por Jordi de Terrassa Vie Ago 14, 2015 8:51 pm
Apreciado Danko;
Su interlocutor le reconoce que el capitalista contrata a trabajadores porque espera obtener una rentabilidad por el uso de la fuerza de trabajo de dichos trabajadores, con lo que admite que el uso de fuerza de trabajo ajena le reporta una ganancia, la plusvalía. Es decir, como mínimo una parte del beneficio del capitalista, incluso para su interlocutor, proviene del uso de la fuerza de trabajo del trabajador, o lo que es lo mismo, el capitalista se apropia de una parte del valor de la fuerza de trabajo del trabajador.
Por otro lado, como todos los subjetivistas, confunde lo que es el capital con los medios de trabajo y los objetos de producción y la fuerza de trabajo. Tener una cuenta en una entidad financiera no convierte a nadie en capitalista, solo es capitalista quien contrata fuerza de trabajo ajena bajo la forma de trabajo asalariado.
El capital es una relación social de producción. El capital no son los medios de producción ni tampoco un determinado grado de su desarrollo, el capital no es solo trabajo muerto. Los medios de producción solo se transforman en capital cuando la fuerza de trabajo que los utilizan tiene la forma de trabajo asalariado, es decir, cuando los propietarios del trabajo muerto utilizan trabajo vivo bajo la forma de trabajo asalariado. La misma hacienda puede ser el capital de un terrateniente, el dominio de un señor feudal, la villa de un esclavista, estar sometida a tributo o ser el territorio de caza de una tribu primitiva. Si analizamos químicamente cualquier máquina o herramienta no encontraremos molécula alguna de capital, el capital no es una sustancia, por lo tanto no forma parte de la naturaleza de ningún objeto. De igual manera, un trabajador dependiendo de las relaciones sociales de producción será esclavo, siervo o trabajador asalariado, no porque esté en su genotipo. El capital es una forma de relacionarse los seres humanos en la producción de valores de cambio.
En las sociedades capitalistas es necesaria la existencia de dos tipo de ciudadanos que se caracterizan; los unos por ser propietarios de medios de producción y de consumo, haber acumulado en sus manos trabajo muerto, y los otros por ser propietarios del usufructo de un valor de uso su fuerza de trabajo, pero que carecen de medios de producción, por lo que su fuerza de trabajo para ellos no tiene valor de uso. En el mercado capitalista del trabajo se enfrentan los capitalistas propietarios del trabajo muerto frente al trabajo vivo, para aumentar la propiedad de trabajo muerto de dichos capitalistas. El capitalista hace uso de la fuerza de trabajo comprada, teniendo en cuenta que su propietario está en la obligación de cambiarla por un valor inferior al de su uso, y la emplea en la producción de mercancías con lo que obtiene una ganancia o plusvalía, que se materializa para el capitalista en la venta de esas mercancías. Pero la naturaleza no produce por un lado a poseedores de capital y por otro lado a poseedores exclusivamente de su fuerza de trabajo. No existe el genotipo que predestine a unos seres humanos a ser poseedores de medios de producción y a otros a estar privados de ellos. La existencia de la mercancía fuerza de trabajo, y la propiedad común sobre ella por parte de los capitalistas, es garantizada por el estado mediante el monopolio de la fuerza.
En el sistema capitalista el obrero viviente, se dirige al mercado y vende su mercancía; la fuerza de trabajo, su propia corporalidad, a cambio de una determinada cantidad de valor bajo la forma de dinero. En el proceso de producción se transforma la fuerza de trabajo en capital variable, objetivándose la fuerza de trabajo del obrero viviente en el valor de uso por él producido, transformándose una parte de la vida del obrero en trabajo muerto como capital. El capitalista se dirige al mercado para realizar la totalidad del trabajo muerto en la mercancía contenido como valor de cambio, que al ser comprada por un trabajador asalariado y consumido el valor de uso contenido en la mercancía se vuelve a subjetivar en obrero viviente, el trabajo muerto objetivado en el valor de uso. Esta es la apropiación de trabajo vivo sobre la que se asienta el régimen de producción capitalista, con el único objetivo confesado de vampirizar la mayor cantidad posible de la vida del trabajador asalariado como trabajo muerto.
En el capitalismo el trabajo vivo, el obrero viviente, es la fuente de donde emana todo valor de cambio, pero él mismo carece de tal valor de cambio.
Por cierto, la última frase de su interlocutor es una pura invención que no se corresponde con la realidad. El trabajo humano ha existido cientos de miles de años antes de que existiera capital alguno, y dicho trabajo ha revestido, y reviste, diversas formas sociales, entre ellas el trabajo comunitario, trabajo bajo tributación, esclavitud, servidumbre, etc... Por lo que el capital sin trabajadores no puede existir, sin embargo trabajadores sin necesidad del capital han existido, existen y existirán.
Saludos.