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    "Informe Secreto" de Kruschev al XX Congreso del PCUS

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    Mensaje por verdadyreconciliacion Lun Ene 31, 2011 8:01 pm

    En el socialismo persiste la producción mercantil, la ley del valor y la propiedad privada en muchos nichos, sectores y grupos.

    Así?, y eso quién lo dijo?. Marx?. Me parece que la propiedad privada no subsiste en el socialismo. La producción mercantil, no estoy seguro, la ley del valor, creo que sí.

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    Mensaje por The Vegan Marxist Lun Ene 31, 2011 8:54 pm

    I hope you can read english, Verdady.

    But your comment on private property and socialism. The original idealist position of socialism by Marx was that no private property could exist under socialism. Though, this was also to ensure no privately run industries were present as well.

    If this is how socialism is defined still, then no country was socialist. Each socialist country, ranging from the Soviet Union, Cuba, China, Vietnam, North Korea, etc. have had privately run industries, and some private land. The importance is that the economy is, of the majority, run publicly between the state and working class.

    As long as the private industries present doesn't dominate the economy, then it's still safe to say that the economy is still socialist.
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    Mensaje por Shenin Lun Ene 31, 2011 10:49 pm

    Erazmo escribió:Camarada Shenin, me acusaís de idealista pero os fundamentaré que el idealista curiosamente soís vos.

    1° prueba; "Sí, pero ni Stalin ni ningún marxista conscuente abstrae de esa forma tan idealista la "psicología de masas" de su base social y material. Como tampoco separa tan arficialmente el análisis dialéctico del análisis materialista."; ¿Cuáles son los marxistas consecuentes?, hay acaso una suscripción para poder serlo, vuestro escrito es simple idealismo, no hay base alguna para poder señalar "separar artificialmente análisis dialéctico y materialista", pretender establecer reglas es solo voluntarismo, y la voluntad es la representación más colosal del idealismo, y lo peor es que solo lleva al dogmatismo y sectarismo es decir a la muerte de las concepciones revolucionarias.

    2° Prueba; "La lucha de clases es el motor de la historia mientras no alcancemos la sociedad comunista sin clases. La lucha de clases no solo "está correcta para tomar el poder", sino que continua bajo el socialismo y debe ser profundizada para alcanzar el comunismo."; Para tomar el poder hay muchas formas de lucha, y la lucha de clases es solo una más. Pretender que bajo el socialismo haya lucha de clases es simple subjetivismo, otra expresión del idealismo.
    No hay naciones socialistas donde se haya experimentado algo así, tampoco en la URSS bajo gobierno de Stalin, donde la presunta lucha de clases fué solo un subterfugio para tomar el poder y después defender ese poder.
    Por el "motor de la historia", vamos por favor teneís que remear a tomas de aquino y su "motor inmóvil", eso es idealismo y escolástica; la historia tiene muchos motores; lo único cierto es que el humano antes de hacer arte o saber sumar debe alimentarse todo lo demás es discutible porque recordad que en el comunismo primitivo ese supuesto motor no existía pero historia había.


    3° Prueba; " La clase obrera tiene capas diferenciadas según sus condiciones materiales de vida, incluso durante el socialismo. Por tanto, las contradicciones entre estas capas y la posibilidad de que algunas de estas sean arrastradas por tendencias burguesas son verdades que sólo un oportunista negaría."; Lo que escribió Stalin y vos reafirmaís, no tiene fundamentación de ningún tipo es anticientífico y solo propaganda, Stalin inventó un ardid para atacar a trotsky y su pandilla, simple afianzamiento del poder y demostración de fuerza, de tener claro eso de "capas" las habría expuesto y demostrado pero solo es vaguedad sus letras. Demostración es lo que hizo Lenin cuándo con datos y pruebas de método científico señaló que la rusia de los zares estaba inmersa en una industrialización de tipo burgués y se contaba con una fuerza obrera fabril para nutrir las filas de la revolución ¡eso es demostración científica! lo de Stalin y lo vuestro es de momento de una incerteza total, y es solo subjetivismo idealista. Por lo de oportunismo, extraña expresión pero al menos yo prefiero quedarme junto a Lenin quién jamás analizó eso de las "capas" ni siquiera les prestó atención.


    4° Prueba; "Precisamente son los revisionistas como Jruschov y compañía quienes se amparan en los excesos de la etapa anterior para proclamar por decreto el fin de la lucha de clases. De hecho, ése es el contenido principal de su Discurso Secreto. Y, por lo que se ve en tu comentario, parece que tú te posicionas con Jruschov."; Los excesos de la etapa anterior, es decir Stalin cometió excesos, pero kruschev participó activamente de esos excesos y nadie del CC le dijo nada, nadie le refregó en las fauces que el era absolutamente culpable como Stalin de la "etapa anterior", kruschev no enterró la lucha de clases, lo de kruschev es simplemente tomar el poder y defenderlo no hay lucha de clases ¿cuál? es solo el poder y nada más. El escrito vuestro es ingenuidad y la ingenuidad es otra variable del idealismo, creer que unos eran buenos y los otros malos, ignorando que el motivo del discurso no fué más que tomar el poder, y advertir que pasaría a quién pretendiera arrebatárselo, el gordinflón procede igual que Stalin con sus "capas" nada más que lo llamó "terror staliniano".


    5° Prueba; "Es evidente que, previo al XX Congreso, hay una consolidación progresiva de posiciones por parte de los elementos oportunitas. Pero el caso es que la línea política del PCUS hasta 1956 era proletaria y comunista en lo esencial. "; ¿consolidación de posiciones oportunistas? vamos camarada todo el cc del pcus estaba con kruschev, al igual que toda la cúpula militar no había un posicionamiento ¡todos eran oportunistas!, y acá otra muestra de idealismo más la negación de la realidad y creer que las cosas ocurrían por otros factores, sí como tantas veces habeís señalado que el socialismo siguió estando presente en la URSS el congreso fué solo para linchar a stalin y por ende la línea proletaria y comunista se mantuvo, pero no fué así antes no había línea proletaria ni comunista, estaba la URSS una superpotencia y su esfera de influencia ¿eso es proletario y comunista? y después eso siguió igual. Lo que hay es simplemente la busqueda del poder, lo demás es una mascarada la historia así lo demostró.


    6° Prueba y final; "ellos se posicionan contra la línea oportunista del XX Congreso y tratan de reinstaurar la línea comunista en el PCUS. Esto es innegable. ¡Cayeron en desgracia por ello!"; exculpando un par de miserables cobardes, eso es ingenuidad-negacionismo solo idealismo, ¿pretendieron imponer la línea comunista? la historia no consigna nada de ello, no hay documentos ni archivos que lo demuestren, se les llamó los anti-partido por el obeso porque pretendieron disputarle el poder, y cuándo no lo consiguieron se fueron "para la casa" a disfrutar de la jubilación, nunca más se les vio por ninguna parte se desentendieron lo que revela que siempre fueron oportunistas y rastreros, ahí teneís los oportunistas que en otra línea mencionaís.


    Como conclusión, de vuestras líneas someteré a crítica una último escrito vuestro, "Menos mal, entonces, que Stalin no siguió tu consejo. Porque no fue la caballerosidad, sino desarrollar la industria pesada lo que derrotó a los nazis.", simple idealismo, a los nazis cualesquier gobierno de la URSS los habría derrotado más que la industria pesada fué el heroísmo del pueblo y el gigantesco territorio invadido lo que era el cadalso para los nazis, antes fueron los napoleónicos, luego los intervencionistas, y los nazis no serían la excepción. Para pelear y ganar más que industria pesada se requiere determinación, los afganos son la muestra de ello hoy.

    Que seaís idealista es coherente con vuestra admiración por Stalin, en realidad todos los stalinistas o autodenominados marxistas-leninistas antes que socialistas científicos deben ser idealistas, a los trotskistas honestos les ocurre lo mismo solo son idealistas, y lo mismo es con la admiración de cualesquier líder, que siempre son solo transitorios, el idealismo debe presidir a lo ideológico.


    Y quizá por eso Stalin "aún vive", como Trotsky, porque el idealismo lo ha preservado para las generaciones futuras.


    Prefiero el socialismo científico.



    Saludos Revolucionarios

    Nunca vi un troleo hecho con tanta clase. Me quito el sombrero.
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    Mensaje por Dzerjinskii Mar Feb 01, 2011 3:46 am

    verdadyreconciliacion escribió:
    En el socialismo persiste la producción mercantil, la ley del valor y la propiedad privada en muchos nichos, sectores y grupos.
    Así?, y eso quién lo dijo?. Marx?. Me parece que la propiedad privada no subsiste en el socialismo. La producción mercantil, no estoy seguro, la ley del valor, creo que sí.

    Negar la subsistencia de la propiedad privada de algunos medios de producción, sobre todo de la pequeña burguesía, es decir de los pequeños productores mercantiles, ya sea bajo la forma de campesinado como de artesanado, implicaría negar la base material de la lucha de clases en el socialismo y la necesidad misma de la dictadura del proletariado, el Estado, y en fin el socialismo mismo.
    El socialismo no es ni más ni menos que la lucha por sociabilizar ininterrumpidamente todos los medios de producción. Inmediatamente luego de la insurrección y la toma del poder, los más importantes, los que Lenin llamaba “las palancas de la economía”; luego, paulatinamente, el resto.
    Si la reacción burguesa solo fueran unos burgueses expropiados que conspiran en las sombras no serian una seria amenaza. La reacción burguesa que preocupa y destruye el socialismo es la que se sostiene sobre la supervivencia de vestigios capitalistas en la sociedad.

    Esto ya lo notaba Lenin:

    “¿qué significa la palabra transición? ¿No significará, aplicada a la economía, que en el régimen actual existen elementos, partículas, pedacitos tanto de capitalismo como de socialismo? Todos reconocen que sí. Mas no todos, al reconocer eso, se paran a pensar qué elementos de los distintos tipos de economía social existen en Rusia. Y en eso está todo el meollo de la cuestión. Enumeraremos esos elementos: 1) economía campesina, patriarcal, es decir, natural en grado considerable; 2) pequeña producción mercantil (en ella figuran la mayoría de los campesinos que venden cereales); 3) capitalismo privado; 4) capitalismo de Estado; 5) socialismo. Rusia es tan grande y tan abigarrada que en ella se entrelazan todos esos tipos diferentes de economía social. Lo original de la situación consiste precisamente en eso. Puede preguntarse: ¿qué elementos predominan? Está claro que en un país pequeñoburgués predomina, y no puede dejar de predominar, el elemento pequeñoburgués; la mayoría, la inmensa mayoría de los agricultores son pequeños productores de mercancías. Los especuladores, y el principal objeto de especulación es el trigo, rompen ora aquí, ora allá la envoltura del capitalismo de Estado (el monopolio de los cereales, el control sobre los patronos y comerciantes, los cooperadores burgueses).”

    “El pequeño burgués tiene reservas de dinero, unos cuantos miles, acumulados por medios "lícitos", y sobre todo ilícitos, durante la guerra. Tal es el tipo económico característico como base de la especulación y del capitalismo privado. El dinero es el certificado que les permite recibir riquezas sociales, y los millones de pequeños propietarios guardan bien ese certificado, lo ocultan del "Estado", no creyendo en ningún socialismo y comunismo, "esperando a que pase" la tempestad proletaria. Y una de dos: o sometemos a ese pequeño burgués a nuestro control y contabilidad (y podemos hacerlo, si organizamos a los campesinos pobres, es decir, a la mayoría de la población o semiproletarios alrededor de la vanguardia proletaria consciente), o él echará abajo nuestro Poder obrero inevitable e ineluctablemente (…) los elementos de la pequeña propiedad y del capitalismo privado se valen de muchos medios para minar la situación jurídica, para abrir paso a la especulación y frustrar el cumplimiento de los decretos soviéticos.
    (…) continuar la anarquía de la pequeña propiedad representa el peligro mayor y más temible, que nos hundirá indudablemente (si no lo vencemos), en tanto que pagar un mayor tributo al capitalismo de Estado, lejos de hundirnos, nos llevará por el camino más seguro hacia el socialismo. La clase obrera, después de aprender a proteger el orden estatal frente a la anarquía de la pequeña propiedad, después de aprender a organizar la producción en gran escala, en escala de todo el país sobre la base del capitalismo de Estado, tendrá entonces en las manos -disculpadme la expresión- todos los triunfos, y el afianzamiento del socialismo estará asegurado.”


    (V. I. Lenin “Acerca del infantilismo izquierdista y del espíritu pequeño burgués”
    Obras escogidas TII Edición: Progreso Moscu 1971, Pág. 379 y siguientes)

    No se que opinen los demás pero yo siempre entendí el socialismo como un periodo de “transición” al comunismo, en palabras de Marx “toda una época en que media la transformación revolucionaria de una sociedad en la otra” cito de memoria luego buscaré la cita textual.

    Además las leyes económicas (y todo el edificio social que se construye sobre ellas) no se pueden derogar por decreto, o ser creadas por antojo de los hombres, solo pueden ser comprendidas para facilitar, destrabar, estimular, desde la superestructura las que sirven al socialismo; mientras se condicionan y se minimiza los efectos de las nocivas. Entender esto es los que permitió a Lenin saber cuando era necesario implementar la NEP y a Stalin cuando era necesario y posible iniciar la colectivización.

    Corríjanme si me equivoco.

    Saludos
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    Mensaje por verdadyreconciliacion Mar Feb 01, 2011 7:57 pm

    La "época que media la transformación revolucionaria..." en palabras textuales de Marx, la nombra, "dictadura revolucionaria del proletariado"

    Sobre la cita de Lenin, allí mismo más abajo me parece que Lenin dice, que la URSS todavía no es socialista, sino que el nombre "URSS", habla de la voluntad de alcanzar el socialismo.


    El socialismo no es ni más ni menos que la lucha por sociabilizar ininterrumpidamente todos los medios de producción.

    De donde es la cita?.

    Estoy de acuerdo que las leyes económicas, no se pueden derogar por un decreto jurídico, y por eso es que las condiciones sociales de atraso en la Rusia, imposibilitaron un rapido acercamiento a la colectivización, además la alianza con los campesinos, imposibilitaba un enfrentamiento de frente contra la propiedad privada.

    Pero la constitución del 36, es una constitución socialista, colectivista, pero y vale decirlo habla de los koljoses como propiedad socialista. Eso no es cierto, los koljoses son propiedad privada, con esto jurídicamente se decreta que la propiedad es social.

    En el libro de Stalin, al final de su vida, se puede ver unos correctivos concretos a las inquietudes que suponía aquella producción mercantil, y la propiedad privada.

    Pero a mi del todo no me convencen las explicaciones. Kruschev, es justamente el resultado de aquella paradojica escena. En vez de socializar, el hablaba de hacer "la economía del koljos", dar mas autoridad a lso directores, autonomía, tirar lo que había de planificación.

    Su discurso, el de un oportunista encaramado, es sólo su justificacion. La verdad que no podía hacer mucho más.

    El obeso Kruschev, seguía la linea "proletaria pura", y todo aquel politburo de oportunistas, tb. Salvo Beria, del que se dice mucho, pero se conoce poco. Unos dicen que estaba mas a la derecha q Kruschev, otros que era un felón, otros que tenía en mente la continuidad del régimen sin cambios.

    La realidad es que fue el único dirigente de trayectoria, que fue liquidado por el gordo, y los demás se fueron de retiro de verano, se olvidaron que eran comunistas.

    A partir de esas premisas podemos hablar de "líneas puras", "cristalinas", " negras", etc.

    ¿Dónde estaban los comunistas en la URSS, cuando el obeso daba su discurso?
    ¿Dónde cuando empiezan las reformas?.

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    Mensaje por Dzerjinskii Miér Feb 02, 2011 3:17 pm

    verdadyreconciliacion escribió:La "época que media la transformación revolucionaria..." en palabras textuales de Marx, la nombra, "dictadura revolucionaria del proletariado"

    Precisamente, si es una "dictadura" es porque existe un Estado, si existe un Estado es porque hay clases sociales, si hay clases sociales es porque existen bases materiales más o menos importantes, y mas o menos controladas que las generan...
    No se, para mi es claro. El tema es no reducir “los vestigios burgueses” en el socialismo a una herencia del pasado, a “costumbres” “pensamientos” y “valores” sino tener precente que mientras exista la ley del valor, su vehiculo la producción mercantil y en fin una determinante cantidad de trabajo humano incorporado en los productos, estaremos midiendo esos “pedacitos de lo nuevo y de lo viejo” como plantea Lenin.

    verdadyreconciliacion escribió: Sobre la cita de Lenin, allí mismo más abajo me parece que Lenin dice, que la URSS todavía no es socialista, sino que el nombre "URSS", habla de la voluntad de alcanzar el socialismo.

    Así es: "No ha habido, a mi juicio, una sola persona que al ocuparse de la economía de Rusia haya negado el carácter de transición de esa economía. Ningún comunista ha negado tampoco, a mi parecer, que la expresión República Socialista Soviética significa la decisión del Poder soviético de llevar a cabo la transición al socialismo, mas en modo alguno, el reconocimiento del nuevo régimen económico como socialista."

    Por eso mismo considero que esta "decisión" de la que habla Lenin se expresa en la legislación, la forma que tiene un Estado de minimizar las consecuencias nocivas y estimular las positivas de las leyes objetivas, de las fuerzas sociales, en la sociedad.

    verdadyreconciliacion escribió: "El socialismo no es ni más ni menos que la lucha por sociabilizar ininterrumpidamente todos los medios de producción". De donde es la cita?.

    No es una cita, es algo que yo digo y no creo que sea contradictorio con el marxismo.

    verdadyreconciliacion escribió: Pero la constitución del 36, es una constitución socialista, colectivista, pero y vale decirlo habla de los koljoses como propiedad socialista. Eso no es cierto, los koljoses son propiedad privada, con esto jurídicamente se decreta que la propiedad es social.
    En el libro de Stalin, al final de su vida, se puede ver unos correctivos concretos a las inquietudes que suponía aquella producción mercantil, y la propiedad privada.
    Pero a mi del todo no me convencen las explicaciones. Kruschev, es justamente el resultado de aquella paradojica escena. En vez de socializar, el hablaba de hacer "la economía del koljos", dar mas autoridad a lso directores, autonomía, tirar lo que había de planificación. Su discurso, el de un oportunista encaramado, es sólo su justificacion. La verdad que no podía hacer mucho más.
    El obeso Kruschev, seguía la linea "proletaria pura", y todo aquel politburo de oportunistas, tb. Salvo Beria, del que se dice mucho, pero se conoce poco. Unos dicen que estaba mas a la derecha q Kruschev, otros que era un felón, otros que tenía en mente la continuidad del régimen sin cambios.

    La insistencia de Stalin hasta sus últimos días en que faltaba dar un paso más con respecto a los Koljos es precisamente lo que lo opone a lo que luego realizaron los revisionistas, que es, no solo dar más libertades y desregular los Koljos, sino trasladar esta forma de producción a otros sectores de la producción que estaban socializados.

    Como yo lo veo la constitución de 1936 sigue expresando esa “decisión” de avanzar hacia el socialismo, seguro con más confianza, (lo que no es para menos luego de los éxitos obtenidos) pero se nota que expresa la lucha de lo viejo y de lo nuevo, tal cual lo describiera Lenin y como no podía ser de otra forma:

    Fíjense como partiendo de esto:

    Artículo 4.-- La base económica de la URSS son el sistema socialista de economía y la propiedad socialista de los instrumentos y medios de producción, afirmados como resultado de la supresión del sistema capitalista de economía, de la abolición de la propiedad privada de los instrumentos y medios de producción y de la anulación de la explotación del hombre por el hombre.

    Se continúa, pero “delimitando” y especificando el artículo 4:

    Artículo 5.-- La propiedad socialista tiene en la URSS dos formas: propiedad del Estado (patrimonio de todo el pueblo) y propiedad cooperativo-koljosiana (propiedad de cada koljós, propiedad de las asociaciones cooperativas).

    Artículo 6.-- Son propiedad del Estado, es decir, patrimonio de todo el pueblo, la tierra, el subsuelo, las aguas, los bosques, las fábricas, las minas, el transporte ferroviario, acuático y aéreo, los bancos, los medios de comunicación y las grandes empresas agropecuarias organizadas por el Estado (sovjoses, estaciones de máquinas y tractores, etc.), así como las empresas de servicios municipales y el fondo fundamental de viviendas en las ciudades y localidades industriales.

    Artículo 7.-- La propiedad social, socialista, de los koljoses y de las organizaciones cooperativas está constituida por sus empresas colectivas, sus bienes muebles, inmuebles y semovientes, la producción que obtienen y sus edificios colectivos.
    Además del ingreso fundamental de la hacienda koljosiana colectiva, cada hogar koljosiano tiene en usufructo individual, de acuerdo con los Estatutos del Artel Agrícola, una pequeña parcela y posee en ella en propiedad personal una hacienda auxiliar, casa de vivienda, ganado de renta, aves de corral y pequeños aperos de labranza.

    Artículo 8.-- La tierra que ocupan los koljoses les queda adscrita en usufructo gratuito y por tiempo ilimitado, es decir, a perpetuidad.

    Artículo 9.-- A la par con el sistema económico socialista, forma dominante de economía en la URSS, la ley permite la pequeña hacienda privada de los campesinos y artesanos individuales, basada en el trabajo personal y que excluye la explotación del trabajo ajeno.

    Artículo 10.-- La ley protege el derecho de los ciudadanos a la propiedad personal de los ingresos y ahorros procedentes de su trabajo, la vivienda y la hacienda doméstica auxiliar, los objetos de uso doméstico, de consumo y de comodidad personal, así como el derecho de herencia de la propiedad personal de los ciudadanos.


    Decir que Kruschev continuo la "línea proletaria pura" me parece un error. De hecho el termino “proletaria pura” es poco satisfactorio. Yo prefiero pensarlo como si se continúo o no con el “plan leninista” o algo así, que fue el que se impuso ante las opciones presentadas por el grupo el grupo de Bujarim y el de Trotsky/Preobrazensky.
    Es decir un “capitalismo de Estado” bajo control obrero que va desarrollando las fuerzas productivas y barriendo la pequeña producción mercantil, mientras va socializando ininterrumpidamente, pero en función de la correlación de fuerzas, todos lo medios de producción.

    Sin duda la constitución de 1936 es el reflejo de que se había avanzado mucho y que en lo fundamental ya se podía hablar de un sector socialista de la economía, pero, lejos se estaba de un socialismo pleno y consolidado. No hay que confundir la realidad con la necesaria y justa propaganda que era necesario desarrollar, no solo en la URSS sino, y sobre todo, hacia fuera.


    Saludos
    Shenin
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    Mensaje por Shenin Dom Feb 13, 2011 7:49 pm

    El informe secreto de Jruschov



    La leyenda negra sobre Stalin no sólo no terminó con su muerte en 1953 sino que fue justamente entonces cuando se infló con las más groseras falsificaciones históricas. Y de nuevo fueron quienes habían aparentado ser sus más próximos colaboradores los que, como buitres, se lanzaron a devorar su memoria.

    No habían pasado tres años de su muerte cuando en febrero de 1956, en una sesión nocturna del XX Congreso del PCUS, Jruschov pronuncia por sorpresa un discurso conteniendo un balance de la etapa soviética anterior. Para pronunciar ese discurso, Jruschov obligó a salir a los delegados de otros partidos comunistas, aunque a algunos de ellos les dio una copia unos momentos antes de pronunciarlo, con ruego de no difundir su contenido. El informe jamás se aprobó previamente por ningún órgano de dirección del PCUS, ni tampoco fue luego sometido a votación. Ni siquiera fue publicado dentro de la URSS con posterioridad. El informe que denunciaba el culto a la personalidad fue una decisión personal de Jruschov.

    Sin duda, constituye un caso único en la historia del movimiento comunista internacional; muchos comunistas del mundo entero se enteraron de su contenido por la prensa burguesa y quedaron desagradablemente sorprendidos. El informe no se divulgó jamás en el interior de la URSS porque hubiera chocado con la arraigada simpatía de los obreros y campesinos soviéticos hacia Stalin.

    Naturalmente que el secreto lo explica Jruschov de una manera bien distinta: Especialmente la prensa no debe estar informada. Por esta razón examinamos esta cuestión aquí, en sesión del Congreso a puerta cerrada. Hay límites para todo. No debemos proporcionar municiones al enemigo; no debemos lavar nuestra ropa sucia ante sus ojos. Sucedió todo lo contrario: los comunistas del mundo entero se enteraron de un informe del Secretario General del PCUS al Congreso gracias al New York Times en junio. Era la segunda vez que la prensa imperialista reproducía documentos de esa trascendencia para los comunistas; la anterior fue el llamado testamento de Lenin.

    Nunca se quiso mantener secreto el informe, sino dosificar bien su mensaje. De ahí que se leyera su contenido en organizaciones de base del PCUS y que se entregara una copia a algunos dirigentes de otros partidos comunistas. Había que ir preparando el terreno, dejar correr el rumor. Las consecuencias son bien evidentes: el informe desarmó al proletariado y rearmó a la burguesía precisamente en un momento delicado presidido por la guerra fría, por el maccarthiysmo, en donde la guerra psicológica era imprescindible para destruir el prestigio que la URSS gozaba en todo el mundo. Por eso, a pesar de su secreto, fue divulgado por todos los medios occidentales a los cuatro vientos hasta el punto de convertirse en uno de los documentos históricos más mencionados, un verdadero punto de referencia para analizar Stalin y toda su etapa al frente de la URSS.

    El origen del informe proviene de un acuerdo del Buró Político que encomendó a una comisión bajo la dirección de Pierre Pospelov la redacción de un informe sobre la etapa de Stalin al frente del Partido. Parece importante consignar aquí que Pospelov había presidido otra comisión que redactó una Biografía Resumida de Stalin que se publicó poco antes de su muerte y Jruschov afirma en su informe que esa Biografía fue retocada por el mismo Stalin para auto-halagarse. En cualquier caso, en el transcurso de muy pocos años, Pospelov redacta una biografía de Stalin hagiográfica y luego un informe totalmente opuesto, insultante y despectivo incluso en el aspecto personal. Pasa de un extremo al otro sin paradas intermedias, como quien escribe al dictado; no importa el contenido porque tanto se puede afirmar una tesis como su opuesta.

    En 1956 la comisión presidida por Pospelov no había llegado a ninguna conclusión o, si lo hizo, nunca se publicó y, en realidad, el informe de Jruschov tampoco parece existir porque lo que conocemos son las actas taquigráficas de su discurso. Jruschov parece no leer un texto escrito, sino improvisar sobre la marcha sobre la base de unas anotaciones previas y, conociendo la proverbial locuacidad y la frivolidad intelectual de Jruschov, su contenido debe tomarse con una cautela extraordinaria. Esa precaución es tanto más necesaria en cuanto que algunas de las versiones publicadas, por ejemplo las estadounidenses, han sido mutiladas parcialmente.

    Así que no puede analizarse su contenido sin tener todo eso en cuenta y, además, sin dejar constancia de las groseras falsificaciones que contiene. La primera de ellas es una falsedad formal: Jruschov dice hablar en nombre del Comité Central, lo que no es cierto, pues ni siquiera tenía autorización del Buró Político. Habla en su propio nombre y no tiene otra legitimidad que la que le otorga su condición de Secretario General improvisando una intervención fuera del orden del día del Congreso.

    Además, Jruschov lanza un ataque que, en definitiva, es una ofensa personal dirigida contra Stalin que, por su misma subjetividad (suspicaz, desconfiado, caprichoso, irritable, loco, arrogante, megalómano), lo inutiliza como fuente veraz para reconstruir los sucesos históricos. Lo mismo dice de otros personajes, como el juez Rodos, a los que califica de viles o de degenerados moralmente. Ese tipo de calificativos se los permite emitir alguien como Jruschov que critica la depuración, por ejemplo, de un dirigente del Partido como Kossior -al que por cierto se refiere en numerosas ocasiones- al tiempo que calla que fue él quien ocupó su lugar sin emitir protesta alguna. Por tanto, el informe no es sólo un relato personal de Jruschov sino que en su contenido todo está plagado de personalismos.

    Otro dato importante que demuestra hasta qué punto Jruschov no es un observador ajeno e imparcial de los hechos, es la versión que ofrece de la batalla de Jarkov durante la guerra mundial. En mayo de 1942 tanto los soviéticos como los nazis se aprestaban a la ofensiva en los alrededores de Jarkov. Por la parte soviética, el plan de ofensiva se le propuso a Stalin por el Consejo Militar del frente de los que eran máximos responsables Timoshenko en lo militar y Jruschov como comisario político. El Gran Cuartel General, entre ellos Stalin, rechazó el plan y, en lugar de desistir del mismo, Timoshenko y Jruschov lo modificaron e insistieron en la ofensiva y equivocadamente, el Gran Cuartel General acabó aceptando la ofensiva. Aún modificado, el plan adolecía de graves defectos: la zona de ataque no era la más apropiada, los flancos y la retaguardia eran vulnerables, no existían reservas suficientes y ni tampoco superioridad sobre los fascistas que asegurara el buen fin del operativo. Muy rápidamente las tropas soviéticas se vieron en graves apuros, pero Timoshenko y Jruschov no suspendieron el ataque. Tuvo que ser el general Vasilievski, jefe del Estado Mayor, quien pidiera al Gran Cuartel General la paralización del ataque, que llegó muy tarde. Nada menos que cuatro generales soviéticos cayeron en combate, por no contar las innumerables pérdidas en combatientes (cientos de miles según Jruschov) y armamento. En cualquier caso, el traslado a Stalin de sus propias responsabilidades demuestra a las claras el carácter falaz de un manipulador tan descarado como Jruschov.

    Los marxistas nunca hemos creído que esas enemistades fuesen en ningún caso de tipo personal, sino que se trataba de una verdadera lucha de clases, y cuando Jruschov (y tras él todos los revisionistas y la misma burguesía) aluden a cuestiones personales lo que tratan es de encubrir la lucha de clases que allí subyace. Esto conduce naturalmente a reconocer que cuando esos ataques personales eran tan duros es porque la misma lucha de clases revestía la forma de un choque intenso, es decir, todo lo contrario del punto de partida de Jruschov, según el cual, la lucha de clases se atenuaba con el desarrollo de la sociedad socialista.

    Por otro lado, es también evidente que esa lucha de clases se había trasladado al interior mismo del Partido Comunista. Ya no se trataba de combatir al zarismo, ni a los kulaks, ni a los mencheviques, ni a los trotskistas. El enemigo estaba al lado mismo, en el asiento contiguo, y el propio informe reconoce que poco antes de morir Stalin preparaba una nueva depuración en la dirección del PCUS, que quería acabar con todos los miembros del Buró Político y nombrar en su lugar a personas menos experimentadas. Es posible que Jruschov atisbara entonces su reemplazo, aunque no se menciona a sí mismo sino a sus enemigos dentro de la dirección, entre ellos Molotov, Kaganovich y Voroshilov. Aquí parece indudable que Jruschov desvía la atención hacia terceras personas a las que trata de atraer en su crítica contra Stalin y, por tanto, ganar para su propia causa. Exponente de unas determinadas posiciones políticas vencidas en anteriores purgas, Jruschov no pudo imponer esas mismas posiciones sin proceder, a su vez, a depurar la dirección de los verdaderos comunistas y rehabilitar a sus predecesores. Es reveladora una carta de Molotov al Presídium del Comité Central muy pocos días después del XX Congreso en la que denuncia el aventurerismo derechista y concreta las divergencias que se venían manifestando dentro de la dirección del PCUS:

    Alto secreto

    A mis camaradas del Presídium

    De V. Molotov

    Una vez concluido el XX Congreso del Partido quiero advertir a mis colegas del peligro con que nos enfrentamos como resultado de nuestras acciones. Hablo libremente porque, como es bien sabido, acepté la decisión colectiva, denuncié mis propias ideas, expresadas con anterioridad y me uní a un esfuerzo que, no puedo ocultarlo, sigo considerando como aventurerismo derechista.

    Recordemos las discusiones que han tenido lugar durante los años pasados y que han culminado ante el Congreso.

    Algunos de nuestros camaradas adoptaron la siguiente posición:

    1. En una reacción prolongada de la guerra de Corea, los Estados Unidos estaban dedicando sus esfuerzos de un modo primordial al desarrollo de un anillo de pactos militares.

    2. Estos pactos eran impopulares y al mismo tiempo ineficaces. Los pueblos de los países afectados deseaban la paz, el desarrollo económico y un creciente desarrollo nacional, así como una posición mejor para sus naciones.

    3. Por tanto, era el momento oportuno para asociarnos con estos sentimientos emocionales y desbordar a los americanos.

    Yo encabecé a los que adoptaron una posición opuesta, entre los que se contaban los más experimentados de entre nosotros en esas cuestiones. Manteníamos la siguiente posición:

    a) La táctica propuesta fortalecería a los Gobiernos burgueses existentes, concedería tiempo a dichas naciones para organizarse y fomentaría una fase prolongada de desarrollo burgués.

    b) La influencia que obtendríamos con una táctica semejante sería superficial y no podría traducirse en una toma del poder seria por parte de los comunistas.

    c) La táctica necesaria del Frente Popular dentro de esos países haría imposible el desarrollo de la táctica de guerrillas e infiltración que es la única que promete éxito en esas zonas.

    d) Podríamos vernos arrastrados a una competencia económica costosa en un momento en que nuestros recursos son altamente necesarios para finalidades militares y económicas dentro de la Unión Soviética.

    La única esperanza que cabía hacerse consistía en que sin ayuda americana esos países, con sus estúpidos métodos burgueses, fracasarían, en sus planes económicos y se volverían hacia nosotros.

    Repito que considerábamos la táctica propuesta como una negación de todas las lecciones de nuestra experiencia, desde la victoria de Lenin, en octubre, a nuestro triunfo diplomático en Ginebra, en 1954, en la cuestión de Indochina. Hasta ahora nuestro movimiento no ha confundido nunca los síntomas superficiales del poder y de la influencia con su esencia. En último análisis, el poder es una cuestión de control físico, y la política propuesta no promete en modo alguno el control físico. Al contrario, hace más difícil el problema de su adquisición.

    Como sabéis muy bien, ninguno de los que abogaban por la política propuesta fue capaz de explicarnos cómo se pasa de los pactos económicos y de los collares de flores para nuestros colegas a la adquisición seria del poder. Pero nuestro inteligente y flexible camarada Mikoyan dejó bien sentada la cuestión con sus dos famosas proposiciones:

    1. Lo que es malo para los Estados Unidos es bueno para la Unión Soviética.

    2. Mikoyan puede obtener beneficios de la ayuda económica soviética.

    Estos dos conceptos superficiales y, si se me permite, casi cosmopolitas, dejaron bien sentada la cuestión; y nos unimos todos para enunciar las doctrinas del XX Congreso: coexistencia prolongada, frentes populares y todo la demás.

    ¿Por qué vuelvo ahora a estas cuestiones dolorosas, tras de haber aceptado de buena gana la decisión colectiva? Lo hago porque en este momento creo que bien pronto veremos cómo se dispara la trampa americana sobre nosotros. Estamos comprometidos en esas posiciones y políticas altamente fluidas. Cada día llevamos a cabo algunas medidas, y fortalecemos en algún modo a Gobiernos no comunistas sobre los que no tenemos ningún control real. En tanto que los americanos prosiguen su política actual podemos influir indudablemente sobre esos Gobiernos, para que actúen en nuestro interés. ¿Pero están obligados los americanos a seguir concentrándose estúpidamente en sus pactos militares? ¿Son sus círculos dirigentes (que pueden achacar los cambios a excusas tan absurdas como unas elecciones a la opinión pública mercurial), son sus círculos dirigentes -os pregunto- incapaces de cambiar su política económica exterior? Y si lo hacen, ¿qué controles dignos de confianza poseemos sobre los Gobiernos medioorientales y asiáticos para asegurarnos de que, una vez fortalecidos, no volverán a adherirse al bloque americano?

    Siempre hemos sabido que el margen de éxito o fracaso del segundo plan quinquenal indio era una cuestión de unos cuantos miles de millones de dólares en divisas extranjeras. Esto llegó a excitar incluso a algunos de nuestros camaradas. Recordad que sólo con grandes esfuerzos logré persuadir a algunos camaradas para que no hiciesen de este plan un éxito de Nehru prestándole ese dinero. Pero, ¿creéis que los americanos, que han estado fingiendo estupidez en esta cuestión, son incapaces de realizar la oferta ahora, una vez que nos hemos lanzado al aventurerismo derechista? El dinero significa poco para ellos; y si prolongan el auge del automóvil, como nos decía ese gran experto en capitalismo americano que es Mikoyan, tendrán que hacer préstanos al extranjero en el próximo año si quieren mantener el pleno empleo.

    Y lo mismo puede decirse de Birmania, Indonesia, Pakistán y -tomad nota de mis palabras- de Oriente Medio.

    Camaradas: estamos jugando con fuego burgués y acabaremos por quemarnos. Se nos ha tendido un cepo. Bien pronto los americanos volverán a esas zonas pobres con dinero, técnicos e intereses y misioneros; y los pueblos estarán contentos al volverles a ver. La India obtendrá Goa con apoyo americano y con un gran crédito para América gracias a la inteligencia de Dulles. Pronto tendremos que volver a los principios auténticos de Lenin y Stalin- sí, de Stalin- y más nos valdría empezar a pensar sobre lo que tendríamos que hacer en ese caso.

    V. Molotov, 29 de febrero de 1956
    .

    Molotov no podía ser más claro acerca de las divergencias y su pronóstico resultó plenamente certero. La Unión Soviética siguió jugando con el fuego burgués y acabó cayendo en la trampa que le habían tendido los imperialistas.

    La experiencia del derrumbe de los países socialistas ha demostrado la exactitud de la fórmula Stalin: quienes han restaurado el capitalismo han sido los propios comunistas. Ni el socialismo se ha venido abajo por sí mismo, ni lo derribó el imperialismo por más guerras que desató. En todos los países la caída del socialismo ha sido obra de la quinta columna, del caballo de Troya, lo que confirma plenamente la tesis de Stalin y desmiente a Jruschov.

    No es la única coincidencia, porque el tratamiento que Jruschov ofrece sobre el conflicto con la Yugoslavia de Tito, inflado artificialmente, proporciona la clave sobre la naturaleza de las pretensiones revisionistas, que eran las mismas de Tito, a saber, la restauración capitalista en la URSS. Por eso tampoco es coincidencia que Tito fuera uno de los primeros en disponer de una copia del informe.

    Sin embargo, ni el informe ni los Recuerdos de Jruschov son en absoluto veraces, por más que coincidan los relatos ideológicos aparentemente alejados. Eso sólo demuestra que las leyendas, por fantásticas que sean, no son sólo propias de la prehistoria sino de acontecimientos bien cercanos. En el caso de los Recuerdos, publicados en 1970 en Estados Unidos, el propio Jruschov jamás los reconoció como propios, lo que no ha sido óbice para que se extraiga de ellos buena parte de la leyenda negra que persigue a Stalin.

    Pero el informe de 1956 no es apócrifo y, en consecuencia, hay que analizarlo como un episodio más de la lucha de clases en la URSS, desenvuelto en el interior mismo del Partido Comunista que se salda esta vez con la derrota de las posiciones revolucionarias. Por eso mismo el informe no es veraz, porque la verdad es siempre revolucionaria y los revisionistas hubieron de recurrir a la calumnia para imponerse.

    Curiosamente el informe comienza reconociendo los méritos de Stalin, que es justamente la parte del informe mutilada en algunas ediciones estadounidenses. Pero esa parte de la biografía de Stalin es muy conocida y no interesa -dice Jruschov- porque quiere centrarse en el culto a la personalidad. E inmediatamente rechaza, con diversas citas de Marx, Engels y Lenin, dicha práctica, de la que responsabiliza exclusivamente al propio Stalin. Eso es obviamente falso porque es conocido que Stalin repudió tanto el halago hacia sí mismo como los halagos provenientes de terceros. El culto a la personalidad fue practicado por quienes le rodearon, especialmente el propio Jruschov. Por sí mismo esto demuestra la doblez de este personaje. Pero es que, además, en aquella época era muy frecuente que ciudades, fábricas, koljoses o escuelas llevasen el nombre no solamente de Stalin sino el de cualquier otro dirigente del Partido en activo. Por lo demás, fue muy característico el empleo de todo tipo de menciones honoríficas, como condecoraciones, medallas, insignias y distinciones de lo más diversas que ostentaban millones de personas. No era una falta de modestia, como dice Jruschov, sino una forma de promocionar determinadas actitudes, los estímulos morales, de dar ejemplo, de agitar y movilizar en definitiva. Desde luego, para los comunistas ese es un sistema preferible a los estímulos materiales que Jruschov comenzó a introducir en el sistema económico soviético y que se convirtieron en otros tantos factores de disgregación capitalista. Por lo demás, es un gesto demagógico y grotesco afirmar, como hace el informe, que poner el nombre de Stalin a un sovjós, por ejemplo, sea una forma de regresar a la propiedad privada, pero es indicativo de la pobreza ideológica del informe.

    Además, Jruschov desgrana otras supuestas cualidades de Stalin que resultan de utilidad para sus propios fines: omnipotencia, violaciones de la legalidad, despotismo unipersonal, facultades ilimitadas, etc. El objetivo es responsabilizar a Stalin de todos los problemas, hasta el punto de sostener que en realidad el problema era el mismo Stalin, no solamente como dirigente comunista sino incluso personalmente. Stalin era brutal, no consultaba con nadie, exigía sumisión absoluta: él solo decidía sobre todos los asuntos, nos quiere hacer creer Jruschov.

    La demostración de todo ello es volver sobre el testamento de Lenin que Jruschov difundió junto con su informe a los delegados del XX Congreso. Lo que Jruschov dice es lo siguiente: si en vida de Lenin Stalin se permitió tratar de manera tan poco delicada a su mujer, podemos imaginarnos cómo trataba a todos los demás y cómo con el tiempo ese carácter suyo se agravó aún más. El mismo Jruschov que coincidió con él desde que ingresó en 1934 en el Comité Central, no pone más ejemplos de brutalidad que ése, de manera que basta un solo supuesto para endosar un rasgo sicológico a una persona para todo el resto de su vida y extender ese rasgo personal y privado a su actuación pública. Es muy chocante porque, además, Jruschov afirma que inicialmente Stalin acertó al combatir las diversas desviaciones dentro del Partido, pero que a partir del XVII Congreso celebrado en 1934, el problema se agravó. Por tanto, justamente en el momento en el que Jruschov es elegido miembro de la dirección es cuando se agrava el problema, si bien él no tiene responsabilidad alguna en ello, ni pone ejemplo ninguno de abuso o intolerancia, ni siquiera su propia experiencia como dirigente.

    En esto, como en otros extremos, las afirmaciones de Jruschov no coinciden con las memorias de otras personas que trabajaron junto a Stalin, memorias incluso publicadas con posterioridad al informe secreto y que ofrecen un retrato personal de Stalin bien diferente al que dibuja Jruschov.

    Las falsedades y olvidos comienzan cuando el informe dice que a lo largo de toda la guerra mundial no se reunió nunca el Comité Central, lo cual no es cierto porque se celebró al menos una el 27 de enero de 1944. Otro tipo de falsedades muestran bien a las claras el tipo de calumnias vertidas por Jruschov, como la que afirma que Stalin analizaba las batallas de la guerra mundial en un globo terráqueo o mapamundi como los que utilizan los niños en la escuela primaria. Otra afirmación del mismo carácter es aquella que dice que Stalin se informaba sobre la situación de la agricultura a través del cine. Este tipo de falsedades prueba que lo que pretendía Jruschov no era tanto convencer intelectualmente como denostar emocionalmente la figura de Stalin, de ridiculizar, quebrar la imagen de que entonces gozaba Stalin en todo el mundo, extremo éste en el que coincide puntualmente con el maccarthysmo imperante entonces en Estados Unidos, del que es un complemento imprescindible. El informe falsea también la realidad cuando afirma que Stalin nunca admitió haber cometido ni un solo error, pues en sus obras constan numerosas rectificaciones y autocríticas.

    Para rematar todo el cúmulo de contradicciones, Jruschov introduce una última, que constituye un halago hacia Stalin que choca con todo lo anteriormente expuesto y vuelve sobre la apología expresada al comienzo: Stalin estaba convencido que eso era necesario para la defensa de los intereses de la clase obrera contra las intrigas de los enemigos y contra los ataques del campo imperialista [...] No podemos decir que sus actos fueran los de un déspota lleno de vértigo. Estaba convencido de que eso era necesario en interés del Partido, de las masas trabajadoras, para defender las conquistas de la revolución. ¡Ahí es donde reside la tragedia!

    Ni aquellos insultos ni estos halagos son creíbles. Su objeto es tratar de suavizar el ataque para que el mensaje de fondo penetrara con mayor fuerza. Es frecuente que alguien cometa errores con una intención opuesta a la que realmente consigue, pero es imposible cometer errores de la naturaleza de los que Jruschov denuncia con el propósito de defender a la revolución, al Partido Comunista y a la clase obrera. Los errores que el informe consigna sólo se pueden cometer deliberada e intencionadamente; si no existe esa mala intención, como dice Jruschov, no son posibles esos errores. No es posible defender al Partido Comunista depurando a los comunistas honestos; o los comunistas no eran tan honestos o Stalin no tenía esa intención.

    Para los comunistas lo importante es que el informe secreto forma parte de una dura lucha de clases en el interior del Partido Comunista de la Unión Soviética que, además, no se circunscribía a aquel momento sino que venía de atrás. Los revisionistas como Jruschov tampoco lo tuvieron fácil para imponerse en la dirección sino que se produjeron diversas alternativas, avances y retrocesos. El informe fue desmentido bien pronto por resoluciones posteriores del Partido Comunista de la Unión Soviética, la principal de las cuales es la de 30 de junio de aquel mismo año, que decía:

    Sus enemigos enviaron a la URSS un gran número de espías y de agentes provocadores esforzándose por todos los medios por dislocar el primer estado socialista del mundo [...]

    Los manejos de la reacción internacional eran tanto más peligrosos cuanto que en el interior del país una cruel lucha de clases proseguía hacía mucho tiempo para resolver la cuestión de saber ‘quién vencerá’.

    Tras la muerte de Lenin, se manifestaron tendencias aún más sediciosas en el Partido: los trotskistas, oportunistas de derecha, nacionalistas burgueses que reprobaban la teoría leninista según la cual el socialismo podía nacer en un solo país, reprobación que de hecho habría conducido a la restauración del capitalismo en la URSS. El Partido llevó una lucha sin descanso contra esos enemigos del leninismo [...]

    Esas circunstancias interiores y exteriores complejas exigían una disciplina de hierro y una vigilancia reforzada, la centralización más rigurosa de la dirección, lo que forzosamente debía tener consecuencias negativas en el desarrollo de ciertas formas de democracia [...]

    Todas esas dificultades sobre la vía de la edificación del socialismo fueron superadas por el pueblo, bajo la dirección del Partido Comunista y de su Comité Central que han seguido constantemente la línea general trazada por Lenin [...]

    Stalin ocupó mucho tiempo el puesto de secretario general del Comité Central del Partido y, con otros dirigentes, luchó por realizar los preceptos de Lenin. Se consagró al marxismo-leninismo y, en tanto que teórico y gran organizador, tomó la dirección de la lucha del Partido contra los trotskistas, los oportunistas de derecha, los nacionalistas burgueses, contra los manejos de los países capitalistas que cercaban a la URSS.
    En esta lucha política e ideológica, Stalin adquirió una gran autoridad y una gran popularidad.

    Esta posición, aunque insuficiente, es correcta y, como decimos, indica que en la dirección del PCUS estaba desatada una sorda batalla entre dos líneas irreconciliables. El día de Nochevieja, Jruschov da marcha atrás y afirma en un discurso: Si se trata de luchar contra el imperialismo, podemos afirmar que todos nosotros somos stalinistas [...] Desde este punto de vista, me siento orgulloso de que seamos stalinistas. Este discurso no fue publicado por la prensa soviética, pero el 17 de enero repetirá en la embajada china: Como el propio Stalin, el stalinismo es inseparable del comunismo. Como suele decirse, quiera Dios que cada comunista luche como Stalin lo hizo. Este discurso lo publicó Pravda dos días después y muestra, por un lado, la nula fiablidad de Jruschov como político y, por el otro, que la cuestión de Stalin distaba de resultar algo pacíficamente admitido.

    Esas vacilaciones de Jruschov se producían a pesar de la intensa sustitución de dirigentes en todos los organismos del Partido Comunista. Las cifras de depurados dan cuenta de la batalla que supuso el cambio de línea política en el interior del Partido Comunista. Hasta 1962 Jruschov había expulsado al 70 por ciento de los miembros del Comité Central elegidos en el Congreso de diez años antes, y en el XXII Congreso, celebrado en 1960, a casi la mitad de los elegidos en 1956. Poco antes del XXII Congreso, so pretexto de la rotación de cuadros, sustituyó al 45 por ciento de los miembros de los comités centrales de los partidos de las repúblicas federadas, de los comités regionales y provinciales. Además también fueron depurados el 40 por ciento de los militantes de los comités urbanos del Partido. En 1953 otra nueva depuración, esta vez con el pretexto de reorganizar la producción, sustituyó a más de la mitad de los miembros de los comités centrales y provinciales de las repúblicas federadas.

    Además de la lectura del informe secreto, el PCUS introdujo en el Congreso de 1956 toda una batería de concepciones extrañas al marxismo-leninismo, a saber:

    — la posibilidad de una transición pacífica al socialismo

    — la sustitución de la dictadura del proletariado por el Estado de todo el pueblo donde desaparece la lucha de clases

    — el cambio en la concepción del internacionalismo proletario, de la coexistencia pacífica y la negación de la inevitabilidad de las guerras bajo el imperialismo

    — la absolutización de la contradicción entre el capitalismo y el socialismo

    — la introducción de los incentivos materiales en el sistema económico como elemento de corrupción de la clase obrera

    — la emulación socialista según la cual, la URSS adelantaría a los países capitalistas hacia 1970 en tecnología y bienestar

    Así que no es de extrañar que Jruschov se reconciliara con los revisionistas yugoslavos: ambos sustentaban las mismas posiciones ideológicas. Entre Tito y Stalin, los nuevos dirigentes del PCUS optaban por el primero. También Tito había sido injustamente perseguido. De ese modo los revisionistas de todos los partidos levantaron cabeza e incluso en Hungría intentaron un golpe de Estado aquel mismo año.

    Es indudable que después de la guerra la situación internacional había cambiado sustancialmente y que existían condiciones muy favorables para el desarrollo del socialismo y la superación de las deficiencias existentes. Pero todo ello debía hacerse sobre la base del marxismo-leninismo. Sin embargo, lo que hizo Jruschov fue liquidar el marxismo-leninismo y sustituirlo por el revisionismo.

    El imperialismo aupó a Jruschov, como antes había hecho con Tito y luego haría con Gorbachov. Para los propagandistas del imperialismo, Stalin había sido muy perverso, pero Jruschov era totalmente diferente. Así como con Stalin era imposible entenderse, Jruschov aparecía como alguien dialogante y sensato. En primer lugar, a diferencia de Stalin, Jruschov nos fue presentado como un pacifista auténtico, porque mientras el primero preconizaba la lucha antimperialista, el segundo comenzó a viajar por Estados Unidos (setiembre de 1959) y otros países pronunciando discursos bien diferentes, más gratos a los oidos imperialistas.

    Naturalmente que también aquí la presentación del problema no tiene nada que ver con su contenido real. Stalin fue un consecuente defensor de la paz mundial, antes y después de la guerra. Pero él siempre señaló dónde radicaba el riesgo para la paz, en el imperialismo, de manera que sin combatir al imperialismo no se puede garantizar la paz y que la paz universal sólo se logrará con la derrota del imperialismo. Según los comunistas, las guerras son guerras imperialistas y, en consecuencia, sólo hay una forma de luchar contra ellas que es luchar contra el imperialismo. Los países socialistas no pueden exportar la revolución, que es un asunto interno del proletariado de cada país; deben practicar una política de paz, lo que no significa nunca una política de claudicación frente al imperialismo. Por lo demás, es evidente que el principio de coexistencia pacífica en una norma que concierne sólo al Estado, porque los partidos comunistas nos guiamos por el principio del internacionalismo proletario, que Lenin definió de la forma siguiente: Sólo hay un internacionalismo efectivo que consiste en entregarse al desarrollo del movimiento revolucionario y de la lucha revolucionaria dentro del propio país y en apoyar (por medio de la propaganda, con la ayuda moral y material) esta lucha, esta línea de conducta y sólo ésta en todos los países sin excepción.

    Por el contrario, Jruschov entendía que la paz mundial era posible como consecuencia de un acuerdo entre Estados Unidos y la URSS y entendía la coexistencia pacífica como una política de conciliación, de compromisos y de concesiones con el imperialismo que, además, no concernía sólo a los países socialistas, sino también al proletariado de los países capitalistas y a los pueblos oprimidos por el imperialismo.

    Los revisionistas crearon la ilusión de que el peligro de guerra provenía del desacuerdo con Estados Unidos, de que como consecuencia de ello se había desatado una carrera de armamentos y que era eso lo que ponía a la humanidad ante el riesgo de una nueva guerra. Para alcanzar la paz había que lograr el desarme total. El rearme o era un problema técnico (las armas de destrucción masiva) o era un problema voluntarista: los halcones de Washington, el complejo militar-industrial, etc., que están interesados en el rearme. De ahí a exponer que todas las guerras eran iguales y, por tanto, que todas ellas eran malas, no había más que un paso, que también recorrieron los revisionistas.

    Esto lo extraje de la biografía de Stalin que había en antorcha.org. Hay una versión de la misma, concretamente de este capítulo, aquí.


    Última edición por Shenin el Lun Feb 14, 2011 8:01 pm, editado 2 veces
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    "Informe Secreto" de Kruschev al  XX Congreso del PCUS - Página 3 Empty Re: "Informe Secreto" de Kruschev al XX Congreso del PCUS

    Mensaje por Shenin Lun Feb 14, 2011 6:07 pm

    LAS CIRCUNSTANCIAS EN LAS CUALES HA SIDO PREPARADA Y LLEVADA A CABO LA SESIÓN SECRETA DEL XX CONGRESO DEL PCUS

    El XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) se ha desarrollado del 14 al 25 de febrero de 1956. El 25 de febrero, último día del Congreso, en una sesión a puerta cerrada, Jruschov ha leído un informe titulado “Sobre el culto a la personalidad y de sus consecuencias”.13 Se trataba del “culto” a la personalidad de José Vissarionovich Stalin.

    Hoy, más de 40 años después de este Congreso, son conocidas las circunstancias en las cuales fue preparado y leído el informe Jruschov, así como toda una serie de hechos ligados a la anormal situación de una “sesión secreta” en el XX Congreso del PCUS.

    He aquí lo que escribe el conocido politólogo ruso, partidario de Jruschov, Roy Medvedev: “Durante la discusión del proyecto del informe de actividad al Presidium del C.C. del PCUS, Jruschov había propuesto introducir en él un capítulo especial concerniente al culto a la personalidad y sus consecuencias. Esta propuesta había sido rechazada por Molotov, Kaganovich, Vorochilov y Malenkov. Entonces Jruschov había propuesto dar la palabra durante la discusión a dos o tres miembros del partido recientemente rehabilitados. Pero esta propuesta había sido también rechazada.
    Sin embargo, algunos días antes del principio del Congreso, Jruschov había reunido una vez más a la dirección del Partido y había declarado: “Cuando el Congreso empiece sus trabajos, los órganos dirigentes pierden su poder y únicamente el Congreso tiene el poder de resolver los problemas importantes. Puedo no decir nada sobre el culto a la personalidad de Stalin y sus consecuencias en el informe de actividad del C.C. del PCUS. Pero nadie me puede prohibir hablar de este tema como un delegado ordinario a una sesión del Congreso. Si los miembros del Presidium siguen impugnando, me dirigiré directamente a los delegados pidiéndoles que escuchen una intervención”.

    Los miembros del Presidium del C.C. comprendieron que en tal situación, les sería muy difícil impedir a Jruschov la realización de su plan.

    Se entablaron negociaciones, a consecuencia de las cuales se decidió: Jruschov presentará su informe en nombre del C.C. del PCUS y no en su nombre propio, y esto en una sesión a puerta cerrada, después de la elección del nuevo Comité Central. Además, no habrá discusión después de la lectura del informe por Jruschov”.

    ¿Qué significan estos hechos?

    1. Muestran que una cuestión del “culto a la personalidad” de J. V. Stalin se presenta por Jruschov en el XX Congreso del PCUS mediante un chantaje sorprendente. Y esto, pese a la franca resistencia del Presidium del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, en vísperas de la apertura del Congreso.

    2. Se observa que Jruschov insiste en situar a toda costa el problema del “culto” a Stalin, con un gran riesgo para él mismo y para la unidad del Partido, dirigiendo incluso un ultimátum, que no tiene nada que ver con las normas y los principios del Partido.

    3. El informe había sido preparado personalmente por Jruschov y su grupo, sin que fuese discutido previamente en el Presidium del Comité Central del PCUS, aún siendo presentado éste al Congreso en nombre del Comité Central. Es una grave trasgresión de la democracia del Partido.

    4. El informe había sido presentado ante un nuevo equipo del Comité Central, elegido en el XX Congreso según las recomendaciones y las propuestas de Jruschov. Con este hecho, estaba asegurado el apoyo del informe por los nuevos miembros del C.C. del PCUS.

    5. Es de subrayar que los dirigentes de los partidos comunistas y obreros hermanos no fueron invitados y no asistieron a la “sesión secreta” del Congreso. No es una casualidad. Jruschov era consciente de que la participación en la “sesión secreta” de dirigentes tan conocidos como Maurice Thorez, Palmiro Togliati, Mao Tse-tung, así como otros, habría puesto en peligro su plan. Seguramente no aprobarían el informe de Jruschov sobre “el culto a la personalidad” de Stalin.

    6. “La noche del 25 de febrero de 1956, después del cierre de la “sesión secreta” del XX Congreso, las delegaciones de todos los partidos comunistas presentes en el Congreso fueron invitadas en el Kremlin. Se le dio a cada delegación la posibilidad de conocer el contenido del informe leído, insistiendo sobre su carácter “secreto”. Por otra parte, todos los ejemplares del informe fueron devueltos al Comité Central del PCUS”.16
    7. La paradoja más grande es la participación de cerca de cien “invitados”, según una lista aprobada personalmente por Jruschov. Estos “invitados” eran miembros del partido, condenados antaño por actividad anti-soviética, puestos en libertad y recientemente rehabilitados.17 Sin ninguna duda, estos «invitados» eran el apoyo más activo del informe Jruschov. ES de un interés particular saber que entre estos “invitados” a la sesión secreta se encontraba el traidor-renegado Alexander Yakovlev, apparachik en el C.C. del PCUS bajo Jruschov.

    8. Es de subrayar que en la “sesión secreta” del XX Congreso, el informe Jruschov había sido SOLAMENTE LEÍDO. Las tomas de palabra y las preguntas no eran admitidas -no tuvo lugar ningún debate-. Este hecho significa, por una parte, que no podía haber otra apreciación de la obra de J. V. Stalin más que la de Jruschov. Además, había sido presentada al Congreso en nombre del C.C.

    No admitir la defensa de Stalin, en su ausencia, es injusto no sólo desde el punto de vista de las reglas del Partido, sino también desde el punto de vista moral y jurídico.

    Más aún cuando se trataba de la apreciación de la actividad de un dirigente del PCUS y de la URSS, quien había permanecido a la cabeza del Estado Soviético más de 30 años, y que había dirigido la construcción socialista y la Gran Guerra Patria.
    Un viejo proverbio dice: los ausentes siempre son los culpables.

    9. No se ha realizado ninguna grabación taquigrafiada en el transcurso de la “sesión secreta”, aún cuando había sido planteada una cuestión de tal importancia.

    10. Unas decisiones absurdas habían sido tomadas en la “sesión secreta”:

    -En primer lugar, que el informe Jruschov no fuese publicado. Los motivos de esta decisión son expuestos por el mismo Jruschov en su informe. Escribe: “no se puede sacar este problema fuera del Partido, menos aún en la prensa. Debemos ser comedidos, no dar carnaza a nuestros enemigos, no exponer nuestras debilidades ante ellos”.

    -En segundo lugar, “que el texto del informe fuese enviado a las organizaciones del partido”.

    El 5 de marzo de 1956, es decir una semana después de la “sesión secreta” (y tercer aniversario de la muerte de Stalin- nota del traductor), el Presidium del Comité Central del PCUS tomó la decisión de “proponer a las federaciones regionales y a los comités centrales de las repúblicas, que todos los comunistas, así como el activo de los sin-partido entre los empleados, los funcionarios y los koljosianos tuviesen conocimiento del informe Jruschov ((sobre el culto a la personalidad y sus consecuencias”.

    Se adivina el objetivo de esta decisión: que todo el mundo conozca la apreciación de Jruschov sobre la obra de Stalin, aún cuando ninguna otra apreciación es admitida.

    La paradoja de la decisión del Presidium del Comité Central del PCUS de no publicar el informe Jruschov consiste en la gran ilusión de que sólo puede ser leído ante todas las organizaciones del partido, del activo de los sin-partido, incluso en reuniones cerradas, partiendo de la imperdonable subestimación de la capacidad de los servicios secretos extranjeros de apoderarse del informe.

    Efectivamente: “No se ha taquigrafiado durante la sesión, pero al día siguiente el informe había sido comentado detalladamente en el mundo entero en la prensa no-comunista. Jruschov realizó algunos desmentidos en cuanto a la existencia de este documento histórico, pero nadie le creyó. Algunas semanas después del Congreso, el Departamento de Estado de los Estados Unidos divulgó el texto completo del informe Jruschov, traducido al inglés. Desde entonces ha sido publicado cientos de veces en casi todos los países del mundo. Pero en la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) no ha sido publicado hasta 1990”.21 Y en Bulgaria, hasta 1991.

    Uno se debe preguntar: ¿se pueden considerar como normales, para el desarrollo de un acontecimiento histórico de tal importancia, las circunstancias en las cuales había sido preparada y desarrollada la “sesión secreta” del XX Congreso en 1956, y que ahora son conocidas por toda la sociedad? Claro está que no se puede, y que no se debe. Es más justo considerarlas como una trasgresión categórica y abierta de los principios del Partido, de las normas del Partido y de la moral del Partido.

    Una segunda pregunta muy importante se pone de manifiesto: ¿por qué los veteranos Molotov, Vorochilov, Kaganovich y otros, que tenían una influencia muy grande en el Partido, cedieron a la presión de Jruschov? ¿Por qué aceptaron discutir la cuestión del “culto a la personalidad” de Stalin en una “sesión secreta”, después de la elección del nuevo Comité Central del PCUS? Hoy, más de cuarenta años después de este acontecimiento, esta concesión de los veteranos puede ser calificada objetivamente como un error histórico grave.

    ¿Por qué los veteranos han cometido este grave error histórico? Se puede responder a esta pregunta así:

    1. En primer lugar, los veteranos han sido sorprendidos por Jruschov, al plantear la inesperada cuestión del “culto a la personalidad” de Stalin en la víspera del Congreso. No habían sospechado que Jruschov sería capaz de semejante hipocresía y de semejante deshonestidad. Atónitos, no tuvieron el tiempo necesario para juzgar todas las consecuencias del informe sobre el “culto a la personalidad” de Stalin, presentado en el XX Congreso.

    2. Después, los veteranos no habían observado ni habían evaluado el hecho de que durante tres años, desde la muerte de Stalin, Jruschov, como Primer Secretario del Comité Central del PCUS se había preparado para este acontecimiento. Se había rodeado, dentro del aparato del Estado y del Partido y, sobre todo, en los medios de comunicación, de cuadros seleccionados entre los antiguos condenados y sus allegados. Así, para la preparación y el desarrollo de la “sesión secreta” del XX Congreso, no estaba solo. Precisamente por esto, planteó su ultimátum con tal “valor” ante el Presidium del C.C. del PCUS y en la “sesión secreta” del XX Congreso.

    3. Ahora está claro que los veteranos han contribuido a la gran ilusión creada por Jruschov, la de señalar la cuestión del ((culto a la personalidad de Stalin en una sesión secreta del XX Congreso, y que se quedaría entre los muros del Congreso. Como si los veteranos hubiesen olvidado el postulado de Stalin “que el secreto del Partido únicamente puede ser guardado por el Buró Político, y que la comunicación de cualquier problema, incluso en un Plenario del Comité Central, quiere decir que está expuesto en la calle”.

    4. En cuarto lugar, y esto es probablemente lo más decisivo: la apreciación de que la correlación de fuerzas en el Congreso no estaba a su favor. Y en su deseo de no atacar abiertamente a Jruschov por temor al riesgo de escisión en el Congreso y en el Partido, aceptaron dejar la tesis del “culto a la personalidad” de Stalin en el XX Congreso, con la esperanza de dar una réplica decisiva a Jruschov más tarde.

    Efectivamente, un año después, en junio de 1957, el Presidium del Comité Central del PCUS decidió presentar al Plenario del Comité Central la pro- puesta de destituir a Jruschov del puesto de Primer Secretario del C.C. del PCUS. Pero el hábil Jruschov había conseguido, con una serie de artimañas entre los miembros y los candidatos-miembro del Presidium y del Secretariado del Comité Central del PCUS, cambiar esta decisión del Presidium. Jruschov también había conseguido atraer con sus manipulaciones al Mariscal de la URSS, G. K. Zhukov quien, como Ministro de la Defensa Nacional, aseguró el apoyo del Ejército al mantenimiento de Jruschov como Primer Secretario del C.C. del PCUS. Muy al contrario, en el discurso pronunciado en el Plenario por el partidario de Jruschov, Suslov, los veteranos fueron presentados como oponentes al Partido y fueron excluidos del PCUS.

    Sólo algunos meses más tarde, como por una ironía del destino, el Mariscal Zhukov iba a ser depuesto de sus funciones como Ministro de la Defensa Nacional, y apartado del Presidium del Comité Central por el mismo Jruschov, como “premio” por el apoyo que Zhukov le había brindado para su supervivencia política, permitiéndole así conservar su puesto de Primer Secretario del Comité Central después del XX Congreso.

    En su informe, apartando toda discusión, Jruschov escribe: “la tarea del siguiente informe no es la de hacer una apreciación completa de la vida y de la actividad de Stalin”.23 Este postulado unilateral de Jruschov no es una casualidad: una discusión sobre una completa valoración de la vida y de la actividad de Stalin habría provocado seguramente preguntas, intervenciones, opiniones y discusiones, no sólo en la URSS sino también en el extranjero, porque Stalin era un dirigente reconocido en el movimiento comunista internacional. Pero a Jruschov nada le impidió tratar de forma artificiosa las más importantes cuestiones ligadas a la actividad de Stalin: sobre la colegialidad en la dirección del Partido y del Estado, sobre la preparación del país para la defensa, sobre la dirección en la Gran Guerra Patria, sobre la orientación de la política exterior de la URSS, incluso sobre el llamado “testamento” de Lenin, en lo concerniente a Stalin. Todo esto ha sido plasmado por Jruschov en su informe, con el objetivo de ennegrecer la personalidad de Stalin, su obra y su papel en la edificación del socialismo en la URSS, y desvalorar su victoria en la Gran Guerra Patria.

    Por esta razón, debemos considerar todas las preguntas planteadas en el informe Jruschov.

    Esto lo extraje de Jruschov y la disgrecación de la URSS, del camarada Mijaíl Kilev.


    Última edición por Shenin el Lun Feb 14, 2011 8:02 pm, editado 1 vez
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    Mensaje por Shenin Lun Feb 14, 2011 6:17 pm

    ¿Prólogo del XX Congreso?

    Un inédito de Stalin




    Fuente: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]



    Consideramos útil publicar el discurso inédito de J. Stalin al Plenum del Comité Central del PCUS el 16 de octubre de 1952. El discurso fue reportado en el informe taquigráfico de la sesión por L. N. Efremov y fue publicado por “Sovietskaia Rossia” el 13 de enero del 2000 y traducido en italiano por Stefano Trocini. Del acta se puede comprender que los acontecimientos relativos al XX Congreso del PCUS estaban ya madurando antes de la muerte de Stalin y que la derecha en el Partido estaba trabajando hacia el viraje del 56.



    Discurso de Stalin en el Plenum del Comité Central del PCUS el 16 de octubre de 1952.

    Hemos celebrado el Congreso del Partido. Los trabajos del congreso se han llevado a cabo bien y a muchos podrá parecerles que exista entre nosotros una total unidad. Sin embargo esta unidad no existe (1). Algunos expresan desacuerdo con nuestras decisiones.

    Se preguntan por qué hemos ampliado sustancialmente la composición del CC. ¿Es que no queda claro que se precisaba introducir fuerzas nuevas en el CC? Nosotros ya estamos viejos, todos moriremos. ¿Y entonces no deberíamos acaso pensar a quiénes deberíamos entregar el testimonio de nuestra gran causa? ¿Quiénes la continuarán? Para esto se precisa de personas, representantes políticos más jóvenes, fieles. ¿Y qué significa hacer crecer un representante político, un estadista? Para esto se necesita de un gran esfuerzo. Se necesitan diez, o quince años para preparar un hombre de estado.

    Pero no basta solamente con desearlo. Es posible preparar hombres políticos ideológicamente forjados en la actividad práctica, en el trabajo cotidiano para aplicar la línea general del Partido, para vencer la oposición de cada tipo de elementos oportunistas hostiles, que tienden a frenar y minar la obra de construcción del Socialismo. Los representantes políticos de experiencia leninista, educados por nuestro Partido deberán derrotar en la lucha estos intentos hostiles y conseguir el éxito pleno para alcanzar nuestros grandes objetivos.

    ¿No resulta acaso claro que se necesita elevar el papel del Partido, de los comités de Partido? ¿Cómo se puede descuidar el mejoramiento del trabajo del Partido entre las masas, como nos ha enseñado Lenin? Todo esto requiere de una afluencia de fuerzas jóvenes y frescas en el CC, que es el cuartel general dirigente de nuestro Partido. Y de esta forma lo hemos hecho, siguiendo las indicaciones de Lenin. Es por ello por lo que hemos ampliado la composición del CC. Y también el Partido ha crecido a su vez.

    Nos preguntan por qué hemos liberado de importantes cargos ministeriales a ilustres representantes del Partido y del Estado. ¿Qué podemos decir en cuanto a esto? Hemos liberado a Molotov, Kaganovich, Voroshilov y otros de sus cargos ministeriales y los hemos sustituido por nuevos funcionarios. ¿Por qué? ¿Sobre qué base? El trabajo de ministro es un trabajo duro. Requiere de gran energía, conocimientos concretos y salud. Por eso es que hemos liberado a algunos compañeros con méritos de los cargos que cubrían y hemos nombrado en su puesto a funcionarios nuevos, más calificados y decididos. Son personas jóvenes, llenas de fuerza y energía. Tenemos que apoyarlos en su laborioso trabajo.

    Por cuanto respecta a estos ilustres representantes políticos y estadistas, seguirán como tales, ilustres representantes políticos y estadistas. Los hemos nombrado vicepresidentes del Consejo de Ministros. Ni yo mismo sé cuántos son mis vice.

    No podemos dejar de considerar el no correcto comportamiento de algunos ilustres representantes políticos, si hablamos de la unidad de nuestras acciones. Me refiero a los compañeros Molotov y Mikoyan.

    Molotov es un compañero fiel a nuestra causa. Si es llamado, estoy seguro que sin el menor titubeo sacrificaría la vida por el Partido. Pero no se pueden ignorar algunas de sus acciones poco meritorias. El compañero Molotov, nuestro ministro del exterior, en una recepción diplomática, “traicionado por alguna copa de más” le ha dado al embajador inglés el permiso de la publicación en nuestro país de periódicos y revistas burguesas. ¿Por qué? ¿Sobre qué bases ha considerado permitir esto? Si diéramos este paso ellos ejercitarían una influencia dañina, negativa en las mentes y en la visión del mundo de los ciudadanos soviéticos, llevaría al debilitamiento de nuestra ideología comunista y al fortalecimiento de la ideología burguesa. Este es el primer error político del compañero Molotov.

    ¿Además qué significa esta propuesta del compañero Molotov de ofrecer Crimea a los judíos? Esto es un grave error del compañero Molotov. ¿Por qué lo ha hecho? ¿Cómo ha podido hacerlo? ¿Sobre qué bases el compañero Molotov ha formulado tal propuesta? Nosotros ya tenemos la república autónoma de los judíos. ¿Eso no es suficiente? Que se desarrolle esa república. El compañero Molotov no puede servir de defensor de las pretensiones de los judíos sobre nuestra Crimea soviética. El compañero Molotov se comporta de manera incorrecta para ser miembro del Buró Político y nosotros rechazamos categóricamente sus propuestas estrafalarias.

    El compañero Molotov tiene tan en alto la consideración de su propia consorte, que basta que tomemos una decisión en Buró Político sobre cualquier problema político y la cosa es conocida rápidamente por la compañera Zemcuzina. Parece que un hilo invisible conecte al Buró Político con la consorte de Molotov Zemcuzina y sus amigos. Y ella está rodeada de amigos de los cuales no nos podemos fiar (2). Es evidente que este comportamiento de un miembro del Buró Político es inadmisible.

    Pasemos ahora el compañero Mikoyan. Ha llegado a denegar el aumento del impuesto agrícola a los campesinos. ¿Quién es nuestro Anastas Mikoyan? ¿Qué cosa no le resulta clara?

    El mujik es nuestro deudor. A los campesinos nos ata una fuerte alianza. Hemos concedido la tierra a los koljós para la eternidad. Ellos deben dar al estado lo debido. Por lo tanto no se puede estar de acuerdo con el compañero Mikoyan.


    Mikoyan sube a la tribuna y se justifica refiriendo ciertas cuentas económicas.

    Stalin (interrumpiendo a Mikoyan): Mikoyan es un principiante Frumkin (3). Observen, se confunde a sí mismo y quiere confundirnos también a nosotros sobre estas claras cuestiones de principio.

    Molotov sube a la tribuna, admite sus errores, se justifica y asegura que ha sido y será un fiel discípulo de Stalin.

    Stalin (interrumpiendo a Molotov): ¡Tonterías! Yo no tengo discípulos. Todos nosotros somos discípulos del gran Lenin.

    Stalin propone resolver las cuestiones organizativas, de elegir los órganos dirigentes del Partido. Al puesto del Buró Político se elige el Presidium del Partido sustancialmente ampliado, así mismo el Secretariado del CC del PCUS compuesto por 36 personas.

    En la lista, dice Stalin, están todos los miembros del antiguo Buró Político con la excepción de A. A. Andreiev. En cuanto al respetable Andreiev, todo está claro, se ha vuelto completamente sordo, no escucha nada, no puede trabajar así, tiene que curarse.

    Voz desde la sala: Hay que elegir al compañero Stalin como Secretario General del CC del PCUS.

    Stalin: ¡No! Libérenme de los cargos de Secretario General del CC del PCUS y presidente del Consejo de Ministros de la URSS.

    G. N. Malenkov (desde la tribuna): ¡Compañeros! ¡Tenemos todos que pedirle al compañero Stalin, nuestra guía y maestro, unánimemente y al unísono, que sea todavía Secretario General del CC del PCUS!

    Stalin (desde la tribuna): Al Plenum del CC no le hacen falta los aplausos. Hay que resolver los problemas sin emociones, de manera práctica. Y yo pido ser liberado de los cargos de Secretario General del CC del PCUS y Presidente del Consejo de Ministros de la URSS. Ya estoy viejo. No puedo leer los documentos. Elijan a otro Secretario.

    S. K. Timoshenko: ¡Compañero Stalin! El pueblo no entenderá. Todos nosotros como si fuéramos un solo hombre lo elegimos nuestro dirigente, Secretario del CC del PCUS. No existe otra solución.

    Todos se ponen de pie y aplauden calurosamente, apoyando a Timoshenko. Stalin se queda un rato de pie mirando a la sala, después hace con la mano un gesto de contrariedad y se sienta.



    NOTAS.

    (De la redacción de “Sovietskaia Rossia”)


    (1) La afirmación de Stalin sobre la falta de total unidad en la dirigencia del partido alcanza su evidente confirmación después de su muerte. El grupo que toma la delantera, ignorando las normas de la democracia del partido y soviética, restringe drásticamente la composición de los organismos dirigentes y hace de todo para liberarse de las fuerzas juveniles y altamente calificadas promovidas en el XIX Congreso del PCUS.

    (2) Cuando habla de los amigos de la mujer de Molotov, P. S. Zemcuzina, Stalin se refiere a los círculos nacionalistas judíos, sobre los cuales todavía el embajador de Israel en la URSS Golda Meir ejercitaba una notable influencia.

    (3) Frumkin M. I., mencionado por Stalin, se inscribió en el Partido en 1898 y después de la Revolución de Octubre fue vicecomisario del pueblo para productos alimenticios, presidente del comité revolucionario de Siberia, comisario del pueblo de comercio exterior y comisario del pueblo de finanzas. Fue exponente activo de la oposición de derecha.


    Última edición por Shenin el Lun Feb 14, 2011 8:10 pm, editado 1 vez
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    "Informe Secreto" de Kruschev al  XX Congreso del PCUS - Página 3 Empty Re: "Informe Secreto" de Kruschev al XX Congreso del PCUS

    Mensaje por Shenin Lun Feb 14, 2011 6:24 pm

    La preparación del termidor en la URSS

    Stalin había preparado la sucesión, Jruchov se la sacó de encima.




    La casa editorial “Patriot” ha publicado el libro de V. Dobrov titulado “El asesinato del socialismo o cómo fueron desautorizados los sucesores designados por Stalin (Libre reconstrucción de las actas de una serie de mesas redondas)”. Reportamos un retazo de la obra concerniente a uno de los momentos más trágicos de nuestra historia.



    “¿Georgi, qué ha pasado? Pensaba que eras un verdadero amigo… ¿De dónde han salido estos personajes? Al menos podías haberme advertido de los cambios.” Nikita Jruchov, secretario del Comité Central y jefe del comité del Partido de Moscú, estaba realmente preocupado. También su interlocutor Georgi Malenkov, miembro de larga fecha del Buró Político como responsable del trabajo de cuadros, se había quedado muy sorprendido por la promoción de hombres nuevos a la dirección del Partido en base a las decisiones del XIX Congreso que se había apenas concluido. Generalmente Stalin se consultaba con ellos y con los restantes más estrechos colaboradores antes de efectuar cualquier cambio de cuadros. Esta vez, en cambio, había mantenido en secreto sus intenciones hasta el último momento. Fue un golpe duro y Malenkov se lo confesó abiertamente a Nikita, a quien no escondía nada, porque lo consideraba de los “suyos”. Malenkov, al igual que otros integrantes del Buró Político, miraba a Jruchov por encima del hombro; tan limitado y mediocre le parecía este protegido de Stalin. En realidad conocía bien la real actitud del “jefe” con respecto a Nikita, cooptado en el Buró Político solo por su méritos de “dedicación”, capaz de acatar con rapidez y determinación cualquier disposición de Stalin, sin pararse frente a nada y mostrando a veces una crueldad inaudita… Stalin por su parte, no daba el menor crédito a Jruchov como hombre político, evidentemente recordando su pasado trotskista y su inclinación por el aventurismo de izquierda. Por eso era que también los otros miembros del Buró Político, que con los años habían aprendido a captar al vuelo los humores predominantes del líder, manifestaban ante él una actitud como mínimo paternalista…

    De todas formas, el mismo Malenkov y los demás representantes de la cima del Partido estaban preocupados no menos que Jruchov por el cariz que habían tomado los acontecimientos después del XIX Congreso y tenían motivos fundados.

    El XIX Congreso del Partido, que se celebró en octubre de 1952, se inició como de costumbre de la forma más tranquila: después del tradicional reporte al Comité Central subsiguieron las intervenciones y todas con las pautas de las más recientes tesis expresadas por el “gran líder y maestro”, pero de pronto se perfiló una auténtica revolución de cuadros. Stalin, que parecía tener la máxima confianza en sus más estrechos colaboradores, inesperadamente lanzó un duro golpe contra ellos… Propone así al Congreso de votar por una composición del Comité Central fuertemente ampliada y renovada mediante el ingreso de elementos casi desconocidos. Además, en el Plenum, el cual se convoca inmediatamente después, se aumenta en 2,5 veces el número de miembros del Presidium del Comité Central. Seguido a este masivo aflujo de jóvenes cuadros, provenientes sobretodo de las estructuras locales y de jóvenes estudiosos de ciencias sociales, la “vieja guardia” se encontró sustancialmente en minoría. Si se tiene en cuenta que en aquel plenum Stalin criticó abiertamente a Molotov y a Mikoyan, que parecían ser los dirigentes más cercanos a él, excluyéndolos así del grupo de sus posibles sucesores, parece claro que la “vieja guardia” tenía los días contados y estaba por ser sustituida por las nuevas generaciones.

    El golpe fue realmente inesperado, aunque se había preparado mucho antes del congreso y Stalin no había ni siquiera escondido sus intenciones. Sin embargo sus colaboradores, juzgando evidentemente sobre la base de sus propios caracteres, consideraban que el líder, que ya pasaba de los setenta años y en condiciones físicas precarias, difícilmente habría osado efectuar cambios drásticos. Así de chocantes y dolorosas resultaron para ellos las últimas decisiones de la rotación de cuadros.

    Jruchov, que había comprendido exactamente el humor de la mayoría, no por casualidad fue a ver al influyente Malenkov. Con su visita, Nikita quería dar a entender sin sombra de dudas que en el inevitable enfrentamiento con los candidatos de Stalin, él estaría de la parte de la “vieja guardia”. Su apoyo le convenía a Malenkov, ya que en el congreso había habido una señal alarmante y no actuar habría significado aceptar las decisiones asumidas por “el guía de los pueblos” y la pérdida inminente de los propios cargos por parte de Malenkov y de los dirigentes de la “vieja guardia”.

    En mayo de 1948, después que Zhdanov había dejado la dirección de la Secretaría del Comité Central por motivos de salud, se nombraron como secretarios de CC dos representates de la nueva generación: A. Kuznecov, jefe del comité del partido de Leningrado, y P. Ponomarenko, primer secretario del CC del Partido Comunista Bielorruso. Al primero se le encomendó la atención de los asuntos de la industria, al segundo la de los asuntos de la planificación estatal, de las finanzas, del comercio y del transporte. Durante la discusión que se llevó a cabo en el Buró Político sobre este punto, Stalin afirmó que se precisaba cooptar en el Secretariado del CC del Partido algunos jóvenes dirigentes de las organizaciones locales y republicanas dotados de una adecuada instrucción y de la necesaria experiencia de trabajo. “Tienen que tener en cuenta nuestra experiencia mientras estemos vivos, - subrayó – y aprender a trabajar en la dirección central”. Se hace evidente que Stalin tenía intenciones de postular a uno de ellos como su sucesor. Molotov, el más cercano a Stalin en la dirección del Partido, resultaba así excluido del círculo de pretendientes. Ya había sustituido al “guía de los pueblos” durante el tiempo en éste estuvo enfermo y no había demostrado estar a la altura de un dirigente de Partido y de Estado, lo cual decidió su propio destino político. No solo estaba en juego la sucesión del líder. En una reunión restringida, Stalin propuso sin términos medios a todos los miembros de la dirección política, seleccionar entre sus funcionarios a cinco o seis personas capaces de sustituirlos cuando el CC lo hubiera considerado oportuno. Stalin retomó varias veces esta petición, insistiendo en la necesidad de satisfacerla. Naturalmente, estas propuestas no eran del gusto de los miembros del Buró Político, acostumbrados al poder, ligados a éste por los honores y privilegios. ¿Por qué tendrían que ser apartados, justamente ellos que habían asumido tareas dificilísimas? ¿Acaso habían trabajado mal? Además la juventud es un concepto relativo. La mayor parte de los miembros del Buró Político tenía menos de cincuenta años, con la excepción de Molotov, que seguía teniendo sus buenos 11 años menos que Stalin. En muchos países esta edad representaba el nivel mínimo para el comienzo de la carrera política y a los cargos más elevados se llegaba entre los sesenta y setenta años.

    Se empezó entonces a murmurar que el compañero Stalin se había vuelto excesivamente “caviloso” y “receloso” y que ostentaba preocupación por su cada vez más debilitada salud. Pero nadie planteó abiertamente el problema, ni habría podido hacerlo. No solamente porque todos le tenían un miedo terrible al líder, que todavía a su avanzada edad sabía tener en mano la situación y que en los asuntos de Estado sobrepasaba en varias veces a sus colaboradores. En realidad, en lo profundo de sus almas, estos últimos reconocían lo correcto de las solicitudes de Stalin aunque eso sí, como sucede a muchos, no querían extraer de ello las necesarias y voluntarias “conclusiones organizativas”. Es difícil renunciar a los altos cargos, a los honores y a los privilegios.

    La edad y la enfermedad no podían no influir en el comportamiento de Stalin. Sin embargo él advertía con más agudeza y profundidad la necesidad de un cambio en el grupo dirigente. Se trataba sobre todo de salvaguardar los intereses supremos del Partido y del Estado y en cuanto a esto para él no contaban nada las relaciones de amistad con las personas más cercanas. Si lo hubiese considerado necesario, Stalin no hubiera dudado en declarar “enemigos del pueblo” a sus colaboradores, con todas las consecuencias que se hubieran derivado de ello.

    El viejo lider había entendido que la nueva situación que se creaba a los inicios de los años cincuenta necesitaba de nuevos enfoques y de nuevos hombres capaces de adoptarlos en la realidad. La era de las “emergencias” y de los “grandes líderes” pertenecía al pasado. La utilización de las ventajas objetivas del sistema socialista exigía ahora métodos totalmente diferentes que los usados en el pasado y sobretodo exigía el comprometimiento del intelecto y de la voluntad colectiva de los dirigentes y de todo el partido en la elaboración y actuación de las decisiones estratégicas. En otros términos, se trataba de pasar a una amplia democratización de la vida del Partido y de la sociedad, a una forma colectiva de dirección, de pasar por ejemplo a ese sistema que se trató de crear en China después de la muerte de Mao Tse Tung, que permitió llevar a cabo en este país un recambio eficaz e indoloro de las cúspides políticas.

    Justamente este tema, el del empeño de los comunistas por la defensa de las libertades democráticas, cuya bandera había sido arrojada para siempre por la clase burguesa en el tanque de basura de la historia, fue desarrollado por Stalin en su canto del cisne, su intervención en el XIX Congreso del Partido, la última de su vida. Y en el Plenum del CC, convocado inmediatamente después del congreso, Stalin indicó claramente la necesidad de que la “vieja guardia” pasara los testigos del poder a las nuevas generaciones de comunistas. El trabajo de ministro, dijo Stalin en aquella ocasión, es un trabajo duro y requiere una contribución enorme de tensión y energía, lo cual los exponentes de la vieja guardia no están más capacitados para dar y debido a esto han tenido que ser liberados de sus cargos. Stalin habló también de la falta de unidad en la dirección del Partido, cosa que ya difícilmente se podía remediar. La única salida real era el paso del timón del Estado a una nueva generación de dirigentes, y se llamaba al Congreso a favorecer este traspaso. En efecto, ya antes del inicio del Congreso todos los miembros del Buró Político o habían perdido sus importantes cargos estatales o habían obtenido en cambio, cargos de prestigio pero de escasa influencia. Molotov por ejemplo, había sido exonerado del cargo de Ministro del Exterior y había sido nombrado por un cierto tiempo Vicepresidente del Consejo de Ministros, responsable de los ministerios para la metalurgia y la geología. Sucesivamente le había sido confiada la supervisión del Ministerio del Exterior, guiado por Vishinsky que sin embargo no admitía ningún supervisor por encima de él. Voroshilov fue encargado de ocuparse de la cultura, de la salud y de la Asociación de voluntarios para el apoyo al ejército, a la aviación y a la marina. Kaganovich ocupaba el cargo no muy importante de presidente del Gossnab (Sistema estatal de suministros). Andreiev había sido completamente excluido del olimpo del poder, a pesar de que poco antes se le hubieran confiado los importantes problemas de la agricultura.

    Malenkov, Beria y Jruchov no habían sido todavía tocados por los cambios. Stalin consideraba que estaban a la altura de sus cargos. Para Beria más bien, muy superior a los otros miembros en cuanto a capacidad práctica y organizativa, se perfilaba una fuerte ampliación de poder, puesto que debería haber guiado el Ministerio unificado de la Seguridad del Estado y del Interior. Sin embargo, el advenimiento de jóvenes dirigentes a puestos cruciales rendía también su posición bastante insegura: no se podía saber hasta qué punto las nuevas generaciones habrían mostrado reverencia hacia los viejos cuadros y cuáles habrían sido sus exigencias.

    El gobierno ya estaba controlado por los jóvenes promovidos por Stalin. Los tres cargos del Consejo de Ministros que atendían los ministerios y los entes decisivos estaban en sus manos. Stalin se reunía casi cotidianamente con Malishev, Pervuchin y Saburov, vicepresidentes del gobierno y responsables de los tres cargos, para discutir sobre los principales problemas económicos, de los cuales hasta entonces se ocupaban sus viejos compañeros del Buró Político. En el XIX Congreso el mismo Buró Político había sido sometido a una reorganización radical y rebautizado como Presidium del Comité Central: habían sido llamado 36 dirigentes para formar parte de éste, comprendido los secretarios del CC. Quedaba la composición estrecha del máximo órgano, el Buró del Presidium del cual formaban parte los representantes de la vieja guardia, incluida la probada y “combativa” troika formada por Malenkov, Beria y Jruchov, pero donde ahora los nuevos cuadros tenían claramente mayoría. Además de esto, el tránsito del estado de iure al de facto era inminente, porque el curso de los eventos lo hacía necesario…

    A parte de la evidente tendencia hacia la ampliación de la cima del poder partidista, la “vieja guardia” parecía estar amenazada por otro peligro. En los últimos años el Consejo de Ministros había paulatinamente asumido el papel determinante. Los comités de partido ponían simplemente en práctica las decisiones del gobierno y de los ministerios. Después de la muerte de Stalin se hizo exactamente los contrario: el diktat del Partido, a menudo inapropiado e incompetente, decidía el desarrollo de los sectores reales de la economía. Durante la última fase de la dirección de Stalin, el papel de los especialistas que conocían bien la propia materia había sido determinante, mientras el Partido se limitaba a establecer las líneas estratégicas de desarrollo de la sociedad y se ocupaba del trabajo ideológico y de los cuadros. Stalin consideraba natural una semejante “división del trabajo”, la consideraba conforme a las enseñanzas de Lenin e invitaba a los bonzos del Partido a escuchar a los especialistas preparados e inteligentes y a aprender de ellos. Entre estos especialistas prevalecían los exponentes de las jóvenes generaciones que, convencidos de sus conocimientos y de su preparación moderna, no tenían muy en cuenta los méritos de los veteranos del Partido. Para estos últimos el peligro mayor derivaba de la probabilidad de que Stalin propusiese como sucesor suyo a un hombre perteneciente a la dirección del Partido, pero capaz al mismo tiempo de establecer sólidos contactos con esta juventud “tecnocrática”.

    Al inicio el diálogo entre Jruchov y Beria no anduvo muy bien. Acostumbrado a tratar los problemas de forma práctica, Beria no gustaba de conversaciones vagas y alusivas. Jruchov, por su parte, no tuvo el coraje de enfrentar de inmediato el núcleo de la cuestión. Pero al final, se percató de la irritación de interlocutor y pasó a los hechos:

    “Laurenti, no me gusta el nombramiento de Ponomarenko. Por supuesto que sabe hacer bien su trabajo, pero para un puesto como el suyo se necesita la experiencia y la capacidad de ligar con las personas. Haría falta conocerlo mejor. El compañero Stalin quizás se ha precipitado demasiado”.

    Jruchov había puesto el dedo sobre la llaga. Según el procedimiento habitual (que solicitaba a cada uno de expresar por escrito y separadamente la propia opinión sobre las propuestas de nombramientos), los miembros del Presidium del CC habían dado su consentimiento al documento para la designación de Panteleimon Kondratevich Ponomarenko para Presidente del Consejo de Ministros de la URSS. Stalin había hecho su propia elección: sobretodo en aquel momento el puesto de jefe de gobierno era decisivo, ya que aquí se concentraba la gestión efectiva del desarrollo económico y social del país. No por casualidad el presidente del Consejo de Ministro en cargos era el mismo Stalin.

    Una vez asumido el cargo de jefe de gobierno, Ponomarenko se habría convertido de hecho en sucesor de Stalin, aún así no estando en el primer puesto de la jerarquía del Partido. También porque los puestos claves del gobierno estaban ya en las manos de las jóvenes generaciones y en una situación de ese tipo la “vieja guardia” no tenía la menor posibilidad de defender sus posiciones. Al final Ponomarenko había trabajado largo y tendido en el aparato del Partido, disponía de los suficientes resortes para influenciar las decisiones y no habría permitido que fuera utilizado para alejar del timón a los dirigentes jóvenes y capaces. Jruchov entendió todo esto antes que los otros y comenzó a tramar una pérfida conjura contra el sucesor de Stalin. Por otra parte, sabía bien que también Beria, Malenkov y los otros veteranos del Partido advertían el peligro, aún más cuando Ponomarenko en el pasado, ocupando todavía cargos secundarios, había sido capaz de predominar sobre ellos, potentes miembros del Buró Político.

    En 1938, cuando era instructor del Comité Central, Ponomarenko no tuvo ningún temor de entrar en conflicto no solo con su jefe directo, el potente Malenkov, responsable del trabajo con los cuadros en el seno del Buró Político, sino incluso con Beria, que sucedía a Ezov en la guía del NKVD. Enviado a Stalingrado para verificar la validez de las acusaciones hechas a un grupo como enemigos del pueblo, pudo juzgarla de montaje después de minuciosos controles, y una vez obtenido el apoyo del secretario del comité regional Yujanov, ordenó la excarcelación inmediata de todos los arrestados. Y continuó insistiendo en sus posiciones incluso cuando Malenkov y los dirigentes de la NKVD lo amenazaron de procedimientos severos por abuso de poder. Stalin entra en conocimiento del hecho e inesperadamente, después de tirarle las orejas a Malenkov, le da la razón al joven instructor indicando incluso su conducta como ejemplo de “fidelidad bolchevique a los principios”.

    Ya en los años de la guerra, Ponomarenko había salido vencedor en algunos enfrentamientos con Beria y Jruchov. El primero quería poner a su vice Serguenko a la cabeza del Comandancia del movimiento partisano. El segundo, que estaba a la guía de la organización del Partido en Ucrania, quería modificar en beneficio de su República las fronteras con Bielorrusia. En cambio fue Ponomarenko quien obtuvo la dirección de la Comandancia del movimiento partisano después de haber presentado al Buró Político un programa de actividades mucho más ponderado y ponderoso que el propuesto por el favorito de Beria. Jruchov, por su parte, no logró obtener la modificación de las fronteras ucranianas, ya que los argumentos de Ponomarenko, defensor de los intereses de Bielorrusia, resultaron mucho más convincentes y Stalin se lo dice sin términos medios a Jruchov, el cual se sentía seguro en sobresalir. Desde entonces el revanchista Jruchov, sintió solo odio por aquel “principiante”, tan insignificante según él, pero del cual el “guía de los pueblos” se mostraba bastante favorable. Poco instruido e incapaz de componer dos oraciones, éste estaba molesto sobretodo por la vasta cultura y por la preparación del dirigente político bielorruso, que junto a Zhdanov era considerado como uno de los pocos “intelectuales” en la dirección del país. Brézhnev, que conocía bien a los dos, definió a Ponomarenko como la antítesis de Jruchov, y efectivamente los dos eran en muchos aspectos antitéticos.

    Antes de acudir a la conferencia de Potsdam, Stalin hace una parada en Minsk, donde tiene con Ponomarenko, jefe del Partido en Bielorrusia, una larga conversación al término de la cual le pide de acompañarlo. Este sin embargo declinó la invitación a causa de importantes obligaciones en su república y promete alcanzarlo más tarde. Si bien Stalin lo estaba esperando e incluso había preparado una casita junto a su residencia, Ponomarenko no llegó. La situación en Bielorrusia era en su opinión mucho más importante. Jruchov, al contrario, se hubiera precipitado hacia Stalin al instante, dejando de lado cualquier tipo de obligación…

    El resultado de la conversación entre Jruchov y Beria fue un acuerdo recíproco para obstaculizar la llegada al timón del estado de los candidatos de Stalin, sobre todo de Ponomarenko. El astuto Jruchov, favorecido por su cargo de jefe del comité moscovita del Partido, logra el mismo acuerdo, silencioso pero claro, también con Malenkov.

    La muerte de Stalin llega inesperadamente. Sobre las probables causas se han hecho numerosas y diferentes suposiciones. Como quiera que sea, resulta poco creíble la hipótesis de una eliminación violenta del líder por parte de sus colaboradores temerosos de una purga inminente. Stalin era un “dios”, cada dirigente tenía en la sangre, en el ADN, una especie de veneración y al mismo tiempo una sensación de miedo hacia él. Solamente un loco desesperado habría osado levantarle la mano y locos desesperados no existían en la dirección del país. Sin embargo el recambio en la dirección del Partido y del Estado promovido por el líder habría podido claramente inducir a la “vieja guardia” a dejar de lado las divergencias, las simpatías y las antipatías personales, y formar un frente único contra sus últimas decisiones. Y así sucede: ésta se unió y se jugó el todo por el todo.

    Como se sabe, Stalin se apaga en el transcurso de pocos días. El 5 de marzo de 1953, cuando según los comunicados oficiales estaba todavía vivo, pero en condiciones desesperadas, se convoca en el Kremlin una reunión conjunta del Plenum del CC de PCUS, del Consejo de Ministros y del Presidium del Soviet Supremo de la URSS. La “vieja guardia”, preparada para la batalla contra los candidatos de Stalin por las densas y ocultas maniobras de Jruchov, activamente apoyado por Malenkov y Beria, se toma allí la revancha total. El Presidium ampliado del Comité Central se desmantela, con la consiguiente desautorización de los jóvenes cuadros y los exponentes de las jóvenes generaciones fueron expulsados también de la secretaría del CC. Al contrario, Molotov y Mikoyan fueron readmitidos en el Buró del Presidium del CC. Naturalmente, ninguno se acordó de las decisiones de Stalin de designar a Ponomarenko jefe del gobierno. Este fue para colmo expulsado de la dirección del Partido y condenado al declive: primero se le nombró Ministro de Cultura, después se le mandó a la lejana Kazajastán y al final se le colocó políticamente a reposar en una embajada en el extranjero. Perdieron también sus cargos decisivos Malishev, Pervuchin y Saburov, desplazados a ministerios poco importantes.

    Se trató de un golpe al Estado y al Partido. La “vieja guardia” había logrado evitar la pérdida inminente de sus altos cargos, en la práctica ya decididos. El ascenso de hombres como Ponomarenko, Saburov, Pervuchin y Malishev representaba su condena política, les recordaba que su tiempo ya estaba pasado y que, sin quitarse nada de sus méritos, deberían hacerse a un lado. Pero los dirigentes del Partido habituados al poder, a los honores y al respeto no supieron resignarse a este destino. Y de esta forma regresaron al timón del Estado los representantes del pasado, hombres incapaces de dirigir el país con competencia y conocimiento de causa. En las bases de un estado potente y en fase de desarrollo dinámico se abrió la primera grieta que extendiéndose paulatinamente, habría llevado en pocos decenios al derrumbe del todo el edificio. Pero los colaboradores de Stalin, a diferencia del líder desaparecido, pensaban en última instancia en el país y en el pueblo.

    El éxito de las tramas para la eliminación de los candidatos de Stalin consintió a Jruchov de conquistar posiciones políticas cruciales que jamás hubiera podido soñar. En la batalla subterránea para los más altos cargos, hecha a base de intrigas oscuras y golpes bajos, el enérgico, astuto e inescrupuloso Nikita se sentía perfectamente a sus anchas y se imponía con facilidad sobre sus colegas más torpes por medio de la vetusta costumbre de la observancia de los principios elementales de la vida del Partido y del Estado. Sobre el camino de la instauración del poder personal quedaba solamente un obstáculo: la contrariedad de Beria. Pero de éste, que se destacaba por sus cualidades prácticas y conocía los lados oscuros de las actividades de muchos miembros del Buró Político, la “vieja guardia” abrigaba sentimientos poco amigables. Jruchov naturalmente se aprovechó apelando al método experimentado de “convocar a las fuerzas ejemplares”. Después de Beria le llega el turno a los otros excolaboradores de Stalin que querían frenar al ambicioso Nikita en su carrera a la dictadura personal: en la nueva situación esta misma habría sido dañina para el desarrollo del país. Pero a estas alturas a esto ya no se le prestaba atención, los intereses de grupo, de clanes y de élites habían tomado la delantera a aquellos del estado y de la sociedad. A los máximos niveles de la dirigencia del país se habían impuesto esas “fuerzas y tradiciones de la vieja sociedad” contra las cuales Stalin había luchado despiadadamente.

    Después de haber hecho fracasar el proyecto de Stalin de un traspaso “suave” del poder a las nuevas generaciones, la “vieja guardia” con sus propias manos se cavó la tumba en la cual pronto Jruchov la habría enterrado sin muchos esfuerzos. Y así un gran estado se encaminaba ineluctablemente al final, después que a su timón llegara un aventurero ignorante, incapaz de liberarse de los métodos trotskistas y de los mandos de la administración del país.



    Fuente original: “Zavtra”, N° 12, 16.3.2003
    http//: zavtra.ru/cgi//veil/data/zavtra/03/487/61.html
    Traducción del original al italiano: Stefano Trocini
    Traducido al castellano a partir del texto en italiano
    Fuente: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
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    "Informe Secreto" de Kruschev al  XX Congreso del PCUS - Página 3 Empty Re: "Informe Secreto" de Kruschev al XX Congreso del PCUS

    Mensaje por Shenin Lun Feb 14, 2011 10:51 pm

    Debilidades en la lucha contra el oportunismo

    No cabe la menor duda que Stalin continuó, en los últimos años de su vida, luchando contra las tendencias socialdemócratas y nacionalistas burguesas, y contra la subversión conducida por el imperialismo anglo-americano.

    Por otra parte, está claro que esta lucha no fue llevada a cabo con la profundidad y la amplitud necesaria para revigorizar y enderezar ideológica ypolíticamente al Partido.

    En efecto, después de la guerra -que había exigido esfuerzos profesionales extraordinarios por parte de los cuadros militares, técnicos y científicos-, las antiguas tendencias al profesionalismo militar y a la tecnocracia se reforzaron. La burocratización, la búsqueda de privilegios y la vida fácil se habían acentuado también. Esta evolución negativa fue alentada por el "vértigo del éxito": el gran orgullo que los cuadros sacaban de la victoria antifascista se transformaba a menudo en presunción y arrogancia. Todos estos fenómenos han minado la vigilancia ideológico-política ante las corrientes oportunistas.

    Stalin luchó contra expresiones particulares del oportunismo y del revisionismo. Era del parecer que la lucha de clases en el dominio ideológico debía seguir aún largo tiempo. Pero no estuvo en condiciones de formular una teoría comprensible del origen y de sus bases sociales. Más concretamente, no llegó a la formulación de una teoría coherente sobre la persistencia de las clases yde las luchas de clase en la sociedad socialista.

    Stalin no se supo abstraer de la situación real que, después de la desaparición de las bases económicas de la explotación capitalista y feudal, existía aún en la URSS, un terreno en donde podrían resurgir los elementos burgueses. El burocratismo, la tecnocracia, las desigualdades sociales y los privilegios han introducido entre ciertas capas de la sociedad soviética, un estilo de vida burguesa y aspiraciones a la reintroducción de ciertas formas de capitalismo. La persistencia de la ideología burguesa en el seno de las masas y entre los cuadros ha sido un factor suplementario que ha hecho virar a capas enteras hacia posiciones antisocialistas. Los adversarios del socialismo han encontrado siempre importantes recursos y reservas ideológicas y materiales del lado del imperialismo. A parte que este imperialismo no ha dejado jamás de infiltrar a agentes y de comprar a renegados que se han esforzado en explotar y ampliar todas las formas de oportunismo existente en la URSS. La tesis de Stalin según la cual "no hay una base de clase para el dominio de la ideología burguesa" era unilateral y no dialéctica. Esta frase ayudó a introducir debilidades y errores en la línea política.

    En efecto, Stalin no demostró ya su capacidad de definir las formas adecuadas de movilización de las masas obreras y koljosianas para combatir el peligro de la restauración. La democracia popular debía haberse desarrollado con la intención claramente concebida de eliminar al burocratismo, a la tecnocracia, al arribismo y acabar con los privilegios; por lo tanto, la participación popular a la defensa de la dictadura del proletariado, no se aseguró debidamente. Stalin, que siempre subrayó que la influencia de la burguesía y del imperialismo se reflejaba en el Partido bajo la forma de corrientes oportunistas, no fue capaz entonces de formular una teoría sobre la lucha entre las dos líneas en el seno del Partido. En 1939, haciendo el balance de las dos purgas, Stalin puso el acento exclusivamente sobre "el espionaje y la actividad conspirativa de los cabecillas trotskistas y bujarinistas" y sobre la forma con que "los Estados burgueses... sacan provecho de las debilidades de los hombres, de su vanidad, sus debilidades." Stalin subestimó manifiestamente las causas internas que engendran a las corrientes oportunistas que más tarde, por infiltración de agentes secretos, se unieron de una forma u otra al imperialismo. Stalin no comprendió que los peligros del burocratismo, de la tecnocracia, de la búsqueda de privilegios existen de forma permanente y en una amplia escala. Y que éstas reproducen inevitablemente concepciones socialdemócratas, conciliadoras con el imperialismo. En consecuencia, Stalin no juzgó necesario movilizar al conjunto de los miembros del Partido para combatir las líneas oportunistas y para eliminar las tendencias malsanas; en el curso de estas luchas ideológicas y políticas, todos los cuadros y miembros hubieran debido haberse educado y transformado. Después de 1945, la lucha contra el oportunismo quedó confinada a las esferas dirigentes del Partido y ya no sirvió para la transformación revolucionaria del conjunto del Partido.

    Son estos análisis, estas debilidades, por las que Mao Zedong formuló su teoría sobre la continuación de la revolución: "La sociedad socialista se extiende sobre un amplio período, en el curso del cual continúan existiendo las clases, las contradicciones de clase y la lucha de clases, lo mismo que la lucha entre la vía socialista y la vía capitalista, lo mismo que el peligro de una restauración del capitalismo. Es necesario comprender que esta lucha será larga y compleja. Hay que redoblar la vigilancia y seguir la educación socialista... De lo contrario, un país socialista como el nuestro se transformará en su contrario: cambiará de naturaleza y verá la restauración del capitalismo."

    [...]

    Stalin contra el futuro khruschevismo

    ¿Se dio cuenta Stalin de las intrigas que los revisionistas de su entorno estaban a punto de urdir?

    El informe principal sometido al XIXº Congreso por Malenkov, a principios de octubre de 1952, así como la obra de Stalin Los problemas económicos del socialismo, publicado en esta ocasión, muestran que Stalin estaba convencido de que una nueva lucha contra el oportunismo y una nueva depuración del Partido habían llegado ya a ser necesarias.

    El informe presentado por Malenkov lleva el sello de Stalin. Defiende tesis revolucionarias que serán desmontadas cuatro años más tarde por Khruschev y Mikoyán. En él critica con virulencia una multitud de tendencias negativas en la economía y en la vida del Partido, tendencias que se impusieron en 1956 bajo la forma de revisionismo kruscheviano.

    En primer lugar, volviendo a la depuración de 1937-38, Malenkov nota: "A la luz de los resultados de la guerra aparece frente a nosotros, con toda su grandeza, la significación de la lucha intransigente que nuestro Partido ha seguido, contra los enemigos del marxismo-leninismo, contra los engendros trotskistas-bujarinistas, contra los capituladores y los traidores que intentaban hacer desviar al partido de la buena vía y escindir sus filas. (...) Aplastando a la organización clandestina de los trotskistas y bujarinistas, el Partido destruyó en el tiempo preciso toda posibilidad de la aparición en la URSS de una quinta columna y preparó políticamente al país para la defensa activa. No es difícil comprender que si esto no hubiese sido hecho a tiempo, nos habríamos encontrado, durante las hostilidades, en la situación del hombre ametrallado desde el frente y la retaguardia, y habríamos perdido la guerra." (83)Cuatro años más tarde, Khruschev negará que los trotskistas y bujarinistas habían degenerado hasta el punto de defender una plataforma socialdemócrata y burguesa, como también negaría que algunos de ellos, habían entrado en contacto con las fuerzas hostiles extranjeras. Khruschev intenta entonces la teoría según la cual el socialismo había triunfado definitivamente desde 1936 y que ¡no existía ya una base social ni para la traición, ni para la restauración del capitalismo! He aquí sus principales afirmaciones: "El Estado soviético está consolidado, las clases explotadoras están liquidadas, las relaciones socialistas están sólidamente enraizadas en todos los sectores de la economía nacional." "El socialismo está fundamentalmente edificado en nuestro país... las clases explotadoras han sido ya liquidadas... La estructura social soviética esta radicalmente cambiada... La base social para los movimientos y grupos políticos hostiles al Partido están extremadamente restringidos."

    Khruschev aprovecha esta argumentación para llegar la conclusión de que la depuración había sido un acto arbitrario que no se justificaba, rehabilitando así las posiciones políticas de los oportunistas y de los enemigos del socialismo.

    * * *

    En su informe al XIX° Congreso, Malenkov subrayó cuatro grandes debilidades del Partido. Sobre estas debilidades Khruschev se apoyó cuatro años más tarde para poder realizar su "putsch" revisionista.

    Malenkov subrayó que muchos cuadros burocratizados rehusaban las críticas y el control de la base y se escudaban en formalismos y en la despreocupación.

    "La autocrítica y sobre todo la crítica que nos llega de la base no es aún... el método principal para revelar y corregir nuestros errores y nuestras insuficiencias, debilidades y contradicciones... La crítica es objeto de bromas y de persecución. Encontramos a menudo militantes que proclaman sin fin la fidelidad al Partido pero que en realidad no soportan las críticas de abajo, las ahogan y se vengan de los que les critican. Conocemos a buen número de casos en donde la actitud burocrática hacia la crítica y la autocrítica... mata la iniciativa... e implanta en ciertas organizaciones hábitos antipartido de los burócratas, enemigos jurados del Partido. Allí en donde el control de las masas sobre la actividad de las organizaciones... es débil, aparecen... el burocratismo, la corrupción e incluso la degradación de ciertos escalones de nuestro aparato. (...) Los éxitos han engendrado en el partido la autosatisfacción, un optimismo oficial, el espíritu de quietud, el deseo de reposar sobre sus propios laureles y de hacer prevaler los méritos pasados. (...) Los dirigentes transforman a menudo las reuniones en manifestaciones de parada, de distribución de elogios, si bien los errores y las insuficiencias en el trabajo, las contrariedades y las debilidades no son denunciadas ni criticadas... El espíritu de descuido ha penetrado en la organización del Partido."

    Aquí encontramos un tema constante de Stalin desde los años treinta: la llamada a la base para que critique y controle a los burócratas que buscan la tranquilidad, que reprimen la palabra de los militantes, se complacen en el descuido y se comportan como los enemigos del comunismo. Este texto deja imaginar las vastas críticas que Stalin quería de nuevo levantar contra los revisionistas.

    Cuatro años más tarde, cuando Khruschev denunció "la inseguridad, el miedo y la desesperanza" que reinaba según él bajo Stalin, prometió de hecho a los burócratas y oportunistas que gozarían de tranquilidad en lo sucesivo. No serán jamás "perseguidos" por las críticas "izquierdistas" de la base. La autocomplacencia y el espíritu de quietud serán las características principales de la burocracia revisionista que tomará definitivamente el poder bajo Gorbachov.

    En segundo lugar, Malenkov denunció a los comunistas que burlándose de la disciplina del Partido, se comportan como propietarios: "La actitud formal sobre las decisiones del Partido y del gobierno, la actitud pasiva hacia su aplicación, son vicios que es necesario extirpar implacablemente. El Partido no tiene necesidad de funcionarios resecos e indiferentes para los que su tranquilidad personal es más importante que los intereses de la causa; nos hacen falta combatientes infatigables, llenos de abnegación. (...) Buen número de dirigentes olvidan que las empresas que se les ha confiado la gestión pertenecen al Estado; se esfuerzan en transformarlas en sus feudos en donde hacen ,todo lo que su pie izquierdo les manda,." (...) Tenemos cantidad de dirigentes que piensan que las decisiones del Partido y las leyes soviéticas no son obligatorias para ellos. (...) Los que intentan ocultar la verdad al Partido yde engañarlo no puede ser miembros del Partido."

    La gente que Malenkov denunciaba en este pasaje encontró pronto en Khruschev su representante. Khruschev se convirtió en portavoz de los burócratas cuando criticó las "fluctuaciones demasiado pronunciadas de los cuadros." El texto de Malenkov permite también comprender mejor lo que se ocultaba tras las diatribas de Khruschev contra Stalin. "Stalin", decía "había abandonado el método de la lucha ideológica; aplicando la etiqueta de `enemigo del pueblo,, Stalin tendía sistemáticamente al recurso a la represión y el terror." Estas frases estaban destinadas a asegurar la posición de los que habían sido atacados en el informe de Malenkov, de los que hacían de las empresas del Estado su propiedad privada, los que ocultaban la realidad al Partido para poder robar y estafar impunemente, los que vomitaban frases "marxistas-leninistas" sin la menor intención de aplicarlas. Con Khruschev, todos aquellos que aspiraban a convertirse completamente en burgueses no tenían que temer ya "la represión y el terror" del poder socialista.

    Tercero, Malenkov denunció a los cuadros que forman clanes escapando a todo control y que se enriquecen ilegalmente. "Ciertos funcionarios dilapidan ellos mismos los bienes de los koljoses... se apropian las tierras colectivas, forzando a las direcciones de los koljoses a abastecerles gratuitamente de grano, carne, leche y otros alimentos." "Ciertos dirigentes no escogen a los cuadros según sus cualidades políticas y prácticas, sino por espíritu de familia, por espíritu de camaradería y de cofradía... estas deformaciones engendran en ciertas organizaciones camarillas de hombres que se apoyan unos a otros y emplazan sus intereses de grupo por encima de los del Partido y del Estado. Nada asombroso es que un ambiente tal conduzca de ordinario a la descomposición y a la putrefacción." "La actitud deshonesta e irresponsable hacia la ejecución de las directrices de los organismos dirigentes es una de las manifestaciones más peligrosas y criminales del burocratismo." "El objetivo del control de la ejecución es el de revelar las insuficiencias, de poner al desnudo las ilegalidades, de ayudar con consejos a los trabajadores honestos a castigar a los incorregibles."

    Bajo Khruschev no se escogían los cuadros mejor preparados por sus cualidades políticas: bien al contrario, estos fueron "depurados" por "estalinistas". Alrededor de Beria, de Khruschev, de Mikoyan, de Breznev, se formaron las camarillas burguesas, completamente apartadas del control popular revolucionario, exactamente como Malenkov lo describe. Stalin no estará ya allí para castigar las incorrecciones, pero las incorrecciones castigarán en lo sucesivo a los verdaderos comunistas.

    Finalmente Malenkov criticó a los cuadros que descuidaban el trabajo ideológico, permitiendo a las corrientes burguesas emerger de nuevo y tomar posiciones en el frente ideológico: "En muchas organizaciones del Partido se subestima el trabajo ideológico, este trabajo acusa un retraso sobre las tareas del Partido y, en ciertas organizaciones, se encuentra en estado de abandono... Todo debilitamiento de la ideología socialista viene a reforzar la influencia de la ideología burguesa... Subsiste entre nosotros supervivencias de la ideología burguesa, de la mentalidad y de la moral del propietario. Estas supervivencias son muy vivaces, pueden crecer, desarrollarse y es por ello necesario combatirlas resueltamente. No estamos aún inmunizados contra la penetración de ideas que son extranjeras, de fuera, del lado de los Estados capitalistas, ydentro, del lado de los restos de los grupos hostiles al poder soviético." "El que vive de fórmulas aprendidas con el corazón y no tiene el sentido de lo nuevo es incapaz de orientarse correctamente en la coyuntura interior y exterior." "Ciertas organizaciones se apasionan por la economía, olvidando los problemas ideológicos... En donde la atención por la ideología se relaja, se crea un terreno propicio a la animación de vías y concepciones que nos son hostiles. Los elementos extraños, salidos de los residuos de grupos antileninistas derrotados por el Partido, buscan adueñarse de los sectores del trabajo ideológico."

    Khruschev envileció el leninismo, para poder lanzar una serie de fórmulas vacías de todo espíritu revolucionario. Una vez fue creado este vacío, se nutrió de las viejas ideologías socialdemócratas y burguesas consiguiendo "rejuvenecerlas". Por otra parte, Khruschev falsificó o eliminó completamente las nociones socialistas del marxismo- leninismo, como la lucha anti-imperialista, la revolución socialista, la dictadura del proletariado, la continuación de la lucha de clases, la concepción del Partido leninista, etc. ¡Cuando hablaba de la "educación marxista", proponía lo contrario que Malenkov! Khruschev dijo: "Desde hace largos años, nuestros cuadros del Partido han sido insuficientemente educados en... las cuestiones prácticas de la edificación de la economía."

    Rehabilitando a los oportunistas y a los enemigos golpeados en el curso de las depuraciones, Khruschev permitió la resurrección de las corrientes ideológicas socialdemócratas, burguesas y zaristas.

    * * *

    En el Pleno que siguió al XIX° Congreso, Stalin aún fue más duro en las críticas que dirigió a Mikoyan, Molotov y Vorochilov; estaba virtualmente en conflicto con Beria. Todos los miembros de la dirección comprendieron perfectamente que Stalin exigía un cambio radical en la cúspide. Khruschev había comprendido claramente el mensaje, y, como los otros, le volvió la espalda y se encogió de hombros: "Stalin tenía, evidentemente, el deseo de acabar con todos los antiguos miembros del Buró político. A menudo había declarado que el Buró político debían ser reemplazado por hombres nuevos. Su propuesta, formulada después del XIXº Congreso y por la elección de 25 personas al Presidium del Comité Central, pretendía eliminar a los antiguos miembros del Buró político y hacer entrar a personas menos experimentadas. (...) Podemos suponer (!) que también tenía como objetivo la liquidación futura de los antiguos miembros del Buró político, lo que habría permitido cubrir con un velo de silencio todos los actos vergonzosas de Stalin."

    En esta época, Stalin era ya un hombre envejecido, agotado y enfermo. Actuaba con mucha prudencia. Llegó a la conclusión de que los miembros del Buró político no estaban ya a la altura, introdujo jóvenes más revolucionarios en el Presídium para someterlos a un test. Los revisionistas complotaron con Khruschev, Beria y Mikoyán sabiendo que iban a perder pronto sus posiciones.

    Siempre según Khruschev, Stalin habría dicho a los miembros del Buró político, después del asunto del complot de los médicos, a finales de 1952: "Sois ciegos como amentos ¿qué pasará sin mi? El país perecerá porque vosotros no sabéis cómo reconocer a los enemigos."

    Khruschev avanzó esta cita como prueba de la locura y la paranoia de Stalin. Pero la historia ha demostrado como esta observación era pertinente.

    Esto lo extraje de Otra mirada sobre Stalin, de Ludo Martens.
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    Mensaje por Erazmo Mar Feb 15, 2011 3:09 am

    Camarada Shenin, debo felicitaros al igual que felicito a camaradas como AsturcOn, Dzerjinskii, SS-18, Demófilo (no estoy escribiendo camarada porque me lo prohibió) u otros como los nombrados que rompen una lanza por Stalin. No haré comentarios por lo insertado, aún cuándo lo leí con detenimiento y algunos pasajes los había leído en otras publicaciones.

    Dejádme preguntaros Shenin, y otros que una respuesta quisieran aventurar, ¿cuál es la finalidad de hacer esta arqueologia virtual?, ¿que es lo que se saca en limpio?, ¿algo puede cambiar?, ¿que es lo que pretendeís lograr?, ¿en este mismo y preciso momento del devenir mundial con lo de egipto-tunez y quizá argelia y jordania-yemen que aportan estos escritos?

    Es fanatismo o convicciones shenin, cual es vuestra visión objetiva y crítica respecto de lo que vos mismo insertasteís, ¿creeís que así fué o solo quereís pretender que así fué?

    Perded un minuto respondiendo camarada y otros camaradas que quizá quieran responder.


    Saludos Revolucionarios
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    Mensaje por Shenin Mar Feb 15, 2011 12:21 pm

    No pretendo más que exponer información adicional para que todos comprendamos mejor los hechos que se debaten en este tema del foro. Que son hechos importantes de los que no creo que hayamos sacado en el movimiento comunista aun las lecciones necesarias. Cada texto aborda una parte del problema, incluso sus autores discrepan en alguna cuestión, como la de Beria.

    Éste es un tema del foro dedicado al Informe de Jruschov, por eso expongo textos relativos a dicha cuestión. Meter aquí a Túnez y Egipto no es más que un subterfugio. Precisamente:

    Erazmo escribió:Este Hilo espero nunca pierda el interés de los camaradas, y por ello postearé para mantenerlo en los temas del día.

    No haré comentarios por lo insertado, aún cuándo lo leí con detenimiento y algunos pasajes los había leído en otras publicaciones.
    Pues no lo parece, porque precisamente esos textos contradicen algunas de mis afirmaciones en esta discusión, como en la cuestión de los "anti-partido". Pero es que yo no busco tener razón ni machacar en una discusión al que no piensa como yo, solo descubrir la verdad.

    Pero, si tuviera que hacer mía alguna de las afirmaciones de los textos colgados, ésta sería la siguiente:

    "La sociedad socialista se extiende sobre un amplio período, en el curso del cual continúan existiendo las clases, las contradicciones de clase y la lucha de clases, lo mismo que la lucha entre la vía socialista y la vía capitalista, lo mismo que el peligro de una restauración del capitalismo. Es necesario comprender que esta lucha será larga y compleja. Hay que redoblar la vigilancia y seguir la educación socialista... De lo contrario, un país socialista como el nuestro se transformará en su contrario: cambiará de naturaleza y verá la restauración del capitalismo."

    Es una cita de los documentos del PCCh durante la Gran Polémica con el PCUS.

    También coincido plenamente con Martens cuando afirma:

    Stalin luchó contra expresiones particulares del oportunismo y del revisionismo. Era del parecer que la lucha de clases en el dominio ideológico debía seguir aún largo tiempo. Pero no estuvo en condiciones de formular una teoría comprensible del origen y de sus bases sociales. Más concretamente, no llegó a la formulación de una teoría coherente sobre la persistencia de las clases y de las luchas de clase en la sociedad socialista.

    Stalin no se supo abstraer de la situación real que, después de la desaparición de las bases económicas de la explotación capitalista y feudal, existía aún en la URSS, un terreno en donde podrían resurgir los elementos burgueses. El burocratismo, la tecnocracia, las desigualdades sociales y los privilegios han introducido entre ciertas capas de la sociedad soviética, un estilo de vida burguesa y aspiraciones a la reintroducción de ciertas formas de capitalismo. La persistencia de la ideología burguesa en el seno de las masas y entre los cuadros ha sido un factor suplementario que ha hecho virar a capas enteras hacia posiciones antisocialistas. Los adversarios del socialismo han encontrado siempre importantes recursos y reservas ideológicas y materiales del lado del imperialismo. Aparte que este imperialismo no ha dejado jamás de infiltrar a agentes y de comprar a renegados que se han esforzado en explotar y ampliar todas las formas de oportunismo existente en la URSS. La tesis de Stalin según la cual "no hay una base de clase para el dominio de la ideología burguesa" era unilateral y no dialéctica. Esta frase ayudó a introducir debilidades y errores en la línea política.

    En efecto, Stalin no demostró ya su capacidad de definir las formas adecuadas de movilización de las masas obreras y koljosianas para combatir el peligro de la restauración. La democracia popular debía haberse desarrollado con la intención claramente concebida de eliminar al burocratismo, a la tecnocracia, al arribismo y acabar con los privilegios; por lo tanto, la participación popular a la defensa de la dictadura del proletariado, no se aseguró debidamente. Stalin, que siempre subrayó que la influencia de la burguesía y del imperialismo se reflejaba en el Partido bajo la forma de corrientes oportunistas, no fue capaz entonces de formular una teoría sobre la lucha entre las dos líneas en el seno del Partido. En 1939, haciendo el balance de las dos purgas, Stalin puso el acento exclusivamente sobre "el espionaje y la actividad conspirativa de los cabecillas trotskistas y bujarinistas" y sobre la forma con que "los Estados burgueses... sacan provecho de las debilidades de los hombres, de su vanidad, sus debilidades." Stalin subestimó manifiestamente las causas internas que engendran a las corrientes oportunistas que más tarde, por infiltración de agentes secretos, se unieron de una forma u otra al imperialismo. Stalin no comprendió que los peligros del burocratismo, de la tecnocracia, de la búsqueda de privilegios existen de forma permanente y en una amplia escala. Y que éstas reproducen inevitablemente concepciones socialdemócratas, conciliadoras con el imperialismo. En consecuencia, Stalin no juzgó necesario movilizar al conjunto de los miembros del Partido para combatir las líneas oportunistas y para eliminar las tendencias malsanas; en el curso de estas luchas ideológicas y políticas, todos los cuadros y miembros hubieran debido haberse educado y transformado. Después de 1945, la lucha contra el oportunismo quedó confinada a las esferas dirigentes del Partido y ya no sirvió para la transformación revolucionaria del conjunto del Partido.

    Son estos análisis, estas debilidades, por las que Mao Zedong formuló su teoría sobre la continuación de la revolución

    Y, por supuesto, suscribo lo dicho por Dzerjinskii sobre la cuestión agraria:

    Si hacia mediados de los años 30, (a pesar de que las mercancías empezaron a ser adquiridas como nunca antes y que la salud y educación publica elevaba el nivel de vida incluso más que en los países capitalistas), los campesinos se resistieron igual a la colectivización, imagínense lo que hubiera significado avanzar más y superar las consecuencias de tolerar la propiedad sobre los productos y el intercambio mercantil con el koljós luego de la guerra. Por el contrario las medidas de los revisionistas demuestran que tuvieron que dar concesiones al koljos. Imagínense las discusiones dentro del partido ante esto. ¿Nos arriesgamos a otra lucha con el campesinado ahora agrupados en koljos y en las condiciones en que nos dejo la guerra o damos concesiones? la repuesta no es para sorprenderse si tenemos en cuenta que la colectivización dejo heridas inclusive dentro del partido y que los koljosianos ya tenían mucha influencia en el partido y el Estado. Creo que el silencio de los comunistas sinceros se debe a que capitularon ante el pragmatismo revisionista que debe haber contado con más de un conflicto grabe, ante la resistencia y los reclamos de los koljosianos, para usar de ejemplo e inmovilizar y hacer dudar a los cuadros leales al socialismo. Yo he sido uno de los más críticos al revisionismo pero no me quedo solo con la explicación de “la traición”. Que hubo traidores concientes de lo que se hacía no hay duda. Pero que la situación concreta de la URSS generaba los argumentos necesarios par dejarse arrastrar por el pragmatismo tampoco deja dudas. Eso creo que explica las vacilaciones y silencios de más de uno en el PCUS. Si otros no cayeron en esto y estaban dispuesto a enfrentar a los revisionistas simplemente no creo que hayan tenido las fuerzas para hacerlo y fueron eliminados uno por uno, ya que solo la confusión que genera el golpe revisionista, como todo golpe desde dentro, le dio una ventaja decisiva a los “pragmáticos”, dejando a los verdaderos comunistas como renegados antipartido, como principistas que no comprendían la situación del momento, como aventureros, como trotskistas.

    No es que yo rompa una lanza por nadie. Lo que ocurre es que no considero que todo valga a la hora de criticar la experiencia de la construcción del socialismo en la URSS de 1921-1953. Algunas críticas son justas y otras no. Por eso a veces hago de abogado del diablo. Hasta ahora, solo me han convencido algunas de las críticas formuladas por Mao y los comunistas chinos durante la Gran Polémica que tuvieron con el PCUS. También comparto la valoración del Camarada General Enrique Líster de que "Stalin es uno de los más grandes revolucionarios de todos los tiempos; opino que no es ni el dios que hemos adorado durante muchos años ni el monstruo que ha descrito Jruschov".

    Ahora mismo carezco de tiempo para escribir ensayos, así que lo lamento si mis respuestas no son satisfactorias. Quizá más adelante pueda desarrollar más la cuestión.
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    Mensaje por Erazmo Vie Feb 18, 2011 6:28 pm

    Ludo Martens, como historiador es parcial y sesgado y escribe una historia que más parece novela o guión de cine que texto histórico. Lejos están los textos del profesor Max bloch y su redacción dialectica.

    Para muestra de los "argumentos" de martens un botón; "El informe principal sometido al XIXº Congreso por Malenkov, a principios de octubre de 1952, así como la obra de Stalin Los problemas económicos del socialismo, publicado en esta ocasión, muestran que Stalin estaba convencido de que una nueva lucha contra el oportunismo y una nueva depuración del Partido habían llegado ya a ser necesarias.",

    ¿stalin convencido de una nueva depuración? martens no lo sabe solo lo supone lo que revela que es parcial y amañado; ¿y sí stalin no se pecata, nadie es capaz de hacerlo?, fácil respuesta no hay mecanismos de reemplazos ni de jubilación, no hay estructura legal para ocupar cargos en el estado el partido es parte del estado y con ello el partido es una agencia de empleos, Lenin se percató de ello en 1918 ¿y stalin no fuè capaz?

    ¿porque el buró polìtico sirve en 1945 y no en 1952? fácil respuesta el estado soviético funciona según lo defina Stalin y sus colaboradores, la aplicación de las votaciones y el "unanimismo" revelan a la URSS con la estructura de un brontosaurio un cuerpo gigantesco y una cabeza pequeña, tan pequeña que muerto stalin el cuerpo voluminoso comenzó a descomponerse.

    Después malenkov ataca actitudes "desviacionistas" de dirigentes del partido en la dirección de empresas y administración de sovjozes, nada se dice de como son los procesos de fiscalización, denuncia robos ¿y las auditorías?, señala abusos ¿y el centralismo democrático?, toda la exposición de martens es descabellada solo es tratar de exculpar a Stalin y al hacerlo lo enloda más.


    Stalin iba a solucionar los problemas pero se murió, que manera más infantil y patética de plantearse, justamente se llegó a eso porque la moral revolucionaria, el trabajo colectivo habían muerto casi con Lenin.

    Al leer a martens no se puede dejar de hacer una correlación de hechos con el breve periódo de Lenin, más dificultades que las que enfrentó Stalin y mucha mejor capacidad para resolver los problemas.

    Con Lenin el marxismo-leninismo no existía; los trotskistas-bujarinistas no existían porque sus cabecillas estaban bajo una estructura colegiada de responsabilidades gubernativas, no había un "stalin" que debía percatarse de todo o sino el desastre a las puertas estaba ¡para eso es el trabajo colectivo!


    Y después pretenden encontrarle que la extinción de la URSS fué culpa del "burocratismo-tecnocracia" ¿cuales?, el desplome fué culpa de las personas con nombres y apellidos; y todo comenzó con el dúo dinámico Stalin-Trotsky, y reiterar sin Lenin no hay revolución y quizá por lo mismo el poder bolchevique destinado a morir estaba, la historia de los pueblos es de los pueblos y no de un individuo en particular.



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    Mensaje por Shenin Vie Feb 18, 2011 7:53 pm

    Precisamente Martens explica todo eso cuando dice que:
    En consecuencia, Stalin no juzgó necesario movilizar al conjunto de los miembros del Partido para combatir las líneas oportunistas y para eliminar las tendencias malsanas; en el curso de estas luchas ideológicas y políticas, todos los cuadros y miembros hubieran debido haberse educado y transformado. Después de 1945, la lucha contra el oportunismo quedó confinada a las esferas dirigentes del Partido y ya no sirvió para la transformación revolucionaria del conjunto del Partido.

    Vamos, que machacas a Martens, pero en realidad éste te da la razón. Es obvio que sin una masa de cuadros educados, concienciados e ideologizados profundamente en los principios revolucionarios, es insostenible a largo plazo un sistema de dirección colectiva. Solo una constante educación, transformación, movilización y promoción de cuadros revolucionarios puede garantizar la sostenibilidad de la dirección colectiva a largo plazo, liberarla de los límites biológicos y unificarla entorno a una línea revolucionaria. Y ahí fracasaron tanto Lenin como Stalin. La dirección colectiva en tiempos de Lenin era inestable. La unidad era una ilusión, pues dependía de la autoridad moral de Lenin. Bien conocida es la preocupación de Lenin en sus últimos días por una posible escisión. Después con Stalin hay intentos de recomponer la dirección colectiva con la ampliación del Politburó, su transformación en Presidium, pero también fracasan. La unidad seguía siendo falsa y dependiente de la autoridad de un individuo. No se habían educado, ideologizado, concienciado y unificado en un sentido revolucionario a los cuadros que eran necesarios. Sobre eso ya colgué más arriba la transcripción del Comité Central que sucedió al XIX Congreso y el texto de Dobrov sobre la sucesión de Stalin.

    Esto ya no es solamente una cuestión histórica exótica de la que debatir como hobby. Esta cuestión, la de la constante educación, transformación, ideologización y unificación del Partido Comunista, está a la orden del día en todos los países.
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    Mensaje por Felipe1917 Miér Mar 02, 2011 6:49 am

    He leído casi todo el hilo. Casi todo, porque no me da tiempo para más. No me quedó claro, si es que lo señalaron en alguno de los aportes, es el porqué del Vigésimo Congreso. Es decir, ¿qué pretendía Krushev al dar el famoso discurso secreto? ¿Fue, en parte, para ganarse a Tito? ¿O representaba éste las concesiones a los koljosianos? Bueno, no sé. Si alguien me resuelve la duda, lo agradecería.
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    Mensaje por Erazmo Miér Mar 02, 2011 5:20 pm

    Camarada Felipe1917, os daré mi visión, la que es parcial porque nadie sabe que es lo que buscaba efectivamente kruschev, pueden haber muchas hipótesis y todas una cuota de verdad podrían tener, esto es lo que pienso yo;

    1) Creo que la idea de defenestrar a Stalin estuvo en el ambiente desde mucho tiempo antes de su muerte.
    2) Sí leís la historia y los protagonistas de ese tiempo encontrareís que todos estuvieron en el equipo de stalin, llevaban en promedio más de tres décadas trabajando con Stalin y se suponía eran de su total confianza e incluso algunos eran amigos y otros parientes políticos.

    El historiador martens escribe que stalin preparaba una gran purga contra precisamente sus antiguos colaboradores, todos serían cesados en sus funciones, de acuerdo a martens perderían privilegios y eso fue uno de los detonantes para unirse y darle la pelea a stalin.

    Pero stalin murió de improviso, hay un hilo con "la muerte de stalin" allí se inserta un relato que indica que stalin pudo ser envenenado, leédlo y así teneís más información.

    Sí no fué verdad esa acción, kruschev-malenkov-molotov-mikoyán-zhukov-bulganin se habían confabulado para dar un golpe de mano, así se desprende de lo que escribe martens.

    Pero con stalin muerto el peligro cesaba por ese lado pero había que tomar el poder, es decir la lucha por el poder daba inicio, beria como jefe de las fuerzas de seguridad tenía la mayor ventaja porque podía movilizar efectivos armados en toda la URSS, pero apenas un par de meses trás la muerte de stalin toda la cúpula de las fuerzas armadas y del CC del pcus se unieron y una noche cercaron la casa de beria y lo arrestaron, hay un hilo con "la muerte de beria" leédlo para que tomeís información.

    Beria estuvo varios meses encarcelado hasta que a fines de 1953 lo fusilaron, la acusación fue sedición contra el estado.

    Entonces aparecieron los candidatos a tomar el poder, kruschev tenía el partido y malenkov el gobierno pero la mayor parte del antiguo grupo de trabajo de stalin apoyaba al gordinflón kruschev y también la cúpula militar lo avalaba.

    Entonces kruschev "tiró la cuerda" y malenkov cayó, kruschev preparó el XX Congreso y ahí es un poco de misterio la idea de demonizar a stalin echándole la culpa de todo es para congraciarse con el imperialismo, lo que equivale a traición, pero también es para consolidarse ante parte de la sociedad soviética, este último hecho es el más complicado de todos porque trás lo que escribiré vereís como muchos foreros intervendrán dando largos y dolientes quejidos escritos.

    Pero vos consultasteís y debo grafiarlo.

    Internamente creo que la población soviética estaba sumida en la apatía el acontecer político poco y nada le importaba, después de todo stalin estaba muerto y ya nada le dolía o podría dolerle.

    Trás el congreso el público soviético fué informado de varias maneras pero lo más sintomático fué que las estatuas de stalin, el nombre de calles y ciudades, como stalingrado, fueron abrogados incluso de los textos de historia el nombre de stalin fué desapareciendo y solo quedaba para criticarlo y culparlo de todo, ¡y nadie en la URSS dijo nada a nadie le importó un ápice!

    Stalin fué arrojado al vertedero y ahí ha permanecido.

    Las razones de kruschev nunca del todo se esclarecieron ejerció el poder y cayó en el nepotismo y cuando brezhnev le arrebató el poder el gordinflón se escondió y rara vez dió entrevistas, murió privadamente y lejos del kremlin y es el único dirigente soviético que no está enterrado bajo sus murallas, no sé si gorbachev traslado sus restos.

    Pero trás el discurso la URSS se inclinó y nunca más estuvo erguida de ahí a su desaparición administrativa fueron tres décadas pero siendo la URSS un estado salido de la revolución, como escribió Lenin, es atingente señalar que la URSS al desplomarse ya estaba muerta y solo cayó un vacío cascarón.


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    Mensaje por Shenin Miér Mar 02, 2011 10:45 pm

    ¡y nadie en la URSS dijo nada a nadie le importó un ápice!

    Si fuese realmente así, Jruschov no habría necesitado de compaginar sus calumnias a Stalin con falsas alabanzas, como bien demuestran artículos suyos publicados en el Pravda y otras declaraciones. ¡Incluso al principio Jruschov negó la existencia de su informe secreto! Tampoco la nomenklatura habría necesitado rehabilitar parcialmente a Stalin, como bien demuestra el hecho de que Brezhnev y Ustinov nombraran algunos de sus méritos en el aniversario de la victoria en la Gran Guerra Patria y en otros eventos. Incluso el Mariscal Zhúkov, que había apoyado a Jruschov, desmintió las calumnias jruschovianas contra Stalin en lo relativo a la conducción de la Gran Guerra Patria en sus Memorias publicadas en 1969. Tampoco el traidor Gorbachov habría necesitado nombrar a Stalin y varios de sus méritos para tratar de engañar a los comunistas que quedaban en el PCUS en el momento de su ascenso a la Secretaría General. La bandera del antiestalinismo se enarboló con mucha más fuerza durante la Glasnost que durante la desestalinización de Jruschov. ¿Cómo es posible que la reacción volviese sobre un tema que ya estaba zanjado? Si la cuestión de Stalin ya hubiese sido zanjada, esta reacción rusa solo habría necesitado dirigir sus ataques contra Brezhnev y la nomenklatura. En cambio, durante la Glasnost se asiste a la mayor campaña de difamación antiestalinista jamás conocida en la URSS. No solo eso, sino que la reacción rusa pone énfasis... ¡en la continuidad entre Lenin y Stalin! Estos hechos evidencian que la cuestión de Stalin nunca estuvo cerrada en la URSS. ¡Ni siquiera lo está hoy en día en la Federación Rusa!
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    Mensaje por Erazmo Jue Mar 03, 2011 1:38 am

    Camarada Shenin, el informe de kruschev con todo el "vómito" contra stalin lo promocionó en occidente el jefe del PC Italiano Palmiro Togliatti, que dice la leyenda le vendió unos ejemplares a la cia, Luís Corvalán, secretario del PC de chile también lo relata en sus memorias y una copia del informe se la dió gromyko y se publicitó en chile dando comienzo así a la "desestalinización" del PC de chile, que ridículo un pc sudamericano "desestalinizándose" lo que revela el grado de idiotes a que llegó el sectarismo dogmático.

    Kruschev pudo decir muchas estupideces, era un maestro en esa faceta, pero el cadáver embalsamado de stalin fue retirado del mausoleo incinerado y enterrado bajo las murallas, stalingrado cambió de nombre al igual que calles, plazas, otras ciudades y todos los monumentos de stalin fueron desmontados, excepto uno en georgia que retiraron las actuales autoridades de esa república ex soviética y hoy colonia yanquisionista.

    ¡Y quién dijo algo en contrario!, zhukov dice esto y lo otro mientras agonizaba y ya kruschev estaba fuera y también agónico pero en 1957 fué incapaz de confrontarlo, ni hablar de malenkov-molotov ese par de ruines arrastrádos que sobrevivieron más de 10 años a kruschev y solo guardaron silencio.

    Vamos camarada shenin, al parecer hasta martens lo reconoce, psicológicamente la población de la URSS estaba en el limbo mental, no le importaba nada y los hijos de quiénes apáticamente vieron la desaparición de stalin, vieron con la misma apatía la extinción de la URSS 35 años después.



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    Mensaje por Shenin Jue Mar 03, 2011 7:33 pm

    No he negado ninguno de esos hechos (ciudades, placas, estatuas, etc...). Solo he dicho que tras la caída de Jruschov se frena la desestalinización y se rehabilita parcialmente a Stalin, así como que durante la Perestroika se asiste a una de las mayores campañas anti-Stalin de la historia. Probablemente la mayor parte de la población fuese apática. Nunca he dicho lo contrario. Pero es evidente que nada de lo que he dicho habría sucedido si la cuestión de Stalin ya se hubiera cerrado definitivamente durante la desestalinización. Algún grupo de presión existiría con un mínimo de importancia en el país. Si Stalin ya fue exorcizado en los 60, ¿qué necesidad tenían los perestroikos y los reaccionarios rusos de exorciarlo otra vez? No tiene sentido. Con dirigir sus ataques contra Brezhnev y la nomenklatura les habría bastado. Pero no, los ataques se dirigen también y de forma enérgica contra Stalin, haciendo además incapié en la continuidad entre éste y Lenin. Incluso Gorbachov se suma a esta campaña abriendo los archivos de la época correspondiente y rehabilitando a Trotsky y Bujarin. ¿Por qué una nueva desestalinización, más dura incluso que la anterior? ¿No se había resuelto ya la cuestión? Los hechos indican claramente que no.
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    Mensaje por Erazmo Jue Mar 03, 2011 7:45 pm

    Camarada Shenin, sí, bajo gorbachev se vuelve con stalin y la odiosidad lanzada por el gordinflón kruschev en el XX Congreso.

    Sí ahora que os leo, y pese a haberlo leído una infinidad de veces recién reparo en un dato.

    ¿Porqué se rehabilitó con tanta tardanza a Bukharin y Trotsky?, podría parecer razonable en el caso de Trotsky, sobretodo porque el trotskismo era un enemigo mortal de la URSS y su dirigencia, los oscuros y más que tenebrosos personajes de la llamada IV Internacional eran enemigos jurados y como tal se comportaban.


    Pero en el caso de Bukharin cuál habrá sido la razón.

    ¿Sabeís algo al respecto Shenin?, o quién pudiese estar leyendo y tener información.

    Y creo que tiene relación con el Hilo, por lo que no me estoy desviando.


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    Mensaje por Shenin Jue Mar 03, 2011 7:50 pm

    Supongo que la oposición de Bujarin a la colectivización en su tiempo y el hecho de que Gorbachov fuese partidario de privatizar la tierra tendrán bastante que ver. Ni Jruschov ni Brezhnev plantearon nunca descolectivizar el campo, a pesar de privatizar la maquinaria agrícola vendiéndola a los koljós. Pero mantuvieron los sovjós y koljós, aunque a la vez fortalecieron a las pequeñas haciendas privadas. Ahora, Jruschov sí rehabilitó a varios de los condenados en la Gran Purga. Incluso cosntituyó comisiones de "invetigación" para que investigaran los materiales de los juicios de Moscú. No es descabellado afirmar que habría acabado por rehabilitar a Trotsky y Bujarin, de haber continuado con la desestalinización. Pero Jruschov cae y la desestalinización se para. Es en la Perestroika cuando se retoma, con aun mayor fuerza. Pero esto es solo una conjetura. Hacen falta más datos. Gorbachov también "recordaba" declaraciones de Lenin sobre la NEP completamente descontextualizadas para tratar de dotar de camuflaje "leninista" a la restauración del capitalismo.


    Última edición por Shenin el Jue Mar 03, 2011 7:57 pm, editado 2 veces
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    Mensaje por Demofilo Jue Mar 03, 2011 7:54 pm

    Bujarin fue rehabilitado por un intento de Gorbachov de confraciarse con los eurocomunistas, que prepararon una campaña en esa línea en 1977 de la que surgió el asqueroso libro de Cohen y a la que sumaron los imperialistas y, con ellos, de la inmundicia trotskista.
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    Mensaje por Erazmo Jue Mar 03, 2011 8:18 pm

    Camarada Shenin, Demófilo, gracias por los datos, revisando un escrito del historiador político Alexander Zinoviev este señala que Bukharin fué el único rehabilitado que lo fué en el plano judicial y político.

    De hecho lo rehabilitaron políticamente primero y gorbachev le entregó a su viuda el acta de rehabilitación y posteriormente lo hicieron judicialmente (1988), a trotsky se le rehabilitó solo judicialmente, ¿saben algo de esas diferencias políticas-judiciales?

    Los soviéticos acostumbraban a ser muy ceremoniosos en el órden de las cosas y personas, pese a que gorbachev preparaba el descalabro, las formas estaban ahí aún.

    Sí fuése trotsky lo entiendo pero zinoviev-kamenev-radek, sobretodo este último, que eran aliados incondicionales de trotsky lo fueron políticamente y judicialmente, y primero fué judicial y luego político.

    En el caso de bukharin es al revés y trotsky es solo judicial.

    Será un error que se arrastró 31 años u otra razón que "se quedó en el tintero".

    Habrá que investigar más.

    Reitero las gracias.


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    Mensaje por DP9M Jue Mar 03, 2011 8:36 pm

    Shenin escribió:Supongo que la oposición de Bujarin a la colectivización en su tiempo y el hecho de que Gorbachov fuese partidario de privatizar la tierra tendrán bastante que ver. Ni Jruschov ni Brezhnev plantearon nunca descolectivizar el campo, a pesar de privatizar la maquinaria agrícola vendiéndola a los koljós. Pero mantuvieron los sovjós y koljós, aunque a la vez fortalecieron a las pequeñas haciendas privadas. Ahora, Jruschov sí rehabilitó a varios de los condenados en la Gran Purga. Incluso cosntituyó comisiones de "invetigación" para que investigaran los materiales de los juicios de Moscú. No es descabellado afirmar que habría acabado por rehabilitar a Trotsky y Bujarin, de haber continuado con la desestalinización. Pero Jruschov cae y la desestalinización se para. Es en la Perestroika cuando se retoma, con aun mayor fuerza. Pero esto es solo una conjetura. Hacen falta más datos. Gorbachov también "recordaba" declaraciones de Lenin sobre la NEP completamente descontextualizadas para tratar de dotar de camuflaje "leninista" a la restauración del capitalismo.

    Saludos estimado Camarada Shenin.

    ¿ Tendiras ejemplos puntuales sobre las frases descontextualizadas de Gorby y su accionar falso y premeditado sobre la caida de la URSS?

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