Veintiún años después, a comienzos de 1994, el órgano coordinador del Movimiento de Liberación Nacional Vasco (KAS, Koordinadora Abertzale Sozialista) publica un importante documento titulado Nuestro presente, nuestro futuro en el que se mantiene explícita y nítidamente la reivindicación del comunismo. En el capítulo 5 se dice que:
“5. NUESTRO FUTURO.
Euskal Herria y en concreto Hegoalde ha sufrido al igual que otros pueblos las consecuencias profundas y duraderas de los cambios capitalistas, de las sucesivas fases históricas de acumulación. Nuestro futuro, como nuestro pasado y presente, se mueve dentro de los cauces objetivos descritos. Cometeríamos un error de imperdonables consecuencias prácticas para la sobrevivencia de Euskal Herria si menospreciásemos u olvidásemos los contextos definitorios de la evolución mundial. No podemos analizar siquiera someramente las diferentes vías de futuro que se presentan a nuestro pueblo despreciando los problemas objetivos a nivel planetario.
Nosotras y nosotros, abertzales y revolucionarias, no analizamos los problemas del Pueblo Trabajador Vasco al margen de la situación angustiosa de la humanidad. Nos ubicamos dentro en lo práctico y en lo teórico.
* En lo práctico porque constatamos que la lógica infernal del Capital, su irracionalismo ciego y destructor está aniquilando al planeta en su conjunto. Nuestra práctica está inmersa, esencialmente inmersa en la lucha mundial de la humanidad contra el Capital. El hundimiento estrepitoso del mal llamado "socialismo real" ha dejado al desnudo al capitalismo real, al auténtico capitalismo que está conduciendo a la humanidad al desastre. Hace ocho décadas Rosa Luxemburg, profundizando las tesis de F. Engels y K. Marx, diagnosticó certeramente que la humanidad se había enfrentado ya al dilema de socialismo o barbarie. Hoy, en el umbral del s. XXI, el dilema se ha agudizado en extremo y NOS ENCONTRAMOS ABOCADOS A ESCOGER ENTRE COMUNISMO O CAOS.”
Y los párrafos que cierran y concluyen el documento enfatizan y desarrollan esa reivindicación. Dicen así:
“Es fútil especulación precisar cómo y por qué será nuestro futuro Estado. Sabemos lo que no queremos y no seremos. Sabemos algo, lo suficiente y necesario por ahora, de lo que sí tenemos que ser. Ninguna burguesía, ningún Estado capitalista puede darnos lecciones y mucho menos los peleles regionalistas que han fracasado en todo menos en vivir en la humillación. La independencia vasca es necesaria porque es posible. No es un sueño irrealizable. Lo que es manifiestamente imposible es salvar Euskal Herria dentro de "España" y "Francia". No reivindicamos lo imposible. Hacerlo es fraseología que oculta la cruda realidad y las medidas necesarias.
Nuestro modelo de construcción nacional es realizable. Lo verdaderamente imaginativo y creativo no es pedir lo imposible sino construir lo que es necesario.
Pero la independencia sí sería imposible si no fuera independencia efectiva de las/los oprimidas/os, si no se independiza del imperialismo, de las invisibles pero irrompibles cadenas del sojuzgamiento económico. La independencia no existe cuando hay que besar la mano de quien te da de comer a cambio de humillarte ante él. Eso es esclavitud encubierta que más temprano que tarde se vuelve como vulgar neocolonialismo.
Del mismo modo en que la independencia no es una utopía sino una necesidad, tampoco el socialismo es una utopía, también es una necesidad. No estamos hablando de ni defendemos a ciegas a los regímenes supuestamente socialistas que han fracasado. El socialismo que Euskal Herria necesita y que construirá debe nacer de sus propias entrañas, de su sangre y su alegría, de su sufrimiento y sus conquistas, de sus fuerzas conscientes y de su placer. Solamente los dictadores falsarios, con mentalidad jesuítica y triple moralidad impúdica, pueden mentir sobre el modelo de socialismo que Euskal Herria necesita y construirá en su momento. El socialismo es una necesidad porque el capitalismo es la muerte. Así de sencillo. Más fracaso que el socialismo está siendo el capitalismo.
Pero el socialismo no es el fin sino la entrada en la historia verdadera. El socialismo, del cual sólo tenemos fugaces y fulgurantes atisbos multicolores, es sólo el comienzo de algo difícilmente imaginable con rigor científico y prospectivo. El comunismo es un viejo y permanente sueño de la humanidad oprimida que, contra todos los poderes habidos y por haber, ha logrado infiltrarse de manera camuflada y parcial en las viejas utopías, en las religiones primitivas, en los textos sagrados que narran reinos de justicia y abundancia, de ausencia de dolor, trabajo y sufrimiento. El comunismo nació con nuestra especie y con su explotación se refugió en la clandestinidad. Desde allí, desde las tradiciones de los esclavos, parias, siervos, mujeres. pueblos oprimidos, proletarios, minorías marginadas y excluídas, desde el sufrimiento y el dolor, quiso una y otra vez tomar el cielo por asalto aún sabiendo que le esperaban la derrota y la tortura. Quiso vengar a la humanidad ajusticiando a dioses, reyes. militares y empresarios. Sigue en el intento.
Nosotros no renunciamos, no podemos hacerlo, a esa larga y gloriosa continuidad de luchas heroicas.
Nos identificamos en ellas como otras se identifican en nosotros. Donde haya una oprimida y oprimido, allí estaremos; y donde nosotros estemos estarán las oprimidas y oprimidos del mundo entero."