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    Falsificación del Testamento de Lenin

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    Falsificación del Testamento de Lenin - Página 4 Empty Re: Falsificación del Testamento de Lenin

    Mensaje por Alexyevich Mar Jun 07, 2011 10:39 pm

    Moshe Lewin: El “testamento” de Lenin
    Las notas que Lenin empezó a dictar el 23 de diciembre tenían por objeto, como manifiesta él mismo ya en la primera línea, proponer al próximo congreso del Partido la realización de “una serie de cambios en nuestro sistema político”.1 Enumera con extrema concisión las razones que le llevan a proponer estos cambios: la dirección del país deberá hacer frente sin duda a un encadenamiento de circunstancias poco favorables, puesto que la lucha se agravará en el terreno internacional. Es preciso en primer lugar reforzar la unidad del Comité Central, a fin de que sea capaz de cumplir la urgente tarea que representa la reorganización o mejor la reconstrucción del aparato estatal, a fin también de impedir que el Partido sucumba al peligro que le acecha: la escisión susceptible de producirse como consecuencia de las luchas entre grupos o entre personalidades. Según Lenin está en peligro la estabilidad del Partido. Y a este problema concede él la prioridad.
    Primer remedio: un importante aumento del número de miembros del Comité Central haría que esta asamblea fortaleciera “varios millares de veces” la estabilidad del Partido. Lenin propone asimismo “otorgar, bajo ciertas condiciones, carácter legislativo a las decisiones del Gosplan, avanzando así en el sentido de las posiciones del camarada Trotsky, hasta cierto punto y bajo ciertas condiciones”.2 Estos conceptos sólo pueden comprenderse insertándolos en el conjunto del plan de Lenin, pero, lo que aquí nos interesa, es el papel que las notas jugaron en el desarrollo de las relaciones entre los jefes y de sus luchas.
    La primera nota, la del 23 de diciembre —lo hemos sabido recientemente— fue enviada directamente a Stalin, y estaba destinada a los miembros del Buró Político. Es probable que Stalin no la mostrara a nadie. 3 Este nuevo indicio de aproximación a Trotsky era inconfundible: se trataba, en efecto, de un tema (el Gosplan) que había sido motivo de litigio entre Lenin y Trotsky durante todo el año 1922. Seguirían otras notas, que habrían podido tranquilizar a Stalin si las hubiera visto. Pero no fueron comunicadas a nadie durante algún tiempo; eran, por indicación de Lenin, “categóricamente secretas”
    Las divergencias más serias y la escisión que podía resultar de ellas —los enemigos del régimen tenían razón en contar con ella— podían tener dos orígenes. Uno consistía en la misma base social del régimen. Todo el sistema se basen la alianza entre los obreros y los campesinos: si ésta fallaba, era “inútil hablar siquiera de la estabilidad de nuestro Comité Central”. Pero esta eventualidad era lejana e improbable. El peligro más inmediato residía en las relaciones personales en la cumbre del poder. “Más de la mitad del peligro de escisión” que Lenin quería remediar dependía de las relaciones entre Stalin y Trotsky. Después de haber llegado a esta comprobación profética, Lenin esboza los retratos de seis personalidades: Stalin y Trotsky, Zinóviev y Kamenev, Bujarin y Piatakov. Estas notas, redactadas los días 23 y 24 de diciembre —cuando el estado del enfermo era alarmante en extremo , revelan un doloroso esfuerzo de reflexión y Ponderación, para expresar lo esencial sin frustrar a causa de una palabra imprudente el objetivo perseguido: la continuidad y la estabilidad del poder en manos de un Partido unido.
    De los dos hombres más jóvenes, Bujarin y Piatakov, uno es un brillante teórico, favorito del Partido, y el otro posee voluntad y gran capacidad Pero también tienen defectos. El pensamiento de Bujarin no es enteramente marxista, “ya que hay en él algo de escolástico (no ha aprendido nunca, y creo que nunca ha comprendido plenamente, la dialéctica)” Piatakov, por su parte, está “demasiado ligado al lado administrativo de las cosas para que se le pueda Confiar una cuestión política importante”. Sin embargo, al tener respectivamente treinta y cuatro y treinta y dos años, todavía estaban a tiempo ambos de corregir sus defectos.
    Respecto a Zinoviev y Kamenev, hay una sola observación, cuya interpretación provoca, sin embargo, ciertas dificultades. Se trata de su “episodio de Octubre”, de su actitud en el momento del golpe de Estado: “Evidentemente no fue fortuita, pero no debe invocarse más contra ellos personalmente que el no-bolchevismo de Trotsky”. ¿Por qué esta alusión al pasado? ¿Significa una advertencia? ¿Una disculpa? ¿Ambas cosas a la vez? Quizá Será más fácil responder a estas preguntas a la luz de los retratos que Lenin traza de Stalin y de Trotsky, Cuyos caracteres opuestos podían provocar una escisión súbita y no intencionada:
    “El camarada Stalin, al convertirse en secretario general, ha concentrado en sus manos un poder inmenso, pero no estoy seguro de que sepa Usar siempre de él con la necesaria prudencia Por otra parte, el camarada Trotsky, tal como lo ha demostrado su lucha contra el Comité Central en la cuestión del comisa nado de vías y comunicaciones se distingue no sólo por su capacidad excepcional —personalmente es en forma incontestable el hombre más capaz del actual Comité Central, sino también por una excesiva confianza en sí mismo y por una tendencia algo excesiva a Considerar sólo el lado puramente administrativo de las cosas.” 5
    La idea de que Stalin y Trotsky eran los dos grandes jefes podía con motivo —por la categoría que se otorgaba a Stalin— asombrar al país, herir a Trotsky y sorprender desagradablemente a Zinóviev y a Kamenev que, durante unos años, en el futuro triunvirato, iban a creerse los más fuertes. Por parte de Lenin significaba quizá la comprobación de dos nuevos factores: la importancia del cargo de secretario general creado escasamente ocho meses atrás, y la posibilidad para su detentador de haber adquirido en tan poco tiempo un poder inmenso. Puede observarse asimismo que el paralelo entre Trotsky y Stalin se formula en tales términos que no se puede descubrir en él la menor preferencia, ya que las cualidades que se reconocen a Trotsky tienen como Contrapartida importantes defectos. ¿Cuál era la gravedad de su “tendencia a considerar sólo el lado puramente administrativo de las cosas”? Es preciso analizar las cualidades que Lenin exigía a un verdadero jefe: las pone de relieve en sus notas sobre el Gosplan. Los días 27, 28 y 29 de diciembre, Lenin enumera y repite con insistencia cuáles eran en su opinión las cualidades que se requerían para dirigir toda gran institución del Estado, las mismas que sin duda debían exigirse a los hombres que ocupaban los cargos supremos.
    El jefe, según Lenin, debe poseer una sólida preparación científica en una de las ramas de la economía o de la tecnología, debe ser capaz de captar “una realidad global”, debe poder ejercer cierta atracción sobre la gente a fin de guiar y controlar su trabajo. Al mismo tiempo, debe estar dotado de capacidad organizativa y administrativa. Pero, “la coincidencia de estas dos cualidades en una sola persona se encuentra raramente y no es indispensable”. En una institución como el Gosplan, el aspecto administrativo era secundario De los dos hombres que formarían un equipo ideal, era el científico, hombre reflexivo y a la vez dotado para las relaciones humanas, quien debería ser el jefe. Lenin creía sin duda haber encontrado así la fórmula ideal para la dirección del Estado. No insistiría tanto si sólo se tratara de mantener a Krijijanovsky a la cabeza del Gosplan, poniéndole de adjunto a Piatakov. Ahora bien, Trotsky y Stalin no formaban un tandeo de este tipo. En lugar de complementarse se empeñarían en excluirse mutuamente.
    Era sin duda injusto reprochar a Trotsky una actitud que respondía a las circunstancias de la guerra civil y que representaba entonces una fuerza y una garantía de éxito. En circunstancias distintas, Trotsky era más capaz de abordar los problemas del Estado y de la revolución de una forma científica que el resto de Los miembros del Comité Central. Podía perfectamente captar “una realidad global” como Lenin exigía de un jefe modelo. Por el contrario, era dudoso que tuviera “poder de atracción”, y, por otra parte, Lenin sabía que carecía de ciertas cualidades de político en un sentido más estricto: flexibilidad con los hombres, afición a la táctica, capacidad de maniobra, habilidad para navegar en la “cocina” política de la dictadura sin inhibiciones ni excesivos escrúpulos. El desarrollo de los acontecimientos demostró que Trotsky era incapaz de jugar este juego, y con mayor razón de salir airoso de él. Lenin tenía razón en dudar de sus facultades de político, aunque las críticas formuladas contra él no lo fueran en términos muy explícitos. En resumen, la posición de Trotsky resulta algo disminuida por las consideraciones del “testamento”, en especial porque no se le sitúa en un plano superior a Stalin y porque su no-bolchevismo, aun no debiendo “ser invocado personalmente contra él”, no deja de ser mencionado.
    Si Lenin no encuentra aparentemente nada concreto que reprochar a Stalin, hace, no obstante, una reserva en cuanto a él: ¿sabrá utilizar con suficiente prudencia el inmenso poder que detenta? Pero, en la práctica, esta reserva, cualquiera que fuera el valor de la intuición que la inspiraba, no tenía gran importancia política en estos primeros días de 1923 y no podía perjudicar a Stalin. Supongamos por un momento que la redacción de las notas se hubiera detenido aquí y que hubieran sido leídas seguidamente en la tribuna de un congreso del Partido: hubieran parecido dominadas por un afán de equilibrio, por la voluntad de mantener el statu quo, para evitar la escisión. En efecto, salta a la vista el carácter intencionado del reparto equitativo de elogios y censuras. Lenin no podía legar su poder; no era un monarca. No se sentía autorizado a proponer un delfín al Partido, aunque el problema de su sucesión ya le hubiera preocupado antes de su enfermedad. En espera de la hora de “entregar la guardia” se esforzaba en no perjudicar la cohesión de su partido con una preferencia personal demasiado marcada. Y, en el momento de dictar estas primeras notas, seguramente no tenía todavía ninguna. Aunque ya entonces simpatizaba más con Trotsky, tenía que ocultarlo para no envenenar las relaciones entre los dirigentes. No podía ignorar la actitud hacia Trotsky de sus antiguos compañeros de lucha, la de Zinóviev y de Kamenev, la de Stalin y diversos grupos de militantes. Su no-bolchevismo le había perjudicado a menudo en numerosas querellas a propósito de las cuales Lenin había tenido que emplear todo su prestigio para defenderlo. No podía pensar en imponerlo como heredero, tanto menos cuanto que, hasta formarse una nueva opinión de Stalin, no había considerado la hipótesis de un heredero único.
    En suma, Lenin sugería en este estadio que los dos altos jefes, Stalin y Trotsky, conservaran ambos su preeminencia, que Zinóviev y Kamenev siguieran en segunda posición, ya que la debilidad que habían mostrado ante una gran prueba no era fortuita y podía por tanto repetirse, que los dos jóvenes, Bujarin y Piatakov, por último, quedaran en tercera Posición a la espera de su perfeccionamiento. Pero, como no se podía resolver mejor la situación, el Partido debía permanecer atento y vigilar a sus jefes, puesto que no estaban exentos de defectos y sus rivalidades podían acarrear consecuencias fatales. Tampoco había que olvidar controlar el uso que Stalin hiciera de su poder. Para ejercer estos controles, era preciso reforzar la competencia y el prestigio del Comité Central. Pero, para apreciar la clarividencia de Lenin, es preciso observar que en aquel entonces ya señalaba el “detalle” que iba a trastornarlo todo, este “poder inmenso” de Stalin que dejaba en clara desventaja a los otros cinco personajes, detalle sobre el cual no hacía ningún comentario de momento, pero del que más tarde extraería consecuencias, al volver sobre el problema de las personalidades tras haber reflexionado largamente sobre las cuestiones de fondo.
    En efecto, puesto que su estado de salud todavía se lo permite, Lenin prosigue su trabajo y, diez días después de la redacción de las primeras notas, cuando su atención estaba vuelta ya hacia otros horizontes, añade, el 4 de enero de 1923, un último escrito a su “testamento”, que trastorna por completo todo el prudente equilibrio de los primeros textos, o, mejor, corrige el desequilibrio de hecho del que daba cuenta en forma implícita. Lenin propone apartar a Stalin de sus funciones de secretario general:
    “Stalin es demasiado rudo, y este defecto, plenamente soportable en la relaciones entre nosotros, comunistas, se hace intolerable en las funciones de secretario general. Por esta razón, propongo a los camaradas que reflexionen sobre la forma de desplazar a Stalin de este cargo, y de nombrar en su lugar a un hombre que, en todos los aspectos, se distinga de él por su superioridad, es decir, que sea más paciente, más leal, más educado y más atento con los camaradas, menos caprichoso, etc.” 6
    ¿No serían estas palabras expresión de una brusca reacción ante un hecho irritante? Puede sentirse la tentación de relacionarlas con la grave afrenta de Stalin a Krupskaya ocurrida el 22 de diciembre. Stalin no la habría cometido si no hubiera sabido que el león estaba herido de muerte, y Lenin, por su parte, como iba a expresarlo en una carta escrita a Stalin dos meses después, no era hombre que perdonara estas impertinencias: “No tengo intención de olvidar tan fácilmente lo que se ha hecho contra mí, y ni que decir tiene que lo que se hizo contra mi esposa lo considero como si se hubiera hecho contra mí”.7 La conmoción que corría el peligro de provocar en Lenin si éste se enteraba de lo sucedido era una razón suficiente para impedir que Krupskaya se lo contara en los últimos días de diciembre, cuando estaba demasiado gravemente enfermo.
    Por aquel entonces, Krupskaya desahogó su indignación quejándose amargamente a Kamenev en una carta que reproducimos en el anexo V. Pero pudo revelar el incidente a su marido unos días más tarde, ya espontáneamente ya acosada a preguntas por él, en el caso de que Lenin hubiera notado en ella algún signo de aflicción especial. Lenin, furioso, habría dictado de inmediato esta nota en la que sólo habla de los defectos de carácter de Stalin, sin hacerle reproches de orden político. Los presentadores de las Obras suponen que Krupskaya no había contado el hecho a Lenin hasta principios del mes de marzo. Pero esta versión, como cualquier otra, no puede tenerse por cierta. Por otra parte, sabemos lo suficiente sobre Lenin para encontrar a las declaraciones de Ilitch contra Stalin una explicación que cuadre mejor a su carácter, a su conciencia de jefe responsable, para quien la política se antepone a cualquier otra consideración.
    El estudio de la primera nota del “testamento” muestra claramente cuál era la preocupación más acuciante de Lenin, y algunos otros datos lo confirman. Es vano suponer que una ofensa personal cometida contra su mujer —no olvidemos que considera la rudeza “plenamente soportable” en las relaciones entre los comunistas —le hubiera podido impulsar a un acto político capaz de trastornar las relaciones de fuerza en el seno del Comité Central. Para realizarlo tenía graves razones de otra índole. Para convencerse de ello basta estudiar las notas sobre la cuestión nacional y sobre la autonomización dictadas los días 30 y 31 de diciembre, cuestiones que, fiel a su plan de trabajo, aborda una semana después del comienzo de sus dictados.
    Este texto cuenta entre los más importantes del “testamento”, y sin duda es el más significativo en cuanto nos permite medir la profundidad de la crisis que Lenin atravesaba en este período, a la vez que su honestidad intelectual y su audacia política. Es incluso verosímil pensar que sus tribulaciones a propósito de los negocios públicos fueran de tal magnitud que precipitaran el progreso de su enfermedad.
    Las consideraciones sobre la cuestión nacional empiezan con una autocrítica: “Por lo que parece soy muy culpable ante los obreros de Rusia por no haber ¡intervenido en forma suficientemente áspera y enérgica en este famoso problema de autonomización que se denomina diríamos, oficialmente, el problema de la Unión de las Repúblicas Socialistas soviéticas 8 sigue una larga justificación personal, especialmente por las circunstancias de la enfermedad, y después la descripción del efecto revelador producido por el informe de Dzherjinski. ¡la violencia de Ordjonikize se desató, pues, hasta tal extremo que había sido capaz de golpear a un oponente comunista! “En qué lodazal nos hemos hundido!”. Al conocer Rusia su burocracia “apenas matizada de espíritu soviético”, al conocer sobre todo, el carácter de “este hombre auténticamente ruso, este chauvinista gran-ruso, esencialmente dañino y agresivo que es el típico burócrata ruso”. Lenin ha podido darse cuenta de que su regimen no ha hecho necesario para defender a las naciones minoritarias contra la invasión de los cabos de vara, de los dzerjimordy rusos. Pero la crítica va más lejos: las filas de los culpables no están formadas únicamente, como había creído, por los tránsfugas del antiguo aparato de opresión; el régimen soviético, los jefes más altos del Partido, habían seguido un comportamiento auténticamente imperialista, aunque fuese sólo en los detalles. Lenin sabía perfectamente, y no temía decirlo, que una situación así, que descubría con consternación, reducía a la nada el valor de “toda la sinceridad de principio, toda la defensa de principio de la lucha contra el imperialismo” proclamadas por el Partido.
    Esto era tanto más grave cuanto que “el día que llega será precisamente un día en que los pueblos oprimidos por el imperialismo despertarán definitivamente, y empezará una lucha decisiva y difícil para su liberación”. Era inútil añadir que la sinceridad socialista y revolucionaria del Partido era objeto de graves sospechas si se consideraban las actuaciones que Lenin no dejó de estigmatizar en lo sucesivo.
    Según Lenin, los jefes del Partido no han comprendido siquiera el primer principio que debía guiarlos a dar una solución al problema de las nacionalidades dentro de un espíritu internacionalista. El proletariado debía, en su propio interés, conquistar la confianza de los pueblos alógenos. Estos experimentaban una profunda desconfianza respecto a la nación mayoritaria, que les había inferido ofensas hirientes y repetidas injusticias; de suerte que si la gran nación se contenta con proclamar una simple igualdad formal, su actitud puede calificarse de burguesa. Para reparar las injusticias cometidas contra las pequeñas naciones, la gran nación de los antiguos opresores está obligada a admitir cierta desigualdad en su propio detrimento, está obligada a practicar una especie de autodiscriminación para compensar la desigualdad de hecho que sigue existiendo en la vida en detrimento de las pequeñas naciones. Es preciso redoblar las atenciones, las concesiones y las medidas prudentes en beneficio de los pueblos pequeños. Esta no era precisamente la política de Stalin, Ordjonikjdze y Dzherjinski Lenin los condena en términos de una tal severidad que no deja duda en cuanto a su profunda hostilidad política hacia ellos y hacia los que actúan como ellos. Stalin es acusado de una precipitación fatal y de una cólera nefasta contra el pretendido “social-nacionalismo”.
    Dzherjinski había dado muestras de esta actitud “auténticamente rusa” que caracteriza a los extranjeros rusificados; responsable de una comisión investigadora, ha dado pruebas de un prejuicio imperdonable, y los trabajos de su comisión deben considerarse nulos y deben rehacerse “para corregir esta enorme masa de irregularidades y de juicios preconcebidos que contienen sin duda”. Lenin acusa resueltamente a Ordjonjidze y a Stalin de haber actuado como brutales gran-ruso de haber infringido las reglas del internacionalismo proletario y de haber naufragado en una actitud imperialista. Exige así un “castigo ejemplar” para Ordjonikidze —según Trotsky se trataba de expulsarlo del Partido, al menos temporalmente- y asimismo una inculpación oficial de Stalin y de Dzherjinski política- mente responsables. Al propio tiempo, vuelve contra los propios acusadores el calificativo de “desviacionistas”. 9
    Reconoce que todo el proyecto de autonomización “era probablemente injusto en su esencia y prematuro”, admite el mantenimiento de la Unión, pero siempre que se esté dispuesto a hacer marcha atrás, si la experiencia lo muestra necesario, y a dejar subsistir de la Unión solamente la fusión de la política exterior y la defensa, mientras sería necesario “en todos los otros campos reconstituir la independencia completa de los antiguos comisarios” es decir, a partir del próximo congreso de los Soviets, volver a las relaciones que existían anteriormente Es legítimo suponer como lo hace el historiador norteamericano Pipes, que si Lenin no hubiera sido abatido definitivamente en el mes de marzo, “la estructura final de la Unión Soviética habría sido distinta de la que Stalin iba a darle posteriormente” 10.
    Puede emitirse una hipótesis análoga en lo que respecta al conjunto de estructuras del régimen soviético. Entretanto, señalemos que Lenin dictaba estas reflexiones sobre la autonomización precisamente en el momento en que comenzaba el congreso de los Soviets que ratificó la solución sobre la que Lenin abrigaba tantas dudas. Fotieva afirma que esto no sucedió por casualidad, ya que Lenin “experimentaba un creciente sentimiento de inquietud en cuanto a la solución correcta de la cuestión nacional”.11 La crítica de la politica de nacionalidades llevada a cabo por Stalin y de u comportamiento con los georgianos explican suficientemente el cambio de actitud de Lenin que le llevó a la idea de destituir a Stalin. Lenin se había formado ya su opinión. En lo sucesivo, sólo le guiarían consideraciones de orden táctico en la elección de los métodos y de los plazos adecuados para la defensa de sus nuevas ideas.
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    Mensaje por Shenin Miér Jun 08, 2011 4:23 pm

    Otra versión sobre el testamento: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
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    Mensaje por kantaria Miér Jun 08, 2011 4:39 pm

    Excelente aporte camarada Shenin, muy interesante y esclarecedora
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    Mensaje por Francesc 57 Lun Nov 21, 2011 3:18 pm

    Releyendo varias veces el mal llamado "testamento de Lenin", no veo por ninguna parte que su idea fuera la de sustituir a Stalin por Trotski en la secretaría general del partido. Es más, Lenin deja bien claro que la división del partido puede proceder del enfrentmiento Trotski-Stalin.

    "El camarada Stalin, al convertirse en secretario general, ha concentrado en sus manos un inmenso poder y no estoy seguro de que siempre pueda utilizarlo con suficiente prudencia. Por otra parte, el camarada Trotski, como ya lo ha demostrado su lucha contra el Comité Central, en la cuestión del Comisariado del Pueblo para las vías de comunicación, no se distingue únicamente por las más eminentes capacidades.
    Personalmente es, sin duda alguna, el hombre más capaz del Comité Central, pero se deja llevar excesivamente por la seguridad en sí mismo y se ve arrastrado, más de la cuenta, por el lado administrativo de las cosas.
    Estas dos cualidades de los dos jefes más notables del actual Comité Central pueden involuntariamente conducir a la escisión; si nuestro partido no toma las medidas para prevenirla, esta escisión se puede producir inopinadamente".

    Si bien la interpretación de Trotski es, como siempre, engañosa y manipuladora. Veamos lo que dice Trotski al respecto (Trotski. Mi vida):

    "La finalidad indiscutible que el "testamento" se proponía era facilitarme a mí la tarea de dirección"... "Hablando de Zinovief y de Kamenef, dice, como el que no quiere la cosa, de pasada, que su capi-tulación del año 17 no tenía nada de "casual"; es decir, que lo llevaban en la masa de la sangre. Es evidente da a entender que hombres como éstos no eran capaces de acaudillar una revolución, pero aconseja que no se les eche en cara su pasado. De Bujarin dice que, si bien no es un marxista, sino un escolástico, es un hombre muy agradable. De Piatakof, que era muy capaz en el terreno administrativo, pero como político una nulidad; que acaso estos dos últimos, Bujarin y Piatakof, pudiesen aprender todavía algo; que el más capaz de todos era Trotsky, si bien tenía un defecto: exceso de confianza en sí mismo. Que Stalin era hombre zafio, desleal, que propendía al abuso de los poderes confiados a él por el partido. Y que era necesario removerle, para evitar una escisión. Tal es el sentido que inspira todo el "testamento", viniendo a completar y explicar la propuesta que Lenin me hiciera la última vez que conversamos".

    Según Trotski, Lenin dijo de él que sólo tenía un defecto: "exceso de confianza en sí mismo", aunque en su libro recoge bien las críticas que hace a los demás, pero no menciona para nada lo que Lenin también dice de él:
    "...pero se deja llevar excesivamente por la seguridad en sí mismo y se ve arrastrado, más de la cuenta, por el lado administrativo de las cosas."
    "Por otra parte, el camarada Trotski, según ha probado ya su lucha contra el CC con motivo del problema del Comisariado del Pueblo de Vías de Comunicación, no se distingue únicamente por dotes relevantes."
    "No describiré las características de otros miembros del Comité Central en cuanto a sus cualidades personales. Solamente recordaré que el episodio de octubre de Zinoviev y Kamenev no fue, por supuesto, accidental, pero puede ser empleado en su contra con tan poco éxito como el antibolchevismo de Trotski."

    De dónde saca Trotski que para evitar la escisión del partido hay que separar a Stalin de la secretaría (?). Esto no es lo que dice el "testamento". Trotski repite lo bueno que dice de él, que es el más capaza de todos, y lo malo que era Stalin: "zafio, brutal, desleal, etc.". Pero se olvida (curioso) que después de decir que Trotski es el más capaz, a renglón seguido los alagos a Trotski, a renglón seguido añade: "los dos jefes más notables del actual Comité Central". Es curioso que a Trotski le viniera un ataque de amnesia al escribir el libro sobre su vida. De dónde saca que Lenin quería que fuera él el nuevo dirigente del partido? Esta idea sólo se la he oido a los historiadores burgueses y a los trotskistas. De todas formas, Erazmo, si tienes una información privilegiada a la que el resto de mortales no tenemos acceso, nos gustaría que la compartieras con nosotros.

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    Mensaje por gazte Lun Nov 21, 2011 6:59 pm

    no preguntes a erazmo, esta baneado hace tiempo, por cierto, te pongo la traduccion correcta:


    No seguiré caracterizando a los demás miembros del CC por sus cualidades personales. Recordaré sólo que el episodio de Zinoviev y Kamenev en Octubre no es, naturalmente, una casualidad, y que de esto se les puede culpar personalmente tan poco como a Trotsky de su no bolchevismo.


    matiz importante, esta hablando en pasado, de lo que hicieron en el pasado esas personas, como estar en contra de la revolucion o tener un pasado no bolchevique. rigor por favor.
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    Mensaje por Francesc 57 Lun Nov 21, 2011 9:14 pm

    gazte escribió:no preguntes a erazmo, esta baneado hace tiempo, por cierto, te pongo la traduccion correcta:


    No seguiré caracterizando a los demás miembros del CC por sus cualidades personales. Recordaré sólo que el episodio de Zinoviev y Kamenev en Octubre no es, naturalmente, una casualidad, y que de esto se les puede culpar personalmente tan poco como a Trotsky de su no bolchevismo.


    matiz importante, esta hablando en pasado, de lo que hicieron en el pasado esas personas, como estar en contra de la revolucion o tener un pasado no bolchevique. rigor por favor.

    Hola gazte, antes de contestarte, quisiera que me explicaras qué quiere decir baneado, perdona mi ignorancia, pero son términos que todavía no entiendo.
    La traducción correcta de la que dispongo (E.H. Carr. El Interregno 1923-1924), dice:

    "No seguiré describiendo las cualidades personales de los demás miembros del Comité Central. Sólo debo recordarles que el episodio de octubre de Zinóviev y Kámenev no fue, por supuesto, de tipo accidental, pero no debe usarse contra ellos personalmente, como no debe usarse el no bolchevismo de Trotski.

    Se entiende claramente lo que dice: que no se debe usar contra Zinóviev y Kámenev el episodio que ocurrió en octubre (en pasado), como no debe usarse el no bolchevismo de Trotski. ¿Dónde dice que es un no bolchevismo pasado?, en ningún lado dice que sea un no bolchevismo anterior a la incorporación de Trotski al partido.
    Pero el fondo de mi intervención, no era discutir sobre el bolchevismo o no bolchevismo de Trotski (tema por cierto discutido en otras entradas), sino, entre otras cosas que puedes leer en mi intervención, como Trotski tergiversa o esconde los datos para dar una visión sesgada del "testamento", e intentar demostrar que era un testamento dirigido a desacreditar a Stalin y a ensalzarle a él, y no sólo eso, sino que la finalidad era que él fuera el nuevo dirigente del partido. Sin ánimo de ofender, te pediría que el rigor se lo demandases a Trotski. Yo no me he inventado nada, simplemente he escrito parte del "testamento" y lo he cotejado con las palabras propias de Trotski en "Mi vida".

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    Mensaje por gazte Lun Nov 21, 2011 10:19 pm

    baneado quiere decir que ha sido expulsado y se le ha prohibido participar en el foro.

    me referia a tu cita donde hablaba del antibolchevismo de trotsky, las traducciones que he consultado yo en todas dice no bolchevismo, no antibolchevismo.

    y por ultimo, me parece que todo el argumentario de esto se basa en 'lenin nunca se habia enfrentado a stalin, esto tiene que ser falso a la fuerza'. y mas curioso a un me parece enmarronar a la krupskaia, diciendo que actuo irresponsablemente con la cadena de custodia de las cartas, pues bien, esta persona fue miembro de la oposicion hasta 1926, luego estuvo del lado de stalin, y no le he visto criticar como falso el articulo sobre las nacionalidades, que a mi me parece bastante bueno por cierto. quien mejor que ella sabria lo que le habian entregado? por que no denunciarlo?
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    Mensaje por Francesc 57 Miér Nov 23, 2011 1:17 pm

    Hola Gazte, lamento lo de Erazmo. No tenía ni idea.
    Respecto a la discusión, te pongo el texto de Ian Grey sobre este tema, que me parece bastante esclarecedor en general, aunque con algunas dudas.

    17. LOS ÚLTIMOS MESES DE LENIN

    Lenin estaba agotado física y psíquicamente. Había dedicado su vida al único objetivo de dirigir la revolución socialista en Rusia. Su meta parecía tan lejana, que no esperaba verla cumplida. Súbitamente, la guerra, el fracaso del zar Nicolás II y la caída del antiguo régimen, así como otros factores, empujaron a Rusia a la revolución. Llegó al poder, y entonces se produjo la gran conmoción. Había pensado durante mucho tiempo y con ilusión en la destrucción del régimen zarista, pero sólo en términos generales sobre la creación de un nuevo orden. Su preocupación inmediata fue impedir que el poder se le escapara de las manos por-que el poder era su obsesión. La siguiente etapa, que era construir el Estado soviético, estaba más allá de sus fuerzas y, probablemente, más allá de su talento. Stalin tenía ambas cosas, fuerza y talento, y estaba decidido a cargar con esa inmensa tarea. Fue sobre estas fechas cuando empezó a verse a sí mismo como líder del partido y del país.
    Lenin regresó a Moscú en octubre de 1922, con la intención de volver a asumir su papel de líder. Dispuso que las reuniones del Politburó se celebraran una vez a la semana como máximo, que no superaran las tres horas de duración y que el orden del día fuera distribuido al menos con un día de antelación. Pero era demasiado exigente consigo mismo. Tenía que depender de otros para saber lo que ocurría, y comenzaba a sospechar que en el partido existía un cabildeo dirigido contra él.
    En el Politburó, Zinoviev y Kamenev eran favorables a Stalin, en tanto que Trotski estaba aislado. Donde quiera que Lenin miraba, Stalin o uno de sus numerosos partidarios ejercía el control. Airado y frustrado por su propia incompetencia, sentía crecer su rencor hacia Stalin.
    Después del ataque del 16 de diciembre de 1922, todos los que habían colaborado de cerca con Lenin sabían que ya nunca volvería a ser capaz de hacer frente a las responsabilidades políticas. Lucharía con firmeza y con gran coraje para volver al trabajo, pero tendría que economizar fuerzas. Al mismo tiempo, los líderes comunistas estaban cada vez más preocupados por la perspectiva de que Lenin interfiriera en los asuntos del partido y del gobierno. Todavía gozaba de un gran prestigio entre los militantes de base y podría tratar de minar la posición de los propios líderes.
    El 24 de diciembre de 1922, Stalin, Kamenev y Bujarin, en nombre del Politburó, trataron con los médicos el régimen que debería seguir Lenin. Se acordó que «Vladimir llyich tiene derecho a dictar cada día durante cinco o diez minutos, pero esto no puede tener el carácter de correspondencia, y Vladimir Iyich no puede esperar respuestas. Se prohíben las visitas de políticos. Sus amigos y quienes le rodean no pueden informarle sobre asuntos políticos.» [90] Presumiblemente, estas restricciones se basaban en la opinión de los médicos, que querían una rutina tranquila para el inválido, evitando en particular las controversias políticas que pudieran excitarle. Sin embargo, resultó extremadamente difícil llevar a la práctica las restricciones; Lenin consiguió mayor libertad para dictar a sus secretarias, amenazando a los médicos con dejar de cooperar con ellos. Pero las restricciones reflejaban, además de la preocupación de los médicos, la inquietud de los líderes del partido por impedir sus poco aconsejables interferencias.
    El Politburó encomendó a Stalin la tarea de mantenerse en contacto con los médicos y, de hecho, vigilar a Lenin. Era una tarea nada envidiable; Lenin iba a ofenderse por la tutela y ello aumentaría su antagonismo hacia Stalin. Resulta sorprendente que éste, consciente de esos riesgos, aceptara la tarea que le encomendaban sus colegas. Ellos no querían la responsabilidad para sí, y probablemente no les importaba ver a Stalin expuesto a estos peligros. Al menos en una ocasión manifestó que no estaba dispuesto a continuar, pero se dejó persuadir y siguió adelante. Probablemente, además, consideraba ventajoso mantenerse en estrecho contacto con las actividades de Lenin en aquellos momentos.
    El diario de las secretarias de Lenin, escrito entre el 21 de noviembre de 1922 y el 6 de marzo de 1923, incluía día a día los detalles sobre su trabajo, sus visitantes y su salud, y después del 13 de diciembre incluía sus acciones más insignificantes. Lenin, con el brazo y la pierna derechos paralizados, estaba entonces en cama, recluido en su pequeño apartamento del Kremlin, aislado de las cuestiones de gobierno y del mundo exterior. Los médicos insistían en que no debía ser molestado, y sus órdenes fueron más severas a partir del 24 de diciembre de 1922 debido a las instrucciones del Politburó y a la supervisión de Stalin.
    Incapaz de abandonar los hábitos del poder, Lenin luchaba por conseguir los documentos que le interesaban, confiando para ello en su mujer, Krupskaia, su hermana Maria llyichna y tres o cuatro secretarias. Estaba obsesionado con la idea de que antes de morir tenía que dar más instrucciones definitivas que fueran seguidas por el partido. Todavía se consideraba a sí mismo el líder sin el cual ni el partido ni el Estado soviético podrían sobrevivir.
    Trabajando contra el tiempo y con una convicción paranoica en su propia infalibilidad, podía ser peligroso. Los líderes comunistas tenían siempre presente este peligro, y temían aún más que conspirara secretamente contra ellos. De hecho, Lenin consiguió crear una comisión privada que investigara los acontecimientos en Georgia, acción que consideraba su «conspiración». Al final de su vida, el viejo conspirador no podía resistirse a intrigar, incluso contra sus propios colegas.
    Stalin estaba indudablemente preocupado; sospechaba que Lenin estaba preparando algunos documentos y conspirando contra él. La dificultad estribaba en atravesar el muro de silencio que rodeaba al inválido. La situación le irritaba y no siempre podía dominar su genio. Al enterarse de que Krupsakia había escrito una carta dictada por Lenin, la telefoneó y la amenazó airadamente con que la Comisión de Control del partido abriría un expediente contra ella por desobedecer las instrucciones del Politburó.
    Krupskaia, profundamente ofendida, se quejó a Kamenev. «Lev Borisovich —escribió indignada— me sometió ayer a un aluvión de reproches de lo más groseros por una breve nota que Lenin me dictó con permiso de los médicos. No soy nueva en el partido. En los treinta años que llevo en él, jamás he oído decir a un camarada ni una sola palabra soez. Los intereses del partido y de Ilyich no son para mí menos queridos que para Stalin. Por el momento necesito todo el autodominio de que soy capaz. Sé mejor que todos los médicos lo que se puede y lo que no se puede decir a Ilyich, porque sé lo que le perturba y lo que no y, en cualquier caso, lo sé mejor que Stalin.» [91]
    Probablemente, Kamenev sugirió de alguna manera a Stalin que tratara más amablemente a los allegados a Lenin, a lo que Stalin respondió bruscamente que estaba cansado de tratar a una gente tan difícil, y que quería que otra persona se encargara de tan penosa tarea. Se le convenció para que continuara, y no hubo más quejas. El 30 de enero de 1923, Fotyeva escribió en el diario de las secretarias: «Stalin me preguntó si no estaba comentando demasiadas cosas a Vladimir Ilyich. ¿Cómo consigue mantenerse informado sobre temas actuales? Por ejemplo, su artículo sobre la Inspección de Trabajadores y Campesinos (Rabkrin) demuestra que conocía algunas circunstancias.»
    Por entonces Stalin trabajaba en la nueva constitución que presentó el 30 de diciembre de 1922 en el Congreso Constituyente de los Soviets de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Era, según afirmó, «un día crucial en la historia del poder soviético». En un breve discurso proclamó que durante los últimos cinco años el régimen había superado el periodo de caos de la guerra, y que ahora se encontraba en el segundo periodo en el que tenía que hacer frente al caoseconómico ; de acuerdo con la nueva constitución, contaban con una organización unitaria del Estado y con una nueva Rusia que resolvería estos problemas. Hizo una positiva exposición de las tareas que tenían ante sí, y hizo eco de las críticas que acusaban al partido de ser más destructivo que creativo. «A nosotros los comunistas —dijo— se nos critica con frecuencia de ser incapaces de construir. Dejemos que la historia del régimen soviético durante sus cinco años de existencia sirva de testimonio del hecho de que los comunistas saben cómo construir lo nuevo igual que saben cómo destruir lo viejo.»
    En diciembre de 1922 Lenin debió de darse cuenta, por fin, de que no sería capaz de intervenir en el XII Congreso en marzo de 1923. Pero todavía podía ejercer influencia desde su cama de enfermo. Con asombrosa determinación, preparó entre el 23 y el 31 de diciembre una serie de notas sobre el futuro del partido, a las que el 4 de enero de 1923 añadió un apéndice. También dictó, entre los días 30 y 31 de diciembre, un memorándum sobre la cuestión de las nacionalidades.
    El título dado a las notas por su secretaria, Maria Volodicheva, fue «Carta al Congreso», porque estaban destinadas a ser distribuidas y leídas a los delegados. El documento ha dado en llamarse «Testamento de Lenin». Además, en enero y febrero de 1923, escribió cinco artículos, que la mayoría de los miembros del Politburó trató de suprimir. Para un hombre gravemente enfermo y en el umbral de la muerte, fue un logro heroico.
    Mucho se ha dicho sobre el testamento. Sin embargo, no era una inspirada definición de los ideales y objetivos de la Revolución, y era más malintencionado que constructivo. Comenzaba con la afirmación de que «aconsejaría encarecidamente varios cambios en nuestro sistema político». El objetivo de estos cambios era fortalecer el partido. El primer peligro radicaba en que la alianza entre trabajadores y campesinos, de la que dependía el régimen, podría venirse abajo, pero esto era improbable porque la NEP estimularía su unión. El mayor riesgo radicaba en una posible escisión en el seno de la jerarquía del partido. Para evitar que esto ocurriera, era esencial fortalecer el Comité Central aumentando el número de sus miembros. Los nuevos miembros debían ser proletarios de la base y no miembros del aparato del partido que «ya han adoptado ciertos hábitos y prejuicios contra los que debemos luchar con decisión». Estos trabajadores tendrían que estar presentes en todas las uniones del Politburó y leer todos los documentos de éste; con su presencia añadirían estabilidad al comité y harían posible la reorganización
    y la mejora del aparato del partido.
    Durante toda su trayectoria política, Lenin había insistido en la necesidad de un pequeño órgano central con abnegados revolucionarios profesionales al mando.
    Siempre había trabajado sobre esta base, y el Politburó de cinco y después de siete miembros era creación suya. Como bien sabía él, su propuesta de un Comité
    Central más numeroso, presente en todas las reuniones del Politburó, era una medida que favorecía la confusión y la ineficacia. Desde luego, si alguien hubiera hecho secamente esta propuesta cuando él gozaba de buena salud, habría luchado contra ella con uñas y dientes.
    El peligro de división en el partido radicaba principalmente en las relaciones entre Stalin y Trotski. Lenin escribió:
    «El camarada Stalin, al convertirse en secretario general, ha concentrado en sus manos un poder enorme, y no estoy seguro de que siempre consiga utilizar este poder con suficiente prudencia. Por otra parte, el camarada Trotski... se distingue no sólo por sus excepcionales cualidades —personalmente, pienso que es quizá el hombre más capaz del actual Comité Central— sino también por su gran seguridad en sí mismo y su excesiva entrega al aspecto puramente administrativo de las cosas...
    »No describiré las características de otros miembros del Comité Central en cuanto a sus cualidades personales. Solamente recordaré que el episodio de octubre de Zinoviev y Kamenev no fue, por supuesto, accidental, pero puede ser empleado en su contra con tan poco éxito como el antibolchevismo de Trotski.
    »Entre los miembros jóvenes del Comité Central quiero decir algunas palabras sobre Bujarin y Pyatakov... Bujarin no sólo es el más valioso y el mejor teórico del partido, sino que es además correctamente considerado su favorito. Pero sus puntos de vista ofrecen dudas en cuanto a su consideración de plenamente marxistas...
    »Respecto a Pyatakov, es, sin lugar a dudas, un hombre de voluntad y de cualidades excepcionales, pero demasiado entusiasmado por... el aspecto administrativo de las cosas para confiarle una cuestión política grave...»
    Al preparar estas notas para el congreso, Lenin podría haber tratado de fortalecer su lealtad al partido y viceversa. Resultó evidente, sin embargo, que, si bien más de manera solapada que con referencias directas, su intención era perjudicar su prestigio y sembrar la discordia entre ellos. Nunca olvidaba ni perdonaba, y era vengativo. Y si mencionó a Zinoviev y a Kamenev fue sólo para recordar al partido que había sido demasiado pusilánimes o demasiado prudentes para apoyar la toma del poder en octubre de 1917. En términos generales alabó a Trotski, y después recordaba que se había mantenido alejado de los bolcheviques y que se había unido tarde al partido, por lo que, de hecho, era un recién llegado. Citó a Bujarin y a Pyatakov, que no era miembro del Politburó, sugiriendo de alguna manera que sería muy arriesgado investirles de mucha autoridad. En este y otros contextos del «Testamento» el significado de la frase «el lado administrativo de las cosas» no está nada claro. A Rykov y a Mijail Tomsky, dos viejos bolcheviques y miembros de número del Politburó, ni siquiera los mencionaba. Los motivos de Lenin para describir así a los hombres que, como él sabía, dirigirían el partido en el futuro, contenían elementos de despecho y celos.
    Stalin salió bien parado. Nada había manchado su historial en el partido. El único interrogante era si podría dar muestras de buen criterio al ejercer los vastos poderes que tenía en sus manos.
    Entonces, de repente, Lenin cambió de opinión: Stalin tenía que ser reemplazado. El 4 de enero de 1923, Lenin dictó un apéndice a sus notas, acusando a Stalin y proponiendo su destitución del cargo de secretario general:
    «Stalin es demasiado grosero, y este defecto, perfectamente tolerable entre nosotros y en nuestras relaciones como comunistas, es inaceptable en el puesto de secretario general. Así pues, propongo a los camaradas que busquen la manera de apartar a Stalin de su cargo y nombrar para él a otro hombre que sea, en todos los sentidos, lo contrario a Stalin, es decir, más tolerante, más leal, más educado y más considerado con los camaradas, menos caprichoso, etcétera. Esta circunstancia puede parecer una bagatela sin importancia. Pero creo que desde el punto de vista de lo que he escrito más arriba acerca de la relación entre Stalin y Trotski, no se trata de una bagatela, o es una bagatela que puede tener una enorme trascendencia.»
    La causa inmediata de esta reacción fue, probablemente, la brusquedad de Stalin para con Krupskaia doce días antes. No quería preocupar a su marido, se quejó a Kamenev, pero aquél se enteró de algún modo del incidente, probablemente por Fotyeva. Dictó la nota en un estado de indignación, pero, como mostraba su redacción, reconocía que promover la destitución de uno de los bolcheviques más antiguos y capaces del partido solamente por su brusquedad recibiría probablemente poco apoyo. En un país embrutecido por la guerra civil, el hambre y otras calamidades indescriptibles, los modales fueron una de las víctimas tempranas. Más aún, con sus invectivas políticas, el fomento del terror, su extremada intolerancia personal, y por otros medios, el mismo Lenin no había hecho nada para detener la desaparición de la cortesía. También había puesto de relieve que un revolucionario debía estar preparado para «arrastrarse sobre la tripa en el barro» para promover la causa. Stalin era duro y cruel y conseguía que se hicieran las cosas. Podría ser brusco, rudo y de una franqueza brutal, y tenía un genio endiablado, pero era excepcionalmente capaz y leal al partido. Lenin en persona había aceptado sus modales toscos en el pasado y los había celebrado como prueba de que no era un miembro de la intelligentsia, clase a la que odiaba, sino un hombre del pueblo…

    … El 10 de marzo de 1923, Lenin sufrió un grave ataque que le paralizó todo el lado derecho y le dejó sin habla. Ya no volvió a intervenir en política.
    Trotski no dio a conocer la copia del memorándum de Lenin sobre la cuestión de las nacionalidades. En una reunión del Politburó, el 28 de marzo de 1923, criticó a Ordjonikidze y propuso que fuera destituido. Pero no hizo referencia al memorándum. El 16 de abril, víspera del Congreso del Partido, Fotyeva, secretaria de Lenin, escribió a Kamenev, presidente del Politburó, haciendo mención al memorándum y a la petición hecha por Lenin a Trotski para que éste defendiera sus puntos de vista. Stalin sabía que el memorándum criticaría su manera de enfocar el tema de Georgia, y cabía esperar que tratase de llegar a un acuerdo con Trotski. Pero prefirió sacar el asunto a la luz, escribiendo a todos los miembros del Comité Central, censurando a Trotski por mantener en secreto las notas de Lenin durante más de un mes, y darlas conocer sólo un día antes de la apertura del congreso.
    Trotski estaba ahora a la defensiva. Explicó que había copiado el memorándum porque estaba escribiendo un artículo para Pravda y quería hacer unos comentarios sobre la política de Lenin respecto a las nacionalidades. También justificó su renuencia a hacer público el memorándum a la vista de sus críticas a tres miembros del Comité Central. Su explicación resultó poco convincente. De todas formas pidió que Comité Central sancionara como buena su conducta.

    Creo que este enfoque es novedoso y arroja luz sobre las discusiones en el seno del partido y del comité central.

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    Falsificación del Testamento de Lenin - Página 4 Empty Re: Falsificación del Testamento de Lenin

    Mensaje por gazte Miér Nov 23, 2011 1:47 pm

    es interesante, pero me parece un poco contradictorio, primero dice que lenin queria dejarlo todo atado, y luego que solo queria hacer daño al partido... :S

    en cualquier caso queda claro segun el texto que la troika kamenev, zinoviev, stalin en una maniobra burocratica habian aislado a trotsky. y que los partidarios de stalin ejercian un total sobre el partido.

    queda tambien claro que el testamento es cierto, que existio un articulo sobre las nacionalidades y que lenin se apoyo en trotsky para intentar desbancar a stalin. no se, esto va en contra de todo lo que han defendido en este hilo, que era imposible que lenin estuviera en contra de stalin y que era una burda falsificacion trotskysta-zinovievista... etc. cuando en aquella epoca zinoviev estaba del lado de stalin...

    en cualquier caso lo he encontrado interesante.
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    Falsificación del Testamento de Lenin - Página 4 Empty Re: Falsificación del Testamento de Lenin

    Mensaje por alguien Miér Nov 23, 2011 2:38 pm

    Creo que este texto no se ha puesto (aunque si menciona hechos que citan otros), y podría ser interesante sobre el tema básicamente por que sin extenderse mucho aborda bastante del asunto, es el del libro de M.Kílev Jruschov y la desintegración de la URSS (Ensayo de análisis sobre el informe de Nikita S. Jruschov, presentado en la sesión secreta del Comité Central del PCUS, el 25 de febrero de 1956), aunque eso sí es anterior a las investigaciones recientes de comisiones rusas:

    Míjail Kílev escribió:

    El “testamento de Lenin"

    Para defender su tesis del culto a la personalidad de Stalin, Jruschov utiliza también el supuesto “testamento” de V. I. Lenin. Jruschov reserva una particular atención referente a esto en su informe.

    Ante todo debemos aclarar previamente dos puntos:

    -En primer lugar, Lenin no llama “testamento” a ninguno de sus artículos o cartas-dictadas. Se sabe que, después del empeoramiento de su enfermedad, el 23 de diciembre de 1922, ya no podía escribir y que dictaba sus artículos y sus cartas. Y, después del 10 de marzo de 1923, ya no podía dictar, pues había perdido el habla.
    -En segundo lugar, aclarar dos de las apreciaciones que había dictado el 24 y 25 de diciembre de 1922 concernientes a los miembros del Buró Político del Comité Central del Partido bolchevique, incluido Stalin.

    En sus últimos artículos y cartas, del 23 de diciembre de 1922 al 4 de marzo de 1923, Lenin había dictado sus posicionamientos y sus recomendaciones sobre toda una serie de problemas importantes para el porvenir del Partido y del país. Estos dictados están registrados por la secretaria del Consejo de los Comisarios del Pueblo, L. A. Fotieva, la secretaria adjunta, M. E. Volodicheva, y otros colaboradores. Están publicadas en el tomo 45 de la segunda edición de las Obras Completas de Lenin, págs. 343 a 402 (edición búlgara de 1983), en el orden siguiente:

    1. Carta al Congreso -se trata del próximo XII Congreso del Partido Comunista (bolchevique)-, registrada por Volodicheva el 23 diciembre de 1922.
    2. Continuación de la correspondencia, registrada por Volodicheva el 24 de diciembre de 1922.
    3. Anexo a la carta del 24 de diciembre de 1922, registrada por Fotieva el 4 de enero de 1923.
    4. Continuación de la correspondencia, registrada el 26 de diciembre de 1922.
    5. Sobre la transmisión de las funciones legislativas al Gosplan (la planificación de Estado), registrada por Volodicheva los 27,28 y 29 de diciembre de 1922.
    6. Concerniente al número de los miembros del Comité Central, registrada por Volodicheva el 29 de diciembre de 1922.
    7. Sobre la cuestión de las nacionalidades y de su autonomía, registrada por Volodicheva los 30 y 31 de diciembre de 1922.
    8. Página del diario de Lenin, registrada por el Secretario el 4 de diciembre de 1923.
    9. Sobre las cooperativas, registrada por el Secretario el 6 de enero de 1923 (taquigrafiada).
    10. Sobre nuestra Revolución, a propósito de los apuntes de Sujanov, registrada por el Secretario el 17 de enero de 1923 (taquigrafiada).
    11. Como reorganizar Rabkin (Inspección obrera y campesina) -propuesta al XII Congreso del Partido-, del 23 al 25 de enero de 1923, registrada por el Secretario (taquigrafiada).
    12.”Más vale menos, pero mejor”. Es el último dictado, registrado el 4 de marzo de 1923 por el Secretario.(24)*

    Como se puede ver, los últimos escritos de Lenin contienen valiosas ideas y recomendaciones sobre una serie de problemas importantes para el porvenir del Partido y del país. En este sentido, pueden ser considerados como el testamento del dirigente del Partido y del país, y no una posición unilateral y tendenciosa, como el informe Jruschov.

    Según Jruschov, la única cosa y la más importante que Lenin había dictado y dejado al partido como “testamento” es el anexo de la carta-dictado fechada el 24 de diciembre de 1922, registrada en fecha del 4 de enero de 1923, en la cual habría propuesto que Stalin fuera destituido del puesto de Secretario General del Partido bolchevique.

    Pero sigamos el desarrollo de este enunciado en orden cronológico.

    En su carta al Congreso, registrada por Volodicheva los 23,24 y 25 de diciembre de 1922, Lenin trata algunos problemas muy importantes. Uno de ellos, sobre la estabilidad del Comité Central del Partido bolchevique. Por estabilidad, Lenin entendía la unidad, la toma de medidas para evitar la escisión en el Comité Central. Lenin consideraba que el aumento del número de miembros del Comité Central por representantes de la clase obrera, era el principal medio para afianzar la estabilidad del mismo. En este sentido, Lenin da una apreciación de los miembros del Buró Político del Comité Central del Partido. Dicta:

    ______________________

    * Se observa que a partir del 4 de enero de 1923, Volodicheva no registra más las cartas- dictados de Lenin. Después del Anexo registrado por Fotieva, esto se vuelve anónimo con “el Secretario”. Cuanto más, que también, a partir de esta fecha son mecanografiadas -sin huella alguna de escritura, pues. nota del traductor).

    ______________________

    “Pienso que los factores fundamentales de la estabilidad son los miembros del Comité Central tales como Stalin y Trotski. El camarada Stalin, llegando a secretario general, ha concentrado en sus manos un inmenso poder; y yo no sé si podrá utilizar siempre este poder con suficiente circunspección. Por otro lado, el camarada Trotski, como lo ha demostrado ya en su combate contra el Comité Central, concerniente al comisariado popular de transportes, se distingue no sólo por sus notables capacidades. Es probablemente el más capacitado del C.C. actual, pero es extremadamente seguro de si mismo y está exageradamente atraído por el lado administrativo del trabajo”.(25)

    En el mismo dictado, a continuación de las anotaciones del 24 de diciembre de 1922, Lenin hace una apreciación breve de Zinoviev, Kámenev, Bujarin y Piatakov.

    Más adelante, en un Anexo a la carta-dictado del 24 de diciembre de 1922, pero registrada por Fotieva el 4 de enero de 1923, Lenin había dictado:

    “Stalin es demasiado brutal, y este defecto, perfectamente tolerable en nuestras relaciones entre comunistas, se vuelve insoportable cuando se trata del puesto de secretario general. Es por eso que propongo a los camaradas encontrar el medio de reemplazar a Stalin por algún otro que se distinga, con una ventaja en lo que concierne a su tolerancia, su lealtad hacia los camaradas, menos caprichoso, etc. Este hecho puede parecer anodino. Pero pienso que con el fin de evitar la escisión, y en vista de lo que escribo más atrás sobre las relaciones entre Stalin y Trotski, no es un pequeño detalle, más exactamente es un pequeño detalle que podrá jugar un papel decisivo”. (26)

    Podemos decir categóricamente a este respecto:

    1. Que se observa que este “Anexo”-carta-dictado de Lenin lleva la fecha del 4 de enero de 1923, es decir, 10 días después de la carta-dictado del 24 de diciembre de 1922, a la cual se encontraba anexada.
    2. Que es dictada después de la conversación del 22 de diciembre de 1922 entre Stalin y Krupskaia cuando, por teléfono, Stalin se había mostrado brutal hacia Krupskaia.

    Juzgando el contenido de este “Anexo” a la carta-dictado de Lenin, hoy, más de 76 años después, tenemos todas las razones para considerar que las anotaciones auténticas han sido trabajadas de nuevo, redactadas después, o simplemente inventadas por personas interesadas. Y en esa época había personas así, sin ninguna duda.

    ¿Cuáles son las razones de nuestra postura? En primer lugar el hecho de que sin medios técnicos de grabación de la voz auténtica de Lenin a su dictado, la transformación, la redacción o la invención de tal “anexo” son técnicamente posibles. Por otra parte, este dictado anexo está registrado el 4 de enero de 1923, pero trasmitido al Comité Central del Partido Comunista (bolchevique) por un protocolo especial, el 18 de mayo de 1924, es decir un año y cuatro meses después de su trascripción, y después de la muerte de Lenin. (27)

    Es difícil creer que durante todo este tiempo, el contenido auténtico de este “Anexo”-carta-dictado hubiera sido conservado, si hubiera existido realmente.

    Nuestra postura se explica también por el hecho siguiente: En la carta-dictado del 24 de diciembre de 1922, Lenin expresa una desconfianza política hacia Trotski, y avisa de la inestabilidad política de Zinoviev y Kámenev. Caracterizando a Bujarin y Piatakov, Lenin señaló que Piatakov se veía atraído por el lado administrativo del trabajo.

    En lo que hace referencia a Stalin, Lenin dicta: “El camarada Stalin, llegando a Secretario General del Partido bolchevique (Stalin es elegido Secretario General del Partido el 22 de abril de 1922, en el XI Congreso del Partido, a propuesta de Lenin) ha concentrado en sus manos un inmenso poder, y no se si podrá utilizar siempre este poder con suficiente circunspección”.(28 )

    Es una duda, una preocupación, un aviso de Lenin. No hay ninguna alusión de sustitución de Stalin del puesto de secretario general del Partido bolchevique. Mientras que en el “Anexo”-carta-dictado de Lenin del 4 de enero de 1923, es decir, 10 días más tarde, supuestamente habría hecho una propuesta de sustituir a Stalin del puesto de secretario general del C.C., sólo después de una “brutalidad” por teléfono de Stalin hacia Krupskaia.

    Es inverosímil.

    -No es probable que Lenin dictase reflexiones ajenas a su actitud tolerante hacia su colaborador y camarada desde hacía mucho tiempo: desde antes de la Revolución de Octubre.
    -No es probable que Lenin pudiese tomar una decisión así "de tribunal" : reemplazar a Stalin del puesto de secretario general del Comité Central del Partido, y proponer al mismo Comité Central reflexionar solamente de la manera en que esto debía ocurrir.
    -No es probable que Lenin propusiese a los camaradas del Comité Central nombrar a otro para el puesto de secretario general del Partido en vez de elegirlo como se debe, según los estatutos del Partido. Esto quiere decir que se le atribuye a Lenin la trasgresión de los estatutos del Partido y una actitud administrativa sobre la cuestión del Secretario General del Partido.-No es probable que Lenin no propusiese al miembro del Comité Central más apto para sustituir a Stalin en el puesto de Secretario General, si efectivamente había planteado su sustitución.
    -No es probable que Lenin tomase una decisión tan importante como es la sustitución de Stalin del puesto de secretario general sin someter inmediatamente esta propuesta a la consideración del Comité Central, en vez de pedir a Krupskaia que su decisión sea anotada en un “Anexo”-carta-dictado el 4 de enero de 1923, para entregar al Comité Central del Partido después de su muerte, cuando puede ser ya demasiado tarde y sin objeto.(29)
    -No es probable que Lenin, quien sabía que Stalin no sólo era Secretario General del Comité Central, sino también responsable de vigilar personalmente su tratamiento médico, propusiese su sustitución al puesto de Secretario General sólo porque había sido brutal verbalmente para con Krupskaia, es decir, por un motivo emocional, sin que pidiese a Stalin que diera una explicación de ello previamente.

    Todo lo que hemos enunciado más arriba hace nacer serias sospechas sobre la existencia del presunto “Anexo”-carta-dictado de Lenin del 4 de enero de 1923, y de su presunto contenido.

    Como se ha subrayado más arriba, según la voluntad de Lenin, el 28 de mayo de 1924, con un protocolo especial, Krupskaia entrega al Comité Central del Partido este «Anexo»-carta-dictado, así como las cartas-dictado de los 24 y 25 de diciembre de 1922.

    En el XIII Congreso que se ha desarrollado del 23 al 31 de mayo de 1924, es decir cuatro meses después de la muerte de Lenin, los delegados al Congreso, después de haber discutido el Anexo-carta-dictado de Lenin del 4 de enero de 1923, se pronunciaron porque Stalin se quedase en el puesto de Secretario General del Comité Central del Partido Comunista (bolchevique). Los delegados tomaron esta decisión teniendo en cuenta el importante papel de Stalin para hacer fracasar los ataques de los trotskistas contra la autoridad del leninismo en el Partido.

    Este hecho confirma la apreciación del XIII Congreso del Partido bolchevique de que José Visarionovich Stalin era reconocido como el más apto y el más merecedor sustituto de Vladimir Ilich Lenin.

    Más adelante, en su informe, Jruschov escribe: “Camaradas, debo someter al Congreso del Partido dos nuevos documentos que completan la característica de Stalin hecha por Lenin en su “testamento”. Estos nuevos documentos son:
    1. una carta de Krupskaia a Kámenev del 23 de diciembre de 1922; y
    2. una carta personal de Lenin a Stalin del 5 de marzo de 1923.

    1. Carta de Krupskaia:
    “Lev Borisovich, a propósito de la breve carta que he escrito bajo el dictado de Vladimir Ilich, con la autorización de los médicos, Stalin se ha permitido ayer una brutalidad inaudita hacia mi. Yo no ingresé ayer en el Partido. Estoy en él desde hace 30 años, jamás he oído ninguna palabra brutal de un camarada. Los intereses del Partido y de Ilich no me son menos queridos que a Stalin. Ahora necesito una máxima sangre fría. Sé mejor que cualquier médico de qué puedo y de qué no puedo hablar con Ilich, porque sé lo que puede representar una emoción para él. En cualquier caso, mejor que Stalin. Me dirijo a usted y a Zinoviev como camaradas muy próximos de Vladimir Ilich, y les ruego que me defiendan de su brutal intervención en mi vida, de los sermones injustos y de las amenazas. No dudo de la unanimidad de la comisión de control, sobre la manera en que Stalin se ha permitido amenazarme. Pero no tengo ni las fuerzas, ni el tiempo de ocuparme de esta tonta disputa. Yo también soy un ser humano y mis nervios están a flor de piel”. (N. Krupskaia, 23 de diciembre de 1922).

    2. Carta de Lenin al camarada Stalin, con copia a: Kámenev y a Zinóviev.

    “Querido camarada Stalin, usted se ha permitido la brutalidad de llamar por teléfono a mi mujer y de reñirle. Incluso si ella le ha dicho estar de acuerdo en olvidar sus palabras, este hecho está ya en conocimiento de Zinoviev y de Kámenev por su mediación. No tengo la intención de olvidar tan fácilmente lo que se hace hacia mí y es inútil subrayar que lo que se hace para con mi mujer está dirigido contra mi. Es por eso que le pido reflexionar si usted está de acuerdo en retirar sus palabras y disculparse, o bien usted prefiere romper nuestras relaciones.
    Con mis respetos. Lenin, el 5 de marzo de 1923”. (30)


    Con estos dos nuevos documentos, Jruschov quiso persuadir definitivamente a los miembros del C.C. del PCUS de la apreciación negativa que Lenin habría dado sobre Stalin. Es de subrayar que esta carta-dictado no había sido remitida al C.C. del PC (b) el 18 de mayo de 1924 con las otras cartas-dictado de los 24 y 25 de diciembre de 1922, y el Anexo-carta-dictado del 4 de enero de 1923.(31)

    Para esclarecer el objetivo de Jruschov con la introducción de estos dos nuevos documentos, vamos a estudiar brevemente las circunstancias en las cuales están situados. Se sabe que a partir de la segunda mitad de 1921, el Buró Político del Partido bolchevique había pedido a Stalin el conducir los trabajos de organización desde las reuniones del Buró Político hasta los Plenos del Comité Central. En el fondo, Stalin ejecutaba las obligaciones como secretario de las cuestiones de organización. Por supuesto, esto se hizo con el conocimiento y la aprobación de Lenin.

    Lenin estaba a la cabeza del Estado Soviético. Por forma, no tenía puesto en el Partido, ni en el Comité Central. Pero dirigía las reuniones del Buró Político y los Plenos del Comité Central. De hecho, era el dirigente del gobierno y también del Partido.

    A propuesta de Lenin, en el XI Congreso del Partido Comunista (bolchevique), Stalin fue elegido Secretario General del Comité Central del Partido, el 2 de abril de 1922. Así, a partir de la primavera de 1922 y hasta el fin de este mismo año, Stalin tuvo encuentros regulares y discusiones con Lenin sobre todas las cuestiones del Partido y del Estado, sobre todo después de la primera enfermedad de Lenin del 25 de mayo de 1922.

    Sólo en el periodo “del 11 de julio al 24 de diciembre de 1922, es decir en seis meses, treinta y dos encuentros-debates y cartas entre Lenin y Stalin están oficialmente registrados”.(32)

    Así, por ejemplo, “en su discusión con Stalin del 30 de agosto de 1922, Lenin habría mostrado interés por las previsiones de la cosecha, el estado de la industria, el presupuesto, el curso del rublo, la situación internacional de las repúblicas soviéticas, la actividad antisoviética de los mencheviques y de los socialistas-revolucionarios, etc.”.(33)

    La noche del 15 al 16 de diciembre de 1922, se produjo un agravamiento agudo en la salud de Lenin. El 18 de diciembre de 1922, por decisión especial del Pleno del Comité Central del Partido, Stalin es encargado de vigilar que se respete el tratamiento prescrito a Lenin por los médicos. El 21 de diciembre de 1922, Lenin dicta a Krupskaia una carta a Trotski sobre el monopolio del Comercio Exterior.

    El 22 de diciembre de 1922, Stalin, informado de la existencia de esta carta, riñe a Krupskaia por teléfono por haber trasgredido el régimen de tratamiento de Lenin sin consultarle. Krupskaia, vejada por el comportamiento brutal de Stalin, escribe su carta a Kámenev el 23 de diciembre de 1922.

    Cuando se juzga la carta de Krupskaia a Kámenev hoy, más de setenta y seis años después, podemos constatar:

    -En primer lugar, los momentos emocionales de su carta: “ahora necesito una máxima sangre fría; (...) no tengo ni las fuerzas, ni el tiempo; (...) yo también soy un ser humano y mis nervios están a flor de piel”. Todo esto parece hoy como una autocrítica.
    -Dos. No se puede considerar ni objetiva ni justa su pretensión de saber mejor que ningún médico de qué puede y de qué no puede ella hablar con Lenin.
    -Tres. No se puede admitir como justa la afirmación de Krupskaia de que Kámenev y Zinoviev eran camaradas cercanos a Lenin. Los hechos no lo confirman.
    -Cuatro. No se puede admitir la afirmación de Krupskaia de que por su comportamiento brutal por teléfono, Stalin se habría inmiscuido en su vida privada. Si se considera la actitud de Stalin hacia Krupskaia como brutal, de lo que se disculpó y el incidente quedó cerrado, hay que admitir también que Stalin había sido encargado personalmente por el Pleno del Comité Central de vigilar que se respetara el tratamiento de Lenin, y que así ejecutaba estrictamente su deber hacia el Partido.

    Por supuesto, es todavía más importante y esencial revisar la carta de Lenin a Stalin del 5 de marzo de 1923:

    -Ante todo, hay que subrayar el hecho de que esta carta-dictado que Jruschov llama un “nuevo documento” -si hubiese sido efectivamente dictado por Lenin- apareció después de la información que Lenin habría recibido de la conversación telefónica entre Stalin y Krupskaia. Sin embargo, es inexplicable por qué esta carta-dictado fue escrita tan tarde -dos meses y medio después de esta comunicación- y, sobre todo, por qué Lenin toma una vez más posición sobre este problema, cuando ya había expresado su posición en su “Anexo”-carta- dictado del 4 de enero de 1923. A la vez, es inverosímil que Lenin vuelva sobre el problema, una vez que “esta disputa tonta”, como la llama la misma Krupskaia, había ya pasado.

    -No es probable que por “una pequeña historia tonta”, Lenin se propusiese romper sus relaciones con Stalin, el Secretario General del Partido.

    -Es también improbable, porque hubo otro documento escrito por Stalin en la misma época, a principios de marzo de 1923, que habla de otra manera de la posición de Lenin hacia Stalin. El contenido de este documento había sido presentado por la televisión rusa por primera vez por el General Volkogonov*, el 21 de abril de 1994 a las 18,45 h.En este documento, se dice: “En uno de sus encuentros con Stalin, Lenin, cuando todavía podía hablar, a principios de marzo de 1923, pidió a Stalin que le proporcionara veneno. Stalin le contestó que iba a reflexionar Stalin escribe personalmente, en dos páginas, su encuentro con Lenin, subrayando que la petición de Lenin no debía ser ejecutada bajo ningún concepto...Este documento es entregado por Stalin a los miembros del Buró Político, quienes después de haber tenido conocimiento de ello, aprobando la postura de Stalin, firman su acta”.(34) ¿Qué significa este hecho?.

    __________________________

    *El General D. Volkogonov, siendo consejero militar de Yeltsin (Volkogonov llevó personalmente el ataque mortífero contra el Parlamento ruso, el 3 de octubre de 1993) tenía acceso a los archivos secretos del Buró Político del C.C. del PCUS. Escudriñando los archivos, encontró esta acta escrita por la mano de Stalin. (Nota del autor).
    __________________________

    Significa que Lenin, en estos días difíciles para él, consideraba a Stalin como un colaborador y un camarada muy próximo, el único en quien podía confiar.

    Este hecho demuestra que no es lógico que en la misma época, a principios de marzo de 1923, Lenin amenace a Stalin con romper sus relaciones con él (según la carta-dictado del 5 de marzo de 1923), y a la vez le pida que le proporcione veneno.

    Este hecho demuestra que no es probable que la “carta-dictado” del 5 de marzo de 1923 tenga el contenido que Jruschov anuncia en el XX Congreso.

    Es más probable que una “carta-dictado” así (si hubiese existido realmente) fuese redactada o modificada por Jruschov y sus colaboradores para, sirviéndose de Lenin, calumniar a Stalin, es decir, enfrentando a Lenin y a Stalin.

    No es sólo probable, porque esto responde al estilo de Jruschov. ¿Por qué? Porque el propio Jruschov, inmediatamente después de la sesión a puerta cerrada del XX Congreso del PCUS, en dos ocasiones declaró ante el mundo entero que no había presentado ningún informe sobre el “culto a la personalidad” de Stalin, que un documento así no existía, cuando esto era una falsedad evidente a la que nadie 'daba crédito, ya que había sido comentado al día siguiente del Congreso por el mundo entero.

    Por otra parte, en el informe Jruschov, leído en la “sesión secreta” del XX Congreso, se encuentran otras mentiras-calumnias, de las cuales hablaremos más adelante.

    Para que no hubiera dudas entre los miembros del C.C. de la opinión que Lenin tenía sobre Stalin, Jruschov utilizó sin ningún escrúpulo una mentira insólita. Escribe: “Preocupado por el futuro destino del Partido y del Estado Soviético, Lenin dio una característica muy justa de Stalin, indicando que hacía falta reflexionar sobre cómo apartar a Stalin del puesto de secretario general, visto que era brutal, insuficientemente atento hacia los demás, caprichoso y que desviaba el poder”.(35)

    En el “Anexo”-carta-dictado mencionada por Jruschov, no se dice que Stalin desviaba el poder. Jamás y en ninguna parte Lenin ha escrito ni ha dicho tal cosa.

    Esta declaración de Jruschov en su informe es una acusación por la cual merecía ser perseguido judicialmente.

    Es la mentira-calumnia Nº 1 en el informe Jruschov. Y no sólo es una calumnia contra Stalin, sino también un insulto hacia Lenin, porque Jruschov le atribuye juicios contrarios a los principios del Partido, de los cuales no se puede, por otra parte, encontrar huella alguna en sus escritos. De este modo Jruschov intenta “demostrar” a los delegados al XX Congreso y a los miembros del Comité Central del PCUS, que él “ejecuta”, por así decirlo, “el testamento” del dirigente del partido: Lenin.

    __________________________________________________________


    Fuentes:

    24. V. I. Lenin, “Obras Completas”, Tomo 45 (Segunda Edición), págs. 343-402.
    Sofía, 1983.
    25. Ídem, págs. 344-345.
    26. Ídem, pág. 346.
    27. Ídem, pág. 592.
    28. Ídem, págs. 344-345.
    29. Ídem, pág. 592.
    30. “Informe Jruschov”, págs. 10-11.
    31. V. I. Lenin, Tomo 45, pág. 592.
    32. Ídem, págs. 680-708.
    33. Idem, pág. 681.
    34. D. Volgokonov, Programa-debate en la Televisión de Moscú, el 21 de abril de 1994
    a las 18h 45.
    35. “Informe Jruschov”, pág. 9.


    Saludos.
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    Mensaje por Francesc 57 Miér Nov 23, 2011 7:25 pm

    gazte escribió:es interesante, pero me parece un poco contradictorio, primero dice que lenin queria dejarlo todo atado, y luego que solo queria hacer daño al partido... :S

    en cualquier caso queda claro segun el texto que la troika kamenev, zinoviev, stalin en una maniobra burocratica habian aislado a trotsky. y que los partidarios de stalin ejercian un total sobre el partido.

    queda tambien claro que el testamento es cierto, que existio un articulo sobre las nacionalidades y que lenin se apoyo en trotsky para intentar desbancar a stalin. no se, esto va en contra de todo lo que han defendido en este hilo, que era imposible que lenin estuviera en contra de stalin y que era una burda falsificacion trotskysta-zinovievista... etc. cuando en aquella epoca zinoviev estaba del lado de stalin...

    en cualquier caso lo he encontrado interesante.

    En el momento en que Grey escribió la vida de Stalin, la discusión sobre la falsedad o no del mal llamado "testamento" aún no se conocía. En aquel momento todo el mundo daba por bueno todo el "testamento". Personalmente nunca he dudado de la validez de la primera parte, del anexo, aunque no estoy seguro, tengo mis dudas.
    Que Zinóviev estaba en aquella época al lado de Stalin, sólo es verdad hasta cierto punto. Sí que es cierto que el "triunvirato" Stalin-Kaménev-Zinóviev se había formado por oposición a Trotski, especialmente por parte de Zinóviev, ya que éste se veía a sí mismo como el sucesor de Lenin al frente del partido. Sin embargo, al ver que cada vez el Secretario General (Stalin) tenía más poder, también intrigo para desplazarle.

    Con Lenin a un lado, la secretaría tomó un aspecto diferente del que tuvo bajo la mirada vigilante de Lenin. Zinóviev, tras detectar el peligro, trató de atajarlo de la manera más torpe. Cuando la mayoría de los dirigentes estaban de vacaciones por el Cáucaso en agosto y septiembre de 1923, invitó a unas cuantas figuras destacadas del partido (se sabe que estuvieron presentes, además de Zinóviev, Bujarin, Evdokimov, Lashevich y Voroshilov) a que se reunieran en una caverna cerca de Kislovodsk. Aquí Zinóviev presentó un plan para "politizar" la secretaría y ponerla bajo el control del Politburó: Stalin compartiría su puesto con dos compañeros de igual categoría: uno de ellos Trotski y el otro Zinóviev, Kaménev o Bujarin...
    Cuando en el XIV congreso del partido, el C.C. recriminó a Zinóviev dicho plan, éste argumentó que el proyecto era de Bujarin. Cosa desmentida por Voroshilov. Asimismo, Voroshilov afirmó que por aquel entonces Zinóviev se ofreció a Trotski para formar un bloque contra Stalin.

    El texto es de E.H. Carr, historiador con el que no siempre estoy de acuerdo, pues la mayoría de las veces da por buenas las afirmaciones que hace Trotski, sí que está muy documentado en estas cuestiones. Sí cito a Grey y a Carr, historiadores burgueses, no es porque sienta predilección por estos, sino para que no se me pueda acusar de dar información parcial.

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    Mensaje por gazte Miér Nov 23, 2011 7:52 pm

    y si en aquel momento, en el que los 'conspiradores' estaban vivos, las secretarias y la mujer de lenin tambien (gente que habia tenido contacto directo con los mismos en el supuesto momento en el que fueron escritos)... etc, nunca se dudo del texto, por que?
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    Mensaje por Francesc 57 Miér Nov 23, 2011 8:52 pm

    gazte escribió:y si en aquel momento, en el que los 'conspiradores' estaban vivos, las secretarias y la mujer de lenin tambien (gente que habia tenido contacto directo con los mismos en el supuesto momento en el que fueron escritos)... etc, nunca se dudo del texto, por que?

    Sobre esto no te puedo decir más de lo que ya te he comentado. Personalmente no tengo muchas dudas acerca de la validez del mal llamado "testamento". Mis dudas, desde siempre han estado en sí el anexo está falsificado o no, aunque es un tema que ya casi había olvidado. Aunque las aportaciones de Sajarov y otros han reabierto en mí dichas dudas. Sin embargo, sea o no una falsificación dicho anexo, mis conclusiones al respecto no varían en absoluto. Respecto a tu pregunta, evidentemente, no tengo la respuesta, eso lo tendrían que responder ellos. Queda claro que a pesar de que se lo creyeron, la línea del partido no varió, y el partido y el C.C. apoyó incondicionalmente a Stalin. Si te fijass, la discusión que tú y yo estamos manteniendo versa sobre esto que te estoy diciendo, no sobre la veracidad o no del testamento, sino de las consecuencias que tuvo o pudo haber tenido el testamento en las discusiones del C.C.

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    Mensaje por Tripero Mar Sep 02, 2014 10:05 pm

    Dejo una parte de un articulo del partido laboral progresista(llamado "EL ANTI-ESTALINISMO ES UN ARMA A FAVOR DE NUESTRO ENEMIGO"), que habla sobre el Testamento.


    el autor venia hablando de un libro anticomunista llamado The Rise and Fall of Stalin [El Ascenso y Caída de Stalin] de Robert Payne, por eso habla en funcion de un escrito de un autor y no en sí del "testalmento de Lenin". No obstalite se recrea bastante y da herramientas para contextualizar las cartas al congreso por Lenin, a las que se dieron nombre de Testamento.


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    (...)
    La investigación de esta obra "erudita" de 860 páginas comienza cuando Lenin cae enfermo, poco antes de fallecer. Lenin intentaba evitar una ruptura en el Partido Comunista de la URSS. Payne selecciona algunos de los escritos de Lenin, que debían ser entregados al partido después de su muerte.

    "Yo [Lenin] propongo examinar una serie de consideraciones de carácter puramente personal.
    "En mi opinión, un factor esencial en el problema de la estabilidad es la existencia dentro del Comité Central de miembros como Stalin y Trotsky. La relación entre los dos constituye a mi modo de ver el peligro principal de una ruptura, la cual se podrá evitar, a mi modo de ver, aumentando la cantidad de miembros del Comité Central, de cincuenta a cien personas.
    "El Camarada Stalin, desde que ocupa el puesto de Secretario General, ha concentrado un enorme poder en sus manos, y no estoy seguro de que siempre sepa utilizar ese poder con la suficiente precaución. Por otro lado, el Camarada Trotsky, como se ha comprobado en el asunto de su lucha contra el Comité Central respecto a la cuestión de la Comisión Popular del Ferrocarril, se distingue no solamente por sus capacidades excepcionales --probablemente es hoy en día el hombre más capaz del Comité Central-- sino también por su auto-confianza y su entusiasmo excepcional por el aspecto puramente administrativo de su trabajo".

    [Este sarcasmo cortés se refiere a sucesos tan bien conocidos por los miembros del Comité Central que no era necesario explicarlos detalladamente. Lenin está dando ejemplos de defectos serios que deben ser considerados junto con los defectos de Stalin. Trotsky había enojado a los obreros ferroviarios y a sus líderes comunistas con sus actitudes autoritarias, que casi provocaron un enfrentamiento armado; Trotsky quería poner al ejército en contra del sindicato. Payne conoce este hecho y sabe que la mayoría de sus lectores lo desconocen --pero ¿por qué debe este experto dar explicaciones o notas de pie de página justo aquí? Si no se conocen los antecedentes para poder entender que Lenin está siendo sarcástico, un vistazo rápido a la cita nos deja con la impresión de que Lenin está hablando maravillas de Troski.]


    "Estas dos cualidades de los dos miembros más destacados del actual Comité Central podrían, de manera muy inocente, conducir a una ruptura, y si nuestro partido no toma medidas para prevenirla, podría producirse una escisión inesperada".


    Payne continua: "Lenin siguió discutiendo las características personales de Zinoviev, Kamenev, Pyatakov, y Bujarin, a quien describió como 'una persona que puede ser considerada legítimamente como el favorito de todo el partido.'


    "'….Stalin es demasiado vulgar, y este defecto, aunque tolerable cuando estamos tratándonos entre nosotros los comunistas, se hace intolerable en un Secretario General. Por lo tanto, yo propongo a los camaradas que encuentren la manera de expulsar a Stalin de su puesto y de nombrar a otro que sea completamente diferente del Camarada Stalin sólo en el carácter personal --principalmente, que sea más tolerante, más leal, más cortés y considerado con sus camaradas, menos caprichoso, etc. Puede que esta circunstancia parezca una pequeñez, pero yo creo que desde el punto de vista de la evitación de una ruptura y desde el punto de vista de lo que escribí antes sobre las relaciones entre Stalin y Trotsky, no es una pequeñez, o es una pequeñez que puede adquirir una importancia decisiva.'" (Paginas 330-32 de la edición de AVON)

    Ahora bien, aquí tenemos una carta privada escrita solamente para los ojos de los compañeros de mayor confianza y de más elevada posición en la cúpula del partido. Supuestamente, Lenin expresaba exactamente lo que sentía. Dice que Stalin tiene rasgos personales --impaciencia, vulgaridad– que pueden alejar a grandes círculos de personas que no le conocen tan bien como los miembros de la cúpula. (De hecho, Stalin era el único en toda la cúpula del partido de extracción obrera, y acusarlo de "vulgaridad" tenía algo de prejuicio). Dice Lenin (con sarcasmo intelectual) que los hechos demuestran que Trotsky es un brillante egoísta que siempre está convencido que sólo él tiene razón, y que tiende a olvidarse de la gente trabajadora auténtica cuando está llevando a cabo sus planes técnicamente brillantes.

    Lenin probablemente piensa que Bujarin debe ser el Secretario General --un puesto que evidentemente consideraba más apropiado para alguien que fuera un buen negociador y aceptado por todos. Lo cierto es que la descripción de Lenin del sustituto de Stalin para este puesto no se parece en nada a Trotsky. Asimismo, después de describir los defectos de ambos hombres, lo cierto es que Lenin no dice que se le deba dar más poder a Trotsky.

    Pero ¿qué es lo que Payne quiere que concluyamos de todo esto? Complots y gangsterismo. Continúa diciendo: "En el vocabulario del Partido Comunista Ruso, 'expulsar' sólo podía tener un significado. Solo podía querer decir "liquidar". Cuando Lenin dijo: 'Yo propongo a los camaradas que encuentren la manera de expulsar a Stalin de su puesto', quería decir que Stalin tenía que ser destruido".

    Esto es lo que dice Payne. Pero podríamos preguntarnos: ¿qué obligó a Lenin a emplear un lenguaje tan ambiguo? ¿Qué palabras habría escogido Lenin exactamente si lo que deseaba en realidad era mantener al valioso Stalin en el Comité Central pero no en el puesto de Secretario General? ¿Quería decir que había que "liquidar" a Stalin cuando señaló que sus defectos eran "tolerables cuando estamos tratándonos entre nosotros los comunistas"? ¿No querría Lenin decir exactamente lo que dijo?

    Payne continúa: "Cuando Lenin les propuso a los camaradas que nombraran a 'otro que sea completamente distinto del Camarada Stalin sólo en cuanto al carácter personal --principalmente, que sea más tolerante, más leal, mas cortés y considerado con sus camaradas, menos caprichoso,' etc., estaba señalando deliberadamente a Trotsky. [¡Ésta es una descripción imposible de Trotsky!] En su mente, la batalla entre Trotsky y Stalin se podía resolver sencillamente eliminando a Stalin."[!]

    ¡Esto es algo que ni el mismo Trotsky afirmó jamás! (Ver: Stalin, de León Trotsky; edición de la Universal Library, páginas 374-76.) Pero sigámosle el juego por el momento a este intelectual, y supongamos que Lenin hubiera llegado a esta importante decisión de deshacerse de Stalin. ¿Qué pasó entonces?

    "Pero, con el paso de los días, la sensación de urgencia desapareció gradualmente. Otros problemas reclamaban insistentemente una solución, y Lenin se puso a escribir una serie de ensayos acerca de los problemas fundamentales de la revolución… A veces, en estos artículos y ensayos afirmaba que el poder estatal se hallaba ahora firmemente en manos del proletariado, olvidando [!] que el poder estaba cada vez más en manos de Stalin [¡"olvidando" que él había decidido destruir a Stalin para otorgar el liderazgo al errático Troski!]…Una simple carta dirigida a todos los miembros del Comité Central pudo haber provocado la caída de Stalin.



    En el pasado Lenin había defendido este tipo de soluciones sencillas, reconociendo su fuerza devastadora. Pero en vez de esto, supervisó un informe sobre un informe [referido a una aguda crítica hecha a Stalin por la manera en que había manejado el asunto de Georgia] y dictó una serie de memorándums dirigidos contra Stalin, los cuales quedaron inocentemente guardadas en su archivo secreto" (p.343).



    Bueno, sí, esto fue lo que ocurrió en realidad. Estos sucesos son consistentes con la conclusión de que Lenin consideraba que era su deber ofrecer consejos y críticas de todos los que estaban en la cúpula del partido. Y se oponía al gobierno arbitrario, no quería que Stalin utilizara el puesto de Secretario General con ese fin, y también propuso aumentar notablemente el tamaño del Comité Central (agregando trabajadores genuinos) como posible solución. ¡La solución no era encumbrar a Trotsky!

    Es una pura fantasía concluir de esta clara serie de sucesos y escritos que Lenin planeaba concederle el mando a Trotsky y destruir a Stalin (al que apoyaba más gente) y por lo tanto que Stalin llegó al poder por medio de un cobarde complot. Pero cuando se trata de denigrar a Stalin, cualquier cosa es aceptable.

    Una de las razones por las que la mayoría de los estudios históricos son anti-clase trabajadora es que están escritos por intelectuales, los cuales a menudo ni siquiera son conscientes de sus propios prejuicios. Por ejemplo, cuando Lenin critica a Stalin por ser "demasiado vulgar," los intelectuales interpretan esto como una crítica muy negativa. ¡Pero cuando emplea un sarcasmo cortés como una forma de criticar entre amigos a Trotsky --por ignorar el trabajo en equipo, dependiendo solamente de su propia brillantez, y por resolver los problemas como un tecnócrata en vez de hacerlo desde el punto de vista de la clase trabajadora-- todo esto no es visto de manera alguna como una crítica por el intelectual Payne!

    (...)
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    Mensaje por Francesc 57 Miér Sep 03, 2014 9:37 pm

    Desde luego, el texto de Payne es un texto comletamente manipulado por el propio Payne, con frases fuera de contexto y con una traducción muy libre (por ejemplo, en la mayoría de textos que he leído al respecto dicen "remover" o "sustituir", no "expulsar"). Si leemos con detenimiento la siguiente frase del mal llamado testamento, según la escribe Payne: "se distingue (Trotski) no solamente por sus capacidades excepcionales --probablemente es hoy en día el hombre más capaz del Comité Central-- sino también por su auto-confianza y su entusiasmo excepcional por el aspecto puramente administrativo de su trabajo", parece una retaila de elogios de Lenin hacia Trotski, cuando lo que de verdad hace Lenin (repetido hasta la saciedad en este hilo y en todas las interpretaciones que se hacen del "testamento") es una crítica directa a Trotski. Payne, como buen anticomunista, concluye —según entiendo de lo escrito— que Lenin estaba apuntando a Trotski como Secretario General. Esta idea no es nueva, fue el propio Trotski quien se encargó de divulgarla. Quizá en "Stalin" no diga nada al respecto, pero sí lo hace en "Mi vida":

    [quote]"La finalidad indiscutible que el "testamento" se proponía era facilitarme a mí la tarea de dirección"... "Hablando de Zinovief y de Kamenef, dice, como el que no quiere la cosa, de pasada, que su capi-tulación del año 17 no tenía nada de "casual"; es decir, que lo llevaban en la masa de la sangre. Es evidente da a entender que hombres como éstos no eran capaces de acaudillar una revolución, pero aconseja que no se les eche en cara su pasado. De Bujarin dice que, si bien no es un marxista, sino un escolástico, es un hombre muy agradable. De Piatakof, que era muy capaz en el terreno administrativo, pero como político una nulidad; que acaso estos dos últimos, Bujarin y Piatakof, pudiesen aprender todavía algo; que el más capaz de todos era Trotsky, si bien tenía un defecto: exceso de confianza en sí mismo. Que Stalin era hombre zafio, desleal, que propendía al abuso de los poderes confiados a él por el partido. Y que era necesario removerle, para evitar una escisión. Tal es el sentido que inspira todo el "testamento", viniendo a completar y explicar la propuesta que Lenin me hiciera la última vez que conversamos"[quote/]

    Trotski manipula claramente las palabras de Lenin, y tal como hace Payne las descontextualiza. Se atreve a poner las críticas de Lenin a otros miembros del CC, pero, o casualidad de casualidades, se olvida que en el mismo texto se habla de alguien que entía propensión por el lado administrativo de las cosas, de alguién que se había enfrentado al CC por lacuestión de la Comisión Popular del Ferrocarril, de alguien al que Lenin dijo que no era bolchevique. Y ese alguien era el propio Trotski, el gran mentiroso.
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    Mensaje por sorge Sáb Abr 18, 2020 7:41 pm

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    Stalin sobre el “testamento” de Lenin

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    Hablemos ahora del “testamento” de Lenin. Los oposicionistas han gritado aquí –vosotros lo habéis oído– que el Comité Central del Partido ha “ocultado” el “testamento” de Lenin. Como sabéis, esta cuestión se ha examinado varias veces en el Pleno del C.C. y de la Comisión Central de Control. (Una voz: “Decenas de veces”.) Se ha demostrado y vuelto a demostrar que nadie oculta nada, que el “testamento” de Lenin iba dirigido al XIII Congreso del Partido, que este “testamento” fue leído en el Congreso (Voces: “¡Así es!”), que el Congreso decidió por unanimidad no publicarlo, porque, entre otras cosas, el propio Lenin no lo quiso ni lo pidió. La oposición sabe todo esto tan bien como todos nosotros. Y, no obstante, tiene la desfachatez de declarar que el C.C. “oculta” el “testamento”.

    Si no me equivoco, del “testamento” de Lenin nos ocupamos ya en 1924. Existe un tal Eastman, en tiempos comunista norteamericano y expulsado después del Partido. Este señor, luego de codearse en Moscú con los trotskistas y de reunir algunos bulas y habladurías sobre el “testamento” de Lenin, marchó al extranjero y publicó un libro titulado “Después de la muerte de Lenin”, donde no regatea colores para difamar al Partido, al Comité Central y al Poder Soviético, y en el que todo lo basa en el supuesto de que el C.C. de nuestro Partido “oculta” el “testamento” de Lenin. Como el tal Eastman estuvo en tiempos relacionado con Trotski, los miembros del Buró Político invitamos a Trotski a que se desolidarizara de Eastman, quien, al agarrarse a Trotski y remitirse a la oposición, hacía a Trotski responsable de las calumnias dirigidas contra nuestro Partido a propósito del “testamento”. Dada la diafanidad de la cuestión, Trotski, en efecto, se desolidarizó de Eastman con la correspondiente declaración en la prensa. La declaración fue publicada en septiembre de 1925, en el núm. 16 de “Bolshevik”.

    Permitidme que lea el lugar de este artículo de Trotski en el que se refiere a si el Partido y su C.C. ocultan o no el “testamento” de Lenin. Cito el artículo de Trotski:

    “En algunos pasajes del libro, Eastman dice que el C.C. ha “ocultado” del Partido documentos de excepcional importancia escritos por Lenin en el último período de su vida (se trata de cartas sobre la cuestión nacional, del llamado “testamento” y otros); esto no merece más calificación que la de calumnia vertida contra el C.C. de nuestro Partido*. De las palabras de Eastman puede deducirse que Vladímir Ilich destinaba a la prensa estas cartas, que tienen carácter de consejos sobre la organización interior. En realidad, eso es completamente falso. Vladímir Ilich, desde su enfermedad, dirigió más de una vez a los órganos directivos del Partido y a su Congreso proposiciones, cartas, etc. Todas estas cartas y proposiciones, naturalmente, siempre fueron transmitidas, puestas en conocimiento de los delegados al XII y al XIII Congresos del Partido y siempre, claro está, ejercieron la oportuna influencia en las decisiones del Partido; y si no todas estas cartas fueron publicadas, ello se debe a que su autor no las destinó a la prensa. Vladímir Ilich no dejó ningún “testamento”, y el mismo carácter de su actitud hacia el Partido, así como el carácter del mismo Partido, excluyen la posibilidad de tal “testamento”. Con el título de “testamento”, en la prensa burguesa y menchevique extranjera y de la emigración se menciona, por lo común (adulterándola hasta dejada desconocida), una de las cartas de Vladímir Ilich, que contiene consejos en punto a organización. El XIII Congreso del Partido estudió con la mayor atención esta carta, igual que todas las demás, y extrajo de ella las conclusiones propias de las condiciones y circunstancias del momento. Todas las disquisiciones sobre un “testamento” ocultado o infringido son un infundio malintencionado y están dirigidas por entero contra la verdadera voluntad de Vladímir Ilich* y los intereses del Partido que él creó”. (v. el artículo de Trotski “Acerca del libro de Eastman “Después de la muerte de Lenin””, “Bolshevik”, núm. 16, 1 de septiembre de 1925, pág. 68). * Subrayado por mí. J. St.

    Me parece que está claro. Esto lo escribe Trotski, y nadie más que él. ¿Con qué fundamento Trotski, Zinóviev y Kámenev hablan por los codos ahora, afirmando que el Partido y su C.C. “ocultan” el “testamento” de Lenin? Se “puede” hablar por los codos, pero hay que tener sentido de la medida.

    Se dice que, en este “testamento”, el camarada Lenin proponía al Congreso que, en vista de la “rudeza” de Stalin, reflexionase acerca de la sustitución de Stalin en el cargo de Secretario General. Esto es la pura verdad. Sí, camaradas, yo soy rudo con quienes brutal y arteramente destruyen y dividen el Partido. No lo oculto ni lo he ocultado. Es posible que se requiera cierta suavidad para con los escisionistas. Pero yo no valgo para eso. En la primera reunión plenaria del C.C. después del XIII Congreso pedí ya al Pleno del C.C. que me relevara de las funciones de Secretario General. El propio Congreso examinó esta cuestión. Cada delegación la examinó, y todas, incluyendo a Trotski, Kámenev y Zinóviev, impusieron por unanimidad a Stalin que permaneciera en su cargo.

    ¿Qué podía hacer yo? ¿Abandonar el puesto? Eso no va con mi carácter; yo no he abandonado jamás ningún puesto y no tengo derecho a abandonarlo, porque eso sería desertar. Como ya he dicho antes, soy un hombre dependiente; y cuando el Partido lo impone, yo debo obedecer.

    Un año más tarde volví a pedir al Pleno que se me relevara, pero de nuevo se me impuso que permaneciera en el cargo.

    ¿Qué más podía hacer yo?

    En cuanto a la publicación del “testamento”, el Congreso acordó no publicarlo, porque iba dirigido a él y no estaba destinado a la prensa.

    Tenemos la decisión del Pleno del C.C. y de la Comisión Central de Control, celebrado en 1926, de pedir autorización al XV Congreso para hacer público este documento. Tenemos la decisión de este mismo Pleno del C.C. y de la Comisión Central de Control de publicar otras cartas de Lenin, en las que señala los errores de Kámenev y de Zinóviev ante la insurrección de Octubre y exige que sean expulsados del Partido (V. I. Lenin, “Carta a los miembros del Partido Bolchevique” y “Carta al Comité Central del P.O.S.D.R.” . v. Obras, t. 26, págs. 185-188 y 192-196, 4a ed. en ruso).

    Está claro que las disquisiciones acerca de que el Partido oculta estos documentos son una infame calumnia. Entre ellos figuran también documentos como las cartas de Lenin respecto a la necesidad de expulsar del Partido a Zinóviev y a Kámenev. Jamás ocurrió que el Partido Bolchevique, que el C.C. del Partido Bolchevique temiesen la verdad. La fuerza del Partido Bolchevique consiste, precisamente, en que no teme la verdad y la mira cara a cara.

    La oposición se empeña en sacar tajada del “testamento” de Lenin. Pero basta leerlo para comprender que no tienen de dónde sacar tajada. Por el contrario, el “testamento” de Lenin es mortal para los actuales líderes de la oposición.

    En efecto, es un hecho que Lenin, en su “testamento”, acusa a Trotski de “no bolchevismo”, y en cuanto al error de Kámenev y Zinóviev en el período de Octubre dice que no fue una “casualidad”. ¿Qué significa esto? Significa que políticamente no se puede confiar ni en Trotski, que adolece de “no bolchevismo”, ni en Kámenev y Zinóviev, cuyos errores no son una “casualidad” y pueden y deben repetirse.

    Es significativo que en el “testamento” no haya ni una palabra, ni una alusión acerca de errores de Stalin. Sólo se habla de la aspereza de Stalin. Pero la aspereza no es ni puede ser un defecto de la posición o de la línea política de Stalin.

    He aquí el lugar correspondiente del “testamento”:

    “No seguiré caracterizando a los demás miembros del C.C. por sus cualidades personales. Recordaré sólo que el episodio de Zinóviev y Kámenev en Octubre no es, naturalmente, una casualidad, y que de esto se les puede culpar personalmente tan poco como a Trotski de su no bolchevismo”.

    Me parece que está claro.

     

     

    Extraído de “La oposición trotskista, antes y ahora“, Discurso en la reunión del Pleno conjunto del C.C. y de la C.C.C. del P.C.(b) de la U.R.S.S. 23 de octubre de 1927.

    El Pleno conjunto del C.C. y de la Comisión Central de Control del P.C.(b) de la U.R.S.S. se celebró del 21 al 23 de octubre de 1927. El Pleno examinó y aprobó los proyectos de tesis sobre los puntos del orden del día del XV Congreso del P.C.(b) de la U.R.S.S., propuestos por el Buró Político del C.C. del Partido: sobre las directivas para confeccionar un plan quinquenal de la economía nacional y sobre el trabajo en el campo; el Pleno designó a los informantes, adoptó una decisión sobre la discusión y acordó publicar las tesis al XV Congreso para su examen en las reuniones del Partido y en la prensa. En relación con el ataque de los líderes de la oposición trotskista-zinbvievista contra el Manifiesto del C.E.C. de la U.R.S.S. aprobado en conmemoración del X aniversario de la Gran Revolución Socialista de Octubre, y en particular contra el punto del paso a la jornada de trabajo de siete horas, el Pleno examinó esta cuestión y, en un acuerdo especial, aprobó la iniciativa del Buró Político del C.C. de editar el Manifiesto y el mismo Manifiesto del C.E.C. de la U.R.S.S. El Pleno escuchó un informe del Presídium de la C.C.C. sobre la actividad fraccionalista de Trotski y Zinóviev después del Pleno de agosto (1927) del C.C. y de la C.C.C. del P.C.(b) de la U.R.S.S. Al examinarse este asunto en la reunión del Pleno del 23 de octubre, J. V. Stalin pronunció el discurso “La oposición trotskista antes y ahora”. El Pleno expulsó a Trotski y a Zinóviev del C.C. por su engaño y por su labor fraccionalista y acordó someter al examen del XV Congreso del Partido todos los documentos sobre la labor escisionista de los líderes de la oposición trotskista-zinovievista. (V. las resoluciones y acuerdos del Pleno en “El P.C.U.S. en las resoluciones y acuerdos de los Congresos y Conferencias y de los Plenos del C.C.”, parte II, págs. 275-311, ed. en ruso, 1953).

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