Erazmo cree que por citar el nombre de un texto que entendió mal puede rebatir los argumentos brindados al foro, así que vamos a tratar de explicarle como entender dicho texto en relación al proceso venezolano, no tengo mucho optimismo en que lo logre comprender, ya que para él citar dos páginas con información basura sobre Luria y Vigostky es entender a estos pensadores y su extensa obra teórica, sin embargo el resto del foro, merece que se desenmascaren las falacias de este personaje. Así que vamos adelante.
En el texto de Lenin, La Enfermedad Infantil del Izquierdismo en el Comunismo, Lenin comienza resaltando el papel de la revolución soviética como guía de acción internacional del proletariado del mundo
Tras lo cual claramente plantea que:
La dictadura del proletariado es la guerra más abnegada y más implacable de la nueva clase contra un enemigo más poderoso, contra la burguesía, cuya resistencia se ve decuplicada por su derrocamiento
(aunque no sea más que en un país) y cuya potencia consiste no sólo en la fuerza del capital internacional, en la fuerza y la solidez de los vínculos internacionales de la burguesía, sino, además, en la fuerza de la costumbre, en la fuerza de la pequeña producción.
Es acaso este fenómeno similar al de Venezuela, ¿existe la dictadura del proletariado en Venezuela?, ¿se ha atacado el fundamento de la existencia de la burguesía: la propiedad privada sobre los medios de producción? ¿O se la ha fortalecido y reconocido?
Posteriormente Lenin nos dice:
Por todos estos motivos, la dictadura del proletariado es necesaria, y la victoria sobre la burguesía es imposible sin una guerra prolongada, tenaz, desesperada, a muerte; una guerra que exige serenidad, disciplina, firmeza, inflexibilidad y una voluntad única.
¿Existe en Venezuela esta guerra prolongada, o existe la tan cacareada “paz social”?, ¿permitir al imperialismo el saqueo de los recursos naturales de Venezuela, es guerra a muerte contra el capital?
Al pasar a analizar el fenómeno del "izquierdismo", Lenin inicia planteando que en la dinámica de construcción partidaria en el seno del Partido comienzan así mismo a surgir ideas extrañas a la ideología proletaria, debido a la introducción en el mismo de elementos pequeño burgueses , sobre los cuales Lenin plantea lo siguiente:
El pequeño-burgués “enfurecido” por los horrores del capitalismo es, como el anarquismo, un fenómeno social propio de todos los países capitalistas. Son del dominio público la inconstancia de estas veleidades revolucionarias, su esterilidad y la facilidad con que se transforman rápidamente en sumisión, en apatía, en fantasías, incluso en un entusiasmo “furioso” por tal o cual corriente burguesa “de moda”.
Es decir al veleidad de este sector lo lleva a defender fantasías o ideas burguesas de moda, como el “socialismo del siglo XXI”, debido a que no puede asumir las ideas proletarias, por cuanto las mismas implican su eliminación como sujeto de acción política; las ideas proletarias le asustan y por lo tanto se acoge a la idea burguesa de moda, la misma que aparenta ser revolucionaria, cuando en el fondo lo que busca es la conservación de la dominación burguesa. Es decir ideas contrarevolucionarias, como en el tiempo de Lenin era el anarquismo y hoy día es el “socialismo del siglo XXI”
Luego Lenin plantea que en determinados momentos coyunturales los comunistas pueden participar del parlamento burgués, buscando fortalecerse, jamás plantea ocupar las instancias parlamentarias sea el objetivo de la lucha; si las condiciones se muestran ventajosas para su utilización, se puede participar, si no, se declara la oposición a las mismas sabiendo siempre que deben ser destruidas y que son instrumentos de dominación, no de transformación; ¿ha sido ventajoso para el proceso venezolano eternizar en el poder a un tiranuelo, que se asentándose sobre dádivas a acabado con las organizaciones revolucionarias y ha entregado las riquezas venezolanas al imperialismo?, ¿que ha instaurado la “paz social” evitando el desarrollo de la lucha de clases?, ¿Qué ha desmovilizado a cualquier organización revolucionaria capaz de destruir el estado burgués y ocupar el poder? , seguramente la respuesta es NO-.
Algo similar sucede con los compromisos que puedan establecerse,:
El político que quiera ser útil al proletariado revolucionario debe saber distinguir los casos concretos de compromisos que son precisamente inadmisibles, que son una expresión de oportunismo y de traición, y dirigir contra tales compromisos concretos toda la fuerza de la crítica, todo el filo de un desenmascaramiento implacable y de una guerra sin cuartel, no permitiendo a los socialistas, con su gran experiencia de “maniobreros”, y a los jesuitas parlamentarios escurrir el bulto, eludir la responsabilidad
por medio de disquisiciones sobre los “compromisos en general”.
¿El compromiso de someter a Venezuela a sus papel de productor de materias primas y mano de obra para el imperialismo, desmovilizando a la clase popular, es un compromiso aceptable u oportunismo y traición.?
Siendo así todos los defensores del proceso chavista, saben perfectamente que este proceso no está dirigido por un Partido Comunista, sino por el mamotreto obediente al jefe del PSUV, que no tiene una ideología, un proyecto, no sigue los principios leninistas, no es un partido del proletariado, es más niega en el imaginario colectivo la necesidad de un Partido Comunista combatiente; fenómeno descrito por Lenin en su famoso texto:
Negar la necesidad del Partido y de la disciplina de partido: he ahí el resultado a que ha llegado la oposición. Y esto equivale a desarmar por completo al proletariado en provecho de la burguesía.
Equivale precisamente a la dispersión, la inestabilidad, la incapacidad para dominarse, para unirse, para actuar de manera organizada, defectos típicamente pequeño-burgueses que, de ser indulgente con ellos, causan de modo inevitable la ruina de todo movimiento revolucionario del proletariado
Cuando los comunistas participan del régimen parlamentario burgués, lo hacen con la consigna de demostrar a las masas que estos parlamentos deben ser destruidos, no de fortalecerlos o eternizarlos, no de convertirlos en pilar de la transformación, sino con la intención de destruirlos.
La conclusión que de ello se deriva es absolutamente indiscutible: está probado que, incluso unas semanas antes de la victoria de la República Soviética, incluso después de esta victoria, la participación
en un parlamento democrático-burgués, lejos de perjudicar al proletariado revolucionario, le permite demostrar más fácilmente a las masas atrasadas por qué semejantes parlamentos merecen ser disueltos,
facilita el éxito de su disolución, facilita la “supresión política” del parlamentarismo burgués.
Comprendiendo de está manera el texto de Lenin podemos observar con más claridad como una mala lectura del mismo, se convierte en herramienta en manos de los revisionistas para justificar la traición, es izquierdismo negar toda participación parlamentaria sin analizar la coyuntura, claro que sí, es un principio marxista; es derechismo y revisionismo plantear que a través de la acción parlamentaria se puede transformar la sociedad, evidentemente, y aquí se traicionan los principios marxistas; el ejemplo de Venezuela es claro, ninguna de las fuerzas que respalda a Chávez esta siquiera pensando en la destrucción del estado burgués, sino en su conservación, ninguna de estas fuerzas esta pensando en dinamizar la lucha de clases, sino en alcanzar la “paz social”, ninguna de estas fuerzas está demostrando lo caduco del viejo estado y la necesidad de su destrucción, sino que se esfuerzan en engañar a las masas y presentar al viejo estado como una alternativa para superar la miseria a la que se encuentran sometidos; la crítica comunista al proyecto chavista por lo tanto no es desde ninguna perspectiva izquierdismo; es una crítica al revisionismo, a la traición y a la instauración de un poder neofascista en este país con el aplauso de la pseudoizquierda electorera, pro capitalista y pro imperialista , es decir es una crítica comunista ante un proceso que se aparenta revolucionario, pero que es en el fondo de su accionar a todas luces reaccionario.