por Demofilo Sáb Jul 03, 2010 10:22 am
La postura de Duesberg es conocida desde siempre: el HIV sí existe pero no es el agente causal del SIDA. No es que él ahora haya cambiado de criterio: siempre ha opinado lo mismo. Su mérito estuvo en que fue el primero en oponerse a la tesis dominante, pero reconociendo la existencia del VIH: éste existe pero no causa el SIDA.
El enlace que nos dejas es un artículo típico que tiene el mismo problema que los retrovirus, es decir, que las fotocopias pasan de unos a otros y dan por demostrado lo que hay que demostrar. Los libros ilustrados de cuentos y leyendas tienen maravillosos dibujos de pegasos, ángles, minotauros, gnomos, unicornios, etc. que no existen por más que hagan fotocopias de esos dibujos. La mayor parte de las imágenes que hay en los libros de microbiología, profusamente coloreadas, están realizadas con un ordenador; no son microfotografías obtenidas del virus una vez aislado éste en una célula infectada.
A partir de ahí, todos repiten el mismo discurso y, por lo tanto, incurren en los mismos errores, que se convierten en un tópico, en un lugar común. La única manera de salir de ese círculo vicioso es recurrir a las fuentes originales. Entonces es bien sencillo darse cuenta de que ahí no se dice lo que casi todos repiten una y otra vez.
Por eso ese primer artículo que enlazas no menciona la bilbiografía original, aunque se refiere a ella en el texto y la da por sabida. Cita a Montagnier y Gallo pero no ha leído sus artículos y, desde luego, no quiere saber nada de la falsificación cometida por Gallo. La revista "Science" en la que aparecieron recibe cartas de científicos periódicamente pidiendoles que retiren aquellos artículos. Pero de eso nadie habla.
Si te fijas, el artículo sí menciona a David Ho pero como ya he dicho, éste no se apoya en los hechos sino en una hipótesis en forma de modelo matemático. A partir de ahí, la referencia que da el autor es la de una conferencia en Ginebra, es decir, tampoco recurre a las fuentes originales sino a la propaganda seudocientífica de Ho. En este tipo de discusiones es muy importante prestar atención a los detalles y no dejarlos pasar.
Ese artículo es más de lo mismo desde su mismo inicio, es decir:
- el cáncer tiene un origen vírico, o por lo menos algunos tipos de cáncer (virus = enfermedad)
- desde hace décadas los virólogos están buscando esos virus que causan enfermedades
Pero a veces apunta en la buena dirección y reconoce: "No todos los retrovirus ocasionan enfermedad".
Además, habla del "periodo de "latencia" del virus, es decir, que cuando le conviene sigue la vieja tesis de Gallo-Montagnier-Barre-Senoussi, por lo que ya estaba desfasado cuando se escribió.
También aparece la excusa típica ante el fracaso de la tesis oficial y la terapia respectiva: la "extremada variabilidad genética" del VIH. No hay manual que no lo repita. Incluso al final el artículo pone dos enlaces para explicar esa "gran variabilidad" del VIH.
Todos los virus y retrovirus se han aislado y purificado rápidamente; con el VIH llevamos esperando 25 años. ¿Acaso los demás retrovirus no mutan o qué? ¿Cómo es posible que el artículo diga que tiene una "epidemiología cambiante"? ¿Por qué es tan diferente el VIH de todos los demás virus y retrovirus? ¿No será que lo que tienen entre manos no es un virus?
Si te has leído ese artículo despacio fíjate cómo sale del atolladero: después de reconocer que no hay nada claro, sigue utilizando el "posiblemente" y el "parece ser" y para explicar la variabilidad acaba así: "Se postula que es el resultado inevitable de la movilidad de la población". Resumen: lo que varía no es el VIH sino la población humana emigrante...
La excusa de la "gran variabilidad" del VIH tiene relación con tu argumento: si el VIH no existe, ¿cómo es posible que se haya secuenciado su genoma? Tu pregunta tiene relación con otra que me has planteado ya dos veces: la transmisibilidad por transfusión de sangre. Las dos cosas están relacionadas.
Es una cuestión biológica (sólo parcialmente médica) que ya resolvió la ciencia soviética hace décadas. En los libros de inmunología se considera que quien abrió el camino a los transplantes fue Medawar, un libanés que se educó en Brasil y luego en Inglaterra, al que le dieron el Premio Nóbel por un descubrimiento que en realidad llevó a cabo Hasek, un científico checo, militante comunista. A su vez Hasek se basó en la investigación soviética, especialmente en Michurin y sus injertos con árboles frutales. Por lo tanto, las tres cuestiones (injertos vegetales, transfusiones de sangre y transplantes de órganos) tienen el mismo origen y están muy relacionados. Yo hablaré sólo de transfusiones pero lo que diga se puede extender a cualquiera de los otros dos problemas.
El gran problema de los transplantes es el rechazo: nuestro sistema inmunitario no admite órganos ajenos. Cuando a una persona le hacen un transplante le tienen que anular prácticamente su capacidad inmunitaria para que no rechace el nuevo órgano. Los médicos le recetan inmunosupresores, por lo cual todos los transplantados tienen el sistema inmune muy deprimido incluso antes de la operación.
¿Qué ocurre si te inyectan sangre de una persona inmunodeprimida? Tus linfocitos están en la sangre y por lo tanto recibes un sistema inmunitario deprimido. Para explicar eso no hace añadir un virus inexistente.
Voy a poner otro ejemplo que seguramente muchos conocemos. Hace un mes me encontré en la basura una camada de gatos recién nacidos; los cogí, me los llevé a casa y los intenté salvar, aunque sabía que iba a ser muy difícil porque los mamíferos recién nacidos se han gestado en el viente materno en un medio muy aislante de cualquier clase de gérmenes. En la placenta los fetos de mamíferos sólo reciben un tipo anticuerpos, es decir, apenas tienen sistema inmunitario al nacer. Mis gatos no duraron ni una semana vivos por más que lo intenté.
¿Cuál es la causa del fallecimiento de los mamíferos recién nacidos? Que no han mamado la primera leche materna: el calostro. A través de esa leche la madre transfiere a su criatura su propio sistema inmunitario. Conclusión: orginariamente nuestro sistema inmune tiene un origen nutricional, por lo menos en parte. Moraleja: si quieres cuidar tu sistema inmune, que es la clave de tu salud, cuida tu alimentación, no te intoxiques con porquerías, drogas, tabaco, etc. (Doy consejos a los demás pero yo sí fumo).
Los tóxicos que injerimos pasan a la sangre, donde el sistema inmune recicla una parte y expulsa el resto a través de la orina, las heces o el sudor. La sangre está repleta de tóxicos y residuos en espera de ser eliminados. Entre esos residuos están restos de ARN de origen muy diverso, por ejemplo, del filete que te comiste ayer, que tu sistema digestivo ha digerido y cuyos componentes pasan a la sangre, entre ellos los restos del ARN de las células que componen el filete.
Dos bioquímicos suizos que defendieron las tesis biológicas soviéticas, Stroun y Acker, fueron de los primeros en detectar lo que hoy se llama "ADN circulante", es decir, que el ADN (igual que el ARN) no sólo está dentro de las células sino fuera de ellas: en el flujo sanguíneo, en cantidades muy pequeñas. Este descubrimiento es un medio no invasivo no sólo para detectar el cáncer sino enfermedades del feto en embarazadas.
Resumo: una cosa es encontrar ARN por cualquier parte del organismo, especialmente en la sangre, y otra es confundir eso con el VIH. Como el ARN que encuentran en nuestro organismo tiene un origen muy diverso y como a veces es nuestro propio ARN, por eso dicen que el VIH es muy variable.