El nacionalismo no es una ideología independiente, no es un sustantivo o un nombre, sino que es parte de una ideología, es un adjetivo o un apellido suyo. El nacionalismo ha sido una herramienta de la burguesía en ciertos territorios y circunstancias para apuntalar su capitalismo y su dictadura de clase. Y por consiguiente, también ha sido una herramienta del proletariado y de los pueblos para su lucha en determinadas circunstancias y territorios, aunque debido a que el comunismo no es la ideología dominante, no es la ideología de la clase dominante, y debido a las insuficiencias de línea ideológica, se tergiversa la lucha nacional, enfrentándola al socialismo por la influencia pequeño-burguesa, o huyendo de cualquier característica nacional en la lucha de clases, debido a una insuficiente comprensión del hecho.
El nacionalismo está dentro del socialismo, como está dentro del capitalismo. Para los socialistas, la lucha de clases y por la Dictadura del Proletariado ha de adquirir reivindicaciones nacionales en los territorios donde el capitalismo ha producido choques y represión contra las características nacionales de ese pueblo. Eso ha de ser de cajón. Si no, es una lucha insuficiente, que no va a la raíz de toda la problemática del capitalismo y de toda la liberación del Socialismo. La lucha socialista en Galícia, País Vasco o Países Catalanes no ha de ser POR la lengua, sino que ha de ser CON la lengua, de la misma manera que no ha de ser por la bandera, sino con la bandera. De otro modo, se caería en un seguidismo burgués. Incluso, en territorios como Madrid, la característica nacional que tendría que revestir la lucha socialista sería la reivindicación de que Madrid es Castilla, su capital, y el capitalismo ha anulado un hecho tan obvio. Y por otro lado, no nos confundamos: la burguesía, cuando practica el nacionalismo, no antepone nunca la "nación"; siempre antepone sus intereses de clase, aunque revestidos de ropajes nacionales.
En el tema concreto del independentismo pasa igual, entroncado y ligado al nacionalismo, y como un posible hecho consecuente de éste, y siempre subordinado a la lucha de clases y al Socialismo. De la misma manera que el capitalismo tiene un desarrollo desigual, la lucha socialista tiene un desarrollo desigual, incluso dentro de un mismo Estado. Si la independencia de un territorio sirve para implantar el Socialismo allá, o mejor dicho, si la lucha de clases y por el Socialismo lleva en un territorio a tener que declarar la independencia para poder ejercer la Dictadura del Proletariado en su propia República independiente, pues queda claro lo que hay que hacer. Pero tengamos claro que las características nacionales y la posible independencia en territorios como la comunidad autónoma vasca o Cataluña han de ser desarrollados siempre CONTRA "sus" respectivas burguesías nacionales, representadas políticamente por PNV y CiU, nunca a rebufo suyo ni de la mano de su pequeña-burguesía "crítica".
Todo y eso, nuestra ideología reivindica el derecho a la autodeterminación de los pueblos, y eso ha de plasmarse en nuestro programa contemplando una estructuración política de cada país o pueblo que forma nuestro Estado actual. Aparte de que el Socialismo se implante con la consecución de alguna independencia o no, se han de establecer diferentes territorios como Repúblicas, plasmándose así de forma objetiva y real su derecho a la autodeterminación, y no quedando este derecho en las nubes como una proclama retórica. Y cada una de esas Repúblicas no han de ser tomadas tanto como objetivo de la lucha de clases, ni mucho menos, sino como plasmación programática de esta lucha y como una base más para la consecución de la Dictadura del Proletariado. El nacionalismo ha de ser una pata más, o una rueda más, en nuestra lucha; si no, esta irá más coja, más lenta y con menos potencia; y la independencia, una posible consecuencia.
El nacionalismo proletario es la plasmación más inmediata que se produce en un territorio del internacionalismo, ya que busca integrar y homogeneizar a todos los trabajadores para una misma lucha en un mismo país. En cambio, el nacionalismo burgués es la plasmación más vergonzante del chovinismo y el elitismo, entre otras muchas cosas, ya que busca la separación entre los trabajadores de un mismo país, de una misma ciudad, de una misma fábrica, en diferentes comunidades nacionales-culturales (cristianos-musulmanes, castellanoparlantes-catalano-parlantes, gitanos-payos, etc). Recordemos que CiU era contraria a la línea única en catalán en los colegios, siendo favorable a la segregación en dos líneas, castellana y catalana, para tener una élite "convergente" catalanista y a los obreros separados entre ellos por razón de lengua y no integrados en el país, y fue el PSUC, entre otros, quien se opuso a ésto, reivindicando la inmersión lingüística para todos.
En definitiva, que la Revolución no será a la carta, y especular sobre independencias por gustos y afinidades, sin ir a la raíz ideológica del Socialismo y sin que los hechos se desarrollen mínimamente, es un ejercicio que nos aleja del pensamiento y metodología marxista y del camino correcto de lucha.