por Condottieri Mar Dic 02, 2014 4:49 pm
Lo que creo que ya está medianamente claro para cualquier observador agudo de la realidad social que le atañe, es que nada volverá a ser tal y como fue en los años pre-crisis. Ni la configuración política del régimen del 78, ni acaso el régimen mismo con su superestructura ideológica que lo ha legitimado frente a las masas; es decir, que estamos viviendo un periodo de transición hacia un estado de cosas aún por definir. No obstante, sí podemos guiarnos a través de algunas coordenadas básicas: económicamente, si no media una intervención que altere la dinámica capitalista iremos cada vez más, sumergiéndonos en un país con cada vez más altas tasas de pobreza y precariedad, caracterizándose la estructura económica por la defenestración (por no decir asesinato) de aquellos que socialmente era admitido y representado por y para la clase obrera como clases medias. Si la burguesía española quiere salvar el barco que se le está hundiendo realmente tendrá que innovar, otorgar concesiones y quien sabe si no hacer un febrero del 31. Aunque esto son por supuesto hipótesis fundamentadas en lo que me dicta la intuición política.
En cualquier caso, creo que al igual que la sociedad está entrando en una nueva dinámica, se torna igualmente necesario nuevas pautas de análisis que sobrepasen las clásicas fórmulas. No digo desecharlas, sino, hacer lo que haría Marx o Lenin: renovarlas, dotarlas las arcaicas formas de un nuevo contenido. Es una batalla histórica en la que, si no se está a la altura el tren de la revolución pasará, como hubiera pasado en Rusia si Lenin no se hubiera atrevido a innovar. En estos momentos se torna necesario análisis marxista de primer orden que venga a sintetizar lo que está ocurriendo, con sus orígenes inmediatos e históricos, así como las dinámicas en juego y las perspectivas que se abren. Evidentemente, individualmente, se pueden juntar las piezas del puzzle y llegar a tener una imagen más o menos nítida del mismo, mas esto es insuficiente y no facilita precisamente que la conciencia de clase avance entre la vanguardia -la verdadera, no la que lleva atrincherada en Stalingrado desde hace décadas- y permita la reconstrucción, por parcial que sea, del comunismo ibérico.
Como apunte del día, decir que habría que prestar atención a esa concentración que Podemos quiere proponer para el día 31 de Enero. Tal vez sea pronto para hacer interpretaciones pero no cabe duda que no está convocada por casualidad. Hay una táctica detrás de ella y que de conocerla, seguramente, nos revele qué se proponen si alcanzan puesto de gobierno. Leyendo a Monedero, diría que puede ser eso de "empoderar al pueblo", aglutinar y movilizar una importante masa social detrás de Podemos que les respalde, que les otorgue respeto y les cubra bien las espaldas. Aunque ya se sabe que en política los intereses son espurios y puede esperarse cualquier cosa, al menos por el momento.
PD: Yo no sé si trabajan algunos de los que consideran a Podemos como un elemento neutro, o cuando no directamente reaccionario; pero yo -y esto hablando desde la más pura subjetividad- que por desgracia sé en primera persona lo que es la explotación del trabajo tengo claro que Podemos, por más tibias reformas que implantara es necesario como el pan. Y como yo, no poco de lo currantes que veo diariamente. Se trata ya -siempre lo fue, aunque ahora de forma más visible- de una cuestión de supervivencia, de dignidad en el vivir. Las disquisiciones teóricas en torno al rollo panfletario de siempre estarán muy bien y serán entretenidas de cojones pero aquí la realidad manda y todos los que no estén en ella y pretenden erigirse en dirigentes, portavoces o líderes de la clase obrera a la que invocan se pueden ir a tomar por culo porque aportan poco o nada. Echaos a un lado, y como diría Marti, si no van a luchar, respetad a los que lo hacen. Y no, repartir panfletos con el rollo de siempre y montar charlitas con los de siempre en el local de siempre no es luchar.