1. Confundir a Trotsky con el trotskismo es como confundir a Marx con el marxismo. No se le pueden achacar a Trotsky, ni para bien ni para mal, lo que otros hicieran en su nombre más tarde. En este mismo sentido no se puede achacar a Marx lo que otros hicieran (políticamente pero también teóricamente) en su nombre. En fin, Stalin tiene de marxiano lo que Newton de bombero-torero.
2. Todo marxismo ha de sostenerse y ser juzgado a partir de los textos de Marx y únicamente a partir de ellos. Sobre este criterio Troksky y Lenin son mucho más marxianos que Stalin (del que se podría afirmar que NO es marxiano en absoluto). Digámoslo claro de una vez: la ÚNICA clase revolucionaria es el PROLETARIADO, la ú n i c a. El campesinado NO es clase revolucionaria, a lo sumo puede unirse a la revolución (como también puede la pequeña burguesía, etc.). Y esto porque la clase revolucionaria es la que no posee nada y por eso nada tiene que perder con que la revolución se realice (el campesinado sí tiene algo que perder). Esto es estrictamente marxiano, defender lo contrario NO lo es: Y PUNTO EN BOCA. El que siga con la cantinela del campesinado revolucionario simplemente o no ha leído a Marx o no lo ha entendido, pero ése es su problema (que tiene sobre todo que ver con intentos espurios y ridículos de justificar desde el marxismo dictaduras tan miserables como la china, la cubana o la soviética: allá cada cual con sus manías).
Más aún: Marx dice bien clarito (¿pero alguien se ha tomado la molestia de leer a Marx y no simplemente resúmenes o compendios de manual?) que el comunismo (previo paso por la dictadura del proletariado, luego diré algo sobre esto) es la etapa que sigue al capitalismo. Esto significa, y no significa otra cosa, que para alcanzar dicha etapa antes hay que atravesar completamente la anterior, esto es, la capitalista. Por tanto donde no hay capitalismo NO PUEDE haber nunca jamás de los jamases comunismo. Es que más claro, el agua. ¿Y por qué? Porque el comunismo es la negación determinada (¿os suena Hegel? Sí, es ese señor al que Marx cita en el postfacio a la segunda edición del tomo 1 de 'El Capital'; sí, ya sé que es tocho difícil de leer pero hay que intentarlo, camaradas) del capitalismo: y por capitalismo Marx nombra cierto modo de entender el mundo moderno; difícilmente sociedades que no han entrado (por la razón que sea: atraso o simplemente porque no es su recorrido histórico, como en Asia) en la modernidad podrán superarla. Asímismo es la negación no de este o aquel capitalismo sino del Capitalismo y por tanto el proyecto comunista no puede ser otra cosa que universal, ni nacional ni internacional (en la medida en que la modernidad es un movimiento de pretensión universal -en lo epistemológico y por tanto también en lo político-). Precisamente el comunismo es la abolición del modo de organización moderno de la convivencia, esto es: del Estado, de todo Estado. Así que aquí el bueno de Lenin patinaba también, aunque menos que Stalin, que era un zopenco unineurona de campeonato.
Recapitulo: que el comunismo es la negación determinada del capitalismo sólo significa que aunque el capitalismo puede terminar de muchas maneras (e incluso ni siquiera llegar a realizarse completamente) el comunismo es su final propio, el que le acontecería de manera necesaria si cumplimentase (el capitalismo) su proyecto. Y sólo en ese caso puede surgir un comunismo sensu stricto. Lo demás es pura y simple homonimia.
3. La dictadura del proletariado (que es concepto de Marx) no es todavía comunismo porque es todavía Estado moderno. A saber: la última forma que toma el Estado antes de su disolución. Esta forma EXIGE el completo desarrollo de las fuerzas de producción (y por tanto del capitalismo). Es IMPENSABLE (impensable desde Marx; ahora, desde otros lugares sí se podrá pensar pero ya son otros lugares, no Marx) un comunismo donde no había capitalismo. A lo sumo ciertos procesos revolucionarios impropios pueden servir de espoleta para que la auténtica revolución (la que suceda en los países capitalistas avanzados) comience. Éste era el sentido primigenio de la revolución rusa según la entendían Lenin y Trotsky (siguiendo literalmente a Marx). Desde luego Stalin entendía otra cosa (si es que era capaz de entender algo un sociópata paranoico como él): más bien fue su escusa para asaltar el poder... y nada más.
4. Da pena y vergüenza ver que aún hay quien defiende a quien más daño ha hecho al socialismo, a quien lo pervirtió e instrumentalizó para únicamente cumplir sus pretensiones personales. Un miserable y un ignorante de primera categoría fue Stalin. Da vergüenza ajena leer las estupideces que él llamaba su teoría. Lenin no era un lumbreras (esos 'terribles' mencheviques tenían a gente de bastante más talla intelectual, por ejemplo) pero al lado de Stalin parecía un coloso. Al respecto es interesante leer lo que Lenin opinaba de él en su célebre "Testamento".