“Manuel_0” escribió: Además, con las crisis (como la actual) su base se reduce, con lo que tienden a adoptar posturas más radicales. Una parte apoyará al fascismo, otra pequeña a la socialdemocracia, y la mayoría vacilará entre el uno y la otra. Por eso no es posible la táctica del entrismo: transformar los partidos socialdemócratas en comunistas (ni desde dentro ni desde fuera). Lo que sí se puede hacer es debilitarlos, pero siempre habrá mencheviques, que en última instancia estarán en la otra línea del frente durante la revolución (en los países imperialistas, con el fascismo, a remolque de él, como los mencheviques lo estuvieron con los blancos).
Ante esto que dices dos cosas:
1.El entrismo no implica necesariamente intentar hacerse con el control de la organización en la que se práctica, sino simplemente intentar ganarnos a las masas y sentar las bases del futuro partido revolucionario, trabajando para ello en las organizaciones hacia las que se orientan las masas.
2.Si bien es cierto que la aristocracia obrera se comporta así en momentos de crisis revolucionaria, también lo es que la mayor parte de las bases de IU son obreras a secas y, aún estando influenciadas por el pensamiento de la aristocracia obrera, son potencialmente revolucionarias y se pueden ganar para la causa con una praxis adecuada.
Por lo tanto, si te ganas a la mayoría de las bases, puedes forzar el cambio y expulsar a los reformistas, convirtiendo así el partido reformista en revolucionario. Aunque claro, es cierto que no dejará de haber mencheviques (pues en última instancia estos se reagruparán en una nueva organización).
Manuel_0 escribió:(...) si el partido es reformista inicialmente (...), la escisión, quienes "salgan rebotados", serán los del ala izquierda. Siendo las masas del partido reformistas, es un suicidio político para ese partido cambiar de ritmo. Si fuese posible hacer lo que propones, ¿qué sucedería con las masas que mueve el partido reformista? Que serían plenamente integrables con las que mueve el Partido Comunista. Pero éstas están acostumbradas al tipo de lucha reformista.(...)
Ante esto que dices también cosas:
1.El que "salgan rebotados" unos u otros no cambia nada: Lo importante del entrismo es llegar a las masas y sentar las bases del futuro partido de la revolución. Una vez estemos consolidados, no nos importaría tener que escindirnos si nos vemos en la obligación de hacerlo.
2.Aunque las masas estén acostumbradas al tipo de lucha reformista, los entristas con nuestra praxis podemos cambiar esto enseñando a dichas masas un nuevo tipo de lucha mucho más eficiente que el reformista.
Manuel_0 escribió: elcamaradasanchez escribió: Manuel_0 escribió:(...)Respecto a la Tendencia Militant, no consiguió su objetivo. No sustituyeron el programa reformista por el revolucionario,(...)
Pero si consiguieron empezar a consolidarse en el movimiento obrero y sentar unas bases para la germinación de un nuevo PC, independientemente de que luego (...)
Tampoco. Su fuerza siguió siendo la misma. En el ala izquierda tenían audiencia, pero esa audiencia no luchaba con su programa. De otro modo, la escisión habría resultado.
Esto no es así exactamente, pues aunque es cierto que cuando se escindieron todavía no tenían la fuerza necesaria como para construir el PC; también es cierto que durante la época de los 80 tuvieron un importante ascenso dentro del Partido Laborista (ascenso que podría haber continuado de no ser por la impaciencia de ciertos sectores de la corriente por escindirse).
A todo esto, y viendo como avanza el debate; me gustaría preguntarte si crees que se podría conseguir un partido revolucionario a través del entrismo con escisión o si crees que en ningún caso el entrismo puede dar resultado.