Alexyevich escribió:Tienes todo el hilo exclusivo a la teoría de la revolución permanente para entender tan siquiera lo esencial, como para quedarte con resúmenes tendenciosos y que flaquean por todos lados.
Entiendo perfectamente lo que dice Trotsky. Lo tendencioso y lo que flaquea por todos lados es su teoría de la Revolución Permanente y toda la verborrea anticomunsita que ha vertido desde su temprana y motivada militancia en las filas del menchevismo.
Alexyevich escribió:¿Si según tú el socialismo en un sólo país fue la opción correcta, que pasó con el gigante soviético y sus satélites en Europa Oriental?
Pasó que el socialismo triunfó, y pasó que el socialismo se expandió todo lo que pudo. Te puede parecer insuficiente, pero no había forma alguna de provocar una revolución socialista en los paises occidentales. Las condiciones objetivas para la realización de una revolución socialista no se dieron. De hecho, la realidad y las condiciones materiales estaban a años luz de ser las necesarias o suficientes para realizar la revolución socialista.
Y el posterior desmantelamiento de la URSS nada tiene que ver con ninguna de las teorías trotskystas. El problema gravitó en torno a lo que supuso la II Guerra Mundial. Creo que ya lo he escrito otras veces, pero lo volveré a repetir:
El partido comunista, antes de la II Guerra Mundial tenía aproximadamente un millón y medio de militantes, y después de la guerra (1952) paso a tener casi siete millones de militantes. Las necesidades de la guerra obligaron a admitir en el partido a muchísimas personas sin la preparación política adecuada. Fue la propia guerra la que limitó la autocrítica y la discusión política en el interior del partido. Justo acabada la guerra, las necesidades de reconstruir un país brutalmente destruido y que perdió más de 20 millones de personas en la guerra, hicieron que esta situación se prolongara durante varios años. El Partido prefirió reconstruir la URSS antes que centrarse en purgar los elementos más reaccionarios. Y éste fue probablemente, el error culminante.
Pero algunos cuadros y dirigentes del partido eran conscientes de todas estas dificultades. En el informe al XIX congreso del partido comunista (presentado por Malenkov y posiblemente escrito por Stalin) se critican entre otras cosas la creciente burocratización del partido, la falta de discusión política, la escasa participación de la base del partido en la discusión y la toma de decisiones, la existencia de persecuciones a los que criticaban a algunos dirigentes, la ocultación y el disimulo por parte de ciertos dirigentes de la realidad existente en las empresas (estatales) y organismos que dirigían, la formación de mafias que promocionaban a sus miembros (familiares, amigos...) y que bloqueaban la promoción de los mejor preparados, y un largo etc.
Esto no son criticas procedentes de disidentes o potencias extranjeras, es la realidad que algunos dirigentes del partido exponían abiertamente. El partido comunista se preparaba en el XIX congreso para afrontar todas estas dificultades, para purgar a los elementos burocráticos y contrarrevolucionarios. Pero fue demasiado tarde.
Stalin murió a los pocos meses de finalizar el congreso (algunos dicen que asesinado) y justo después, en el partido se desató una dura lucha por el poder entre distintas facciones, que culminó en el golpe de estado de Krushef (1956) apoyado por los militares del ejercito ruso, que liquidó a la vieja guardia bolchevique, atribuyó toda la culpa de los problemas existentes a Stalin (y prohibió sus obras) e inició una profunda reforma en la economía y la política de la URSS (en el XX congreso del PCUS). Esta reforma consolidó el poder de las mafias que se habían instalado en el partido desde el inicio de la segunda guerra mundial. Los hijos y nietos de los dirigentes de estas mafias, finalmente, a finales de los 80 eliminaron todo resto de propiedad socialista y se convirtieron en los propietarios legales de las empresas y de la riqueza de la URSS.
Pero el socialismo ya fue derrotado en el XX congreso; porque a partir de ese momento, la dirección del estado ya no busca avanzar y mejorar el socialismo, sino vivir cada vez mejor y consolidar y hacer hereditario su dominio. La tarea de destruir el socialismo llevó más de 30 años. Y fue necesario tanto tiempo porque en los 35 años posteriores a la revolución de octubre, el socialismo había avanzado y se había desarrollado extraordinariamente, y había mejorado enormemente el nivel de vida y el nivel cultural de la población. Por tanto, hubo que destruir el socialismo en nombre del socialismo.
El socialismo fue entonces derrotado desde dentro, por la casta dirigente sucesora de Stalin, que conservó los ideales marxistas (de palabra), pero que poco a poco, fue desmantelando el aparato socialista.
Este cáncer también se filtró en los partidos comunistas occidentales, cuyos dirigentes estaban financiados y tenían lazos de amistad con la nueva dirección que se impuso en Rusia (1956). Estos partidos mantuvieron formalmente los ideales socialistas y comunistas, pero se convirtieron poco a poco en servidores obedientes de la nueva burguesía rusa. Y poco a poco, también de la burguesía occidental. Cada vez más, la dirección de estos partidos se ha ido separando de sus bases, y por tanto, de los auténticos socialistas y comunistas que militaban en ellos.
Un ejemplo claro fue el PCE(m-l): se escindió del PCE por este motivo... y al final, también acabó postrado y dominado por la burguesía...
Así es como funcionan las cosas. Y a diferencia de estos partidos, los trotskystas lleváis décadas de ventaja en las tácticas del anticomunismo.