Su nerviosismo fue patente durante la rueda de Prensa que precedió a su conferencia. Comenzó media hora más tarde de lo previsto. No pudo disimular su irritación cuando se le preguntó sobre el cuestionamiento del Dr. Lanka de la existencia del VIH y sobre su condena en los Estados Unidos por mala conducta científica. El resultado fue que la rueda de prensa se acabó en apenas 20 minutos, antes de que la mayoría de periodistas pudiesen preguntar nada.
El nerviosismo se transmitió a los organizadores en el debate que debía tener lugar después de la intervención. Lo introdujeron con un: «Es tarde. El Dr. Gallo ha volado, ha dado tres conferencias de prensa, está cansado, debe viajar».
Probablemente fue este ambiente crítico el que llevó al Dr. Gallo (¿inconscientemente?) a protegerse en su exposición al decir (según la traducción al castellano) que «El VIH es la «probable» causa del SIDA». Es decir, reconoció que no está demostrado que el VIH sea causante del SIDA. Así, da la razón a los críticos cuando decimos que se trata de una simple hipótesis, es decir, una suposición no comprobada.
Quizá su memoria le llevó a la rueda de prensa del 23 de abril de 1984, cuando la Ministra de Sanidad de EEUU anunció que el Dr. Gallo había encontrado la «probable causa del SIDA».
En realidad, los científicos rigurosos nunca han dicho otra cosa. Esto queda ilustrado por el Premio Nobel Kary Mullis cuando explica qué le hizo convertirse en uno de los disidentes más conocidos. Fue el buscar las referencias bibliográficas originales que mencionar como demostración precisamente de la frase: «El VIH es la probable causa del SIDA». No las pudo encontrar...
Conviene recordar que ya en 1990 el Dr. Montagnier formuló su hipótesis de la neceSIDAd de otro factor al llegar a la conclusión de que el VIH no puede matar célula alguna.