DOCUMENTOS DEL GOBIERNO CANADIENSE SOBRE LA LIBERACIÓN DE TROTSKY [16]
Los documentos sobre la corta estadía de Trotsky bajo custodia canadiense se hallan ahora desclasificados y están disponibles en los archivos del gobierno canadiense. De acuerdo con estos archivos, Trotsky fue desembarcado del S.S. Kristianiafjord en Halifax, Nova Scotia, por personal naval británico, el 3 de Abril de 1917. Se lo listó como un prisionero de guerra alemán y lo internaron en la estación para prisioneros alemanes de Amherst, Nova Scotia. También fueron sacados del barco e internados su esposa, sus dos hijos, y otros cinco hombres descriptos como “socialistas rusos”. Los archivos canadienses registran los nombres como: Nickita Muchin, Leiba Fisheleff, Konstantin Romanchanco, Gregor Teheodnovski, Gerchon Melintchansky y Leon Bronstein Trotsky (los nombres están escritos aquí tal como figuran en los documentos originales canadienses). A Trotsky se le completó el formulario LB-1 del ejército canadiense, con el número de serie 1098 (incluyendo impresiones digitales), con la siguiente descripción: “37 años de edad, exiliado político, ocupación periodista, nacido en Gromskty, Chuson, Rusia, ciudadano ruso.” El formulario fue firmado por Leon Trotsky y su nombre completo está consignado como Leon Bromstein (sic) Trotsky.
El grupo de Trotsky fue desembarcado del S.S. Kristianiafjord bajo instrucciones oficiales recibidas de Londres por cablegrama del 29 de Marzo de 1917, presumiblemente procedente del Almirantazgo y dirigido al oficial de control naval de Halifax. El cablegrama informaba que el grupo de Trotsky se hallaba sobre el "Christianiafjord" (sic) y debería ser “desembarcado y retenido a la espera de instrucciones”. Las razones que se le dan al oficial de control naval de Halifax fueron que “estos son socialistas rusos que han partido para iniciar una revolución contra el actual gobierno ruso, para lo cual se ha informado que Trotsky posee 10.000 dólares suscriptos por socialistas y alemanes.”
El 1 de Abril de 1917, el oficial de control naval, Capitán O.M. Makins envió un memorandum confidencial al oficial general comandante de Halifax, a los efectos de informarle que había “examinado todos los pasajeros rusos” a bordo del S.S. Kristianiafjord y había encontrado a cinco hombres en la sección de segunda clase: “Son todos socialistas confirmados y, si bien profesan un deseo de ayudar al nuevo gobierno ruso, pueden muy bien estar coligados con socialistas alemanes de América y es muy probable que representen un gran obstáculo para el actual gobierno en Rusia.” El Capitán Makins agrega que procederá a desembarcar el grupo, así como a la esposa de Trotsky y a sus dos hijos, e internarlos en Halifax. Una copia de este informe le fue enviada desde Halifax al jefe del Estado Mayor General en Ottawa, el 2 de Abril de 1917.
El siguiente documento en los archivos canadienses lleva la fecha del 7 de Abril, y es del jefe del Estado Mayor General en Ottawa dirigido al director de las operaciones de internación. Acusa recibo de una carta anterior (que no está en los archivos) sobre la internación de socialistas rusos en Amherst, Nova Scotia: “... en relación con esto, debo informarle que se ha recibido ayer un largo telegrama del Cónsul General ruso, MONTREAL, protestando contra el arresto de estas personas puesto que estaban en posesión de pasaportes emitidos por el Cónsul General ruso de NUEVA YORK, USA.”
La respuesta a este telegrama de Montreal fue a los efectos de aclarar que las mencionadas personas habían sido internadas “bajo sospecha de ser alemanes”, y serían liberadas sólo después de haberse comprobado fehacientemente su nacionalidad y su lealtad para con los Aliados. En los archivos canadienses no hay telegramas del cónsul general ruso en Nueva York y es sabido que esa oficina era renuente a emitir pasaportes a exiliados políticos rusos. No obstante, hay un telegrama en los archivos procedente de un abogado de Nueva York, N. Aleinikoff, dirigido a R. M. Coulter, por entonces vicedirector general de correos de Canada. La oficina del director general de correos no tenía conexión alguna, ni con el internamiento de prisioneros de guerra, ni con actividades militares. De acuerdo con ello, la naturaleza de este telegrama es de la índole de una intervención personal no oficial. Dice lo siguiente:
DR. R. M. COULTER, Dirección General de Correos, OTTAWA Exiliados políticos rusos en regreso a Rusia detenidos en Halifax internados en el campo de Amherst. Tenga a bien investigar e informar causa de detención y nombres de todos los detenidos. Confío en que como campeón de la libertad intercederá en su favor. (...) NICHOLAS ALEINIKOFF
El 11 de Abril, Coulter cablegrafió a Aleinikoff: “Telegrama recibido. Le escribo esta tarde. Debería recibirlo mañana por la tarde. R.M.Coulter”. Este telegrama fue enviado por el Pacific Railway Telegraph canadiense pero con costo a cargo del Departamento de la Oficina de Correos canadiense. Normalmente, un telegrama de negocios privado hubiera tenido el costo a cargo del destinatario y el mencionado no era un documento oficial. La subsiguiente carta de Coulter a Aleinikoff es interesante porque, después de confirmar que el grupo de Trotsky estaba siendo mantenido en Amherst, afirma que los detenidos estaba siendo sospechados de realizar propaganda en contra del gobierno ruso de ese momento y “se supone que son agentes de Alemania”. Coulter luego agrega: “... no son lo que representan ser”; el grupo de Trotsky “... no ha sido detenido por Canadá sino por las autoridades imperiales”. Después de asegurarle a Aleinikoff que se les brindarían comodidades a los detenidos, Coulter agrega que cualquier información “en su favor” sería transmitida a las autoridades militares. La impresión general de la carta es que, si bien Coulter simpatiza con Trotsky y es completamente consciente de los vínculos pro-alemanes de éste, no desea verse involucrado en el asunto. El 11 de Abril Arthur Wolf, domiciliado en 134 de East Broadway, Nueva York, le envió un telegrama a Coulter. A pesar de haber sido enviado desde Nueva York, también el costo de este telegrama fue cargado a la cuenta del Departamento de la Oficina de Correos canadiense.
Las reacciones de Coulter, no obstante, reflejan más que una puntual simpatía, evidente en su carta a Aleinikoff. Las cartas deben ser consideradas bajo la luz del hecho que las misivas en favor de Trotsky provenían de dos norteamericanos residentes en Nueva York e involucraban cuestiones militares canadienses o imperiales de importancia internacional. Más allá de eso, Coulter, en su condición de vice-jefe general de correos, era un empleado público de cierta importancia. ¡Reflexiónese un momento sobre lo que sucedería si alguien interviniese de un modo similar en los asuntos de los Estados Unidos! En el caso de Trotsky tenemos dos residentes norteamericanos manteniendo correspondencia con un vice-jefe general de correos a los efectos de intervenir a favor de un revolucionario ruso internado.
La actuación subsiguiente de Coulter también sugiere algo más que una intervención casual. Después de acusar recibo de los telegramas de Aleinikoff y de Wolf, Coulter le escribió al Mayor General Willoughby Gwatkin del Departamento de Milicia y Defensa en Ottawa – un hombre de significativa influencia en el ámbito militar canadiense – y le adjuntó copia de los telegramas de Aleinikoff y Wolf:
Estas personas fueron hostiles a Rusia debido al modo en que se trataba allí a los judíos y ahora, por lo que sé, están fuertemente a favor de la actual administración. Ambos son personas responsables. Ambos son hombres de buena reputación y le envío sus telegramas por lo que puedan valer y para que Usted los presente a las autoridades inglesas si lo estima conveniente.
Obviamente Coulter sabe – o sugiere que sabe – una gran cantidad de cosas sobre Aleinikoff y Wolf. Su carta fue, en efecto, una referencia a la honorabilidad de ambos y apuntó a la raíz del problema de la internación: Londres. Gwatkin era bien conocido en Londres y, de hecho, se hallaba en Canadá en calidad de préstamo por parte del War Office londinense. {[17]}
Posteriormente, Aleinikoff le envía una carta a Coulter para agradecerle muy calurosamente por el interés que Usted se ha tomado en el destino de los exiliados políticos rusos ... Usted me conoce, estimado Dr. Coulter, y también sabe de mi devoción a la causa de la libertad rusa ... Por fortuna, conozco al Sr. Trotsky, al Sr. Melnichahnsky y al Sr. Chudnowsky ... íntimamente.
Podríamos apuntar como nota al margen que, si Aleinikoff conocía a Trotsky “íntimamente”, entonces también es probable que fuera consciente de que Trotsky había declarado su intención de regresar a Rusia para derrocar al Gobierno Provisional e instaurar la “re-revolución”. Tras recibir la carta de Aleinikoff, Coulter inmediatamente (el 16 de Abril) la reenvió al Mayor General Gwatkin, agregando que había conocido a Aleinikoff “en conexión con asuntos departamentales concernientes a documentos de los Estados Unidos en idioma ruso” y que Aleinikoff estaba trabajando “sobre los mismos lineamientos que el Sr. Wolf ... quien había sido un prisionero escapado de Siberia”.
Previo a eso, el 14 de Abril Gwatkin envió un memorandum a su contraparte naval en el Comité Militar Interdepartamental de Canadá repitiendo que los internados eran socialistas rusos con “10.000 dólares suscriptos por socialistas y alemanes.” El párrafo final afirmaba: “Por el otro lado están quienes declaran que se ha cometido un acto de injusticia por parte de altas autoridades.” Luego, el 16 de Abril, el vicealmirante C. E. Kingsmill, director del Naval Service, tomó la intervención de Gwatkin al pié de la letra. En una carta dirigida al Capitán Makins, el oficial de control naval en Halifax, el vicealmirante manifiesta: “Las autoridades de la Milicia solicitan que se acelere la decisión sobre su estado (es decir: el de los seis rusos)”. Una copia de esta instrucción le fue enviada a Gwatkin quien, a su vez, se la reenvió a Coulter. Tres días más tarde Gwatkin ejerce presión. En un memorandum del 20 de Abril al secretario naval, escribió: “¿Puede usted decir, por favor, si la Oficina de Control Naval ha tomado, o no, una decisión?”
El mismo día (20 de Abril) el capitán Makins le escribe al almirante Kinkgsmill explicando las razones por las cuales ha hecho desembarcar a Trotsky. Se niega a ser presionado a tomar una decisión, afirmando: “Cablegrafiaré al Almirantazgo informándoles que las autoridades de la Milicia están requiriendo una pronta decisión sobre la materia”. Sin embargo, al día siguiente Gwatkin le escribe a Coulter: “Nuestros amigos, los socialistas rusos, han de ser liberados; y se están haciendo arreglos para su pasaje a Europa.” La orden dirigida a Makin para liberar a Trotsky provino del Almirantazgo en Londres. Coulter acusó recibo de la información “que agradará inmensamente a nuestros interlocutores en Nueva York”.
Mientras, por un lado, podemos concluir que Coulter y Gwatkin estaban intensamente interesados en la liberación de Trotsky, por el otro lado no sabemos por qué. Había poco en la carrera del vice-jefe general de correos Coulter o del mayor general Gwatkin que explicase una urgencia en la liberación del menchevique Leon Trotsky.
El Dr. Robert Miller Coulter era un doctor en medicina, de ascendencia escocesa e irlandesa; un liberal, un francmasón y un Odd Fellow. Fue designado vice-jefe general de correos de Canadá en 1897. Su única aspiración a la fama derivaba de haber sido delegado a la Convención de la Unión Postal Universal en 1906 y delegado por Nueva Zelanda y Australia en 1908 para el proyecto “All Red” (“Todo Rojo”). “All Red” no tenía nada que ver con revolucionarios rojos; fue sólo un plan para barcos a vapor rápidos “all-red” o “íntegramente británicos” entre Gran Bretaña, Canadá y Australia.
El mayor general Willoughby Gwatkin provenía de una larga tradición militar británica (Cambrige y luego Staff College). Un especialista en movilización, sirvió en Canadá entre 1905 y 1918. Tomando en cuenta solamente los documentos existentes en los archivos canadienses, no podemos sino concluir que las intervenciones de estas dos personas a favor de Trotsky constituyen un misterio.
LA INTELIGENCIA MILITAR CANADIENSE ESTUDIA A TROTSKYPodemos aproximarnos a la liberación de Trotsky desde otro ángulo: la inteligencia militar canadiense. El teniente coronel John Bayne MacLean, un prominente publicista y hombre de negocios canadiense, fundador y presidente de la MacLean Publishing Company, en Toronto, operaba numerosos diarios de negocios, incluyendo al Financial Post. Además, McLean tenía también una asociación de larga data con la inteligencia militar canadiense. [18]
En 1918 MacLean escribió para su propia revista MacLean’s, un artículo titulado “¿Por Qué Dejamos Ir a Trotsky? Cómo Canadá Perdió Una oportunidad Para Acortar la Guerra” [19] El artículo contiene información detallada y poco usual sobre Leon Trotsky, aunque su segunda mitad se va por las nubes subrayando cuestiones que poco y nada tienen que ver con el asunto. En cuanto a la autenticidad de la información, tenemos dos claves. En primer lugar MacLean era un hombre íntegro, con excelentes conexiones en la inteligencia estatal canadiense. En segundo lugar, documentos que en el ínterin han sido liberados por Canadá, Gran Bretaña y los Estados Unidos, confirman las afirmaciones de MacLean en un grado significativo. Algunas de las cosas dichas por MacLean todavía deben ser confirmadas, pero la información disponible a principios de 1970 no es necesariamente inconsistente con el artículo del coronel MacLean.
El argumento inicial de MacLean es que “algunos políticos y funcionarios canadienses fueron los principales responsables por la prolongación de la guerra (la Primera Guerra Mundial), por la gran pérdida de vidas, las heridas y los sufrimientos del invierno de 1917 y las grandes operaciones de 1918.”
Más allá de ello, afirma MacLean, estas personas estaban haciendo (en 1919) todo lo posible para impedir que el Parlamento y el pueblo canadienses conocieran los hechos relacionados. Los informes oficiales, incluyendo los de Sir Douglas Haig, demuestran que, de no ser por el quiebre de 1917, la guerra hubiera terminado más de un año antes y que “el principal responsable por la defección de Rusia fue Trotsky ... actuando bajo instrucciones alemanas.”
¿Quién era Trostky? Según MacLean, Trotsky no era ruso sino alemán. Por más extraña que parezca esta afirmación, coincide con otras piezas sueltas de información de inteligencia, a saber: que Trotsky hablaba el alemán mejor que el ruso y que era el ejecutivo ruso de la “Agrupación Negra” (“Black Bund”) alemana. De acuerdo con MacLean, Trotsky había sido “ostentosamente” expulsado de Berlin en Agosto de 1914 [20] y finalmente arribó a los Estados Unidos en dónde organizó a revolucionarios rusos como así también a revolucionarios del Oeste de Canadá, quienes “en gran medida eran alemanes y austríacos viajando como rusos.” MacLean continúa:
Originalmente los británicos descubrieron a través de asociados rusos que Kerensky [21], Lenin y algunos líderes menores estaban prácticamente a sueldo de los alemanes ya en una fecha tan temprana como 1915 y averiguaron en 1916 las conexiones con Trotsky que entonces estaba viviendo en Nueva York. Desde ese momento, Trotsky fue estrechamente vigilado por ... el escuadrón antiexplosivos (Bomb Squad). A principios de 1916 un funcionario alemán se embarcó hacia Nueva York. Oficiales de la inteligencia británica lo siguieron. Al alemán lo demoraron en Halifax pero, por instrucción de los británicos, lo dejaron seguir después de amplias disculpas por la necesaria demora. Después de mucho maniobrar, llegó a una pequeña y sucia oficina periodística en los barrios bajos y encontró a Trotsky para quien traía importantes instrucciones. Desde Junio de 1916 hasta que se lo pasaron a los británicos, el escuadrón antiexplosivos de Nueva York nunca perdió el contacto con Trotsky. Descubrieron que su verdadero nombre era Braunstein y que era alemán y no ruso. [22]
Semejante actividad alemana en países neutrales resulta confirmada por un informe del Departamento de Estado (316-9-764-9) que describe la organización de los refugiados rusos con propósitos revolucionarios.
Continuando, MacLean afirma que Trotsky y cuatro asociados se embarcaron en el "S.S. Christiania" (sic), y el 3 de Abril estuvieron ante el "Captain Making" (sic) siendo desembarcados en Halifax bajo la dirección del teniente Jones. (De hecho, un grupo de nueve personas, incluyendo seis hombres, fueron desembarcados del S.S. Kristianiafjord. El nombre del oficial de control naval en Halifax era Capitán O. M. Makins, R.N. El nombre del oficial que bajó al grupo de Trotsky del barco no figura en los documentos canadienses; Trotsky dijo que era “Machen”.) De nuevo, según MacLean, el dinero de Trotsky provenía “de fuentes alemanas en Nueva York”. Y también:
en general, la explicación que se ofrece es que la liberación tuvo lugar a pedido de Kerensky pero, meses antes de eso, oficiales británicos y un canadiense de servicio en Rusia y que hablaba el idioma ruso, informaron a Londres y a Washington que Kerensky estaba al servicio de los alemanes. [23]
Trotsky fue liberado “a pedido de la embajada británica en Washington ... (la cual) actuó a pedido del Departamento de Estado norteamericano que, a su vez, actuaba para alguien más”. Los funcionarios canadienses “recibieron instrucciones de informar a la prensa que Trotsky era un ciudadano norteamericano viajando con un pasaporte norteamericano y que su liberación fue especialmente exigida por el Departamento de Estado en Washington”. Más aún, escribe MacLean, en Ottawa “Trotsky tenía, y sigue teniendo, una fuerte influencia subterránea. Su poder fue tan grande allí que se libraron órdenes en el sentido de que deberían brindársele todas las consideraciones posibles”.
El tema del informe de MacLean es, de modo bastante evidente, que Trotsky tenía relaciones íntimas con, y probablemente trabajaba para, el Estado Mayor alemán. Mientras relaciones de esa índole han quedado establecidas para Lenin – hasta el punto en que recibió subsidios y su regreso a Rusia fue facilitado por los alemanes – parece ser cierto que Trotsky fue asistido de un modo similar. Los 10.000 dólares que Trotsky traía de Nueva York provenían de fuentes alemanas y un documento recientemente liberado en los archivos del Departamento de Estado norteamericano dice lo siguiente:
Marzo 9, 1918 a: Consul Americano, Valdivostok de Polk, Secretario de Estado Actuante, Washington D.C.
Para vuestra información confidencial y pronta atención: lo siguiente es la esencia del mensaje del 12 de Enero de von Schanz del Banco Imperial Alemán a Trotsky, cito: el banco imperial accede apropiación del crédito de personal general de cinco millones de rublos a efectos de enviar asistente jefe comisionado naval Kudrisheff a Lejano Oriente.
Este mensaje sugiere algún vínculo entre Trotsky y los alemanes en Enero de 1918, un tiempo en el cual Trotsky estaba proponiendo una alianza con Occidente. El Departamento de Estado no indica la procedencia del telegrama, sólo que su origen es el “War College Staff”. El Departamento de Estado de hecho trató al mensaje como auténtico y actuó sobre la base de su asumida autenticidad. Y es consistente con la temática general del artículo del Coronel MacLean.
LAS INTENCIONES Y LOS OBJETIVOS DE TROTSKYEn consecuencia, podemos inferir la siguiente secuencia de acontecimientos: Trotsky viajó de Nueva York a Petrogrado con un pasaporte emitido gracias a la intervención de Woodrow Wilson y con la declarada intención de “llevar adelante” la revolución. El gobierno británico fue el promotor inmediato de la liberación de Trotsky de la custodia canadiense en Abril de 1917, pero pueden muy bien haber habido “presiones”. Lincoln Steffens, un comunista norteamericano, actuó como vínculo entre Wilson y Charles R. Crane y también entre Crane y Trotsky. Más allá de ello, si bien Crane no ocupaba ningún puesto oficial, su hijo era el asistente confidencial del Secretario de Estado Robert Lansing y Crane padre tenía a disposición informes actualizados y detallados sobre el progreso de la revolución bolchevique. Más aún, el embajador William Dodd (embajador norteamericano en Alemania durante la era de Hitler) dijo que Crane tuvo un papel activo en la fase de la revolución que presidió Kerensky. Las cartas de Steffens confirman que Crane consideraba a la fase Kerensky solamente como un paso hacia una revolución que proseguía.
La cuestión interesante, sin embargo, no es tanto la comunicación entre personas tan disímiles como Crane, Steffens, Trotsky y Woodrow Wilson sino la existencia de al menos cierta medida de consenso en cuanto al procedimiento a seguir – esto es: al Gobierno Provisional se lo consideraba “provisional” y la “re-revolución” era lo que estaba por venir.
Del otro lado de la moneda, una interpretación de las intenciones de Trotsky debería hacerse con cautela: el hombre era amigo de partidas dobles. La documentación oficial claramente demuestra acciones contradictorias. Por ejemplo, la División de Asuntos del Lejano Oriente del Departamento de Estado norteamericano recibió el 23 de Marzo de 1918 dos informes relacionados con Trostky; ambos son inconsistentes entre si. Uno de ellos, fechado el 20 de Marzo en Moscú, tiene su origen en el diario ruso Russkoe Slovo. El infome cita una entrevista con Trotsky en la cual afirma que una alianza con los Estados Unidos es imposible:
La Rusia de los Soviets no puede alinearse ... con la América capitalista porque esto sería una traición. Es posible que los norteamericanos busquen tal acercamiento con nosotros, impulsados por su antagonismo hacia Japón, pero en cualquier caso no puede haber una cuestión de alianza de ninguna naturaleza entre nosotros con una nación burguesa. [24]
El otro informe, también originado en Moscú, es un mensaje fechado el 17 de Marzo de 1918 – vale decir, tres días antes – y proviene del embajador Francis: “Trotsky requiere cinco oficiales norteamericanos como inspectores del ejército ahora bajo organización para defensa y requiere también personal ferroviario operativo y equipamiento.” [25]
Esta solicitud a los EE.UU. es, por supuesto, inconsistente con el rechazo de una “alianza”.
Antes de dejar a Trotsky, debemos hacer alguna mención a los juicios stalinistas escenificados de los 1930 y, en particular, a las acusaciones de 1938 y el juicio al “Bloque antisoviético de derechistas y trotskystas”. Estas forzadas parodias de proceso judicial, casi unánimemente rechazadas en Occidente, pueden arrojar alguna luz sobre las intenciones de Trotsky.
El núcelo central de la acusación stalinista fue que los trotskystas eran agentes pagados por la internacional capitalista. K. G. Rakovsky, uno de los acusados en 1938, dijo, o fue inducido a decir: “Éramos la vanguardia de la agresión extranjera, del fascismo internacional, y no solamente en la URSS sino también en España, China y a lo largo del mundo.” El resumen de la “corte” contiene la afirmación: “No existe un solo hombre en el mundo que haya traído tanta pena y desgracia al pueblo como Trotsky. Es el agente más vil del fascismo .... [26]
Ahora bien, es posible que éstos no sean más que insultos verbales rutinariamente intercambiados entre los comunistas internacionales de los años 1930 y ’40. Pero también es notable cómo las pistas subyacentes a la auto-acusación son consistentes con la evidencia presentada en este capítulo. Y más allá de ello, como veremos más adelante, Trotsky fue capaz de generar apoyos entre capitalistas internacionales quienes, incidentalmente, también apoyaron a Mussolini y a Hitler. [27]
Mientras consideremos a todos los revolucionarios internacionales y a todos los capitalistas internacionales como enemigos implacables entre si, estaremos perdiendo de vista un hecho crucial: que ciertamente ha habido alguna cooperación operativa entre capitalistas internacionales y revolucionarios, incluyendo a fascistas. Y no hay ninguna razón a priori por la cual debamos descartar a Trotsky como formando parte de esta alianza.
Esta revisión tentativa y limitada quedará detalladamente iluminada cuando revisemos la historia de Michael Gruzenberg, el principal agente bolchevique en Escandinavia quien, bajo el alias de Alexander Gumberg, también fue asesor confidencial del Chase National Bank de Nueva York y más tarde del Floyd Odium de la Atlas Corporation. Este rol dual fue conocido y aceptado tanto por los soviets como por sus empleadores norteamericanos. La historia de Gruzenberg es un caso histórico ejemplar de la revolución internacional aliada con el capitalismo internacional.
Las observaciones del coronel MacLean en cuanto que Trotsky tenía “una fuerte influencia subterránea” y que “su poder fue tan grande que se libraron órdenes en el sentido de que deberían brindársele todas las consideraciones posibles” no son para nada inconsistentes con la intervención de Coulter y Gwatkin a favor del detenido. Ni tampoco, si vamos al caso, con las posteriores acusaciones stalinistas en los juicios escenificados durante los años 1930. Por el otro lado, el único vínculo directo conocido entre Trotsky y la banca internacional es a través de su primo Abram Givatovzo, quien era un banquero privado en Kiev antes de la revolución rusa y en Estocolmo después de la revolución. Si bien Givatovzo se declaraba antibolchevique, de hecho actuó a favor de los soviets en 1918 con transacciones en divisas.
¿Es posible tejer una red internacional a partir de estos hechos? Por de pronto, allí está Trotzky, un revolucionario internacional ruso con conexiones alemanas quien recibe la asistencia de dos supuestos partidarios del gobierno del Príncipe Lvov en Rusia (Aleinikoff y Wolff, residentes en Nueva York). Estos dos encienden la acción de un funcionario liberal de correos canadiense quien a su vez intercede ante un prominente militar británico cumpliendo servicio en Canada. Todos estos son vínculos verificables.
En resumen, los compromisos pueden no ser siempre tales como se los describe, ni como parecen ser. Sin embargo, podemos deducir que Trotsky, Aleinikoff, Wolf, Coulter, y Gwatkin, acuando en pos de un limitado objetivo común, también poseían alguna finalidad superior a las lealtades nacionales o a las etiquetas políticas. Habrá que enfatizar que no existe una prueba absoluta de que esto sea así. Por el momento, es tan sólo una suposición lógica derivada de los hechos. Una lealtad superior a la forjada por un objetivo inmediato común no necesariamente tiene que haber sido más que la emanada de la amistad; si bien esto exige demasiado de nuestra imaginación considerando lo políglota de la combinación. Puede haber sido promovida también por otros motivos. El cuadro está todavía incompleto.
[1] )- Leon Trotsky, “My Life” (New York: Scribner's, 1930), Cap. 22.
[2] )-Joseph Nedava, Trotsky and the Jews (Philadelphia: Jewish Publication Society of America, 1972), p. 163.
[3] )-Senado de los EE.UU., Brewing and Liquor Interests and German and Bolshevik Propaganda (Subcommittee on the Judiciary), 65° Cong., 1919
[4] )- Special Report No. 5, The Russian Soviet Bureau in the United States, Julio 14, 1919, Scotland House, London S.W.I. Copia en el Departamento de Estado de los EE.UU. Decimal File, 316-23-1145
[5] )- New York Times, 5 de Marzo, 1917
[6] )- Lewis Corey, House of Morgan: A Social Biography of the Masters of Money (New York: G. W. Watt, 1930).
[7] )- Morris Hillquit. (originalmente Hillkowitz) había sido el abogado defensor de Johann Most, después del asesinato del Presidente McKinley, y en 1917 era el líder del Partido Socialista de Nueva York. Durante los años 1920s Hillquit se estableció en el mundo bancario de Nueva York al hacerse director y abogado del International Union Bank. Bajo el presidente Franklin D. Roosevelt, Hillquit colaboró en diseñar los códigos NRA para la industria del vestido.
[8] )- New York Times, 16 de Marzo, 1917
[9] )- Departamento de Estado de los EE.UU. Decimal File, 316-85-1002
[10] )- Ibid.
[11] )- Ibid., 861.111/315
[12] )- Lincoln Steffens, Autobiography (New York: Harcourt, Brace, 1931), p. 764. Steffens era el "intermediario" entre Crane y Woodrow Wilson.
[13] )- William Edward Dodd, Ambassador Dodd's Diary, 1933-1938 (New York: Harcourt, Brace, 1941), págs. 42-43
[14] )- Lincoln Steffens, The Letters of Lincoln Steffens (New York: Harcourt, Brace, 1941), p. 396
[15] )- Departamento de Estado de los EE.UU. Decimal File, 861.00/1026
[16] )- Esta sección está basada sobre archivos y documentos del gobierno canadiense.
[17] )- Los memorándums de Gwatkin en los archivos del gobierno canadiense no están firmados sino inicializados con una marca o símbolo críptico. La marca ha sido identificada como perteneciente a Gwatkin porque una carta suya (la del 21 de Abril) conteniendo esa marca críptica fue confirmada.
[18] )- H.J. Morgan, Canadian Men and Women of the Times, 1912, 2 vols. (Toronto: W. Briggs, 1898-1912).
[19] )- Junio 1919, págs. 66a-666. La Librería Pública de Toronto tiene una copia; el número de MacLean's en el cual apareció el artículo del Coronel MacLean's no es fácil de encontrar y se ofrece un breve resumen más adelante.
[20] )- Véase también, Trotsky, My Life, p. 236
[21] )- Véase Apéndice 3
[22] )- Según su propio testimonio, Trotsky no llegó a los Estados Unidos hasta Enero de 1917. El verdadero nombre de Trotsky era Bronstein y se inventó el seudónimo de “Trotsky”. "Bronstein" es alemán y "Trotsky" es más polaco que ruso. Su primer nombre generalmente se indica como "Leon"; sin embargo, el primer libro de Trotsky, que fue publicado en Ginebra, tiene la inicial "N." y no "L."
[23] )- Véase el Apéndice 3. Este documento fue obtenido en 1971 del Foreign Office Británico pero, aparentemente, MacLean tenía conocimiento del mismo.
[24] )- Departamento de Estado de los EE.UU. Decimal File, 861.00/1351
[25] )- Departamento de Estado de los EE.UU. Decimal File, 861.00/1341
[26] )- Report of Court Proceedings in the Case of the Anti-Soviet "Bloc of Rightists and Trotskyites" Heard Before the Military Collegium of the Supreme Court of the USSR (Moscow: People's Commissariat of Justice of the USSR, 1938), p. 293
[27] )- Véase más adelante. Thomas Lamont de los Morgan fue un temprano sostenedor de Mussolini
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