Después de la muerte de Stalin en 1953, se le restituyó en el Politburó (cuyo nombre se había cambiado al de Presídium) y fue canciller de nuevo hasta el 1956, pero muy pronto discrepó con las políticas reformistas de Nikita Jrushchov, y se opuso fuertemente a las denuncias que presentó Jrushchov contra Stalin en 1956, durante el XX Congreso del PCUS. En 1957, junto con otros grandes estalinistas como Lázar Kaganóvich, trató de efectuar un golpe dentro del partido contra Jrushchov. Cuando el golpe fracasó, le dio un pretexto a Jrushchov para enviar a Mólotov en una serie de puestos irrelevantes: primero como embajador a Mongolia (1957–1960) y después como el delegado permanente al Organismo Internacional de Energía Atómica en Viena (1960–1961). En 1964 fue expulsado del partido.
Se le permitió volver a militar en junio de 1984, de manera simbólica. Cuando murió a los 96 años en Moscú el 8 de noviembre de 1986, era el último participante significativo de los hechos de 1917. Fue enterrado en el cementerio Novodévichi de Moscú.
Kaganóvich fue un rígido estalinista, y aunque permaneció en el Politburó rápidamente perdió influencia tras la muerte de Stalin en marzo de 1953. En 1957, junto a algunos estalinistas de línea dura como Viacheslav Mólotov, Kliment Voroshílov y Georgi Malenkov (el llamado Grupo Anti-Partido) participó en un golpe interno abortado contra su antiguo protegido Jrushchov, que se había destacado en los dos años anteriores como adalid de la desestalinización. Como resultado del fallido golpe, Kaganóvich fue forzado a retirarse del Politburó y del Comité Central, relegándole al puesto de director de una pequeña fábrica de potasio en los Urales. En 1961 fue expulsado del Partido y pasó a vivir como pensionista en Moscú.
Kaganóvich vivió hasta los 97 años de edad, falleciendo pocos meses antes de la caída de la Unión Soviética en 1991
En 1952 fue designado como miembro del Presidium del Comité Central del PCUS. La muerte de Stalin trajo consigo grandes cambios en la dirigencia soviética, y en marzo de 1953 fue elegido presidente del Presidium del Soviet Supremo de la URSS (es decir, Jefe de Estado), con Jrushchov como Primer Secretario del PCUS y Malenkov como Presidente del Consejo de Ministros de la Unión. Este triunvirato les permitió deshacerse de Beria una vez muerto Stalin.
Antes de la denuncia contra el estalinismo en el XX Congreso del PCUS (conocido como el "discurso secreto") en 1956, Voroshílov apoyó durante un tiempo a la facción dura estalinista junto con Malenkov, Kaganóvich y Mólotov (el llamado "Grupo antipartido"), en su intento de sacar a Jrushchov del poder en junio de 1957, antes de cambiar de bando.
El 7 de mayo de 1960, el Soviet Supremo aceptó la "solicitud de retiro" de Voroshílov, reemplazándolo por Leonid Brézhnev como presidente. A su vez, el Comité Central lo relevó de sus cargos como miembro del Presídium del C.C. (como era llamado desde 1952 el Politburó) el 16 de julio del mismo año. En 1961 su derrota política fue absoluta cuando fue excluido en la elección del Comité Central. Una historia curiosa rodea los últimos días de Voroshílov como presidente. Durante una reunión-almuerzo del C.C. todos los presentes lo ignoraron, permitiéndole darse cuenta que todos su colegas habían decidido despedirlo, lo que le permitió adelantarse a los hechos "retirándose".
Con posterioridad a su caída, durante el gobierno de Brezhnev fue rehabilitado, ejerciendo cargos menores. Fue reelecto como miembro del C.C. en 1966, y se le otorgó por segunda vez la condecoración de "Héroe de la Unión Soviética" (1968). Murió en Moscú en 1969.
En 1952, Malenkov se convirtió en miembro del secretariado del Partido. La muerte de Stalin en 1953 colocó brevemente a Malenkov en el cargo más elevado que habría de ocupar. Con el apoyo de Beria, Malenkov se convirtió en Presidente del Consejo de Ministros así como en Primer Secretario del Partido, pero tuvo que renunciar al Secretariado el 13 de marzo por la oposición de otros miembros del Presidium. Nikita Jrushchov asumió el puesto de Primer Secretario en septiembre, con lo que empezó un periodo de biunvirato Malenkov-Jrushchov.
Forzado a dimitir en febrero de 1955, volvió a ser atacado por su proximidad a Beria (que fue ejecutado como traidor en diciembre de 1953) y por el fracaso de sus políticas de gobierno. Malenkov permaneció en el sucesor del Politburó, el Presidium. Sin embargo, en 1957, fue obligado a renunciar una vez más por participar, junto con Nikolái Bulganin, Viacheslav Mólotov y Lázar Kaganóvich (el llamado Grupo Antipartido) en un intento fallido de privar del poder a Jrushchov. En 1961, fue expulsado del Partido Comunista y exiliado dentro de la Unión Soviética. Se convirtió en gerente de una planta hidroeléctrica de Kazajistán hasta el día de su muerte.
Después de la muerte de Stalin en marzo de 1953, Bulganin apoyado por Nikita Jrushchov, quien era entonces Secretario General del PCUS, se convirtió en Presidente del Consejo de Ministros en 1955, sustituyendo en el cargo a Georgi Malenkov. En 1955 como presidente del gobierno soviético asistió a la conferencia de las Grandes Potencias en Ginebra y viajó Birmania y la India.
Generalmente era visto como un partidario del programa de Jrushchev de la reforma y destalinization. Él y Jrushchev viajaron juntos a India, Yugoslavia y Gran Bretaña, donde ellos eran conocidos en la prensa como "el show de J y B."
Hacia 1957, sin embargo, Bulganin había llegado a compartir las dudas sostenidas sobre las políticas liberales de Jrushchev por el grupo conservador (el llamado "Grupo Antipartido") conducido por Vyacheslav Molotov. En junio, cuando los conservadores trataron de quitar a Jrushchev del poder en una reunión del Politburo, Bulganin vaciló entre los dos campos. Cuando los conservadores fueron derrotados y removidos del poder, Bulganin sobrevivió un tiempo, pero en marzo de 1958, en una sesión del Soviet Supremo, Jrushchev forzó su dimisión. Fue designado presidente del Banco Estatal soviético, un trabajo que él había sostenido dos décadas antes, pero en septiembre Bulganin fue removido del Comité Central y privado del título de Mariscal. Fue enviado a Stavropol como presidente del Consejo Económico Regional, una posición simbólica, y en febrero de 1960 fue retirado con una pensión.
Entre 1949 y 1953, en la escalada inicial de la Guerra Fría y durante la Guerra de Corea, fue el Ministro de Asuntos Exteriores de la URSS. Después de la muerte de Stalin, Molotov fue nuevamente Ministro de Exteriores, y Vyshinski fue nombrado representante de la URSS ante las Naciones Unidas, hablaba inglés y un excelente francés.
En 1953 fue uno de los principales acusados, junto con Andréi Zhdánov, nombrados por el Congreso de los Estados Unidos, en el Comité Kersten, conocido también como “Investigación de los Estados Bálticos por la Casa de Representantes de Estados Unidos (Baltic States Investigation by the US House of Representatives).[15]
Murió en Nueva York el 2 de noviembre de 1954, siendo cremado y enterradas sus cenizas en una urna en la Plaza Roja de Moscú. La causa del fallecimiento fue un ataque cardiaco,[1] aunque algunos autores afirman que Vyshinski se suicidó.
Fue condecorado a lo largo de su vida tres veces con la Orden de Lenin, con la Orden de la Bandera Roja y muchas otras medallas.[1]
Después del XX Congreso del PCUS de 1956, los procedimientos de Vyshinski fueron condenados oficialmente, dejando a sus herederos sin los privilegios estatales, y sus textos cesaron de ser utilizados oficialmente por los juristas.
Shepílov fue el único Secretario del Comité Central en oponerse a Jrushchov en junio de 1957 cuando una mayoría de los miembros del Politburó trataron de cesarle. Se unió al golpe del conocido como Grupo Anti-Partido en el último momento, cuando Lázar Kaganóvich le aseguró que los conspiradores tenían mayoría en el Politburó. Cuando Jrushchov prevaleció ante el pleno del Comité Central, se mostró furioso sobre la traición de Shepílov. Fue cesado del Comité Central el 29 de junio y vilipendiado en la prensa junto a Mólotov, Malenkov y Kaganóvich, los otros únicos dirigentes soviéticos cuya participación en el intento de golpe fue hecha pública en aquél momento. Shepílov era amigo del Mariscal Georgi Zhúkov y quizás esa fue una de las razones por las que pocos meses después el propio Zhúkov era cesado como Ministro de Defensa.
Tras perder sus posiciones en el Comité Central, Shepílov fue enviado a Kirguistán a dirigir al Instituto de Economía de la Academia de las Ciencias kirguiz, aunque pronto fue degradado a vice-director. En 1960 fue llamado a Moscú, siendo expulsado de la Academia Soviética de las Ciencias y enviado al Archivo Estatal Soviético para trabajar como celador, donde permaneció hasta su jubilación en 1982. Tras una segunda ola de denuncias contra el Grupo Anti-Partido en el XXII Congreso del PCUS en noviembre de 1961, Shepílov fue expulsado del Partido el 21 de febrero de 1962. En 1976 fue readmitido, aunque permaneciendo como militante de base.
Cuando Jruschov fue derribado de la secretaría general en octubre de 1964 por Leonid Brézhnev, Shepílov comenzó a trabajar en sus memorias, un proyecto en el que continuó hasta aproximadamente 1970. Sus documentos se perdieron tras su muerte a los 89 años en Moscú, aunque fueron encontrados y publicados en 2001.
Nikita Jrushchov, deseoso desde el inicio de derrotar a Beria, no podía actuar contra éste porque la alianza de Beria y Malenkov era demasiado fuerte. Sin embargo, en junio de 1953 estallaron protestas contra el régimen comunista en Berlín Oriental, que Jrushchov aprovechó para minar la confianza de los líderes soviéticos en Beria, asegurando que éste deseaba la unificación de Alemania, así como planeaba recibir ayuda de los Estados Unidos. Semanas después de haber sido reprimidas brutalmente las manifestaciones en Berlín del Este, Molotov, Nikolái Bulganin y el mismo Malenkov quedaron convencidos que las políticas liberales de Beria conducían al país a la desestabilización, y Malenkov decidió traicionarlo.
Los testimonios de la caída de Beria varían.
Algunos aseguran que Jrushchov convocó al Presidium el 26 de junio, donde acusó a Beria de ser un espía británico. Completamente sorprendido Beria preguntó: "¿Qué sucede, Nikita Sergeyevich?" En ese momento Molotov y otros también acusaron a Beria, y Jrushchov propuso inmediatamente su dimisión. Malenkov llamó entonces al Mariscal Georgi Zhúkov, que entró con un grupo de oficiales armados.
Alguno historiadores afirman que Beria fue llevado primero a una prisión en Lefortovo y luego al Cuartel General del General Kirill Moskalenko, Comandante de la Defensa Aérea de Moscú y compañero de armas de Jrushchov. Inicialmente se mantuvo en secreto su arresto, con el fin de poder capturar a todos sus principales hombres; al mismo tiempo, las fuerzas de la NKVD en Moscú fueron desarmadas. El diario Pravda anunció el arresto de Beria el 10 de julio, dando el crédito a Malenkov y culpando a Beria de "actividades ilegales contra el Partido y el Estado". En diciembre se anunció que Beria y seis cómplices habían estado siendo pagados desde hace años por agencias de inteligencia extranjeras para conspirar en derrocar el gobierno comunista de la Unión Soviética y restaurar el capitalismo.
Beria fue juzgado en un "tribunal especial" sin defensa y sin derecho a apelación. Fue sentenciado a muerte, y de acuerdo a las posteriores declaraciones de Moskalenko, Beria rogó arrodillado por misericordia, sin embargo, él y los otros seis acusados fueron ejecutados inmediatamente.
Otra versión es la del hijo de Beria, Sergo, según la cual la casa de éste fue atacada el 26 de junio por unidades militares y fue asesinado en el lugar, y varios funcionarios le aseguraron que su padre no estaba presente en el “juicio”. Además, un miembro del tribunal que supuestamente juzgó a Beria, Nikolái Chvernik, dijo que nunca vio a Beria con vida. Baybakov, miembro del Comité Central, afirmó que Beria ya estaba muerto en el Pleno de julio de 1953, pero sus miembros no lo sabían aún, y que el mismo Jrushchov afirmó dos veces que había sido asesinado el 26 de junio de 1953, pero que luego cambió su versión.
Nina, la esposa de Beria y su hijo fueron enviados a un campo de trabajo, pero lograron sobrevivir hasta su liberación: ella murió exiliada en 1991 en Ucrania; mientras que Sergo murió en octubre del 2000, defendiendo la reputación de su padre hasta el final. Después de Beria, la MGB fue separada de la MVD y fue degradada en nivel a la conocida KGB, además a ningún jefe de policía soviético se le permitió acumular tanto poder de nuevo.
En mayo del 2000, la Corte Suprema de la Federación Rusa rehusó cambiar el veredicto de 1953 de Beria, que había sido solicitado por sus familiares vivos. En la ley rusa, los familiares de personas acusadas falsamente de crímenes políticos, pueden solicitar rehabilitación. Sin embargo, la Corte declaró: "que siendo Beria uno de los organizadores de la represión contra su propio pueblo, no debe ser considerado una víctima".
Sus actos de sadismo son el tema de todo un capítulo del libro Московская сага (Una Saga Moscovita) del escritor ruso Vasili Aksiónov – parte III (Prisión y Paz), capítulo 3 (Un Héroe Solitario).