Febres Cordero y Correa, dos métodos
y un solo proyecto y objetivo político
Los regímenes encabezados por León Esteban de las Mercedes Febres Cordero Rivadeneyra y Rafael Vicente Correa Delgado, al igual que de todos los que constituyen gobiernos de la clase dominante, en esencia están al servicio de las multinacionales y grupos de poder locales; empeñados, como los referidos, en el común e idéntico objetivo de la defensa del sistema capitalista u orden establecido, aunque para el control social usen distintos métodos, discursos diferentes, argumentos y apariencias disímiles; e incluso donde el segundo se pretende presentar como la antítesis del primero. Pero más allá de los discursos acomodados y las apariencias encubridoras la realidad de sus acciones y objetivos resulta inobjetable.
Cada uno en su momento actuó y actúa para ejercer y reforzar de manera autoritaria y abusiva el dominio y subordinación social absoluto –sobre el pueblo- con los medios y aliados de las mismas fracciones opresoras que consideraron pertinentes para cada circunstancia histórica, aunque fingen muchas diferencias que son concertadas, para proyectar la falsa apariencia que son grupos excluyentes.
El lenguaje es muy distinto con Correa, quien recurre al ardid de exponer discursos preparados por elementos que antes eran de izquierda, que están a su servicio incondicional, y que contribuyen a presentar y promocionar una falsa imagen progresista con un mensaje engañoso. Pero el alto mando político, el núcleo central que adopta las decisiones trascendentales, en este gobierno, es similar al de Febres Cordero, con la
precisión que Febres Cordero es el único de los presidentes que ha reconocido ser de derecha.
Todos los demás gobiernos han manifestado, sobre todo en las campañas electorales, ser, disponer ingredientes o tener esencia de “centro izquierda” e “izquierda”, cuando todos los que han desfilado por el poder, sin excepción alguna, han tenido la obsesión por conservar este sistema capitalista lleno de injusticias; de cuyo orden se favorecen las minorías oligárquicas a las que representan por turnos. Al igual que Febres Cordero.
Sus únicas diferencias han sido los métodos de encubrirse para ejercer el mayor control social. Si unos han utilizado la fuerza de manera superlativa ha sido porque han considerado que de ese modo, en su momento, cuidaban y precautelaban, con mayor eficacia, la sobrevivencia de la presente organización socioeconómica.
Funcionario de la “Reconstrucción Nacional”
Cabe empezar recordando que en la propia hoja de vida de Rafael Correa, que supongo fue escrita por el mismo, y que se difundió para la campaña presidencial del 2006 en el sitio web site www.rafaelcorrea.com, encontramos que entre 1984 a 1987 se desempeñaba como “Especialista Industrial del Centro de Desarrollo Industrial del Ecuador, CENDES”, en el “Ministerio de Industrias del Ecuador”, en Guayaquil, conforme consta en la segunda de sus seis hojas de este currículum u hoja de vida, entre las líneas 23 a 26. ¿Quién era presidente de la República y Ministro de Industrias de 1984 a 1987? León Febres Cordero Rivadeneyra y Xavier Neira Menéndez, en su orden. ¡A confesión de parte relevo de prueba! Es muy difícil suponer siquiera que en el 2006 hubiese mentido en dicha hoja de vida. ¿Cómo ocultaba entonces una realidad fresca que la conocían en forma cabal sus compañeros y amigos?
Por supuesto que, como ecuatoriano, tenía todo el derecho a trabajar, sin duda alguna; pero es necesario destacar que en el régimen de Febres Cordero, al igual que en el de Correa, quien no dispone de afinidades políticas, padrinos poderosos o comprobada sumisión no tenía ni tiene reales posibilidades de acceder a un trabajo en el sector público. Aspecto que vale resaltar.
Funcionario del BID
Luego, en 1992 y 1993, durante el régimen de Sixto Durán Ballén Cordovez y Alberto Dahík Garzozi, según ese mismo documento u hoja de vida, Rafael Correa era el “Director Administrativo Financiero de los Proyectos de Educación financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo, BID”, para el “mejoramiento del sistema educativo ecuatoriano, con un presupuesto total de 110 millones de dólares y un equipo permanente de 120 personas.”
En una entrevista al entonces candidato Rafael Correa, publicada en Vistazo, del 3 de marzo del 2006, titulado “El enterrador de dinosaurios”, en una campaña direccionada y orquestada para presentarlo como elemento contestatario y de “ruptura” con el viejo orden, en su página 20, tercera columna, el reconoce al BID como “parte del consenso de Washington”, y lo define como “instrumento de la política exterior de los Estados Unidos de América”.
Entonces cabe la pregunta: ¿Qué hacía años antes el economista Rafael Correa en “este instrumento de la política exterior de los Estados Unidos”? ¡Eso explica el por qué dispone de una concepción reaccionaria en el campo educativo, porque sus concepciones en esta materia son las mismas que las del BID y las de su formación a la sombra de la extrema derecha católica, sobre todo a nivel universitario y post universitario! ¡Es obvio deducir que quien es parte de un organismo multilateral debe cumplir con los objetivos y tareas asignadas en el mismo!
¿O es que alguien supone que a una persona de verdadera izquierda le van a nombrar funcionario del BID, y no le espulgaran hasta el último antecedente? No es al acaso tampoco que siempre intercala, en sus discursos más solemnes, frases del segundo pontífice del Opus Dei, Benedicto XVI, y que para empezar la campaña electoral, en el 2006, viajó al Vaticano a recibir la bendición del mismo papa. Fue el único candidato presidencial invitado y recibido en pleno por la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, de la Iglesia Católica, controlada por el Opus Dei. Cuando fue elegido candidato finalista, el sábado siguiente a la primera vuelta, el arzobispo de Guayaquil y máxima autoridad del Opus Dei del Ecuador, monseñor Antonio Arregui Yarza, celebró una misa de acción de gracias en la catedral del puerto principal. ¡Nadie debe llamarse a engaño! ¡Nadie debe irrespetar sus convicciones, del mismo modo que exigimos respeto para las convicciones socialistas!
El círculo “Gustavino”
Varias publicaciones y ex estudiantes de la Universidad Católica de Guayaquil dan cuenta que Correa era parte de un grupo apostólico formado por Gustavo Noboa Bejarano, formador de los llamados “gustavinos” entre los que destacan Alberto Dahík Garzozi, su hermano Ricardo, los hermanos Correa –Fabricio y Rafael-, Alexis Mera, quien luego sería abogado de Gustavo Noboa en Industrial San Carlos, entre otros.
Respecto a la esencia ideológica religiosa de Gustavo Noboa Bejarano, instructor y preparador de los “gustavinos”, el periodista Gerardo Reyes, en El Nuevo Herald de Miami, el 11 de noviembre del 2002, en el artículo “La red del Opus Dei en América Latina”, reconoce a Noboa como “muy cercano al Opus Dei. Envió a Roma (como Presidente del Ecuador) a la ceremonia de canonización de Escrivá de Balaguer (el fundador del Opus Dei), el 4 de octubre (del 2002) a varios funcionarios de su gobierno.” La figura pública más importante del Opus Dei en Colombia, según este mismo autor y estudio, es el cooperante Alvaro Uribe Vélez, el único presidente presente en la inauguración de la Asamblea Nacional Constituyente de Montecristi, como se puede verificar en todas las fotografías y videos de dicho evento. En Chile destaca, como la figura señera de esta orden de extrema derecha, el ex candidato a la Presidencia y ex colaborador del régimen de Pinochet Joaquín Lavín, ahora ministro de Educación con Piñera, país desde el que se reciben muchos asesores y orientaciones para el actual régimen ecuatoriano.
Es muy posible que estas relaciones “apostólicas” hubiesen decidido en forma rotunda en el impulso a las amnistías propiciadas por Rafael Correa, junto a sus subordinados de Alianza País, tanto para el ex presidente Gustavo Noboa Bejarano como del ex vicepresidente Alberto Dahík Garzozi, portaestandartes de lo que el propio Correa llama en los discursos “la larga y triste noche neoliberal”.
Como siempre, uno es el discurso público encubridor, que lo defienden ciertos cancerberos que antes militaron en la “izquierda”, varios de ellos encargados de mentir sistemáticamente en forma maliciosa a tiempo completo, para proteger la “imagen” de su líder, a sabiendas que es otra, muy distinta, la de su práctica cotidiana.
Milagros de Gustavo Noboa
El primero de ellos, el ex presidente Gustavo Noboa, en el 2000, cambió los bonos Brady por los bonos Global –de deuda externa-, con enorme perjuicio al país, llegando el propio Febres Cordero a estimar un estrago a la economía nacional de nueve mil millones de dólares en treinta años de obligaciones diferidas e incrementadas. Su ministro de Finanzas encargado de las operaciones de canje fue Jorge Gallardo Zavala, que ya retornó hace pocos meses al país.
Desde que Febres Cordero se lanzó a denunciar, por incumplidos acuerdos con Noboa, el negociado de la deuda externa en contra de la República, en la sesión parlamentaria del 21 de mayo del 2003, fue silenciado por los grupos financieros que se sintieron lastimados, y que a la vez poseían varios canales de televisión. Allí concluyó su aparecimiento público; no le perdonaron haber dicho muchas verdades de poderosos personajes que se sintieron aludidos.
Noboa Bejarano promulgó, en mayo y agosto del 2000, las leyes privatizadoras Trole I y Trole II (esta última también fue llamada “Ley para la Promoción de la Inversión y la Participación Ciudadana”, durante cuyo debate “el Banco Mundial coaccionó para la realización de reformas legales para permitir actividades mineras a gran escala en Áreas Protegidas y territorios ancestrales”, según lo denunció la propia Comisión de la Deuda Externa, y cuyos responsables jamás fueron sancionados).
Durante su período gubernamental se impulsó la privatización a ultranza, del agua potable de varias ciudades (empezando por la de Guayaquil, el 11 de abril del 2001, firmada en Washington, en el local del BID), del agua de riego, servicio postal, servicios aeroportuarios, y hasta de las playas. En este gobierno se entregó el manejo y usufructo por cinco años a favor de la empresa española Unión Fenosa, con la guía del ente privatizador Consejo Nacional de Modernización (CONAM), dirigido entonces por su hermano Ricardo Noboa Bejarano, a partir del 8 de diciembre del 2000, de la central hidroeléctrica Daule
Peripa o Marcel Laniado, que le costó al país alrededor de 276 millones de dólares y ni un centavo a la graciosa concesionaria.
En el régimen de Rafael Correa despareció el nombre del CONAM, el ente privatizador, entre gran alharaca publicitaria, indicándose que era una medida “revolucionaria”, pero ocultaron que todas sus atribuciones legales le fueron asignadas a la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo, SENPLADES, mediante el Decreto Ejecutivo 103, publicado en el Suplemento del Registro Oficial 26, del jueves 22 de febrero del 2007, página 17. Por eso decimos que solo despareció su nombre porque sus atribuciones simplemente se delegaron. Un engaño más, como tantos otros.
En este mismo régimen se firmó un extraño, turbio y oneroso contrato para la construcción del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP), obra por la que el cuerpo de ingenieros del ejército ofertó en 940.000 dólares el kilómetro, según publicación de El Comercio, del martes 19 de septiembre del 2000, pág. 5, primera sección, y por la que la compañía transnacional OCP Limitada ofrecía 1´588.000 el kilómetro. Finalmente se le excluyó, mediante varios ardides escandalosos al cuerpo de ingenieros del ejército y se concedió el contrato a la OCP Limitada en 2´187.000 dólares el kilómetro de oleoducto, al margen de posteriores reajustes.
Conviene destacar que el consorcio OCP Limitada, para participar en la construcción, estaba constituido por las multinacionales Alberta Energy, Agip Petroleum, Kerr McGee, Occidental Petroleum (OXY), Repsol-YPF, Techint y Pérez Companc, según lo informó Expreso, del viernes 12 de enero del 2001, página 6. Si el Ecuador pretendía utilizar este oleoducto debía pagar, en forma inicial, 1,51 dólares el barril, aunque para entonces en el viejo oleoducto SOTE (Sistema de Oleoducto Trans Ecuatoriano), podía trasladar 380.000 barriles diarios. No obstante siempre han habido denuncias en el sentido que se utilizaba el OCP, sin necesidad, por jugosas decisiones de varios gobiernos.
El precio contratado por el OCP (1.100 millones de dólares para 503 kilómetros de ducto) resultaba escandaloso, y superaba en varias veces al de un oleoducto de similar capacidad en la Siberia, pero donde el clima es inclemente en extremo casi todo el año. Monto que luego tuvo un jugoso reajuste. Cuando la fiscalía inició algunas investigaciones contra Noboa, el presidente Correa, en un reiterado sábado de agresiones compulsivas, públicamente exigió el cese de estas y amenazó con ir a declarar por la inocencia total de su formador apostólico al que juzgó como ejemplo.
Al parecer para entonces ya no se acordaba de cuando le calificó a él, y a Heinz Moeller, de traidores, cuando el sábado 7 de julio del 2007, con toda razón, censuró que el gobierno de Gustavo Noboa Bejarano haya aceptado el reclamo de la transnacional Occidental Petroleum Company (OXY) en torno a una fuerte cantidad de devolución del IVA petrolero.
Dijo entonces: “Para aceptar el reclamo por impuestos de un arbitraje tiene que haber aceptación expresa del país. ¿Y saben qué?, se la dimos. El gobierno de Gustavo Noboa se la dio, el (entonces) canciller Heinz Moeller les dio la aceptación para que nos demanden en Londres y los devolvamos el IVA. Así se ha manejado este país con esos traidores a la patria … solo pensaron en los dólares y no en la patria.” Esta información está publicada en Expreso, del domingo 8 de julio del 2007, página 3, en las tres primeras columnas.
Cabe preguntarse: ¿Por qué el gobierno de Rafael Correa no aplicó el derecho de repetición en contra de sus acusados? ¡Es que son “solo discursos” y … tienen que disculpar! ¡Poco tiempo después de estas declaraciones, en la asamblea de Montecristi, pedía amnistía para su instructor religioso! ¡Y no olvidemos que varios ministros y altos funcionarios, de la “revolución ciudadana” han sido profesionales cercanos a Heinz Moeller, caso de la ministra de Medio Ambiente, abogada Marcela Aguiñaga, parte de su estudio jurídico, conforme lo publicó diario El Comercio, del miércoles 2 de julio del 2008, página 21!
Durante el régimen de Noboa Bejarano, con el apoyo social cristiano y demócrata cristiano, se refrendó la “Ley Orgánica de Responsabilidad, Estabilización y Transparencia Fiscal”, que se publicó en el Registro Oficial 589, del 4 de junio del 2002 (págs. 2 a 10), que creó el “Fondo de Estabilización, Inversión Social y Productiva y Reducción del Endeudamiento Público” (FEIREP, Arts. 13 a 17), fideicomiso mercantil cuyo fiduciario es el Banco Central, y desde el cual el 70% del dinero de la bonanza petrolera se destinaba al pago directo y automático de la deuda externa, motivo por el que los papeles de esta subirían hasta el 107 por ciento de su valor nominal! ¡Una auténtica locura!
En los discursos sabatinos, en varias ocasiones, Rafael Correa condenaba al FEIREP, pero a su creador y ejecutor le concedió la más amplia amnistía e hizo que se la otorgue una mayoría de asambleístas de Alianza País, donde quienes estaban enterados del carácter de este régimen se opusieron en proceder decoroso y rescatable, precisamente donde uno de sus cargos mayores era un proceso por el manejo de 126,4 millones de dólares en Bonos Globales. La amnistía se la concedió en Montecristi, en la sesión del 4 de julio del 2008, y consta publicada en las páginas 10 y 11 del suplemento del Registro Oficial 378, del jueves 10 de julio del 2008.
¡Rafael Correa ha sido el gran promotor de las amnistías para estos neoliberales y “pelucones” políticos como Noboa Bejarano y Dahík Garzozi, por una parte, y, a la vez, propiciador de infames juicios por terrorismo y sabotaje, con la legislación profascista de las dictaduras de décadas atrás, a los dirigentes campesinos, indígenas, populares y estudiantiles! ¡Esa es una esencia reveladora del carácter de clase del gobierno oligárquico y neoliberal de Rafael Correa! ¡Amnistía para los privatizadores y favorecedores de las multinacionales, y juicio y cárcel para dirigentes populares! ¡Y hablan mentirosamente a nombre del “socialismo”!
¡Y para consolidar la dominación social sobre todos los discrepantes pretenden apoderarse más aún de la Administración de Justicia, de la mano del abogado de Febres Cordero y Noboa Bejarano, Alexis Mera Giler, Secretario General Jurídico de una supuesta e inexistente “revolución ciudadana”, típico ejemplo de ese fantasmagórico “socialismo del Siglo XXI” ¡Y esta política, en forma lamentable y desorientadora, refrendan y defienden algunos antiguos “izquierdistas” al servicio de este gobierno de esencia reaccionaria y discurso embustero!
¡La administración de Justicia (que es un auténtico e histórico trapiche social, o moledora de la población en manos de los ancestrales verdugos de nuestra colectividad nacional) no puede continuar en manos de ninguna de las fracciones dominantes u oligárquicas, que por cierto guardan algunas diferencias en su disputa por el ejercicio absoluto del poder!
¡Tolerar que la administración de Justicia esté en manos de cualquiera de las dos fracciones de atormentadores públicos es permitir que manejen una arma poderosa y fulminante en contra del pueblo ecuatoriano, el único gran perjudicado!
Piadoso ahijado político de Correa
En cuanto al otro gran protegido por Rafael Correa, cuya amnistía exigió en la sesión solemne de la Asamblea Nacional del 10 de agosto del 2010, el célebre apóstol “gustavino” del ex vicepresidente (de 1992 a 1995) y militante del Partido Conservador Alberto Dahík Garzozi, compañero de oraciones, rezos y comuniones de miembros de la extrema derecha católica del Ecuador, recordemos que fue el principal impulsor de las privatizaciones en la década del noventa, de cuya mano salieron las leyes y los estímulos para transferir a manos privadas las telecomunicaciones, el sector eléctrico, el petróleo, las minas, a pesar que la Constitución de 1978 expresamente lo prohibía en su Art. 61, que declaraba que dichos bienes y servicios eran “patrimonio exclusivo del Estado”.
Para aprobar las leyes privatizadoras y subastadoras del patrimonio público, y sobre todo la infame “Ley de Modernización del Estado, Privatizaciones y Prestación de Servicios Públicos por parte de la Iniciativa Privada”, publicada en el Registro Oficial 349, del viernes 31 de diciembre de 1993, se denunció que desde el gobierno de entonces se habrían entregado 200.000 millones de sucres, según revelación del propio Alberto Dahík a varios periodistas cuando diputados le pedían más y más dinero para esos efectos.
Cabe destacar que el único voto en contra de todos sus artículos, al igual que para impedirles la unanimidad en esta y otras leyes dictadas para el saqueo y el pillaje del patrimonio público, correspondió a quien estas líneas escribe, como puede mirarse en las actas del Congreso Nacional, sobre todo desde el 3 de marzo al 21 de diciembre de 1993 cuando se discutió la cruel, depredadora y privatizadora Ley de Modernización.
La reveladora reunión de Dahík Garozi con los periodistas se llevó a cabo en Guayaquil el 5 de junio de 1995. La publicación con la que ardió Troya la hizo un periodista valiente y de fuste como Jorge Vivanco Mendieta, en la página editorial de diario Expreso, edición del 11 de junio de 1995, y que se reprodujo el 10 de julio del mismo año en ese mismo medio. De no haber mediado este artículo muchas cosas hubiesen pasado tapadas y desapercibidas en nuestro país.
Esa información difundida fue una auténtica clarinada en la conciencia del pueblo ecuatoriano sobre los métodos delincuenciales a los que se acudía para aprobar leyes para el despojo del patrimonio social y nacional cuando se llegó a entregar hasta mil millones, por noche, por voto crucial en las leyes privatizadoras.
El código de la partida presupuestaria básica, de la que se sacaban determinados fondos
para cumplir este mal llamado primer “contrato colectivo” legislativo, en asignaciones que por lo general se transferían a través de los organismos seccionales, conforme se lo denunció entonces, correspondía en 1993, dentro del Presupuesto General del Estado de este año, a la partida de código 11-0401-102-A40100-8000-01-00-12, de nombre “Inversiones y Aportaciones Especiales del Estado, a cargo de la Presidencia de la República”, la misma que también era manejada por el Secretario General de la Administración Pública (J. Maldonado), en tanto su código para el Presupuesto General del Estado para 1994, cuando se habló del segundo “contrato colectivo” legislativo, habría correspondido a la 1-020-00-A100-000-00-00-5-8110-004-00.
El llamado segundo “contrato colectivo” (“por la prestación de servicios legislativos”), que se lo habría tarifado en 140.000 (ciento cuarenta mil millones) adicionales, serviría para la aprobación de otras leyes privatizadoras posteriores, entre ellas la Ley Reformatoria a la Ley de Telecomunicaciones, publicada en el Registro Oficial 770, del miércoles 30 de agosto de 1995, mediante la cual se autorizaba de modo inconstitucional la venta de gran parte de las acciones de EMETEL, a la que convirtieron para ese efecto en sociedad anónima. Todo se lo denunció en su momento, cuando fui legislador socialista revolucionario, pero mi voz fue acallada; los medios se silenciaron y hasta las exposiciones de las intervenciones legislativas en Radio Nacional del Estado se cortaban.
Ante el evidente delito de colosal cohecho a bloques legislativos enteros, desde la propia cúpula del poder, presenté el “Proyecto de Ley Derogatoria de la Ley de Modernización del Estado, Privatizaciones y Prestación de Servicios Públicos por parte de la Iniciativa Privada y de las Leyes Reformatorias a la Ley de Hidrocarburos, publicadas en los Registros Oficiales 326 y 346, del 29 de Noviembre y 28 de Diciembre de 1993”, esto es en contra de regulaciones encaminadas a festinarse los recursos naturales no renovables, empezando por el petróleo, el 18 de agosto de 1995, con el trámite 00342, y cuyo código fue el IV-95-004. Su distribución entre los legisladores exaltados e iracundos, pero conscientes de su veracidad, se hizo el 21 de agosto del mismo 1995.
Existe un célebre artículo publicado en Vistazo número 670, del 20 de julio de 1995, páginas 6 a 12, titulado “Danzando con lobos”, de Carlos Jijón, donde se da cuenta de cómo el gobierno de Sixto Durán Ballén y Alberto Dahík Garzozi, habría pagado 200.000 (doscientos mil millones) de sucres, una cantidad monstruosa para esa época (en un auténtico y escandaloso delito de cohecho) para ciertos bloques legislativos, sobre todo del Partido Social Cristiano, para aprobar las leyes privatizadoras impuestas por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo.
El gestor político y principal promotor y propagandista, al máximo nivel, de esta conducta subastadora del patrimonio social y nacional de las horas más oscuras “de la larga noche neoliberal” (aunque todavía continúa) fue Dahík, ahijado político en los hechos de Rafael Correa, solicitante de su amnistía, en un período lúgubre y donde quedó en actas el proceder antipopular y antinacional, de cuerpo entero, de algunos formadores de Alianza País años después.
¿Quién fue el presidente del Congreso desde el 10 de agosto de 1992 hasta agosto del año siguiente, “en la larga y triste noche neoliberal”, con el entusiasta apoyo de Durán Ballén y Dahík Garzozi? Fue Carlos Vallejo López, demócrata cristiano que se desempeñó como “cabeza de la gestión política de la campaña” de Rafael Correa y sus huestes en el 2006 (como lo detalla la revista Vanguardia, del 10 de enero del 2006, página 19, segunda columna), quien fuera ministro de Agricultura de Osvaldo Hurtado y del propio Rafael Correa, con un intervalo por haber sido jefe del bloque legislativo del PRIAN, de Alvaro Noboa. Este gestor de Alianza País, es el actual embajador en Roma del régimen de la involución ciudadana.
No puede omitirse que quien en verdad tomaba las decisiones en el régimen de Durán Ballén (1992 a 1996), fundador del Partido Social Cristiano, fue su vicepresidente Alberto Dahík, miembro relevante del Partido Conservador y ex ministro de Finanzas de Febres Cordero. En dicha administración se subastó todo lo que era posible. En ese lapso pasó a manos particulares y dejó de volar la empresa aérea insignia del país, “Ecuatoriana de Aviación”, compañía a la que embargaban sus naves, en Nueva York, México, Los Ángeles, Buenos Aires, Santiago, Lima, y con los pasajeros listos para viajar, por el proceder moroso y deliberado del gobierno de no pagar las cuotas de las aeronaves adquiridas.
En ese mismo régimen pasó a manos del grupo Wong, sin que el país lo conozca, la única fábrica nacional de fertilizantes (Fertisa), a inicios de 1994, a pesar que la Ley del Mercado de Valores obligaba a que todo traspaso que superase el 15 por ciento del paquete accionario debía publicarse en los periódicos de mayor circulación.
¡Ni estas ni otras privatizaciones de la llamada “larga y triste noche neoliberal” fueron anuladas en la Asamblea Nacional Constituyente de Plenos y Absolutos poderes de Montecristi! ¡Ninguna privatización fue revertida, a pesar de los actos dolosos que entrañaron; absolutamente ninguna; todo quedó igual a lo que sucedió en años precedentes! ¡Para eso también llegó y existe el régimen de Rafael Correa! ¡Me remito a los hechos, irrefutables, a las realidades demoledoras!
EL GRAN ENGAÑO
DIEGO DELGADO JARA