Puntualicemos:
Por una parte es cierto que el PCE hizo toda la presión que pudo para expulsar al POUM de los resortes del poder del Frente Popular. Por ejemplo, fueron expulsados de la Junta de Defensa de Madrid ya en noviembre de 1936. Sin embargo, habida cuenta de las declaraciones de los dirigentes del POUM que ya por aquellas fechas acusaban públicamente al PCE y al PSOE de traidores a la clase obrera, hasta el períodico de Largo Caballero, Claridad acusaba al POUM de trabajar, por activa o por pasiva, para Franco, provocando divisiones en el seno del frente antifascista. Así pues, no sólo el PCE los denunciaba, sino también algunos socialistas.
Es totalmente falso que el PCE provocase la caída de Largo Caballero. Lo que se le exigió fue que abandonase el ministerio de la Guerra, pero nunca la presidencia del gobierno. Largo Caballero dimitió por voluntad propia como jefe de gobierno, ya que consideraba que ser jefe del gobierno sin ser a la vez ministro de Defensa era ser una "mera figura decorativa". Esto demuestra que, a veces, tonto también sabía serlo. Y su dimisión no llegó sin que intentase antes forzar la mano con una remodelación ministerial en la que monopolizaría aun más poder militar, pero ni siquiera fue apoyado por los otros ministros socialistas.
Ya tiene delito que un jefe de gobierno y ministro de Defensa le dijese a uno de sus ministros, en plena guerra, que "se entarará usted de las noticias militares por la prensa". Aquello, unido a lo de Barcelona, fue la gota que colmó el vaso y es cuando tanto Jesús Hernández y Vicente Uribe se levantaron y abandonaron el Consejo de Ministros.
La petición del PCE de ilegalizar del POUM fue rechazada por Largo Caballero, pero a nadie se le escapa que aceptar esa propuesta no era función del ministro de Defensa, sino del Jefe del Gobierno, dimisión de cuyo cargo no le fue solicitada por nadie en absoluto.
Sobre las fuerzas del POUM, en invierno de 1937 un informe salido de España para la IC las cifraba en 13.000 miembros. Por esas mismas fecha, el PCE superaba ampliamente los 200.000 afiliados.
Si uno empieza a descontar todos los elementos contrarios o que no estaban bajo la influencia del POUM, es decir, a todos los comunistas, los socialistas y buena parte de los anarquistas, ¿de qué "masas obreras" hablan estos desgraciados cuando se refieren a las trágicas jornadas de Barcelona y sus alrededores?
Aquí tenéis un pequeño extracto de lo que publicó el C.C. del POUM el 12 de mayo de 1937, para "justificar" su actuación:
“Ya los obreros en la calle, el partido tenía que adoptar una actitud ¿Cuál? ¿Inhibirse del movimiento, condenarlo o solidarizarse con él? Nuestra opción no era difícil. Ni la primera ni la segunda actitud cuadraban con nuestra cualidad de partido obrero y revolucionario y, sin vacilar un momento, optamos por la tercera: Prestar nuestra solidaridad activa al movimiento, aún sabiendo de antemano que no podía triunfar.”
Víctor Alba, El Partido Comunista en España, Planeta, Barcelona 1979, p. 159.)
En una palabra: reconocen que no dirigían absolutamente nada y lo que es peor, que participan en la gresca por participar, por el gusto de liarla ("sabiendo de antemano que no podía triunfar"). Pero, claro, yo lo último no soy tan tonto como para creérmelo. Nadie en su sano juicio se arriesga en movimientos perdidos de antemano, a no ser que las intenciones reales no se puedan decir públicamente. Y no menos sorprendente resulta este "análisis" (por llamarlo de alguna forma) lastimoso, realizado por individuos (Nin, Maurín, Andradre, etc...) que nunca dejaron de jactarse de su superior talla intelectual personal sobre los dirigentes del PCE.