¿Preparaba Tujachevski el derrocamiento de Stalin?
David Genkin – Komsomólskaya Pravda, San Petersburgo
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(El 16 de febrero se cumplen 120 años del nacimiento del legendario líder militar soviético Tujachevski).
El 11 de junio de 1937 el periódico “Pravda” publicó una nota sobre el enjuiciamiento de altos cargos militares del Ejército Rojo, arrestados bajo la acusación de traición a la Patria. La lista era encabezada por el famoso mariscal de la URSS, Mijail Tujachevski. La tarde de ese mismo día todos los acusados fueron condenados a muerte y ejecutados.
Cuatro años después la URSS se vio inmersa en la Gran Guerra Patria. Así que muchos empezaron a pensar si la depuración de este gran grupo de líderes militares no fue precisamente la causa de las severas derrotas iniciales del Ejército Rojo. Después surgió la teoría de que no existió ningún “conspiración de Tujachevski”. Sencillamente Stalin, que sufría de desconfianza paranóica, se tragó la falsificación que habían organizado los servicios secretos alemanes, a través del presidente checoslovaco Edvard Beneš.
El bromista de Schellenberg
Sin embargo, materiales publicados parcialmente hace poco, del proceso cerrado sobre Tujachevski, y de su investigación, rebelan que el complot ni por asomo fue inventado. – Nadie ha visto las así llamadas carpetas de Beneš -dice el historiador de servicios secretos Aleksandr Kolpakidi-. Y en el proceso judicial no fueron usadas. Esta versión surgió primero en las memorias del dirigente militar de los servicios de inteligencia del Tercer Reich, Walter Schellenberg (en la famosa serie “Diecisiete instantes de una primavera”, su personaje fue interpretado por Oleg Tabakov). Pero no hay base para creerlo. En primer lugar, a este señor le gustaban las “tomaduras de pelo”, en segundo lugar, tenía que mostrar al mundo el éxito de los servicios de inteligencia alemanes. Además, hasta el 22 de junio de 1941 – fecha de la invasión alemana sobre la URSS, Walter Schellenberg no trabajaba en los servicios de inteligencia, y aunque los documentos existieran, no podía tener conocimiento de la existencia de las carpetas de Beneš [Nota del traductor - eso no es del todo cierto, ya que Schellenberg antes de esa fecha trabajaba en el contraespionaje alemán].
Además durante el proceso todos los acusados reconocieron su culpa. “El crimen es tan grave, que es difícil hablar de clemencia, pero pido a la audiencia que me crea, soy completamente sincero, no guardo ningún secreto ni ante el poder soviético ni ante el partido” – dijo en su última declaración Tujachevski. Por supuesto los acusados pudieron mentir por las torturas. Pero hay otras pruebas de la realidad del complot. Por ejemplo los informes de los agentes en el extranjero del NKVD.
- En febrero de 1937 llegó el siguiente informe a Moscú desde Berlín, -cuenta el investigador Vladímir Bobrov-. El embajador de Checoslovaquia en Alemania ha informado al presidente Edvard Beneš, de por qué las negociaciones secretas entre los representantes de ambos países están estancadas. La cuestión es que en opinión de Adolf Hitler, tales negociaciones no tienen sentido, ya que en Rusia, en los próximos tiempos se va a producir un cambio de poder.
Salvar al país
A comienzo de los años treinta la oposición a Stalin en el partido cobró fuerza. Estaban descontentos por la colectivización, el abandono de la idea de la revolución mundial y el paso del poder desde las estructuras del partido a las estructuras del estado.
El complot se organizó en realidad en 1932. Al principio era muy variado y las figuras claves fueron los dirigentes del NKVD Genrij Yágoda, el Primer Secretario del Comité Ejecutivo Central Avel Enukidze y el político Nikolai Bujarin.
Durante la instrucción Tujachevski reconoció que había sido Enukidze quien le había introducido en la conspiración.
- Al mariscal le eran inherentes la ambición, el resentimiento, e incluso las intrigas, – dice la historiadora y escritora Yelena Prudnikova. – Por eso tenía frecuentes conflictos con sus colegas. En 1930 Tujachevski entregó al gobierno del país una nota sobre el rearme del Ejército Rojo. Stalin no tuvo la menor palabra de elogio sobre ella. Y Tujachevski se ofendió mucho. Al poco tiempo se encontró con Enukidze en varias actividades sindiales. El secretario del Comité Ejecutivo Central, se compadeció del general, ambos criticaban el clima político del país y coincidían en la opinión de que Stalin llevaba el país a la catástrofe. Enukidze propuso a Tujachesvki incorporarse a la lucha contra “el régimen de Stalin”.
Como consecuencia, el así llamado partido de la guerra, se fue apartando de los políticos. A su dirección se alzó Mijail Tujachevski.
Escenarios del golpe
Los oficiales agrupados en torno a Tujachevski querían establecer en el país una dictadura militar, por cuanto el ejército era, en su opinión, la élite de la sociedad.
Según uno de los escenarios, existía un plan de derrota en la guerra en ciernes con Alemania. Se proponía el derrocamiento de Stalin y la firma de la paz. Seguramente con las condiciones del enemigo.
Según un segundo escenario, el golpe se produciría en tiempos de paz a través de la desaparición de miembros del entonces gobierno soviético.
Stalin y su círculo supieron de la existencia del complot ya en invierno de 1937. En primavera Bujarin, Yagoda y Enukidze fueron arrestados. En el pleno de febrero-marzo del CC del PCUS, el comisario del pueblo para la defensa, Voroshílov, anunció por primera vez que en el Ejército Rojo actuaba una organización enemiga.
Para mayo de 1937 quedaban en libertad solo Tujachevski y algunos de sus colaboradores de las altas esferas.
Entonces Tujachevski entendió que no podía contemporizar más. Muchos especialistas coinciden en la opinión de que el golpe había sido fijado para el 1 de mayo: el desfile militar permitía llevar al ejército a Moscú sin levantar sospechas. Sin embargo el 7 de abril el Politburó decidió enviar a Tujachevski a Londres para la coronación de Jorge VI. La ceremonioa había sido fijada para el 12 de mayo. El mariscal aplazó tres semanas la fecha del golpe.
Pero a mediados de abril en el Kremlin supieron de la amplitud del complot. El 22 de abril, por “razones de seguridad”, se anuló el viaje de Tujachevski.
El 1 de Mayo las autoridades iniciaron en Moscú una campaña de seguridad sin precedentes: todos los pases para el Kremlin fueron reemplazados, francotiradores se situaron en el tejado del GUM, Voroshílov llevaba un revolver mientras se dirigía a la tribuna del Mausoleo. Pero por alguna razón Tujachevski no quiso volver a la fecha inicial del golpe.
Los arrestos continuaron, incluso el mismo mariscal fue apartado del puesto de vicepresidente el consejo del pueblo de defensa y fue nombrado comandante del distrito militar de la zona del Volga. Cuatro días después, Stalin recibió al militar en el Kremlin.
- Tujachevski quería aclarar porqué habían sido arrestradas su mujer y su adjunto – afirma el historiador Serguei Minakov. – Stalin dijo que estaban detenidos por sospechas de espionaje. Era una comprobación, y para el mariscal era mejor permanecer lejos de Moscú en ese momento.
El 22 de mayo fue arrestado el propio Tujachevski.
Los amos del mundo.
Y ahora, hablemos de un tercer escenario del golpe. Entre los altos cargos oficiales de la URSS y Alemania se desarrollaron fructíferas relacciones desde los años 20, en la URSS fueron adiestrados militares alemanes, de hecho fue aquí donde resurgió el ejército alemán: el tratado de Versalles prohibía a los alemanes este tipo de actividades.
Tras la llegada de los nazis al poder en 1933 la colaboración se rompió. Pero los contactos entre militares siguieron. Entre los alemanes había no pocos “orientalistas” – altos jerarcas opuestos a Hitler y que no deseaban una guerra contra la URSS.
En opinión de numerosos historiadores, en los años 30 se produjo el así llamado doble complot. Se suponía que en la URSS y Alemania practicamente al mismo tiempo serían eliminados Stalin y Hitler, y en ambos países se establecería una dictadura militar, aliada una de la otra. Una alianza de tal calibre no habría podido ser derrotada por el resto de los ejércitos del mundo.
Sobre Tujachevski
Mijail Nikoláievich Tujachevski nació el 16 de febrero de 1893. Su padre era un noble empobrecido, su madre una campesina. Tras acabar la escuela militar sirvió en el Regimiento Semiónovski [uno de los más antiguos de Rusia, su origen se remontaba al siglo XVII]. Durante la Primera Guerra Mundial fue hecho prisionero. En 1918 entró en el Ejército Rojo, donde hizo una carrera meteórica. Dirigió en todos los frentes, participó en la derrota de Kolchak y Denikin. Aplastó brutalmente el levantamiento de Kronshtadt y la rebelión en la provincia de Tambov. En los años 20-30 ocupó distintos puestos en la dirección del ejército. El 11 de junio de 1937 fue ejecutado.
PREGUNTA
Y si el plan hubiera salido bien…
La historia no conoce el modo subjuntivo. Pero todos podemos intentar imaginar por qué camino habra ido nuestro país si en 1937 los conspiradores militares hubieran podido hacer triunfar sus planes.
- Tujachevski no habría podido mantener el poder, habría empezado un sangriento enfrentamiento entre todos – afirma Yelena Prudnikova.- Se habría repetido la situación de 1917-1918, cuando tras la destitución del emperador, en Rusia estalló la Guerra Civil.
Concuerda con ella Vladímir Bobrov:
- En opinión de muchos observadores internacionales el apartamiento de Stalin habría llevado a la URSS a la desintegración, con todas las consecuencias que emanarían de ello. Y si durante Stalin la represión fue masiva, en un gobierno de Tujachevski habría sido mucho peor…
Además de esto, si hubiera crsitalizado el tercer escenario, tarde o temprano Alemania y la URSS se habrían puesto de acuerdo en la lucha decisiva por el gobierno mundial.
Un video sobre la cuestión (eso sí, en ruso):
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Fuente:
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