En la tarde de ayer, 19 de Marzo, el imperialismo cumplía sus amenazas y comenzaba los bombardeos sobre objetivos libios. Justo ochos años después del inicio de la invasión de Iraq que, como punto final de 10 años de continuas agresiones con el único fin de expoliar y controlar el petróleo iraquí, causaron más de un millón de muertes entre la población iraquí y dejaron un país hoy absolutamente destrozado y vendido a las multinacionales petroleras occidentales.
Hoy, al igual que entonces, los gobiernos imperialistas utilizan los medios de comunicación de masas como imprescindible arma de guerra y propaganda que buscan una “adormecimiento” de las sociedades occidentales para que éstas acepten, sin críticas ni movilizaciones a la contra, sin rechistar, el estar de nuevo metidos en otra guerra… Y así, nos hablan de defensa de los derechos humanos del pueblo libio los mismos que callan miserablemente ante la entrada de más de mil militares de Arabia Saudí en Bahrein para apoyar la dictadura gobernante en aquel emirato. Nos hablan de libertad los mismos que llevan más de dos años permitiendo que el gobierno golpista hondureño que derrocó por medio de las armas al legítimo presidente Zelaya siga en el poder, asesinando y reprimiendo salvajemente la voluntad del pueblo de Honduras.
Y nos hablan de dictaduras los mismos que han compartido sillón y reuniones en la Internacional Socialista con “demócratas” tan reconocidos como Ben Alí o Mubarak. Los mismos que apenas si van más allá de una declaración de condena cuando Mohamed VI reprime, asesina e impide el derecho de autodeterminación al pueblo saharaui. Los mismos, en definitiva, que miran para otro lado ante el cotidiano genocidio practicado por la entidad sionista llamada Israel o que apoyan y participan en la invasión de Afganistán.
No dudan en utilizar cualquier mentira y manipulación informativa para conseguir sus objetivos: y si en el 91 nos mintieron haciendo circular montajes pseudo-periodísticos, pronto absolutamente desmentidas por la realidad, acerca de “soldados iraquies asesinando niños en las incubadoras de Kuwait” o sobre polluelos de cormorán envueltos en petróleo derramado por Saddam Hussein, hoy nos hablan sobre supuestas masacres sobre la población civil libia que nadie ha conseguido comprobar ni demostrar sobre el terreno, al igual que se le concede el título de “revolucionarios” a quienes envueltos en la bandera del siniestro rey Idris (aquel monarca feudal contra el que se levantó el coronel Gadaffi) sólo parecen ser agentes al servicio de los intereses del imperialismo.
No nos dejemos engañar: al igual que hace años en Iraq, es el control del petróleo libio (fundemental para la economía de una buena cantidad de países europeos, empezando por el nuestro), de forma directa y sin la “intermediación” de Gadaffi, el verdadero objetivo de este nuevo ataque militar del imperialismo, al igual que pretenden, de esta manera, controlar, vigilar y limitar los procesos de liberación que los pueblos de Egipto, Túnez, Qatar, Yemen, Bahrein, Marruecos, etc están desarrollando. Por ello, debemos condenar y movilizarnos con toda la fuerza de la que seamos capaces contra esta nueva agresión imperialista que por mucho que haya sido aceptada por el Consejo de Seguridad de la ONU, va en contra de las más esenciales reglas del derecho internacional y utiliza la figura de la “ayuda humanitaria” sólo para justificar, nuevamente, el saqueo y el expolio de los recursos naturales de Libia.
Igualmente debemos denunciar públicamente el activo papel que en esta nueva agresión imperialista está jugando el gobierno de Zapatero, ofreciendo las bases españolas para el operativo militar y desplegando en la zona un submarino y varios aviones de combate. En línea con aquel Felipe González que nos metió en la OTAN y que apoyó la primera invasión de Iraq, en el año 91, hoy el PSOE y Zapatero nos vuelven a mostrar su cara más real, la de la claudicación ante el capitalismo y el imperialismo. Y sin ningún tipo de remordimiento olvidan aquel “no a la guerra” sobre el que se auparon al poder hace 8 años para volvernos a colocar en el centro de una agresión imperialista, como ya hicieran también en Afganistán. Y los mismos que no dudan en recortar derechos laborales y sociales al conjunto de los trabajador@s, en una política económica que sólo favorece los intereses de la Banca y del capital, nos meten ahora de lleno en un operativo militar cuyos gastos volverán a repercutir, como no, sobre el conjunto de las clases populares de todo el Estado Español. Por todo ello, la denuncia del imperialismo pasa, inevitablemente, por la denuncia y el desenmascaramiento del papel cómplice y reaccionario del gobierno Zapatero y por la necesidad de reforzar un movimiento anti-guerra y anti-capitalista independiente del PSOE y de sus diferentes “agencias”.
¡¡CONTRA LA AGRESIÓN IMPERIALISTA A LIBIA!!
¡¡POR LA AUTODETERMINACIÓN Y SOBERANÍA DE LOS PUEBLOS!!
¡¡NO A LA GUERRA!!
¡¡OTAN NO, BASES FUERA!!
http://www.iniciativacomunista.org/venceremos/spip.php?article886