No creo que se usa la violencia de género como excusa para la represión, para eso ya está el "terrorismo", los problemas de las leyes tipo LIVG son otros.
Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, artículo 1.1. escribió:“como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia”, y “comprende todo acto de violencia física y psicológica, incluidas las agresiones a la libertad sexual, las amenazas, las coacciones o la privación arbitraria de libertad.”
Como se puede leer los varones son potenciales maltratadores de mujeres.
Pero eso no queda ahí, va a más. Podría poner un ejemplo, pero es un ejemplo español, y claro, la moderación a eso no le gusta.
http://www.forocomunista.com/t29254p240-existe-el-hembrismo#408944
El derecho a amparase en el principio de presunción de inocencia: Ante una denuncia por supuesto maltrato interpuesta por una mujer contra un hombre, la Ley Integral contra la Violencia de Género (o bien, Ley del por si acaso), promulgada por PSOE y PP, aparte de olvidar a hombres, niños y ancianos maltratados, y no proteger a la mujer ya que el número de mujeres asesinadas en el hogar no ha descendido desde su puesta en vigor, invierte la carga de la prueba, correspondiendo al hombre la obligación de demostrar su propia inocencia. Es decir, todo hombre es culpable hasta que se demuestre lo contrario, algo totalmente contrario a los artículos 9, 14 y 24 de la Constitución, y sin ninguna cabida en un estado de derecho. Aparte de esto, establece penas más duras para maltratadores que para maltratadoras, pisoteando desvergonzadamente la igualdad ante la ley. Si un hombre pega un empujón a una mujer, se le castiga con cárcel. Si una mujer hace lo mismo, se le absuelve. Qué profundo sentido de la igualdad.
Sin pruebas, ni testigos, ni investigación alguna, el denunciado es detenido, expulsado de su propia casa, le es arrebatada la custodia de sus hijos, y es dictada contra él una orden de alejamiento. En la mayoría de casos, el juicio se celebra a puerta cerrada, y al denunciado no se le deja ni elegir abogado, ni tiempo para reunir pruebas o testigos a su favor, y a veces, ni asistir al juicio. Lo cual ha provocado que miles de mujeres y abogados sin escrúpulos, buscando un divorcio rápido y ventajoso, hayan presentado una avalancha de denuncias falsas o absurdas, que colapsan recursos policiales y juzgados, cuyas repercusiones son: Falta de debida protección para las mujeres verdaderamente maltratadas por un lado, y miles de hombres inocentes detenidos, encarcelados, destrozados, arruinados y estigmatizados de por vida, por otro.
2. En los casos de violencia doméstica, la mujer siempre es víctima, y el hombre siempre es agresor.
Mentira. Según el anuario estadístico del Ministerio del Interior, el 36% de las personas asesinadas en el hogar son varones, y el 23% de maltratados también. El 18% de asesinados por su cónyuge son varones, y el 15% de maltratados por su cónyuge también. Según el Centro Reina Sofía, más de 5.000 niños son maltratados por su madre anualmente, un 25% más que los maltratados por su padre. Pasar más tiempo con ellos no es excusa. ¿Por qué gobierno y medios de comunicación, se ensañan en hacer publicidad sobre la violencia contra la mujer únicamente? ¿Existen los juzgados de violencia sobre el hombre? ¿Acaso vale más la vida de una mujer que la de un hombre, un niño o un anciano? ¿Pero qué farsa macabra es esta? Además, se cometen en total, dentro y fuera del hogar, el doble de asesinatos de hombres que de mujeres. Sin olvidar el suicidio de hombres separados o divorciados, unos quinientos al año, pudiendo imaginarse el porqué. ¿Qué es esto último sino "violencia de género" institucional?
Pero aun así, esto está muy lejos de lo que realmente ocurre en nuestros hogares. Numerosos estudios, entre ellos los realizados por la Asociación para el Estudio del Maltrato y del Abuso (AEMA), muestran que la violencia en la pareja heterosexual es bidireccional y simétrica, es decir, que la mujer ejerce tanta violencia como el hombre. La única diferencia estriba en la fuerza física, en la capacidad para lesionar. Nos atrevemos a conjeturar, que debido a circunstancias psicológicas, culturales y jurídicas, el hombre prefiere sufrir en silencio, por miedo entre otras cosas, a perder su casa, hijos y parte de su renta, ya que tiene todas las de perder, por haber nacido varón. La mujer en cambio, tiene todas las de ganar, sólo tiene que interponer una denuncia por maltrato falsa o absurda, y esperar a que la maquinaria de género haga su trabajo. No es de extrañar, que haya seis veces más denuncias de mujeres que de hombres.