!Nazistas, policías y fascistas!
Así son aquellos, los más dignos representantes de los mitos burgueses de los ”millones de muertos y presos en la Unión Soviética”. El nazista Hearst, el agente de la policía Conquest y el fascista Alexander Solzhenitsyn.
Conquest ha tenido el papel principal, siendo sus informaciones utilizadas por los medios de comunicación capitalistas en todo el mundo y formando incluso una escuela dentro de ciertas Universidades. El trabajo de Conquest es sin duda un trabajo de desinformación policial de primera clase.
En la década de 1970, Conquest otorga una gran ayuda a Solzhenitsyn y a una serie de figuras de segunda categoría como por ejemplo: Andrei Sakharov y Roy Medvedev. Todos ellos aparecen esporádicamente por todo el mundo como especuladores en muertos y presos a quienes la prensa burguesa siempre pagó el precio en oro.
Pero, la realidad de los hechos fue por fin presentada y muestra la verdadera cara de todos estos falsificadores de la historia. La órden de Gorbatchov de abrir los archivos secretos del partido a las investigaciones históricas tuvo consecuencias que nadie pudo prever.
Los archivos muestran las mentiras de la propaganda.
Las especulaciones sobre los millones de muertos era una parte de la guerra sucia de propaganda en contra de la URSS y es por esto que los desmentidos y esclarecimientos oficiales de los soviéticos nunca fueron tomados en serio y jamás tuvieron espacio en la prensa capitalista. Los desmentidos soviéticos eran motivo de burla debido a que los ”especialistas” comprados por el capital tenían todo el espacio necesario para difundir sus fantasías puesto que ¡fantasías eran en realidad!
Lo que todos los millones de muertos y prisioneros mencionados por Conquest y otros ”críticos” tenían en común, es que son productos de aproximaciones y métodos de tipo casero.
Métodos falsos
Conquest, Solzhenitsyn, Medvedev y otros utilizaban la estadística publicada por la URSS como por ejemplo: los censos nacionales de población a los que sumaban un supuesto aumento de la población sin tener en cuenta la situación real existente en el pais. Así llegaron a la conclusión de cuantas personas debían de haber en el pais al final de ciertos años. Las personas que faltaban eran presentadas como muertos y presos a cuenta del socialismo. Un método simple, pero totalmente falso.
Este tipo de ”revelaciones” de acontecimientos políticos tan importantes nunca sería aceptada si las revelaciones fuesen sobre el mundo occidental. En ese caso, hubiese habido con toda certeza, profesores e historiadores que se alzarían en contra de tales engaños. Pero como la que estaba en cuestión era la Unión Soviética, entonces la falsificación podía dejarse pasar.
Uno de los motivos es, ciertamente, que los profesores e historiadores anteponen las posibilidades de avanzar en sus carreras profesionales a su honradez profesional.
En cifras: ¿cuáles fueron al final las conclusiones de los ”críticos”? Según Robert Conquest (en una evaluación hecha en 1961) murieron de hambre 6 millones de personas en la URSS a pricipios de la década de los años 30. Esta cifra fue aumentada por Conquest a 14 millones en 1986.
Según Conquest, en lo que respecta a los campos de trabajo (Gulag), estaban allí detenidos 5 millones de prisioneros antes del comienzo de las depuraciones en el partido, en el ejército y en el Estado (en 1937). Después de comenzadas las depuraciones llegaron más de 7 millones de prisioneros durante 1937 y 38, haciendo un resultado total de ¡12 millones de presos en estos campos de trabajo en 1939!
El lector debe tener en claro que los 12 millones de Conquest ¡son solamente presos políticos! Según Conquest, en los Gulag habían también delincuentes comunes los cuales eran una cantidad mayor que los presos políticos. Esto significa que habían de 25 a 30 millones de presos en los campos de trabajo de la URSS. También según Conquest, fueron ejecutados entre 1937 y 39 un millón de presos políticos mientras que 2 millones se morían de hambre. Según Conquest, el resultado final de las depuraciones de 1937 al 39: ¡9 millones de presos políticos y 3 millones de muertos!
Estas cifras fueron inmediatamente sometidas a ”apreciaciones estadisticas” por Conquest para llegar a la conclusión de que los bolcheviques habían matado nada menos que 12 millones de presos políticos desde 1930 al 1953. Sumando estas cifras a los muertos por el hambre en los años 30, Conquest llega a la conclusión de que los bolcheviques habían matado 26 millones de personas. En una última apreciación estadística dice Conquest: ”¡En 1950 habían 12 millones de presos políticos en la URSS!
Alexander Solzhenitsyn utilizó más o menos las mismas apreciaciones estadísticas de Conquest, pero esta vez usando los métodos pseudo-científicos con nuevas suposiciones. Con otras premisas llega a conclusiones aún más extremas.
Solzhenitsyn acepta las cifras de Conquest de 6 millones de muertos de hambre en 1932 y 1933. Mientras tanto, con respecto a las depuraciones de 1936 al 39, Solzhenitsyn considera que murieron un mínimo de ¡un millón por año!
Haciendo un resumen, nos dice que desde las colectivizaciones en la agricultura hasta la muerte de Stalin en 1953, los comunistas habían matado 66 millones de personas en la Unión Soviética. Además de esto, acusa como culpable al gobierno soviético por la muerte de 44 millones de rusos que según sus afirmaciones murieron en la Segunda Guerra mundial.
La conclusión de Solzhenitsyn es que ”110 millones de rusos murieron víctimas del socialismo”. En lo que respecta a los presos, Solzhenitsyn nos dice que el número de personas en los campos de trabajo en 1953 era de ¡25 millones!
Gorbatchov abre los archivos
La colección de cifras fantásticas anteriormente presentadas (producto de fantasías muy bien pagadas), han salido en la prensa burguesa desde la década de los años 60, siendo siempre presentadas como hechos verídicos obtenidos en base a métodos científicos.
Detrás de estas falsificaciones estan las policías políticas occidentales principalmente la CIA de los Estados Unidos y el MI 5 de Inglaterra.
La influencia de los medios de comunicación es tan grande que hoy las cifras son consideradas como auténticas en grandes sectores de la población de los países occidentales.
Esta situación lamentablemente ha empeorado. En la propia URSS, donde Solzhenitsyn y otros ”críticos” como por ejemplo, Andrei Sakharov y Roy Medvedev no encontraban un respaldo a esas cifras fantásticas, hubo un cambio significativo en 1990.
En la nueva ”prensa libre” durante el período de Gorbatchov todo lo que se le imputaba al socialismo era presentado como positivo. Esto tuvo consecuencias desastrosas. Una inflación sin igual aumentó la cantidad de muertos y prisioneros durante el socialismo que ahora se mezclaban con un solo grupo de decenas de millones de ”víctimas” de los comunistas.
La histeria en la nueva prensa libre de Gorbatchov realzó las mentiras de Conquest y Solzhenitsyn. Al mismo tiempo fueron abiertos por Gorbatchov los archivos del Comité Central a las investigaciones históricas lo cual era exigido por la prensa libre.
La apertura de los archivos del Comité Central del partido comunista es en realidad la cuestión central de esta historia confusa. Esto por dos razones: por una parte, porque en los archivos se encontraban los datos que podían esclarecer la verdad y por otra parte, aún más importante, porque todos los especuladores en muertos y presos de la URSS han dicho durante años y años que el día que los archivos fuesen abiertos, las cifras por ellos presentadas serían confirmadas. Todos ellos afirmaron que así sería. Conquest, Solzhenitsyn, Medvedev y los demás, pero cuando los archivos fueron abiertos y los estudios de los documentos existentes comenzaron a ser publicados, aconteció algo muy extraño. ¡Ni la prensa libre de Gorbatchov ni los especuladores en presos y muertos estaban interesados en los achivos!
Los resultados de las investigaciones hechas en los archivos del Comité Central por los historiadores rusos Zemskov, Dougin y Xlevnjuk y que comenzaron a publicarse en 1990 en revistas científicas, ¡pasaron totalmente desapercibidos!
Los informes con los resultados de las investigaciones históricas iban en contra de la corriente inflacionaria de muertos y presos de la prensa libre. Estos resultados permanecen desconocidos. Los informes fueron publicados en revistas científicas de poco tiraje, prácticamente desconocidas para el gran público. Por lo tanto los informes científicos no podían concurrir con la histeria de la prensa, ganando las mentiras Conquest y Solzhenitsyn apoyo en muchos sectores de la población de la URSS, la actual Rusia.
También en Occidente pasaron desapercibidos los informes de los investigadores rusos sobre el sistema correccional durante la época de Stalin, sin noticias en primera plana o reportajes en la televisión. ¿Porqué?
¿Qué dicen los informes de los investigadores rusos?
Los informes de los investigadores del sistema correccional soviético son expuestos en un trabajo de alrededor de 9.000 páginas. Son varios los investigadores que escribieron estos informes, siendo los historiadores más conocidos los rusos V.M.Zemskov, A.M. Dougin y O.V.Xlevnjuk. Sus trabajos comenzaron a publicarse en 1990, estando practicamente acabados y publicados en Rusia en 1993.
Los informes de los investigadores llegaron a conocimiento de Occidente. Los trabajos conocidos por el autor de este texto son: Un trabajo presentado en Francia en la revista L´Histoire (septiembre de 1993) por Nicolas Werth, jefe investigador del instituto francés de investigaciones científicas CNRS (Centre National de la Researche Scientifique) y el trabajo publicado en los EEUU en la revista The American Historial Review por J.Arch Getty, profesor de historia de la Universidad River Side de California en conjunto con G.T.Rettersporn, investigador del instituto francés CNRS y el investigador ruso V.N.Zemskov del Instituto de Historia Rusa de la Academia de las Ciencias de Rusia.
También existen hoy en día libros sobre el tema, escritos por los investigadores arriba mencionados o bien, por otros investigadores de los mismos grupos de investigaciones.
Antes de entrar en el tema quiero dejar en claro, para que no haya confusiones a futuro, que ninguno de los científicos que participaron en estos trabajos tienen una visión socialista del mundo. Muchas veces son bastante reaccionarios.
Esto lo digo para que el lector no piense que todo esto es producto de una ”conspiración comunista”. Lo que sucede es que los investigadores anteriormente mencionados deshacen completamente las mentiras de Conquest, Solzhenitsyn, Medvedev y otros, poniendo de hecho, simplemente, la honradez profesional en primer lugar y no dejándose comprar para los efectos de la propaganda.
Los informes de las investigaciones rusas dan respuesta a una gran cantidad de preguntas sobre el sistema correccional soviético.
Para nosotros es la época de Stalin la más interesante para estudiar. Es allí donde está la razón de la discusión.
Algunas preguntas concretas procuramos responder del material de las revistas L´Histoire (LH) y de The American Historical Review (AHR). Esta será la mejor manera de poner al debate alguna de las partes más importantes del sistema correccional soviético. Las preguntas son las siguientes:
1.-¿Qué es lo que era el sistema correccional soviético?
2.-¿Cuál era el número de presos ”políticos” y delincuentes comunes?
3.-¿Cuántos muertos hubieron en los campos de trabajo?
4.-¿Cuántos fueron los condenados a muerte hasta el año 1953 y en especial
durante las depuraciones de 1937 y 38?
5.-¿Cuál era generalmente el tiempo de reclusión?
Después de haber respondido a estas 5 preguntas ponemos en discusión las penas impuestas a los dos grupos más debatidos cuando se trata de los presos y muertos en la URSS, siendo esos los Kulakos, condenados en 1930 y los contrarevolucionarios de 1936 al 38.
Los campos de trabajo en el sistema correccional.Comenzamos con la primera pregunta sobre el sistema correccional soviético. Después de 1930, el sistema correccional soviético contaba con prisiones, campos y colonias de trabajo de los Gulag, zonas especiales abiertas y pago de multas.
Las personas que eran arrestadas generalmente eran enviadas a las cárceles comunes en tanto se hacían las investigaciones que podían demostrar su inocensia recuperando la libertad, o bien, eran llevadas al tribunal de justicia. En caso de ser pasado al tribunal, el acusado podía ser declarado inocente y quedar en libertad o, en caso de que fuera declarado culpable podía ser condenado a una pena de multa, de prisión o, en casos más exepcionales, a la pena de muerte.
Las multas podían ser un cierto porcentaje del salario durante un cierto tiempo.
Los condenados a prisión podían ser enviados a diferentes tipos de cárceles dependiendo del tipo de delito cometido.A los campos de trabajo Gulag
iban los criminales por delitos graves (homicidios, robos, violaciones, delitos economicos, etc) y una gran parte de los condenados por actividades contrarevolucionarias. Otros delincuentes con penas superiores a 3 años podían ser también recluidos en esos campos.
Después de un tiempo en un campo de trabajo, el preso podía ser traladado a una colonia de trabajo, o bien, a una zona especial abierta.
Los campos de trabajo eran zonas muy extensas donde los condenados vivían y trabajaban bajo gran control.
Trabajar y no ser un peso para la sociedad era otra cosa evidente. Ninguna persona se lo pasaba sin trabajar. Puede ser que alguien hoy en día piense que esto es terrible, pero la realidad era así.
Existían 53 campos de trabajo y
425 colonias de trabajo Gulag en 1940.
Estas últimas eran unidades más pequeñas que los campos de trabajo, con un régimen más liberal y con menos control. Allí iban los presos con penas de prisión más cortas. Tanto delincuentes comunes como políticos trabajaban en libertad en las fábricas y en la agricultura que era una parte de la economía de la sociedad civil.
En la mayoría de los casos el salario de esos trabajos transformaba por entero a los condenados igualándolos a los otros trabajadores.
Las zonas especiales abiertas eran generalmente zonas agrícolas donde se exiliaba a los Kulakos que habían sido expropiados durante la colectivización de las tierras. Otros condenados por penas menores o actividades contrarevolucionarias podían también cumplir las penas en estas zonas.
¡450 mil y no 9 millones!
Segunda pregunta. ¿Cuál era el número de presos políticos y por delitos comunes? Esta pregunta incluye a los presos en los campos y colonias de trabajo, Gulag y en las cárceles aunque
teniendo en cuenta que la privación de libertad en las colonias de trabajo era en la mayoría de los casos de reducida duración.
Veamos las cifras de AHR en el cuadro de abajo respecto al período de 20 años a partir de 1934 cuando el sistema correccional fue centralizado en una sola administración y hasta 1953 cuando Stalin falleció.
Tabla de The American Historical Review
De la tabla de estadisticas se puede sacar una serie de conclusiones. Para comenzar podemos comparar las cifras del gráfico con las cifras de Conquest.
En 1939
-dice Conquest- habían 9 millones de presos políticos en los campos de trabajo y otros 3 millones habían muerto durante el período de 1937 al 39. No olvide el lector que estas cifras se refieren solamente a los presos políticosAdemás de esos -nos dice Conquest- que los presos por delitos comunes eran mucho mayor que las cifras de presos ”políticos”.
En el año 1950 decía Conquest que habían ¡12 millones de presos políticos!Con los datos en la mano podemos ver ahora a Conquest
como el falsificador que es en la realidad. No hay ninguna cifra que corresponda a la realidad.
En 1939 habían en todos los campos, colonias y prisiones cerca de 2 millones de presos. De esos eran 454 mil condenados por delitos políticos y no 9 millones como Conquest afirma.
Los muertos en los campos de trabajo desde 1937 a 1939 fueron cerca de 160.000 (PRESOS TOTALES)y no 3 millones como dice Conquest.
En el año 1950 había en los campos de trabajo 578 mil presos por delitos políticos y no 12 millones.
El lector no debe olvidar que Robert Conquest es aún una de las fuentes más importantes de la propaganda de derecha en contra del comunismo.
Para los pseudo-intelectuales de derecha, Conquest es como un dios. En lo que respecta a las cifras de Alexander Solzhenitsyn (60 millones de muertos en los campos de trabajo), no hay necesidad de comentarios. Lo ridículo de esta afirmacion es evidente. Solo una mente enferma puede afirmar tales fantasías.
Dejemos ahora a los falsificadores y hagamos un análisis concreto de las estadísticas de los Gulag.
La primera cuestión que se puede hacer es pensar en la cantidad de personas en el sistema correccional. ¿Qué significado tiene una cifra tan elevada de 2,5 millones? Cada persona encarcelada es testimonio de que la sociedad aún no se ha desarrollado para dar a cada persona lo necesario para una vida positiva.Viendo las cosas de esta manera son los 2,5 millones una muestra negativa de la sociedad.
La amenaza interna y externa.
A las cifras de personas recluidas en el sistema correccional hay que darle una explicación más concreta.
La Unión Soviética era un país que recientemente había dejado el feudalismo y la herencia social en lo que respecta a los valores humanos eran muchas veces un peso para la sociedad. En el sistema anterior con los Zares, los trabajadores eran obligados a vivir en una profunda miseria y la vida humana no tenía mucho valor. Robos y crímenes violentos eran penados con una violencia sin límites. Las insurrecciones en contra de la monarquía terminaban habitualmente en masacres, con condenados a muerte y penas largas de prisión.Estas relaciones sociales y la manera de pensar relacionadas con ellas, llevan mucho tiempo para combatirlas lo cual influenció en el desarrollo de la sociedad y también en la criminalidad del país.
Otro factor a tener en cuenta es que la URSS, un país que
en los años 30 tenía una población de 160/170 millones de habitantes, estaba fuertemente amenazada por potencias extranjeras.
En base a los grandes cambios políticos en Europa en la década de 1930, la principal amenaza de guerra provenía de la Alemania nazi (amenaza contra la sobrevivencia de los pueblos eslavos), constituyendo también las democracias occidentales un bloque con inteciones intervencionistas.
Esta situación muy seria fue resumida por Stalin en 1931 con las siguientes palabras:
”Estamos atrasados de 50 a 100 años en relación con los países avanzados. Tenemos que recorrer esta distancia en 10 años. O bien, lo hacemos o sino seremos arrasados”. Diez años después, el 22 de junio de 1941 la URSS fue invadida por la Alemania nazi y sus aliados. La sociedad soviética fue obligada a grandes esfuerzos durante el decenio de 1930 y 40, siendo la mayor parte de los recursos utilizados en los preparativos de defensa para la guerra contra los nazistas.
Esto hace que las personas tuviesen una vida de trabajo sin grandes compensaciones a nivel personal. La reforma de 7 horas de trabajo diario tuvo que ser derogada en 1937 y, en 1939 eran casi todos los domingos día de trabajo.
En un período difícil como este en que una gran guerra determinó el desarrollo social durante 2 decenios (1930 y 40), una guerra que costo a la URSS 25 millones de vidas perdidas y la mitad del país
en ruinas, se originó delincuencia cuando las personas se tentaban con aquello que la vida no les
podía dar.
Durante este tiempo muy difícil en la URSS, había como máximo 2,5 millones de personas en el sistema correccional, osea, 2,4% de la población adulta. ¿Cómo avaluar estas cifras? ¿Son cifras elevadas? Hagamos una comparación.
Mas presos en los EEUU
Por ejemplo: en los Estados Unidos de Norteamerica -país con 252 millones de habitantes en 1996- el pais más rico del planeta y que consume el 60% de los recursos mundiales, ¿cuántas personas hay en el sistema correccional? ¿Cuál es la situación en este país que no está amenazado por ninguna guerra y donde no existen cambios sociales que pudieran amenazar la estabilidad económica?
En una noticia muy pequeña en los periódicos (agosto de 1997), la agencia de noticias FLT-AP decía que en los EEUU ”nunca anteriormente habían existido tantas personas en el sistema correccional, 5,5 millones en 1996”. Esto representa un aumento de 200.000 personas desde 1995 y hace que el número de delincuentes en los EE UU ”sea el 2,8% de la población adulta”. Estos datos vienen del
Departamento de Justicia norteamericano. El número de personas condenadas por delinquir en los EEUU es hoy superior a los 3 millones que fue el ¡máximo en la URSS! Ahí hubo un máximo de 2,4% de la población adulta condenada por crímenes. ¡En los EEUU hay 2,8% y esa cantidad continúa cresciendo!
Según el comunicado del Departamento de Justicia de los EEUU aparecido en la prensa del 18 de enero de 1998, aumentó en 96.100 personas el número de presos en 1997.
En lo que respecta a los campos de trabajo soviéticos, es verdad que era un régimen duro y difícil para los presos, pero debemos ver cómo es hoy la situación en las cárceles de los EEUU donde existe violencia, drogas, prostitución y esclavitud sexual (290.000 violacionesal año entre los presos). ¡Nadie se siente seguro en las prisiones de los EEUU! ¡Esto en la actualidad en la sociedad mas rica jamás vista!
Un factor importante: la falta de medicinas.
Respondamos ahora a la tercera pregunta. ¿Cuántos fueron los muertos en los campos de trabajo?
Los casos de muerte en los campos varían mucho de año a año, de 5,2% en 1934 a 0,3% en 1953. Estas muertes en los campos eran causadas por la falta de recursos en la sociedad. En primer lugar, por la falta de medicinas para combatir las epidemias.
Este problema no era específico de estos campos sino que existía igualmente en la sociedad en general como también en la mayoría de los países del mundo.
Después que los antibióticos fueron descubiertos y comenzaron a utilizarse después de la Segunda Guerra mundial, la situación se modificó radicalmente. En realidad, los años más difíciles fueron los años de guerra cuando la barbarie del nazismo obligó a todos los ciudadanos soviéticos a vivir una vida muy difícil.
Durante esos 4 años murieron en los campos de trabajo más de medio millón de presos lo que es más de la mitad de todos los muertos durante 20 años. No olvidemos que en el mismo período de la guerra murieron 25 millones de personas en la sociedad libre.
Cuando las condiciones en la URSS mejoraron en el decenio de los años 50 y con el uso de los antibióticos disminuyó el número de muertos a un 0,3% entre los presos.
Veamos ahora la cuarta pregunta. ¿Cuántos fueron los condenados a muerte hasta 1953 y en especial, durante las depuraciones de 1937 y 38?
Ya hemos visto las cifras de Robert Conquest de 12 millones de presos políticos que los bolcheviques habrían matado en los campos de trabajo, desde 1930 a 1953, de los cuales un millón entre 1937 y 1938.
Las cifras de Solzhenitsyn son de decenas de millones de muertos en estos campos y de los cuales 3 millones fueron muertos en 1937 y 1938. Pero, han habido cifras más elevadas citadas en la propaganda suya en contra de la URSS.
La rusa Olga Shatunovskaja por ejemplo, nos da una cifra de ¡7 millones de muertos en las depuraciones de 1937 y 38! Pero los documentos que ahora son publicados sacados de los archivos soviéticos nos dan una información diferente.
En primer lugar, es preciso decir que las cifras de los condenados a muerte se encontraron en varios archivos y los investigadores se vieron obligados a recoger datos con un cierto riesgo de contar doble y darnos una cifra mayor de lo que fue en la realidad.
Según Dimitri Volkogonov, nombrado por Jeltsin como jefe de los antiguos archivos soviéticos, fueron condenados a muerte 30 514 personas por los tribunales militares desde el primero de octubre de 1936 al 30 de septiembre de 1938.
Otra información que ahora existe viene de la KGB. Según una información en la prensa (en febrero de 1990), habían sido condenadas a muerte 786.000 personas por delitos contra la revolución durante los 23 años del período que comprende desde 1930 hasta 1953. De esos habían sido condenados 681.692 en 1937 y 38.
No hay posibilidades de hacer un control de las informaciones que la KGB nos entrega, pero esta última afirmación es dudosa. Sería muy extraño tantos condenados en 2 años. ¿No será que la actual KGB pro-capitalista nos da una información correcta de la KGB pro-socialista? En todo caso viene a verificar que las estadísticas que son la base de las informaciones de la KGB nos muestran que las cifras mencionadas sobre los condenados a muerte durante esos 23 años se refieren a delincuentes comunes y contrarevolucionarios y no solamente a contrarevolucionarios como la KGB pro-capitalista se refirió en la informacion de febrero de 1990.
De los archivos se saca también la conclusión de que las cifras de delincuentes condenados a muerte era apróximadamente igual al número de delincuentes comunes y contrarevolucionarios. La conclusión a que podemos llegar es que el número de condenados a muerte entre 1936 y 1938 fue alrededor de 100.000 y no de varios millones como han sido presentados en la propaganda occidental.
Es preciso también tener en cuenta que no todos los condenados a muerte en la URSS eran ejecutados. Una gran parte de ellos pasaban a penas de prisión en los campos de trabajo. También es importante hacer una diferencia entre los delincuentes comunes y los contrarevolucionarios. Muchos de los condenados a muerte eran delincuentes condenados por delitos de violencia como son: asaltos y violaciones. Estos tipos de delitos hace 60 años atrás eran penados con sentencias de muerte en la mayoría de los países del mundo.
La quinta pregunta. ¿Cuál fue en general el tiempo de reclusión? El tiempo de prisión de los condenados es una de las cuestiones en que los rumores de la propaganda occidental han sido
peores. La descripción general es que estar preso en la Unión Soviética significaba que el que entraba en prisión ya no salía más. !Esto es completamente falso!
En realidad, la gran mayoría de los presos en el tiempo de Stalin fueron condenados al máximo de ¡5 años de prisión!
La estadística de AHR nos entrega datos concretos. Los delincuentes comunes en la Federación Rusa en 1936 recibieron las siguientes penas de prisión:
Hasta 5 años: 82,4 porciento.
De 5 a 10 años: 17,6% (10 años, pena máxima de prisión hasta 1937)
Los delincuentes políticos condenados en los tribunales civiles en 1936 recibieron las siguientes penas de prisión:
Hasta 5 años: 44,2 pociento
De 5 a 10 años: 50,7 porciento
En lo que respecta a los condenados en los Gulag donde las penas mayores eran cumplidas, la estadística de enero de 1940 era la siguiente:
Hasta 5 años: 56,8 %.
De 5 a 10 años: 42, 2 %
Más de 10 años: 1,0 %
Para el año 1939 tenemos estadísticas de los tribunales de la Unión Soviética. La distribución de las penas de prisión es la siguiente:
Hasta 5 añös: 95,9 %
De 5 a 10 años: 4,0 %
Más de 10 años: 0,1 %
Como vemos es la supuesta perpetuidad del tiempo de prisión en la URSS es un mito respaldado en Occidente para combatir el socialismo.
Las mentiras sobre la URSS: Un breve debate sobre los informes de los investigadores.
Las investigaciones de los historiadores rusos revelan una realidad totalmente diferente de la que ha sido enseñada en las escuelas y Universidades del mundo capitalista durante los últimos 50 años.
Durante esos años de guerra fría fueron varias las generaciones que aprendieron mentiras sobre la Unión Soviética y esto ha dejado huellas profundas en muchas personas. Este hecho constatado también se verifica en los informes de los investigadores franceses y norteamericanos.
Estos informes nos entregan cifras y tablas con estadísticas sobre presos y muertos, discutiéndose esas cifras en un trabajo de gran amplitud, pero lo principal y más importante, los crímenes cometidos por los presos ¡nunca es tema de discusión seria!
La propaganda política de los capitalistas siempre se ha referido a los presos en la URSS como víctimas y los investigadores utilizan este término sin poner en cuestión su veracidad.
Cuando los investigadores pasan de las estadísticas a los comentarios sobre los acontecimientos, salen a relucir las concepciones burguesas y el resultado es a veces macabro. Los condenados en el sistema correccional soviético son asesinos, violadores, etc. Delincuentes de este tipo nunca serían tratados como víctimas en la prensa si los crímenes hubiesen sido cometidos en Europa o en los EEUU, pero como los crímenes fueron cometidos en la URSS todo es posible.
Llamar víctima a un asesino o violador reincidente en estos delitos es muy sucio. Tomar posición por la justicia soviética en lo que respecta a los delincuentes comunes condenados por crímenes violentos debería ser evidente, si no en el tipo de pena, por lo menos en lo referente a condenar el crímen.
Los Kulakos y la contrarevolución.
En lo que respecta a los contrarevolucionarios es también importante discutir acerca de los crímenes por los cuales fueron acusados. Tomemos dos ejemplos para mostrar el fondo de la cuestión.
En primer lugar los Kulakos condenados a comienzos de la década de los años 30 y después los conjurados y contrarevolucionarios condenados en 1936 a 1938.
Según los informes publicados sobre los Kulakos (campesinos ricos), fueron 381.000 familias, osea, cerca de 1,8 millones de personas condenadas al exilio. Una pequeña parte de estas fueron personas condenadas a penas en los campos y colonias de trabajo. Pero ¿Cuál fue la causa de las condenas de esos Kulakos?
El campesino rico sometió a los campesinos pobres durante centenas de años a una opresión sin límites y a una explotación sin consideraciones. De los 120 millones de campesinos en 1927, vivían 10 millones de Kulakos en la abundancia y 110 millones en la pobreza, en la más completa miseria antes de la revolución.
La riqueza de los Kulakos venía del trabajo mal pagado a los campesinos pobres. Cuando los campesinos pobres comenzaron a organizarse en colectivos agrícolas desapareció así la principal fuente de riqueza de los Kulakos. Pero los Kulakos no desistieron en sus intentos de retomar la explotación através del hambre. Grupos de Kulakos armados atacaban los colectivos agrícolas, mataban campesinos pobres y funcionarios del partido, prendían fuego a los sembrados mataban los animales de trabajo y provocando el hambre entre los campesinos pobres, intentaban asegurar la continuación de la pobreza y de sus posiciones de poder.
Los acontecimientos que se sucedieron no fueron los que los asesinos habían pensado. Esta vez los campesinos pobres eran apoyados por la revolución y eran más fuertes que los Kulakos que fueron derrotados, presos y condenados al exilio o a penas en los campos de trabajo.
De los 10 millones de Kulakos, 1,8 millones fueron condenados. Hubo talvés injusticias en esta enorme lucha de clases que incluyó a 120 millones de personas en el campo soviético. Pero ¿podemos acusar a los pobres y oprimidos en su lucha por una vida que valga la pena de vivir? ¿Podemos acusarlos de no ser civilizados o no tener clemencia en sus juicios durante su lucha para que sus hijos no fuesen analfabetos con hambre? ¿Acaso se puede acusar de ser no ser civilizados a los que durante centenas de años nunca tuvieron acceso a los avances de la civilización?
Y digamos ¿Cuándo fue la clase explotadora de los Kulakos civilizada o clemente para con los campesinos pobres durante los años de la explotación?
Las depuraciones de 1937.
Nuestro segundo ejemplo, sobre los contrarevolucionarios condenados en los juicios de 1936 al 38 después de las depuraciones en el partido, en el ejército y en el aparato estatal, tiene raices en la historia del movimiento revolucionario en Rusia.
Millones de personas participaron en la lucha victoriosa en contra del Zar y la burguesía rusa, ingresando muchos de ellos al partido comunista. Entre todas esas personas estaban desgraciadamente los que habían ingresado al partido por razones que no eran la lucha por el poder proletario y por el socialismo. Pero la lucha de clases era tal que muchas veces no había tiempo ni posibilidades para poner a prueba los militantes. Hasta los mismos militantes de otros partidos que se decían socialistas y que habían combatido al partido bolchevique fueron aceptados en el partido comunista.
A una parte de esos nuevos militantes fueron otorgados puestos importantes en el partido bolchevique, en el Estado y en el Ejército, dependiendo todo de sus capacidades individuales para conducir la lucha de clases.
Eran tiempos muy difíciles para el jóven Estado soviético y la gran falta de cuadros o simplemente de personas que supiesen leer, obligaba al partido a no poner grandes exigencias en lo que respecta a las cualidades de los nuevos militantes y cuadros.
De todos estos problemas se creó con el tiempo una contradicción que dividió al partido en dos campos. Por un lado los que querían avanzar en la lucha por la sociedad socialista y por otro lado, los que consideraban que aún no habían condiciones para realizar el socialismo y que propugnaban una politica socialdemócrata.
El orígen de estas últimas ideas venía de Trotsky que había entrado al partido comunista en julio de 1917. Trotsky fue con el tiempo obteniendo apoyo de algunos de los bolcheviques más conocidos.
Esta Oposición Unida en contra de los ideales bolcheviques originales, era una de las oposiciones en las votaciones partidarias sobre la politica a seguir por el partido y realizada el 27 de diciembre de 1927.
Antes de esta votación se había llevado a cabo durante varios años una gran discusión partidaria y no hay duda sobre el resultado. De los 725.000 votos, la oposición solo consiguió 6.000, osea, menos del 1% de los militantes del partido apoyaron a la Oposición Unida.
A consecuencia de la votación y una vez que la oposición trabajaba por una política diferente en el partido, el Comité Central del partido comunista decidió expulsar del partido a los principales dirigentes de la oposición. La persona principal de esta oposición -Trotsky- fue expulsado de la URSS.
Pero la historia de la oposición no terminó aquí. Sinoviev, Kamanjev y Edokinov hicieron poco después una autocrítica al igual que varios de los principales trotskistas como por ejemplo: Pjatakov, Radek, Preobrajenski y Smirnof. Todos ellos fueron nuevamente aceptados como militantes del partido y recuperaron sus trabajos en el partido y el el Estado.
Con el tiempo se descubrió que la autocrítica de la oposición no era una expresión sincera, estando los principales miembros de la Oposición Unida al lado de la contrarevolución cada vez que la lucha de clases se agudizaba en la URSS.
La mayoría de los opositores fueron expulsados y readmitidos más de una vez antes que la decisión final fue tomada en 1937 y 1938.
Sabotaje industrial.
El asesinato de Kirov, presidente del partido en Leningrado y una de las personas más importantes del Comité Central (en diciembre de 1934), dió orígen al descubrimiento de una organización secreta que preparaba una conspiración para tomar cargos de dirección en el partido y el gobierno del país através de acciones violentas.
La lucha política que habían perdido en 1927 querían ahora ganar por medio de la violencia organizada en contra del Estado. La organización tenía una red de apoyo en el partido, en el ejército y en el aparato estatal en todo el país, siendo las actividades más importantes el sabotaje industrial, el terrorismo y la corrupción. Trotsky, el principal inspirador de la oposición dirigía las actividades desde el extranjero.
El sabotaje industrial causaba una pérdida terrible para el Estado soviético con un costo económico enorme como por ejemplo, para las máquinas importadas que se estropeaban sin posibilidades de reparación y una enorme baja de la productividad de las minas y las fábricas.
Una de las personas que en 1939 descubrieron el problema fue el ingeniero norteamericano John Littlepage, uno de los especialistas extranjeros contratados por la URSS.
Littlepage trabajó 10 años (1927 a 1937) en la industria minera soviética, principalmente en las minas de oro. En su libro ”In search of soviet gold” (En la búsqueda del oro soviético) escribe: ”Yo nunca tuve interés por las subtilidades y las maniobras políticas en Rusia en cuanto podía evitarlas, pero yo tuve que estudiar lo que acontecía en la industria soviética para poder hacer un buen trabajo. Yo estoy completamente convencido de que a Stalin y sus colaboradores les llevó mucho tiempo descubrir que comunistas revolucionarios descontentos eran sus enemigos mas peligrosos”.
Littlepage escribió también que su propia experiencia confirmaba las declaraciones oficiales de que una conspiración conducida desde el exterior usaba el sabotage industrial a gran escala como parte de un proceso para hacer caer al gobierno. Ya en 1931 Littlepage había sido obligado a constatar eso durante un trabajo en las minas de cobre y plomo en los Urales y en Kazakstán. Las minas eran una parte del gran complejo de Cobre-Plomo cuyo jefe máximo era Pjatakov, el Vice-Comisario del Pueblo para la industria pesada.
El estado de las minas era catastrófico en lo que respecta a la producción y el bienestar de los trabajadores. La conclusión de Littlepage fue de que había un sabotage organizado proveniente de la dirección superior del complejo de Cobre-Plomo.
El libro de John Littlepage nos da también la llave del conocimiento de dónde la oposición trotskista
el recibía dinero necesario para pagar la actividad contrarevolucionaria. Varios miembros de la oposición secreta utilizaban sus puestos en la URSS para aprobar la compra de máquinas de ciertas fábricas en el extranjero. Los productos aprobados eran de baja calidad, pero eran pagdos por el gobierno soviético a precios más altos. La diferencia económica que estas transacciones dejaban eran enviadas por las fábricas extranjeras a las organizaciones trotskistas en el extranjero a cambio de que Trotsky y sus acólitos conjurados en la URSS continuaran haciendo más compras en esas mismas fábricas.
Robo y corrupción.
Este procedimiento constató Littlepage en Berlin en la primavera de 1931 cuando la compra de ascensores industriales para las minas. La delegación soviética era dirigida por Pjatakov, siendo
Littlepage el especialista encargado de verificar y aprobar la compra. Littlepage descubrió el fraude con los ascensores de mala calidad, inútiles en la URSS, pero cuando comunicó el hecho a Pjatakov y a los otros miembros de la delegación soviética fue recibido de una manera fría y con exigencias de que aprobase la compra de los ascensores. Littlepage no la aprobó y pensó de que se trataba de una corrupción personal y que los participantes de la delegación recibían sobornos de la fábrica de ascensores. Pero Pjatakov confesó después en el juicio de 1937 su ligazón con la oposición trotskista y Littlepage fue obligado a constatar que lo que él había observado en Berlín era mucho más que una corrupción a nivel personal. El dinero era destinado al pago de las actividades de la oposición secreta en la URSS, actividades que comprendían el sabotage, el terrorismo, los sobornos y la propaganda.
Zinoviev, Kamanev, Pjatakov, Radek, Smirnof, Tomski, Bujarin y otros tan queridos en la prensa occidental burguesa, utilizaban los puestos que el pueblo soviético y el partido les había otorgado para robar dinero al Estado y para ser utilizado por los enemigos del socialismo en el extranjero para sabotear y el combatir la sociedad socialista en la URSS.
Planes para un golpe de Estado.
El tipo de delito como el robo, el sabotage y la corrupción es un delito grave, pero las actividades de la oposición irían mucho mas lejos.
La conspiración contrarevolucionaria se preparaba para tomar el poder con un golpe de Estado en que toda la dirección soviética sería eliminada comenzando por el asesinato de las personas más importantes del Comité Central del partido comunista.
La parte militar del golpe de Estado sería realizada por un grupo de generales encabezados por el Mariscal Toukhatchevski.
Según Isaak Deutsher, el trotskista que escribió muchos libros contra Stalin y la URSS, el golpe de Estado iba a ser iniciado con una operación militar contra el Kremlin y contra las tropas más importantes en las grandes ciudades como Moscú y Leningrado. La conspiración era dirigida por Toukhatchevski en conjunto con Gamarnik, Jefe de los Comisarios Políticos del Ejército; el general Iakir, Comandante de la Plaza de Leningrado; el general Ouborevitch, Comandante de la Academia Militar de Moscú y el general Primakov, uno de los jefes de la caballería.
El Mariscal Toukhatchevski era un antiguo oficial del Ejército zarista que después de la revolución se había pasado al Ejército Rojo.
En 1930, cerca del 10% de los oficiales, osea, 4500 eran antiguos oficiales del ejército zarista. Muchos de aquellos oficiales nunca habían dejados sus posiciones burguesas y esperaban en silencio una oportunidad para pelear por ellas. La oportunidad se presentó cuando la oposición se preparaba para dar el golpe de Estado.
Los bolcheviques eran fuertes, pero los conspiradores civiles y militares trataron de captar poderosos amigos. Según la confesión de Bujarín en el juicio público en 1938, existía un acuerdo hecho entre la oposición trotskista y la Alemania nazi en la cual grandes regiones -entre ellas Ucraina- serían entregadas a Alemania nazi después del golpe de Estado contrarevolucionario en la Unión Soviética.
Este era el pago exigido por Alemania nazi por el apoyo prometido a los contrarevolucionarios. Bujarín había sido informado de este acuerdo por Radek que sobre la cuestión había recibido una directiva de Trotsky.
Todos esos conspiradores que habían sido elegidos para puestos altos para dirigir, administrar y defender la sociedad socialista, trataban en realidad de destruir el socialismo.
Es preciso esclarecer que todo esto pasó en el decenio de los años 30 cuando el peligro nazi crecía sin parar y los ejércitos nazistas ponían a Europa en la hoguera y preparaban la invasión de la URSS.
Los conspiradores fueron condenados a muerte como traidores en un juicio público. Los acusados de sabotage, terrorismo, corrupción, intento de asesinato y los que querían entregar una parte del país, no podían esperar otro fin. Llamarlos víctimas es un error total.
Mas cifras falsas.
Es interesante saber como la propaganda occidental através de Robert Conquest ha mentido sobre las depuraciones en el Ejército Rojo. En su libro ”El gran terror” dice Conquest que en 1937 habían 70.000 oficiales y comisarios políticos en el Ejército Rojo y que 50% de esos, osea, 15.000 oficiales y 20.000 comisarios habían sido arrestados por la policía política y que habían sido ejecutados o hechos prisioneros perpetuos en los campos de trabajo.
En esta afirmación de Conquest -como en todo el libro- no existe nada de verdad. El historiador Roger Reese en su trabajo ”The Red Army and the Great Purgues”, nos da hechos y nos muestra el verdadero significado que las depuraciones de 1937 y 38 tuvieron para el ejército.
El número de personas en posiciones de dirigentes en el Ejército Rojo y en la aviacion, osea, oficiales y comisarios políticos era de 144.300 en 1937 cresciendo a 282.300 hasta 1939.
Durante las depuraciones de 1937 y 38 fueron despedidos 34.000 oficiales y comisarios por motivos políticos, pero antes de mayo de 1940 ya habían sido reabilitados y reintegrados a sus puestos 11.596 de ellos. Esto significa que durante las depuraciones de 1937 y 38 fueron despedidos 22.705 oficiales y comisarios políticos (alrededor de 13.000 oficiales del ejército, 4700 de la aviación y 5.000 comisarios políticos), lo que es el 7,7% de todos los oficiales y comisarios y no el 50% como Conquest decía. De esos 7,7% fue una parte condenada como traidores, pero para la gran mayoría el material histórico a disposición indica que pasaron a la vida civil.
Una última pregunta.
¿Fueron justos los juicios de 1937 y 1938 para con los acusados?
Veamos por ejemplo el juicio contra Bujarin, el funcionario mas alto del partido que trabajaba para la oposición secreta. Según el embajador norteamericano en Moscú por aquellos años, un conocido abogado de nombre Joseph Davies que estuvo en el tribunal durante todo el juicio, se le permitió a Bujarín hablar y exponer su caso sin el menor impedimento. Joseph Davies escribió a Washingtone que durante el juicio se demostró que los acusados eran ”culpables de los crímenes que les imputaban” y que ” la opinión general entre los diplomáticos que asistieron al proceso es de que se comprobó la existencia de una conspiración muy grave”.
¡Aprendámos de la historia!
La discusión sobre el sistema correccional soviético durante el tiempo de Stalin, sobre lo cual se ha escrito millares de artículos y libros con mentiras y se han filmado centenas de
películas falsas, nos entrega algunas enseñanzas.
De hecho nos muestra una vez más que la historia sobre el socialismo que se divulga en la prensa burguesa en gran medida es falsa. La derecha tiene posibilidades através de la prensa, radio y televisión de confundir y distorsionar los hechos haciendo que las grandes masas comprendan las mentiras como si fuesen verdades. Esto es válido, especialmente, tratándose de cuestiones históricas. Es por ello que las nuevas historias de la derecha deben ser consideradas como falsas mientras no se haya comprobado lo contrario.
Esta actitud cautelosa es necesaria. El hecho es que a pesar de que la derecha conoce los informes de los investigadores rusos, continúan publicando las mentiras que han sido enseñadas en los últimos 50 años y que ahora han sido totalmente puestas al descubierto. La derecha continúa con su herencia histórica: una mentira repetida muchas veces termina siendo verdad.
Después que los informes de los investigadores rusos fueron publicados en Occidente, han aparecido libros en muchos países con el único propósito de combatir los informes rusos y hacer nuevamente que todas las viejas mentiras parescan verdades. Son libros caros, hojas tras hojas con mentiras sobre el comunismo y el socialismo.
¡Las mentiras de la derecha son repetidas para combatir a los comunistas de hoy! Las mentiras son para que los trabajadores no encuentren alternativa alguna al capitalismo y al neoliberalismo. Esto es parte de la guerra sucia contra los comunistas y la sociedad socialista que son la alternativa para el futuro. ¡Es por ello que se publican libros con viejas mentiras!
Todo esto exige a los que tenemos una visión socialista de la historia tomar la
responsabilidad de hacer de los periódicos comunistas ¡los periódicos de la clase obrera! Y así resistir a las mentiras de la burguesía.
Esta es una de las tareas más importantes en los combates de clase que en un futuro inmediato se desarrollará con renovadas fuerzas.
MARIO SOUSA
15 de marzo de 1998
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