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    El Hombre llego a la luna en el 69???

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    ¿Llego el hombre realmente a la Luna de verdad? ¿Que opinas?

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    Ursssukoy
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    Mensaje por Ursssukoy Lun Dic 20, 2010 7:59 pm

    Hipótesis 1

    Los motores del módulo lunar no expelían llamas y deberían hacerlo debido al combustible que servía para impulsarlo.

    Cierto. De la gran tobera inferior del módulo lunar no salía ninguna flagrante y vistosa llama. Ni azul ni amarilla ni naranja ni de otro color familiar. Estamos acostumbrados a que, cuando una nave espacial sale despedida hacia el espacio, se vea envuelta en una gigantesca nube de fuego y gases. Cuando hay algún combustible en acción debe haber alguna llama, ¿verdad? Pues no es así. Vayamos por partes.

    En toda combustión son necesarios un combustible y un comburente, además de la energía de activación (chispa, aumento de temperatura o presión, etc.). El combustible es la sustancia que se consume para facilitar energía y el comburente es la sustancia que hace que el combustible sea consumido. Lo que vemos habitualmente son combustiones de hidrocarburos (combinaciones de carbono e hidrógeno) en presencia de oxígeno: metano o butano que arde en el aire a partir de una chispa. Los productos de estas combustiones son agua en estado gaseoso, dióxido de carbono y grandes cantidades de energía calorífica. Sin embargo, hay combustiones lentas que no producen llamas, como es el caso de la oxidación del hierro en presencia de aire húmedo. El resultado lo ha visto alguna vez todo el mundo: se trata de la corrosión del hierro (nuestra propia respiración es también una lenta combustión). Las primeras combustiones (hidrocarburos) y las segundas (oxidación lenta) tienen un factor en común: necesitan aire. Pero, ¿en el espacio hay aire? No, por tanto no hay oxígeno, y ya no son válidos los mismos combustibles que en la Tierra. De esta forma, la empresa aeroespacial debe ingeniárselas para buscar otros combustibles que necesiten comburentes distintos del oxígeno presente en el aire. La respuesta está en las hidracinas, que son los derivados de la hidracina (N2H4), un reactivo químico con cierto olor a amoniaco. En concreto, los motores del módulo lunar trabajan con monometilhidrazina (CH3N2H3), que necesita como comburente tetróxido de dinitrógeno (N2O4), un poderoso oxidante muy tóxico y corrosivo. La reacción de monometilhidrazina con tetróxido de dinitrógeno no produce llama: el resultado es un gas incoloro que le da la propulsión necesaria.

    Aun así nos seguirá extrañando usar una combustión sin llama para lanzar un cohete. La confusión está en pensar que la clave del lanzamiento de cohetes reside en el fuego. El fundamento del uso de combustible no está realmente en la llama que se pueda obtener, pues la llama es un producto secundario (incluso no deseado en el caso del lanzamiento de grandes cohetes). La base científica se encuentra en el empuje que ejerce la combustión sobre el objeto que se quiere lanzar. La explicación puede darse mediante la tercera ley de Newton, que también recibe el nombre de principio de acción-reacción. Dicho de manera rápida y sencilla: si un cuerpo ejerce una fuerza (acción) sobre otro cuerpo, el segundo ejercerá la misma fuerza (reacción) sobre el primero, en la misma dirección pero en sentido contrario. Si tenemos dos patinadoras sobre hielo unidas por las manos y una empuja a la otra, ¿qué pasará? Pues que no sólo la segunda se moverá, sino que la patinadora que empuja también se va hacia atrás. Algo parecido ocurre con el capitán de un barco que, para alejarse del muelle, ejerce una fuerza contra el propio muelle sobre el que está atracado su barco: el muelle está fijo en el suelo, así que será el barco el que se desplace por el agua.

    Y a todos nos ha pasado alguna vez que hemos empujado una mesa o un mueble por un suelo resbaladizo, y en vez de moverse el bulto somos nosotros los que nos deslizamos en sentido contrario. Es decir, necesitamos ejercer una fuerza en un sentido para que se nos responda con una fuerza en sentido contrario. Así funcionan los cohetes: se expelen grandes cantidades de gas a enormes velocidades en sentido contrario al movimiento deseado para que el cohete se mueva hacia donde queremos. ¿Para qué necesitamos entonces el fuego?

    El error viene de una imagen muy concreta: los vídeos de los lanzamientos de los cohetes Saturno y Ariane o de cualquier otro vehículo. Han sido tantas veces emitidos por televisión que no podemos quitarnos de la retina el dantesco cohete lanzado hacia el espacio dentro de una inmensa mole de fuego y humo. Luego ves los vídeos de las misiones Apolo (cuando sube el módulo de ascenso) y no parece que se ejerza la misma fuerza. Y no se ejerce. La gravedad en la Luna es seis veces inferior a la de la Tierra (un dato que repetiremos en este libro hasta la saciedad). En segundo lugar, el peso del módulo lunar es de unas ocho toneladas cuando llega a la superficie (la masa del cohete Saturno V que lo lanzó al espacio en la Tierra es unas 375 veces superior). Y por último, el módulo lunar no tenía que escapar de la Luna, debía acoplarse al CSM para regresar luego a la Tierra. Pero este tema será tratado con mayor profundidad y rigor cuando respondamos a la tercera de las hipótesis.
    Desmentida: Efectivamente, en los motores del módulo lunar no se ve llama alguna puesto que el combustible usado es hidracina.


    Hipótesis 2

    Los gases de combustión que expelía la tobera del módulo lunar eran inmensos; sin embargo, no se ve ni un solo remolino de polvo bajo él. Por tanto, las fotos fueron trucadas.


    La respuesta a este inconveniente es muy sencilla: la falta de atmósfera de la Luna. Los amantes de la conspiración lunar se caracterizan por su bajo conocimiento de física básica. Cuando no entienden algo, en vez de investigar un poco en función de la física más elemental, proponen el fraude como única explicación. No confundamos "no es posible que las fotos sean ciertas" con "no tengo ni idea de por qué ocurren así las cosas en la Luna". Es curioso que los mismos que dicen que el módulo lunar ni subía ni bajaba porque no se veían llamas (no había combustiones), alegan ahora que dicho módulo expelía grandes cantidades de gases. ¿Por qué no nos ponemos de acuerdo? Esta incongruencia prueba algo: la falta de rigor en las investigaciones de quienes insisten en la teoría de la conspiración, que buscan argumentos de forma desesperada, y cuyos propios argumentos se contradicen entre sí.

    Gracias a la refutación de la primera hipótesis conspiranoica ha quedado claro que sí existía combustión y que se arrojaban gases de combustión como producto de ella. Hasta ahí el autor de la segunda hipótesis tiene razón. También acierta en que no hubo remolino debajo de la gran tobera del módulo lunar. Pero se equivoca tras el punto y seguido, ya que las fotos no fueron un engaño.


    Hagamos un experimento mental: pongamos una montañita de harina en un plato hondo y soplemos con fuerza. Seguramente te habrás imaginado a ti mismo haciéndolo con los ojos cerrados pues los cierras sin poder evitarlo: es un acto reflejo. En la Luna no haría falta cerrar los ojos —al menos si soplas de una distancia algo alejada, aunque el problema sería otro: morirías por falta de oxígeno—. La razón se debe a que en la Tierra tenemos atmósfera o, en otras palabras, aire. Al soplar a la harina lo que hacemos es, básicamente, mover el aire que está entre la harina y nuestra boca. Con ello creamos una corriente de convección en el entorno circundante de la harina. Como las partículas que componen la harina son muy pequeñas, sufrirán los efectos de esta corriente, superando incluso por unos momentos la atracción gravitatoria. Mientras el aire se calma, las partículas permanecerán flotando girando, en suspensión o dentro de nuestros ojos, si hemos tenido poca fortuna en el proceso de soplado.


    Pero en la Luna las cosas funcionan de una manera distinta, lo que hace el asunto algo más interesante. Al no haber atmósfera, las únicas partículas de polvo que se moverán serán las que están inmediatamente colindantes con el chorro de los gases, y no permanecerán flotando porque no hay aire que pueda transportarlas de un lugar a otro o que pueda sustentarlas. Sí se levantó algo de polvo en el descenso del módulo lunar, por supuesto, pero no se quedó ahí formando una nube durante mucho más tiempo del que duró el propio descenso. Los pies del módulo, por tanto, no registran polvo debido a la inexistencia de estas corrientes. Las escasas rotos que muestran algo de polvo en los pies se deben a las actividades extra- vehiculares realizadas por los astronautas.
    Uno de los defensores de esta hipótesis conspiranoica es David Percy, que descontextualiza continuamente textos de ingenieros para apoyar sus argumentos. En la página web Moon Base Clavius puede leerse la hipótesis de Percy:
    Un ingeniero de Grumman que trabajó en el módulo lunar dice que era absolutamente necesario poder ver la superficie para alunizar el módulo lunar. Con remolinos de polvo volando por causa del descenso del motor no habría forma de ver el suelo durante la última fase del procedimiento crítico de alunizaje.

    Muy bonita la cita, Sr. Percy, pero, mi querido lector, ¿no echas en falta algo? La fuente. Eso es lo que se demanda en Moon Base Clavius, y con toda lógica, ¿no? El caso es que los astronautas vieron polvo y pudieron alunizar, y para ello en Moon Base Clavius nos dan referencias concretas, entre ellas una cita extraída del libro Moon Lander: How We Developed the Lunar Module, escrito por el ingeniero jefe T. Kelly. En él se recoge que Pete Conrad, comandante de la misión Apolo 12, apreció durante el descenso un oscurecimiento en el ambiente por el polvo. Había, por tanto, polvo, pero no se quedaba flotando en el aire, lo cual ha sido confirmado por el resto de astronautas.

    Desmentida: No se veía polvo ni flotando ni sobre las patas porque la ausencia de atmósfera hacía imposible la creación de corrientes de aire.

    Hipótesis 3
    ¿Cómo pudo volver el cohete lunar con tan poco combustible, si a la ida necesitó una cantidad tan grande?

    Ya hemos apuntado algo acerca de este asunto en el análisis de la primera hipótesis. Básicamente, el error está en tener en mente el lanzamiento del cohete Saturno desde la Tierra y no caer en la cuenta de las características que tendría el lanzamiento del módulo de ascenso desde la Luna.

    Tal vez lo mejor sea explicar brevemente algunos detalles sobre las fases que siguen al lanzamiento de un vehículo de las misiones Apolo.

    Lo primero que hay que entender es que para elevar una carga en un campo gravitatorio es necesario ejercer una fuerza. Atendiendo a la segunda ley de Newton (F=m•a), la fuerza aplicada debe ser proporcional al campo gravitatorio del planeta sobre el que hacemos el esfuerzo y a la masa que queremos levantar. Por tanto, es lógico que en la Tierra tengamos que ejercer una fuerza muy superior a la que habría que ejercer en la Luna para elevar cualquier masa, en concreto seis veces más, pues la aceleración gravitatoria es seis veces superior en la Tierra.
    Situémonos en la Tierra y veamos el lanzamiento desde el comienzo. A partir de lo dicho en el párrafo anterior es fácil entender que la masa es nuestro enemigo: cuanta más masa, más fuerza tendremos que ejercer. Por eso, el cohete Saturno testaba diseñado por fases (las partes físicas que lo constituyen y que van ensambladas) que se desechaban una vez utilizadas. En total, el lanzamiento tiene lugar mediante tres fases que estudiaremos en seguida. La altura del cohete Saturno V (con la nave espacial incluida) era de casi 111 m. La masa en el momento del lanzamiento es de 2.900 toneladas. Los astronautas volverán en una cápsula que rondará las cinco toneladas. El secreto de un despegue económico, desde el punto de vista físico, está en minimizar la masa cada vez más. Esta es la razón de la existencia de las fases: cada una tenía un cometido concreto y, cuando lo cumplían, eran desprendidas y abandonadas. Si además tenemos en cuenta que, a medida que se van agotando los combustibles, la masa disminuye, la fuerza aplicada debe ser cada vez menor. Veamos el comportamiento y la utilidad de cada una de estas fases.


    La primera fase (S-IC) tenía una masa de 2.200 toneladas (casi el 76% de la masa total) y situaba el vehículo a una altura de 61 km. Este impulso se conseguía con cinco motores F-1 y un combustible denominado RP-1 (parecido al queroseno) que se consumía en presencia de oxígeno líquido. El motor F-1 fue diseñado por Rocketdyne y llegaba a alcanzar siete MN (siete millones de newton), aunque entre los cinco motores daban 33,4 MN de empuje. La primera etapa no sólo elevaba el Saturno V sino que le proporcionaba una velocidad que llegaría a los 9.000 km/h (¡dos kilómetros y medio cada segundo!). El tiempo de uso de esta fase era de 150 segundos. Una vez situado el vehículo en su lugar, el cohete dejaba caer la fase S-IC y ya sólo quedaban 700 toneladas de vehículo que había que seguir elevando.

    La segunda etapa (S-II) tenía una masa aproximada de 500 toneladas y sus cinco motores J-2 (diseñados también por Rocketdyne, y que consumían hidrógeno líquido y oxígeno líquido) dotaban al vehículo de una velocidad de 2.200 km/h y lo elevaban a una altura de 190 km. Puesto que la masa es muy inferior a la que despegó, ahora el empuje desciende a cinco MN. Su actuación duraba 359 segundos, tras los cuales era desprendido. Sólo seguían adelante 200 toneladas.

    La tercera fase (S-IVB), con una masa de 120 toneladas, funcionaba gracias a un motor J-2. Este motor se ponía en marcha en dos ocasiones, con un tiempo total de funcionamiento de 480 s. La primera puesta en marcha, justo después del desprendimiento de la fase S-II, situaba al vehículo en una órbita baja, a unos 165 km de altitud. Allí el vehículo entraba en órbita justo antes de ser impulsado —segundo encendido— en una órbita hacia la Luna. En realidad, lo único necesario es cambiar la órbita alrededor de la Tierra, lo cual no es difícil de entender si piensas que la propia Luna se encuentra en órbita alrededor de la Tierra. Y mucho antes que cualquier satélite de comunicaciones que hayamos colocado ahí arriba. La única diferencia es que la órbita de la Luna es muy alta. Por eso, el empuje que proporcionaría el motor J-2 en la tercera etapa sería tan solo de 1 MN. Tras el uso de esta fase, se abandona nuevamente.

    Hagamos un recuento de la masa consumida y abandonada por el camino. Habría que tener en cuenta que las fases estaban unidas por unos conectores interfases que también tenían su masa, aunque despreciable frente a la masa de las propias fases (estamos rondando todo el tiempo las centenas y decenas de toneladas, mientras que las interfases se sitúan en las unidades). 2.200 toneladas de la primera fase, 500 toneladas de la segunda fase y 120 toneladas de la tercera fase. Nos hemos dejado por el camino más de 2.800 toneladas, casi el 97% de la masa que lanzó el Saturno V, es decir, hacia la Luna viaja una masa que no llega al 4% de la que partió inicialmente. ¿Aún piensas que será necesario seguir aplicando las mismas fuerzas? La parte del vehículo que vuela hacia la Luna suele denominarse astronave o nave espacial (spacecraft); veamos de qué otras partes consta y cómo llegó hasta nuestro satélite natural.

    En la zona inferior está el adaptador lunar (LA), encargado de proteger al módulo lunar (LM) durante el lanzamiento. El LM es el módulo que alunizó sobre la superficie de la Luna, ese pequeño vehículo con cuatro patas que parece un arácnido metálico. Durante el viaje, el LM debía salir de su coraza protectora y acoplarse a la parte delantera del módulo de mando y servicio (CMS), que estaba justo delante del LM pero por la parte trasera, y ambos separados. Una vez se realizaba esta operación de acoplamiento, sólo era cuestión de ir reajustando la trayectoria. La masa del conjunto era de unas 45 toneladas, pero sólo 15 correspondían al LM.

    El CSM consta del módulo de servicio (SM) y del módulo de mando (CM). Puesto que a una distancia determinada en que la gravedad lunar será más fuerte que la terrestre, esta atracción ayudará a la astronave aumentando la velocidad del conjunto. Pero, lógicamente, llegará un momento en que habrá que frenar la nave: de ello se encarga el motor del SM. Una vez en órbita lunar, y tras alguna que otra vuelta, el LM se desacopla y desciende (con dos astronautas, Armstrong y Aldrin, en el caso del Apolo 11), dejando el CMS en órbita con uno de los astronautas a su mando (Michael Collins en el caso del Apolo 11).

    Para regresar a la Tierra habría que recordar que el módulo lunar se divide en dos: el módulo de descenso y el módulo de ascenso. Si bien las dos partes bajan y alunizan como unidad, sólo el módulo de ascenso subirá a la órbita lunar para acoplarse con el CSM. El módulo de descenso se queda abajo y sirve de plataforma de lanzamiento, es la parte baja con las cuatro patas del LM. Pero el módulo de ascenso tiene una masa de sólo ocho toneladas, algo que se vio en la primera hipótesis, así que no insistiremos. Lógicamente, necesitaba menos empuje y, por consiguiente, mucho menos combustible. Este resultado se refuerza con el hecho de que el módulo de ascenso no sufre rozamiento con la atmósfera; por tanto, las pérdidas energéticas son considerablemente menores.

    Para la vuelta a casa, el CSM abandonaba el LM y, una vez en la atmósfera terrestre, sólo entra el módulo de mando, la pequeña cápsula cónica que se ve en las fotos flotando en las aguas oceánicas y que era transportada hacia un portaaviones.
    Desmentida: La razón es la masa: a la ida la masa del Saturno V es de 3.000 toneladas; a la vuelta, la masa del módulo de mando no llega al 3% de ella.

    Hipótesis 4

    Si la gravedad en la Luna es menor que en la Tierra, ¿cómo es que el polvo lunar no permanecía más tiempo en el aire?

    Efectivamente, el polvo lunar caía rápidamente una vez era elevado, algo que ya se adelantó en el análisis de la segunda hipótesis. La razón es la misma que en las hipótesis anteriores: la ausencia de atmósfera. El polvo en el vacío no puede quedar suspendido, no hay ninguna fuerza que lo haga flotar. La aceleración gravitatoria es la única aceleración que sufre, así que caerá sin inconvenientes, a pesar de que la aceleración gravitatoria en la Luna sea un sexto de la existente en la Tierra.

    En ausencia de atmósfera todos los cuerpos caen con la misma aceleración, algo que descubrió Galileo en el siglo XVII. Si dejas caer en la Tierra un martillo y una pluma, llegará antes el martillo, pero no por la masa sino por la forma de la pluma, que presenta una aerodinámica más proclive a ser afectada por el rozamiento con el aire. David Scott, comandante de la misión Apolo 15, se encargó de demostrar que en la Luna esto no pasaría. En la página web ALSJ puede verse el vídeo que aquí traducimos parcialmente:

    167:22:06 Scott: Bien, en mi mano izquierda tengo una pluma y en la derecha un martillo. Supongo que una de las razones por la que estamos hoy aquí es por un caballero llamado Galileo, el cual, hace mucho tiempo, hizo un importante descubrimiento acerca de los cuerpos que caen en un campo gravitatorio. Y pensamos que la Luna sería el mejor lugar para confirmar sus ideas.

    167:22:28 Scott: Ahora lo intentaremos para que lo veas. La pluma es, concretamente, una pluma de halcón para nuestro Halcón [Falcon es el nombre del módulo lunar del Apolo 15; falcon es halcón en inglés, lo hemos puesto en español para dar sentido a la frase]. Ahora soltaremos los dos a la vez, y esperamos que lleguen al suelo a la vez. [Pausa].
    [Dave sostiene la pluma y el martillo con el pulgar y el índice de sus manos izquierda y derecha, respectivamente; sus codos están elevados hacia el exterior. Suelta el martillo y la pluma simultáneamente y retira sus manos de la trayectoria. El martillo y la pluma llegan juntos al suelo y chocan contra él prácticamente a la vez.] [...]
    167:22:46 Scott: Lo que demuestra que las ideas del Sr. Galileo eran correctas.

    Cuando Galileo expuso sus ideas era consciente de que en la Tierra los cuerpos caen dentro de un fluido, la atmósfera. Su fuente de inspiración estaba en Arquímedes, que había tratado ya el problema de la hidrostática. Galileo realizó experimentos de caída dentro de algunos líquidos y, extrapolando a un fluido ideal que no ofreciese ninguna resistencia, todos los cuerpos deberían caer con la misma aceleración. Este fluido ideal es, precisamente, la ausencia de fluido, el vacío. La Luna fue, pues, un escenario maravilloso para demostrar esta concepción galileana. En realidad ya se había probado con tubos a baja presión y otros artificios, pero hacerlo en un lugar que carecía de aire de manera natural no tiene precio.

    Otro de los resultados de Galileo que podían probarse en la Luna era la trayectoria que produce un objeto lanzado de manera oblicua en un campo gravitatorio. Si se lanza un cuerpo de esta forma, su movimiento puede dividirse en dos ejes: el solidario con la vertical donde afecta el campo gravitatorio y el perpendicular a éste. En el primer eje se dice que el cuerpo se somete a un movimiento rectilíneo uniformemente acelerado (MRUA), puesto que su velocidad se ve afectada por la atracción gravitatoria (es similar a un lanzamiento vertical). En el segundo eje el cuerpo no se somete en realidad a ninguna aceleración, pues en la línea horizontal no hay nada ni nadie que ejerza fuerza. Esto significa que su velocidad es constante en este eje. Recapitulando, la velocidad se puede considerar como la composición de dos velocidades independientes: la vertical (que varía por efecto de la gravedad) y la horizontal (que no debe variar). Un movimiento que sigue estas características describe en el espacio un arco de parábola, como demostró Galileo mediante otro planteamiento. Pero en la Tierra hay un problema: la atmósfera. Esto significa que en el eje horizontal sí hay algo que hace que la velocidad no sea constante y, por tanto, la vaya frenando. De esta forma no es difícil entender que las parábolas en la Tierra no sean perfectas, y estén amortiguadas por el rozamiento con el aire. En la Luna sí son perfectas: sólo tienes que ver algún vídeo del polvo salpicado por las ruedas del Rover. No se hizo el experimento, aunque en la misión Apolo 14 Alan Shepard golpeó unas pelotas de golf. Si no lo hubiera hecho por sorpresa, se podría haber grabado mejor o haber medido el alcance, pero así son las bromas.


    Desmentida: El polvo lunar caía rápidamente debido a la falta de atmósfera.

    Hipótesis 5.

    Cuando el módulo lunar se posó, no produjo un cráter ni se hundió, lo cual es absurdo pues pesaba más de 15 toneladas.
    Se suele pensar que los vapores de combustión deberían haber provocado un gran cráter bajo la tobera principal, y que el peso del módulo debía haber hecho que éste se hundiese en la superficie lunar. Este es un error conceptual debido al desconocimiento de varios factores. Por si no lo sabías, los cráteres se forman debido a los impactos de meteoritos. Por tanto, no es nada absurdo que el módulo lunar no formara un cráter.

    En primer lugar, debemos tener en cuenta que la superficie de la Luna no está hecha únicamente de una gran capa de polvo. La superficie lunar es muy irregular, consta de una capa de polvo heterogénea de unos pocos centímetros (hablaremos de ella en la hipótesis 7), que descansa sobre una superficie rocosa de varios metros. Pensar que el motor debía de haber creado un cráter es más descabellado que afirmar que un avión Harrier ocasiona un cráter al aterrizar en vertical sobre el portaaviones Príncipe de Asturias.

    Por otra parte, no es cierto que el módulo lunar tuviese una masa de 15 toneladas en el momento del contacto con la superficie. Por un lado, perdió unas ocho toneladas de combustible durante el proceso de descenso; por otro, la gravedad en la Luna es un sexto de la gravedad en la Tierra. El módulo lunar ejercía una fuerza sobre la superficie equivalente a unos 1.200 kg en la Tierra (300 kg por pata), la masa de un turismo. ¿A alguien se le ha hundido el suelo del garaje al aparcar el coche? ¿Alguien en su sano juicio aparca el coche a 120 km/h? El módulo lunar no impactó contra el suelo: se posó lentamente, al igual que un coche en su plaza de aparcamiento. Tal vez la fuente principal de este argumento sea Kaysing:
    Cuando trabajé en Rocketdyne vi pruebas de motores que eran tan potentes como los motores del módulo lunar. Podían mover cantos rodados de los cañones. El motor podría haber cavado claramente un lecho en la roca de la Luna (Base Moon Clavius).

    Como ya apunté en el capítulo 2, Kaysing no era ingeniero ni nada que se le pareciese. No era una autoridad en el tema, pero sus palabras se difundieron como la pólvora y se tomaron por ciertas. Lógicamente, no sabía de qué estaba hablando y exageraba quijotescamente.

    La imagen que nos puede llevar a confusión son las de los lanzamientos de las lanzaderas espaciales o la del propio Saturno V. En esos casos hay que levantar un peso muy superior al del módulo lunar. Mientras que una lanzadera espacial tiene un empuje de 2.300 kN, el módulo lunar tiene sólo 11 kN (funcionando al 25%) cuando está a punto de tocar la superficie). ¿Cómo se pueden comparar? La tobera del Eagle tenía 1,37 m de diámetro, como cuenta Phil Plait en Bad Astronomy, lo cual equivale a una superficie de 1,5 m2. El empuje del módulo se reparte en esa superficie (la presión es la fuerza por unidad de superficie): menos de 0,7 kg/cm2, muy poco. Realmente este empuje no es tan enorme como afirmaba Kaysing; equivale a levantar 700 g con un pulgar. No es demasiado cómodo pero acabo de intentarlo con un paquete de arroz y puedo hacerlo, sin ser Rambo.

    Por último, es importante señalar que los gases de ignición no salían directamente hacia abajo: al no haber atmósfera se difundían rápidamente hacia los lados. Aun así, tres de las cuatro patas del módulo (la cuarta sostenía la escalerilla) iban equipadas con unos sensores de casi dos metros de largo que avisarían a los astronautas sobre el momento del contacto; así podrían apagar los motores para proteger el módulo de los gases ocasionados. Es cierto que, aunque ocurriese una difusión rápida de los gases, parte iba dirigida hacia abajo sin remedio. En este sentido se ha llegado a afirmar que el calor de los gases de combustión debería haber derretido la superficie lunar, y no se observa que esto haya ocurrido. En realidad, las fotos que muestran la parte inferior de la tobera del módulo lunar muestran un ligero cambio en la coloración del suelo, evidenciando la actividad de los gases. En la imagen AS11-40-5941 se puede ver un dibujo producido por erosión con líneas radiales.

    Desmentida: El módulo lunar no pesaba más de 15 toneladas, y los gases de combustión y su peso no son razón suficiente para pensar que debiera producirse un cráter, al igual que un elefante no lo produce al andar sobre la arena.

    Hipótesis 6.

    La bandera ondea y no debería hacerlo, puesto que en la Luna no hay atmósfera y, por tanto, tampoco viento.


    Quizá sea éste el argumento más extendido, más aceptado por los conspiranoicos y más fácil de echar abajo. Efectivamente, en la Luna no hay viento y la bandera no debería ondear. Aquí intentan demostrar que saben algo de física pero no lo parece pues no siguen indagando.
    La bandera no debería ondear, ésa es la verdad. ¡Pero es que no ondea!: así de sencillo. Los conspiranoicos suelen enseñar una foto donde dicen que ondea la bandera, pero ¿cómo se puede ver en una foto si la bandera ondea? La NASA, consciente de que la bandera no iba a ondear en un ambiente de vacío, colocó un travesaño en la parte alta de modo que la tela no cayese. Además, usaron un tejido que pudiera moldearse para dar la impresión de que estaba ondeando: parafernalia y muestra de orgullo nacional, nada más. Ahí es nada.
    Imagen 1. NASA, AS11-40-5874
    Imagen 2. NASA, AS11-40-5875
    En estas dos fotografías se ve a Buzz Aldrin (del Apolo 11) frente a la bandera, saludándola a la manera militar. Entre ambas tomas hay un lapso de tiempo muy breve; si hubiera viento, la bandera debería mostrar una imagen ligeramente diferente pero, como puede apreciarse, las ondulaciones son similares. Se ve con claridad la barra perpendicular al mástil que sujeta la bandera.
    Por otra parte, se ha mostrado en muchas ocasiones un vídeo en el que Neil Armstrong y Buzz Aldrin colocan la bandera. Lógicamente, al introducir el mástil en el suelo, la bandera se moverá un poco, pero no por el viento sino por el propio giro que se le da al mástil (los astronautas comunicaron la dificultad inesperada con la que se encontraron al intentar introducir la pértiga en el suelo, pues estaba más duro de lo que se pensó en un principio). En ocasiones hay quien dice que la bandera debería seguir moviéndose porque no hay aire que lo frene. Es otra idea errónea propia de quien no quiere recuperar los conocimientos básicos de la física: el movimiento pierde fuerza debido al propio mástil. Además, si hubiera viento debería verse el polvo que se levanta bajo su efecto, hecho que no ocurre.

    Imagen 3
    Imagen 4
    Por Internet corren vídeos de banderas ondeando al viento: lógicamente, son vídeos fraudulentos que no son de la NASA. De nuevo hay un argumento de peso: ¿serían tan despistados los técnicos de la NASA como para no reparar en el detalle de la bandera? Además, los partícipes de la conspiración lunar se contradicen: si se rodó en un plato de rodaje, ¿cómo podría haber una corriente de aire en un lugar cerrado? Y de haber ocurrido, ¿por qué la NASA no grabó más tomas hasta lograr la adecuada? ¿Tal vez en diez años que duraron las misiones Apolo no tuvieron tiempo de repetir esa toma? ¡Qué torpes!
    La imagen 3 muestra un detalle de la imagen 1, y en ella puede apreciarse que las arrugas coinciden con las de la foto anterior, vistas desde otro ángulo. En la imagen 4 puede verse un conjunto de banderas ondeando por efecto del viento en la Alhambra de Granada. Es evidente que las banderas no ondean como en la imagen 3, además de no necesitar el travesaño superior.
    Desmentida: La bandera no ondea: estaba diseñada para que lo pareciera. En los vídeos se mueve porque son los astronautas quienes le proporcionan movimiento.

    Hipótesis 7.

    La impresión de las huellas de los astronautas es perfecta, a pesar de tratarse de una superficie seca.
    Para solventar esta dificultad, no tenemos más remedio que hablar sobre las características del polvo lunar. Este polvo recibe el nombre de regolito lunar y es una mezcla de varios minerales.


    Imagen 5. NASA, ASI 1-40-5877.
    La famosa huella de la fotografía no es de Neil Armstrong, ni se hizo justo al descender por la escalerilla, sino de Buzz Aldrin. Fotografiar esta huella estaba dentro de las tareas asignadas a Aldrin en la "lista de chequeo" que tenía cosida a su traje espacial. La secuencia está recogida en vídeo. La fotografía anterior a ésta muestra el suelo sin huella.
    Cuatro minerales (plagioclasa feldespato, piroxeno, olivino e ilmenita) representan el 98% o 99% de la superficie lunar. El resto son, en su mayoría, feldespato de potasio y óxidos. Uno de los minerales que componen el regolito lunar, y que nombraremos a título de curiosidad, es la armalcolita. Recibe el nombre en homenaje a los tres primeros hombres que llegaron a la Luna (no que la pisaron, porque el pobre de Michael Collins se quedó castigado orbitando la Luna en el CSM Columbia), a saber: Neil ARMstrong, Edwin ALdrin y Michael COLlins.

    La idea común es que la superficie lunar está cubierta por un finísimo polvo gris. En realidad sería más correcto hablar, como he apuntado más arriba, de regolito en lugar de polvo.
    El regolito es una capa continua de materiales fragmentados producida por el impacto de micrometeoritos durante millones de años y que se halla presente en asteroides, satélites y planetas con una atmósfera muy tenue o con ausencia total de ella. En la Luna, que es nuestro caso, los fragmentos pueden variar desde rocas hasta finísimas partículas que serían arrastradas por el viento si estuviesen en la Tierra. En la Luna, al no haber agentes atmosféricos, el regolito ha permanecido tal cual durante miles de millones de años sin sufrir ninguna alteración debida a la erosión y el transporte. Este hecho ha sido constatado por cientos de geólogos que han estudiado los materiales traídos desde la Luna.

    Los granos que componen ese polvo son de distintos tamaños y esto —unido a la débil atracción gravitatoria— explica la cohesión entre sus componentes ante una huella. Jamie y Adam reconstruyen el regolito lunar en un capítulo de Cazadores de mitos ("NASA Moon Landing", agosto de 2008) y demuestran que puede formarse una huella a pesar de que el regolito esté seco.

    Algunos astronautas han manifestado que el polvo lunar huele a pólvora quemada. Hay que tener en cuenta que los astronautas estaban muy familiarizados con el uso de la pólvora, así que sabían de lo que hablaban; no hacían afirmaciones gratuitas. Lógicamente, no sacaron la cabeza del traje para acercarse al suelo (pues les habría costado la vida); el regolito es muy pegajoso y se lo llevaban adherido a los trajes. Una de las explicaciones que se ha dado a este olor es que el contacto del polvo con la humedad del ambiente del LM podría haber dado lugar a una oxidación, que no es más que una lenta combustión, como dije anteriormente.
    Desmentida: Las huellas quedaron impresas en el suelo debido a las características físico-químicas del regolito lunar.

    Imagen 6. NASA, AS17-134-20522. Eugene Cernan posa tras el tercer paseo lunar de la misión Apolo 17. Puede apreciarse claramente el polvo lunar adherido a su cara y su ropa.

    Hipótesis 8.

    ¿Cómo es que no explotaron los neumáticos del Rover en el vacío de la Luna?

    La NASA reparó, por supuesto, en este posible inconveniente, que podía traer graves problemas. Entender por qué es un problema no demasiado difícil. Supón que tienes en la mano un paquete de patatas o una botella que ha sido cerrada a baja altitud, a nivel del mar, por ejemplo. Si alguna vez has subido a lo alto de un puerto de montaña, a alguna zona de esquí o un lugar parecido, habrás notado dos efectos relacionados: la bolsa de patatas se hincha y la botella de agua parece estar más dura, es decir, cuesta más apretarla. Al abrir ambos artículos se escucha un psssii... La razón es que la presión disminuye con la altitud, puesto que en las zonas elevadas la columna de aire que tenemos sobre nuestras cabezas es menor y ejerce, por tanto, menos presión sobre nosotros y nuestro entorno. Como la botella de agua y el paquete de patatas fueron cerrados a una altitud menor, la presión que sufren sus paredes por dentro es la que soportaba el paquete o botella cuando se cerró. Esto significa que la presión hacia fuera será mayor que hacia dentro cuando estemos arriba, dando como resultado la hinchazón de la que hablamos. No es difícil imaginar que si lo hacemos al revés (cerramos la botella arriba y bajamos a nivel del mar con la botella cerrada), la botella de agua se constreñirá (igual que pasa cuando la metes en el frigorífico medio llena y baja la presión dentro, pero en este caso por la temperatura).

    Obviamente, en el caso del Rover la situación es crítica: fuera no es que haya disminuido la presión, es que hay vacío. Esto significa que los neumáticos podrían reventar ocasionando serios problemas al módulo lunar. Para solucionar éste y otros problemas, las ruedas fueron construidas mediante un diseño especial; no se trataba de un turismo de fin de semana, ni tenía ruedas de bicicleta o la goma de un flotador de juguete. Cada rueda tenía un eje de aluminio enrollado de 81,8 cm de diámetro. El neumático, de 23 cm de ancho, estaba hecho de zinc y recubierto de capas de acero. Como diría Rafa Nadal, era "un pedazo pepino". En la hipótesis 34 volveremos a tratar de un asunto relacionado con el Rover.

    Desmentida: Las ruedas del Rover no eran neumáticos convencionales con aire dentro, y estaban construidos de una forma especial para evitar una explosión no deseada.
    Sombras misteriosas

    El mundo de las sombras es algo que siempre ha engatusado a la enorme banda de magufos y buscadores de rarezas a lo largo de la historia. Nuestra inclinación por ver formas conocidas en cualquier tipo de siluetas es algo extensible a todas las culturas. ¿Quién no ha fantaseado formas en las nubes del cielo? Las fotografías lunares están llenas de sombras que nos parecen extrañas, aunque tienen una explicación lógica. Pero cuando esta explicación se escapa por algún recoveco de la mente, aparecen las teorías conspiranoicas a granel.
    Veremos aquí los principales argumentos usados en torno al asunto de las sombras. Al final de esta sección espero que quede dibujada en tu rostro una mueca de conmiseración, una sonrisa entre burlona y tierna por la inocencia que revelan quienes ensalzan el misterio y la conspiración. ¿No sientes ternura por los niños pequeños? Así se comportan los conspiranoicos cuando, tras refutar estas fotografías, siguen insistiendo en que son parte de un fraude astronómico.

    Hipótesis 9.

    Según la NASA, la extraña silueta que aparece en una foto tomada desde el módulo lunar (imagen 7), a 95 km de la superficie de la Luna, era la sombra del módulo. Pero cuando un avión de gran tamaño vuela a baja altura sobre la Tierra no proyecta sombras tan enormes y definidas.

    Imagen 7
    Es una gran verdad que los aviones no proyectan sombras gigantescas cuando vuelan a esa altitud. Bueno, en realidad no vuelan a esa altitud, aunque sí entre 2 y 11 km aproximadamente, y no proyectan sombra alguna a esas alturas.
    Por otra parte, la NASA no ha comunicado nunca que se trate de una sombra: esto es un bulo que se transmite de boca en boca sin confirmar las fuentes (no entiendo de dónde se han sacado esa idea). De hecho, ¡no se trata de una sombra! Los defensores del fraude manipulan las fotografías para que pierdan calidad y poder justificar así sus extravagantes afirmaciones. En la página siguiente ofrezco la fotografía real, que pertenece al descenso de la misión Apolo 11, extraída de la página web ALSJ.

    Lo que parece una sombra es en realidad una de las pequeñas toberas de los motores RCS [Reaction Control System). Como puede leerse en la página de la NASA, en ningún momento se menciona que sea una sombra. De hecho, la imagen 7 aparece en el capítulo 11 del libro Apollo Expeditions to the Moon, editado por Edgar Cortright y disponible en la página web NASA History División. En el pie de foto puede leerse: "La gran silueta irregular a la izquierda no es una sombra, sino un propulsor del LM desenfocado". Es falso, por tanto, que la NASA admita que se trate de una sombra. Bastan unos conocimientos básicos de fotografía para saber que, al enfocar puntos muy alejados, lo que está más cerca sale desenfocado. Por contra, si se pretende enfocar elementos cercanos, es el fondo el que quedará emborronado. Yo mismo tengo imágenes de este tipo en mi disco duro, y no las he falseado. La imagen 9 es una fotografía en la que puede verse bien enfocada una de las boquillas de los motores RCS. Lo que se ve al fondo es la Tierra.

    Los motores RCS se encargaban de dar estabilidad al módulo lunar en el momento del descenso y ascenso. El módulo lunar tenía cuatro motores, cada uno con cuatro boquillas. Estos pequeños motores funcionaban también con hidracina (véase la hipótesis 1); el fundamento físico es el mismo, la tercera ley de Newton. Para dar estabilidad al descenso y ascenso se accionaban en uno u otro sentido, haciendo continuamente pequeños reajustes y correcciones. Estaban situados en los cuatro vértices de un cuadrado imaginario, en la parte superior del módulo lunar.
    Volvamos a esta fotografía. En ella puede observarse un cráter grande, abajo a la derecha, cuyo nombre es Maskelyne. Tiene un diámetro de 24 km y era un punto de referencia clave para lograr

    Imagen 8. NASA, AS11-37-5437HR
    Imagen 9. NASA, AS11-37-5442
    el alunizaje adecuado. Si queremos encontrar aproximadamente el lugar donde se posó el Apolo 11, basta unir el centro de este cráter con el del siguiente (Maskelyne B, de 9 km de diámetro) y continuar la línea hasta justo antes de encontrar la sombra. Ahí dejó sus garras el Eagle. Entre este punto y el cráter Maskelyne hay 210 km, lo cual significa que, si la silueta fuera realmente una sombra, tendría un tamaño realmente desproporcionado. ¿De verdad piensan los partidarios de la conspiración lunar que los técnicos de la NASA iban a ser tan tontos como para no caer en este detalle? Como comprenderás, en estas fotografías era interesante enfocar el suelo lunar, no el RCS.
    Desmentida: No se trata de ninguna sombra: es el perfil desenfocado de una de las boquillas de un motor RCS.
    Hipótesis 10.
    Algunas sombras que deberían ser paralelas forman cierto ángulo, lo cual indica que había más de un foco de luz. Consecuencia: todo fue rodado en un estudio.
    Este hecho al que aluden los defensores de la conspiración es real. El único foco de luz es el Sol y, por tanto, las sombras deben ser paralelas. Pero en algunas fotos es evidente que no lo son y forman cierto ángulo.

    Imagen 10. NASA, AS14-68-9486
    En la fotografía de arriba se observa con dificultad (casi en el centro, a la derecha de la cruz central) a Alan Bartlett Shepard, comandante de la misión Apolo 14, y a la derecha el módulo lunar Antares. Puede apreciarse que la sombra del módulo y de las rocas que están en el primer plano divergen formando determinado ángulo. Esto se debe a dos aspectos de naturaleza distinta.
    En primer lugar, existe el hecho de que, al pasar una imagen tridimensional a una fotografía (dos dimensiones), las paralelas se convierten en líneas divergentes que se dirigen al punto de fuga: una cuestión de perspectiva. Un ejemplo lo tenemos en la foto de un camino recto: los lados del camino parecen unirse en el infinito. Sólo tienes que salir a la calle con la cámara y comprobarlo.
    Y en segundo lugar, el suelo lunar era bastante irregular. Esto hace que los objetos no arrojen sombras paralelas, dependerán de dónde proyecten la sombra y del tipo de objeto que la proyecte. Hay cientos de fotos que sufren este efecto, aunque suelen tomarse las de peor calidad para dar más credibilidad al engaño.
    Desmentida: Las sombras no aparecen como paralelas por el efecto de perspectiva y por la irregularidad del terreno.
    Hipótesis 11.
    Hay una imagen de la misión Apolo 16 que muestra a dos astronautas cuyas sombras forman 90 grados.

    Imagen 11. NASA, A16-1240222 (detalle de panorámica)
    La foto parece bastante misteriosa, realmente la divergencia de las sombras es demasiado exagerada para ser explicada mediante los efectos de perspectiva o la irregularidad del terreno, como en el caso anterior. ¿Abandonamos? ¿Es todo un fraude? No, todo tiene su explicación, no nos vamos a achantar por una foto aparentemente sospechosa.
    Como bien puede leerse en el pie de foto, se trata sólo de un "detalle" de una imagen mucho más grande. Los astronautas debían hacer fotografías panorámicas de 360° en determinados lugares: se situaban en un punto fijo e iban tomando fotografías a su alrededor. Esta imagen es parte de una de esas magníficas composiciones de varias fotografías, en concreto las que van de AS 16-114-18415 a 18432. Mientras John Young tomaba las fotografías, Charles (Charli) Duke se movía y por ello sale dos veces en la composición: es decir, no son dos astronautas ¡sino el mismo astronauta en dos posiciones distintas! Para entender por qué las sombras son perpendiculares hay que fijarse en que las composiciones se hacen en línea recta: es decir, los extremos izquierdo y derecho coinciden. La separación entre las dos apariciones de Duke es de unos 90°, como puede observarse en la imagen siguiente.
    La composición fue realizada por Mike Constantine y existe otra versión, de Dave Byrne, en la que Duke aparece sólo una vez. Puede parecer extraño pero hay que tener en cuenta que Young realizó más de una docena de fotografías. Empezó por el Flag Cráter (izquierda), continuó por el Plum Cráter y luego se encontró con Duke una vez (AS16-114-18423 y 18424). Cuando realizó la AS16-114-18426, Duke no estaba en el encuadre, pero apareció justo cuando Young hacía la AS16-114-18427 (se aprecia perfectamente que aparece de pronto, puesto que la posición de los pies y el polvo levantado indican que ha llegado con un pequeño salto). Estas dos últimas fotografías delimitan la diferencia entre las dos composiciones: en la de Constantine aparece Duke dos veces porque usa la AS16-114-18427; en la de Byrne aparece una sola vez porque usa la AS16-114-18426.

    Imagen 12. La graduación es cortesía de Alberto Matallanos (véase "Para leer más").
    También se ha llegado a afirmar que hay fotografías en las que se demuestra claramente que todo se grabó en un estudio porque hay dos focos de luz. Pues bien, se debe al mismo motivo: son fotografías panorámicas en las que el Sol aparece en la parte que no está unida, es decir, a izquierda y derecha. Si observas detenidamente la imagen 12 puedes ver el efecto, puesto que en las marcas de 0o y 360° la claridad es marcadamente mayor que en el resto de la composición.
    Desmentida: Las sombras parecen perpendiculares porque se trata de una composición de fotografías. Los dos astronautas son en realidad el mismo, fotografiado en lugares y momentos distintos.



    Última edición por Ursssukoy el Lun Dic 20, 2010 8:26 pm, editado 1 vez
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    El Hombre llego a la luna en el 69??? - Página 6 Empty Re: El Hombre llego a la luna en el 69???

    Mensaje por Ursssukoy Lun Dic 20, 2010 8:01 pm

    Hipótesis 13.
    Los astronautas y algunos objetos aparecen misteriosamente alumbrados en mitad de las sombras.
    Muchas son las fotos a las que se asigna esta supuesta irregularidad. En su mayoría se observan con cierta nitidez detalles en las zonas de sombra, de espaldas al Sol. Una de las fotografías más famosas es la del descenso de Buzz Aldrin por la escalera del LM, apenas un minuto antes de pisar por primera vez el suelo lunar. La fotografía la hizo Neil Armstrong, que había salido antes que Buzz.

    Imagen 15. NASA, AS11-40-5869
    Pero "¿cómo puede verse nada en las sombras?", dicen los conspiranoicos. Aunque la pregunta es bastante absurda, responderemos con gusto usando una magnitud física denominada albedo. Es el porcentaje de radiación que refleja un cuerpo respecto a la radiación incidente. Un cuerpo que refleje toda la luz incidente tendrá un albedo del 100%, y uno que no refleje nada tendrá un 0%.
    Ninguno de los dos cuerpos existe: son casos extremos ideales. De hecho, todos los cuerpos reflejan la luz, ése es el fundamento de la visión: si no reflejaran la luz, no podríamos verlos. Así de sencillo. El propio regolito lunar refleja la radiación proveniente del Sol en todas direcciones, y entre ellas está todo aquello que se encuentre bajo las sombras. Nosotros desde la Tierra vemos la Luna precisamente gracias al albedo: refleja la luz solar y así llega a nuestra retina.
    Aún hay algo más. La propia Tierra tiene algo que ver: refleja la luz solar y este reflejo llega a la Luna. La prueba más evidente es la conocida luz cenicienta. Se trata de la iluminación que experimenta la parte oscura de la Luna creciente o menguante.

    Imagen 16. Luz cenicienta en cuarto menguante. Lo más curioso de esta fotografía es que puede usarse la propia Luna para desmentir un argumento de la conspiración lunar. Fuente: Paco Bellido.
    En realidad, las reflexiones recíprocas son múltiples: la Tierra refleja la luz solar, llega a la Luna, la Luna refleja esta luz, llega a la Tierra, etc. Exactamente igual ocurre con el astronauta de la foto: 1) el regolito lunar refleja la luz solar; 2) el astronauta intercepta la luz solar reflejada; 3) el astronauta refleja la luz; y 4) esta luz reflejada por el astronauta impresiona nuestros ojos. Y a esto hay que sumar algo importante: los trajes de los astronautas fueron diseñados para poder reflejar una gran cantidad de luz.


    Imagen 17. En esta imagen se muestra cómo un astronauta de juguete es iluminado por la reflexión que produce un fondo blanco (imagen central) y por un fondo oscuro (imagen de la derecha). Algo que ocurre en la Luna, en la Tierra y allá donde haya un mínimo de luz. Fuente: web de Goddard's Journal.
    Desmentida: Los astronautas y algunos detalles podían verse en las sombras debido a las reflexiones que experimenta la luz en el regolito lunar y en otros objetos.
    Hipótesis 14.
    Hay una fotografía en la que un astronauta no tiene sombra: es como si se hubiese pegado su foto sobre un fondo fijo.


    Imagen 18. NASA, AS-16-113-18339
    Este asunto es tan banal que da hasta apuro hablar de él. La fotografía pertenece a la misión Apolo 16 y está hecha por Charles Moss Duke. En ella aparece John Watts Young, comandante de la misión, saltando y con la mano derecha en la frente; la sombra está a la derecha, supongo que puedes verla. Young saludaba a la bandera a la par que posaba para una foto, como si fuera un turista de fin de semana. Ni que decir tiene que es imposible que la sombra salga del pie de Young: eso sí que sería un misterio.
    Detrás de Young se observa la cámara de televisión situada en el Rover, a la vez que Duke hacía la foto, esta cámara estaba grabando la escena, como puede verse en ALSJ y te aconsejo que lo hagas. Precisamente este vídeo sirve para demostrar que Young estaba saltando: en realidad da dos saltos, el primero dura 1,45 segundos, y el segundo 1,30. Gracias a la ecuación de movimiento de Galileo para la posición, es fácil calcular las alturas respectivas: 42 y 34 cm. Si el salto hubiese sido en la Tierra, y con esa misma duración, habría llegado a casi 65 cm: todo un campeón de salto de altura. Un argumento repetido es que las imágenes podrían haber sido ralentizadas (asunto que será revisado y completado en la hipótesis 31). Pero esta ralentización no tiene sentido, puesto que Young mueve con rapidez la mano derecha para llevársela a la frente; si se acelerase para ver el efecto en la Tierra, tendría un brazo supersónico.
    Desmentida: El astronauta es John Young, comandante del Apolo 16, saltando y saludando a la bandera: por eso no aparece la sombra justo en su pie y parece que está flotando en el aire.
    Fotografías
    Los materiales más usados por los teóricos de la conspiración han sido, sin duda alguna, las fotografías. En ocasiones apelan a ciertas irregularidades encontradas en ellas. En estos casos, en vez de reconocer que no entienden por qué aparecen las cosas como aparecen, dicen que es imposible lo que ven sus ojos y que todo es un montaje. La humildad del ser humano empieza por reconocer las limitaciones que uno mismo tiene, y así es como trabaja la ciencia. Cuando algo no funciona como se espera que lo haga, se investiga para saber a qué se debe, en lugar de acudir a misterios y extravagancias como motivos causantes del fenómeno en cuestión.
    En otras ocasiones, los conspiranoicos muestran imágenes falsas o manipuladas diciendo que son fotos secretas de la NASA, una soberana simpleza carente de todo rigor. Las personas de este tipo que se llaman a sí mismos investigadores deberían aprender primero que en todo estudio serio es imprescindible ofrecer las fuentes: las fotografías secretas adolecen siempre de una ausencia total de referencias. La trampa se advierte rápidamente.
    Hipótesis 15.
    Las fotos son de gran calidad, propias de un profesional y no de un astronauta con una cámara colgada al cuello.
    La misión Apolo 11, por ejemplo, llevaba consigo tres cámaras Hasselblad 500EL. Una de ellas permanecía en el módulo de mando y dos descendían con el módulo lunar. La cámara usada en la superficie de la Luna es la Hasselblad 500EL Data Camera, una 500EL con algunas modificaciones específicas. El uso de estas cámaras se convirtió en un hábito para todos los astronautas de las misiones Apolo. A pesar de no poder mirar por el objetivo, sabían qué estaban enfocando. Todas las cámaras fueron abandonadas en la Luna una vez terminada cada misión junto con otros objetos, como los Rover o instrumentos de mediciones científicas. Cuando vemos las magníficas fotos que nos enseñan como símbolo de la conquista lunar nos sorprende, efectivamente, la gran calidad de ellas. Para salir de nuestro asombro, sólo hay que dedicar unos minutos a visitar las páginas de la NASA.
    Lo primero que hay que destacar es que no es cierto que todas las fotografías sean de calidad sublime. Se hicieron bastantes fotos muy buenas y otras tantas con errores de todo tipo. De las misiones Apolo se conservan unas 20.000 fotografías, muchas de las cuales no han sido divulgadas precisamente por su baja calidad. No es muy difícil entender que interesa enseñar fotografías en las que se aprecien detalles y se vean cosas: no fotografías movidas, borrosas o con manchas surrealistas. Esto no es ocultar nada, puesto que las fotografía
    Hipótesis 16.
    En algunas fotografías hay unas misteriosas cruces que aparecen incluso detrás de los objetos.
    Las cruces que aparecen detrás de las fotografías no tienen nada de extraño y misterioso: son ganas de buscar errores donde no los hay y de buscarle cinco pies al gato. Estas cruces estaban ahí a propósito, no habían llegado por casualidad ni se habían colado por un error de los simuladores del supuesto engaño. La razón de su existencia es medir distancias angulares. En ALSJ dedican un pequeño artículo a este sistema, llamado placa de retícula:
    La cámara Hasselblad Lunar Suface Data fue equipada con una placa de retícula, que proporciona un medio de corrección de imágenes para los efectos de distorsión de la película. La placa de retícula se fabricó en vidrio y fue instalada en la parte posterior del cuerpo de la cámara, muy cerca del plano de la película. La placa era de 5,4 x 5,4 cm en el plano de la película, que se trata de la zona útil de exposición sobre la película de 70 mm.
    La placa de retícula fue grabada con una red de 5 x 5 cruces. La separación de las cruces era de 10 mm y fueron calibradas con precisión y una tolerancia de 0,002 mm. Exceptuando la cruz del centro, que era el doble de tamaño, cada uno de los cuatro brazos de una cruz tenía 1 mm de largo y 0,02 mm de ancho. Las cruces (también conocidas como fiducials) fueron grabadas sobre cada exposición y sirven para determinar las distancias angulares entre los objetos en el campo de visión.
    Cuando la cámara Hasselblad Lunar Suface Data era equipada con una lente de 60 mm, las imágenes de las cruces de retícula en la película tenían una separación aparente de 10,3 grados. Con una lente de 500 mm, la separación aparente es de 1,24 grados.
    Las líneas de la retícula son oscuras y están impresas sobre la propia película, como hemos podido leer más arriba. Los objetos que reflejan mucho la luz provocan una sobreexposición en las películas saturando la zona de las cruces y, por ende, borrando la parte correspondiente de la cruz. Esto no tiene nada de raro, misterioso o mágico: es una cuestión fotográfica que la NASA divulga sin tapujos. Lo que no se entiende es que los defensores del engaño digan que "las cruces fueron puestas después", puesto que no sé qué buscaría la NASA poniendo las cruces a posteriori. Que no se domine un tema y no se entienda, no implica que haya un misterio.
    Desmentida: Las cruces son marcas preimpresas en las películas por razones técnicas, y quedan ocultas al sobreexponerse con luz blanca.
    Hipótesis 17.
    ¿Cómo pueden haber soportado los negativas de las cámaras las altas temperaturas de la Luna?
    Éste es otro ejemplo de desconocimiento total de las nociones básicas de la física. Podría haber introducido este argumento en la sección que trata de ésta, pero lo he hecho aquí por estar relacionado con la tecnología usada para realizar fotografías. Aun así, recordemos cuáles son los fundamentos termodinámicos de la transmisión del calor. Lo primero que hay que tener en cuenta es que el calor y la temperatura son conceptos completamente distintos. La temperatura es la magnitud física que nos informa sobre el nivel térmico de un cuerpo, es decir, la agitación interna de las partículas que lo componen a nivel microscópico (sus moléculas). Un cuerpo tendrá más temperatura que otro si las partículas que forman el primero oscilan con mayor rapidez que el segundo. El calor, por el contrario, refleja la transferencia de energía térmica entre distintos cuerpos por el hecho de que están a distinta temperatura. Por tanto, para un físico, expresiones del tipo "este cuerpo está más caliente que aquél" son erróneas. El calor no es una característica que tenga un cuerpo; es una energía en tránsito. Tampoco sería correcto decir que un cuerpo es frío y otro caliente, puesto que nos puede asaltar la duda y preguntar: "¿Frío respecto a qué?" Por ejemplo, 2 °C de temperatura puede ser frío en Sevilla, pero no en Moscú. De la misma forma, 20 °C puede ser calor en Moscú, pero no en Sevilla. Así que los conceptos de frío y calor son términos que necesitamos en la vida diaria para poder comunicarnos, pero que fallan en física por su imprecisión. En realidad, habría que comparar con el cero absoluto, aquel estado de la materia en que moléculas, átomos y demás partículas no vibran. Ese estado se encuentra a unos -273 °C.
    El calor puede transmitirse de tres formas distintas: por conducción, convección y radiación.
    La conducción de calor tendrá lugar cuando hay contacto directo entre los dos cuerpos que intercambian calor: se trata, por tanto, de una transferencia por movimiento directo de las moléculas en vibración. Éste es el fundamento del termómetro, que se pone en contacto con la axila hasta que axila y termómetro igualan sus temperaturas alcanzando el denominado equilibrio termodinámico. Los mejores conductores de energía térmica son los metales, debido a que en el enlace metálico hay electrones libres que favorecen la transmisión calorífica.
    La conductividad de un material es la magnitud que explica que los metales parezcan más fríos que el resto de la materia que nos rodea: en realidad están a la misma temperatura, lo que ocurre es que la transmisión del calor es más rápida y eficaz en el caso de los metales.
    La convección se debe al movimiento de fluidos combinado con la conducción. La transferencia de calor se produce porque las masas de fluido se desplazan de un sitio a otro dentro de dicho fluido transportando el calor por todos sus puntos. Esto puede observarse con mucha facilidad al calentar agua en una cacerola, donde se ve cómo las masas de agua suben y bajan continuamente. Las que tienen más temperatura (las menos densas) suben y las de menos temperatura (las más densas) bajan, y el proceso sigue una vez se han enfriado las de arriba y calentado las de abajo.
    La radiación es la transferencia de calor a través de la radiación electromagnética. Todos los cuerpos emiten radiación electromagnética por el hecho de tener una temperatura determinada (ya sea baja o alta). La luz que viene del Sol es radiación electromagnética —no sólo la luz visible sino también la ultravioleta y la de otras longitudes— que viaja a través del vacío del espacio y no necesita un medio para propagarse.
    Y aquí quería llegar. El rango de temperatura en el que se mueve el suelo lunar está entre los 100 K y los 400 K, es decir, puede superar los 120 °C. El error está en pensar que esta temperatura está en el ambiente (he escrito suelo lunar). Recordemos una vez más que la Luna no tiene atmósfera, lo cual significa que el calor que llega a la cámara de fotos llega sólo por medio de la radiación electromagnética, pues son imposibles la conducción (no hay contacto directo con el regolito lunar) y la convección (no hay masas de aire que suban el calor de la superficie). Para evitar la transferencia de calor por radiación, las cámaras fueron diseñadas especialmente con la intención de que reflejaran la radiación, así de simple, mediante finas capas de plata. Además, el celuloide estaba aislado herméticamente para conseguir una temperatura casi constante.
    Desmentida: Las cámaras sólo recibían calor mediante radiación electromagnética y gran parte de ésta era reflejada de nuevo al espacio.
    Hipótesis 18.
    Algunas fotografías muestran extrañas manchas en el cielo: ¿qué son?
    A los conspiranoicos no hay quien los entienda. Unos dicen que las fotos son perfectas obras de arte propias de fotógrafos prodigio, y otros que las fotografías tienen manchas en el cielo. Quizá si se pusieran de acuerdo entre ellos tendría lógica la teoría de la conspiración y los científicos empezarían a tomársela en serio. Pero frente a tanta incoherencia, es difícilmente creíble cualquier sandez que suelten sus plumas viperinas.
    Una vez más, los conspiranoicos aciertan en algo: hay manchas en el cielo. Pero incurren en un error: no son extrañas. En realidad, no son manchas reales en el cielo, es decir, aparecen en el cielo de la fotografía pero no estaban en el cielo real. Esto se debe a un efecto muy común denominado flare (no se suele traducir, aunque significa "reflejo"). El efecto flare se produce cuando la luz directa del Sol incide en el objetivo: se trata de uno o varios círculos luminosos que cruzan la fotografía en la dirección de los rayos de luz. Después de que los rayos inciden directamente en el objetivo, y dependiendo del ángulo con que lo hagan, pueden reflejarse en el interior de la montura de dicho objetivo o entre los elementos del mismo. Si la luz entra de frente, la fotografía puede degradarse por completo. Para evitarlo, algunas empresas venden parasoles específicos para ciertas cámaras, aunque el método más antiguo es poner la mano sobre el objetivo o, simplemente, girarse un poco.
    Otra hipótesis absurda que arde bajo las llamaradas de la razón. Aunque el efecto flare no se conociese, ¿para qué iba a poner la NASA manchitas en el cielo? Además, si fuesen ovnis —como dirían algunos—, y suponiendo que la NASA altera las fotos, ¿por qué no borraron las manchas? Como ves, son muchas las incoherencias que padece cualquier hipótesis conspiranoica. Así que lo siento: no se trata de platillos volantes guiados por selenitas.
    Desmentida: Las manchas son una aberración óptica provocada por la incidencia directa de los rayos de Sol, llamada efecto flare.
    Hipótesis 19.
    En ninguna de las fotografías de las misiones Apolo aparecen estrellas, ya que una simulación de este tipo habría sido descubierta por cualquier astrónomo.
    Muy bien, en el cielo de las fotografías, sobre la superficie lunar, no hay estrellas: aprobado en observación a primera vista. Igual que en el cielo de las fotos de la ISS (Estación Espacial Internacional) o en el de cualquier fotografía que puedes hacer tú mismo en una noche de verano: en ningún caso hay estrellas, y están ahí, aunque no las veamos. Es más, en la Luna, a falta de atmósfera que disperse la luz, se pueden ver, en principio, estrellas de día y de noche. ¿Cómo puede ser que no salgan en las fotografías?
    Las cámaras Hasselblad se diseñaron especialmente para reducir el brillo intenso del día lunar (que tarda unos 14 días terrestres), ya que el suelo refleja la luz con fuerza. Una de las técnicas usadas para amortiguar el reflejo del suelo lunar es el tiempo de exposición. El brillo de las estrellas es muy tenue comparado con los objetos cercanos; eso significa que en una fotografía normal no da tiempo a impresionar la película para que quede registrado. El tiempo de exposición de las cámaras Hasselblad era de 1/125 y 1/250 (ocho y cuatro milisegundos). Para poder hacer fotografías del cielo y que aparezcan, al menos, las estrellas visibles, el tiempo de exposición debe ser, como mínimo, de 30 segundos, y el objetivo ha de estar enfocado al infinito. Para disminuir la luz entrante en la película y que no se vele, no sólo se debe reducir el tiempo de exposición; también el obturador debe disminuir su tamaño. Esto nos ocurre también a nosotros: si un día te despiertas cuando el Sol está bien arriba del horizonte y abres de repente la persiana, la pupila se hace más pequeña. Te habrá pasado, y más todavía si tienes una pared blanca delante de tu ventana, e incluso duele: lo que en mi tierra se llama una bofetá.
    Es completamente cierto que un astrónomo competente habría encontrado falsas unas fotos con estrellas, puesto que, dadas las características técnicas de las cámaras y con el Sol bajo en el horizonte, no podían salir en dichas fotografías. Así que la NASA no se olvidó de pintar estrellas en el cielo. De hecho podía haberlas pintado si se tratase de un engaño, pues en la segunda mitad del siglo XX ya se conocían muy bien las posiciones de las estrellas, y sus posiciones relativas en la Luna y la Tierra no varían sustancialmente.
    Esta hipótesis sin sentido proviene del libro autoeditado por Kaysing. Incluso se ha llegado a decir que la NASA tiene dibujos en su haber que muestran estrellas en el cielo, lo cual es completamente cierto. Se trata de dibujos artísticos que solían hacerse antes de los alunizajes. Un ejemplo precioso lo tenemos en AP13-S70-31774, una imagen de la misión Apolo 13, la que no llegó a alunizar. En el lugar de la web ALSJ donde aparece puede leerse el siguiente texto:
    Una imaginaria vista artística de la tripulación del Apolo 13 trabajando sobre la superficie lunar. Entre otros problemas: 1) las estrellas no son fácilmente visibles bajo la luz del día en el cielo lunar, ya sea por el ojo humano o por una cámara, debido a la luz solar reflejada por la superficie [...].
    Es patente, por tanto, que la NASA no afirma que sea fácil ver estrellas en la Luna. La observación a simple vista de las estrellas dependía de la orientación de los astronautas. En muchas páginas web que comulgan con la teoría de la conspiración se dice que la NASA no ha salido nunca en su defensa para rebatir algún argumento que apoye la teoría de la conspiración. Esto es otra falsedad derivada de la falta de rigor en sus investigaciones. Si se visita la página web ALSJ, se puede encontrar, por ejemplo, el artículo "Photographing Stars", donde se citan las palabras del escritor científico James Oberg:
    Cualquiera puede realizar este experimento y obtener la respuesta a la engañosa pregunta: "¿Dónde están las estrellas?"
    Se refiere a un experimento que puedes realizar tú mismo. Cámara en mano —de las de andar por casa, sin trampa y con tiempos de exposición largos—, sal al balcón de noche y haz una foto al cielo estrellado. Si tienes suerte y hay Luna nueva, saldrá Venus, pero ninguna estrella, por muy hermosa, romántica y estrellada que esté la noche.
    Por cierto, Venus sí se ve en alguna fotografía de las misiones Apolo 14 y 16 (si quieres más información, consulta el artículo mencionado más arriba). Esto tiene sentido, pues Venus es entre 10 y 20 veces más brillante que la estrella más brillante después del Sol (Sirio).
    Desmentida: Las estrellas tienen un brillo tan débil que no impresionan la película fotográfica.
    Hipótesis 20:
    ¿Por qué razón no tomaron fotos del cielo? La Tierra debía de aparecer preciosa desde la Luna.
    La experiencia me dice que, cuando has resuelto la cuestión anterior (la razón de que no aparezcan fotografías en el cielo), luego te hacen esta pregunta: "Es verdad, he hecho la foto y no salen estrellas. Pero, ¿por qué no quisieron tomar fotografías del cielo? Es muy sospechoso, ¿no?" Y no es una pregunta tonta, se le puede ocurrir a cualquiera con dos dedos de frente. Otra cosa es dudar de la veracidad de todo el programa lunar porque no aparezcan unos simples puntitos en el cielo...
    En las primeras misiones Apolo, el cielo no era una prioridad (sí lo era la Tierra, que fue fotografiada en bastantes ocasiones). Sin embargo, en la misión Apolo 16 se llevó a la superficie lunar un telescopio de luz ultravioleta lejana con el que se obtuvo un total de 178 imágenes. Tenía un peso de 22 kg y unas dimensiones de 1x0,5x0,5 m. El telescopio, equipado con una cámara de tipo Schmidt, se desplegó a la sombra del LM para minimizar las posibles aberraciones debidas a la incidencia directa de la luz solar. El problema que se presentó fue que, al haber posado el módulo lunar sobre una pendiente, la sombra era más pequeña de lo esperado, por lo que se tuvo que acercar el telescopio al módulo más de lo que se pensó en un principio. Una imagen del telescopio puede verse tras Young y junto al módulo lunar en la imagen 18. Por tanto, fue reorientado periódicamente por los astronautas para estudiar diversas partes del cielo. Se tomaron imágenes de la Gran Nube de Magallanes (una galaxia satélite de la Vía Láctea), la aurora polar de la Tierra, la geocorona, varias nebulosas y cúmulos, etc. En total, unas 550 estrellas, nebulosas y galaxias. Los resultados obtenidos pueden consultarse públicamente en el documento Apollo 16. Preliminary Science Report, en concreto en el capítulo 13, "Far UV Camera/Spectograph".
    Respecto a las imágenes de la Tierra, el argumento es verdaderamente ridículo: hay decenas tomadas por todas las misiones Apolo, que han dado la vuelta al mundo en revistas, periódicos y cadenas de televisión. ¡Sólo hay que tomarse la molestia de buscarlas! Aunque tienes un ejemplo en la imagen 9, te dejo el trabajo de buscar el resto.
    Desmentida: Se tomaron fotografías de la Tierra con cámaras normales, y la misión Apolo 16 llevó un telescopio de luz ultravioleta que tomó 178 imágenes del cielo.
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    El Hombre llego a la luna en el 69??? - Página 6 Empty Re: El Hombre llego a la luna en el 69???

    Mensaje por Ursssukoy Lun Dic 20, 2010 8:02 pm

    Hipótesis 21.
    En algunas fotografías se ven extrañas siluetas en los visores de los astronautas; además, son espejos, para que no se note que son actores.
    Esto es sencillamente falso. Todos y cada uno de los objetos reflejados se han identificado, e incluso vienen detallados en la página oficial de la NASA. La fotografía más difundida que presenta esta supuesta anomalía es AS11-40-5903. En ella aparece Aldrin de pie, de frente, y con el brazo izquierdo levemente flexionado hacia el pecho. En su visor se ven varias siluetas: su propia sombra alargada, el contorno de Neil Armstrong (que hizo la fotografía), el colector de viento solar (SWC, a la izquierda), la bandera y el propio módulo lunar. Todos los objetos están identificados, no se entiende de dónde sacan los conspiranoicos que son reflejos misteriosos.
    Hay otra anomalía relacionada con la foto comentada anteriormente, que no merece un apartado para ella sola. El reflejo de Armstrong en el visor de Aldrin parece estar muy elevado: es decir, si Armstrong se hallaba frente a Aldrin, y él hizo la fotografía, dicen que no debería haber salido de cuerpo entero y tan alto. ¿Y por qué no? Se trata de un espejo parabólico, que siempre da un mayor campo de visión —piensa en los espejos parabólicos situados estratégicamente en algunas intersecciones entre calles o carreteras para dar una visión más amplia a los conductores de vehículos—, aunque nuestro cerebro interprete que los objetos están más alejados. Por otra parte, ¿es muy descabellado pensar que Armstrong se encontraba en una posición más elevada que Aldrin?
    No es difícil comprender que la superficie de los visores era espejeada para reflejar la mayor parte de luz posible. ¿Nunca has visto unas gafas de sol con esas características? Relacionado con éste, hay otro argumento muy repetido y es que el reflejo del Sol en el visor de los cascos cegaría a cualquiera. No sé exactamente de dónde sacan esto. El visor se comporta como un espejo esférico convexo y, como tal, hace que el reflejo diverja, es decir, que no se concentre el reflejo en una dirección determinada. Pasa con cualquier superficie esférica.

    Desmentida: Esta afirmación es simplemente una consecuencia de la ligereza en el estudio de las imágenes. Todos los elementos están identificados y los visores fueron diseñados así para reflejar la luz de manera adecuada.
    Hipótesis 22.
    En una fotografía se aprecia una pisada debajo del módulo lunar del Apolo 14: eso significa que alguien anduvo por allí antes y que se trata de un decorado.
    Esta hipótesis es el paradigma de afirmación cutre: el culmen de la estupidez y la flojera mental. No creo que sea muy difícil entender que, suponiendo que se trate de una pisada, se hizo después de que se posara el módulo, lo cual es completamente viable por la zona en que está situada. La imagen a la que se suele hacer mención es la AS14-66-9277, una de las fotografías tomadas por Alan Sherpard (del Apolo 14) para realizar una panorámica. En concreto, se trata de la fotografía en la posición denominada "8 en punto". La pisada se puede ver debajo de uno de los sensores de contacto con los que iban equipadas las patas. En general, el resto de pisadas sospechosas no aparecen nunca en zonas completamente inaccesibles, es decir, no están estrictamente debajo del módulo sino en los límites periféricos.
    En las misiones Apolo se anduvieron grandes distancias y los astronautas pisaron sus propias huellas una y otra vez. En ALSJ hay una curiosa comparación del primer paseo lunar con un campo de fútbol y un campo de béisbol: la superficie de éstos fue, aproximadamente, el área barrida por la misión Apolo 11. Si llevas más de dos horas andando por un área del tamaño de un campo de fútbol, te dará tiempo a dejar muchas huellas por todas partes. Lógicamente, las inmediaciones del módulo lunar son las más transitadas, puesto que volvían muy a menudo a tomar distintos instrumentos del MESA. Para que te hagas una idea, te apunto a continuación la duración de las actividades extra-vehiculares (EVA) de cada una de las misiones Apolo:
    • Apolo 11: 1 EVA (2 h 31 min).
    • Apolo 12: 2 EVA (7 h 50 min).
    • Apolo 14: 2 EVA (9 h 25 min).
    • Apolo 15: 3 EVA (18 h 30 min).
    • Apolo 16: 3 EVA (20 h 14 min).
    • Apolo 17: 3 EVA (22 h 4 min).
    Desmentida: Las fotografías muestran pisadas de las caminatas de los astronautas por la superficie de la Luna. ¡Es lógico que haya pisadas!
    Hipótesis 23.
    En una fotografía aparece una "C" en una roca, lo que prueba que es parte del decorado.

    Imagen 19. La famosa foto con la "C" en la roca
    Quizás éste sea el argumento más ridículo que he escuchado nunca. En un intento desesperado por buscar anomalías y pruebas que ayuden a la teoría de la conspiración lunar, encuentran una marca de decorado en una roca pues se ve una "C" en una piedra. Un argumento que defendió en su momento Ralph Rene y que se sigue difundiendo en una muestra de sinsentido sin igual. Los conspiranoicos defienden que esta roca es parte de un decorado y que los señores que grabaron el engaño olvidaron darle la vuelta para que no se viera la marca. Lo primero que a uno se le ocurre es: "¿Y desde cuándo se marcan las rocas en los decorados?"
    Para empezar, la fotografía es un detalle de fotografías que abarcan un mayor campo de visión, como por ejemplo las AS16-107-17445 y 17446, de la misión Apolo 16. Steve Troy realiza un estudio fantástico sobre este tema en el reportaje "Who mourns for Apollo?''', publicado en la web Lunar Anomalies. Troy fue a consultar las fuentes oficiales, algo de lo que suelen cojear los conspiranoicos. Pidió copias de los negativos de las fotografías que contienen el detalle en cuestión. El sorprendente resultado fue que en ninguno aparecía la "C". No puedo negar que cuando leí esto por primera vez pensé que era otra de las sucias artimañas de los conspiranoicos, que la habían pintado ahí y luego habían difundido la fotografía. Pero, igual que Troy, y a diferencia de los conspiranoicos, no me conformo con lo primero que leo, debo llegar al fondo de la cuestión. Y este fondo no tardó en aparecer, según cuenta Troy a la perfección. Se puso a trabajar en el rastreo de la "C" con el LPI y la encontraron en una de las copias de la 17446; al ampliarla se descubrió que no era más que un pelo o un trozo de fibra. ¿Cómo se sabe? Porque arroja sombra.
    La fotografía con la "C" difundida por la NASA es, en el mejor de los casos, de tercera generación. La NASA realiza de forma habitual copias de los negativos, y a partir de estas copias se reproducen las fotos para su distribución divulgativa, conservando así los originales en buen estado. Esto significa que en los negativos originales no se encuentra este defecto. Este hecho ha servido a los conspiranoicos para afirmar que la NASA ha trucado las fotos para eliminar las pruebas. A ver, ¿cómo van a eliminar miles de copias por todo el mundo? Y si quieren eliminar las pruebas, ¿por qué razón no han borrado el resto de fotografías que —se supone— sufren anomalías insalvables?

    Imagen 20. La roca de la "C" es la roca grande que está a la izquierda, sobre la mitad de la vertical. Ésta es la imagen que se halla en ALSJ: NASA, AS16-107-17446.
    Desmentida: La "C" es en realidad un pelo o fibra que se coló accidentalmente al hacer una de las copias de los negativos que se distribuyó posteriormente.
    Hipótesis 24.
    Algunas fotografías muestran el mismo fondo pero con el módulo lunar en tamaños muy distintos: esto significa que la NASA reutilizó los decorados.
    Es una realidad que algunas fotos se ven prácticamente con el mismo fondo y que tienen en primer plano objetos distintos. Si las fotos son diferentes, el fondo debería ser diferente, ¿no? El LM aparece con el mismo fondo en una foto y en otra no: ¿olvidó la NASA poner de nuevo el LM cuando volvieron de comer? ¿O simplemente utilizaron dos veces la misma tela que servía de decorado?
    En la Tierra estamos acostumbrados a calcular las distancias gracias a la existencia de la atmósfera, que difumina los objetos lejanos debido a su índice de refracción. Sin embargo, en la Luna no hay atmósfera, y esto hace que no seamos capaces de calcular la distancia a objetos muy distantes: una piedra puede parecer pequeña y ser del tamaño de un camión. Además, sin referencias no sabes si un valle o una montaña miden dos metros o 100, o si están a un metro o a 10 km. Para nosotros —pobres terrícolas afincados en la Tierra— resulta difícil comprenderlo pero es así. Esto significa que si hacemos dos fotografías de un fondo alejado, no variarán sustancialmente si se realizan desde dos puntos separados por unos metros. Este efecto ha sido confirmado por los astronautas que han participado en las EVA.
    Aun así, y en contra de lo que afirman los conspiranoicos, se pueden apreciar ligeras diferencias en estos fondos supuestamente estáticos. La razón la encontramos en la paralaje, un efecto óptico que se produce cuando miras un objeto desde ángulos distintos. Las fotografías en cuestión se hacen con cierta diferencia lateral y de proximidad al fondo, por lo que muestran una mínima discrepancia en los detalles de ese fondo. Un ejemplo de este efecto lo puedes encontrar en las imágenes AS15-82-11057 y AS15-82-11082, tomadas por Jim Irwin y Dave Scott respectivamente, ambos astronautas de la misión Apolo 15.
    Otra cuestión relacionada con ésta es la idea que sostiene David Percy: que la NASA usó los mismos decorados en las seis misiones. Esto es un sinsentido, ¡basta con ver las fotos de las misiones para percatarse de que los lugares de alunizaje —como puede consultarse en el capítulo 1— son bien distintos!
    Desmentida: Los fondos parecen el mismo debido a que en la Luna es prácticamente imposible calcular las distancias debido a la falta de atmósfera.
    Hipótesis 25.
    La NASA sólo ha distribuido 20 fotografías una y otra vez.
    Este es uno de los argumentos más fáciles de refutar. El origen de esta desdichada afirmación está en el documental mencionado de Bart Sibrel, A Funny Thing Happened on the Way to the Moon (Algo extraño sucedió de camino a la Luna). Transcribo aquí la parte de donde proviene esta hipótesis:
    Nuestras oficinas solicitaron en tres ocasiones al departamento de relaciones públicas de la NASA todas las fotografías tomadas por los astronautas en la Luna, en especial las tomadas en el viaje del Apolo 11. Nos enviaron muchos duplicados. Entre todas ellas había, como mucho, veinte fotos en total.
    Para desmentirlo sólo tienes que dar una vuelta por la página web ALSJ que tantas veces ha aparecido y aparecerá en este libro. Te aburrirás cuando lleves más de 20. La NASA podría demandar tranquilamente a Sibrel por difamación, pues es una completa mentira que sólo haya hecho públicas 20 fotografías. Si lo que esperaba Sibrel era todas las fotografías de la misión Apolo 11, puede seguir esperando: él no es tan importante como para que la NASA se gaste tanto dinero en duplicados. Sibrel podía haber acudido a los archivos de ALSJ, en la sección "Image Libraries", donde se encuentran todas ellas clasificadas por misiones.
    Existen documentos índice de cada misión que tabulan las fotografías atendiendo a varios parámetros: un código identificativo, la calidad de la foto, una breve descripción, etc. Por ejemplo, la fotografía AS11-40-5874 de la misión Apolo 11 (imagen 1 de este libro) era de "buena" calidad, estaba dirigida hacia el "sur", su descripción reza: "LM con bandera y astronauta" y fue realizada con una lente de 60 mm. El documento Apollo Pbotography Index. 70 mm & 16 mm contiene un total de 115 páginas. Para ser sólo un índice son muchas páginas, ¿no te parece?
    No sólo en ALSJ pueden encontrarse fotografías, sino también en el Apollo Image Archive y en el Lunar and Planetary Institute, por poner sólo dos ejemplos. La segunda página web alberga a día de hoy (comienzos de 2009) casi 25.000 fotografías de la superficie lunar y su órbita en la colección Apollo Image Atlas, y una triple herramienta de búsqueda (por nombre, coordenada y descripción). Como para aburrirse...
    Desmentida: Es completamente falso que la NASA haya distribuido sólo 20 fotografías: hay cientos de ellas que pueden consultarse en multitud de páginas web oficiales.
    Hipótesis 26.
    ¿Por qué no hay fotografías de telescopios que muestren el lugar del alunizaje con los restos de las misiones Apolo?
    Ya he apuntado más atrás que hay preguntas buenas y ésta es una de las mejores que puede hacerse una persona con raciocinio. Las distintas misiones Apolo dejaron material muy variado sobre la superficie lunar. En general, todas ellas dejaron el módulo de descenso, las cámaras, las banderas y distintos instrumentos de medida. Los astronautas solían colocar multitud de objetos simbólicos, como una rama de olivo de oro en honor de los compañeros muertos en la tragedia del Apolo 1. Las misiones Apolo 15, 16 y 17 abandonaron, además, los Rover. Como dije en el capítulo 1, Alan Shepard dejó un par de bolas de golf. Duke (Apolo 16), algunos objetos personales: el primero, una foto de familia (de AS16-117-18839 a 18841) en la que aparece él, su mujer Dotty y sus hijos Charles y Tom; el segundo, un medallón (de AS16-117-18844 a 18847) que conmemoraba el 25 aniversario de las Fuerzas Aéreas de EE UU. El suelo lunar está repleto de objetos humanos que llaman nuestra atención y podrían quizá ser observados con un telescopio.
    El telescopio más apropiado para intentar enfocar la Luna sería el Hubble, puesto que está en órbita alrededor de la Tierra y no sufre los efectos de atenuación óptica debidos a la atmósfera. Pero ni siquiera este magnífico coloso puede ver los rastros dejados por el hombre en la Luna. Sólo hacen falta unas operaciones trigonométricas para llegar a esta conclusión: un chaval de 4o de ESO podría intentarlas. Para entender cómo podemos observar objetos pequeños en la lejanía debemos tener en cuenta no sólo qué queremos ver sino a qué distancia están. Es decir, la relación entre el tamaño del objeto a resolver y la distancia a la que se halla serán lo importante. Esta relación recibe el nombre de tangente del arco α que subtiende el telescopio (tan α = M/D: véase la imagen 21).

    Tierra Imagen 21. La imagen no está a escala.
    Ahora tenemos que preguntarnos qué queremos ver exactamente en la Luna: la bandera, una pisada, una cámara fotográfica, la foto de Duke... Seamos prácticos y pensemos en el objeto más grande dejado en la Luna, el propio módulo de descenso: de pata a pata en diagonal no llega a los 10 m. Esta es la primera de las longitudes arriba mencionadas, en el dibujo señalada como M.
    Ahora vayamos a por la segunda de las longitudes: a qué distancia está ese objeto de nosotros. Nos encontramos ante el problema de que, como sabes bien, la órbita de la Luna sobre la Tierra no es exactamente circular sino una elipse, unas veces está más cerca (apogeo) y otras más lejos (perigeo). En el colmo de generosidad consideremos la distancia en el perigeo, de algo más de 356.000 km (redondeando, además, hacia abajo). En la imagen está señalada como D.
    Introduce M y D en la fórmula de la tangente, despeja y verás que el ángulo aproximado es de 0,006" (cuidado porque la solución suele venir dada en radianes: debes pasarla a grados). Por tanto, necesitamos un telescopio que pueda resolver seis milésimas de segundos de arco, lo cual es imposible con cualquier telescopio óptico actual. El Hubble resuelve ángulos de unos 0,03", es decir, cien veces menos de lo necesario.
    Tampoco el Very Large Telescope —un telescopio de 8,2 m de diámetro que forma parte del European Southern Observatory (ESO), situado en Chile— consigue imágenes de longitudes inferiores a 130 m en la Luna, y eso sería un módulo lunar gigantesco. Sí hay pruebas de alteraciones en la zona de alunizaje del Apolo 15, encontradas en 1994 en una fotografía de la sonda lunar Clementine. El hallazgo se debe a Misha Kreslavsky, delDepartamento de Geología de la Universidad de Brown, y a Yuri Shkuratov, del Observatorio Astronómico de Jarkov, en Ucrania.



    Imagen 22. Esta imagen está a escala. Entre la Luna y la Tierra, la Luna cabría aproximadamente 111 veces. Una longitud de 10 m a tal distancia es menos de un puntito desde cualquier telescopio.
    Estas alteraciones en el regolito lunar se han observado en un radio entre 50 y 150 m alrededor de la zona del alunizaje. En el artículo "Apollo 15 Landing Site Spotted in Images", de Leonard David, publicado el 21 de abril de 2001 en la página web Space.com, Kreslavsky afirma: "Por desgracia, los datos de la Clementine no permiten estudios similares para otras zonas de alunizaje".
    Desmentida: No existen telescopios ópticos con resolución suficiente para poder mostrar imágenes de los restos de los alunizajes.
    Hipótesis 27.
    En una fotografía del Rover de la misión Apolo 16 se ve que las ruedas han dado un giro brusco, lo cual significa que alguien lo transportó y colocó allí.
    Sí, claro, ¡es más sencillo pensar que había una grúa que lo movía que pensar que el vehículo funcionaba de verdad! Este es un argumento sin fundamento alguno, puesto que los teóricos de la conspiración suelen recortar la foto para que no se vea en la huella el giro de las ruedas. Da la casualidad de que la foto es la misma que la de la famosa "C", pero los conspiranoicos gustan de ofrecerla por partes (véase la imagen 20). Si sólo muestras medio Rover y cortas la curva, parece que el Rover ha girado por arte de magia: ése es el truco. Por cierto, el Rover disponía de tracción a las cuatro ruedas.

    Desmentida: En la fotografía real no se aprecia ningún giro brusco; los conspiranoicos suprimen habitualmente la parte donde se observa la curvatura en la huella de las ruedas.
    Hipótesis 28.
    Hay fotografías secretas que muestran a los astronautas en la Tierra.
    Por supuesto, ¡como que son terrícolas! No son fotos secretas: se trata de fotografías de los adiestramientos. Cada movimiento que dieron en la Luna había sido ensayado hasta la saciedad, como he dicho más atrás. Las fotos —repito— no son secretas, están disponibles en la web ALSJ. Ya hemos citado algunas, como las relativas a los entrenamientos con cámaras de fotos. Los astronautas dedicaron muchas horas a ensayar la recogida de muestras y la puesta en marcha de todo tipo de instrumentos y aparatos de medida.
    Desmentida: Las fotografías pueden consultarse sin dificultad en los archivos públicos de la NASA en Internet y corresponden a los múltiples entrenamientos llevados a cabo por los astronautas.
    Vídeos y tecnología
    En este apartado estudiaremos algunas supuestas anomalías que se advierten en los vídeos debidas a diversos problemas, como aspectos puramente técnicos en los que no entraremos dada la extensión de este libro, o al mero desconocimiento de los sistemas de grabación. Por otra parte, veremos algunos inconvenientes tecnológicos asociados con las misiones Apolo y que parecen ser origen de la supuesta falsificación de los alunizajes.

    Hipótesis 29.
    En las primeras imágenes de Neil Armstrong sobre la Luna se le ve descendiendo por las escaleras: ¿quién las grabó? Está claro que se trataba de un plato de grabación y que allí había alguien con una cámara.
    Contestar a algo así da hasta un poquito de vergüenza: ¿es tan difícil pensar que había una cámara en el exterior del módulo, pensada y colocada para grabar ese momento? Estaba situada en el lado derecho de la escalerilla de descenso y ascenso al módulo. Hay que reconocerlo: el momento era histórico, EEUU no podía dejarlo escapar, había que grabarlo.
    Las imágenes a las que se refiere esta absurda hipótesis fueron las primeras que se emitieron por televisión a todo el mundo: se calcula que las vieron unos 600 millones de personas. Las grabó una cámara colocada estratégicamente a un lado de la escalerilla, en el Modular Equipment Stowage Assembly (MESA), un compartimento que contenía diversos instrumentos necesarios para los paseos lunares. Armstrong tiró de una cuerda desde lo alto de la escalerilla para abrir el MESA y Aldrin conectó la cámara desde el interior. El famoso vídeo comienza con la voz de McCandless, desde Houston, diciendo: "Estamos obteniendo una imagen en el televisor". No podemos hacernos una idea de lo que sintieron muchas personas al recibir esas primeras imágenes del lugar más alejado donde había estado jamás un ser humano. A veces se confunde este vídeo con las fotos de un astronauta bajando por las escalerillas. En realidad, la foto no es de Armstrong sino de Aldrin. Mientras éste descendía, Armstrong estaba ya fuera con la cámara de fotos preparada para recoger el momento. Un ejemplo de las fotos tomadas a Aldrin es la imagen 15. También hay una grabación del Challenger (módulo lunar del Apolo 17) que parece misteriosa. Se trata del despegue del módulo de ascenso, el 19 de diciembre de 1972, para acoplarse con el módulo de comando que estaba en órbita. ¿Y quién lo grabó? La respuesta puede verse en la imagen AS17-134-20507: la cámara de vídeo se colocó sobre el Rover y se controló desde la Tierra.

    Desmentida: Una cámara con lentes de gran angular fue colocada en el exterior del módulo para inmortalizar el momento.
    Hipótesis 30.
    Las imágenes de televisión que retransmitieron el alunizaje del Apolo 11 son de muy mala calidad para ocultar los posibles errores.
    Es sorprendente que los teóricos de la conspiración digan que las fotos son de gran calidad y, por consiguiente, que el alunizaje fue un engaño. Pero más sorprendente es aún que digan que los vídeos son de escasa calidad y, por ende, que el alunizaje fue un engaño. Las contradicciones a las que llegan los conspiranoicos son mayúsculas.
    A pesar de todo, no mienten cuando dicen que las imágenes son de pésima calidad; hoy vemos las primeras tomas e incluso diríamos que son penosas. Hoy, no en 1969. En aquella época la tecnología de las cámaras de vídeo portátiles era aún incipiente; la NASA invirtió mucho dinero y esfuerzo en mejorarla, pero hasta cinco años después no estaría disponible comercialmente ese tipo de cámaras.
    Las imágenes de los primeros minutos en la Luna que llegaron hasta las casas no lo hicieron de manera directa. Los estándares de TV y el sistema usado en la misión Apolo 11 eran incompatibles. Por tanto, la solución que encontraron fue grabar la pantalla donde se proyectaban esas imágenes y difundir esa grabación en vivo. Las antenas de TV repartidas por todo el mundo tuvieron que coordinarse para realizar un proceso de conversión e intercambio de imágenes. El radiotelescopio de 64 m de diámetro del observatorio de Parkes (Australia) fue el encargado de recibir y enviar las señales al resto del mundo. En realidad, las imágenes recibidas no fueron tan malas; y si se comparan las que llegaron a este observatorio con las que se difundieron por televisión, las diferencias son abismales. Y es que la señal pasó por muchos caminos y transformaciones. Simplificando: llegada a Australia, envío a Houston, grabación sobre una pantalla en Houston y envío a las cadenas de televisión. Si se hubiese querido mejor calidad se debería haber instalado un equipo adecuado en la superficie lunar. ¿Acaso crees que la NASA iba a sacrificar los primeros pasos del hombre en la Luna obligando a los astronautas a colocar una antena? Era el precio que tenía que pagar el mundo por ver las imágenes en directo.
    Desmentida: Las imágenes eran de mala calidad porque pasaron por una serie de procesos intermedios antes de ser emitidas en directo, lo cual se tradujo en que las imágenes eran poco definidas.
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    Mensaje por Ursssukoy Lun Dic 20, 2010 8:03 pm

    Hipótesis 31.
    Las imágenes de los vídeos parecen haber sido grabadas en la Tierra y ralentizadas a la mitad de tiempo para imitar la gravedad lunar.
    Para resolver este inconveniente tenemos que echar mano de algunos conceptos de la cinemática y dinámica más elementales. El razonamiento que seguiremos es el siguiente: primero demostraremos (mediante leyes físicas) que la aceleración gravitatoria en la Luna es seis veces inferior que en la Tierra; en segundo lugar, veremos que no tiene sentido que los movimientos en la Luna puedan imitarse dividiendo el tiempo a la mitad en las grabaciones que se hayan hecho en la Tierra; y luego estudiaremos algunos vídeos de la Luna para compararlos con una supuesta grabación terrestre. Con este último punto pretendo llegar a conclusiones sin sentido si suponemos que los vídeos fueron grabados en la superficie de la Tierra.
    La aceleración gravitatoria de un planeta se puede deducir a partir de su masa y su radio ya que es directamente proporcional a la masa e inversamente proporcional al cuadrado del radio. En realidad es una magnitud que depende de la distancia respecto al centro del planeta, pero esta distancia se mantiene prácticamente invariable cuando un hombre está saltando en la superficie de la Luna o de la Tierra. ¿Qué es un metro frente a los más de 6.000 kilómetros de radio de la Tierra? Puesto que tanto masa como radio son inferiores en la Luna, también será inferior la aceleración gravitatoria. Hagamos el esfuerzo de jugar con algunos números; para ello recordemos cuáles son las masas (M) y radios (R) lunares y terrestres. Tierra: MT = 5,97 • 1024 kg; RT = 6371 km. Luna: ML = 7,35 • 1022 kg; RL = 1738 km. A partir de la ley de gravitación universal de Newton y de su segunda ley de la dinámica, se puede deducir que la aceleración gravitatoria en la superficie de un astro aproximadamente esférico es g=G•M/R2, donde G es la constante de gravitación universal o constante de Canvendish. Si dividimos la aceleración gravitatoria lunar entre la terrestre obtendremos: gL/gr= (ML/MT) • (RT/RL)2. Introduciendo los datos (te lo dejo para que te entretengas) nos sale el siguiente valor: gL/gT=0,16, es decir, la aceleración gravitatoria en la Luna es, aproximadamente, un sexto de la aceleración gravitatoria terrestre (ten en cuenta que 1/6 = 0,16666...). Con esto hemos terminado la primera parte de nuestro razonamiento: gT= 6•gL. Los valores numéricos son gT= 9,8 m/s2 y gL=1,63 m/s2.
    A partir de este hecho se pueden deducir muchas consecuencias, pero lo que no sé es cómo deducen los conspiranoicos que si aceleramos las imágenes supuestamente tomadas en la Luna se demuestra que fueron grabadas en la Tierra. No conozco a ningún físico —y puedo decir que me he topado con decenas de todo el mundo— que haya demostrado matemáticamente este absurdo del doble de la velocidad. Yo mismo he pasado las imágenes al doble de velocidad y el resultado es realmente cómico. Puedes pasar el vídeo al doble de velocidad y nunca verás un resultado real; si acaso, pásalo a una velocidad aproximadamente 2,4 veces superior. Es decir, un objeto tardaría unas 2,4 veces más en caer sobre la superficie lunar que si lo soltáramos a una misma altura en la Tierra. Para el cálculo se toma la ecuación h = (l/2)•g•t•2 para la Luna y la Tierra respectivamente; como la altura es constante, se iguala y se despeja el tiempo en la Luna, resultando tL= √6•tT; la raíz cuadrada de seis es aproximadamente 2,4. Así queda desmentida la posibilidad de que los vídeos fueran grabados en la Tierra y reproducidos a la mitad de velocidad.
    Lo que ocurre con los movimientos en la Luna es distinto a lo que suponen estos pseudocientíficos con vagos conocimientos de física. Si algunos movimientos parecen lentos es porque lo son; los astronautas evitaban los grandes saltos y los movimientos bruscos para no romper el traje presurizado, ya que esto podría significar su muerte. En todo caso, en los vídeos se ven movimientos que para nada son lentos, como cuando utilizan martillos. Suele haber aquí una confusión en relación a cómo afecta la gravedad. He comentado que el que se multiplica por 2,4 es el tiempo de caída en la Luna, no el resto de movimientos. Es decir, sólo los objetos que caen verticalmente sufren un retardo. De este modo, puede detectarse un engaño al ver si en los movimientos horizontales hay un retardo (no puede haberlo, pues la aceleración gravitatoria no actúa en la horizontal). Y efectivamente, no lo hay, según puede verse, por ejemplo, en los saltos o los movimientos de las mochilas hacia los lados. Respecto a los saltos que nos parecen lentos, no lo son tanto. Es una impresión que tenemos por el tiempo de vuelo. Si la aceleración gravitatoria es menor, podremos salir despedidos a una altura mayor que en la Tierra. Si a esto unimos que no hay atmósfera —y, por tanto, rozamiento con el aire—, y que el astronauta y el equipo que porta pesa un sexto de lo que pesaría en la Tierra, el efecto es más llamativo.
    En las siguientes líneas haré algunas consideraciones numéricas más acerca de los vídeos grabados en la Luna; quizá sea una buena idea que cojas un bolígrafo y una calculadora para comprobar tú mismo los planteamientos propuestos. Si te aburren las cuentas puedes saltarte lo que sigue y pasar directamente al párrafo en el que se menciona de nuevo Cazadores de mitos.
    Para empezar, recordemos el vídeo citado en la hipótesis 14, el del salto de Young. Su tiempo de vuelo fue de 1,45 s. Si aceleramos las imágenes al doble de velocidad —para seguir la errónea suposición conspiranoica de que el vídeo se realizó en la Tierra—, el tiempo de vuelo sería de 0,725 s. Hay que tener en cuenta que la altura máxima la alcanzaría en la mitad de tiempo, puesto que por tiempo de vuelo estamos entendiendo el tiempo que está en el aire, de subida y bajada. Usando la expresión h = (l/2)•g•t2, la altura alcanzada sería de 64 cm. ¿No crees que es demasiado? Lo es si tienes en cuenta, además, que no realiza demasiado esfuerzo. Pero aún hay más. Si analizas el vídeo puedes ver que el salto es, aproximadamente, 1/5 de la altura del astronauta (véase imagen 23). Siendo muy generosos, démosle a Young una estatura de 1,80 m; un quinto de esta altura es 36 cm, casi la mitad de los 64 cm que se deducen de duplicar la velocidad. Por tanto, el argumento propuesto es un sinsentido debido a que las dos alturas no se parecen en nada.

    Imagen 23. Fotograma del vídeo donde se aprecian los saltos de Young. Corresponde al punto más alto del primer salto.
    Otro vídeo con el que podemos llegar a un absurdo si hacemos caso a la hipótesis de la ralentización del tiempo es el que vimos ya en la hipótesis 4. Se trata del famoso vídeo en que Scott suelta simultáneamente una pluma de halcón y un martillo. Se trataba de un martillo geológico de aluminio con una masa de 1,3 kg, y la pluma sólo tenía una masa de 30 g. Joonas Helminen, un colaborador de ALSJ, realizó un cálculo de la altura y el tiempo empleados en la caída analizando los fotogramas del vídeo. La altura inicial pudo ser de 120 cm y el tiempo empleado de 1,2 s. Tenemos un valor (mediante la expresión anteriormente utilizada, pero despejando g) de 1,67 m/s2 para la aceleración gravitatoria en la Luna. Un valor muy adecuado pues sólo se aleja un 2% del valor real 1,63 m/s2. Si suponemos que el vídeo se grabó en la Tierra, el tiempo empleado en la caída sería la mitad, es decir, 0,6 metros.
    Esto nos da una altura inicial de 1,8 m, lo cual significaría que Scott mediría más de 240 cm: un jugador de la NBA haciendo gala de intrusismo laboral en la NASA. Hay que tener en cuenta que todos estos cálculos son muy aproximados; pueden variar mínimamente dependiendo del número de decimales que tomes con tu calculadora o de la estimación inicial, aunque los resultados cualitativos son los mismos.
    En el capítulo de Cazadores de mitos que habíamos citado cuando hablamos de la huella en la superficie lunar se analiza también este problema. En concreto, se estudian tres movimientos: el salto vertical, el desplazamiento horizontal mediante brincos y la carrera. Su primera hipótesis es recrear un paseo lunar y luego pasarlo a cámara lenta, y el resultado es el esperado: si no se simula la gravedad de la Luna el argumento es falaz, puesto que los movimientos siguen pareciendo estar producidos en nuestro campo gravitatorio. La segunda hipótesis es que la NASA colgaba a los astronautas de unas poleas para dividir su peso por seis (el "peso" total de un astronauta en la Tierra es de unos 170 kg, y en la Luna cerca de 30). Se demuestra que, a pesar de que las imágenes grabadas por ellos tienen cierto parecido con las de la NASA, hay una ligera diferencia: se nota que el esfuerzo hecho en la Tierra es muy superior, se aprecia la falta de ligereza (esto se debe a la inercia, a la primera ley de Newton, detalle que no se menciona en el documental). Visto que las hipótesis de los conspiranoicos son incorrectas, se deciden a recrear de verdad la gravedad lunar. Se colocan en lo alto 80 kg de peso para llevar la misma carga que los astronautas y se suben a un avión que, mediante arcos de parábola debidamente calculados, imitan las condiciones gravitatorias de la Luna, es decir, un sexto de la gravedad terrestre (por favor, que ningún conspiranoico diga que el estudio estaba en un avión gigante de 300 m2). ¿Qué ocurre?, que cuando Adam repite la carrera, los saltos y brincos son muy parecidos a los de la NASA. Conclusión: los vídeos fueron grabados en un lugar que tenía un sexto del valor de la gravedad terrestre: la Luna.
    Desmentida: Duplicar la velocidad de las imágenes no reproduce en absoluto las condiciones cinemáticas de los vídeos realizados en la Tierra. Los resultados que se obtienen de esta suposición son ridículos y contradictorios.
    Hipótesis 32.
    La NASA ha perdido los videos de las misiones Apolo; demasiado misterioso.
    Un día recibí en mi buzón de entrada un correo que sólo tenía la frase anterior en cursiva; me llegó de un contacto que busca misterios y conspiraciones por doquier. Los buscadores de conspiraciones se aprovechan de la prensa para gritar que han encontrado algo a la menor ocasión. El asunto de la pérdida de las cintas de vídeo de la misión Apolo 11 tiene parte de verdad, pero no sucedió tal como se cuenta. El problema proviene de la mala prensa y el recorte (¿intencionado?) de información. Lo más curioso es que la noticia me llegó como una novedad a fines de 2007, y la NASA dio parte de ella en agosto de 2006. Cuando leí el correo no pude más que sonreír y borrarlo con un movimiento de cabeza: "¡Qué tarde se entera la gente de las cosas!", pensé.
    La señal proveniente de la Luna fue recogida en tres estaciones de seguimiento: Goldstone en California, y Honeysuck Creek y Parkes en Australia. Desde el módulo lunar se retransmitió la señal en formato de alta calidad, SSTV, y así se recogió en estas estaciones. El problema (véase la hipótesis 30) fue la incompatibilidad de este formato con el comercial, así que se grabó con cámaras convencionales de televisión el monitor donde se reproducían las imágenes. Realmente los vídeos no se perdieron, están disponibles en ALSJ; se extraviaron las grabaciones magnéticas originales registradas en las estaciones mencionadas. Son copias de seguridad y en su mayoría guardan datos de telemetría. Esto lo explica John M. Sarkissian, científico del observatorio de Parkes, en el artículo "The Search for the Apollo 11 SSTV Tapes", del 21 de mayo de 2006. Este trabajo está disponible en la página web del observatorio de Parkes, donde cuenta todo el problema con detalle. Éste es el origen del asunto de las cintas perdidas, pero este señor no pone en duda en ningún momento la autenticidad de los viajes a la Luna: quienes lo hicieron fueron los periodistas, que leyeron su artículo como quisieron.
    Desmentida: Los vídeos perdidos son copias de seguridad y en su mayoría contenían datos de telemetría. La NASA afirma que los vídeos no están perdidos sino deslocalizados en algún almacén donde se guardan miles de cintas.
    Hipótesis 33.
    Las computadoras de los años 60 y 70 eran demasiado arcaicas, tenían menos memoria que una calculadora programable actual.
    Este argumento se deriva de la soberbia propia del ser humano del siglo XXI y de sus aires de grandeza. Todo lo que sea de una época anterior es menospreciado, y esta arrogancia hace que se vea la tecnología de hace 30 años como arcaica e inservible.
    La NASA tenía la tecnología puntera de su época, igual que la tiene hoy. Tenía acceso a los mayores avances de todos los tiempos, sus equipos no se basaban en la tecnología existente en los hogares familiares: iba muy por delante. Actualmente ocurre exactamente lo mismo, la empresa aeroespacial usa una tecnología que puede parecernos auténtica ciencia ficción. Por ejemplo, en una visita a instalaciones militares he visto con mis propios ojos cómo, desde hace más de una década, usan microcámaras de fibra óptica para arreglar las turbinas de los motores de un Harrier. "Hoy se han puesto de moda con el asunto de la medicina", me comentaba mi alumno Raúl cuando le comuniqué el asombro que me produjo ver esas cámaras extraordinarias. Yo aún no he visto en un bazar de regalos cámaras de ese tipo; todavía hoy siguen siendo objetos de alta tecnología. En la actualidad, la realidad que utiliza la empresa aeronáutica y militar sigue pareciendo ciencia ficción a una persona de la calle.
    Pero, si te parece bien, podemos partir de la idea de que los ordenadores de las misiones Apolo son en la actualidad objetos de museo. De hecho, el Museo de la Universidad de Standford muestra en su "Exposición de la historia de la informática" algunos componentes electrónicos e informáticos de la misión Apolo 12. Para empezar, las misiones Apolo no necesitaban generar datos en una interfaz gráfica como estamos habituados a ver hoy en casa (Windows, Linux, etc.). En otras palabras, no les hacía falta para nada una pantalla con bonitos colores, extraordinarios gráficos en 3D ni el ágil puntero de un ratón. Para el Apolo era suficiente un ordenador que realizase las tareas básicas de navegación: para nada servían hojas de cálculo, bases de datos, procesadores de texto ó juegos. Precisamente el error viene de pensar en los juegos actuales. Los que defienden la idea de que aquellos ordenadores eran insuficientes tienen en mente simuladores de alunizaje. En un juego de simulador aparecen un conjunto de variables que el ordenador de a bordo del módulo lunar no necesita recrear. Este conjunto es, como acabo de decir, el relacionado con los gráficos. No necesitaba mostrar una imagen en 3 D de alta definición del módulo lunar porque éste era una realidad que estaba allí. No tenía que generar la imagen de la Luna porque estaba ahí fuera. Es decir, el ordenador de a bordo del módulo lunar prescinde de todas las condiciones ambientales de un plumazo. Y también la simulación dinámica debida a la gravedad lunar: mientras que el módulo real la sufre, el simulador debe generarla, por lo que el ordenador necesita más capacidad operativa.
    Al mirar atrás a la década de los 60, otra fuente de donde parte nuestro error está en la imagen que tenemos en películas y libros de enormes y voluminosos ordenadores que ocupaban extensas habitaciones refrigeradas. Es verdad que los había, pero eran los más potentes y desarrollaban las tareas más complejas de la época. Hoy también tenemos superordenadores que ocupan habitaciones completas y que se usan para realizar operaciones muy complicadas, como las relacionadas con la climatología.
    Después de todo lo dicho, hay quien afirma incluso que ni siquiera podemos llamar ordenador a lo que usaron en el Programa Apolo: ordenador en el sentido actual, como el que utilizo para escribir este libro al tiempo que veo en la pantalla los datos que introduzco (en cualquier ordenador personal podemos tener abiertos varios programas a la vez: las astronaves no necesitaban esto para nada). La comunicación entre el ordenador y el astronauta se efectuaba mediante un teclado de 19 botones y una pantalla que podía mostrar 21 dígitos. Lo más correcto sería denominarlo microcontrolador o piloto automático digital. Sólo ejecutaba un programa que se introducía en la ROM y se ejecutaba con la RAM suficiente, que sólo requería unas pocas teclas de entrada y unos pocos pilotos luminosos de salida. Hoy cualquier empresa informática vende ordenadores personales con RAM de sobra porque no sabe para qué va a utilizar el usuario el equipo; será el cliente quien introduzca sus programas. En el siglo XXI, en la era de la abundancia, todo se ofrece desproporcionadamente. ¿Cuántas veces habré escuchado decir a un sexagenario: "Quiero un móvil sólo para llamar"? Esto es imposible de encontrar. Ya no se hallan en tiendas convencionales artículos informáticos que den las prestaciones necesarias y suficientes: siempre se ofrece el exceso. Desde luego, no conozco todas las aplicaciones de mi móvil.
    Desmentida: El ordenador de a bordo de las misiones Apolo tenía suficiente potencia para las operaciones de navegación que realizaba.
    Hipótesis 34.
    El Rover era demasiado grande para ser transportado en el módulo lunar
    Por favor, échale un poco de ingenio al asunto. ¿Cómo guardas una caña de pescar telescópica en una bolsa? ¿Y un telescopio? ¿Alguna vez has montado un mueble de Ikea? ¿Cómo viene? Plegado, claro está. Evidentemente, el Rover no cabía en el módulo lunar, algo obvio si vemos los vídeos que muestran los tamaños relativos del LM y el Rover. Pero hay también vídeos que muestran el descenso del vehículo mediante poleas durante los entrenamientos y en la Luna.
    Su nombre es en realidad Lunar Roving Vehicle (LRV) y fue diseñado especialmente para soportar las condiciones de vacío y trabajar bajo la gravedad lunar. Su uso permitió abarcar distancias más largas en los paseos lunares. Tres fueron los Rover que rodaron por la Luna, los de las misiones Apolo 15, 16 y 17. Entre los tres Rover recorrieron una longitud de más de 90 km en un tiempo de casi 11 horas. Realmente se le sacó provecho al invento.
    El Rover tenía una masa de 210 kg y 3,1 m de largo por 2,3 m de distancia entre los ejes. Una bisagra central permitía plegarlo para colgarlo del módulo lunar. Una vez colgado, la parte inferior del chasis miraba hacia afuera. En el proceso de despliegue, uno de los astronautas se subía a la escalera y soltaba el Rover, y luego ambos lo situaban sobre el suelo lentamente mediante cintas y poleas, aunque la mayor parte del despliegue era automático. Las ruedas también iban plegadas y había muchos elementos del vehículo —situados en otras partes del módulo lunar— que debían ser colocados una vez realizado el despliegue.
    El coste final del Rover llegó a los 38 millones de dólares: lógicamente, dentro de ese gasto estaba haber encontrado un sistema eficaz de plegado y un buen diseño de las ruedas, como se comentó en la hipótesis 8. A lo largo de 17 meses se construyeron cuatro vehículos; tres de ellos fueron a la Luna y uno se usó para piezas de repuesto. Harrison Schmitt, del Apolo 17, llegó a decir sobre el Rover que "sin él, los grandes descubrimientos científicos del Apolo 15, 16, y 17 no habrían sido posibles, como tampoco nuestra actual comprensión de la evolución de la Luna".
    A pesar de lo que se dice en contra, la NASA es muy transparente con la mayoría de sus misiones. Tanto es así que en la web ALSJ está colgado incluso el Manual de Operaciones del Vehículo Lunar Itinerante (Lunar Rover Operations Handbook), presentado por Boeing el 19 de abril de 1971. En la sección segunda de este manual puedes encontrar el procedimiento a seguir para el despliegue del vehículo.
    Desmentida: Por supuesto que el Rover no cabía en el módulo lunar; por eso iba plegado y adosado a la parte inferior de dicho módulo.


    Imagen 24. Secuencia del despliegue del chasis del Rover. Fuente: Lunar Rover Operations Handbook, NASA, LS006-002-2H.
    Salud e higiene
    Son pocos los argumentos existentes en este apartado, pero los que aparecen pueden ser un problema grave a la hora de comprender los viajes a la Luna. En general, la idea de los defensores de la teoría de la conspiración lunar es que el cuerpo humano no puede soportar los viajes al espacio por una u otra razón. Los artistas del engaño conspiranoico juegan con el manejo de una gran cantidad de variables que desconoce cualquier persona. Empleando palabras y conceptos poco habituales intentan enredar al lector para hacerle partícipe de la teoría de la conspiración. El último argumento es una anécdota que encontré mientras investigaba las fuentes para este libro, y no he podido resistirme a incluirla.
    Hipótesis 35.
    ¿Cómo puede sobrevivir un ser humano a las altas temperaturas a las que se expone en la superficie lunar?

    El traje espacial constaba en realidad de dos prendas principales, una externa y otra interna. Las fotografías S69-38930 y S69-38889 muestran todas las piezas de los trajes espaciales de Aldrin y Armstrong respectivamente.
    La razón de que la parte visible de los trajes espaciales fuera blanca no era la elegancia, como he señalado en el apartado dedicado a las fotografías: el blanco de los trajes reflejaba la mayor parte de la radiación (véase la hipótesis 17 para entender los mecanismos de transmisión del calor). Esta prenda externa proporcionaba, además, un soporte estructural para el Primary Life Support System (PLSS) y otros dispositivos imprescindibles. Esta parte de la vestimenta tenía varias capas destinadas a distintos cometidos, entre ellos proteger a los astronautas de los micrometeoritos.
    Realmente el problema de la temperatura externa no era tan grave pues quedaba resuelto con la parte del traje espacial de la que he hablado. De hecho, hablar de temperatura externa no tiene ningún sentido, pues la temperatura se define para la materia, no para el vacío. El peligro era de otra índole: la temperatura dentro del propio traje. Las caminatas lunares de los astronautas venían acompañadas de un gasto energético importante, circunstancia que se estudió a fondo, como puede consultarse, por ejemplo, en el documento Biomedical Results from Skylab. Este gasto energético hacía sudar a los astronautas, lo cual producía un aumento de temperatura por aporte calórico que podía ser peligroso; esto se solucionaba con una prenda de algodón ajustada al cuerpo que iba debajo del traje blanco que estamos acostumbrados a ver. Se trata del Liquid Cooled Garment (LCV), diseñado para proporcionar una temperatura confortable durante la EVA. Para ello, el LCV contaba con unos tubos flexibles que contenían agua en circulación y se hallaban en contacto con la piel del astronauta. El agua se calienta mediante ese contacto, bajando la temperatura del cuerpo, y se dirige al PLSS situado en la espalda del astronauta (la mochila). En el PLSS el agua irradia calor al espacio y puede seguir circulando para ser reutilizada de nuevo. Hay que tener en cuenta que el enfriamiento del agua es lento ya que no se produce por convección al no haber aire en el espacio vacío. El LCV absorbía también el sudor del astronauta.
    Desmentida: Los trajes espaciales estaban formados por diversas partes para eliminar las posibles subidas de temperatura no deseadas.
    Hipótesis 36.
    Las misiones Apolo tenían que atravesar los cinturones de Van Allen, una zona de radiación que habría matado a cualquier ser vivo.
    Los cinturones de Van Allen fueron descubiertos en 1958 por la misión Explorer 1 y se bautizaron con ese nombre en honor a James Van Allen, científico encargado de dicha misión. La Tierra tiene una auténtica pantalla protectora de la radiación que viene del resto del Universo y que podría ser muy dañina para nosotros. Se trata del campo magnético, que interactúa con el viento solar llevando los protones y electrones de alta energía a dos cinturones toroidales, a saber, los cinturones de Van Allen. En otras palabras, los cinturones de Van Allen son las zonas situadas alrededor de la Tierra donde nuestro campo magnético atrapa las partículas. El cinturón interior —a unos 3.000 km de altura— está compuesto de protones de más de 30 MeV de energía. Entre los 15.000 km y 20.000 km encontramos el cinturón externo, conformado por electrones muy energéticos —del orden de cientos de MeV— y protones de menor energía. Lógicamente, exponerse al efecto de estas partículas tan energéticas durante un tiempo elevado provocaría la muerte a cualquiera. Todo es malo en exceso, y más la radiación. La clave, por tanto, está aquí en el tiempo de exposición, que no fue lo suficiente para que la radiación fuera dañina. Una vez descubiertos los cinturones por la Explorer 1, la NASA sabía que sometía a sus astronautas a un peligro potencial. Por esta razón dedicó varias misiones a su estudio. Los astronautas de la misión Gemini 10 atravesaron la anomalía magnética del Atlántico Sur, una prolongación de los cinturones aunque a menor altura y con menor intensidad. El documento Biomedical Result of Apollo muestra los resultados de los estudios biológicos de las misiones Apolo. El capítulo 3 de este documento, "Radiation Protection And Instrumentation", trata del tema que nos interesa. El primer párrafo del capítulo deja patente la preocupación real de la NASA al respecto:
    La radiación solar y cósmica hallada en el espacio ha sido reconocida desde hace tiempo como un posible peligro en los viajes espaciales. La exposición a tal radiación es una causa potencial de serios problemas médicos. Por ejemplo, la exposición a la radiación puede producir una serie de cambios significativos en varios elementos de la sangre, haciendo a un individuo más propenso a enfermedades; las radiaciones ionizantes del tipo que se han encontrado en el espacio pueden producir también daños importantes en la córnea. La exposición a la radiación puede causar asimismo daños temporales o permanentes en el sistema reproductivo, que pueden ir desde la reducción de la fertilidad hasta la esterilidad permanente. La extensión del daño depende de los tejidos afectados, el tiempo de exposición, la dosis recibida y otros factores.
    El problema que tenemos los seres humanos es que somos malos detectores de las radiaciones ionizantes; podemos haber recibido una dosis mortal y nuestra temperatura casi no ha subido. Por tanto, tenemos todo tipo de aparatos que miden la radiación (alguna vez habrás visto unos polvorones colgados de la solapa de los radiólogos que te hacen las radiografías: son los dosímetros unipersonales). En concreto, se diseñó un dosímetro para medir específicamente la radiación de los cinturones de Van Allen. Pero las radiaciones recibidas por los astronautas no estaban únicamente en esa zona: también se exponían a las partículas de radiación solar, los rayos cósmicos y los de neutrones generados como consecuencia del choque de la radiación solar con los materiales lunares (se observó que esta última fuente de radiación era más baja de lo esperado).
    Para medir la radiación total recibida por los tripulantes de las misiones Apolo, cada uno llevó un dosímetro de radiación personal (PRD) y tres dosímetros pasivos. El PRD medía unos 8 cm, iba situado en todo momento en uno de los bolsillos de las prendas usadas por los astronautas y permitía la lectura de la dosis acumulada en cualquier momento. El tiempo de vida del PRD era de 2.000 horas; su rango de uso estaba entre los 0 y 1.000 rad, con pasos de 0,01 rad; y la masa era muy ligera, 181 g. Los dosímetros pasivos fueron situados en tres zonas de las prendas usadas durante la misión: muslo, pecho y tobillo. Esta situación estratégica permitió conocer las porciones de radiación recibidas en el cuerpo. Disponían asimismo de un contador de radiación (RSM) que les daba una lectura en el momento; además, podía ser usado en caso de emergencia de radiación para buscar la zona del habitáculo de menor exposición. Iban equipados y preparados, eso está claro.
    A partir de estas medidas, en el documento Biomedical Result of Apollo se publica una tabla con las dosis medias de cada misión (imagen 25). Lo primero que salta a la vista es que en las misiones Apolo se tomaron medidas desde el viaje del Apolo 7, lo que quiere decir que sabían que debían recoger datos desde un principio. Podemos ver también que el Apolo 14 fue el que recibió más radiación: 1,14 rad. Las zonas de máxima radiación se atravesaron en menos de una hora. Teniendo en cuenta que las dosis letales son de más de 300 rad, es fácil entender que no existiese un riesgo significativo. Una exposición leve podría provocar secuelas a largo plazo, como el cáncer. Un total de 27 astronautas fueron a la Luna
    Average Radiation Doses of the Flight Crews for the Apollo Misions
    Apollo Mission SkinDose, rads
    7 0.16
    8 .16
    9 .20
    10 .48
    11 .18
    12 .58
    13 .24
    14 1.14
    15 .30
    16 .51
    17 .55
    Imagen 25. Dosis de radiación media de los tripulantes de las misiones Apolo. Fuente: *Radiation Protection and Instrumentation", en Biomedical Result of Apollo, de J. Vernon Bailey.

    (no todos la pisaron); si entre cinco y diez sufren cáncer, no sabremos si ello se ha debido a la radiación recibida o a alguna otra causa. El problema de grandes dosis en poco tiempo no es el cáncer: es la muerte celular. No me gustaría padecerla.
    Lo que pretendo con toda esta información es mostrar que la NASA sabía lo que hacía y que no se presentan datos de manera aleatoria. Lo que me parece más increíble es que los teóricos de la conspiración usen datos de las propias misiones espaciales para demostrar que no se realizaron. Ya he señalado que los cinturones de Van Allen se descubrieron en la misión Explorer 1. Pero fue en las misiones Apolo cuando se tuvo mayor conocimiento de su naturaleza. Si las misiones Apolo no atravesaron los cinturones, ¿cómo pueden conocerse tan bien sus niveles de radiación? ¡Incoherencias de la conspiración!
    Desmentida: Las radiaciones absorbidas por los astronautas no fueron en absoluto letales debido al breve tiempo de exposición al que se sometieron.
    Hipótesis 37.
    La propia NASA sostiene que una gran erupción solar es un peligro para los astronautas que puedan viajar a Marte: ¿por qué no afectó a los que fueron a la Luna?
    Las erupciones solares pueden ser un peligro para las misiones de larga duración y representaron cierto riesgo para las misiones Apolo. Pero estas misiones no partieron en una fecha arbitraria. Comencemos aprendiendo algo acerca de las erupciones solares.
    Las erupciones solares son tremendas y violentas explosiones que ocurren en la atmósfera solar equivalentes a millones de bombas de hidrógeno. Estas erupciones aceleran los electrones, protones e iones a velocidades muy cercanas a la de la luz y generan radiación electromagnética de gran parte del espectro electromagnético. Al estar relacionadas con las manchas solares, el número de erupciones depende íntimamente del ciclo de actividad solar, que dura 11 años de media. En la zona de máxima actividad pueden darse varias erupciones al día, pero en la zona de mínima actividad puede pasar una semana sin que ocurra ninguna.
    En las misiones Apolo, los expertos analizaban continuamente el estado del Sol (hay que tener en cuenta que el fenómeno se conoce desde el siglo XIX). Actualmente se estudia la actividad de manera continua mediante la sonda SOHO (Solar and Heliosferic Observatory), en funcionamiento desde 1996. La mancha solar NOAA 720 originó la famosa erupción del 20 de enero de 2005. Fue una explosión de la clase X, la más poderosa posible. En la Tierra nadie resultó afectado, pues nuestro campo magnético nos protege (aunque los satélites artificiales sí pueden verse afectados por estas irrupciones electromagnéticas). Pero en la Luna la protección no es posible, por falta del campo magnético y de la atmósfera. Es aquí donde empieza el dilema, muy relacionado con la hipótesis de los cinturones de Van Allen. Si la erupción de 2005 hubiera sorprendido a algún astronauta en la Luna, podría haber tenido algunos problemas. Veamos cuáles. La muerte sobreviene si se reciben de una sola vez más de 300 rem (la unidad rem se usa para cuantificar los daños biológicos de la radiación en el cuerpo humano). El ADN tiene mecanismos de defensa para reconstruirse en caso de daño por radiación: si los 300 rem se reciben en plazos largos, tiene tiempo de reaccionar. La radiación absorbida sería de unos 50 rem. En un principio no habría notado nada, al cabo de unas horas podría sentir náuseas y vómitos, pero en ningún caso habría sido mortal.
    Los astronautas de las misiones Apolo sabían que corrían el riesgo de ser sorprendidos por una potente erupción solar pero, al durar las misiones unos diez días, el riesgo era mínimo. El problema de los viajes a Marte es que durarían años y la probabilidad de sufrir los efectos de alguna erupción importante se elevaría sorprendentemente. Durante los años que duró el programa lunar hubo una importante erupción solar, en agosto de 1972. La tripulación del Apolo 16 había llegado a la Tierra en abril, mientras que los astronautas del Apolo 17 se entrenaban para el alunizaje de diciembre de ese año. Aquella tormenta solar fue muy superior a la de 2005. Francis Cucinotta, empleado de la NASA en el Johnson Space Center para cuestiones sanitarias relacionadas con la radiación, afirma que la erupción de 1972 podría haber significado una radiación de 400 rem para un astronauta que se hallara en la superficie de la Luna. Pero aun así no habría sido mortal. La razón es evidente: los astronautas no se iban a quedar sentados en una roca esperando la llegada de la tormenta solar. Lógicamente, habrían ido hacia el módulo de comando, cuyo casco de aluminio habría disminuido la dosis a 35 rem. Todo es cuestión, por tanto, de dos factores: protección y predicción.
    Para la protección, el blindaje. El blindaje de las naves espaciales se mide en unidades de densidad de superficie. Un traje espacial tiene una densidad de 0,25 g/cm2, la densidad del módulo de comando del Apolo oscilaba entre los 7 y los 8 g/cm2. Sin embargo, el transbordador espacial tiene de 10 a 11 g/cm2. Así que es mejor estar dentro del habitáculo en tiempo de tormenta, igual que nos quedamos en casa en las oscuras y melancólicas tardes lluviosas de otoño.
    Y de la predicción ya he hablado: conociendo el número de manchas solares podemos determinar la probabilidad de encontrarnos con una incómoda erupción solar.
    Desmentida: Las misiones tripuladas a la Luna duran sólo unos días y el riesgo de erupción solar queda minimizado. Además, el Sol está siendo observado constantemente y se puede saber cuándo es más probable que haya erupciones.
    Hipótesis 38.
    La NASA puso en cuarentena a los astronautas tras el supuesto viaje a la Luna para lavarles el cerebro: ¿por qué, si no, una cuarentena tan larga?
    La primera frase resalta por su incoherencia y ridiculez. ¿Lavarles el cerebro unos días después del supuesto viaje ¿Acaso no tuvo la NASA tiempo más que suficiente para hacer eso durante los años que duró el programa Apolo? Si no fueron a la Luna, ¿por qué se les lavó el cerebro durante el supuesto viaje? ¿Aún hoy les dura el lavado de cerebro?
    Una vez más, este tipo de argumentos no son tales: son afirmaciones hechas a la ligera que se caracterizan por su falta de rigor en la investigación. La web de la NASA Life Sciences Data Archive es un lugar de acceso público donde se divulgan los resultados de experimentos en el espacio relacionados con los seres humanos, animales y plantas. Incluye una amplia gama de artículos como producto de investigaciones desde el Proyecto Mercurio (1961), y puede encontrarse, por ejemplo, en el ya citado libro Biomedical Result of Apollo. El capítulo 1 de la sección V ("El programa de cuarentena lunar") es una descripción detallada de cómo y por qué tuvo lugar la cuarentena.
    A raíz de este documento, podemos hablar acerca de las razones y el proceso de cuarentena seguido por los astronautas. En 1963, tras una reunión de la Space Science Board of the National Academy of Sciences, se recomendó a la NASA que se estableciera un programa de cuarentena con los materiales y personas que regresaran de la Luna. El protocolo a seguir sería responsabilidad de la NASA y del recién formado Interagency Committee on Back-Contamination (ICBC), un comité que estaba constituido por la Academia Nacional de Ciencias y representantes del Servicio de Salud Pública, el Departamento de Agricultura y el Departamento de Interior. Los objetivos marcados por el comité eran tres:
    • Proteger la salud pública, la agricultura y otras fuentes de vida.
    • Proteger la integridad de las muestras lunares y de los experimentos científicos.
    • Garantizar que los aspectos operativos del programa fueran lo menos comprometidos posibles.
    Lo que suele llamarse cuarentena es en realidad la tercera fase de un programa de retorno de la Luna para evitar una posible contaminación, y tenía lugar en el Laboratorio de Recepción Lunar (LRL) del Johnson Space Center. La razón principal de la NASA para realizar la cuarentena es que los astronautas podían haber traído algún agente biológico extraterrestre. "Aunque la posibilidad de descubrir la existencia de un sistema de vida era considerada remota, no podía ser ignorada", puede leerse con toda su lógica en el documento citado más arriba. En caso afirmativo, y sin cuarentena, las consecuencias podrían haber sido devastadoras ante un microorganismo desconocido. Realmente había un desconocimiento completo de qué se iban a encontrar a la vuelta. Además, las cuarentenas no fueron tan largas como suelen afirmar los conspiranoicos. Las operaciones básicas consistían en registrar la temperatura oral y el pulso. La cuarentena se realizó con ligeras diferencias en las misiones Apolo 11, 12 y 14 (recordemos que la misión Apolo 13 no llegó a alunizar) y duraron 21 días, un plazo razonable para superar el período de incubación de cualquier enfermedad, al menos de los agentes patógenos más virulentos conocidos. El día vigésimo primero se sometían a un examen completo. Al ver que no se corría peligro, las cuarentenas se suprimieron en las misiones Apolo 15, 16 y 17.
    Las muestras lunares traídas a la Tierra se sometían también a cuarentena y se devolvían tras un examen para asegurar que los equipos de investigación que las analizaran posteriormente no correrían peligro alguno. El período de aislamiento de las muestras estaba entre 50 y 80 días, en función de los resultados de las pruebas biológicas.
    Desmentida: La cuarentena se efectuó para controlar la posible entrada de vida extraterrestre microscópica desconocida; la duración se estableció según el período de incubación de las enfermedades más virulentas conocidas en aquel momento.

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    El Hombre llego a la luna en el 69??? - Página 6 Empty Re: El Hombre llego a la luna en el 69???

    Mensaje por Ursssukoy Lun Dic 20, 2010 8:04 pm

    Hipótesis 39.
    Michael Collins se afeita en el espacio y llega a la Tierra con bigote.
    Cuando me dispuse a redactar este libro me obligué a realizar una criba y elegir sólo 50 hipótesis para no hacer la lectura interminable. Poco tiempo antes de dar por concluida la redacción, me encontré con la curiosa y amena página de Lalo Márquez Sobrenatural.net. En ella se analizaban los desvaríos que Lalo había escuchado en un programa de radio de la ciudad de Mexicali, en el Estado de Baja California, México. En ese programa uno de los locutores, Norman Mohre, dijo con total convicción: "Tengo la grabación, y la mostré, donde Collins se está rasurando el bigote en el espacio y llega con un bigotazo a todo dar…”.
    Esta hipótesis jamás la había escuchado antes y me sorprendió, así que inicié una búsqueda fallida de más información al respecto (tengo que reconocer que soy pésimo googleando). Ante mi deprimente derrota, me atreví a escribirle un correo electrónico a Lalo Márquez y me contestó rápida y amablemente: él tampoco había oído hablar jamás de esa triste hipótesis. En su web, Lalo hace una apreciación más que evidente: por un lado, Collins partió ya con una ligera sombra en la zona del bigote (véase la foto AP11-69-H- 1127) y durante el recorrido de ida hacia la Luna se afeitó cubriéndose la zona mencionada (en el vídeo se ve con total claridad).
    Esta es la razón por la que se le ve un tímido bigote (y no un bigote enorme) en las fotos en las que aparece hablando con Richard Nixon desde la zona de cuarentena (véase, por ejemplo, AP11-KSC-69PC-429). En palabras de Lalo:
    La misión Apolo 11 despegó de la Tierra el 16 de julio y regresó el 24 de julio, es decir, son nueve días para cambiar de look si se desea dejar crecer el bigote. No fue que se rasurara el bigote en el espacio y al día siguiente ya estaba de regreso en la Tierra.
    Y no hay más: si al hombre le apetecía volver con algo más de bigote, ¿por qué iba a dejar de hacerlo? ¿Para evitar habladurías entre conspiranoicos?. No creo que sea difícil de entender.
    Desmentida: Michael Collins tenía bigote por la sencilla razón de que pasaron nueve días desde que partió y, cuando se afeitó, no se rasuró la zona debajo de la nariz.

    Bulos, mitos y leyendas urbanas
    La propia conspiración lunar es una leyenda urbana, un mito cazado, como dirían los autores de Cazadores de mitos. Alrededor de este mito hay otras leyendas urbanas que andan por los periódicos, las televisiones, las radios o Internet: la credulidad del ser humano no conoce límites.
    Hipótesis 40.
    La astrónoma Maria Blyzinsky, del Real Observatorio de Greenwich, afirma que en la Luna no hay atmósfera y, por tanto, las estrellas deberían ser mucho más visibles que en la Tierra, lo cual, sin embargo, no se aprecia en las fotografías.
    Esta es una de las historias más curiosas con las que me he encontrado: una leyenda urbana que ha ido corriendo de boca en boca sin confirmar las fuentes. Santiago Camacho, el divulgador de la conspiración que presenté en el capítulo 2, hace el ridículo (pues el tono en que presenta la hipótesis es de total conformidad) en el artículo publicado en El Mundo y citado con anterioridad, cuando hace referencia a las fotografías:
    La más curiosa de ellas es la que destaca Maria Blyzinky [sic], directora de astronomía del Observatorio de Greenwich (Londres). A falta de una atmósfera que entorpezca el paso de la luz, en la Luna las estrellas deberían ser totalmente visibles. Pues bien, en las imágenes tomadas por los astronautas no aparece una sola estrella. En todas las instantáneas el firmamento presenta un profundo e invariable color negro. (El Mundo, 10 de noviembre de 2002)
    El error de Camacho es irrisorio hasta el punto de que copia mal el apellido de la astrónoma. Falta una "s", errata que se propaga como la peste entre las páginas conspiranoicas. Es curioso, este texto publicado en El Mundo forma parte también del libro de Camacho 20 grandes conspiraciones de la historia, en concreto en el capítulo "El fraude del Apolo".
    La hipótesis de las estrellas ha sido ya refutada (hipótesis 19) desde el punto de vista científico y técnico en muchas ocasiones, así que es verdaderamente extraño que una científica cayese en este craso error. Por esta razón, multitud de científicos e investigadores serios se dispusieron en su momento a buscar a esta buena mujer que no tenía culpa de nada, pues era imposible que una astrónoma en su sano juicio se atreviese a emitir tal afirmación.
    Maria Blyzinsky trabajó en el Observatorio Real de Greenwich como conservadora de astronomía y en 2009 es directora de exposiciones en el National Maritime Museum and Queen´s House en Greenwich. Alberto Matallanos, de la magnífica web Intercosmos, escribió un correo a Blyzinsky para comprobar la autenticidad de la cita, y esto fue lo que recibió como respuesta:
    Estimado Alberto Matallanos,
    Muchas gracias por su correo electrónico. Sí, encuentro muy divertido lo de la cita acerca de las misiones Apolo porque recibo habitualmente cartas de fans sobre ello. Hace unos años, el Museo escribió a la web pidiéndoles la retirada de la cita pero nos ignoraron. Me temo que éste parece ser el camino por el que se desarrollan las historias sobre conspiraciones, por el mal periodismo y la mala investigación.
    Trabajé en el Observatorio Real de Greenwich durante cinco años como conservadora de astronomía, lo que significa que era una especialista en historia de la astronomía y conservaba la colección astronómica histórica (por ejemplo, astrolabios, relojes de Sol, etc.). El Observatorio ha formado parte del Museo Marítimo Nacional desde los años 50. No se trata de un observatorio en funcionamiento.
    No recuerdo haber sido consultada acerca de las misiones Apolo. No habría estado capacitada para responder a tales preguntas y habría preferido que me hubieran pedido información sobre el observatorio en activo, cuya sede estaba entonces en Cambridge.
    Atentamente, Maria Blyzinsky, directora de exposiciones National Maritime Museum and Queen's House, Greenwich, Londres, SE10 9NF.

    El astrónomo jefe del Observatorio Real de Greenwich, Robert Massey, está ya algo harto de la cita y sus consecuencias. El riguroso periodista de investigación Luis Alfonso Gámez ofrece en su blog Magonia unas palabras que recibió de Massey:
    La cita es falsa. Maria no sabe de dónde ha salido; pero no representa de ningún modo la postura oficial del Observatorio ni su punto de vista personal. El personal del Observatorio Real de Greenwich dedica mucho tiempo a refutar afirmaciones de los promotores del fraude lunar y de otros pseudocientíficos. Todo esto demuestra probablemente cómo se propagan las ideas por Internet y la tarea casi imposible a la que nos enfrentamos a la hora de convencer a la gente de que algunas de esas ideas pueden no ser ciertas.
    Supongo que a estas alturas ya te habrás dado cuenta: la cita es falsa, es un invento de algún conspiranoico que se ha difundido con rapidez. A pesar de ello, sus autores no se retractan, lo que indica la confianza que se puede tener en ellos.
    Desmentida: Aunque la astrónoma existe, la cita es falsa, pues ha sido desmentida por ella misma. Además, el Observatorio no funciona como tal desde 1998.
    Hipótesis 41.
    Hay un vídeo secreto de la NASA que circula por Internet en el que se ve cómo se cae un foco del atrezzo, demostrando así que todo es un montaje.
    Son escasas las leyendas urbanas de fuente conocida. Éste es uno de esos casos. El vídeo al que se refiere esta hipótesis ha sido colgado repetidamente por muchos usuarios en Youtube sin fijarse en la fuente original. Es triste ver en los comentarios cómo la gente se lo toma como algo real; es más, he visto cómo personas muy cercanas a mi entorno lo anuncian como una clara prueba de la conspiración lunar.
    El vídeo muestra a un astronauta descendiendo de una escalera con el mismo ángulo de grabación que en el vídeo real. De repente, un foco cae al suelo y aparecen cinco personas para arreglar el desbarajuste. Cuando el astronauta empieza a subir de nuevo las escaleras, se escucha al pseudo-Neil decir: "Lo siento, Sr. Gorsky", lo cual indica claramente que el vídeo es un auténtico fraude, si recuerdas lo que dije en la Introducción sobre el tal Sr. Gorsky.
    Este vídeo fue difundido por la desaparecida página moon-truth.com; afortunadamente, hay una copia en caché y puede aún visitarse. El index de la página responde a una serie de preguntas antes de mostrar el vídeo:
    • ¿Es real? Sí. Este cortometraje fue rodado en un estudio y está pensado claramente para simular el alunizaje del Apolo 11. Se presta especial atención a los detalles. La intención obvia es engañar a los espectadores para que crean que es real.
    • ¿Es concluyente? No. No hay ninguna prueba de que, porque fuese filmado en un estudio, el alunizaje tenga que ser necesariamente falso. Pero sabemos que el cortometraje original fue destruido y que algunas personas (peligrosas) están muy enfadadas porque se ha filtrado este vídeo.
    • ¿Cómo lo conseguimos? No lo conseguimos directamente de una fuente de la NASA. Nuestra fuente estaba lo suficientemente bien situada como para responder acerca de la autenticidad del cortometraje, y tenía vínculos con los creadores de dos documentales recientes, uno para la BBC y otro para la CNN, sobre la conspiración del alunizaje. No podemos revelar su identidad y probablemente nunca será posible hacerlo. Su posición es más peligrosa de lo que puedas imaginar.
    • ¿Por qué no ha aparecido antes? El cortometraje ha sido enterrado durante más de 30 años. Todos los originales, excepto éste, fueron destruidos. Lo hemos tenido durante más de dos años y durante este tiempo nos han abordado (de forma anónima) la mayoría de los propietarios de las grandes cadenas de televisión para la compra de derechos. Todos, sin excepción, estaban interesados y propusieron comprarlo. En un momento dado, también sin excepción, cambiaron de opinión y empezaron a tratar de averiguar quiénes éramos. Entonces dejamos de tratar con ellos. Fue infernalmente terrorífico.
    • ¿Cómo, cuándo y dónde se realizó? Se realizó en 1965, a juzgar por la cámara de grabación, una Ikegami Tube Camera. Tenemos pruebas de que el cortometraje fue rodado fuera de EE UU, posiblemente en Europa, por un equipo extranjero.
    • ¿Quién está en el interior del traje? No es el astronauta de verdad. De hecho, ellos ignoran totalmente que este vídeo se rodó. El hombre que lleva el traje es un actor llamado Symond Lewis.
    • ¿Por qué está en Internet y no en la televisión? Véase el punto 4.
    • ¿Cuál es la reacción de la NASA ante este vídeo? Han rehusado comentarlo. Pero hemos oído recientemente que están avanzando en sus esfuerzos de una campaña de relaciones públicas para convencernos de que los alunizajes del Apolo tuvieron lugar.

    Este vídeo es —ya te habrás dado cuenta— más falso que un billete de 11 euros. Una mente simple queda subyugada creyendo el engaño; y si tú te lo has creído, sigue leyendo. Justo al pie de la página se puede leer: "Hacer clic aquí para ver el vídeo" (te lleva al vídeo); "Y hacer clic aquí para descubrir que lo anterior es mentira". Pero, claro está, ya sabemos que las mentes sugestionables no están interesadas en leer la letra pequeña. El segundo clic nos enlaza con otra página titulada: "Cortometraje del alunizaje del Apolo 11. La historia completa". Bajo el marco del vídeo se pueden leer tres frases que lo dejan meridianamente claro:
    • El vídeo es falso.
    • No es un cortometraje filtrado de una cinta de la NASA de alto secreto.
    • Se realizó en un estudio por diversión y para entretener a webhead como nosotros.
    Y a continuación se relatan los motivos y procedimientos del vídeo. El cortometraje se filmó en un estudio de Londres en la primavera de 2002. Se basaba en una idea del director, Adam Stewart, que había leído algo sobre la teoría de la conspiración y quería hacer una parodia al respecto. Según dice la página —aunque no he podido comprobarlo—, Stewart murió el 28 de agosto de 2002. Trabajó en campañas virales, y entre sus vídeos más famosos se encuentra uno de un hombre inflando una barca al que le explota la cabeza cuando un niño se tira sobre la zona hinchada. No debes ser un zorro para saber que se trata de un fraude o fake. El vídeo fue producido por The Viral Factory, una empresa dedicada al marketing viral. Si no sabes demasiado sobre las campañas virales se puede resumir rápidamente en pocas palabras: se desarrolla el despliegue de una campaña publicitaria por el boca a boca. La idea es situar la campaña en un lugar estratégico para que circule rápidamente por los correos electrónicos, los foros y las redes sociales. Es más efectivo que poner un millar de grandes carteles en vallas publicitarias que ya nadie mira por exceso de información y por los cambios en las conductas sociales. La mayoría de las historias que se cuentan en estas campañas virales muestran imágenes manipuladas para que parezcan realidad.
    Como buen fake, el vídeo sigue propagándose hoy por correos electrónicos y bitácoras. No es extraño que de vez en cuando reaparezca en manos de algún iluminado que afirma orgulloso que ha encontrado un vídeo secreto de la NASA que estuvo oculto durante más de 30 años. Los propios creadores del vídeo reconocen que con su grabación quisieron alimentar, además, las teorías de la conspiración porque les hacían gracia. Mi opinión es distinta: el vídeo puede ser gracioso, pero hace daño a la ciencia y la tecnología cuando la gente con poco espíritu crítico se lo toma en serio.
    Desmentida: El vídeo se colgó en la desaparecida página moon-truth.com y se trata de un fake dirigido por Adam Stewart, director especialista en campañas virales.
    Hipótesis 42.
    El documental Operación Luna desenmascara todo el engaño.
    Jamás me he divertido tanto como con este documental. En realidad, más que el documental —he de reconocerlo—, lo que me gustó fue la historia que me hizo conocerlo a fondo. Una persona —se dice el pecado pero no el pecador, que no quiero malos rollos con nadie— lo distribuyó entre un amplio grupo de alumnos. Tengo la costumbre de decir a mis alumnos que me busquen bulos, leyendas o mitos. Un buen trabajo de ciencias es que traten de averiguar la veracidad de estas leyendas ellos mismos, pero acostumbran a presentármelas para ver si les saco del entuerto y les doy la solución mascada. Y suelen equivocarse, porque mis respuestas son preguntas. Ya he perdido la cuenta de las veces que han acudido a mí con un vídeo de Uri Geller doblando cucharas, y no son pocos los que han descubierto que no se trata de ninguna capacidad mental fuera de lo normal.
    Así que el documental me vino de la mano de un alumno, en un DVD que tenía escrito algo que no recuerdo (“El falso alunizaje”, “El engaño de la NASA” o alguna extravagancia por el estilo). Cuando empecé a verlo mi cerebro no podía creer lo que mis ojos veían y mis oídos escuchaban. Un tropel de supuestas personalidades afirmaban cosas sin sentido que ponían en evidencia el alunizaje del Apolo 11 en un discurso delirante. Tenía que existir algún tipo de truco, aquello era imposible, el director de aquel documental debía haber amañado las voces de los participantes o yo me estaba volviendo completamente loco. Era inverosímil que una persona en su sano juicio creyese aquella cantidad de patrañas y manipulaciones. Así que se lo dije a mis alumnos: "Debemos llegar al fondo de la cuestión". Lo hicimos, y nuestra búsqueda obtuvo éxitos reconfortantes.
    Hablemos primero, brevemente, de la trama en la que nos introduce el documental. Este presenta la descabellada hipótesis de que Richard Nixon habría sido el impulsor de un meticuloso plan para engañar al mundo con el alunizaje del Apolo 11 en 1969. El documental muestra imágenes de archivo para reforzar la credibilidad. Al parecer, Stanley Kubrick habría dirigido la grabación del falso viaje a la Luna. En aquella época Kubrick estaba muy de moda, pues acababa de dirigir 2001, una odisea en el espacio (1968). En el documental se dice que la NASA tomó muchas ideas de la película de Kubrick, como algunos detalles de los trajes espaciales y el diseño de las naves, y que Kubrick acabó recluido en su casa por miedo a ser asesinado por la CIA. Todo se sostiene con los sorprendentes testimonios de Donald Rumsfeld (ex-secretario de Defensa), Henry Kissinger (ex-secretario de Estado), Richard Helms (ex-director de la CÍA), Buzz Aldrin y su mujer, la viuda de Stanley Kubrick y varios trabajadores de la NASA. Las declaraciones aparecen descontextualizadas por completo, se ve a los entrevistados hablar y hablar unos detrás de otros sin escuchar las preguntas que se les hacen.
    Se cuentan cosas tan absurdas como que 700 trabajadores de Hollywood montaron los decorados de la ignición del Saturno V, que Neil Armstrong se retiró a un monasterio tras el viaje y que Nixon grabó un mensaje a la nación por si los astronautas morían. Se presentan las hipótesis que hemos estado viendo en este libro: la bandera, la pisada, la temperatura de la Luna, las luces y sombras, etc. Incluso se muestra una foto de Kubrick en el supuesto suelo lunar.
    Pero te estarás preguntando dónde está el truco: la respuesta viene en seguida. En la página web de ARTE, productora del documental, puede leerse una entrevista con William Karel, el director.
    Abel Fuentes López, colaborador de la página web Intercosmos ha traducido la entrevista y Alberto Matallanos la ha colgado en dicha web:
    PREGUNTA: ¿Cómo se le ocurrió la idea de realizar un falso documental, más próximo a la comedia que a las películas serias que ha hecho usted hasta la fecha?
    WILLIAM KAREL: Yo acababa de hacer una película sobre Hollywood totalmente basada en mentiras [Hollywood, emitida por ARTE en la serie Voyages, voyages]. Hablé con la unidad de documentales de ARTE Francia y les dije: "¿Por qué no hacemos un documentira, según la terminología de Agnés Varda, para contrarrestar un poco el lado demasiado serio de ARTE, y también para divertirnos?" Porque el objetivo primero era divertir, rodar una película extraña para hacer ver que no hay que creer todo lo que se nos cuenta, que se puede hacer mentir a los testigos, falsificar los archivos y tergiversar cualquier tema a base de falsedades. Buscamos un tema a la vez universal e histórico y que no fuese tan delicado como un asesinato o una guerra. Y pensamos en las imágenes de los primeros pasos del hombre sobre la Luna. El tema se prestaba bien a nuestras intenciones: hace ya 30 años que hay un debate sobre la realidad de estas imágenes. Godard fue el primero que apareció en el informativo de TF1 diciendo: "Este directo es una farsa". Y esas dudas son apoyadas por hechos reales: Aldrin se hizo alcohólico, Nixon no asistió al lanzamiento del cohete, los astronautas hicieron decenas de miles de kilómetros para quedarse solamente tres horas sobre la Luna... Veíamos, pues, que se trataba de un tema bastante curioso.
    PREGUNTA: ¿Cómo procedió con los protagonistas de la película? ¿Cómo les convenció para que entrasen en el juego?
    WILLIAM KAREL: ¡Ninguno entró en el juego! No pusimos a ninguno de los testigos reales sobre aviso: ni a la gente de la NASA, ni a Aldrin, ni a la mujer de Kubrick, ni al hermano de ésta. Simplemente hay siete actores a los que se les dio un guión y que hacen de testigos. Las imágenes de los consejeros de Nixon provienen de la película Los hombres de la Casa Blanca. Utilizando convenientemente sus testimonios, bastaba con tener un testigo falso, en este caso una secretaria de Nixon, para que hiciese de enlace y consiguiese que la historia fuese creíble. A los verdaderos testigos les dijimos que estábamos rodando una película sobre Kubrick, sobre sus películas, sobre la Luna o sobre la NASA y les hacíamos preguntas un poco vagas...
    PREGUNTA: Más allá del ejercicio de estilo, ¿su película no es también una denuncia del sistema vigente, una forma de cuestionar nuestra información a través de las imágenes?
    WILLIAM KAREL: En el caso de la Luna, si no hubiesen existido imágenes no habría habido acontecimiento. Y además, el cine influye sobre la actualidad. Ha habido una puesta en escena de la toma de Iwo Jima, las fotos de la toma del Reichstag, el desembarco de los norteamericanos en Somalia repetido dos o tres veces para las cámaras de cine... Y durante la Guerra del Golfo, o la más reciente de Afganistán, vimos tres o cuatro luces verdes y ni una imagen verdadera... Pensé que era interesante mostrar la importancia de las imágenes, o de la ausencia de imágenes, en un acontecimiento.
    PREGUNTA: En un momento en que la actualidad se une a la ficción en las imágenes de los atentados del 11-S, ¿cómo piensa usted que va a ser recibida su película?
    WILLIAM KAREL: No lo sé. Hicimos la película para divertirnos y para tratar de divertir al espectador. Nuestro productor había ofrecido la película a la BBC, que la encontró muy interesante pero la consideró parte de una supuesta campaña antinorteamericana en los documentales franceses. Me divertí sacando de contexto los discursos delirantes de Rumsfeld, pero no concebí en absoluto la película como algo malo. Y quise evitar por todos los medios el lado "revisionista". En ningún momento decimos que Armstrong no caminó sobre la Luna. Simplemente lanzamos la hipótesis de que Estados Unidos habría querido protegerse en caso de que no tuviesen imágenes de los primeros pasos. ¿En qué momento comienza a dudar el espectador? ¿En qué momento descubre el secreto? Esa cuestión es realmente una incógnita, por lo que pusimos esa parodia al final de la película, por si acaso hay realmente alguien que todavía se lo cree.

    Si has leído la entrevista entera supongo que lo tendrás todo bien claro. Se trata de un falso documental, un género poco conocido pero más habitual de lo que solemos creer. La prueba más evidente de que nos hallamos ante un falso documental es la propia entrevista a Karel, pero hay algo más interesante. Se trata de un ingenioso guiño a los seguidores de Kubrick; algunas de las personas que aparecen hablando tienen nombres de personajes de películas, entre ellas, algunas del carismático cineasta: Jack Torrance (actor en El resplandor), David Bowman (encargado de los efectos especiales en 2001, una odisea en el espacio), Dimitri Muffley (los presidentes estadounidense y soviético en Teléfono rojo, volamos hacia Moscú), María Vargas (personaje de Ava Gardner en La condesa descalza), Eve Kendall (personaje de Eva Marie Saint en Con la muerte en los talones) y Ambrose Chapel (centro de espionaje en El hombre que sabía demasiado). Incluso aparece un rabino judío con el nombre de W. A. Koenigsberg, el verdadero apellido de Woody Allen.
    Hay más cosas, como las enormes incongruencias que se cuentan y muestran. Neil Armstrong no se retiró a ningún monasterio. No abandonó la NASA hasta 1971, y entonces comenzó a trabajar como profesor de Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de Cincinnati, donde dio clases hasta 1979. Después de este período no desapareció sino que siguió trabajando en empresas de tecnología. No ha dejado de dar conferencias sobre las misiones Apolo desde que se retiró. Otra curiosa incongruencia es la de la fotografía de Kubrick. En realidad, se trata de la foto de familia de Charles Duke (Apolo 16) a la que hicimos referencia en la hipótesis 26. La fotografía que aparece en la cinta de Karel está forrada con plástico, es exactamente igual que la de Duke, tiene el mismo suelo e incluso se ve una pisada. La única diferencia es que se ha eliminado la familia de Duke para poner en su lugar el rostro barbudo del cineasta, sin que el plástico muestre ningún brillo. En AJLS puede leerse lo siguiente:
    Duke también dejó una fotografía forrada con plástico sobre la superficie lunar en la que salen él, su mujer Dot y sus dos hijos Charlie y Thomas.
    Como en otros casos, hay personas que siguen viendo el documental sin reparar en que se trata de una broma pesada (hasta la han llegado a emitir el día de los Santos Inocentes en algunos países). Sólo al ver los créditos al final queda patente que es un falso documental. Aparecen tomas falsas de, por ejemplo, personajes que bromean acerca de que han olvidado su guión con una música de fondo claramente cómica. Incluso se puede leer en el reparto el nombre verdadero de las personas que han interpretado los papeles ficticios de Bowman, Vargas, Torrance, etc. Es evidente la naturaleza falsa del documental: si te queda alguna duda, lo mejor es que lo busques y veas con tus propios ojos.
    Desmentida: Operación Luna es un falso documental de William Karel producido por ARTE, que ha sido declarado como tal por el propio director.
    Hipótesis 43.
    ¿Por qué sólo se ha ido una vez a la Luna?
    Empecemos recordando que no se ha ido sólo una vez: los seres humanos hemos visitado nuestro satélite hasta en seis ocasiones, tal como se cuenta en el capítulo 1. Afirmar que sólo se ha ido una vez a la Luna es una muestra de incultura y de desconocimiento pleno de nuestra historia más reciente. Es un nuevo caso de carencia total en la investigación.
    Las misiones que han llevado astronautas hasta la superficie lunar han sido: Apolo 11, 12, 14, 15, 16 y 17. Ya dijimos que la misión Apolo 13 no pudo alunizar debido a una serie de problemas técnicos. En total han pisado la Luna 12 hombres, lo que se explica a fondo en el capítulo 2. El último, un tocayo del que suscribe, fue Eugene Cernan, comandante del Apolo 17, en 1972 (véase la imagen 6).
    La pregunta que cabe hacerse entonces es: "¿Por qué no se siguió yendo a la Luna?" A principios de la década de 1970 la NASA sufrió un importante recorte presupuestario: para los políticos, el programa lunar ya no era prioritario. Se había conseguido traer suficientes muestras de tierras selenitas para que los científicos se entretuvieran durante años en los laboratorios, se había logrado vencer magistralmente a los soviéticos en la carrera espacial, el poder mediático creado por el primer viaje era insuperable y ya no se mantuvo la expectación ante el resto de lanzamientos. Tanto es así que poca gente que recuerda el lanzamiento del Apolo 11 conserva en su memoria alguna imagen del resto de misiones. El descenso en los presupuestos fue tal que se cancelaron las misiones Apolo 18, 19 y 20. En realidad, el Apolo 18 se destinó finalmente a otros menesteres, como ya señalamos en el capítulo histórico.
    A pesar de ello, la NASA siguió con sus misiones espaciales pero con la mirada puesta en otros objetivos. Justo después de las misiones Apolo, la NASA se embarcó en el Skylab, un laboratorio espacial en órbita terrestre. Más tarde el interés se centró en las lanzaderas espaciales y en la Estación Espacial Internacional. Sin contar con la multitud de sondas enviadas a distintos planetas, como Venus, Mercurio o Marte. A la pregunta: "¿Por qué no se ha vuelto a la Luna?", yo respondo: "¿Y por qué se iba a volver?" En los últimos años la NASA ha comunicado en varias ocasiones su interés por volver a la Luna en un futuro no demasiado lejano. Sería un lugar perfecto para lanzar desde allí expediciones a Marte.

    Desmentida: Sí se ha vuelto: se ha vuelto seis veces. Si los viajes no continuaron fue por problemas económicos y porque los esfuerzos se centraron en otras misiones.
    Hipótesis 44.
    Los astronautas del Apolo 11: admitieran en una entrevista no haber visto estrellas en el cielo.
    Esta afirmación está de nuevo completamente descontextualizada por el gran artífice del engaño Bart Sibrel. Pero añade algo más, dice que Collins responde a algo que no tenía que haber contestado al afirmar que no recuerda haber visto ninguna estrella. La respuesta de Collins puede parecer extraña e inoportuna si tenemos en cuenta que no bajó a la superficie lunar.
    Este pasaje corresponde a una conferencia de prensa en la que participaron Armstrong, Aldrin y Collins:
    REPORTERO: Tengo dos breves cuestiones que me gustaría preguntar, si me permiten. Mientras estaban realizando ese increíble paseo lunar, ¿encontraron que la superficie era igualmente firme en todas partes o pudieron detectar la existencia de lugares más duros y blandos? Y segundo, cuando miraban al cielo, ¿podían ver realmente las estrellas en la corona solar a pesar del brillo?
    ALDRIN: Sobre la primera parte de su pregunta, la superficie variaba en espesor en algunas zonas planas [...].
    ARMSTRONG: Nunca fuimos capaces de ver estrellas desde la superficie lunar o en el lado iluminado de la Luna a simple vista sin mirar a través de los aparatos. No recuerdo, durante el tiempo en que estuvimos fotografiando la corona solar, qué estrellas podíamos ver.
    ALDRIN [en realidad es COLLINS, hay un error en la transcripción]: No recuerdo haber visto ninguna.
    (The First Lunar Landing as told by tbe Astronauts: Armstrong, Aldrin, and Collins in a Post-flight Press Conference, 1989)
    La pregunta del reportero era completamente vaga. Al hablar de "corona solar", Armstrong interpretó rápidamente, y con todo derecho, que se refería a unas fotografías que tomaron de la corona solar (puedes consultar, por ejemplo, la AS11-42-6179 en LPI). Ésta sólo es visible en los eclipses. Collins dice no recordar haber visto ninguna estrella, pero continúa la frase de Armstrong: es decir, no recuerda haber visto ninguna en la corona solar desde el módulo de mando.
    Desmentida: Los astronautas se referían a las estrellas en el campo visual de la corona solar.
    Hipótesis 45.
    Muchos astronautas han muerto misteriosamente; los tripulantes del Apolo 1 fueron asesinados.
    Lo primero y principal: no entiendo qué tiene que ver la muerte de los tripulantes del Apolo 1 con la misión Apolo 11. Pero si el deseo de todo conspiranoico es hablar del tema, adelante. Por muy ruin y mezquino que parezca.
    El 27 de enero de 1967 la tripulación del entonces llamado Apolo AS204 (hoy Apolo 1) sufrió un accidente en una prueba en tierra. Debían simular una cuenta atrás sobre el Saturno 1B, como entrenamiento para el lanzamiento de febrero del mismo año. Tras una demora de casi una hora en el ensayo por problemas sin importancia, se escuchó la voz de los tripulantes gritando: "¡Fuego!" Virgil Gus Grissom, Roger Cahaffee y Eward White murieron a causa de la inhalación de humos y de quemaduras. La tragedia duró 16 segundos y los técnicos de la NASA no pudieron hacer nada. Este accidente produjo una reconsideración de varios factores: sustitución del oxígeno puro por aire comprimido, introducción de materiales ignífugos y diseño de una escotilla que se abriese hacia afuera.
    Buscar conexiones entre siniestros y una posible conspiración es algo que revela la clase de la que están hechos los conspiranoicos. El accidente del Apolo 1 no fue el único del programa espacial. Si lo que insinúan los conspiranoicos es que la NASA asesina a sus astronautas, ¿no habría sido más útil que sufrieran el accidente los tripulantes del Apolo 11 durante la reentrada? Así no habría que lavarles el cerebro durante el período de cuarentena. Al parecer, los rusos también asesinan a sus cosmonautas. Tres murieron por asfixia al reentrar en la atmósfera terrestre en 1971. Este accidente les enseñó a los rusos a poner escafandras a los cosmonautas al regresar de sus vuelos. Pero en la memoria de todos esté tal vez la terrible explosión del Challenger en enero de 1986.
    Tenía yo por entonces 10 años recién cumplidos pero recuerdo a la perfección cómo, apenas un minuto después del despegue, la lanzadera se hizo pedazos y dibujó en el aire dos espesas estelas de humo. ¿Qué tenía la NASA que ocultar en este caso? Efectivamente, nada: fue una terrible catástrofe que conmocionó al mundo.
    Desmentida: No existe una conexión lógica entre los siniestros ocurridos y los viajes a la Luna. El número de siniestros en relación con el de misiones hace que la proporción de accidentes no sea tan elevada.
    Hipótesis 46.
    Los astronautas que han ido a la Luna no conceden entrevistas ni aparecen en actos públicos.
    Esta leyenda urbana fue creada probablemente por Bart Sibrel en su documental Algo extraño sucedió de camino a la Luna. En realidad, los astronautas rehúsan conceder entrevistas a los teóricos de la conspiración debido a las patrañas a las que recurren para retocar vídeos y entrevistas con la intención de tergiversar las afirmaciones hechas por ellos. Es algo lógico y comprensible. Sibrel es conocido por su acoso continuo a los tripulantes de las misiones Apolo para conseguir un reconocimiento del supuesto engaño. Este singular conspiranoico suele usar frases que él mismo ha dicho para confundir a los interlocutores haciendo que parezca que son los astronautas quienes las han pronunciado. Ya he hecho referencia en el capítulo 2 al altercado ocurrido entre Sibrel y Aldrín: el encuentro entre el puño de Aldrin y el rostro del conspiranoico. Para completar la escena habría que añadir que Sibrel (el agredido físicamente) dijo tras la agresión: "¿Captaron eso en la cámara?", y usó el vídeo en la denuncia realizada. Como señalé en ese capítulo, la demanda de Sibrel fue desestimada. La razón es que los testigos afirmaron que Sibrel empujó agresivamente a Aldrin con la Biblia (¿hay sólo un agresor?). Además, el astronauta carecía de antecedentes criminales y Sibrel no sufrió ninguna herida. Robert O'Brien, abogado de Aldrin, afirmó en su momento que Sibrel tiene en su historial una lista de acoso a otros astronautas, como Armstrong, Bean y Worden.
    El caso es que los miembros de todas las misiones Apolo suelen dar conferencias por todo el mundo. Neil Armstrong, por ejemplo, estuvo en España en la Campus Party de Valencia en julio de 2005. Paco Bellido lo cuenta en su blog "El beso en la Luna":
    En el turno de preguntas le hicieron la consabida de qué sintió al pisar la Luna y señaló que, básicamente, él ha sido un ingeniero y piloto, y para los pilotos la parte divertida es el vuelo, la aproximación y el aterrizaje. El famoso primer paso fue la parte fácil de la misión y no tan especial como podríamos pensar.
    Desmentida: Esta hipótesis es simplemente falsa, como demuestran las múltiples crónicas de eventos documentadas en periódicos, libros y todo tipo de documentos oficiales. Además, el testimonio de miles de personas que han acudido a conferencias y leído artículos, entrevistas y libros de los astronautas son razón más que suficiente para dejar en ridículo esta hipótesis.
    Hipótesis 47.
    Algunos investigadores afirman que el hombre nunca ha ido a la Luna.
    Para comenzar, suscribo las palabras de Hernán Toro extraídas del artículo "¿Que el hombre no ha llegado a la Luna?", disponible en su página web personal La página racionalista.
    También hay "investigadores" (así, entre comillas) que proponen que la Tierra es plana. Otros "investigadores" dicen que la evolución biológica es una farsa de la filosofía materialista. Otro "investigador", como el finado Joseph Banks Rhine, fundador de la moderna pseudociencia de la parapsicología, postulaba que Lady Wonder, una yegua, poseía percepción extrasensorial. Otros "investigadores" como Harold Puthoff, Russell Targ, Charles Tart, etc., demostraron "fuera de toda duda" que Uri Geller poseía poderes psíquicos... La cantidad de "investigadores" que han propuesto sandeces es astronómica.
    El argumento de autoridad ha muerto hace mucho: ahí tenemos a la figura de Aristóteles, que se tambaleó frente a las pruebas experimentales de Galileo. Es cierto que el argumento de autoridad sigue vigente, pero a otra escala. Hoy un científico no puede comprobar cada paso que sigue, cada teoría o ley que utiliza. Por eso existen —desde la Revolución científica— revistas especializadas, sociedades científicas y centros de todo tipo que avalan la validez de los resultados obtenidos con los límites correspondientes. La ciencia avanza a pasos de gigante gracias a este sistema eficaz que ha sido capaz de mejorar cada día. Lamentablemente, para quienes consumen engaños a diario es más lógico creer a un puñado de farsantes, extravagantes o conspiranoicos que a toda la comunidad científica, porque parece que una docena de lunáticos que emiten juicios sin control ni referencias han demostrado que el 100% de la comunidad científica es idiota. Jamás un catedrático de una universidad o un director de un museo de la ciencia ha dicho que los alunizajes fuesen falsos. Si esperas que los científicos estén cada día saliendo en televisión para decir que el hombre ha ido a la Luna, puedes echarte a dormir. Tienen cosas más importantes que hacer en lugar de repetir lo evidente.
    Desmentida: Los "investigadores" que afirman que el hombre no ha ido a la Luna no son rigurosos, no se basan en argumentos sólidos y son pocos. Es mucho más numeroso el grupo de científicos, ingenieros e investigadores de verdad que aceptan la realidad de los alunizajes.
    Hipótesis 48.
    Los vídeos de la Luna se parecen misteriosamente a la película de ciencia ficción Capricornio Uno.
    En el capítulo 2 traté este tema muy de pasada y adelanté que es una posible fuente primaria de las ideas de la teoría de la conspiración. Con la intención de analizar esta hipótesis vi la película y me hizo pasar un rato entretenido. Me agrada la ciencia ficción (tal vez porque sé que es ficción), y esta película es pura ficción, aunque la quieran pintar como mensajera de un fraude. En pocas palabras, se cuenta cómo la NASA simula un aterrizaje en Marte (un amartizaje, digamos). Dos meses antes de enviar la misión a Marte se descubre que el sistema de soporte vital habría llevado ineludiblemente a la muerte a los astronautas. Pero en vez de anular la misión, la NASA decide seguir adelante sin informar a nadie. En los últimos momentos de la cuenta atrás, un tipo sospechoso saca a los astronautas de su cápsula. El cohete se lanza y los astronautas son conducidos a un edificio donde está preparado todo el engaño. Allí pasan unos pocos meses haciendo grabaciones de paseos por la supuesta superficie marciana y hablando con la sala de control, donde no saben absolutamente nada de la pantomima. Pero un técnico avispado de la NASA aprecia un desfase temporal entre los datos de telemetría (que vienen de la nave en movimiento) y los de televisión (que vienen de la propia Tierra).
    Las imágenes se parecen sospechosamente a las de las misiones Apolo así que cabe una pregunta: ¿se trata de una coincidencia desafortunada o es la prueba de la conspiración?. En realidad, ni es una coincidencia ni se trata de una conspiración. La cinta data de 1978, nueve años después de que el hombre pisara la Luna y seis después de que las misiones Apolo se extinguieran. Es justificable que el director Peter Hyams quisiera hacer que su película se pareciese lo más posible a la realidad, y por aquel entonces ya se tenían muchas grabaciones e imágenes. El argumento es una teoría conspiranoica muy curiosa, pero peliculera; en realidad, es inconsistente por dos motivos. El desfase entre los datos de telemetría y la señal de televisión habría sido detectada por cualquier observatorio de la superficie de la Tierra (la duración de un viaje de este tipo es de varios meses). En segundo lugar, el tamaño del módulo de descenso es demasiado pequeño y frágil: muy parecido al lunar, pero en Marte haría falta uno más sólido ya que la gravedad es casi el 40% de la terrestre.
    Desmentida: La película fue rodada en 1978, después de los alunizajes, y pretendía conseguir el aspecto más real posible.
    Hipótesis 49.
    Los rusos estaban ganando la carrera espacial, los norteamericanos no lo podían permitir y falsearon los viajes.
    ¿Los soviéticos iban a creerse el engaño tan fácilmente? Eran precisamente ellos quienes deseaban que la hazaña no se cumpliese, pero ante la evidencia tuvieron que claudicar. En los observatorios de la URSS era algo habitual seguir los lanzamientos norteamericanos, además de que cientos de aficionados de todo el mundo pudieron verlo y de que las emisiones de radio de los astronautas fueron públicas. Esto último quiere decir que, con los aparatos adecuados, cualquier radioaficionado podía escuchar lo que provenía de la Luna. Fue un acto público al que cualquier persona con un mínimo de inteligencia podía acceder: no una cuestión de fe, creencias u opinión. ¡Las pruebas están ahí!
    Aunque lo siguiente está tratado ya en el capítulo 1, podemos recordar algunos detalles. La URSS, efectivamente, había conseguido durante la Guerra Fría varios logros que EEUU quería para sí: puso en órbita el primer satélite artificial, el Sputnik 1, en 1957, y al primer astronauta, Yuri Gagarín, en la Vostok 1, en 1961; y consiguió el primer paseo espacial, el del astronauta Leónov en 1965 con la Vosjod 2. Es tentador pensar que tras tantos éxitos conseguidos por los rusos, los norteamericanos quisieran falsear los alunizajes. Pero surgen muchas preguntas: ¿Por qué no adelantaron el engaño con otro tipo de misiones? ¿Por qué esperaron al Apolo 11? Además, esta hipótesis es totalmente inconsecuente con la de los accidentes: ¿Cómo les beneficiaba un accidente en el que morían tres astronautas? ¿No significaba eso un paso atrás? Pero a pesar de todos estos éxitos, la tarea de llevar a un hombre a la Luna, que paseara por ella y volviese a la Tierra sano y salvo no era moco de pavo. Los rusos reaccionaron tarde al desafío norteamericano y a partir de 1965 la tecnología espacial norteamericana superó con creces a la soviética, cuyo presupuesto estaba muy por debajo de su rival. Tuvieron graves problemas con el diseño y puesta en funcionamiento del cohete N1 (el equivalente al Saturno V de la NASA). Los problemas de organización interna y la muerte del ingeniero jefe del programa espacial, Serguéi Korolev, hicieron tambalear el programa lunar ruso. En 1973 decidieron finalmente abandonar la carrera a la Luna para centrar sus intereses en otros asuntos.
    Desmentida: Esta hipótesis es inconsistente, pues se podrían haber falseado otras muchas misiones.
    Hipótesis 50.
    La opinión pública estaba alterada con la guerra de Vietnam, por lo que las misiones Apolo venían al pelo para acallar las voces de descontento.
    No es cierto que se diera luz verde al programa Apolo para calmar a la opinión pública agitada por la guerra de Vietnam. Para entender esto basta consultar cualquier manual de historia, donde puede verse que el programa Apolo se inició mucho antes que la guerra. El primer desembarco de tropas norteamericanas en Vietnam se produjo en marzo de 1965, así que se podría pensar que el primer alunizaje tuvo lugar tres años después para entretener a la opinión pública. Pero no es así. El programa de exploración lunar no empezó después de ese desembarco. Fue en julio de 1960 cuando la NASA decidió realizar vuelos tripulados a la Luna. En mayo de 1961 el presidente Kennedy anunció en un discurso que se llevarían a cabo alunizajes tripulados:
    Primero, creo que esta nación debe asumir como meta lograr que un hombre vaya a la Luna y regrese a salvo a la Tierra antes del fin de esta década. Ningún otro proyecto individual será tan impresionante para la humanidad ni más importante que los viajes de largo alcance al espacio, y ninguno será tan difícil y costoso de conseguir.

    Pero aún queda una cuestión: la fecha de finalización de las misiones Apolo, ¿coincidió con el final de la guerra de Vietnam? Los amigos de la conspiración dicen que al finalizar la guerra ya no hacía falta el programa Apolo, pues no se necesitaba desviar la atención y, por tanto, se abandonó. Pero lo más curioso es que el último lanzamiento del Saturno V(con el Apolo 17 a bordo) tuvo lugar en diciembre de 1972, cosa que se había decidido ya en 1970, tras el accidente del Apolo 13 y el recorte de presupuesto. La guerra no empezó a ver su final hasta 1973 y la carrera espacial siguió adelante con la mirada puesta en otras metas. Quienes buscan una conspiración están dotando a la NASA de poderes paranormales, pues parece que sabía lo que ocurriría tres años después.
    Desmentida: Las fechas de comienzo y final del programa Apolo y de la guerra de Vietnam no apoyan esta hipótesis.
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    Mensaje por Ursssukoy Lun Dic 20, 2010 8:06 pm

    Siento no poner las fotos pero supongo que entenderéis que estaría horas, y que igualmente queda bastante claro el tema.
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    Mensaje por Kiibakun Lun Dic 20, 2010 8:09 pm

    Esta ha sido mi reacción al ver un texto tan jodidamente enorme:
    Spoiler:
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    Mensaje por Ursssukoy Lun Dic 20, 2010 8:20 pm

    Kiibakun se que es jodidamente largo, voy a ir editando-lo para hacerlo mas simple.
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    Mensaje por camaradavorodin Lun Dic 20, 2010 8:45 pm

    Dos cosas:
    1.-FELICITAR A URSSUKOY, pedazo de información científica y rigurosa. Eso es ciencia y lo demás son banalidades y, dicho sea de paso, menuda afición tenemos a las conspiraciones, debe ser una herencia de la conspiración judeo-masónica. REITERO MIS FELICITACIONES.
    2.- Y ya que estamos hablando de ciencia, amigo Kibakun, ¿ como coño se hace eso del spoiler ?. gracias.
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    Mensaje por Ursssukoy Lun Dic 20, 2010 8:57 pm

    Para nada me felicites, todo lo he sacado de un libro, y me falta poner todas las fotos y ordenarlo bien, pero como he dicho tardaría mucho, tengo que decir que pondré mas cosas al respeto.


    « La tontería siempre se cree más fácilmente que lo que tiene sentido » - Isaac Asimov
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    Mensaje por camaradavorodin Lun Dic 20, 2010 9:00 pm

    Ursssukoy escribió:Para nada me felicites, todo lo he sacado de un libro, y me falta poner todas las fotos y ordenarlo bien, pero como he dicho tardaría mucho, tengo que decir que pondré mas cosas al respeto.


    « La tontería siempre se cree más fácilmente que lo que tiene sentido » - Isaac Asimov
    No seas modesto, al menos te felicito por tu esfuerzo y empeño en ser didáctico y riguroso, lo cual no es moco de pavo.
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    Mensaje por Kiibakun Lun Dic 20, 2010 9:26 pm

    camaradavorodin escribió:2.- Y ya que estamos hablando de ciencia, amigo Kibakun, ¿ como coño se hace eso del spoiler ?. gracias.
    Código:
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    Mensaje por Chapaev Lun Dic 20, 2010 9:39 pm

    Para mí lo que hay que rtener en cuenta es:

    una administración compuesta por personajes tan siniestros como R. Nixon, Donald Rumsfeld, Henry Kissinger o Vernon Walters, responsables de golpes de Estado, magnicidios o del asesinato masivo de civiles no me ofrece ninguna credibilidad.

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    Mensaje por Ursssukoy Lun Dic 20, 2010 9:53 pm

    Considerándome persona de ciencias, considero esta pagina patética.

    Todas las supuestas pruebas que da de la falsedad de la mision del apolo 11, ya las he contestado de una forma científica, perdonar pero encuentro inutil si ya se ha respondido un argumento y demostrado que es falso ponerlo otra vez.

    salte tambien el tema del 11S Dame pruebas científicas de que el 11S fue un montaje del gobierno y te las refutare de una forma científica.

    Al igual que patéticas teorías de que Wikileaks es de la Cia que el VIH es una farsa........


    Pensaba que en el siglo XXI la ignorancia desaparecería pero veo justamente todo lo contrario.
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    Mensaje por Chapaev Lun Dic 20, 2010 10:02 pm

    ¿De verdad consideras falsa la adcripcion al crimen organizado de los hijos de puta que he nombrado?

    Si como dijo woody allen, cuando nixon salía de la casa blanca la servidumbre contaba la cuberteria de plata...



    Si estos individuos eran los responsables del asunto, las trampas estan garantizadas.

    Y en todo caso quedan sin refutar las mismas que tu has nombrado que quedan por refutar.

    De todas formas y eso lo vivimos cada dia, vivimmos en el reino de la mentira: el capitalismo y sus medios.

    Mi posicion particular es que se llegó pero no se filmó con la calidad "feten" que eras necesaria para el curriculum de los EEUU, como dicen en las hispanias

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    Mensaje por Ursssukoy Lun Dic 20, 2010 10:07 pm

    Conclusion: No has aportado ninguna prueba científica.

    A mi me parece muy bien que todas estas personas te caigan mal (y lo entiendo y en parte comparto). Pero esto solo es una opinión, no una prueba

    Y en todo caso quedan sin refutar las mismas que tu has nombrado que quedan por refutar.

    A que te refieres.



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    Mensaje por carlos3 Mar Dic 21, 2010 12:14 am

    podrian haberme dicho quie estaba discutiendo con un sicótico obsesivo
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    Mensaje por Kiibakun Mar Dic 21, 2010 12:20 am

    carlos3 escribió:podrian haberme dicho quie estaba discutiendo con un sicótico obsesivo

    Preferíamos ver como te dejaban a la altura del betún con argumentos aplastantes. alien
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    Mensaje por carlos3 Mar Dic 21, 2010 12:44 am

    supongo que es broma lo de los "argumentos aplastante", o sera por el peso en bits
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    Mensaje por Smooth Jazz Mar Dic 21, 2010 2:51 am

    No solo llegó en el 69, sino que ha aterrizado en la Luna como 15 veces más aparte de la del 69.

    Lo de que es todo un montaje no es cierto, es un bulo que circula por internet igual que lo del actimel.
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    Mensaje por Ursssukoy Mar Dic 21, 2010 7:03 am


    Es muy típico discutir de un tema con una persona, darle unos argumentos que lo dejan en jaque mate, y que su siguiente argumento sea:

    podrian haberme dicho quie estaba discutiendo con un sicótico obsesivo

    Igual que el debate de la religión, cuando a los creyentes falla la ciencia, la respuesta es que dios esta por encima de la ciencia.

    Si tienes algún argumento de verdad, vienes y lo dices y encantado te lo voy a refutar.


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    Mensaje por Lunatico-Rojo Mar Dic 21, 2010 8:50 am

    La carrera a la luna fue una carrera que EEUU corría solo
    porque la URSS no estaba interesada en aterrizar en la luna ya que descubrieron
    mediante sondas que no hay nada productivo, EEUU perdió mucho dinero en los intentos
    por llegar y cuando llego no les sirvió de mucho más que de hacerse los
    ganadores.

    PD: Algo gracioso que escuche fue que EEUU cuando volvió le mando a la URSS una
    roca lunar y después la URSS se la devolvió con otra mucho mas grande, no
    se si será cierto eso
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    Mensaje por Ursssukoy Mar Dic 21, 2010 9:54 am

    La carrera a la luna fue una carrera que EEUU corría solo
    porque la URSS no estaba interesada en aterrizar en la luna ya que descubrieron
    mediante sondas que no hay nada productivo, EEUU perdió mucho dinero en los intentos
    por llegar y cuando llego no les sirvió de mucho más que de hacerse los
    ganadores.

    No concuerdo con tu opinión, en la union sovietica existia el programa Lunik, en el cual fueron lanzados 24 sondas.


    Luna 1 02-01-1959 Pasó a 6.000 km de la Luna y entró en órbita solar.

    Luna 2 12-09-1959 Primera sonda en llegar a la Luna. Se estrelló a 29,10ºN - 0,00º el 14 de septiembre de 1959.

    Luna 3 04-10-1959 Realizó el 10 de octubre de 1959 las primeras fotografías de la cara oculta de la Luna.

    Luna 4 02-04-1963 Intento de alunizaje suave que fracasó. Pasó a 8.500 km de la Luna y entró en órbita solar.

    Luna 5 09-05-1965 Intento de alunizaje suave que fracasó. Se estrelló a 31ºS - 8ºE.

    Luna 6 08-06-1965 Pasó a 161.000 km de la Luna y entró en órbita solar.

    Luna 7 04-10-1965 Intento de alunizaje suave que fracasó. Se estrelló a 9ºN - 40ºW.

    Luna 8 03-12-1965 Intento de alunizaje suave que fracasó. Se estrelló a 9,1ºN - 63,3ºW.

    Luna 9 31-01-1966 Alunizó con éxito el 3 de febrero a 7,08ºN - 64,4ºW y envió fotografías.

    Luna 10 31-03-1966 Satélite lunar. Orbitó a una distancia de 350 km.
    Mantuvo el contacto durante 460 órbitas en 2 meses.

    Luna 11 24-08-1966 Distancia mínima a la Luna de 159 km. Transmitió hasta el 1 de octubre de 1966.

    Luna 12 22-10-1966 Transmitió hasta el 19 de enero de 1967.

    Luna 13 21-12-1966 Alunizó el 24-12-1966 a 18,87ºN - 62ºW. Estudió el suelo. Transmitió hasta el 27-12-1966.

    Luna 14 07-04-1968 Satélite lunar. Orbitó a una distancia mínima de 160 km.

    Luna 15 13-07-1969 Se estrelló a 17ºN - 60ºE el 21-07-1969 tras 52 órbitas. Fue lanzada la misma semana que el Apolo 11.

    Luna 16 12-09-1970 Alunizó a 0,68ºS - 56,30ºE el 20-09-1970. Regresó a la Tierra el 24 de septiembre con 101 gramos de basalto lunar.

    Luna 17 10-11-1970 Alunizó el 17-11-1970 transportando el Lunokhod 1 a 38,28ºN - 35ºW.

    Luna 18 02-09-1971 Se estrelló a 3,57ºN - 50,50ºE tras 54 órbitas.

    Luna 19 28-09-1971 Realizó 4.000 órbitas antes de enmudecer.

    Luna 20 14-02-1972 Alunizó el 21-02-1972 a 3,57ºN - 56,50ºE. Trajo a la tierra 30 gramos de muestras del suelo lunar el 25-02-1972.

    Luna 21 08-01-1973 Alunizó el 16-01-1973 a 25,85ºN - 30,45ºE transportando el Lunokhod 2.




    Luna 22 02-06-1974 Transmitió hasta el 06-11-1975.

    Luna 23 28-10-1974 Alunizó en el Mare Crisium. Fracasó en la recogida de muestras. Transmitió hasta el 09-11-1975.

    Luna 24 14-08-1976 Alunizó el 18-08-1976 a 12,25ºN - 62,20ºE. Excavó hasta los 2 metros y regresó a la Tierra el 22-08-1976 con 170 gramos de muestras del suelo lunar.

    Si la Union sovietica no estubiera inetrsada en la luna no habrian enviado tantas sondas hacia ella, y muchas recojieron muestras de la luna e hicieron fotografias. Y mucho despues del apolo 11 tambien, osea que el interes sovietico existia.
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    Mensaje por carlos3 Mar Dic 21, 2010 12:41 pm

    Phil Plait si el gran "investigador de la nasa" muy "creible"
    Ursssukoy
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    Gran camarada
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    Mensaje por Ursssukoy Mar Dic 21, 2010 1:17 pm

    Phil Plait si el gran "investigador de la nasa" muy "creible"

    Respuesta a alguna de las 50 pruebas de la conspiración de la luna refutadas? Ninguna.

    Descalificando a las personas, solo das a entender que no tienes ni idea del tema y lo único que te queda es la critica personal.


    El hombre llego a la luna te guste o no y si no demuestra lo contrario... (Si puedes)

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