Apreciado Carlx;
Permítame contestarle con un texto algo extenso sobre la circulación capitalista de las mercancías. No se trata la cuestión del dinero, dado que la posición de la escuela austríaca no difiere de la clásica, ya que plagió sus descubrimientos.
Utilidad, valor de uso y valor de cambio J.B. Say en Tratado de Economía Política, tomo II escribió:El cambio de dos valores iguales no aumenta ni disminuye la masa de los valores existentes en la sociedad. El cambio de dos valores desiguales... no altera tampoco la suma de los valores sociales, aunque añada al patrimonio de una persona lo que resta al patrimonio de otra.
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En el ámbito de la circulación de bienes no se produce valores de uso, no se aumenta la riqueza social y por lo tanto no se produce plusvalía, ni otro tipo de explotación de la fuerza de trabajo. La explotación tiene lugar en la producción. Cualquier trabajador asalariado con el producto de la venta de su fuerza de trabajo, o cualquier capitalista con la plusvalía extraída, puede comprar y consumir lo que quiera que en el intercambio de mercancías no se explota fuerza de trabajo. En el libre mercado los valores de uso se intercambian por su valor de producción. El que compra una mercancía paga todo el valor de la fuerza de trabajo socialmente necesario para producirla, independientemente de lo que el propietario de los medios de producción haya pagado al trabajador. En la circulación de mercancías no se genera riqueza, en consecuencia tampoco se produce plusvalía y no aumenta el capital social. El comercio y el dinero no son productos del capitalismo, ni tan siquiera de la sociedad de clases.
La definición clásica de mercancía es de Marx;
Karl Marx enEl Capital, tomo I, capítulo I escribió:La mercancía es, en primer lugar, un objeto exterior, una cosa que merced a sus propiedades satisface necesidades humanas del tipo que fueran. La naturaleza de esas necesidades, el que se originen, por ejemplo, en el estómago o en la fantasía, en nada modifica el problema. Tampoco se trata aquí de cómo esa cosa satisface la necesidad humana: de si lo hace directamente, como medio de subsistencia, es decir, como objeto de disfrute, o a través de un rodeo, como medio de producción. […]
La utilidad de una cosa hace de ella un valor de uso. Pero esa utilidad no flota por los aires. Está condicionada por las propiedades del cuerpo de la mercancía, y no existe al margen de ellas. El cuerpo mismo de la mercancía, tal como el hierro, trigo, diamante, etc., es pues un valor de uso o un bien. Este carácter suyo no depende de que la apropiación de sus propiedades útiles cueste al hombre mucho o poco trabajo. Al considerar los valores de uso se presupone siempre su carácter determinado cuantitativo, tal como docena de relojes, vara de lienzo, tonelada de hierro, etc. Los valores de uso de las mercancías proporcionan la materia para una disciplina especial, la merceología. El valor de uso se efectiviza únicamente en el uso o en el consumo. Los valores de uso constituyen el contenido material de la riqueza, sea cual fuere la forma social de ésta. En la forma de sociedad que hemos de examinar, son a la vez los portadores materiales del valor de cambio.
En primer lugar, el valor de cambio se presenta como relación cuantitativa, proporción en que se intercambian valores de uso de una clase por valores de uso de otra clase, una relación que se modifica constantemente según el tiempo y el lugar. El valor de cambio, pues, parece ser algo contingente y puramente relativo, y un valor de cambio inmanente, intrínseco a la mercancía (valeur intrinsèque) es exactamente tanto como lo que habrá de rendir, pues, sería una contradictio in adiecto [contradicción entre un término y su atributo].
Una mercancía individual, por ejemplo un quarter de trigo, se intercambia por otros artículos en las proporciones más diversas. No obstante su valor de cambio se mantiene inalterado, ya sea que se exprese en x betún, y seda, z oro, etc. Debe, por tanto, poseer un contenido diferenciable de estos diversos modos de expresión.
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“Toda mercancía es en primer lugar un valor de uso, bien material que satisface necesidades humanas ya sean reales o imaginarias.
Toda mercancía es un gasto de fuerza de trabajo humana sin consideración a la forma en que se gastó la misma. Una mercancía nos hacen presente que en su producción se empleó fuerza humana de trabajo, se acumuló trabajo humano. En cuanto cristalización de esa sustancia social común a ellas, es valor de cambio.
Una cosa puede ser valor de uso o bien y no ser valor de cambio o valor. Es éste el caso cuando su utilidad para el hombre no ha sido mediada por el trabajo.
Una cosa puede ser útil, y además producto del trabajo humano, y no ser mercancía. Quien, con su producto, satisface su propia necesidad, indudablemente crea un valor de uso, pero no una mercancía. Para producir una mercancía, no sólo debe producir valor de uso, sino valores de uso para otros, valores de uso sociales. {F. E. --Y no sólo, en rigor, para otros. El campesino medieval producía para el señor feudal el trigo del tributo, y para el cura el del diezmo. Pero ni el trigo del tributo ni el del diezmo se convertían en mercancías por el hecho de ser producidos para otros. Para transformarse en mercancía, el producto ha de transferirse a través del intercambio a quien se sirve de él como valor de uso.}
Ninguna cosa puede ser valor de cambio si no es un valor de uso. Si es inútil, también será inútil el trabajo contenido en ella; no se contará como trabajo y no constituirá valor alguno”.
La utilidad marginal en la circulación de mercancías y función empresaEn contra de lo establecido por la ciencia de la economía política, para el subjetivismo marginal el valor de cambio de una mercancía está determinado por la valoración subjetiva de la utilidad marginal que tiene la mercancía para el consumidor. El subjetivismo marginal para justificar que el precio de mercado de una mercancía lo determina la apreciación subjetiva de la utilidad marginal del demandante, ha creado la función matemática de la utilidad en los siguientes términos;
Dado un consumidor cuyas preferencias sean completas, reflexivas, transitivas y monótonas en sentido fuerte, debe decidir gastar su ingreso disponible entre n bienes con algún criterio de optimización. Existe una función escalar (U) definida para cada consumidor sobre el conjunto de combinaciones de n bienes, que mide la utilidad o satisfacción total (Ut) que obtendrá el demandante después de haber consumido una combinación de bienes dada por las cantidades (q1,..., qn):
U: Rn → R U(t) = U(q1,… qn)
Se define la utilidad marginal asociada a un bien como el aumento de la utilidad total al consumir una unidad adicional de dicho bien. La utilidad marginal (u) es igual al incremento de la satisfacción total (∂U) que produce el consumo de n unidades de una mercancía, o combinación de mercancías, dividida por el aumento de unidades consumidas (∂qi):
u = (∂U(q1,… qn)) / ∂qi
Donde U es siempre, por definición, desconocido
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Para el subjetivismo marginal la utilidad de una mercancía está en el demandante, no se halla en el valor de uso, en el valor de cambio de la mercancía, en el objeto, sino que se encuentra en la función de utilidad marginal que posee el demandante, en el sujeto, y sobre esta utilidad no podemos saber nada en cuanto a su naturaleza o intensidad. Hay que creer en ella por fe praxeológica.
El valor de uso es explicado por el subjetivismo marginal del siguiente modo; supongamos que disponemos de 7 raciones de 100 gr de arroz, consumir la primera unidad proporciona una determinada utilidad, el consumo de la segunda unidad aumentará la utilidad en una determinada cantidad, este aumento es la utilidad marginal (Um) de esta unidad, que sumada a la utilidad de la primera unidad da la utilidad total (Ut), y así sucesivamente:
Unidad | Gramos | Utilidad total | Utilidad marginal | Utilidad promedio |
1 | 100 gr | 10 X | 10 X | 10 X |
2 | 200 gr | 18 X | 8 X | 9 X |
3 | 300 gr | 24 X | 6 X | 8 X |
4 | 400 gr | 28 X | 4 X | 7 X |
5 | 500 gr | 30 X | 2 X | 6 X |
6 | 600 gr | 30 X | 0 X | 5 X |
7 | 700 gr | 28 X | -2 X | 4 X |
La utilidad promedio de una mercancía es igual a la razón entre la utilidad total y el consuno de n unidades de dicha mercancía:
Up = Ut / n
Siendo n la cantidad de unidades consumidas. En el ejemplo, la mayor utilidad total se obtiene consumiendo 5 o 6 unidades. El consumo de una ración es la cantidad de inflexión, a partir de esta cantidad la utilidad marginal comienza a decrecer y el consumo de 6 raciones es la cantidad de saturación, a partir de esta cantidad la utilidad marginal se torna negativa. Pero esto solo es aplicable a un consumidor, en un instante determinado e irrepetible, por lo que la función de utilidad carece de valor de uso y, en consecuencia, no tiene valor científico alguno. Como para el subjetivismo marginal el valor de cambio está determinado por la utilidad marginal. En el subjetivo mercado marginalista el valor de cambio de 7 raciones de arroz debería ser menor que él de 5 o 6 raciones, y tener el mismo valor de cambio que el de 4 raciones. Si consideramos muchos bienes en lugar de uno, el argumento sigue siendo el mismo porque la utilidad marginal de todos los bienes consumidos tiende a igualarse.
Para la economía política la mercancía, para serlo, debe ser un valor de uso. Los valores de uso contienen sustancias objetivas que tienen utilidad en satisfacer necesidades humanas reales, y lo hacen en un grado determinado, en el caso de 100 gr arroz, las describe la biología:
Sustancia | Cantidad | Necesidad diaria | Satisfacción |
Agua | 5’90 ml | 2'5 l | 0’1 % |
Carbohidratos | 332 Kcal | 1.760 Kcal | 18’8 % |
Proteínas | 27 Kcal | 480 Kcal | 5’6 % |
Lípidos | 3'5 Kcal | 960 Kcal | 0’3 % |
Fibra vegetal | 0’2 gr | 40 gr | 0’5 % |
Potasio | 113 mgr | 4.700 mgr | 2’4 % |
Sodio | 14’3 mgr | 1.500 mgr | 0’9 % |
Calcio | 10 mgr | 1.300 mgr | 0’8 % |
Fósforo | 110 mgr | 700 mgr | 15’7 % |
Hierro | 0’5 mgr | 18 mgr | 2’8 % |
Riboflavina | 0’03 mgr | 1'4 mgr | 2’1 % |
Tiamina | 0’05 mgr | 1'5 mgr | 3’3 % |
Consumir 200 gr aporta el doble de estas sustancias y satisface el doble de necesidades, 300 gr el triple, etc… Estas necesidades y su satisfacción son objetivas e independientes de las utilidades marginales que cada cual pueda tener ¿Cómo percibe cada individuo, en una determinada mercancía, las propiedades físico-químicas que estimulan sus sentidos?, ¿cómo su cerebro interpreta estos estímulos? y ¿cómo el consumir arroz sacia su sensación de hambre? es tarea de la neurología y la biología. Si es mejor una paella que un arroz tres delicias depende en primer lugar de una cuestión cultural y luego del cocinero. Los hábitos culturales de una sociedad pueden determinar qué valores de uso se producen, pero en nada influyen en su valor de cambio.
La función de utilidad no es directamente medible, depende de la forma subjetiva de los gustos y deseos de cada demandante, ni indirectamente ya que no existe unidad (¿X?) de medida de la utilidad, es decir, no se puede comprobar de forma objetiva si los precios de mercado de los valores de cambio se forman en base a esta función. Con lo cual, la función matemática escalar U no tiene utilidad, ni marginal ni total. Si no existe unidad de medida de la utilidad marginal es, tal vez, porque no hay nada que medir y la utilidad total y la utilidad marginal no son conceptos científicos, no interpretan de forma objetiva la realidad, son nociones y categorías ideológico-filosóficas. Sobre estas bases las grandes escuelas subjetivas del utilitarismo marginal, tanto keynesianos, monetaristas como austríacos, pretenden haber construido una ciencia.
Los "economistas" de la escuela austríaca, ante la evidencia de la imposibilidad de explicación matemática de la función de utilidad, postularon la imposibilidad de hacer cálculos matemáticos en economía, es decir, que las matemáticas, el lenguaje de la ciencia, no se pueden utilizar en la ciencia de la economía. La escuela austríaca explica su concepción con el siguiente ejemplo imaginario, siguiendo la tradición del subjetivismo marginal como, por otra parte, no podía ser de otra forma. El razonamiento es;
Si alguien posee un bien, lo usará para satisfacer alguna necesidad o deseo. ¿Cuál? La que tenga más prioridad. Eugen von Böhm-Bawerk ilustró esto con el ejemplo de un granjero que tiene cinco sacos de grano. Con el primero, hará pan para sobrevivir. Con el segundo, hará más pan, suficiente para trabajar. Con el próximo, alimentará a sus animales de la granja. El próximo se usará para hacer el whisky, y el último lo dará a las palomas. Si roban una de esas bolsas, él no reducirá cada una de sus actividades en un quinto; en cambio él dejará de alimentar a las palomas. Así el valor de una bolsa de grano es igual a la satisfacción que él recibe de alimentar las palomas. Si él vende esa bolsa y olvida las palomas, el uso menos prioritario del grano restante es hacer el whisky, y así el valor de una bolsa más de grano es el valor de su whisky. Solo si pierde cuatro bolsas de grano comenzará a comer menos; ése es el uso más productivo del grano. La última bolsa valdría su vida.
En el ejemplo los sacos de grano son un valor de uso que tienen distintas utilidades pero no son mercancías, no son valores de cambio, ya que el granjero no los ha producido para venderlos en el mercado. Se supone que el granjero es el propietario de los medios de producción con los que ha cosechado los sacos de grano, ya que si ha comprado los sacos de grano en el mercado cada saco le ha costado lo mismo, independientemente del uso subjetivo que después les quiera dar, justo lo contrario que el ejemplo pretende ilustrar. Es exactamente lo mismo si son de producción propia para vender, cada saco tendrá al mismo precio en el mercado, no regalará el primero e irá subiendo el precio de los sacos conforme los venda, todas las mercancías tienen para su productor el mismo valor de uso, que es nulo. El valor de cambio de cada saco es igual al valor de producción total, el valor del trabajo socialmente necesario en la producción del grano dividido por la cantidad de sacos producidos, en este caso X/5. Si el año hubiera sido peor el valor de cambio sería X/4 o X/3, de la misma forma si el año hubiera sido mejor el valor de cambio sería X/6 o X/7. En los años de buena cosecha los sacos valen menos no por la mayor cantidad de grano, sino porque cada saco contienen menor cantidad de fuerza de trabajo, de forma directa y de forma indirecta.
Por más veces que se intercambien los sacos de grano por diferentes cantidades de dinero, no aumenta la cantidad de grano ni la cantidad de dinero que existen en la sociedad, y en consecuencia no puede aumentar el capital social, aunque a base de intercambiar las mercancías un cambista se haga con todo el grano y todo el dinero. Esto es un hecho objetivo e independiente de la información que pueda transmitir el mercado. Francamente, sostener que la ganancia del capital proviene del intercambio es considerar a los capitalistas poco más que unos cambistas “trileros”. La realidad es que en el modo de producción capitalista se multiplica la riqueza social, salvó los períodos de crisis, como en ningún otro modo de producción hasta ahora. Es en la producción de valores de uso y en su distribución donde el capitalista obtiene la ganancia, no engañando en el intercambio de mercancías, aunque al engaño se le llame; diferente valoración subjetiva de la utilidad marginal. Cuando el subjetivismo marginal trata de explicar la formación de los precios de mercado por las distintas funciones individuales de utilidad, acaba explicando las diferentes funciones de utilidad por los distintos precios de mercado.
Jesús Huerta de Soto escribió:La productividad del uso menos productivo de un bien es su utilidad marginal. De lo que se deduce que la ganancia capitalista proviene del intercambio en el mercado de valores subjetivamente desiguales, de la compra de insumos más baratos y su posterior venta más caros.
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Para el subjetivismo marginal es en la circulación de las mercancías donde el capitalista obtiene la ganancia, aunque para explicarlo recurren a ficciones y mitos como; la función empresarial, del subjetivismo marginal austríaco. Para explicar el beneficio empresarial el profesor Huerta de Soto utiliza una ilustración naíf, ilustración que omite una circunstancia; una vez que la función empresarial del cambista C ha descubierto el beneficio en comprar el recurso al productor B y venderlo al productor o consumidor A, y el libre mercado ha generado la información, que impide a la función empresarial tanto de A como de B para ponerse en contacto directamente, y vender B más caro en 3’5 u. m., comprar A más barato en 3’5 u. m., repartiéndose el beneficio empresarial que obtiene C. El subjetivismo marginal analiza la circulación de las mercancías al margen de su producción, olvidando que para intercambiar mercancías antes hay que producirlas.
Valor de cambio y fuerza de trabajo Si se analiza una serie de sustancias y compuestos; oxígeno, agua, arroz, harina, molino, vestido, tela, telar, libro, papel, imprenta, el sol, desde el punto de vista de sus propiedades físicas y químicas todas estas sustancias satisfacen sensaciones y emociones humanas, unas lo hacen de una forma directa como bienes de consumo, otros lo hacen de una forma indirecta como medios de producción, es decir, son bienes o valores de uso. Los valores de uso los crea la naturaleza y para producir algunos es necesario el uso de la fuerza de trabajo humana. Por otro lado también podemos afirmar que:
x arroz = y vestidos = z libros
Esto significa que algunos valores de uso se pueden intercambiar en determinadas proporciones entre ellos, es decir tienen un valor de cambio, son bienes económicos, son mercancías que por definición son producto del trabajo humano. Lo que tienen en común todos estos valores, lo que hacen posible esta igualdad, que se puedan intercambiar entre ellos en distintas proporciones, es la fuerza de trabajo humano usada en producirlos.
Si se analiza desde un punto de vista físico, químico o biológico los valores de cambio, se observa que todos son recursos naturales y para producir algunos se requiere fuerza de trabajo humana, para poder transformarlos en valores de uso que satisfacen necesidades humanas. Todas las mercancías son valores de uso, pero no todos los valores de uso se transforman en mercancías. No todos los valores de uso son valores de cambio y no todos los valores de cambio son producto de trabajo humano.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Hay sustancias que son valores de uso, cuya utilidad es de vital importancia para la vida humana, que no tienen valor de cambio alguno, un ejemplo es el oxígeno que respiramos, esto se debe a que son superabundantes y no incorporan fuerza de trabajo humana, son consumidos directamente de la naturaleza, por lo que no se pueden transforman en mercancías y, como consecuencia, carecen de valor económico.
Existen valores de cambio que son recursos naturales, no son superabundantes y no son reproducibles por el trabajo humano. El valor de cambio de los recursos naturales escasos que no son producto del trabajo humano, es impuesto por el estado mediante el uso de la fuerza de las armas, otorgando la propiedad sobre los recursos naturales a unos pocos, y privando a la mayoría de la propiedad sobre dichos recursos en favor de otros. La propiedad sobre los recursos naturales es la base del modo de producción feudal.
De la misma forma, existen valores de uso escasos que no son recursos naturales y no pueden ser reproducidos por el trabajo humano, un ejemplo de este grupo lo constituyen las obras de arte, un vino de tal cosecha, etc. En esta clase de valores de uso, solo la imposición monopolista del estado es capaz de impedir su reproducción, mediante leyes contra el plagio, la copia ilegal, etc. Su valor de cambio está determinado por el poder adquisitivo del demandante, es decir por las leyes objetivas de circulación y distribución de bienes, y no por consideraciones subjetivas acerca de la utilidad de dichos bienes. Cualquier obra de arte es producto de la fuerza de trabajo humana, en consecuencia tiene unos costes de producción, regidos por leyes objetivas de producción de bienes, y no por consideraciones subjetivas acerca de la utilidad de dichos bienes.
Al mismo tiempo, existen valores de uso escasos que no son recursos naturales y pueden ser reproducidos por el trabajo humano, pero son una concesión monopolista y su valor de cambio es impuesto por el estado que mediante el uso de la fuerza de las armas, a este grupo también pertenecen las bulas y dispensas eclesiástica, etc. Esta es la base del primitivo capitalismo comercial basado en la manufactura.
Por último, El valor de cambio de un bien escaso y que puede ser reproducido por el trabajo humano, es igual al valor de fuerza de trabajo socialmente necesaria para producirlo. Esta es la base del capitalismo industrial.
Las mercancías se pueden intercambiar directamente entre ellas, lo que se conoce como trueque, utilizando otra mercancía como patrón de cambio, las más utilizadas han sido el oro, la plata y el bronce, pero puede utilizarse cualquier otra mercancía, es lo que se conoce como dinero-mercancía. En la actualidad se utiliza el papel moneda, que por lo general no es convertible en mercancía alguna y su valor viene determinado por imperativo legal, es el llamado dinero-fiduciario.
Desde el punto de vista del valor de uso:
x kg de arroz ≠ y vestidos ≠ z libros
Y desde el punto de vista del valor de cambio:
kg de arroz = y vestidos = z libros
En las mercancías que contienen una cantidad de energía aportada por la fuerza de trabajo, la magnitud del valor de cambio varía en proporción directa a la cantidad de fuerza de trabajo socialmente necesaria para producirlo y de forma inversa al desarrollo de la fuerza productiva que emplea dicha fuera de trabajo. Bajo el régimen capitalista de producción cualquier aumento de fuerza de trabajo usada como medio de trabajo en la producción de una mercancía, implica una disminución mayor de fuerza de trabajo empleada directamente en la producción de dicha mercancía. La ecuación que expresa el valor de cambio de un bien es:
M = Mt + Op + Ft
Dónde; M es el valor de producción del bien, Mt son los medios de trabajo, herramientas y maquinaria que utiliza el trabajador que no se consumen en un único proceso de producción y transmiten una parte de su valor al bien producido, Op son los objetos de producción, materias primeras y secundarias que se consumen íntegramente en un proceso productivo y transmiten todo su valor al bien producido y Ft es la fuerza de trabajo. En situaciones de libre mercado el valor de cambio y el valor de producción tienden a igualarse. En el proceso de producción de mercancías la fuerza de trabajo es el trabajo vivo y los medios de producción son fuerza de trabajo muerta, en el proceso de circulación toda la fuerza de trabajo es trabajo muerto.
Edito porque la cita no es de Huerta de soto, se la atribuyo erróneamente.