abandonado la senda de la ciencia, salvo para tratar de aumentar la plusvalía, y se han adentrado en el terreno subjetivo de la ideología y la filosofía, olvidando la inocente sinceridad de los estudiosos pre-científicos, en los que se inspiran;
Paul Samuelson y Willlam D. Nordhaus en Economía, capítulo 12 escribió:Para maximizar beneficios, la empresa debe añadir cantidades de los factores hasta que el ingreso del producto marginal sea igual a su coste marginal o precio. En el caso de los mercados de factores perfectamente competitivos, la regla es aún más sencilla. Recuerde que en condiciones competitivas, el ingreso del producto marginal es igual al precio multiplicado por el producto marginal (IPM = P x PM).
La combinación de factores que maximiza los beneficios de la empresa perfectamente competitiva es aquella en la que el producto marginal multiplicado por el precio es igual al precio del factor:
Producto marginal del trabajo x precio del producto = precio del trabajo = salario
Producto marginal de la tierra x precio del producto = precio de la tierra = renta
Y así sucesivamente.
Esta regla se comprende si utilizamos el siguiente razonamiento: supongamos que las cantidades de cada tipo de factor se incluyen en paquetes que valen $1 cada uno: paquetes de $1 de trabajo, $1 de tierra, etc. Para maximizar beneficios, las empresas comprarán cantidades de factores hasta el punto en el que cada paquete de $1 genere una cantidad de producto que valga exactamente $1. En otras palabras, cada paquete de factores de $1 producirá PM unidades de maíz de tal manera que PM x P sea igual exactamente a $1. El IPM de unidades de $1 es, pues, exactamente $1 en condiciones de maximización de beneficios. […]
Regla del coste mínimo. La condición que acabamos de describir puede formularse en términos mucho más generales para aplicarla tanto a la competencia perfecta como a la imperfecta en el mercado de producto (siempre y cuando los mercados de factores sean competitivos). Si reordenamos las condiciones básicas mostradas, la maximización del beneficio implica que:
Producto marginal del trabajo / Precio del trabajo = Producto marginal de la tierra / Precio de la tierra = 1/ Ingreso marginal
Regla del coste mínimo: los costes se minimizan cuando el producto marginal por dólar de factor es igual para todos los factores. Esta regla se cumple tanto en el caso de competidores perfectos como en el de imperfectos en los mercados de productos”.
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Se entiende por asumido, por lo que no es necesario demostrar que la fuerza de trabajo crea plus-trabajo como mínimo desde el neolítico, es decir, produce una mayor cantidad de valores de uso de los que necesita para reproducirse.
Por lo que estando de acuerdo en que es, y que no es, la fuerza de trabajo y el trabajo se puede discutir cómo se transforma el plus-trabajo en plusvalía.
Saludos.